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convivientes o si son aplicables las reglas del artículo 312 del CC.
Fundamento jurídico Se desprende del texto transcrito que el agravio enunciado hace
relevante referencia tácita a la concordancia que se presenta entre los Artículos
312 y 326 del Código Civil, en cuanto el primero regula sobre la
prohibición de contratar entre cónyuges y el segundo sobre la unión de
hecho, en cuyo primer párrafo se preceptúa que: “La unión de hecho,
voluntariamente realizada y mantenida por un varón y una mujer, libres
de impedimento matrimonial, para alcanzar finalidades y cumplir
deberes semejantes a los del matrimonio, origina una sociedad de bienes
que se sujeta al régimen de sociedad de gananciales, en cuanto le fuere
aplicable, siempre que dicha unión haya durado por lo menos dos años
continuos”.
I. ASUNTO
2.1. DEMANDA. El doce de septiembre de dos mil seis[4]María Guizado Villanueva acude al
órgano jurisdiccional interponiendo demanda sobre Declaración de Unión de Hecho, planteando
como pretensión la declaración judicial de la convivencia que mantuvo con el demandado Jorge
Cabrejo Dávila por más de veinte años, siendo ambos solteros, acumulando a su petitorio las
pretensiones de Liquidación de los Bienes Gananciales adquiridos durante la vigencia de la unión
de hecho y la Indemnización por daños y Perjuicios, según los términos de la resolución número
trece de fecha tres de abril de dos mil ocho[5]. Expone como fundamentos principales de sus
petitorios lo siguiente: a) Con el demandado se conoció en el año mil novecientos ochenta,
iniciando una relación de convivencia que duró hasta el seis de diciembre de dos mil cinco, fecha
en la que aquél sin mediar causa alguna se retiró del hogar constituido. Procrearon cuatro hijos
de nombres Anguiela Fiorela Cabrejo Guizado, Álvaro Manuel Cabrejo Guizado, Alex Franko
Cabrejo Guizado y José Jorge Cabrejo Guizado, nacidos el tres de noviembre de mil novecientos
ochenta y seis, catorce de mayo de mil novecientos noventa y uno, treinta de julio de mil
novecientos noventa y cuatro y diecinueve de marzo de mil novecientos ochenta y dos,
respectivamente, habiendo fallecido el último de los nombrados; b) Como prueba de la
convivencia adjunta la Partida número PO2037144 del inmueble constituido por la Manzana 49,
Lote 19, del Pueblo Joven Proyectos Especiales del Distrito de San Juan de Lurigancho, adquirido
por los convivientes, habiendo ambos ejecutado la construcción sobre el Lote del Jirón Cusco
números 812 - 812 A - 814 del Cercado de Lima, lugar donde la actora vive con sus hijos. También
han adquirido el cincuenta por ciento de los derechos y acciones del predio ubicado en el Jirón
Cusco números 816-820 del Cercado de Lima, y que debido a la confianza de pareja que existió,
si bien los bienes fueron adquiridos con dinero de ambas partes, se convino en que solo se
registrarían a nombre del demandado; c) Durante la convivencia adquirieron los siguientes
bienes: inmueble ubicado en la Manzana 49, Lote 19, del Pueblo Joven Proyectos Especiales del
Distrito de San Juan de Lurigancho, inscrito en la Partida número PO2037144; inmueble ubicado
en el Jirón Cusco números 812 - 812 A - 814 del Cercado de Lima, inscrito en la Partida número
49007723; local comercial número C-405 ubicado en el cuarto piso del Jirón Cusco número 783
con el Jirón Paruro números 916 - 926 del Cercado de Lima; el cincuenta por ciento del inmueble
ubicado en el Jirón Cusco números 816 - ochocientos 820 del Cercado de Lima y una camioneta
Panel Marca Toyota, con Placa número QQ-4552, color blanco del año mil novecientos noventa y
nueve; y, d) Habiendo terminado la convivencia por abandono del demandado, al amparo del
Artículo 326 del Código Civil, debe indemnizarle con la suma de US$350,000.00 o su equivalente
en moneda nacional en la fecha de su pago.
