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Ofrece un detalle típico de las tres zonas que conforman un contraviento restringido contra
pandeo. La primera zona, denotada “no fluencia sin soportar” se ubica en la conexión del
contraviento con la placa de soporte del marco. Esta zona no se restringe contra pandeo
mediante la camisa, de tal manera que debe diseñarse para que no se pandee en compresión y
no fluya a tensión. La segunda zona, denotada “no fluencia soportada”, constituye una
transición entre la zona de conexión y el núcleo del contraviento, de tal manera que su área
transversal es mayor que la del núcleo para evitar su fluencia. La tercera zona, denotada “zona
de fluencia” debe concentrar la plasticidad del contraviento, de tal manera que se encuentra
totalmente restringida por la camisa y desadherida del material confinante (Uang y Nakashima,
2004).
Es importante resaltar que el diseño de la conexión es de gran relevancia, ya que dicha zona
debe permanecer sin daño apreciable y rigidizar lo suficiente fuera del plano los extremos de
los contravientos para evitar su pandeo local. De lograrse esto, la rehabilitación del sistema de
contravientos se reduce al reemplazo de los contravientos que exhiban comportamiento
plástico de importancia.
A raíz de las grandes pérdidas económicas y humanas ocurridas durante sismos intensos
(Michoacán 1985, Northridge 1994 y Kobe 1995), se ha planteado la conveniencia de utilizar
sistemas innovadores que sean capaces de complementar y minimizar la disipación de energía
histerética en los elementos estructurales encargados de bajar la carga gravitacional. Entre los
planteamientos más prometedores se encuentra el uso de sistemas de control, que pueden
clasificarse según el tipo de control que ofrecen en: A) Activos, B) Semiactivos y C) Pasivos.
Dentro de los sistemas de control pasivo se encuentran los sistemas de aislamiento sísmico,
sistemas de masa resonante y los de absorción y/o disipación de energía. En cuanto a estos
últimos, el control de la respuesta se fomenta a través de: A) Aumentar el amortiguamiento en
la estructura (disipadores viscosos o visco-elásticos); o B) Incrementar sustancialmente la
capacidad de disipación de energía histerética a través de colocar fusibles estructurales
intercambiables que se dañen de manera controlada (dispositivos solera, ADAS, contravientos
restringidos contra pandeo, etc.).
La disipación de energía es una solución técnica ideal para controlar los elevados niveles de
aceleración, desplazamiento lateral y energía demandados en estructuras ubicadas en la Zona
del Lago del Distrito Federal y cuyo periodo fundamental de vibración este cercano al periodo
dominante del terreno.
(Buckling Restrained Braces), que desde entonces se han constituido como una opción viable y
atractiva para el control de la respuesta de edificaciones a través de la disipación pasiva de
energía. Como muestra la Figura 1a, este tipo de elementos es capaz de ingresar de manera
estable y repetida a su rango de comportamiento plástico, tanto a tensión como compresión
(Terán y Virto 2006). Lo anterior contrasta con el comportamiento cíclico ilustrado en la Figura
1b para un contraviento tradicional, que se caracteriza por una degradación excesiva de rigidez,
resistencia y capacidad de disipación de energía debido al fenómeno de pandeo inelástico.
Fuerza Axial
Fuerza Axial
Axial
za
r
Fue
Desplazamiento Desplazamiento
Este trabajo representa la continuación de una serie de esfuerzos por desarrollar en México
(Terán y Virto 2008, Terán y Coeto 2008): A) Un sistema pasivo de disipación de energía basado
en el uso de contravientos restringidos contra pandeo, y B) Metodologías de diseño que hagan
posible el uso racional de este sistema. El material y los resultados descritos en este trabajo
forman parte fundamental de este desarrollo, ya que evalúan la confiabilidad de edificios
rigidizados con este tipo de contravientos, y la comparan con la que corresponde a edificios
estructurados con sistemas estructurales convencionales (tales como marcos momento-
resistentes y contravientos tradicionales).
Para evaluar la confiabilidad de los edificios, aquí se utiliza el formato de Diseño que usa
Factores de Demanda y de Capacidad (DCFD, por sus siglas en inglés). Estos factores consideran
de manera explícita la aleatoriedad y la incertidumbre asociadas con la estimación tanto de la
demanda y como de la capacidad estructural. Dicho criterio utiliza conceptos básicos como:
factores de confianza y niveles de confianza, propuesto por el Prof. Cornell y colaboradores
(Cornell et al. 2002, Jalayer y Cornell, 2003). La confiabilidad se evalúa para tres estados límite:
1) Estado límite de servicio. El cual se asocia a un nivel de desempeño en donde se presenta la
distorsión de fluencia del entrepiso crítico (que es en el cual ocurre la deformación máxima). 2)
Estado límite de “seguridad de vida”. Este estado límite se adopta aquí, tal que el valor de la
mediana de la capacidad de la distorsión máxima de entrepiso sea igual a 0.02. 3) Estado límite
cercano al colapso. Este estado se asocia al nivel de distorsión máxima de entrepiso que es capaz
de resistir la estructura, justo antes de que se vuelva inestable.
