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INTRODUCCIÓN
En términos generales, los últimos trabajos que se han dedicado al tema de la
responsabilidad médica parten advirtiendo que la forma de prestar la medicina ha
cambiado, para graficar el hecho de que hemos pasado de relaciones simples médico
paciente a relaciones complejas médico-paciente-clínica-Isapres. Se postula que el
sujeto de imputación que interesa es la Institución (clínica u hospital), y se pretende la
unificación de los estatutos que rigen las instituciones públicas y privadas 2. No obstante
lo anterior, muchos de estos trabajos abordan el fenómeno de la “colectivización” en
base a supuestos poco problemáticos, y cuando se enfrentan a los desafíos que generan
las prestaciones colectivas contemporáneas, simplemente los resuelven haciendo uso de
estructuras individuales de imputación3.
Es lo que sucede con la responsabilidad del equipo médico que, por un lado, es
descrita como una responsabilidad que proviene de una actuación grupal; mientras que
por el otro, se afirma que la responsabilidad es individual en tanto que el “equipo” no
tiene responsabilidad jurídica4. Y es lo que sucede con la responsabilidad civil de las
clínicas cuando las mismas son aprehendidas por una visión un poco trasnochada, como
simples prestadoras de servicios paramédicos o extra-médicos (hotelería o corretaje) y,
por lo mismo, irresponsables de los daños derivados de la prestación de servicios
propiamente médicos5.
Al análisis de este último supuesto dedicaremos las líneas que siguen, pues ese
abordaje no da cuenta de la realidad en que se prestan los servicios médicos hoy en día;
y empeora sensiblemente las posibilidades de que los pacientes obtengan una reparación
1
Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Licenciado en Derecho por la
Universidad Complutense de Madrid. Doctor en Derecho por la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Dirección postal: Pío Nono 1, Providencia, Chile. E-mail: hcardenas@derecho.uchile.cl
2
En esta perspectiva puede verse recientemente, TOCORNAL COOPER, Josefina, La responsabilidad civil
de clínicas y hospitales, Legal Publishing, Santiago, 2014. Específicamente, la obra cuestiona las
diferencias entre los estatutos contractual, extracontractual, público y privado, en el capítulo IV, pp. 256
y ss.
3
Tan solo con el objeto de ejemplificar el punto, repárese en que el problema de las relaciones entre las
Instituciones de Salud y los “contratantes independientes” (uno de los problemas prácticos más graves
que debe resolver quien quiera demandar la responsabilidad de una clínica o centro de salud), ha sido
completamente ignorado por la doctrina nacional.
4
Sobre el tratamiento de la responsabilidad del equipo médico en el ámbito nacional cfr. PIZARRO
WILSON, Carlos, “Mal praxis en el equipo médico”, en Revista médica de
Chile, vol.139, no.5, Santiago, 2011, pp. 667 y ss. En el derecho comparado se avanza hacia una acción
contractual y solidaria.
5
Es la visión que tradicionalmente se ha impuesto en la doctrina española. Sobre este punto puede verse
la clásica obra de FERNÁNDEZ HIERRO, José, Sistema de responsabilidad médica, cuarta ed., Comares,
Granada, 2002, pp. 394 y ss.
1
CÁRDENAS VILLARREAL, Hugo (2015): “Sobre el arriendo de quirófanos e infraestructura clínica. Reflexiones en torno a una defensa recurrente”, en
Estudios de Derecho Civil X. Jornadas Nacionales de Derecho Civil de Valparaíso 2014, Editorial Legal Publishing, Santiago, (en prensa).
de perjuicios, en tanto que el sujeto que obtiene las mayores ganancias deviene
irresponsable. El problema reviste gran importancia pues si bien hace apenas unos años
se trataba de un asunto eminentemente teórico, hoy es una de las principales defensas
que oponen las clínicas privadas y de algunos hospitales públicos.
En lo que sigue se argumentará en contra de la tesis que concibe a la clínica
como arrendadora de espacio e infraestructura. Se afirmará que en el ordenamiento
jurídico chileno, cualquiera que sea el modelo teórico-explicativo que se utilice, impide
que la clínica pueda desligarse de la responsabilidad por los servicios médicos que se
presten en sus instalaciones (sobre todo de las que se realizan en sus quirófanos). Al
efecto, la exposición estará dividida en dos partes: en la primera, perfilaremos el
problema advirtiendo a partir del reflejo que está tenido la tesis de arrendamiento en la
práctica y la jurisprudencia nacional (I) y; en la segunda, expondremos algunos de los
argumentos que a nuestro juicio fundamentan la tesis de la responsabilidad de las
clínicas por los daños que se causen en sus quirófanos (II). Al final se harán algunos
comentarios conclusivos.
