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XIII
EL PECADO
Por L. O. ENGELJUAI'I~.
INSTITUTO BÍBLICO DE GuA Y AMEo,
San J eronimito, Guerrero, México.
L. O. Engelmann,
Instituto Bíblico de Guerrero,
San Jeronirnito (Vía Petatlán),
Guerrero, México.
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INTRODUCCION.
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basó en el Salmo 103:3. Los Modernistas, con nom-
bre de "Altos Críticos", habían entrado en Inglate-
rra y comenzado su obra de destrucción del Cristia-
nismo.
"En estos postreros días, entre otras maravillas que
se han desarrollado, hemos sido enriquecidos por una.
escuela que da de puntapiés a la doctrina de la justi-
ficación por la fe, y se rebela contra la idea de la pro-
piciación y del perdón del pecado. El demacrado
"evangelio" que proclaman a los pobres y desgracia-
dos pecadores es éste: Si mal hiciéres, no hay reme-
dio; cosecharás las consecuencias. Si hicieres bien,
por supuesto que traerás tu corazón a una condición
más sana, y serás proporcionalmente más feliz. Pero
si hicieras mal, no te queda esperanza, pues con cer-
teza vendrán sobre tí las consecuencias del mal, y su-
frirás hasta que con obras te hagas bueno. No te ha-
gas ninguna ilusión de que la gracia y la misericor-
dia se interpongan. No hay Dios; o, si lo hay, no se
fijará en tus oraciones, sino que te dejará desarrollar-
te a tu propio modo. Los cuentos de la substitución,
la imputación, y el perdón, dicen, no son más que
engaños, subterfugios píos, indignos de hombres ra-
cionales. Estos "hombres de cultura", de "pensamien•
to moderno", tienen la intención de robarnos la esen-
cia misma del Evangelio".
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Amemos a la escuela en la que estudiamos. Pero
sujetemos este amor a la lealtad a la Biblia, la Pala-
bra de Dios. Y si nuestro seminario se aparta del Ca-
mino de la Biblia, salgamos de él para ir a otro semi-
nario más fiel a Cristo.
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CAPITULO l.
¿~UE ES EL PECADO?
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abogan por el mejoramiento social, escuelas, asilos, y
cosas semejantes.
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"si comer esta fruta fue una caída, entonces fue una
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: caída para arriba; pues los pecados han sido de mu-
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-¡! cho beneficio a la humanidad". ¡Ministro, pfuf!
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':i Los Modernistas, gobernados por su filosofía, y si-
guiendo la última moda del pensamiento religioso,
no aceptan la eterna Ley de Dios, la Biblia, y son lle-
vados por cualquier viento teórico que traiga el últi-
mo libro filosófico-religioso.
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periodista que lo comentó, "nos es imposible violar
tantas leyes". Ni un abogado puede estar al tan~o de
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la luna. Con todo el acierto que tenga, la flecha no
llega al blanco. Pues la atracción terrestre es tan fuer-
te, que la flecha, al subir un poco, pierde su fuerza,
y va cayendo otra vez a la tierra.
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¡1 Por eso nuestro Señor dijo que el que mira a una
mujer para codiciarla, ya en su corazón adulteró con
ella. Porque el deseo es la manifestación de su natu-
'h11: raleza. Por otro lado, la mujer que se viste para atraer
' ' la vista de los hombres y estimular sus deseos carna-
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les, es, de corazón, ramera, aunque ella se crea muy
casta. Y el Señor agregó que el que se enoja es asesi-
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r·:i, no, y el decir la palabra de desprecio, "Raca", o "fa-
t.! tuo, tonto", ya le pone entre los condenados. Pues es-
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1 leza pervertida del hombre la que lo lleva a los actos
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de pecado, y la que lo aferra en su rebelión contra
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De lo arriba dicho, y de las palabras usadas en la
Biblia acerca del pecado, vemos la enseñanza bíblica
.. claramente: El hombre es pecador por naturaleza, de
modo que, aunque se proponga ser justo y no pecar,
yerra el blanco, no llegando a la meta de la justicia
divina. Como resultado de esta naturaleza pecaminosa,
el hombre escoge seguir el mal, y de allí vienen los
actos de pecado. Estos actos son, en su esencia, el
resultado del pecado que hay en la naturaleza del
hombre.
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¡ 6:6; Efes. 4:22; Colosenses 3:9.) A veces se llama la
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naturaleza adámica.
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J En todos estos pasajes, la expresión, "pecado",
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ser que está fuera de armonía con Dios. Posiblemen-
te nos ayudará a comprender esto, comparando:
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Fue el egoísmo lo que impulsó a Herodes a tratar
de matar al niño Jesús.
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quiatras en Flagstaff, Arizona. Uno de los conferen-
cistas fue un famoso siquiatra de Nueva York. Entre
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:i otras cosas él dijo: "Si el 99 por ciento de los que
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me consultan fueran a una Iglesia Cristiana, y se
::1 arreglaran con Dios, no necesitarían consultarme a
mí como siquiatra."
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Pero, aquí viene la falta de fe. Además de la ex-
trema ignorancia de la Biblia que existe, especial-
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'í mente entre los Modernistas, hay una falta de fe en
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' lo que dice la Biblia. Los hombres más bien se fían
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de las filosofías, que cambian cada seis meses, y es-
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pecialmente se fían de teorías de la filosofía religiosa,
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falta de fe los destruye .
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A nadie le gusta que le digan mentiroso. En Mé-
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·fi xico no se toma esto tan seriamente, pero en muchas
naciones decirle a uno "mentiroso" es un reto a una
riña. Pero, a Dios le llaman mentiroso impunemen-
te, creyendo que es cosa de poca importancia. Pues
el que dice que no cree en la Biblia, está llamando
mentiroso al Autor que la dió. (1 Juan 1:10; 5:10;
Juan 16:7-9.)
32
Rechazar la invitación del Evangelio, para perma-
necer en la incredulidad, es cosa muy seria. Pues
es contar la sangre de Cristo como cosa inmunda,
resistiendo la llamada amorosa del Espíritu Santo,
de modo que trae sobre el pecador adicional juicio.
(Heb. 10:26-31.)
ll!llraás de la ex-
Hemos hablado del pecado en los incrédulos, los
no salvos. Pero debemos agregar que la falta de fe
especial-
en la Palabra de Dios es en un Cristiano también cosa
de fe en
seria. Le roba su paz, su seguridad mental, y mu-
chas bendiciones.
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1 CAPITULO 11.
