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Unos padres con sus hijas almorzando mientras "chatean" y navegan con
sus móviles. JAIME VILLANUEVA
La idea errónea de “a mi hijo no le pasará” solo cambia cuando pasa. Un día el niño
o niña ha chateado con alguien que no era quien decía ser y acaba sufriendo
chantaje, humillaciones y amenazas. ¿Le suena la palabra “sextorsión”? Cada vez
comienza a edades más tempranas debido al precoz acceso de los jóvenes a las
redes. Si un menor extorsionado tiene recursos emocionales y confianza suficientes
pedirá ayuda a sus padres y podrá denunciarlo a la Policía o la Guardia Civil. Si no
sabe cómo gestionar la situación y le supera la vergüenza puede acabar de forma
dramática. Otros casos que saltan a los telediarios son los de menores que no dejan
de ser hostigados por sus compañeros de colegio ni siquiera cuando llegan a casa
porque reciben mensajes por todos los medios posibles que les convencen de que su
vida no vale nada. Y también somos conscientes de cómo acaba la ciberviolencia en
estos casos. ¿Sabemos qué hacer para proteger a nuestros hijos en el entorno digital?
Estas son algunas recomendaciones:
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“Nuestro principal consejo a los padres es que sean el mejor ejemplo para sus hijos,
también en Internet. Si nuestro hijo ve que ponemos una foto sexy hará lo mismo. Si
ve que cuidamos nuestra reputación digital también lo hará él y se evitará problemas
en un futuro. Lo ideal sería crear entornos TIC seguros adaptados a cada edad y cada
momento de madurez. No funciona fiscalizar las actividades de los hijos: se trata de
ofrecerle recursos y pensamiento crítico frente a los posibles riesgos de la red.
Explicarle qué son los ajustes de privacidad, cómo sospechar de perfiles falsos,
cómo tapar la webcam, por qué no podemos fiarnos de correos electrónicos que nos
piden contraseñas y datos bancarios ni subir fotos donde aparezcan menores a las
redes sociales. Si no tenemos este conocimiento informático, conviene actualizarse,
superar la barrera tecnológica y aprender nociones básicas para hablar su lenguaje.
También ayuda a la seguridad digital establecer límites -como instalar el ordenador
en el salón y no en el cuarto el niño, marcar horarios para estudiar con la tablet y
horarios de ocio- y respetar ambas partes los acuerdos establecidos. Si se crea un
clima de confianza el niño podrá acudir a sus padres cuando tenga un problema por
grave que sea”, afirma Manuel Ransán, director de Operaciones del Instituto
Nacional de Ciberseguridad (INCIBE).
La llamada “mediación parental” no es fácil, y menos cuando se trata de hijos
adolescentes. Por eso el Portal de Menores de la Oficina Seguridad del
Internautapone a disposición de las familias listados de aplicaciones que ayudan al
control de las webs, recomendaciones para crear una escuela y un hogar
ciberseguros y una completa Guía para un uso responsable y seguro de Internet.
Los padres deberían conocer modas y riesgos como el sexting o sexteo (envío
voluntario de contenido sexual a través del móvil) entre adolescentes. Que a su vez
puede desembocar en grooming: el engaño de un adulto que se hace pasar por otro
menor para ganarse su confianza, convencerle para que le envíe imágenes y vídeos
de contenido sexual y finalmente amenazarle, chantajearle y en algunos casos
conseguir un encuentro y abuso físico. La Policía Nacional imparte charlas en los
colegios para concienciar a los jóvenes sobre estos y otros riesgos, como foros que
fomentan la anorexia, bulimia o el suicidio. “Con la última reforma del Código
Penal, el envío de imágenes de connotación sexual, si se difunden a un tercero y este
lo comparte sin consentimiento de la persona afectada constituye un delito contra la
intimidad. Estamos muy pendientes de cada caso que nos llega -y cada vez son más
jóvenes- porque es denunciable y cuanto antes se pare antes evitamos un acoso
posterior. Recomendamos no borrar nada, ningún mensaje, reunir todas las pruebas
posibles y denunciar para que la Fiscalía de Menores pueda hacerse cargo”, explica
Salomé Corrochano, inspectora y responsable del Plan director. Para solicitar ayuda
se puede acudir a las delegaciones de Participación Ciudadana de la Policía o a
través del correo seguridadescolar@policia.es.