I
EL PROBLEMA EN LA JURISPRUDENCIA NACIONAL
Dado que la tesis del arrendamiento del quirófano es una defensa que se articula
en el contexto de un discurso contractual, y dado que en Chile la incardinación de la
responsabilidad médica en los moldes contractuales es un fenómeno relativamente
reciente, podría pensarse que estamos ante una estrategia novedosa. Sin embargo, ya
veremos cómo, con algún matiz, se trata de la misma defensa que se utilizaba en el
periodo en que se demandaba la responsabilidad médica en sede extracontractual6. En el
fondo, se trata de disminuir el protagonismo de la clínica en la prestación de los
servicios médicos estricto sensu y, muy específicamente, respecto de las actuaciones
que se llevan a cabo al interior del quirófano.
6
Sobre las estructuras de imputación propias de la responsabilidad extracontractual de las clínicas en el
ámbito nacional debe verse ZELAYA ETCHEGARAY, Pedro, “La responsabilidad civil de Hospitales y
Clínicas privadas: hacia una paulatina responsabilidad estricta por riesgo de la empresa”, en
Responsabilidad civil de entidades corporativas, AA.VV, Jorge Baraona González (editor), Cuadernos
de Extensión Jurídica 7, Universidad de Los Andes, 2003, pp. 173 y ss.
2
CÁRDENAS VILLARREAL, Hugo (2015): “Sobre el arriendo de quirófanos e infraestructura clínica. Reflexiones en torno a una defensa recurrente”, en
Estudios de Derecho Civil X. Jornadas Nacionales de Derecho Civil de Valparaíso 2014, Editorial Legal Publishing, Santiago, (en prensa).
20127. En el caso, la paciente acudió a la consulta particular del Dr. Goñi, quien tras
diagnosticar un tumor en la cara, recomienda su extracción mediante una cirugía que se
realizó en el Hospital Clínico de la Pontificia Universidad Católica. Durante la
operación, el médico seccionó un nervio facial que le produjo una parálisis permanente
al paciente quien, a la postre, demanda extracontractual y solidariamente al médico y al
Hospital Clínico UC, para que sean condenados “directa y solidariamente” ex artículos
1437 y 2314 del CC.8
Básicamente, el hospital clínico construye su defensa sobre la falta de
dependencia del facultativo. En el juicio, el 12° juzgado civil de Santiago acogió la
demanda respecto de la responsabilidad Dr. Goñi y excluyó la del Hospital Clínico UC
en los siguientes términos:
“CUADRAGESIMO PRIMERO: …
La sentencia fue confirmada por los tribunales superiores, y así quedó firme un
fallo que condenó a un médico por el incumplimiento de un “deber de información”9, al
tiempo que absolvió al centro hospitalario al negar el vínculo de subordinación y
dependencia; y en lo que aquí más interesa, al excluir del contrato de servicios
7
12° JLC Santiago, 29.08.2008, rol. C-4421-2001; CA Santiago, 06.08.2009, rol. 10.569-2008; CS,
26.01.2012, rol. 8352-2009.
8
Respecto del Hospital Clínico también se invocaron los artículos 2320 y 2322 del CC.
9
Según los vistos de la Corte Suprema:
“k) El demandado no informó a la demandante los casi ciertos resultados de la parálisis total y las
diversos opciones de reconstrucción por la ejecución de una resección del nervio facial porque la
naturaleza del tumor sólo fue conocida en la intervención quirúrgica.
l) El demandado debió suspender la intervención quirúrgica e informar a la paciente el nuevo escenario
que enfrentaba”.