2.8. RECURSO DE APELACIÓN. El tres de junio de dos mil catorce[20] la pretensora ejercita su
derecho impugnatorio contra la sentencia de primera instancia, esgrimiendo sustancialmente lo
siguiente: a) La A quo no ha considerado ni evaluado las declaraciones testimoniales admitidas y
actuadas, existiendo documentación que prueba que la convivencia duró hasta el año dos mil
seis; b) Se considera como bien social solo un inmueble, sin advertirse que existen otros bienes
adquiridos dentro de la convivencia, como lo son el predio ubicado en el Jirón Cusco números
816-820 Cercado de Lima y el vehículo de Placa de Rodaje números QQ-4552; y, c) Existen
suficientes medios probatorios que acreditan el daño sufrido, por lo que debe tenerse presente
lo previsto por el Artículo 326 del Código Civil.
La pretensora María Guizado Villanueva con fecha veinte de febrero de dos mil
quince[22] interpone Recurso de Casación contra la Sentencia de Vista, siendo declarado
procedente por este Tribunal Supremo mediante resolución de fecha diez de noviembre de dos
mil quince[23], por Infracción Normativa Procesal del los Artículos 139 incisos 3), 5) y 8) de la
Constitución Política del Perú y I y VII del Título Preliminar y 122 incisos 3) y 4) del Código Procesal
Civil.
PRIMERO. El Recurso de Casación tiene por fines la adecuada aplicación del derecho objetivo al
caso concreto y la uniformidad de la jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de Justicia de
la República, conforme lo precisa el Artículo 384 del Código Procesal Civil. En materia de casación
es factible el control de las decisiones jurisdiccionales, con el propósito de determinar si en ellas
se han infringido o no las normas que garantizan el Derecho al Proceso Regular, teniendo en
consideración que éste supone el cumplimiento de los principios y garantías que regulan el
proceso como instrumento judicial, precaviendo sobre todo el ejercicio del derecho a la defensa
de las partes en conflicto.
SEGUNDO. Por causal de casación se entiende al motivo que la ley establece para la procedencia
del Recurso[24], debiendo sustentarse el mismo en aquellas previamente señaladas en la ley,
pudiendo por ende interponerse por apartamiento inmotivado del precedente judicial, infracción
de la ley o por quebrantamiento de la forma. Se consideran motivos de casación por infracción
de la ley, la violación en el fallo de leyes que debieron aplicarse al caso, así como la falta de
congruencia de lo decidido con las pretensiones formuladas por las partes y la falta de
competencia. Los motivos por quebrantamiento de la forma aluden a infracciones en el
proceso[25], por lo que en tal sentido si bien todas las causales suponen una violación de la ley,
también lo es que éstas pueden darse en la forma o en el fondo.
QUINTO. El debido proceso (o proceso regular) es un derecho complejo, desde que está
conformado por un conjunto de derechos esenciales que impiden que la libertad y los derechos
de los individuos perezcan ante la ausencia o insuficiencia de un proceso o procedimiento o se
vean afectados por cualquier sujeto de derecho —incluyendo el Estado— que pretenda hacer uso
abusivo de éstos. Como señala la doctrina: “[...] por su naturaleza misma, se trata de un derecho
muy complejamente estructurado, que a la vez está conformado por un numeroso grupo de
pequeños derechos que constituyen sus componentes o elementos integradores, y que se refieren a
las estructuras, característica del Tribunal o instancias de decisión, al procedimiento que debe
seguirse y a sus principios orientadores, y a las garantías con que debe contar la defensa”[26]. Dicho
de otro modo, el derecho al proceso regular constituye un conjunto de garantías de las cuales
goza el justiciable, que incluyen la tutela procesal efectiva, la observancia de los principios o reglas
básicas y de la competencia predeterminada por ley, así como la pluralidad de instancias, la
motivación, logicidad y razonabilidad de las resoluciones, el derecho a probar y el respeto a los
derechos procesales de las partes (derecho de acción y de contradicción), entre otros.
