Cultura ciudadana en Transmilenio

Paola Andrea Alzate Gaitán, Juan Antonio García Cortés

paalzateg@unal.edu.co, juagarciaco@unal.edu.co
Universidad Nacional de Colombia
Departamento de Ingeniería Química

ABSTRACT
Bogotá’s massive transport system (Transmilenio) has become a chaos due to the great
number of people who arrive to the city, coming from other places in the country. In this
article, we will analyze the Transmilenio S.A company, which provides this transport service,
and the importance of citizen culture to guarantee a better quality and transport environment.

RESUMEN
El sistema de transporte Bogotano se ha convertido en un caos gracias a la gran afluencia
de gente que llega a la capital proveniente de otras ciudades. En el presente documento
analizaremos la organización Transmilenio S. A. que presta el servicio de movilidad y la
importancia de Cultura Ciudadana para garantizar un mejor servicio y una mejor calidad.

INTRODUCCIÓN
La movilidad y transporte en la ciudad de
Bogotá se ve en caos frecuentemente,
sobre todo en el sistema de transporte
masivo Transmilenio, en períodos dentro
de las denominadas “horas pico” que
usualmente son las franjas horarias entre 6
y 9 am y entre 5 y 8 pm. Este sistema de
transporte es una alternativa para
movilizarse con mayor velocidad que en
automóvil o buses urbanos, puesto que, en
la ciudad, la infraestructura vial y la mala
planeación de los medios de transporte han
ocasionado que las congestiones
vehiculares sean severas y,
consecuentemente, se circula a una
velocidad promedio de 24h un día hábil
entre semana. (Cerón, 2018) Dado el
crecimiento demográfico de las últimas
décadas, se estima que el Distrito Capital
tiene una población cercana a los 8
millones de habitantes, según las
estadísticas parciales del DANE en el
censo realizado a principios del 2018. La
migración de personas que provienen de
múltiples regiones, es uno de los tantos
factores que contribuyen a determinar la
mayor parte de los problemas de la capital.
Dificultades como el desempleo, la
desigualdad social, la inseguridad, entre
otros, se suman a la exigencia de satisfacer
las necesidades básicas de todos los
habitantes, entre ellas la necesidad de
movilizarse en la capital.
Se entiende que la movilidad es una
práctica social y que los sistemas de
transporte juegan un papel muy importante
dentro de esta dinámica, pues se
constituyen en un medio facilitador de tal
actividad y por lo tanto, se encuentran
sujetos a las demandas de miles de
personas que a diario requieren moverse
dentro de la ciudad. Para el caso bogotano,
la organización Transmilenio S.A. es una
de las empresas prestadora del servicio de
transporte masivo más importantes de la
capital. Dentro de su infraestructura se
encuentra una multiplicidad de situaciones
que día a día afectan las condiciones de
movilidad; constantes y desbordantes ríos
humanos, congestión, extensos
desplazamientos de pie, intolerancia,
desesperación, cansancio, inseguridad y
afán, son producto de una evidente falta de
cultura ciudadana en la mayoría de los
habitantes que hacen uso de este servicio.
El presente documento describe la
problemática actual, pedagogía
implementada y avances en Cultura
ciudadana, en contraste con las cifras de
personas que ingresan al sistema sin pagar
y las tarifas de movilidad.
METODOLOGÍA
Evaluando los problemas del sistema
masivo Transmilenio, los que
corresponden a la falta de Cultura
Ciudadana están los usuarios que ingresan
al sistema sin pagar su pasaje, la ilegalidad
en la venta de pasajes, el ingreso a
estaciones y articulados en horas pico, la
masa de personas que se aglomeran en las
puertas impidiendo el ingreso, la falta se
solidaridad con los adultos mayores,
mujeres embarazadas o con niños en
brazos y personas con discapacidad por
parte de las personas que usan las sillas
azules sin tener ninguna de estas
condiciones, las ventas de productos
dentro del sistema y la falta de control por
parte de las autoridades son las principales
causas de la problemática que está
viviendo hoy en día el sistema. Se
analizará cada ítem, indicando las causas y
las formas en que estos afectan a los
usuarios y la importancia de tomar
medidas de Cultura Ciudadana por parte
de cada uno de los usuarios. (Polo, 2017)
1
Cifras reportadas al público en el portal web de
Transmilenio. Disponible en
ANALISIS
Aparte de las personas que evaden el pago
del pasaje, quienes impiden cerrar las
puertas, dejar salir antes de entrar o ceder
la silla al que lo necesite, normas que el
sistema trata de implementar, se evidencia
una carencia fuerte de Cultura Ciudadana
por parte de los usuarios.
Hace 16 años que Transmilenio S.A.
cambió la perspectiva del transporte
público en Bogotá. Pero, la imagen de
buses articulados atestados de usuarios,
dejo atrás la imagen de cambio y la
solución definitiva, hoy está en entredicho.
A pesar de que son más los avances que los
retrocesos, el sistema es uno de los