La ciberviolencia de género
Las familias pueden apoyar a sus hijos víctimas del acoso -sea del tipo que sea-
creando un clima de confianza, escuchando su problema, ayudándole a recopilar
pruebas y tomando medidas legales en caso de ser necesario. También conviene
advertir a los menores acosadores de las consecuencias legales que conlleva
cualquier delito digital. Desde 2004, PantallasAmigas se ha comprometido en la
lucha contra el ciberbullying en todas sus variantes y continúa celebrando jornadas
de análisis y formación que impliquen a todos los agentes sociales, como las
escuelas, para erradicar esta lacra.
El acoso virtual está de moda
El ciberacoso se ha convertido en una epidemia mundial, y una de las
mayores causas de suicidio entre los adolescentes.
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¿Usted sabe exactamente lo que hace su hijo mientras navega por horas en la red? ¿Le
suenan términos como Grooming, Ciberbullying, Sexting, Flaming? O ni remota idea de lo
que le estoy hablando.
Padres, mucha atención porque estos conceptos han invadido la internet y las redes
sociales y están afectando la vida, la mente y el espíritu de un gran número de
adolescentes. Así que mejor entérese cuanto antes para que pueda actuar a tiempo.
Muchos recuerdan la triste historia de Amanda Todd, una niña canadiense de 15 años
que se suicidó el año pasado tras ser víctima en varias oportunidades de un ciberbullying.
Todo comenzó cuando a sus 12 años, la niña mostró por el chat sus pechos desnudos a
un usuario. Un año después el hombre la chantajeó de difundir la foto por Facebook si no
hacía lo que él le pedía; al negarse, el hombre cumplió con su amenaza. Así comenzó su
pesadilla, un acoso psicológíco constante que la llevó a suicidarse.
Otro caso memorable se dio en el 2010 en Argentina, cuando a una niña de 10 años se le
ocurrió abrir un grupo de Facebook llamado “3 razones para odiar a Romina Perrone”. La
página, que llegó a tener 5.000 seguidores, estaba llena de insultos y fotografías de
Romina, su compañera de estudios en un colegio de Buenos Aires, la pequeña víctima
tuvo que recibir tratamiento psiquiátrico.
Y hace sólo dos meses, en abril, otra adolescente, Rehtaeh Parsons, de 17 años, decidió
suicidarse tras meses acoso y de constantes burlas de sus compañeros de clase luego de
difundirse en la red una foto de su presunta violación por cuatro jóvenes en una fiesta.
Por eso padres, acompañamiento obligado, no más con el “ellos saben más de eso que
nosotros”, “déjelos, que ahí se entretienen por horas y no molestan a nadie”, tómese su
tiempo, indague, entérese a qué peligros esta expuesto su hijo en internet, familiarícese
con estos términos, sepa qué características presenta un niño cuando es víctima del
ciberacoso, averigüe qué entidades le pueden ayudar para evitar o luchar contra estas
agresiones. Hable con su hijo, sepa qué lo aflige, que aunque suene a un problema
virtual, intangiblemente está llegando a las entrañas del menor.
Grooming: estrategias que una persona adulta desarrolla para ganarse la confianza del
menor a través de internet con el propósito claro de obtener concesiones de índole
sexual.
Sexting: envío de contenidos de tipo sexual (fotografías, videos) producidos por el propio
remitente, a otras personas por medio de teléfonos móviles.
Web apaleador: web creada para realizar ‘ciberacoso’ sobre la víctima, metiéndose con
él/ella de manera pública y ridiculizándolo/la. De esta forma se anima a los testigos a que
hostiguen a la víctima.
Flaming: una discusión intensa y de corta duración que a menudo incluye lenguaje
ofensivo, grosero y vulgar, insultos y a veces amenazas. Ocurre a través de texto o
mensajería instantánea, los blogs de los sitios de redes sociales, salas de chat, foros de
discusión o en los sitios de juegos en línea.