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I. Resumen
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Tercera parte: escepticismo contemporáneo
III. La hipótesis
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13. Kōan del pirronismo
IV. El argumento
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Así le llamó Galeno a un pirrónico de este tipo (Cfr %arnes, 19, pp -3)
por otro lado, los textos clásicos de Sexto (mpírico permiten una interpretación
rústica
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(l cliffordiano exige una justi¿cación vía razones para toda creencia racional: ³(s
un error siempre, en cualquier lugar y para cualquiera, creer algo sobre evidencia
insu¿ciente´ &lifford (19) >7odas las traducciones del inglés son mías@ .
Popper (194, &ap 4) identi¿có esta actitud como la de un racionalista acrítico
e hizo notar que este tipo de racionalismo es autorreferencialmente inconsistente,
pues no puede justi¿car sin petición o estipulación su criterio de racionalidad, ya
que cualquier argumentación a favor del criterio, presupone al criterio, es decir,
asume que las razones o argumentos son estrategias justi¿cadoras legítimas
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Tercera parte: escepticismo contemporáneo
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Cfr 0 /ammeranta, 200, Secc
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(l pirrónico es un realista, a él le parece que existe una distinción entre aparien-
cia y realidad, aunque es un agnóstico sobre cuál puede ser esa realidad
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Cfr A &ling, 2009, pp 339-40
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/as apariencias del pirrónico, ya sean sensoriales o intelectuales, pueden estar en
Àujo, o bien, ser estables, nuestra reconstrucción de la actitud pirrónica presupo-
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13. Kōan del pirronismo
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Tercera parte: escepticismo contemporáneo
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Cfr, por ejemplo, el ensayo de ( Sosa en este mismo volumen
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13. Kōan del pirronismo
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Cfr A &ling (2009, pp 340-2)
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(sta esperanza no es irracional, pues el pirrónico no sabe que sus metas no sean
aproximables, a él sólo le parecen así puesto de otra forma, esta esperanza sería
irracional sólo si el pirrónico pudiese justi¿car sus metas como no aproxima-
bles (ya que en ese supuesto, su esperanza de acercarse a sus metas, entraría
en contradicción con la justi¿cación de sus metas como no aproximables) (l
pirrónico, sin embargo, no puede alcanzar esta justi¿cación sin caer en alguno
de los cuernos del Agripa
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Tercera parte: escepticismo contemporáneo
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Schopenhauer, 2009, p 104
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13. Kōan del pirronismo
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&omo hace notar ( Sosa en su ensayo en este volumen, si los modos de Agripa
son totalmente generales, entonces el pirrónico no podría razonar, pues para ha-
cerlo, requiere al menos dar por sentadas algunas proposiciones sobre aparien-
cias: nuestras convenciones Así, nos dice Sosa: ³Pero si los modos de Agripa
conducen a la suspensión general de asentimiento entonces, el escéptico no
asentiría a proposición alguna, ni siquiera a alguna proposición acerca de cómo
le parecerían las cosas, aunque el asentimiento a algunas de estas proposiciones
parecería requerirse si es que él va a ser capaz de razonar´ Sin embargo, el pi-
rrónico podría proceder dando cabida a las proposiciones sobre sus apariencias,
en tanto convenciones
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(stos presupuestos bien pueden ser los objetivamente correctos, el pirrónico
simplemente concluye con una epoché sobre su corrección
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Tercera parte: escepticismo contemporáneo
VI. Conclusión
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(stas convenciones no pueden ser justi¿cadas sin caer en el Agripa, pero tam-
poco no todas pueden ser criticadas, pues no todo es criticable, suponer lo con-
trario conduce a una paradoja lógica (Cfr Post, 191)
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De esta forma la pregunta del título del ensayo de %urnyeat (1983) (¢Puede el
escéptico vivir su escepticismo") recibe una respuesta a¿rmativa
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1uestro escéptico busca un mínimo dado que intenta aproximarse a su ideal (la
plena responsabilidad espistémica), en particular, a ser racional de modo que
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Bibliografía
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