SEXTO. Así también, el Derecho al Debido Proceso, consagrado en el inciso 3) del Artículo 139 de
la Constitución Política del Perú[27], comprende a su vez, entre otros derechos de los ya señalados
en el considerando precedente, el de obtener una resolución fundada en derecho, mediante
decisiones en las que los Jueces expliciten en forma suficiente las razones de sus fallos, con
mención expresa de los elementos fácticos y jurídicos que los determinaron, dispositivo que es
concordante con lo preceptuado por el inciso 3) del Artículo 122 del Código Procesal Civil[28] y
Artículo 12 del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial[29]. Además, la
exigencia de motivación suficiente prevista en el inciso 5) del Artículo 139 de la Carta
Fundamental[30], garantiza que el justiciable pueda comprobar que la solución del caso concreto
viene dada por una valoración racional de la fundamentación fáctica de lo actuado y la aplicación
de las disposiciones jurídicas pertinentes, y no de una arbitrariedad de los magistrados, por lo
que en ese entendido es posible afirmar que una resolución que carezca de motivación suficiente
no solo infringe normas legales, sino también principios de nivel constitucional.
SÉPTIMO. En esa misma línea, la motivación escrita de las resoluciones judiciales en sociedades
pluralistas como las actuales, importa el deber de justificar las decisiones jurídicas, de tal manera
que sean aceptadas por la sociedad y que el Derecho cumpla su función de guía[31]. Igualmente,
la obligación de fundamentar las sentencias, propias del derecho moderno, se ha elevado a
categoría de deber constitucional, a mérito de lo cual la Corte Suprema de Justicia de la República
ha señalado en el Primer Pleno Casatorio, Casación número 1465-2007-CAJAMARCA, una similar
posición a la adoptada por el Tribunal Constitucional en el expediente número 37-2012-PA/TC,
fundamento 35, en el sentido que: La motivación de la decisión judicial es una exigencia
constitucional; por consiguiente, el juzgador para motivar la decisión que toma debe justificarla,
interna y externamente, expresando una argumentación clara, precisa y convincente, para mostrar
que aquella decisión es objetiva y materialmente justa, y por tanto, deseable social y moralmente.
NOVENO. En esa línea de ideas, debe tenerse presente que la justificación racional es interna y
externa. Por la primera lo que interesa es verificar que el paso de las premisas a la conclusión sea
lógica y deductivamente válido, sin que importe la validez de las propias premisas. La segunda
consiste en controlar la adecuación o solidez de las premisas, lo que supone que las normas
contenidas en la premisa normativa sean normas aplicables en el ordenamiento jurídico y que la
premisa fáctica sea la expresión de una proposición verdadera. En esa perspectiva, la justificación
externa demanda: a) Que toda motivación debe ser congruente, de lo que sigue que no cabe que
sea contradictoria; b) Que toda motivación debe ser completa, por lo que deben motivarse todas
las opciones; y, c)Que toda motivación debe ser suficiente, por lo que es necesario ofrecer las
razones jurídicas que avalen la decisión[35].
DÉCIMO. Precisamente, a la luz de los conceptos señalados, es que la motivación puede presentar
diversas patologías que, en estricto, son la motivación omitida, la motivación insuficiente y la
motivación contradictoria[36]. Así, a) La motivación omitida formal se presentará cuando no hay
rastro de la motivación misma; b) Habrá motivación sustancial cuando exista motivación parcial
que infringe el requisito de completitud, motivación implícita cuando se enuncian las razones de
la decisión y ésta se hace inferir de otra decisión del Juez, y motivación per relationem cuando no
se elabora una justificación autónoma sino se remite a razones comprendidas en otra
sentencia; c) Existirá motivación insuficiente, entre otros supuestos, cuando no se expresa la
justificación a las premisas que no son aceptadas por las partes, no se indican los criterios de
inferencia, no se explican los criterios de valoración o no se explica por qué se prefiere una
alternativa y no la otra; y, d) Se presentará motivación contradictoria cuando existe incongruencia
entre la motivación y el fallo o cuando la motivación misma es contradictoria. En atención a los
supuestos teóricos señalados respecto a la motivación de las resoluciones judiciales, se debe pasar
a la labor de verificar si en el presente caso se ha incurrido en anomalía que vicie
ladecisum recurrida.