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El fallo resulta criticable puesto que el propio médico reconoció la dependencia en la absolución de
soluciones, y porque su vinculación el hospital es tan fuerte, que su nombre es utilizado para
promocionar a la institución en la web.
http://redsalud.uc.cl/ucchristus/cirugia-oncologica-y-maxilofacial/quienes-somos/equipo-medico.act
(visto por última vez el 28.02.2015). La referencia es actual y es posible que no existiese cuando se
produjeron los hechos, pero la vinculación pública del médico con la institución es incuestionable. Un
comunicado de apoyo de la Facultad de Medicina puede verse en: http://www.lanacion.cl/noticias/vida-
y-estilo/facultad-de-medicina-de-la-uc-sale-en-defensa-de-medico-condenado-por-negligencia/2009-08-
11/124142.html (visto por última vez el 28.02.2015).
11
Al respecto, en el Manual del Estándar General de Acreditación para Prestadores Institucionales
Destinados al Otorgamiento de Servicios de Imagenología (http://www.supersalud.gob.cl/568/articles-
4530_manual_SI_pdf.pdf) puede leerse:
4
CÁRDENAS VILLARREAL, Hugo (2015): “Sobre el arriendo de quirófanos e infraestructura clínica. Reflexiones en torno a una defensa recurrente”, en
Estudios de Derecho Civil X. Jornadas Nacionales de Derecho Civil de Valparaíso 2014, Editorial Legal Publishing, Santiago, (en prensa).
12
Juicio ventilado ante el Cuarto Juzgado Civil de Santiago, rol N° C-24.038-2012, y que actualmente se
encuentra en etapa probatoria.
La demandada manifestó que el contrato de hospitalización la obligaba a: “…a proporcionar, tanto a la
demandante como a su equipo médico tratante, la infraestructura clínica de pabellones y servicios de
enfermería, esto es, el recinto y los equipos técnicos necesarios y adecuados para llevar a cabo la
cirugía previamente acordada entre la actora y el codemandado, como parte del contrato de prestación
de servicios médicos que ellos celebraron en forma independiente de la Clínica”.
13
Este juicio está siendo actualmente conocido por el Décimo Sexto Juzgado Civil de Santiago, rol C-
3771-2014.
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CÁRDENAS VILLARREAL, Hugo (2015): “Sobre el arriendo de quirófanos e infraestructura clínica. Reflexiones en torno a una defensa recurrente”, en
Estudios de Derecho Civil X. Jornadas Nacionales de Derecho Civil de Valparaíso 2014, Editorial Legal Publishing, Santiago, (en prensa).
14
Sciaccaluga Rocuant c/ Escudero Schiappaccasse y otros 2004, 2º JLC Viña del Mar, 30.06.2003. La
sentencia entendió además (cons.13°), “que en el caso sub-lite, resultan hechos no controvertidos que la
demandante ingresó a la clínica por indicación de su médico tratante, que, según la misma actora
sostiene, la había atendido durante catorce años con título profesional debidamente acreditado y con el
correspondiente diagnóstico preoperatorio; que la intervención quirúrgica se efectuó en uno de sus
pabellones y que luego del acto operatorio, permaneció internada en el establecimiento durante seis días,
de lo cual se desprende que la Clínica ha dado cabal cumplimiento a las obligaciones que le imponía su
reglamento, proporcionando, adecuadamente, la infraestructura del centro de salud, así como sus
pabellones y equipamiento clínico para la realización de la intervención quirúrgica y los cuidados post
operatorios de la paciente”.
15
CS, 19.06.2014, rol 5817-2013. En los hechos, la señora González tuvo un parto normal, sin
complicaciones en el pabellón del centro asistencial demandado, siendo asistida por su médico tratante y
su equipo médico. A las horas la paciente presentó hemorragia genital y su médico le realizó una
intervención de urgencia, que consistió en la cauterización de una arteria ubicada en el útero”. A raíz de
lo anterior, la paciente quedó en observación, siendo trasladada a la Unidad de Cuidados Intensivos,
donde finalmente falleció.
6
CÁRDENAS VILLARREAL, Hugo (2015): “Sobre el arriendo de quirófanos e infraestructura clínica. Reflexiones en torno a una defensa recurrente”, en
Estudios de Derecho Civil X. Jornadas Nacionales de Derecho Civil de Valparaíso 2014, Editorial Legal Publishing, Santiago, (en prensa).
II
Atomistas vs. Integrados
Las dos posiciones jurisprudenciales que acabamos de repasar corresponden
respectivamente a dos modelos teóricos que podríamos denominar atomista (o
individualista) e integrado (o corporativista) respetivamente. Se trata de dos paradigmas
antagónicos que pueden son utilizados para explicar y normar el ámbito de realidad en
que se prestan los servicios médicos en la actualidad.