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EL ORIGEN DEL PECADO
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A veces uno se pone a pensar, para hacerse la
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1 primeros capítulos del Génesis. Para hacer esto, tie-
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nen que negar la inspiración divina de las Escrituras;
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rebelde contra la soberanía del Dios Creador y Rey
del universo. Y el corazón humano, si no está ·rege-
nerado por la potencia divina, reclama ser libre para
hacer a su gusto lo que quiera.
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sus maldades. Un poco de estudio de la Biblia evi-
tará tal actitud.
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Digamos también que el hombre no fue el autor
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evi- Lo que haya pasado en la eternidad, antes de la
creación del hombre, y posiblemente antes de la
creación del universo, no lo sabemos. La Biblia no nos
de Dios es lo dice. Milton, famoso poeta Cristiano, se imaginó
perfección per- una grande batalla en el Cielo, en que Satanás y un
la - Persona de grupo de ángeles se rebelaron contra Dios, querien-
do coger el poder. Para ello, cita textos que corree.:.
tamente se aplican al· futuro. Por ejemplo, en Rev.
12:9, dice que Satanás y los suyos fueron lanzados
del Cielo. Milton tomó esto como cosa pasada, an-
tes de la creaCión. Pero claramente es profecía del
futuro, pues Satanás ahora todavía tiene entrada al
Cielo, y a veces hace uso de ello. <Job. 1:6.) Mu.:. ·
cha de la teología sistemática de nuestros tiempos
se basa más bien en las conjeturas de Milton que en
un estudio directo de la Biblia.
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Aquí se de la inspiración de la Biblia y se sustituye por cual-
quiera otra teoría sensata.
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~ . ,! Pero tampoco sabemos cuánto tiempo pasó entre
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l le( creación de Adán y sti caída. Parece haber sido
C()rto.·eSte tiempo, _pero ·a fondo no sabemos .
40
forma y vacío". Muchas preguntas se han hecho, y teorías se han
lOs grandes di- formado acerca de si el pecado es heredado, porque
Jesús nació sin pecado. Los Católicos lo explicaron
fabricando la doctrina de la inmaculada concepción
de María. Pero esto no resuelve el problema. Pues,
si se hereda el pecado, ¿cómo pudo María nacer sin
pecado, teniendo padre y madre pecadores? Es ésta
una contestación que nada contesta. Y si ·los padres
de ella fueron inmaculados, sin pecado, podríamos
llevar la misma pregunta atrás hasta el primer pa-
dre, Adán.
41
la herencia de sus hijos. Y en él está la responsabi-
lidad de enseñar y dirigir la familia.
42
de la muerte está ya en la nmez. En la muerte se
pudre la carne, y se vuelve a la tierra de la cual fue
hecho el hombre. Esta corrupción, este pudrimien-
to de la carne, la solemos llamar "pus". Y comien-
za el cuerpo a morirse y a podrirse lentaménte: Unu
muela se pica; se pudre; se saca. El pelo se muere,
nuestros y se va cayendo. Las anginas, las adenoidas, las dis-
. .dend.o que se tintas partes del cuerpo, se pudren; se mueren; hasta
que, al fin, la muerte llega al corazón y termina la
muerte física. Entonces decimos, "Ya murió". Pero
acerca del tenía muchos años muriéndose.
la Jíuta pro-
traería ben- Mas la muerte del cuerpo no es todo. Hay, tam-
bién, una muerte espiritual. El hombre, en su esta-
do natural, no tiene vida espiritual; está "muerto en
sus pecados". Y cuando sale de esta "vida', y entra
en la eternidad, por todos los eones de la eternidad
los irá muriéndose espiritualmente y físicamente, sin te-
ner la esperanza de terminar Sll: ~xistencia de muerte
continua.
En todo esto, en cuarto lugar, el Diablo insinuó
a la mujer que no vale la pena seguir las órdenes
de Dios. Desobedeciendo, según él, recibiría la. mu-
jer sabiduría, conocimiento. Su vida progresaría a
un plano superior. Y la mujer tonta se tragó todo
esto, como muchos ahora se tragan los mismos argJJ.-
mentos propuestos por los seguidores del Diablo, los
Modernistas. La marca más distintiva de ellos es el
jactarse de sus vastos conocimientos. El tonto más
grande en el mundo es el que es tonto y no lo sabe.
El comienzo de la sabiduría es el saber que no sabe-
mos. Y cuando Eva había comido de la fruta mala,
43
dio también a su marido, seguramente diciéndole,
"Mira, qué sabia soy ahora, habiendo desobedecido a
Dios."
44
45
chos sacrüicios. Dios la presenta en términos de las
bendiciones y felicidades que recibimos de El.
46
Pero la caída de la raza vino por medio del hom-
bre, y no debemos usarla como excusa de nuestros
pecados. El hombre es más fuerte, tanto de cuerpo
como de mente y de espíritu. Adán debería haber-
se negado a comer la fruta que su mujer le ofreció.
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50
mentirosos. (2 Tes. 2:9.) Probablemente son verdad
los cuentos que nos gusta negar, acerca de los mila-
gros de ciertas imágenes paganas. El Diablo es po-
deroso, y puede hacer lo que a nosotros nos es impo-
sible, y por tanto, resulta un milagro. Pero no es
tan poderoso como Dios.
Satanás procu-
salvación; y, si Satanás es el jefe de todas las fuerzas negras;
pero en este caso, para la destrucción de nuestra raza,
- - al pecado para
el mismo se encargó de llevar la batalla.
51
fácil para nosotros que Dios sencillamente quita-
ra de en medio a los Modernistas; pero a Dios le plu-
go dejarnos la magna tarea de luchar contra ellos y
vencerlos.
52
famador, después, se usan también los siguientesfm-
bres, que indican algo de su carácter y de su ane-
ra de obrar:
53
CAPITULO 111.
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dad, el "supermán" de toda la historia. Y Eva, has-
ta donde sabemos, fue probablemente la mujer más
hermosa de toda la historia humana.
56
sultado es que ya no se puede beber agua de los ríos.
Necesitamos tomar agua purificada. Y tenemos la
ilustración: Con los excrementos que se echan al río,
ya TODO el río está corrompido; toda el agua está
sucia. No hay ni una gota que no esté contamina-
da. Así es el hombre. Todo su ser está contaminado
por el pecado, sucio. Isaías 1: 6 nos lo presenta gráfi-
camente: "Desde la planta del pie, hasta la cabeza
no hay en él cosa ilesa, sino herida, hinchazón, y
podrida llaga: no están curadas, ni vendadas, ni sua-
vizadas con aceite."
57
néreas y hasta los animales domésticos lo estaban.
Esa fue una de las causas que hizo necesario que
Dios mandara destruirlos hasta la última persona, en
algunos casos quemando casas y ropa y todo lo que
encontrasen. Oosué, capítulos 6 y 7.)