DÉCIMO PRIMERO. Estando al sustento de las infracciones normativas procesales por las que se
ha declarado procedente el Recurso de Casación, debe señalarse que una de las expresiones del
derecho a la motivación de las resoluciones judiciales es el Principio de Congruencia, el cual exige
la coincidencia que debe mediar entre la materia, las partes, hechos del proceso y lo resuelto por
el Juez, lo que significa que los resolutores se encuentran obligados, por un lado, a no dar más
de lo demandado o cosa distinta de lo pretendido, ni a fundar sus decisiones jurisdiccionales en
hechos no alegados por las partes, lo que importa la obligación de pronunciarse sobre las
alegaciones efectuadas por los justiciables, tanto en sus escritos postulatorios como, de ser el
caso, en sus medios impugnatorios, de tal manera que cuando se decide u ordena sobre una
pretensión no postulada en el proceso y menos fijada como punto controvertido, o a la inversa,
cuando se omite dicho pronunciamiento, se produce una incongruencia, lo que trastoca la
relación procesal, transgrediéndose las garantías del debido proceso. El Principio de Congruencia
implica entonces que en toda resolución judicial exista: 1)Coherencia entre lo peticionado por los
justiciables y lo finalmente resuelto, sin omitir, alterar o excederse de dichas peticiones
(congruencia externa); y, 2) Armonía entre la motivación y la parte resolutiva (congruencia interna),
todo lo cual garantiza la observancia del derecho al proceso regular.
DÉCIMO TERCERO. Para determinar si estamos frente a una resolución carente de motivación, y
en los términos denunciados, el Tribunal Constitucional ha señalado que: “(...) el análisis de si en
una determinada resolución judicial se ha violado o no el derecho a la motivación de resoluciones
judiciales, ésta debe realizarse a partir de los propios fundamentos expuestos en la resolución
cuestionada, de modo que las demás piezas procesales o medios probatorios del proceso en cuestión
sólo pueden ser evaluados para contrarrestar las razones expuestas en la resolución acotada,más
no pueden ser objeto de una nueva evaluación o análisis [...]”[37].
DÉCIMO CUARTO. En esa lógica, es conveniente traer a colación algunos actos procesales que
son trascendentes para lograr el propósito propuesto: 14.1. De acuerdo al petitorio de la
demanda[38], éste contiene como una de sus pretensiones el declarar como bienes sociales a los
cuatro inmuebles y al vehículo automotor que se detallan en la misma: inmueble ubicado en la
Manzana 49, Lote 19, del Pueblo Joven Proyectos Especiales del Distrito de San Juan de
Lurigancho; inmueble ubicado en el Jirón Cusco números 812-812 A - 814 del Cercado de Lima;
local comercial número C-405 ubicado en el cuarto piso del Jirón Cusco número 783 con el Jirón
Paruro números 916 -926 del Cercado de Lima; cincuenta por ciento del inmueble ubicado en el
Jirón Cusco números 816-820 del Cercado de Lima; y, la camioneta Panel Marca Toyota de Placa
de Rodaje número QQ-4552, año mil novecientos noventa y nueve, color blanco. 14.2. Por
resolución número treinta y seis[39] se fijan los puntos controvertidos, entre ellos: establecer si
procede declarar bienes sociales a los que se precisan en la demanda. 14.3. La última sentencia
del Juzgado sólo declara como bien social el constituido por el Local Comercial números C-405,
ubicado en el cuarto piso del Jirón Cusco números 783 con Jirón Paruro números 916 - 926 del
Cercado de Lima, que no se encuentra registrado. 14.4. La última Sentencia de Vista declara como
bienes sociales al Local Comercial número C-405, al predio sito en el Jirón Cusco números 816-
820 y al vehículo de Placa de Rodaje número QQ-4552.
