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CIENCIAS SOCIALES
Curso : Sociología
2019
Índice
1) Objetivos:
2) Marco Teórico:
3) Desarrollo:
4) Conclusiones
5) Anexos
6) Referencias bibliográficas
1) OBJETIVOS
Las brechas de género se expresan en todas las áreas del desempeño, como el económico,
social, laboral, cultural, sanitario, etc. Se fundan en la jerarquización de las diferencias entre
hombres y mujeres y se expresan de distinta manera según el área de que se trate.
La brecha salarial es la diferencia existente entre el salario medio de los hombres y las
mujeres, como porcentaje del salario
medio de los hombres. Dicho de otra
manera, la brecha salarial es lo que
gana de menos una mujer de media
con respecto a lo que gana un hombre
de media.
La diferencia salarial de
género (también conocida
como brecha salarial de género) es la
diferencia entre las retribuciones
salariales de los hombres y de las
mujeres expresada como un
porcentaje del salario masculino, de
acuerdo con la OCDE.
La Comisión Europea define la brecha
salarial de género como «la diferencia
relativa en el ingreso bruto promedio
de mujeres y hombres dentro de la
economía en su conjunto». Existe una
variedad de teorías sobre cómo y por
qué las mujeres enfrentan
discriminación en el mercado laboral.
Por ejemplo, un empleador o un
cliente pueden subestimar las
habilidades de las empleadas o los
mismos compañeros de trabajo
varones pueden resistirse a trabajar
con mujeres. En general estas
actitudes no estén dirigidas a todas las
trabajadoras sino a aquellas que
ocupan puestos de mayor
responsabilidad y estatus.
2.3) Causas de la brecha salarial
Por supuesto, aceptar la teoría de que los hombres dominan a las mujeres porque es
más natural que ellos sean más agresivos y tomen el control, es absurdo. La
supremacía de los hombres no reside en factores genéticos o biológicos, pero tampoco
es una convención social arbitraria ni una conspiración por parte de los hombres. La
cuestión es más compleja.
60,0 (Porcentaje))
)
50,0 46,9
• 39,2
40,0 35,6
31,5 Mujeres
27,7 27,8
30,0
Hombres
20,0 13,7
12,0 11,8 12,7 10,9 12,4
10,0
0,0
Nacional Urbana Rural Costa Sierra Selva
25,0
18,9
20,0
15,0 11,4
0,0
De 14 a 29 años de 30 a 39 años De 40 a 49 años De 50 a 59 años De 60 a más años
Tiempo de trabajo destinado por semana al trabajo total por mujeres y hombres, 2010
(Horas/minutos
)
100
Carga total
75,54
80
Carga total
Brecha de 66,39
género
+ 9,15 h/m
60 15,54
39,28
Trabajo no
remunerado
40
Trabajo remunerado
50,46
20
36,27
0
Mujeres Hombres
Tiempo destinado por mujeres y hombres al trabajo total, según tipo de trabajo, 2010
(Horas/minutos
)
80
+14.19 +23.34
70
50.46
60
50 39.28
Mujeres
36.27
40 Hombres
30
15.54
20
10
0
Trabajo remunerado Trabajo doméstico no remunerado
3.2.6) Tiempo destinado al trabajo remunerado: los hombres destinan 14 horas con 19
minutos más al trabajo remunerado que las mujeres. Esta situación se produce en todos
los grupos de edad, siendo la brecha más amplia en el grupo de edad de 30 a 49 años de
edad, de 18 horas con 6 minutos. La menor brecha se observa entre los adolescentes que
trabajan.
3.3) Educación llave para la igualdad de género
La educación contribuye a mejorar la calidad de vida y a erradicar el círculo vicioso de la
pobreza y la enfermedad, preparando el terreno para un desarrollo sostenible. A través de una
educación básica de calidad, las niñas y niños adquieren el conocimiento y las aptitudes
necesarios para adoptar formas de vida saludables, protegerse de enfermedades de
transmisión sexual, y asumir un papel activo en la toma de decisiones de índole social,
económica y política a medida que transitan desde la adolescencia a la edad adulta.
Los adultos que han recibido una formación suelen tener menos descendencia, están más
informados acerca de las prácticas óptimas para criar a sus hijos/hijas y se preocupan de que
comiencen la escuela a su debido momento y que estén preparados para aprender. Lo que les
permite romper la cadena de pobreza y enfermedad, si la hubiera.
En el Perú, se ha avanzado de modo sustantivo hacia la paridad entre mujeres y hombres en
lo que concierne al acceso a la educación, así lo demuestran las estadísticas educacionales.
La mayoría de los promedios nacionales, muestra que la situación educativa de las mujeres
ha igualado o superado a la masculina. Sin embargo, se constatan importantes diferencias
cuando la información se abre, según distintas características de la población. Por ejemplo,
cuando analizamos la población según rango de edad notamos que a partir de los 30 años
sigue existiendo una brecha entre el acceso a la educación de hombres y mujeres.
Persisten en el país obstáculos que impiden la realización plena del derecho humano a la
educación para las mujeres, que va mucho más allá del acceso. Entre los mismos, se cuentan
el trabajo infantil (en especial el trabajo en el hogar), matrimonios tempranos, embarazos
precoces, la situación de pobreza, entre otras causas.
A nivel nacional, en el año 2016, las mujeres peruanas de 15 y más años de edad obtienen
como promedio 10,0 años de estudio, lo que equivale el inicio del tercer año de educación
secundaria, mientras que los hombres del mismo grupo de edad, obtienen 10,3 años de estudio
como promedio, es decir el transcurso del tercer año.