escenarios de mayor controversia en la
ciudad y nunca faltan las protestas que
terminan en actos violentos.
Si bien la mayoría de críticas apuntan
hacia la falta de los articulados, la
frecuencia de rutas insuficientes y la
congestión en las estaciones del sistema,
también salta a la vista que una gran parte
de la problemática está asociada con
comportamientos de sus usuarios. Un tema
tan crítico que el año tras año la empresa
hace millonarias licitaciones de para
educar a los usuarios en Cultura
Ciudadana, solamente en el año 2017 se
invirtieron $2.000 millones1 tratando de
que la educación sea el comienzo de un
esquema de transporte más ético y
humano.
El asunto es tan prioritario que este año
apuestan por 41 estímulos económicos
para iniciativas ciudadanas de buenas
http://www.transmilenio.gov.co/Publicaciones/in
forme_de_gestion_2017_transmilenio_sa
prácticas y conductas en el transporte
masivo en la ciudad2. Una evidencia de
que además de los asuntos coyunturales o
institucionales, hay un vacío de cultura
ciudadana por atender. Por ello se hace
necesario identificar los comportamientos
por erradicar de los que se debe enfatizar
para tener un cambio eficiente en la
movilidad.
El primer reto son los “colados”, que no
solo representan pérdidas económicas,
sino que se han convertido en el primer y
más significativo dolor de cabeza. Hoy en
día, no es extraño ver cómo, desde
temprano en la mayoría de las estaciones,
hay ríos de usuarios que aprovechan la
apertura de las puertas de ingreso a los
articulados, para evitar el pago respectivo.
No hay distinciones de edad o sexo. Entre
los que se suben sin pagar, se ven desde
adultos mayores hasta estudiantes de
colegio, así como hombres y mujeres. De
acuerdo con los resultados de la
interventoría que realizó a Transmilenio la
firma JAHV Mc Gregor S.A., “el Distrito
pierde más de 87 millones de pesos a
causa de los pasajeros que ingresan al
sistema sin pagar por el servicio”. A pesar
de que el Código de Policía tiene previstos
castigos por $196.000 para quienes
abordan el sistema sin pagar, la norma no
es cumplida y el control por parte de las
autoridades es deficiente.
Esta circulación de pasajeros no solamente
es para ingresar al sistema, también los
usuarios han optado por salir por las
2
Para principios de 2018 Transmilenio S.A. abre
convocatoria pública para proyectos que
contribuyan con a mejorar la Cultura Ciudadana.
Las características de la convocatoria disponible
en
puertas de los articulados. Los usuarios se
bajan de los articulados, hayan pagado o
no su desplazamiento, y en vez de caminar
y salir de las estaciones por los torniquetes
y los puentes peatonales, prefieren saltar
de la plataforma a la calle, poniendo en
riesgo sus vidas. La mayoría son jóvenes
que aprendieron a bloquear las puertas,
generando daños que le cuestan al Distrito
casi $12 millones por cada una.
Después de los “colados” y los usuarios
que saltan por las puertas, vienen los
protagonistas de la ilegalidad. Hoy es
común, en los puentes peatonales o en los
entornos de acceso a las estaciones, ver
vendedores informales de pasajes de
Transmilenio, que contribuyen a las
pérdidas del sistema. La venta ilegal de
pasajes de tarjetas adulteras o de las que
cuentan con subsidio genera pérdidas en el
sistema que aún no pueden ser
cuantificadas porque no hay un control
sobre las mismas. Quienes las promueven
les permite vender cada pasaje hasta $500
por debajo de la tarifa normal.
Ya dentro de las estaciones, la falta de
educación y cultura se intensifican cuando
llega el momento de tomar un articulado.
El ingreso y salida de pasajeros cada día es
más atropellado, menos educado y se
impone una especie de jauría ciudadana.
Se supone que el orden acertado es que
primero salgan los pasajeros de los
articulados y luego ingresen los que van a
viajar3. Pero en la práctica no hay
secuencia válida. Los usuarios se empujan,
http://www.transmilenio.gov.co/Publicaciones/a
biertas_convocatorias_de_cultura_ciudadana_de
_transmilenio_y_secretaria_de_cultura
3
Política implementada por Transmilenio para
facilitar el ingreso a los articulados.
estrujan o pelean por entrar y salir. En las
horas pico4 el asunto es crítico. El ingreso
a los articulados además de caótico,
representa una situación con alta
factibilidad de robos y riñas.
Hay aspectos que agudizan este espacio
caótico. El ingreso a los articulados no es
solamente el único problema, usuarios que
se quedan en las puertas y no circulan
hacia el centro de los buses hacen que
abordar sea aún más difícil, Es común ver
a usuarios literalmente “recostados” sobre
las estructuras metálicas para sostenerse.
Pero el desafío no termina en el espacio
adyacente a las puertas de ingreso y salida
de los articulados. Hasta hace poco aún se
conservaba el respeto por las sillas rojas y
azules. En la actualidad crece el
desconocimiento de las normas del
sistema. Es común ver en las sillas azules,
