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1.5 El texto y el discurso. Definición, rasgos y tipos.

Texto: Composición de signos codificados en un sistema de escritura que


forma una unidad de sentido. También es una composición de caracteres
imprimibles (con grafema) generados por un algoritmo de cifrado que, aunque
no tienen sentido para cualquier persona, sí puede ser descifrado por su
destinatario original. En otras palabras, un texto es un entramado de signos
con una intención comunicativa que adquiere sentido en determinado contexto.
Características: cohesión, coherencia, significado, progresividad,
intencionalidad y adecuación.
Según los lingüistas Beaugrande y Dressler, un texto ha de ser coherente,
cohesionado, comprensible para su lector ideal, intencionado, enmarcado en
una situación comunicativa e inmerso en otros textos o géneros para alcanzar
sentido; igualmente ha de poseer información en grado suficiente para resultar
novedoso e interesante.
Tipos: La clasificación más simple de los textos, en función de las
características que predominan en cada uno (se considera que no hay texto
puro, es decir, no hay texto que tenga rasgos correspondientes únicamente a
cada categoría, todo texto es híbrido), es como sigue; textos narrativos, textos
descriptivos, textos argumentativos, textos conmutativos, textos explicativos,
textos expositivos, textos conclusivos, textos informativos, textos predictivos,
texto formal.
Discurso: El concepto de discurso puede ser definido, según el lingüista
francés Émile Benveniste, como “la aplicación concreta del sistema lingüístico,
cuando éste se queda a cargo o es asumido, incluso transformado, por el
locutor en su acto de habla”. Esto significa que un discurso es un modo
específico y determinado de transmitir un mensaje, contemplando el marco de
reglas, normas y acuerdos de un sistema lingüístico, como lo puede ser un
idioma específico o un código específico, en lo que influyen variantes como el
contexto, el propósito del emisor, etc.
Para comprender el discurso es necesario tener en cuenta el contenido
presentado (tema), el contexto donde es producido, y los elementos
expresivos, que pueden tener diversas funciones. Referencial, si está dirigido
hacia el contexto; persuasivo o connotativo, si el propósito es influir en el
receptor; metalingüístico, si está en función del código; de contacto, si está
centrado en establecer comunicación con el receptor; poético, si el mensaje se
representa como signo artístico.
Características del discurso:
Contextos: En el estudio de los discursos, se toma muy en cuenta la serie de
factores meta y extra discursivos que lo acompañan, es decir, el contexto en
que la comunicación se produce. Las gestualidades, la información previa, la
situación comunicativa propiamente, todo influye en la elaboración de un
discurso, dado que todo esto brinda al receptor información.
Especialización: Los discursos pueden ser más o menos especializados, lo
cual significa que pueden ser decodificados por personas más o menos
informadas, estudiadas o preparadas de algún modo para el abordaje del tema
que se está comunicando. Por ejemplo, una conferencia sobre matemáticas
probablemente requiera de un público medianamente especializado, mientras
que la lectura de un noticiero apunta a un público masivo y diversificado.
Precisión: Los discursos pueden ser más o menos precisos, esto es, pueden
centrarse más o menos en la temática o intención que persiguen. Un discurso
preciso será aquel que enfoque de manera más directa sus cometidos,
mientras que uno impreciso será más errante, menos certero, tenderá a
divagar y extraviarse.
Verificabilidad: No todos los discursos son verificables, ni han de serlo. Los
discursos religiosos y estéticos no aspiran a ser verificados, es decir, a que se
compruebe la verdad de lo que exponen. Otro tipo de discursos, como el
científico, el histórico o el educativo, en cambio, sustentan su capacidad de
convencimiento y de información en la verificabilidad total de sus contenidos.
Continuidad: Los discursos son continuos, vale decir, se sostienen en el
tiempo y no ocurren de una vez, como pudiera pasar con las acciones. Los
discursos por lo general suceden en el tiempo, dada su naturaleza lingüística:
se necesita llegar al final de la frase dicha para entender su significado
completo, así como se debe leer hasta la última palabra de un escrito para
saber qué cosa dice.
Tipos de discurso: De acuerdo a su propósito y a los elementos de la realidad a los
que presta atención, podemos hablar de los siguientes tipos de discurso:
Científico-tecnológico. Aquel que emprende el conocimiento de la realidad y
su transformación en beneficio de los seres humanos.
Estético. Aquel cuya preocupación es la forma misma en que el mensaje se
está presentando: las artes y la literatura son un perfecto ejemplo.
Religioso. Aquel que a través de relatos, alegorías y comparaciones, propone
un modelo de cosmogonía (origen de las cosas) o un código moral justificado
en los mandamientos divinos.
Retórico. Aquel que pretende influir, convencer, persuadir a los interlocutores,
para movilizarlos hacia alguna actitud o pensamiento determinado.
Educativo. Aquel cuya máxima preocupación es la transmisión de información
y conocimientos de la manera idónea.
Histórico. Aquel que procura rescatar los eventos ocurridos en el tiempo y
establecer entre ellos algún margen de entendimiento o de conclusiones.
Político. Aquel que intenta construir un modelo de comunidad determinado y
de influir en el pensamiento de las masas.
Formas del discurso
En la comunicación se emplean formas de discurso. Dependiendo del propósito y de
la perspectiva que se adopte, se puede intervenir en una conversación de diferentes
maneras fundamentales.
Narración: Narrar es reproducir verbalmente de una serie de sucesos, que
pueden ser tanto reales como imaginarios, que una persona realiza siguiendo
un orden cronológico.
Descripción: Describir es representar rasgos característicos de una realidad
para que el oyente lo perciba en su imaginación. La descripción se puede
definir como la "pintura con palabras".
Diálogo: Dialogar es reproducir palabras o pensamientos de personas, que
pueden ser tanto reales como imaginarias, que hablan una con la otra.
Exposición: Exponer es presentar ordenadamente una serie de ideas sobre
un tema con la finalidad de que el oyente las conozca y pueda comprenderlas.
Argumentación: Argumentar es defender una opinión mediante la exposición
de pruebas con la finalidad de convencer al oyente.

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