Por otro lado, según grupos de edad, se observa que entre la población joven se ha logrado la
igualdad de género en el acceso a la educación, ya que se obtiene casi el mismo promedio de
años de estudio para ambos géneros. Analizando la gráfica que se ve a continuación, notamos
que entre 15 a 19 años de edad, se observa que las mujeres llevan una ligera ventaja, ellas
tienen en promedio 10,0 años de estudio, mientras que los hombres 9,8 años; lo que equivale
el inicio de 3 año de educación secundaria y el último tramo de 2 año de la misma,
respectivamente. Y, entre 20 a 29 años de edad, ambos géneros obtienen los mismos años
promedio de estudio, el cual es 11,6 años, lo que es equivalente a más de la mitad del periodo
de 4 año de educación secundaria.
No obstante, entre la población adulta y adulta mayor, la población femenina todavía no ha
logrado el mismo nivel de estudios que la masculina, aun cuando, según estadísticas, la
escolaridad de las mujeres ha registrado un mayor crecimiento.
Ahora, centrando nuestro análisis a nivel regional, las diferencias son aún más notorias.
Ponemos por caso, Huancavelica y Puno, que se caracterizan por presentar alta incidencia de
la pobreza y menor nivel de desarrollo, en estas regiones el promedio de estudio en hombres
es 9,5 y 10,1 años, y en mujeres 8,2 y 8,9 años, respectivamente. Evidenciándose una brecha
de 1,3 años 1,2 años de estudio, según corresponde. Sin embargo, en Tumbes, Ica, Piura,
Región de Lima y Provincia de Lima las brechas entre géneros en el logro educativo son cortas:
0,1 años, 0,2 años, 0,2 años, 0,3 años y 0,3 años, respectivamente.
Las mujeres de regiones de Provincia de Lima, Callao, Ica, Arequipa, Tacna, Moquegua
presentan los promedios de años de estudio más altos (estos superan el promedio nacional de
estudio alcanzado, el cual es 10 años). Y, los más bajos, las mujeres de los departamentos de
Cajamarca, Huancavelica, Amazonas y Huánuco. Las mujeres de Cajamarca de encuentras
2,2 años por debajo del promedio; mientras que Huancavelica, Amazonas y Huánuco, 1,8
años.
En el caso de los hombres, los residentes de Provincia de Lima, Callao y Tacna presentan los
promedios más altos, mientras que los promedios más bajos se observan en Cajamarca,
Huánuco y Amazonas.
3.3.1) Brechas de género en los ingresos por trabajo según nivel de educación y
tipo de ocupación
Si se considera exclusivamente el factor educación, la adquisición de un mayor nivel de
escolaridad por parte de las mujeres no reduce necesariamente la diferencia de
ingresos del trabajo entre ellas y los hombres. Sin embargo, se aprecia que la menor
diferencia se produce entre las que tienen educación superior, pero manteniéndose aún
una amplia brecha. La mayor brecha se da entre las que tienen educación secundaria.
Por tipo de ocupación, entre las/os profesionales y técnicos se produce la menor brecha
de ingresos por trabajo (en el año 2016 la brecha fue de 26,9 % y 28,4%
respectivamente), y la más alta se da entre las que se dedican a actividades
agropecuarias, donde las mujeres ganan solo la mitad del ingreso de los hombres.
4.1) Si bien las mujeres peruanas han tenido avances importantes en lograr la igualdad con
los hombres en el acceso a derechos básicos como la salud y la educación, todavía están
relegadas cuando se trata de sus ingresos. Podemos evidencia las brechas en el ingreso
promedio en la sección 3.4.7 de la presente monografía y en los Anexos presentados y
debidamente analizados.
4.2) La brecha en el ingreso promedio (proporción del ingreso promedio de las mujeres
respecto al de los hombres), según el nivel educativo alcanzado se reduce, como podemos
observar en los cuadros de la sección 3.3.1, de 35,2% en el año 2008 a 29,3% en el año 2016,
esto es un buen presagio; sin embargo, esto no es suficiente, para llegar a la igualdad de
género. Esta reducción contribuye a la disminución del Índice de Desigualdad de Género de
0.408 en el año 2006 a 0.391 en el año 2016, según podemos observar en el cuadro estadístico
de la sección 3.1.2
4.3) Ante la realidad y contexto que vivimos en nuestro país, expuesta en el presente trabajo
enfocado en el ámbito laboral y el ingreso promedio, donde se evidencia que las mujeres sufren
de desigualdad de oportunidades en comparación con los hombres, es necesario medidas
políticas, económicas, sociales y culturales que combatan esta desigualdad, para garantizar la
perfecta igualdad entre hombres y mujeres, y de esto modo ellas se empoderen, y por
consiguiente se pueda construir una sociedad más justa y con igual de oportunidades para sus
ciudadanos y ciudadanas.
5) ANEXOS
En el cuadro siguiente observamos una mayor oportunidad de empleo de los hombres respecto
a las mujeres, entre los años 2007 hasta el 2016.
Vemos que el porcentaje de empleo en las mujeres del 2007 al 2011 iba en aumento, sin
embargo, desde al año 2012 hasta fines del 2016 presentó un decremento.
Observamos que en la región sierra las mujeres tienen una relación empleo-población mayor
en comparación con la costa y selva en el periodo 2007-2016. Es decir, la cantidad de
población femenina ocupada respecto a la cantidad total de mujeres es mayor en la sierra
Anexo 2.- Perú: proporción del ingreso de las mujeres respecto al de los hombres,
según ámbito geográfico