58
amadores de los deleites más que de Dios. . . a estos
evita."
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y todo lo que ¡Qué claramente describe a los de nuestros tiem-
pos! máxime esos que se dicen predicadores cristia-
nos, pero que predican la mundanidad. Y todo esto
porque, como se nos dice en el versículo 2, son ama-
dores de sí mismos.
59
El alma del hombre abarca la liga entre el cuer-
po y el espíritu. Abarca la mente y lo que los cien-
tíficos llaman la "psiché". Se podrá entender algo
de esto estudiando las palabras usadas mucho por los
científicos modernos, "sicología, siquiatría", y los tér-
minos relacionados. Esta parte del hombre también
está corrompida por el pecado, depravada. Con el
alma el hombre funciona en la sociedad, piensa, y
siente. Muchas veces en la Biblia el significado de
alma y espíritu se asemejan, pero hay que distinguir.
60
tra civilización está yendo rápidamente hacia la des-
trucción.
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62
e les entrega a "cambiar de mente, de manera de pensar", y "me-
y la civilización tamélomai", que significa, "cambiar de deseos, de co-
razón, de inclinaciones". Antes de aceptar a Cristo
el hombre está torcido en su manera de pensar y en
sus deseos. Cuando se entrega a Dios por Cristo, no
sólo recibe perdón, sino que también recibe el poder
de ser hecho hijo de Dios, con nuevos deseos de
acuerdo con los de Dios, y con el poder de pensar y
juzgar como lo hace Dios. Un pecador, sin el poder
del Espíritu Santo, difícilmente podrá pensar como
piensa Dios. Esta es la dificultad con los Modernis-
tas. Como no han nacido del Espíritu Santo, tienen
su antigua naturaleza pecaminosa, y piensan como
hombres, y no como Dios. Hay una vasta diferencia.
El resultado es que se divagan en muchas teorías hu-
manas, y tienen una mente depravada.
63
Los Modernistas se burlan de las enseñanzas cla-
ras de la Biblia, como la segunda venida de Cristo
en Persona para reinar. Su oposición se basa en
que voluntariamente se oponen a Dios, a Su Palabra,
y a Sus ·Caminos. Es la voluntad torcida, maleada
la que impulsa a los hombres al crimen, al vicio, a
la iniquidad.
64
CAPITULO IV.
66
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el único que puede serlo. Nadie más es capaz de
gobernarlo. Nadie hay con sabiduría suficiente para
que todas las leyes que establezca sean justas. Na-
die, pero nadie, tendría la fuerza para hacer cum-
plir esas leyes, una vez hechas. Y nadie tendría la
santidad para formar un gobiernó de justicia. Sólo
Dios es capaz de gobernar.
La fuerza de la ley está en el castigo. Cuando
yo era joven,. pensaba que la mejor manera de ha-
naciones que cer cumplir la ley es castigando segura y pronta-
extienden hasta mente al malhechor. Ya no pienso así. Ahora digo
que es la UNICA manera. El propósito de la ley no
es ni vengarse ni reformar al criminal. El propósi.:.
to del castigo de la ley es proteger a la sociedad, di-
suadiendo al malo de cometer crímenes contra los
demás.
Por ello, Dios puso en la Biblia castigos a la in-
fracción de la ley mucho más fuertes que los casti-
guitos que la gente ignorante aprueba. Los malos
Los cami- no se reforman, no enmiendan sus pasos, en las cár-
-.ua salir del es- celes y las penitenciarías. Esas les sirven de escuela
a lugar seguro. para poder pecar más libremente cuando salen. Raro
es el caso de un criminal que por su castigo deja la
mala vida. Y en los pocos casos en que esto aconte-
ce, se debe a que algún Cristiano entró en la cárcel
para evangelizarlo. La solución de los desórdenes,
motines, rebeldías, de nuestros días no se hallará en
tratarles con suavidad, sino con castigo fuerte, segu-
ro y pronto. Necesitamos una nueva generación de
necesidad jueces, que sean honrados y que cumplan con su de-
.-IIMIS que Dios es ber de castigar al malo.
67
1111'
68
infinito paga lo mismo como la Persona infinita por
tiempo finito.
69
te en la raza humana, y sin esperanza de conquis-
tarse. Y, aunque con las medicinas modernas se ha
logrado prolongar la vida algo, ni siquiera nos he-
mos acercado a las largas vidas de la antigüedad,
antes de que los resultados del pecado se acumularan
en la raza. Rara es la persona que llega a los cien
años. y cuando alguien lo logra, generalmente es
un campesino, que ha vivido lejos de los bullicios de
las ciudades, y sin los vicios hoy tan extensos.
Hay una teoría, formada por personas buenas, de
que toda enfermedad y muerte es obra de Satanás,
y que Dios no quiere nuestra enfermedad, vejez, y
muerte. Tiene un fondo de verdad. Pues ciertamen-
te, toda enfermedad, muerte y aflicción, tiene su
origen primitivo en la caída humana. Pero, esta es
Una explicación a medias. Si el hombre viviere
para siempre, en su estado caído, sería un desastre
para él, y para el mundo.
70
años después, cuando pasaba de los cincuenta años,
tuvo un ataque del corazón y nunca volvió a ser
fuerte. Un domingo en la tarde, se sentaron él, su
familia, y una hermana para platicar. De repente
Germán, mi hermano se volvió a mi hermana Luisa,
y le dijo: "Luisa, yo Le doy gracias a Dios por esta
enfermedad. Pues por ella he podido ver mi mal ca-
mino y volver a Dios." Esa misma tarde murió.
Dios le había permitido vivir hasta arrepentirse, reci-
bir la salvación por gracia, y le había dado la enfer-
medad que lo hizo pensar y volver sobre sus pasos.
71
pecador y se arrepienta. La manera de libramos del
pecado y de la culpabilidad no es ignorarlo, sino re-
conocerlo y poner nuestros pecados en las manos del
Salvador.
72
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la resurrección, el cuerpo volverá a establecerse, y el
espíritu volverá a unirse con él. Muerte es separa-
ción.
73
acuerdo con Su santidad y justicia. Siendo Dios san-
to ad infinitum, es indispensable la separación del
pecador y su Dios. No puede haber en el mismo lu-
gar luz y obscuridad a la misma vez. Y Dios es luz.
(santidad).
74
Siendo Dios san- sentirá el muerto? Así Ud. no siente el peso del pe·
separación del cado porque está muerto espiritualmente".
en el mismo lu-
y Dios es luz. Es inconcuso, pues, que los inconversos que mu-
rieron están muertos eternalmente. Pues aunque los
muertos se levantarán para juicio un día, el espíritu
seguirá en su estado de separación de Dios, juntamen-
te con su cuerpo resucitado.