destinadas para mujeres embarazadas o
con niños y adultos mayores, son usadas
por personas que no se encuentran en
ninguna de estas condiciones.
En cuanto a las sillas rojas, es claro que
cualquiera se puede sentar en ellas, pero en
horas pico se repite lo que sucede con las
sillas azules. Los que van más cargados no
tienen problema en acomodar sus cajas en
los pasillos para incomodidad de los
demás. A esta pelea desigual por las sillas
azules y rojas se suman otras
particularidades del Transmilenio
bogotano. Las señoras que cargan exceso
de bolsas y suelen ponérselas a
centímetros de la cara de los que van
sentados. Los estudiantes que hacen lo
4
Entre las 6:00 a 8:30 horas y entre las 15:00 a las
19:30 horas según el Decreto 515 de 2016, el
Distrito estableció este horario como Horas Pico
en la movilidad. Decreto disponible en
mismo con sus morrales mientras viajan en
informal coloquio con sus pares. Los que
no recogen las sombrillas en sus estuches
y dejan escurrir el agua sobre los demás
pasajeros. Los que no dejan abrir las
portezuelas de los techos.
Muchos se sientan en el piso, sobre todo
en las zonas de los acordeones
(intercepciones entre los vagones); otros
en las plataformas donde va la última fila
de silleterías, y no faltan los tríos que se
acomodan en las sillas. En últimas, cada
viaje representa un azar. Especialmente en
las horas de mayor congestión. Si se logró
entrar al articulado, la manera de tener
éxito es encontrar un pequeño espacio para
sobrevivir a los empujones o a los malos
vecinos del sistema.
La otra carga adicional para los usuarios es
el aumento de ventas ilegales de productos
comestibles y accesorios, los cantantes y
personas que se suben a pedir una ayuda
monetaria. En términos generales, nadie
controla la venta libre de productos en los
articulados, las estaciones y sus entornos.
De nuevo, la cantidad de uniformados que
se disponen en las estaciones es baja con
respecto a los usuarios y vendedores en las
estaciones y por ello el control es
insuficiente. A veces los policías se suben
a los articulados y los usuarios sienten
cierta tranquilidad, pero lo más común es
verlos entre las estaciones, sacando a
indigentes, capturando ladrones, lidiando
con los colados o atendiendo desmayados.
http://www.movilidadbogota.gov.co/web/sites/d
efault/files/Decreto%20515%20de%202016-
Pico%20y%20placa%20en%20todo%20el%20Distr
ito.pdf
Por último, es común que las protestas
contra el sistema los articulados y
estaciones sean blanco de ataques y de
daños por los usuarios. Con puertas
destruidas, ventanales rotos o usuarios
heridos, no es raro que Transmilenio se
convierta en el blanco de quienes
confunden el derecho a la protesta con la
violencia.
CONCLUSIONES
En síntesis, sin excusar los atrasos del
sistema, la falta de modernización de los
articulados y otras acciones atribuidas al
Distrito, la empresa privada o a las
autoridades de tránsito y transporte, no
cabe duda de que la incultura ciudadana y
los malos comportamientos de los usuarios
también contribuyen al deterioro de
Transmilenio. Por eso resulta viable
trabajar en estos escenarios antes que las
medidas únicamente represivas que, ya
está claro, suelen ser insuficientes en un
país como Colombia.
El sistema tendrá que extenderse por la
avenida 68 y la avenida Boyacá, aunque
por estos días la pelea política está
centrada en la troncal de Transmilenio por
la carrera Séptima. Como esquema de
transporte masivo está probada su eficacia,
pero tras casi dos décadas de operación,
requiere reajustes institucionales y
ciudadanos. Estos últimos parten de
entender que con algo de cultura y
educación es posible lograr un
Transmilenio más humano.
Una de las principales causas del
vandalismo en el sistema Transmilenio es
la forma de protesta en contra del mal
servicio que presenta. Los usuarios
justifican sus actos impertinentes con
argumentos como que el elevado precio de
las tarifas es inapropiado e injusto, que la
demora en las filas y espera de buses es
irrespetuoso con su tiempo, entre otros.
Sin embargo, a pesar de que exista validez
en los argumentos, consideramos que es
injustificada la forma de protesta puesto
que consiste en responder a injusticia con
más injusticia o incluso con violencia
hacia la propiedad pública y otras
personas. Esto constituye una falta de
moral y de respeto hacia la comunidad que
bajo ningún caso debería argumentarse
como una forma válida de reclamar al
distrito un mejor servicio de transporte.
REFERENCIAS
Cerón, J. (5 de Febrero de 2018). En Bogotá,
la hora valle para mejorar la
movilidad no existe. El Tiempo.
Obtenido de
https://www.eltiempo.com/bogota/t
odas-las-horas-son-pico-en-el-
transito-de-bogota-178890
Polo, C. (18 de Octubre de 2017).
Transmilenio ¿Ineficiencia o falta de
cultura. El libre pensador.
Universidad Externado de Colombia.
Obtenido de
http://librepensador.uexternado.edu
.co/transmilenio-ineficacia-o-falta-
de-cultura/