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CÁRDENAS VILLARREAL, Hugo (2015): “Sobre el arriendo de quirófanos e infraestructura clínica. Reflexiones en torno a una defensa recurrente”, en
Estudios de Derecho Civil X. Jornadas Nacionales de Derecho Civil de Valparaíso 2014, Editorial Legal Publishing, Santiago, (en prensa).
16
LORENZETTI, Ricardo, La empresa médica, 2ª ed., Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2011, p. 420 y ss.
17
Cfr. LEVIN, Howard, “Hospital vicarious liability por negligence by independent contractors
physicians: A new rule for new times” en University of Illinois Review, 2005, p. 1293.
8
CÁRDENAS VILLARREAL, Hugo (2015): “Sobre el arriendo de quirófanos e infraestructura clínica. Reflexiones en torno a una defensa recurrente”, en
Estudios de Derecho Civil X. Jornadas Nacionales de Derecho Civil de Valparaíso 2014, Editorial Legal Publishing, Santiago, (en prensa).
and manual workers, and they charge patients for medical care and treatment,
collecting for such services, if necessary, by legal action. Certainly, the person who
avails himself of ‘hospital facilities’ expects that the hospital will attempt to cure him,
not that its nurses or other employees will act on their own responsibility”18.
Por cierto, que el problema se agudizaba cuando se trataba de un médico
independiente (Independant contractor physicians), pero la idea de que es el hospital
quien organiza y controla la prestación de servicios hizo que la jurisprudencia
norteamericana comenzara a presumir por medio de distintos modelos argumentativo19,
la “dependencia contractual” del médico con el Hospital. Así, por ejemplo, en Le
Conche con Elligers 199120 una paciente sufrió daños a consecuencia de un error de
diagnóstico, demandado al médico y al hospital por incumplimiento de contrato. El
Hospital alegó falta de legitimidad pasiva en atención a que el médico que incurrió en la
negligencia era un “independent contractor”. Sin embargo, la Corte de Connecticut
imputó responsabilidad al Hospital aduciendo que éste había creado la “reasonable
belief” en el paciente de que los doctores eran en los hechos empleados del Hospital. En
Menzie v. Windham Community Memorial Hosp 1991, la misma Corte imputó
responsabilidad al Hospital por vía de la “apparent agency” aduciendo que: “The record
reveals some evidence that the hospital held the doctors out as its employees. For
example, allowing the doctors to wear operating room clothing provided by the hospital
with the name of the hospital printed on it, referring to the Anesthesiology Associates as
the hospital’s ‘anesthesia department,’ and failing to inform plaintiff that the doctors
were not employees could be considered relevant to this conclusion. However, although
plaintiff might have satisfied the first part of the test for apparent agency, that question
need not be decided because he has failed to satisfy there liance requirement”21.
Se observa una tendencia en el ordenamiento de los Estados Unidos de América
en orden a responsabilizar a la clínica como un solo ente prestador de servicios médicos
integrales22. En términos generales pensamos que se podría decir que se trata de una
tendencia compartida por algunos ordenamientos de la familia romano-germánica,
18
Bing v. Thuning (1957)2 N.Y.2d 656, 666. Citado por BEDARD Mary K. “When is a hospital liable for a
physician´s malpratice?”, en Plaintiff, San Francisco, Julio 2008.
19
El estudio de los modelos teóricos que han utilizado las Cortes norteamericanas para establecer la
“dependencia” puede verse en LEVIN, Howard, ob. cit., p. 1295 y ss. También la Corte Suprema de
Alaska realizó un extenso análisis a estas teorías en el caso Fletcher v. South Peninsula Hosp., 71 P.3d
833 (2003).
20
Le Conche con Elligers, Conn. Super. LEXIS 1693 (July 16, 1991; Stengel, J.)
21
Menzie v. Windham Community Memorial Hosp., 774 F. Supp. 91 (D. Conn. 1991; Dorsey, J). incluso
yendo más allá, la Corte siguió argumentando en siguiente sentido: “Further, the court finds several
reasons for applying the doctrine of apparent agency to a hospital. No reasonable patient in the position
of the plaintiff would asume anything else butt hat the medical staff performing the medical procedures
were employees of the hospital. Indeed, a patient has the right torely on the reputation of the hospital
when she agrees to have a medical procedure performed at the hospital. As such, itis reasonable for the
public to asume that a hospital to which it goes for treatment exercises medical supervisión over, and
isresponsible for the negligence of, medical personnel providing services whether they are independent
contractors or not. ... Accordingly, the court finds that Connecticut law does not preclude a plaintiff
from bringing an apparent agency claim against a hospital for the alleged negligence of a doctor who is
an independent contractor”.
22
Utilizando la teoría de “apparente agency” McClelland v. Day Kimball Hosp., 2001 Conn. Super.
LEXIS 366 (Feb. 2, 2001; Bishop, J.); Wilverding v. Ostrowitz, 2000 Conn. Super. LEXIS 607 (Feb. 28,
2000; Skolnick, J.); Custer v. Kurowski, 1999 Conn.Super. LEXIS 228 (Jan. 29, 1999; Hurley, J.);
Francisco v. Hartford Gynecological Center, Inc., 1994 Conn. Super. LEXIS 521 (Mar. 1, 1994;
Corradino, J.); Koniak v. Sawhney, 1994 Conn. Super. LEXIS 95 (Jan. 13, 1994; Rush, J.); LeConche v.
Elligers, 1991 Conn. Super. LEXIS 1693 (July 16, 1991; Stengel, J.).
9
CÁRDENAS VILLARREAL, Hugo (2015): “Sobre el arriendo de quirófanos e infraestructura clínica. Reflexiones en torno a una defensa recurrente”, en
Estudios de Derecho Civil X. Jornadas Nacionales de Derecho Civil de Valparaíso 2014, Editorial Legal Publishing, Santiago, (en prensa).
23
LORENZETTI, R., ob. cit., p. 421.
24
BUERES, Alberto, Responsabilidad civil de los médicos, 3ª ed., Hammurabi, Buenos Aires, 2006, p. 302
y ss.
25
Cfr. Pedrero Jorrat c/ Sociedad Médica de Emergencia Ltda. 2002, rol 2352-02; Valdés Acevedo c/
Vidal Kocksh y Kocksh Cia Ltda. (Clínica Los Andes) y Clínica Renacer Sociedad Comercia 2011, rol
6219-09.
26
Avendaño Godoy c. Clínica Portales y Soc. Kohan Hnos Ltda 2000, CA Santiago, 28.04.2000, rol.
6956-1996.
27
LORENZETTI, R., La empresa…, ob. cit., pp. 421 y ss.
10
CÁRDENAS VILLARREAL, Hugo (2015): “Sobre el arriendo de quirófanos e infraestructura clínica. Reflexiones en torno a una defensa recurrente”, en
Estudios de Derecho Civil X. Jornadas Nacionales de Derecho Civil de Valparaíso 2014, Editorial Legal Publishing, Santiago, (en prensa).
debería ser suficiente para desterrarla del ámbito médico sanitario. No obstante lo
anterior, nos parece que el hecho verdaderamente relevante es que se haya recurrido a la
utilización de esta antigua institución con claro fin de sujetar la responsabilidad de las
clínicas y centros hospitalario por el hecho del personal dependiente como
independientes que utiliza sus instalaciones. En otras palabras, aunque la
fundamentación que aporta la estipulación no sea la más adecuada para dar razón de la
forma en que se prestan los servicios médicos en la actualidad, su utilización es un
indicativo de la tendencia jurisprudencial hacia la responsabilidad de la clínica y el
estudio de las relaciones entre las mismas y los facultativos.
2. El paradigma integrado
Al modelo atomista que acabamos de analizar, se opone el también llamado
modelo bipartito, cuya característica principal es la defensa de la existencia de un solo
contrato entre el paciente, por un lado; y la institución y los médicos que prestan el
servicio, por otro. Básicamente, esta tesis se basa en el ensanchamiento del vínculo
obligatorio por la acción del principio de la irrelevancia de la sustitución, y el de la
equivalencia de comportamientos. Según este último, frente al acreedor (el paciente, en
nuestro caso), tanto la conducta del deudor como la de sus sustitutos/ auxiliares o socios
en el uso y goce de ciertos bienes, representan un mero quid facto, que no puede
perjudicar al acreedor; por lo que el deber de responder por los hechos del dependiente
que pesa sobre el principal, es irrefragable”.28
El paradigma bipartito o integrado funciona sobre la idea de que solo hay dos
polos de interés: el del paciente; y el de los prestadores. Desde este punto de partida
entiende que cuando el hospital presta servicios médicos (mediante personal
dependiente como independiente), hay un solo contrato con pluralidad de sujetos.
Parece que es el modelo que mejor da cuenta de la realidad y podría cubrir todos los
casos en que el hospital ofrece servicio integrales; así como aquellos en que el paciente
toma inicialmente contacto con el médico, creyéndolo dependiente de una clínica o u
otra institución de salud (el caso paradigmático será el de los médicos “independientes”
que arriendan boxes en las clínicas).29
Sin embargo, lo hasta aquí visto todavía no resuelve los casos en que el paciente
es informado de que no hay dependencia, y que el médico tiene un convenio para
utilizar el quirófano de determinado centro médico. Podría pensarse que en este caso es
innegable la existencia de dos contratos y que la clínica solo responde de proveer el
espacio (arrendamiento de cosas) y servicios extra médicos (arrendamiento de servicios
inmateriales).
En nuestra opinión, esa idea es errada e incompatible con el ordenamiento
jurídico chilenos pues al tratarse de operaciones quirúrgicas, aunque se razone sobre la
base de la existencia de dos contratos (uno con el médico y otro con la institución), ha
de entenderse que el prestador institucional —además de facilitar el quirófano—, presta
servicios médicos stricto sensu. Y ello es básicamente así: 2.1) porque la normativa
chilena concibe a las clínicas como prestadora de servicios médicos stricto sensu; y 2.2)
porque existe una conectividad contractual que debilita la acción del principio del efecto
28
Cfr. LORENZETTI, R., La empresa…, ob. cit., pp. 426 y ss.
29
Idem.
11
CÁRDENAS VILLARREAL, Hugo (2015): “Sobre el arriendo de quirófanos e infraestructura clínica. Reflexiones en torno a una defensa recurrente”, en
Estudios de Derecho Civil X. Jornadas Nacionales de Derecho Civil de Valparaíso 2014, Editorial Legal Publishing, Santiago, (en prensa).
30
SÁNCHEZ GÓMEZ, Amelia, Contrato de servicios médicos y contrato de servicios hospitalarios,
Editorial Tecnos, Madrid, 1998, pp. 312 y ss.
12
CÁRDENAS VILLARREAL, Hugo (2015): “Sobre el arriendo de quirófanos e infraestructura clínica. Reflexiones en torno a una defensa recurrente”, en
Estudios de Derecho Civil X. Jornadas Nacionales de Derecho Civil de Valparaíso 2014, Editorial Legal Publishing, Santiago, (en prensa).
31
Sobre la obligación de seguridad puede verse PREVOT, Juan y CHAIA, Rubén, La obligación de
seguridad, Hammurabi, Buenos Aires, 2005. Para una crítica a la evolución de la doctrina véase
MAZEAUD, Denis, “Le régimen de la obligation de sécurité”, en Gazatte du Palais, París, 1997, p. 1201 y
ss.
32
En la doctrina chilena, sobre el tema de los contratos coligados puede verse LÓPEZ SANTA MARÍA,
Jorge, “Las cadenas de contratos o contratos coligados”, en Revista de la Universidad Católica de
Valparaíso, vol. XIX, Valparaíso, 1998, pp. 159 y ss.
13
CÁRDENAS VILLARREAL, Hugo (2015): “Sobre el arriendo de quirófanos e infraestructura clínica. Reflexiones en torno a una defensa recurrente”, en
Estudios de Derecho Civil X. Jornadas Nacionales de Derecho Civil de Valparaíso 2014, Editorial Legal Publishing, Santiago, (en prensa).
CONCLUSIONES
La irrupción de la tesis contractual ha propiciado que algunos prestadores
institucionales construyan sus defensas legales sobre la base de la existencia de un
contrato de arrendamiento de quirófano, que no los haría responsable respecto de los
actos médicos que en su interior realicen facultativos independientes.
33
CORBELLA I DUCH, J., La responsabilidad civil de los centros sanitarios, Ed. Atelier, Barcelona, 2008,
p. 40.