DÉCIMO QUINTO. En ese contexto, la posibilidad de control que se efectúa debe estar orientada
a determinar, en el marco de las denuncias expresadas en el Recurso de Casación, si en el caso
concreto se han producido las mismas, para lo cual la recurrente asevera que la Sala Superior no
se ha pronunciado sobre la determinación o no como bienes sujetos al régimen de sociedad de
gananciales de los ubicados en el Jirón Cusco números 812-812 A y 814 del Cercado de Lima, y
en el Pueblo Joven Proyectos Especiales Manzana 49, Lote 19, del Distrito de San Juan de
Lurigancho, que formó parte de su pretensión impugnatoria.
DÉCIMO SEXTO. Visto el Recurso de Apelación presentado por la pretensora el tres de junio de
dos mil catorce[40], se desprende que entre los agravios expuestos está aquél descrito en el literal
2, cuyo texto, en su parte pertinente, refiere lo siguiente: “2. [...] la resolución cuestionada, en su
considerando tercero y cuarto al señalar que la unión de hecho, señalado en su artículo 5 de la
Constitución Política del Perú, y el artículo 326 del Código Civil, puede ser entendida como la unión
estable de un varón y una mujer, libre de impedimento matrimonial, que forma un hogar de hecho
por el tiempo, la cual origina la sociedad de bienes que se sujeta al régimen de sociedades, siempre
que ésta unión haya durado por lo menos dos años continuos; [...] es necesario precisar que las
partes han convivido más de dos años, siendo el caso que esta unión de hecho origina una
comunidad de bienes, que se sujeta a las disposiciones del régimen de sociedad de gananciales, ello
se deduce que el régimen patrimonial de las uniones de hechos es único y forzoso, En Segundo
término que ese, régimen es de la comunidad de bienes; y por último, que a esta comunidad de
bienes se aplican las reglas de sociedad de gananciales. De estas precisiones, (sic)se advierte
claramente que los convivientes no pueden conveniruna ‘separación de patrimonios’, por lo que lo
argumentado por el A quo en su Consideración Décimo Primero respecto a que los bienes
pretendidos por la suscrita como bienes sociales, se habrían transferido en forma libre y voluntaria
mediante Escritura Pública de derechos y acciones de fecha 1 de junio del año 2000, referido al
inmueble ubicado en el Pueblo Joven Proyectos Especiales Mz. 49, Lote 19, San Juan de Lurigancho,
16 de junio del año 2000, referido al inmueble ubicado en Jr. Cuzco número 812-812-A y 814, del
Cercado de Lima, no es procedente, por cuanto ésta si bien es cierto se transfirió dentro de la
convivencia como así lo reconoce la propia sentencia, no es menos cierto que ésta —la convivencia—
originó una sociedad de gananciales, régimen este que por ley y por la Constitución Política prohíbe
la enajenación y/o transferencia de aquellos bienes que se encuentren de hecho formando parte del
referido régimen”.
DÉCIMO SÉPTIMO. Se desprende del texto transcrito que el agravio enunciado hace referencia
tácita a la concordancia que se presenta entre los Artículos 312 y 326 del Código Civil, en cuanto
el primero regula sobre la prohibición de contratar entre cónyuges y el segundo sobre la unión
de hecho, en cuyo primer párrafo se preceptúa que: “La unión de hecho, voluntariamente
realizada y mantenida por un varón y una mujer, libres de impedimento matrimonial, para alcanzar
finalidades y cumplir deberes semejantes a los del matrimonio, origina una sociedad de bienes
que se sujeta al régimen de sociedad de gananciales, en cuanto le fuere aplicable, siempre que
dicha unión haya durado por lo menos dos años continuos”.
DÉCIMO OCTAVO. En esos escenarios fácticos y legales era imprescindible en el marco del
Principio de Congruencia que la Sala Superior se pronuncie sobre la cuestión denunciada (previo
el análisis correspondiente), determinando si el agravio por el que se denuncia que entre los
convivientes no pueden celebrarse contratos, asimilándose al texto legal del Artículo 312 del
Código Civil, es admisible o no, atendiendo a la no existencia de un vínculo matrimonial, pero sí
a una unión de hecho que genera algunas consecuencias similares a las del matrimonio, según lo
regulado por el Artículo 326 primer párrafo del mismo cuerpo legal.
