Antropofagias, posmodernidad y globalización de Fernanda Álvarez Gil.

Al contrario de la perspectiva que defiende la postura de las sociedades herméticas, allí donde la
influencia externa pone en peligro la identidad de las naciones; el estilo brasileño ha consistido
en una fuerte apropiación, comparada por Álvarez Gil como una antropofagia cultural por no
llamarla El holocausto caníbal del enriquecimiento cultural. Dicha concepción no es empleada de
forma negativa, pues se considera una buena estrategia de resistencia a los centros económicos
hegemónicos.

América Latina en general ha demostrado una peculiar adaptación de la cultura

dominante, debido a su ingeniosa manera de reinventar e incorporar estos estereotipos en sus
propias costumbres, rituales así como en sus manifestaciones culturales; consecuentemente esta
planteamiento desencadena un debate en lo referente al hecho de que si Latinoamérica ha hecho
una reinterpretación vulgar de la cultura occidental; en contraposición con la idea de que las
interpretaciones latinoamericanas han mejorado, corregido y aumentado la propia cultura
dominante.

El argumento que defiende esta propuesta es justificado por la modernidad, la cual al

llegar a territorio latinoamericano parecía ser un problema por la diversidad idiosincrática de
etnias y creencias; sin embargo por la manera en cómo se asumió, logra negociar la
heterogeneidad de las sociedades, motivo por el cual se afirma que en “Latinoamérica la
modernidad nunca logró establecerse por completo”, al arrogarse las contradicciones de la
cultura de occidente, los latinos nos aprovechamos de estos postulados modernistas de forma
original y transgrediéndolos.

En el ámbito artístico la reacción ante esta situación es clara, pues es quizá en ésta esfera
donde se observa directamente la apropiación y resignificación en la cultura dominante, así como
también se nos califica de imitadores de las grandes potencias económicas. En la medida que las
culturas dominantes han puesto menor énfasis en homogenizar lo que es tan diverso, nos hemos
visto contralados por ser diferentes y hacernos distinguir por ello para ser competentes ante otras
naciones.

En la actualidad uno de los desafíos de las culturas subordinadas es la descentralización

del arquetipo dominante para transformar su capacidad de influir preponderantemente, por lo
que la globalización y la resistencia a ésta, ha promovido la hibridación cultural en la que todos
queremos comernos lo unos a los otros para fortalecernos con las cualidades de nuestros
enemigos.