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Con el título de un libro ocurre igual que en twitter, tienes que llamar la
atención entre miles de twitts mientras baja el carrusel de comentarios
y enlaces a 100
desapercibido y sepor minuto.
perderá Si la
entre no multitud.
lo consigues tu twitts
Al menos pasará
los twitteros
tenemos algo de práctica en eso que nos servirá en esta materia, pero
hace falta algo más.
Veamos qué hacen los profesionales del mundo editorial para llamar la
atención. En un artículo publicado por el periódico El Mundo en su día
Descubren la ‘partícula de Dios’ que explica cómo se formala materiaen
parte decía:
“Por ese motivo, el editor del físico Leon Lederman creyó oportuno
cambiar el título de su libro llamado srcinalmente ‘The goddamn
particle’ (‘La puñetera partícula’) por el de ‘The God particle’ (La
‘partícula Dios’, aunque popularmente se ha traducido como ‘la
partícula de Dios’)…”
“Lederman explicó que puso el apodo «La partícula de Dios» (The God
Particle en inglés) al bosón de Higgs porque la consideró «demasiada
central para la física de hoy en día, demasiado crucial para nuestro
entendimiento final de la estructura de la materia, aún muy evasivo»,
pero en son de broma añadió que la segunda razón fue porque «la
editorial no les dejó llamarla “La maldita partícula”
(TheGoddamnParticle), aunque ese sea un título más apropiado, dada
su naturaleza villana y el costo que está causando».
Menos mal que esto no sucede con todos los libros, pero lo que está
claro es que el título no depende del escritor, ni siquiera del traductor,
sino del editor, pero, rizando el rizo: del editor de cada país.
Dependiendo del estado socioeconómico, raza, religión, estado de
puritanismo, edad y demás variables de la sociedad. Imagino que en
España un título como “Los hombres que odian a las mujeres”, teniendo
en cuenta los continuos titulares en las noticias de maltrato de género,
hubiera perjudicado millonariamente su venta. Estoy seguro de que en
este país hubiera sido un rotundo fracaso. Nadie habría llevado bajo el
brazo un libro de hombres que odian a las mujeres, pero, de hombres
que no aman, eso es distinto, porque ahí ya aparece la palabra amor.
Dice lo mismo sin decirlo. Pura sicología. ¡Madre mía¡
Todo esto tenemos que saber los que publicamos por nuestra cuenta.
Y en ellode
mágicas iré las
ahondando. Examinaremos
que los editores hacen algunas palabras
uso hasta y frases.
la saciedad