75
"hoy estarás conmigo en el Paraíso". Cuando Cristo
murió, y mientras que Sus discípulos con cariño en-
terraban Su cuerpo, El no subió al Cielo, sino que
bajó al "Hades", al Paraíso, para allí anunciar a los
santos muertos del Antiguo Testamento que se había
cumplido la promesa hecha de salvación por Su san-
gre. (1 Pedro 3:18-20.) (De paso podremos notar
que el versículo 21 está tan bárbaramente mal tradu-
cido en la versión del 60, que casi ni merece llamar-
se traducC!ón.)
76
muerte física. Y esta naturaleza domina mientras
Cuando Cristo estemos en esta vida. De manera que tendremos que
mn cariño en- morir todos, esperando en la promesa del Señor que
Cielo, sino que en la resurrección tendremos el cuerpo ya hecho
anunciar a los nuevo, y no sujeto a la muerte. Y no nos tocará la
que se había muerte "segunda", o sea, la eterna.
77
sea, una resurrección de condenación, es muy claro
en la Biblia. Por ejemplo, véanse: Dan. 12:2; Juan
5:28-29; Rev. 20:13. La resurrección será el unirse
otra vez del espíritu con el cuerpo hecho eterno .
•
Y para terminar este capítulo, rogamos a cada
lector, aunque sea miembro de Iglesias, o hasta mi-
nistro, que se examine para ver si verdaderamente
se ha arrepentido del pecado, entregándose a Cristo
como a Señor absoluto, para así ser salvo. Y si no
lo ha hecho, le ruego lo haga hoy mismo. "No te
jactes del día de mañana". Nadie sabe si para él
habrá un mañana.
78
CAPITULO V.
80
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bernáculo primero pasaba junto al lavacro, donde se
bañaba y se ponía ropa blanca. Al otro lado de la
puerta estaba el altar del sacrificio. con la sangre
que representaba la expiación de Cristo. De manera
que su entrada tipificaba arrepentimiento y fe. El
Sumosacerdote representaba a Cristo. Llevaba sobre
el pecho los nombres de Su pueblo. Sobre los hom~
bros llevaba el Urim (significa, traducido, "Será al-
to"), y el Thumim, (que significa, traducido al Es-
pañol, "Será perfecto.") Su vestidura era blanca (pu-
reza), pero bordada con oro (gloria), rojo (sangre),
azul (celestial>, y púrpura (real>. Su entrada una
vez al año, solo, en el Luga):" Santísimo del Taber-
náculo, para rociar sangre delante del Propiciatorio
(Silla de la Misericordia), y mecer el incensario sie-
te veces ante el Trono de la Misericordia, represen-
taba la entrada de Jesús a la presencia del Padre des-
pués de Su resurrección y ascención, llevando Su
propia sangre para nuestro rescate, y Sus oraciones
(el perfume del incienso) para interceder por noso-
tros.
81
mo, y la Biblia se echa en el basurero. Exactamen-
te lo que pasa con los Modernistas.
82
ferencias. La contestación es doble: En primer lugar,
que no está comprobado que el caballo moderno des-
cendió de este animalito. Pero, y esto es más impor-
tante, no se ha formado una nueva especie. Quedan
los caballos modernos siendo siempre caballos. Hay
posibilidad de variación dentro de la especie, y de
crecimiento, pero nunca se ha visto cambio de una
especie a otra. Los hijos de perro siempre quedan
perros, y no gatos.
Todos los hombres que han vivido en este mundo
han sido descendencia de Adán, y participan de su
naturaleza. Mientras que el cuerpo del niño es pro-:-
ducto de la madre, el espíritu proviene de la semi-
lla que el padre depositó en ella. La herencia del
pecado es del padre.
83
cultad de los Modernistas aquí se halla sencillamen-
te en que ellos niegan, poniendo en cuestión, la posi-
bilidad de un milagro. Y los Cristianos afirmamos
que Dios, habiendo hecho las leyes de la naturaleza,
puede cambiarlas, modificarlas, a Su santo gusto, y
cuando le pluguiere.
84
la profecía del ángel Gabriel. Se cita el testimonio
de María misma de que no había conocido varón.
85
impiedad e injusticia indicando que cuando dijo que
estaba complacido con Jesús El no era pecador.
86
aprueba. Y Cristo se nos presenta como el único sin
pecado.
87
era un embustero o un simplón. Si no era efectiva-
mente el Mesías, Dios en la carne, como El reclama-
ba ser, entonces resulta ser un profeta falso.
88
,
do en todo como nosotros, pero sin pecado". Satanás
había tentado a Jesús (Mat. 4:1-11) en toda mane-
ra, pero sin lograr que pecara. En Heb. 7:26, dice
que Jesús es "santo". Jesús fue hecho en carne hu-
mana, pecaminosa, pero sin pecado.
t Juan
pecado
hay pe-
apóstol
tenta-
89
CAPITULO VI.
L
otra guerra. Pero la Liga de Naciones fracasó, y se
acabó. A fines de la Segunda Guerra Mundial, se
formaron las Naciones Unidas, para evitar las gue-
rras. Se hizo un centro para propaganda comunis-
ta, pero las guerras siguen. Pactos se hacen y se ol-
vidan. Hay al momento más probabilidad de guerra
en alta escala que en muchos años. No hay paz,
porque el Príncipe de Paz no está presente en los
concilios.
91
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,¡,¡¡¡·····················-
92
,
La naturaleza de los animales se ha trastornado
para hacer guerra entre ellos, y con el hombre. Po-
es
~SiaCI(l•n cos son, relativamente, los animales que se han do-
suprema mesticado y que son amigos del hombre. Reina el
y de sus diente y la púa.
93
anhelamos la pronta venida de Cristo, diciendo, como
el apóstol Juan, "ven Señor; ven pronto."
"'
S "Polvo comerás ... " fue otra parte de la maldi-
f ción. Hay animales (como ciertas razas de changos,
j
·l 94
. . . .ll. como y como el tejón, que tratan de limpiar sus alimentos
antes de comer. Es cosa interesante ver un tejón
llevar al agua una fruta o huevo, para lavarlo antes
de comerlo. Cuando era yo joven, a un tejón manso,
le dieron un pedazo de azúcar blanca. Lo metió en
el agua para lavarlo, y se deshizo, dejando al pobre
tejón sin su dulce. Pero la serpiente, sin manos ni
patas, come su alimento sucio. Y más: cuando en-
cuentra un huevo de gallina, que le gusta, primero
lo lame bien, envolviéndolo en polvo, y así se lo come,
con todo y polvo. Parece ser esta maldición un sig-
no de la bajeza de la serpiente. Y debemos recordar
que la serpiente, siempre, desde entonces, ha sido
emblema del Diablo. (Apoc. 12:9).
