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La Escultura Colonial

La escultura colonial guatemalteca goza de fama universal por su


elevada calidad artística; su prestigio no es de ahora, como lo prueban
documentos de la época, citados por el doctor Heinrich Berlín, el licenciado
Ernesto Chinchilla Aguilar, el doctor Antonio Gallo y el doctor Luis Lujan
Muñoz, para mencionar solamente en el campo de la historiografía
contemporánea.

Se sabe que los artistas antigüeños reciban encargos de México,


Centroamérica, España e Italia en la época de su apogeo artístico.

El arte colonial en Guatemala abarco diversos campos: arquitectura, pintura,


imaginería, retablos, platería, hierro forjado, entre otros; pero no cabe duda que la
escultura es el arte que mejor representa ese periodo.

En la propia España se produjo una gran tradición de escultura en madera, con


revestimiento de estuco y aplicaciones policromas. Siendo América tan rica en
maderas preciosas, aquí se desarrolló esa modalidad hasta alcanzar niveles de
excelencia, que le dieron el prestigio que merecidamente tiene.

Del periodo de influencia renacentista se pasó al manierismo, cuyas


características son la estilización, el alargamiento de las figuras, que se apartan
de los cánones naturalistas para caer en la geometrización en la abstracción a
veces- en busca de un tipo de belleza ideal, aristocratizada para el gusto de una
nueva clase: los colonizadores.

Paralelamente, se dio también una corriente popular: imágenes toscas e ingenuas,


en las que se violan los cánones renacentistas, más por desconocimiento en las
manos de los artistas del pueblo, que por la deliberada búsqueda de nuevas
soluciones plásticas. Todo esto va a desembocar en el barroco.

Los cambios de estilo no se dieron en forma de saltos. No se pasó bruscamente


del manierismo al barroco, o del barroco al neoclásico.

Hubo periodos de transición, bajo el común denominador del naturalismo.


Ningún estilo muere repentinamente. Se da el caso de que coexistan dos o mas
tendencias en un mismo periodo, hasta que, finalmente, una se impone a las
otras.
La pintura Colonial
Durante la época colonial, florecieron las Bellas Artes en el Reino de Guatemala.
En especial fue famosa la escultura guatemalteca; se exportaba a la Nueva
España, Sudamérica y España por su gran calidad y belleza.

La pintura logró también considerable desarrollo y fueron varios los pintores,


generalmente autodidactas, que sobresalieron.

Al igual que las otras artes de la época, la pintura acusaba un fuerte impacto
religioso en su temática. Las primeras pinturas del siglo XVI se ejecutaron para
decorar iglesias y conventos con considerable influencia de los pintores
mexicanos.

Los pintores guatemaltecos comenzaron a distinguirse con un sello personal en el


siglo XVII. Entre ellos destacó Pedro de Liendo quien ejecutó las pinturas para
varios retablos famosos.

En el mismo siglo destacaron los tres pintores Montufar de una misma


genealogía. El fundador, Francisco de Montufar ejecutó varias obras, entre ellas
posiblemente el discutido retrato de Sor Juana de Maldonado y Paz.

La figura descollante en el siglo XVIII fue sin duda Tomás de Merlo,


considerado la personalidad más destacada de la pintura barroca de Guatemala.
Su paleta se caracteriza por ricos tonos primarios como el rojo, blanco y azul, con
una abundante gama de ocres.

Estas pinturas de Merlo se conservan en el Museo de Arte Colonial de La


Antigua y seis de ellas aún en El Calvario. El autor ha dirigido durante más de
once años los proyectos para su restauración con fondos de ADESCA.
La Arquitectura
colonial
Se sabe de coexistencia de estilos que datan de 1524 hasta 1590, estos
correspondientes a distintas épocas, románico, gótico, mudéjar, y algunas
variantes de renacimiento, estilos que prevalecieron en Europa. Existen algunos
de estos ejemplos arquitectónicos en las regiones de Verapaz, Quiché y
Huehuetenango.

Otro elemento común a la arquitectura de los años posteriores a la conquista es el


de tipo defensivo con que fueron construidos los monumentos principales:
iglesias y conventos eran del tipo fortaleza, con atrios extensos y rodeados de
muros con almenas y merlones. Algunos de estos ejemplos se encuentran en
Santa Catarina Barahona, San Antonio Aguas Calientes, San Pedro las Huertas,
San Cristóbal Totonicapán.

Las iglesias el siglo XVI posiblemente tenían fachadas sencillas que


paulatinamente fueron recubriéndose con diversas ornamentaciones; los
interiores eran también sencillos, con gruesos muros; generalmente constaban de
una sola nave y su techumbre era de alforje y artesonado.

Muchas de las iglesias de Guatemala son sagradas huellas del tiempo, cuya
arquitectura contiene elementos renacentistas, barrocos y góticos

Antigua Guatemala, cabecera de Sacatepéquez, fue la capital de Guatemala desde


1543, hasta que por causa de varios terremotos ocurridos en 1773, obligó a los
gobernantes a cambiar su sede a la actual Ciudad de Guatemala. Sin embargo,
fue allí donde se construyeron desde el siglo XVI los principales centros de
veneración cristiana y a la vez, de influencia política, tal y como lo fueron las
iglesias católicas en Europa, durante la época del medioevo (que abarcó diez
siglos antes del Renacimiento).
Patrimonio cultural
guatemalteco
Es la herencia cultural propia del pasado de una comunidad, con la que está viva
en la actualidad y que transmite a las generaciones presentes y futuras

Guatemala, lugar donde se asienta la Nueva Guatemala de la Asunción, la ciudad


más grande de Centroamérica, en donde la industria, la belleza natural y la
historia se mezclan para conformar este departamento.

La Tradición Urbana

Cuando los españoles colonizaron la región, esta quedó organizada en varias


reducciones de indígenas. Las más importantes estaban en Mixco, la actual Villa
Canales y Charrancho. Los españoles fundaron la Ermita de El Carmen en el
valle de las Vacas, que se mantuvo como un pequeño poblado antes del traslado
de la Capitanía General en 1773. A partir de entonces, creció de forma acelerada
y pasó de ser sede de la Capitanía General del Reino de Guatemala, a Capital de
la Confederación Centroamericana y después a Capital de la República

La mayoría de la población es de origen mestizo, de allí que las manifestaciones


culturales tengan un toque particular urbano. De esta forma, las procesiones de
Semana Santa recorren las calles de la ciudad sobre alfombras de aserrín de
colores, pino y flores, elaboradas por los vecinos. La comida típica, las ferias y
los rezados se celebran en varias fechas en honor al santo de cada parroquia. La
festividad más importante de la ciudad se conmemora el 15 de agosto, día de la
Virgen de la Asunción, con una feria que se instala en el Hipódromo del Norte
(antiguo barrio de Jocotenango).

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