DÉCIMO NOVENO. Frente al agravio denunciado, se desprende de la Sentencia de Vista que en
la descripción de los fundamentos de la Apelación, desarrollado en el punto Dos de la parte
expositiva, el Ad quem se limita a señalar en el literal B) lo siguiente: “Respecto al único bien
considerado bien social: La Judicatura no ha valorado que existen otros dos bienes que son: inmueble
ubicado en Jirón Cusco número 816-820, Cercado de Lima, y el vehículo motorizado con placa de
rodaje número QQ- 4552, adquiridos dentro de la convivencia”[41]; lo que no recoge en esencia el
agravio formulado por la apelante, circunscrito a evaluar y decidir si en el caso de las uniones de
hecho es válida o no la contratación entre los convivientes, por asimilación de la norma contenida
en el Artículo 312 del Código Civil.
SS. MENDOZA RAMÍREZ, ROMERO DÍAZ, MIRANDA MOLINA, YAYA ZUMAETA, DE LA BARRA
BARRERA
[24] Monroy Cabra, Marco Gerardo, Principios de Derecho Procesal Civil, Segunda Edición, Editorial Temis
Librería, Bogotá Colombia, 1979, página 359.
[25] De Pina Rafael, Principios de Derecho Procesal civil, Ediciones Jurídicas Hispano Americanas, México D.F, 1940, página 222.
[26] Faudes Ledesema, Héctor, “El Derecho a un juicio justo”. En: Las garantías del debido proceso (Materiales de Enseñanza)
Lima. Instituto de Estudios Internacionales de la PUCP y Embajada Real de los Países Bajos, página 17
[27] Artículo 139 inciso 3) de la Constitución Política del Perú. Son principios y derechos de la función
jurisdiccional: [...] 3. La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional.
[28] Artículo 122º inciso 3) del Código Procesal Civil. Las resoluciones contienen: [...] 3. La mención sucesiva de los puntos sobre
los que versa la resolución con las consideraciones, en orden numérico correlativo, de los fundamentos de hecho que sustentan la
decisión, y los respectivos de derecho con la cita de la norma o normas aplicables en cada punto, según el mérito de lo actuado.
[29] Artículo 12 del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Todas las resoluciones, con exclusión de las
de mero trámite, son motivadas, bajo responsabilidad, con expresión de los fundamentos en que se sustentan. Esta disposición alcanza
a los órganos jurisdiccionales de segunda instancia que absuelven el grado, en cuyo caso, la reproducción de los fundamentos de la
resolución recurrida, no constituye motivación suficiente.
[30] Artículo 139 inciso 5) de la Constitución Política del Perú.- Son principios y derechos de la función
jurisdiccional: […] 5. La motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las instancias, excepto los
decretos de mero trámite, con mención expresa de la ley aplicable y de los fundamentos de hecho en que
se sustentan.
[31] ATIENZA, Manuel, “Las razones del Derecho”. Centro de Estudios Constitucionales. Madrid 1991, páginas 24 y 25.
[32] ALISTE SANTOS, Tomás Javier. La motivación de las resoluciones Judiciales. Marcial Pons. Madrid-Barcelona-Buenos
Aires, página 157-158. Guzmán, Leandro. Derecho a una sentencia motivada. Editorial Astrea, Buenos Aires-Bogotá 2013, página
189-190.
[33] IGARTUA SALAVERRÍA, Juan. El razonamiento en las resoluciones judiciales. Palestra Temis. Lima-Bogotá 2014, página
15. Aliste Santos, Tomás Javier. La motivación de las resoluciones judiciales. Marcial Pons. Madrid-Barcelona-Buenos Aires, páginas
158-159
[34] La motivación de la sentencia civil. Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. México 2006,
página 309-310.