95
En resumidas cuentas, hay una guerra entre Sa-
tanás y sus siervos y Cristo y los suyos. No debemos
formarnos ilusiones; el mundo no nos ama, ni es
nuestro amigo. Los tomadores se enojan cuando un
Cristiano se niega a tomar con ellos. Los bailadores
se sienten muy ofendidos cuando no asistimos a sus
placeres. Y los malos se gozan grandemente si pue-
den poner tentaciones a un Cristiano y llevarlo al
pecado.
96
guerra entre el bien y el mal. Por los siglos ha con-
debemos tinuado, y aunque muchos no entienden, ni saben
por qué, la lucha no puede negarse. Hasta las reli•
giones en general son afectadas, para que haya. ··tina
multitud de sectas que niegan la sangre, que adoran
-DOS a sus
. .lile si pue-
ídolos, que se oponen a las grandes verdades de la Pa·
labra de Dios. No todas las religiones son buenas;
~lo al La gran mayoría de ellas son malas. Son la obra
de Satanás, arma en su lucha continua contra Dios
y contra Su Ungido Jesús. Las religiones son el es-
fuerzo humano para justificarse mediante las obras.
Son exactamente lo contrario del Cristianismo que
ofrece salvación y justificación sin obras por los mé-
ritos de la sangre de Cristo. Las religiones son obra
de Satanás. Siempre él trata de levantar una imita-
seqñente, ción falsa de lo que Dios puso, de la verdad. En es-
'WZ Gén.
tos últimos años, Satanás ha logrado establecer, como
le herirás imitación de la obra de los misioneros, y para con-
Jllllma,lo el trarrestar sus esfuerzos, el famoso "cuerpo de paz",
en el que salen a hacer obras en los países pobres,
pero sin permitir hablar a estos pueblos de Cristo.
Una continuación de esta guerra de Satanás con-
tra Cristo se ve en el completo despego de la verdad
de parte de los comunistas, de los jesuitas, y de los
modernistas actuales.
97
Pero, en gran parte se deben las divisiones a que
los fundadores de varias sectas salieron del Catolicis-
mo y conservaron una o más de las doctrinas o cos-
tumbres de esa religión. Y todavía más se debe a
que sus seguidores no quieren abandonar una costum-
bre, aunque sepan que no va de acuerdo con la Bi-
blia. Y la tendencia humana es siempre alejarse de
la Biblia. Por ejemplo, Wesley, el fundador del Me-
todismo practicaba la inmersión, y fue tan estricto
en ello, que tuvo que huir de su trabajo en las colo-
nias de la América porque le perseguía la policía por
negarse a rociar un niño. Pero sus seguidores han
ido poco a poco abandonando la posición de Wesley,
en ésta como en otras cosas. La tendencia humana
es siempre hacia abajo.
11: 98
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Y se puede preguntar, ¿por qué los gobiernos tra-
tan de impedir la instalación del Cristianismo en la
juventud? La respuesta es que no hay gobierno en
el mundo cuyos titulares sean cristianos. Los políti-
cos en general buscan sus propios fines, y resultan
servir en las filas de Satanás, sin darse cuenta de
ello. Han visto abusos de parte de las religiones fal-
sas en el pasado, y se volvieron en contra, no sólo
de lo falso, sino de toda religión. Y Satanás se rie.
99
2, comenzando con el versículo 1, según la cual en
los últimos tiempos habría falsos profetas, que intro-
ducirían herejías de perdición, de modo que muchas
veces los predicadores de Satanás son más populares
que los de Dios.
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Cuando llegó Dios a poner la pena sobre el hom-
l' bre, la dividió en dos partes. La primera se refería
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¡ al mundo natural, y la segunda a la naturaleza del
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joven; pero que la manera más bárbara de matar a
un viejo es quitarle su trabajo. Cuando Dios puso la
pena al hombre de que tenía que trabajar, no exce~
tuó a los ricos. Si quieren salud y vida larga, ten-
drán que trabajar.
103
CAPITULO VII.
105
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sus pecados, destruyendo el Cielo como se destruyó
este mundo cuando Adán pecó.
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otro, citado como precedente, fue de hace un siglo.
·~· En el año 1829 un hombre apellidado Watson fue
sentenciado a muerte en la horca por haber robado
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g: al correo nacional. Tres semanas antes de la fecha
de ejecución, el presidente Andrés Jackson firmó un
perdón. Pero el reo se negó a recibir el perdón.
Llevaron el caso a la suprema corte de la nación, la
que falló que "El perdón es un título, para la validez
del cual es necesario que haya sido entregado y acep-
tado. Sin ser aceptado, no es completo. Y si es re-
chazado, no hallamos poder en esta corte para for-
zarlo sobre él."
.;'
El otro caso fue el del Sr. Martín Dalton, quien,
en el año 1897 fue condenado a prisión perpetua por
asesinato. En 1930, después de haber pasado treinta
y tres años en la cárcel, el gobernador le extendió un
perdón, pero se negó a recibirlo. Pasó otros treinta
años en la cárcel, muriendo al fin, a la edad de 91
años.
108
de lo que él cree agua, y se lo toma. Pero, sin su
Jaace un siglo. conocimiento, su mujer había dejado el vaso de ve-
Watson fue neno. El, ciertamente tuvo fe para tomar lo que de
llaber robado corazón creía agua. Pero está tan muerto como si
de la fecha hubiera a sabiendas tomado veneno. La fe en otro
firinó un no tiene valor ni fuerza. Es Cristo el que salva, no
el perdón. la fe ciega.
la nación, la
•llllill la validez
-..lacllo y acep-
A veces se oye a alguien burlarse de los que tie-
nen "fe ciega" en Dios. Los pobres ignorantes no
y si es re- saben de qué hablan. Pues no es una fe ciega la que
para for- tiene el Cristiano. Para ilustrarlo esto: Si un hombre
me debe un peso, y puntualmente lo paga, y diez
veces me paga lo que debe con toda puntualidad, no
se me cuenta por fe ciega que le preste otra vez. De
la misma manera, Dios ha sido fiel por toda mi vida,
cumpliendo al pie de la letra Sus promesas, y ¿cómo
podría llamarse fe ciega la que Le vuelvo a tener?
No es fe ciega, sino fe con los ojos abiertos.
