El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad es un trastorno de origen
neurobiológico que comienza en la primera infancia y puede continuar hasta la adolescencia y la edad adulta. los síntomas incluyen dificultad para concentrarse y prestar atención, dificultad para controlar la conducta e hiperactividad Se presentan los siguientes casos: Niños con problemas de atención Niños con problemas de hiperactividad Niños con problemas de impulsividad CAUSAS: A. Influencia genética: Los estudios realizados con familias avalan este tipo de influencia. Un importante número de padres de niños hiperactivos presentaba esta sintomatología durante su infancia B. Baja actividad cortical. Niveles insuficientes o alteraciones en el funcionamiento de algunos neurotransmisores (sobre todo dopamina y norepinefrina). C. Complicaciones prenatales y perinatales: El consumo de alcohol y de tabaco durante el embarazo; los traumatismos, infecciones o enfermedades con afectación cerebral. D. Factores socio ambientales: Los problemas familiares, crianzas inadecuadas, escuelas ineficaces. TIPOS DE TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN: A.TDAH, presentación predominante hiperactiva-impulsiva Los chicos que tienen este tipo de TDAH presentan síntomas de hiperactividad y sienten la necesidad de moverse constantemente. También tienen dificultad para controlar los impulsos. B. TDAH, presentación predominante con falta de atención Los chicos que tienen este tipo de TDAH tienen dificultad para poner atención. Se distraen con facilidad pero no tienen mayor problema con la impulsividad o la hiperactividad. C. TDAH, presentación combinada Los chicos que tienen este tipo de TDAH muestran problemas significativos, tanto de hiperactividad/impulsividad como de falta de atención. Sin embargo, puede que al irse acercando a la adolescencia disminuyan gradualmente sus problemas de hiperactividad/impulsividad. DIAGNÓSTICO Según los criterios de la CIE–10 1/ Seis (o más) de los siguientes síntomas de desatención han persistido por lo menos durante seis meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo: Desatención 1. No suele prestar atención a los detalles junto a errores por descuido en las labores escolares y otras actividades. 2. Frecuente incapacidad para mantener la atención en las tareas o en el juego. 3. A menudo aparenta no escuchar lo que se le dice. 4. Imposibilidad persistente para cumplimentar las tareas escolares asignadas u otras misiones. 5. Disminución de la capacidad para organizar tareas y actividades. 6. Evita o se siente marcadamente incómodo ante tareas, deberes escolares que requieren un esfuerzo mental mantenido. 7. A menudo pierde objetos necesarios para unas tareas o actividades. 8. Fácilmente se distrae ante estímulos. 9. Suele ser olvidadizo en el curso de las actividades diarias. 2/ Al menos 3 de los siguientes síntomas de hiperactividad y uno de impulsividad han persistido durante seis o más meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo: Hiperactividad 1. Suele mostrar inquietud con movimientos de manos o pies o removiéndose en su asiento. 2. Abandona el asiento en la clase o en otras situaciones en las que se espera que permanezca sentado. 3. Corretea o trepa en exceso en situaciones inapropiadas. 4. Muy ruidoso en el juego o tiene dificultades para entretenerse tranquilamente en actividades lúdicas. 5. Exhibe un patrón persistente de actividad motora excesiva que no se modifica sustancialmente por el contexto o exigencias sociales Impulsividad 1. A menudo hace exclamaciones o responde antes de que se le hagan las preguntas completas. 2. Suele ser incapaz de guardar turno en las colas o en otras situaciones en grupo. 3. A menudo interrumpe o se entromete en los asuntos de otros. 4. Suele hablar en exceso sin contenerse ante las situaciones sociales. Además, deberá cumplir otros requisitos: • El inicio del trastorno es anterior a los 7 años. • Los criterios deben cumplirse en más de una situación (escuela, trabajo, en casa). • Los síntomas de hiperactividad, déficit de atención e impulsividad ocasionan malestar clínicamente significativo o una alteración en el rendimiento social, académico o laboral. • No cumple los criterios para trastorno generalizado del desarrollo, episodio maníaco, episodio depresivo o trastorno de ansiedad. EVALUACIÓN DIAGNOSTICA Pretende centrar la demanda e iniciar el proceso para confirmar o descartar la existencia del trastorno. En los servicios sanitarios el responsable de esta fase inicial será su pediatra y utilizará los instrumentos que considere más adecuados. El responsable en los centros educativos será el orientador. Protocolo de evaluación propuesto: 1. Entrevista Clínica Semiestructurada para el TDAH de Barkley (1998). 2. Escalas de evaluación (elegir una de estas): - ADHD-IV, Rating Scales para padres y maestros de DuPaul y otros (1998). - Escalas para padres y profesores de Conners, adaptadas por Farré y Narbona (1989). 3. Inventario de Conducta Infantil de Achenbach (1983). 4. Capacidades cognitivas (elegir una): - ABC de Kaufman (1998). Batería de Inteligencia General para niños. - Escalas de Weschler (1990; 1993; 2005) 5. Funciones ejecutivas y atención selectiva: Test de STROOP. JC Golden (2001). 6. Atención sostenida: CSAT, de Mateu Servera y Jordi Llabrés (2003). • Impulsividad: Test de Emparejamiento de Figuras conocidas (MFF-20) de Cairns (2005). 