Un contraviento restringido contra pandeo es un elemento estructural que trabaja a
compresión sin exhibir problemas de pandeo. Dado que los contravientos suelen trabajar de
manera estable a tensión, el contraviento restringido contra pandeo es un dispositivo capaz de
disipar energía de manera estable en presencia de varios ciclos de carga reversible. Un
contraviento restringido contra pandeo está formado por: 1) Un núcleo de acero; 2) Material
confinante que restringe el pandeo del núcleo; y 3) Camisa de acero que mantiene la integridad
del material confinante y aporta mayor restricción contra pandeo.
Para evitar el pandeo del núcleo, el contraviento restringido contra pandeo requiere del
material confinante y la camisa de acero, y son estos componentes los que hacen difícil observar
a simple vista, y por tanto evaluar, el daño sufrido por el contraviento como consecuencia de la
ocurrencia de un sismo fuerte.
Aunque en años recientes el uso en diversos países (como Japón y los EE.UU.) de los
contravientos restringidos contra pandeo se ha incrementado de manera considerable, poco se
ha avanzado en términos de procedimientos post-sismo no destructivos de evaluación de daño.
En la bibliografía disponible a nivel mundial no existe metodología alguna que plantee la
evaluación del estado post-sismo de estos contravientos.
Con base en lo anterior, resulta necesario establecer las bases que permitan evaluar, después
de la ocurrencia de un sismo importante, el nivel de daño en el núcleo de los contravientos
restringidos contra pandeo de una manera ágil y simple; y que haga posible dictaminar el estado
estructural del edificio del cual formen parte sin la necesidad de abrir sus camisa y demoler el
material confinante del contraviento o de recurrir a estudios refinados de análisis estructural.
Un diseño sísmico que fomente que las estructuras disipen la energía total de entrada a través
de su amortiguamiento natural resulta antieconómico, ya que un muy elevado porcentaje de la
energía debe almacenarse de manera elástica. Por lo anterior, se ha recurrido a utilizar el
comportamiento no lineal de los elementos estructurales para disipar energía, lo que resulta en
daños estructurales que ponen en riesgo la estabilidad del sistema estructural y costos de
reparación muy elevados. Vale la pena mencionar que en algunos casos, el alto porcentaje de
energía almacenado a través del movimiento de la estructura resulta además en daños
excesivos en elementos no estructurales y contenidos y, por tanto, en la inoperatividad de la
estructura por largo tiempo después de la ocurrencia del fenómeno sísmico.
La conexión mas usada por su facilidad y rapidez de montaje y alto control de calidad.
Reduce cantidad de tornillos/costos de instalación comparada con Conexión "Atornillada con placas de
Empalme"
Hasta donde pudo apreciarse después de una búsqueda exhaustiva, actualmente no se dispone de
bibliografía enfocada a la formulación de metodologías simples de evaluación post-sismo de
estructuras rigidizadas con contravientos restringidos contra pandeo.
CONEXIÓN SOLDADA
CONEXIÓN ARTICULADA
DESEMPEÑO SÍSMICO
Alta capacidad de disipar energía sin dañarse y sobre todo, sin dañar sus marcos de soporte o
los componentes estructurales encargados de soportar la carga vertical.
En caso extremo de daño de algunos CRPs durante un evento sísmico, su reemplazo es simple y
rápido, dejando la estructura operando en poco tiempo y a bajo costo.
COSTO DE ESTRUCTURA
Los códigos de construcción reconocen el excelente comportamiento de este sistema por lo que
permiten reducciones de fuerzas sísmicas más grandes que para otros sistemas (Q=4),
diseñando edificios con fuerzas laterales muy pequeñas sin reducir la seguridad.
El proceso de diseño es muy simple y transparente. Cumplir con los requerimientos para
estructuras que desarrollan alta ductilidad es muy sencillo, a diferencia de otros sistemas
estructurales en los que el detallado dúctil es complicado y en ocasiones lleva a conexiones
costosas y de difícil construcción.
PROYECTOS SUSTENTABLES
Con diseños más eficientes que reducen el consumo de materias primas, sin reducir la seguridad
estructural, además de reducir la posibilidad de reparar la estructura durante un envento
sísmico, las estructuras con CRPs logran proyectos sustentables protegiendo el ambiente.