110
1
alemán, Adolfo mano los que quieren ser salvos". Y a tal invitación,
Jlllnca le tenía hasta el mismo Diablo puede levantar la mano. Hay
G'eencia, pero que predicar de manera que levante en los oyentes
Y la acción. una honda conciencia de su pecado, y de su estado
cien pesos, po- perdido. Hay que predicar de tal manera que el
no le presto pecador oiga el ruido de las llamas eternas en el
en las Lago de Fuego.
111
ta la culpa de ellos. Pues nadie aceptará de Cristo fue
la salvación del pecado si no se siente culpable del
pecado. He aquí la disyuntiva: Dios dice que el
hombre es pecador, culpable, y que sólo en la sangre
de Cristo hallará alivio. Los Modernistas niegan la
culpabilidad humana, y afirman que la salvación no
es personal, sino cuestión de mejoramiento social.
Las dos posiciones se excluyen una a otra completa-
mente.
112
fue borracho, majadero, perseguidor, y tenía todo lo
que era malo. Pero una noche aceptó a Cristo, y
desde ese día fue otro. Ya nunca tomó, nunca juga-
ba barajas ni juegos de azar; no golpeaba ya a mi
madre. En lugar de mentiroso se hizo hombre de
verdad; en lugar de majadero, .tuvo ya boca limpia.
113
Pero hay más. Dios ha estado afirmando que el
hombre es malo, y que necesita ayuda divina. El
hombre ha estado siguiendo su propio camino, con-
fiando en su propia capacidad de lograr ser bueno,
al estilo humano. Cuando uno se entrega a Cristo,
equivale reconocer que Dios tenía razón. Dejando
sus propias nociones preconcebidas, acepta la Palabra
divina, y se somete a Dios. Esto es lo que comun-
~;
,o mente se llama la "conversión".
~
Cuando Dios perdona, se nos quita la terrible pre-
sión de nuestra culpa, la que, según los psicólogos, es
base de la aplastante mayoría de nuestros males psi-
cosomáticos. Repito lo que ya dije: En una conven-
ción de psiquiatras a la cual asistí en los Estados Uni-
dos hace unos años, uno de los conferencistas, un
psiquiatra de Nueva York, dijo que "Si los que me
consultan fueran a una Iglesia para arreglarse con
Dios, el noventa y nueve por ciento no tendrían la ne-
cesidad de consultarme a mí". Pues, con el perdón de
nuestros pecados viene la paz de corazón, y se evitan
los disturbios de alma que tanto afectan el cuerpo
y la salud.
114
JL~
·.~
115
méstico. El perdón judicial tiene que ver con la
corte y el juez. Se trata de los criminales que allí
se juzgan y se condenan. Dios es Soberano, y Sus
Leyes santas tienen que cumplirse. Como justo Juez,
tiene que castigar a los pecadores. No puede tolerar
en Su presencia el pecado. Pero Su amor hacia los
hombres ha hecho camino de gracia para su perdón
y salvación. Este es el perdón judicial, de Dios como
Juez.
116
es nuestro gran Sumosacerdote CPontífice) quien en-
tró una vez por todas en la presencia del Padre lle-
vando Su sangre y el perfume de Sus oraciones in-
tercesoras delante del trono celestial. Así somos guar-
dados por el poder de Dios ...a una salvación lista
para revelarse en el último tiempo. ( 1 Ped. 1:5.) ~
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CAPITULO VIII.
EL PECADO IMPERDONABLE.
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Si llegó a su mente. Aceptó a Cristo, y se llenó de un
gozo casi indecible.
121
tenderá con el hombre para siempre." Estos buenos
hermanos, con todo buen corazón pero no con todo
el estudio que merece la Biblia, afirman que el pe-
cado imperdonable es no aceptar la oferta del Evan-
gelio. Pero no puede ser esto, siendo que la Biblia
repetidamente ofrece salvación al que ponga su fe en
Cristo. Cierto es que el persistir rechazando las lla-
madas del Evangelio al fin lleva al hombre a la per-
dición. Pero hay que hacer una distinción entre tal
condición DESPUES de la muerte, y la misma condi-
ción ANTES de la muerte.
122
•I*IS buenos eso; procedió a la declaración del versículo 29 de
con todo Marcos 3, diciendo: "Mas cualquiera que blasfemare
que el pe- contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, mas
del Evan- es expuesto a etemo juicio." Y, para hacerlo más
la Biblia claro, agrega, en ·el· versículo 30, que esto fue porque
decían que tenía espíritu inmundo.
123
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fábulas o engaños, entonces ya no hay esperanza
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para ellos. Les espera sólo un horrible fin en la eter-
nidad.
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~. Para esta clase de personas, queda el pasaje tan
horrible en 1 Juan 5:16: "Hay pecado de muerte,
por el cual yo no digo que ruegue." Horrenda cosa
es estar en manos del Dios vivo. Cuando El dice
que ya ni oremos por uno, que ya está fuera de po-
derse salvar, que ha cometido el pecado imperdona;.
ble, entonces es cosa terrible.
Y yo ruego a mis amables lectores: si hubiere
uno de ellos que ha sido arrastrado por las enseñan-
zas de los Testigos o de los Modernistas, si todavía
no ha llegado a negar al Espíritu Santo, que se de-
tenga antes de serie tarde. Vuelva sobre sus pasos,
y· clame a Cristo por Su sangre· pidiendo el perdón.
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~·
imposible en esta época. No sé cómo pueden decir
esto; pues es mucho muy común hoy día en varias
~ de las religiones espurias, especialmente entre los
1
J
"Testigos" y ·entre los Modernistas. Estos sistemas
124
llevan casi automáticamente a tal pecado, y el que
sigue estos sistemas casi por necesidad llega a ello.
Son el esfuerzo más productivo de Satanás para la
destrucción de las almas.
Una palabra más a los hermanos que buscan la
salvación de las almas. A menudo nos encontramos
con personas que dan como razón para no aceptar la
salvación que ofrece Cristo, que han cometido el pe-
cado imperdonable por rechazar el evangelio. La
contestación es clarísima: el mero hecho de que ten-
gan interés en su salvación es prueba de que el Es-
hubiere píritu Santo todavía los llama, y que pueden ser
salvos.
el
125
CAPITULO IX.
127
Cristiano una guerra, los dos hombres luchando por el
predominio.
128
soy de los que les señale con el dedo, como más ma-
los que los demás. Creo que en general son buenos
Cristianos. Pero sus doctrinas los exponen a la ten-
tación más de lo necesario, y, pretendiendo la per-
fección, sus pecados llaman más la atención, y hacen
más escándalo. Un poco de humildad les haría bien.
129
i
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130
vehementes de agradar a Dios. Y cuando ve que ha
pecado, llora su falta, como lo hizo Pedro, el apóstol,
cuando había negado a Cristo.