34
A nuestro juicio, esta relación fue captada con acierto en Muñoz con Clínica del Maule 2014 (rol Nº
10438-2013), cuando se afirmó que “desde que deja entrar al equipo la clínica se hace responsable; ya
que como las clínicas ganan dinero con el prestigio de los médicos con quienes se relacionan, no pueden
pretender desligarse de toda responsabilidad por los hechos de éstos”.
14
CÁRDENAS VILLARREAL, Hugo (2015): “Sobre el arriendo de quirófanos e infraestructura clínica. Reflexiones en torno a una defensa recurrente”, en
Estudios de Derecho Civil X. Jornadas Nacionales de Derecho Civil de Valparaíso 2014, Editorial Legal Publishing, Santiago, (en prensa).
BIBLIOGRAFÍA
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CÁRDENAS VILLARREAL, Hugo (2015): “Sobre el arriendo de quirófanos e infraestructura clínica. Reflexiones en torno a una defensa recurrente”, en
Estudios de Derecho Civil X. Jornadas Nacionales de Derecho Civil de Valparaíso 2014, Editorial Legal Publishing, Santiago, (en prensa).
JURISPRUDENCIA CITADA
Beale con Clínica y Maternidad Sara Moncada y otro 2012, 4º Juzgado Civil de
Santiago, rol N° C-24.038-2012, en tramitación.
Muñoz con Clínica del Maule 2014, 3º JLC Talca, 05.09.2012 (acoge); Conf. CA Talca,
02.09.2013, rol Nº 1231-2012.; CS, 17 de julio de 2014, rol Nº 10438-2013.
Pastor Espejo v. Goñi Espíldora y Hospital Clínico UC 2012, 12° JLC Santiago,
29.08.2008, rol. C-4421-2001; CA Santiago, 06.08.2009, rol. 10.569-2008; CS,
26.01.2012, rol. 8352-2009.
Sciaccaluga Rocuant c/ Escudero Sciappaccasse y otros 2006, 02º JLC Viña del Mar,
30.06.2003, rol nº 2848-2001 (rechaza); Conf. CA Valparaíso, 02.08.2004, rol nº 3291-
03; Conf. CS, 18.12.2006, rol nº 5090-2004 (Recurso de casación en el fondo acogido).
Salazar Navarro c. Clínica Reñaca 2014, CS, 19.06.2014, rol 5817-2013.
Pedrero Jorrat c/ Sociedad Médica de Emergencia Ltda. 2002, rol 2352-02.
Valdés Acevedo c/ Vidal Kocksh y Kocksh Cia Ltda. (Clínica Los Andes) y Clínica
Renacer Sociedad Comercia 2011, rol 6219-09.
Sverdlov con Clínica Las Condes S.A 2014, 10º Juzgado Civil de Santiago, rol C-3771-
2014 (en tramitación).
Bing v. Thuning 1957, 2 N.Y.2d 656, 666.
Custer v. Kurowski 1999, Conn. Super. LEXIS 228 (Jan. 29, 1999; Hurley, J.).
Fletcher v. South Peninsula Hosp. 2003. Alaska. 71 P.3d 833.
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CÁRDENAS VILLARREAL, Hugo (2015): “Sobre el arriendo de quirófanos e infraestructura clínica. Reflexiones en torno a una defensa recurrente”, en
Estudios de Derecho Civil X. Jornadas Nacionales de Derecho Civil de Valparaíso 2014, Editorial Legal Publishing, Santiago, (en prensa).
Francisco v. Hartford Gynecological Center, Inc. 1994 ,Conn. Super. LEXIS 521 (Mar.
1, 1994; Corradino, J.);
Koniak v. Sawhney1994, Conn. Super. LEXIS 95 (Jan. 13, 1994; Rush, J.);
Le Conche con Elligers 1991, Conn. Super. LEXIS 1693 (July 16, 1991; Stengel, J.)
McClelland v. Day Kimball Hosp. 2001, Conn. Super. LEXIS 366 (Feb. 2, 2001;
Bishop, J.)
Menzie v. Windham Community Memorial Hosp.1991, 774 F. Supp. 91 (D. Conn. 1991;
Dorsey, J).
Wilverding v. Ostrowitz2000, Conn. Super. LEXIS 607 (Feb. 28, 2000; Skolnick, J.).
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