7. Criterios del DSM-IV–TR (2001) o de la CIE–10 (1992). • TOMA DE DECISIONES: - Si se descarta la existencia del trastorno, pero existe la condición de déficit, el tratamiento será psicoeducativo y se desarrollará en los contextos familiar y escolar. - Si los indicadores nos muestran la existencia de un TDA-H, continuará la evaluación psicopedagógica. -El orientador, a través de la familia y con el consentimiento de esta, trasladará la información al pediatra del niño para que realice una valoración complementaria. - El pediatra de atención primaria y el orientador del colegio, por su conocimiento y proximidad al niño y a la familia, son las figuras clave para que se diagnostique el TDA-H de forma precoz. ▪ Evaluación-Confirmación. Esta fase busca profundizar en los diferentes ámbitos (personal, escolar, familiar…), lo que nos llevará a conocer el perfil de cada niño y con ello a realizar un tratamiento individualizado. Dependiendo de la situación clínica, los especialistas del ámbito médico pueden considerar necesaria la intervención de los servicios de Salud Mental o de Neurología. ▪ Conclusión diagnóstica Tras la evaluación, los diferentes profesionales que han intervenido en el proceso emitirán una formulación diagnóstica en la que deberían figurar un resumen de los problemas del niño, las posibles causas, factores de riesgo y protectores… y cómo han ido evolucionando sus problemas hasta llegar a los síntomas actuales. A partir de esta formulación se deberá elaborar un Plan de Tratamiento individual e interdisciplinar. TRATAMIENTO PSICOLÓGICO – PSICOEDUCATIVO El tratamiento que se brinda debe ser multicomponente y no aislado, es decir que en la intervención van a estar presentes el niño, la familia y los docentes a cargo. Intervención escolar: Los educadores toman un papel fundamental, en el cual deben dar respuesta y solución a las diferentes necesidades educativas de los alumnos que presentan TDA-H y para poder lograrlo necesitan una formación respecto a ello. Información – formación a los docentes: Es importante que los educadores conozcan acerca de este trastorno y de su base biológica para así poder entender las necesidades y dificultades de adaptación que presenta el niño. Actuación en el aula: El centro debe aceptar al alumno con TDA-H, con sus características individuales, y realizar las adaptaciones necesarias Organización de la clase y distribución de los alumnos Controlar los estímulos sonoros y visuales, retirando aquellos que puedan distraerles. Situar al alumno con TDA-H cerca de la mesa del profesor y al lado de compañeros ordenados. Evitar la proximidad a puertas, ventanas. Materiales y recursos Los materiales de uso común, deberán hacérsele conocer su ubicación y utilización. Cuando se le den explicaciones sobre una actividad, dejarle claro qué materiales deberá utilizar. Solo tendrá encima de la mesa los que necesite para realizar la tarea y al terminar deberá recogerlos y guardarlos. Los exámenes escritos deberían ser cortos y con un vocabulario sencillo. Estrategias para captar y mantener la atención Mantener el contacto visual y promover la participación en clase a través de preguntas sencillas. Se debe utilizar estímulos visuales, de entonación y gestos exagerados, segmentar las actividades largas, supervisar seguidamente sus actividades, reforzarle sus actividades positivas con palabras alentadoras o elogios y establecerle rutinas. Intervención Familiar: Los padres son las figuras más relevantes para el niño y una pieza fundamental dentro del plan de tratamiento. 2.1. Información - formación a los padres. Se les comunicará a los padres las conclusiones de la evaluación diagnóstica y las necesidades de su hijo en los diferentes ámbitos. Se les hará ver que con el trabajo de todos los problemas van a mejorar. Hacerles ver también cómo su forma de actuar puede influir positiva o negativa. Proporcionarles conocimientos para ayudarlos a manejar las conductas disruptivas en casa 2.2. Actuación en el hogar: Se debe hacer reajustes para la eliminación de las conductas inadecuadas y la adquisición conductas deseadas, utilizar estrategias de comunicación que mejoren las relaciones con los miembros de la familia, aprender a comunicarse con él de forma efectiva, no punitiva, supervisar con frecuencia sus tareas escolares, reconocer y recompensar el esfuerzo del niño, planificar oportunidades para que su hijo establezca contactos sociales y favorecer su participación en actividades deportivas, excursiones, campamentos. Implicar al niño Informar al niño sobre lo qué le está pasando y dejarle claro que muchos de los problemas que tiene en el colegio, en sus relaciones con los compañeros y amigos o en casa van a mejorar, además de explicarle qué conductas serán objetivo de la intervención. Comorbilidad y Problemas asociados COMORBILIDADES: Los trastornos más frecuentes con los que puede coexistir son: Trastornos de conducta Los niños y adolescentes que presentan un TDA-H asociado a un trastorno negativista- desafiante (40%) o a un trastorno disocial (20%), tienen peor pronóstico y un mayor riesgo de desarrollar en el futuro un trastorno antisocial. Trastornos del estado de ánimo y de ansiedad Pérdida de interés por la mayoría de las actividades, disminución de la concentración, sensación de cansancio físico, cambios en el patrón de sueño y alimentación, y presencia de quejas somáticas. En torno al 30% de los niños con TDA-H presentan un trastorno de ansiedad o un trastorno del estado de ánimo. Trastornos del aprendizaje Se estima que un 50% de los niños con TDA-H presentan trastornos o dificultades de aprendizaje y esto implica retrasos en la adquisición del lenguaje, problemas de lecto-escritura, errores en las operaciones, dificultades en la resolución de problemas, falta de esfuerzo o de hábitos de trabajo.