Decimos, pues, que una de las pruebas de ser
Cristiano es que tiene una aversión para el pecado,
y no lo ama como antes.
131
de cascabel. Por todas partes nos rodeaban. He ma-
tado hasta veinte víboras en un día. Y una de las
cosas que aprendí fue el de tener los ojos listos vien-
do por todos lados al andar en el bosque. Miraba
arriba a las ramas de árboles, para evitar que me
cayera un gato montés o una pantera; miraba al
suelo para no pisar una víbora. Miraba por todos
lados. De eso dependía mi vida. En Efesios 5:15,
se nos manda andar "avisadamente". En una tra-
ducción se dice que andemos "con circunspección",
que significa, mirando alrededor. Es exactamente lo
que aprendí a hacer, siendo muchacho. Andaba mi-
rando alrededor, sabiendo que había muchos enemi-
gos. Y el Cristiano, viviendo en un mundo hostil,
con enemigos del alma a todos lados, debe andar
viendo a todos lados, para no ser sorprendido por un
enemigo, y para no caer en una trampa.
El primero de los enemigos, por supuesto, es Sa-
tanás, quien anda como león rugiente, buscando a
quien devorar. (1 Ped. 5:8.) La Biblia nos manda
resistir al Diablo, y él huirá de vosotros. (Sant. 4:7.)
El sistema mundial que nos rodea es un enemigo su-
til pero fuerte que busca nuestra destrucción espiri-
tual. La misma organización de la sociedad está en
nuestra contra, y si no nos cuidamos, puede resultar
en la destrucción de nuestra vida espiritual y nuestra
utilidad. ( 1 Juan 2: 15-16.) Se nos manda repudiar-
la, y apartarnos de ella. (Col. 3:2; 1 Juan 2: 15.) La
naturaleza carnal~ llamado a veces en la Biblia, "la
carne", o "el pecado", es un enemigo que poderosa-
mente busca dominar nuestras vidas. (Rom. 6: 12.)
132
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Se nos manda considerarnos "muertos" a ella, y cons-
tantemente entregarnos al Espíritu Santo para la mor-
tificación de la carne. (Rom. 6: 11-13; Gál. 5: 16-17.)
El Diablo, el mundo, y la carne, son un triunvirato
poderoso que siempre está cerca, acechándonos por
todos lados. Su propósito común es el de destruir
nuestra utilidad, nuestro servicio de Cristo, y nuestro
gozo en este mundo, ya que no puede destruir nues-
tra alma eterna, si somos Cristianos. A los inconver-
sos tratan de no dejarles aceptar a Cristo.
El éxito de estos enemigos del alma ha sido terri-
ble. Han logrado millones de adeptos del Comunis-
eoemi-
mo, sistema que es el todo satánico. El Romanismo
hostil,
es otro sistema que ha logrado dominar a otros millo-
andar
nes, llevándolos a la destrucción eterna. El Moha-
por un medanismo, la "Ciencia Cristiana", el Ruselismo (Tes-
tigos de Jehová), el Mormonismo, son sólo algunos
de los medios que ha usado el triunvirato satánico
para la destrucción eterna de los mortales. Posible-
mente el peor de ellos al momento es el Modernismo,
por andar infiltrándose en las mismas filas de los
Cristianos, logrando meterse de profesores de semina-
rios y de oficiales de convenciones, asociaCiones, ·y
otros grupos Cristianos.
133
que los Cristianos. En nosotros no tenemos el poder
de hacerles frente.
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134
1, '
Por el ministerio de Cristo, como divino Mediador
y Abogado, a favor de los Creyentes, tienen éstos se-
gura su eterna salvación.
Para el que acepte la Biblia, no hay doctrina más
clara en Ella que la que afirma que Cristo pagó en
la cruz la pena que merecía el pecador, haciendo así
posible nuestra salvación. Esto va de acuerdo con las
Profecías del Antiguo Testamento. En Isaías 53:4-5,
dijo Dios, " ... nosotros Le tuvimos por azotado, por
herido de Dios y abatido. Mas El herido fue por
nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre El;
y por Su llaga fuimos nosotros curados."
135
nos que desean guardarlas como Cristo mandó. ¡A
qué grado de bajeza pueden llegar los malos! (Léa~
se Mateo 26:27-28.)
136
sea servir al mundo, y el hombre salvo, espiritual,
que desea servir a Dios. Se ha dicho que la misma
naturaleza está desequilibrada, y gime bajo la pena
del pecado, esperando el día de la Redención. Y aquí
dice que se acerca ese día en que el hombre salvo, ·
con su cuerpo hecho nuevo y sin tentación es libre,
no sólo de la pena del pecado, sino también del po-
der de la tentación, y cuando el mundo está ya sin
la maldición, y ya no da espinas ni cardos, sino que
el desierto florecerá como rosa. ( Is. 35). Cuando
será quitada la enemistad de los animales, y el león
se acostará con el becerro, y el niño jugará con la
áspid. Nuestra esperanza está en las promesas de
Cristo para el futuro en el Reino de los Cielos, cuan-
do Cristo sea Rey, y nuestra salvación sea cumplida
y perfeccionada.
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¡: za de un día estar libre del poder del pecado, y has-
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ta de la presencia del pecado. Sugiero a mis ama-
bles lectores un buen bosquejo de sermón sobre 1
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Corintios 6:11: (1) "Sois lavados." (2) "Sois santi-
r
~: ficados." ( 3) "Sois justificados". Conclusión: Todo
11 esto en el Nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu
1
~ de nuestro Dios. El Creyente está vestido de la jus-
n~
138
tulo 7 los acusa de abusos del matrimonio. En el ca-
pítulo 8 los acusa de comer cosas dadas a los ídolos.
En el capítulo 9 defiende su apostolado contra los
rebeldes. En el capítulo 11, comenzando con el ver-
sículo 17, los acusa del mal uso de la Santa Cena del
Señor. En el capítulo 12 los acusa de abuso de los
dones del Espíritu Santo. Y en el capítulo 15 tiene
que llamarlos a volver a la verdad del Evangelio.
139
nuestras organizaciones, sea Iglesia local, Congrega-
ción asocional, u Congregación convencional. N os
toca la advertencia de 1 Corintios 5:4-7. Debemos
1 excluir de entre nosotros a los que andan mal, y que
no se arrepienten de sus malas doctrinas y obras.
1
Todo verdadero Cristiano anhela ser mejor, y
1 agradar a su Rey celestial. Por eso, Cristo nos ha
dado la regla de Mateo 18:15-18, de tratar de conven-
cer al cristiano de su mal, y de ganarlo a la rectitud.
1 Pero, la regla sigue en pie: el que anda mal, y se jac-
1 ta de ello, y no escucha cuando se le llama al orden,
debe ser excluido de nuestras Congregaciones. (v. 17.)