TIEMPOS DE EJECUCIÓN MENORES.
Al montar conexiones diseñadas para fuerzas sísmicas menores, con menor número de tornillos
y soldaduras más pequeñas, los CRPs CoreBrace reducen el tiempo de montaje comparado
con estructuras diseñadas con contravientos convencionales.
Además de que los perfiles del marco de soporte (vigas y columnas) son más ligeras y con
menos tornillos y soldaduras.
CERTIFICACIONES LEED
Usando el sistema de CRPs CoreBrace puede incrementar puntos para la certicación LEED
(Leadership in Energy and Environmental Design), en tres áreas especificas que son: Ahorro de
Energía, ahorro de materiales e Innovación.
El detallado del CRP y de la conexión es realizado por CoreBrace, por lo que el ingeniero
estructural a cargo del proyecto solo se encarga del diseño del CRP hasta la obtención de las
áreas de los núcleos ahorrándole mucho tiempo en el proceso de diseño.
El proceso de diseño se basa en los mismos criterios con los que los ingenieros de la práctica en
México diseñan estructuras por lo que no requiere de conocimientos avanzados o inversión de
mucho tiempo para su implementación
El presente trabajo plantea una metodología que evalúa, a partir de los desplazamientos laterales
residuales medidos en el sistema estructural, el nivel de daño en contravientos restringidos contra pandeo
utilizados para rigidizar marcos de acero resistentes a momento. Para ello, se establecen primero
expresiones que relacionan el desplazamiento máximo con el desplazamiento residual, y la ductilidad con
la energía histerética normalizada disipada por él sistema estructural con contravientos restringidos contra
pandeo. Aunque hay poco que citar en forma de antecedentes al esfuerzo que desarrolla esta tesis, puede
decirse que el estudio más significativo en términos del enfoque aquí adoptado es el realizado por
Christidis et al. (2013). Estos autores proponen funciones para estimar el desplazamiento máximo de
azotea a partir del desplazamiento residual de marcos de acero resistentes a momento y marcos de acero
rigidizados con contravientos convencionales concéntricos dispuestos en “X”. Resultados relevantes
obtenidos en dicho estudio son:
Para los marcos de acero resistentes a momento se determinó que el desplazamiento máximo de
azotea puede determinarse como:
La energía de entrada que una excitación sísmica introduce a un sistema sismorresistente puede
almacenarse y disiparse de cuatro formas, Uang y Bertero (1999):
Ei Ek Es Ev Eh (1.3)
donde, Ei es la energía de entrada que la excitación introduce en la estructura; Ek y Es, la energía cinética y
de deformación elástica, respectivamente, que almacena la estructura; y Ev y Eh, las energías disipadas por
amortiguamiento viscoso y comportamiento plástico, respectivamente.
Un diseño sísmico que fomente que las estructuras disipen la energía total de entrada a través de su
amortiguamiento natural resulta antieconómico, ya que un muy elevado porcentaje de la energía debe
almacenarse de manera elástica. Por lo anterior, se ha recurrido a utilizar el comportamiento no lineal
de los elementos estructurales para disipar energía, lo que resulta en daños estructurales que ponen en
riesgo la estabilidad del sistema estructural y costos de reparación muy elevados. Vale la pena mencionar
que en algunos casos, el alto porcentaje de energía almacenado a través del movimiento de la estructura
resulta además en daños excesivos en elementos no estructurales y contenidos y, por tanto, en la
inoperatividad de la estructura por largo tiempo después de la ocurrencia del fenómeno sísmico.
Como consecuencia de sismos intensos, como los de Michoacán 1985, Northridge 1994 y Kobe 1995,
que causaron grandes pérdidas económicas y humanas, se planteó la conveniencia de utilizar sistemas
capaces de complementar y minimizar la disipación de energía plástica en los elementos estructurales
encargados de bajar la carga gravitacional. Un planteamiento prometedor es el uso de sistemas de
control, que pueden clasificarse según el tipo de control que ofrecen en: A) Activos, B) Semiactivos
y C)Pasivos; esta última opción es la más económica y la que tiene mayor posibilidad de ser
implementada en edificios mexicanos.
Dentro de los sistemas de control pasivo están los disipadores de energía donde el control de la
respuesta se fomenta a través de: 1) Aumentar el amortiguamiento en la estructura (disipadores viscosos
o visco-elásticos); y 2) Colocar fusibles estructurales intercambiables que se dañen de manera controlada
tales como los dispositivos solera, ADAS, y los contravientos restringidos contra pandeo, entre otros