140
una trampa del Diablo, sino porque se jactan de ello,
porque no quieren corregirse, creyéndose más sabios
que Dios y Su Palabra.
141
¡:
¡'
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t1',,1'
Hay Iglesias que nunca prosperarán hasta que
oficialmente reconozcan las faltas que cometieron en
contra de algún predicador.
143
Dios bien sabe eso. Y El no abandona a Sus hi~
jos a la calle. Los llama al orden, y si no se corrijen,
los castiga. (1 Cor. 11:30-32; Heb. 12:5-11.) Lásti·
ma es, que hay algunos de los hijos de Dios, que,
siendo castigados, se enojan como niños malcriados,
acusando a Dios de ser malo. Pero el castigo de
Dios sobre Sus hijos es para el bien de ellos, y busca
su corrección. Pero si no se corrigen, el castigo pue-
de ir haciéndose más y más severo. He conocido mi-
nistros que han perdido su poder porque no se sorne~
ten a la corrección de Dios, y no se corrigen en sus
faltas.
144
CAPITULO X.
146
ción, y un canto espiritual, dándole otros 5400 "cul-
tos" en qué aprender la Biblia. No es de sorprender-
se que a los cinco años ella hizo profesión de fe, y,
con una sencillez notable, demandó el bautismo.
1
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1
148
aceptar a Cristo, nos hacemos Sus "discípulos", inscri-
biéndonos en la Escuela de Cristo, para andar por el
resto de esta vida aprendiendo de El.
149
en que son hijos de Adán, y en que poseen la natu-
raleza de pecadores.
150
El único texto que he oído citar para comprobar
la salvación infantil, es Mateo 18:3-4, con su para-
lelo en Mateo 19:14. En el primero de estos pasa-
jes, se asienta sencillamente que los que desean ser
salvos necesitan recibir a Cristo con la sencillez de
un niño. El otro texto, en Mateo 19: 14, NO dice
que de los niños es el Reino de los Cielos. Dice que
es de los TALES, los que son COMO niños, en otras
palabras, repite más o menos lo que en el primer
texto, que el pecador tiene que venir a Cristo con la
sencillez de niño. Nada dice de la salvación de los
niños.
Pero una cosa, sí, dice: Que no debemos impedir
que los niños vengan a Cristo. No debemos ponerles
plazo para que se entreguen a El para recibir la sal-
vación y obedecerle. Es pecado grande detener a
los niños que acepten a Cristo, diciéndoles: "Tú eres
muy chico para ser salvo; no puedes obedecer al Sal-
vador en el bautismo. Espera a que pasen los años;
cuando ya estés duro en el pecado, entonces te hare-
mos caso."
151
era ladrón por su naturaleza. No se hace mentiroso
cuando por primera vez miente; ya era mentiroso,
y por eso mintió. El acto malo es el resultado de la
naturaleza que tenemos, y no la causa .
15.2
i
cumplir los trece años, nunca lo hacen. Los años de
13 en adelante son años en los que el niño está tra-
tando de librarse de la dirección paternal, y hay un
espíritu de rebeldía en todos. En ese tiempo dejan
de asistir a la Escuela Dominical, y buscan sus pro-
pios caminos. Si· ya aceptaron a Cristo, tienen algo
que los estabilice; pero si no, se van al mundo~
153
El pecado es el padre; los pecados son los hijos.
los pro-
son la
CAPITULO XI.
í
UNAS PALABRAS FINALES.
.e 156
Dice la Biblia, (en Juan 8:34,) que el que hace
pecado es el siervo (esclavo) del pecado. A primer·
golpe de vista queremos negar esto. Pero, cuando
lo consideramos un poco, vemos que es muy cierto.
Por ejemplo: En estos últimos años mucho se ha es-
crito en las revistas, especialmente las revistas médi-
cas, de los grandes daños que causa el cigarro. Cán-
cer en varias partes del cuerpo, enfermedades del co-
razón, y otros males. Diríamos que lo más sensato
sería dejar de fumar. Pero los hombres siguen fu-
mando, y siguen enfermándose, y matándose. Y en-
no se tre los mismos doctores sigue el vicio. Y cuando se
les pregunta por qué, contestan que quisieran dejar
el cigarro, pero que no les es posible romper el hábi-
to de fumar.
1 Y en cuanto a la bebida. No hay persona _que
haya nacido dentro de un radio de cincuenta kilóme~.
tros de un. ferrocarril_que no sepa que las bebidas
alcohólicas son malas,. y dañinas, hasta cuando se to:..
man en poca· escala. Pero. siguen con sus bebidas;
Y· lo mismo con otros pecados; · El pecador.· . pronto.
llega a ser esclavo del pecado. ·Y esta· es una- dé las
razones: para ganar a los muchachos. para. Cristo. A
los catorce años, yo hice voto de nunca tornar bebidª
alcohólica excepto por prescripción médica ·(cosa ·que
los médicos modernos ya no hacen.) Nunca me fue
difícil abstenerme de las bebidas, porque nunca ha-
bía tomado el hábito de tomar. Pero, el que comen-
zó, y formó el hábito, tendrá trabajo en dejarlo.
15.7.
ser~
decir que no hay una especie de placer en el pecado.
Lo hay. Pero es muy temporal, pasajero, que pron-
to termina. Y después deja, en lugar del placer
prometido, dolores. Basta ver a un borracho. Toma,
para recibir placer; pero a la mañana siguiente anda
trastornado, con dolor de cabeza, con estómago des-
compuesto, con todo menos el placer y la alegría pro- y,
metidos. Sí, el pecado da placer, ganancia, muchas
cosas que deseamos. Pero todo es pasajero, vano, y
deja al pecador descontento y triste. ¡Cuántos suici-
dios vemos en cada año! El pecador al fin queda
decepcionado y se mata.
El pecado nos gana la enemistad, el odio, de nues- se
tros semejantes, y de los mismos compañeros de mal-
dad. Un día dos hombres salieron de la puerta de
la ciudad de Roma. Uno era el emperador Nerón.
Con pompa fue acompañado de los grandes de la
corte romana. Rico, poderoso, gobernante del mun-
un
do conocido. El otro era Pablo, un sencillo predica-
dor, llevado entre un pelotón de soldados para que
fuera de la ciudad le cortaran la cabeza. A Pablo
muchos lloraron, y hasta hoy se le respeta. A Ne-
rón, poco después, lo mataron sus propios secuaces.
Y por los siglos Nerón ha sido maldecido por la gen-
te; nadie lo ha respetado.
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A B R I L DE 1970, EN LOS
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NOTA: