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El bueno, el feo

y el malo

Etica .Y estética de un género


pe1fectxunente europeo
Pamdigma wnerikarmrm d(:fimnuz.io lotsagabea soilt/1 adilnt::.lcltk IIITIIII, ¡.:um¡)([ko
\\·t·sten iH, ait:: . iúk. f!."l'lll!f'()Ort'/1 tltus¡JI'{!;t ::.e!tof:: ,rt e/o lmrtria::.kou adierrr:Jm du, ,....,·erp:io
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daude, ordea.

Carlos AguUar
••••l•II NOSFERATU 41-42
1 arranque de Por un ya desde los propios títulos de Siempre habrá gente en contra, por
puñado de dólares/Per crédito, los primeros con técnicas supuesto, y no me parece mal.
un pugno di dollad de animación de la historia del Pero lo imp01tante es que desde
(1964), de Sergio Leo- western. hace unos cuantos años, tampoco
ne, recogiendo la llegada de un muchos, este género tan explosiva-
gringo a un pueblecito mexi cano, Y todavía quedaban cien minutos mente nacido disfi·uta de una reva-
encadena dos situaciones de una de película. Con tantas, y digo lorización mundial. Con indepen-
elocuencia enorme. Una estriba en "tantas", sorpresas más. dencia, incluso, del prestigio que ya
varios mexicanos riéndose y hu- posee el genial Sergio Leone, quien
millando sa lvajemente, a tiros, a a partir de aquella película, además,
una mujer y un ni ño, ante la im- Gastronomía y cine brindaría una evolución vertiginosa
permeabilidad del recién llegado. como pocas en la hist01ia del cine
Otra consiste en que éste abando- En efecto, qui enes recordamos modemo, con independencia de los
na su proverbial indiferencia al bien de nuestra adolescencia el géneros y las épocas. Así como
sonreír con ánimo de conquista a positivo impacto que causaba en obviando que el actor y el músico
una joven que lo mira desde una el público Por un puñado de dó- de tan innovador fi lm, respectiva-
casa; cuando ell a reacciona ce- lares y crecimos leyendo con mente Clint Eastwood y E1u1io Mo-
n·ando sonoramente la ventana, el fastidio toda laya de improperios nicone, desde entonces y gracias a
forastero de inmediato recupera contra el desdefíosamente deno- Leone suponen verdaderos mitos
su previa expresión de imperhlr- minado spaghetti-westem , ahora del siglo XX, más allá del ámbito
babilidad. cantamos victoria. estrictamente cinematográfico.

El westem americano había queda-


do atrás, simplemente con la des-
carnada significación de estos bri-
llantes momentos.

Por un lado, la neutralidad ante la


desgrac ia aje na ; en cualqui er
western previo, americano o de CLINT EASTWOOD e n
donde fuera, al hombre, pa lpable-
mente investido de los atributos
físicos del héroe, le habría fa lta-
do tiempo para socorrer a la mu-
j er y el niii o. Por otra parte, una
particular indolencia viril respec-
to a la posibilidad sexual: si el la
qui ere, adelante; de lo contrario,
a otra cosa.

Por añadidura, el protago nista,


siendo evidentemente americano
viste la más típica prenda mex ica-
na, un poncho . Otra sorpresa
pues, otra alteración de lo tradi-
cional que traduce, tan sutil como Director
firmem ente, una nueva aporta-
ción : el héroe s imbolizando el sin-
SERGIO LEON
cretismo que representa la pelícu- TECHNICOLOR
la, metafori za ndo mediante s u TECHNISCOPE
vestuari o el diferente tipo de wes-
tem que la obra enarbola. Por si
todo esto fuera poco, una música
no menos asombrosa, ri ca en su-
gestivas utili zaciones del silbido y
la percusión, magnificaba el espe-
cial estado de ánimo en que el ini-
cio situaba al atónito espectador,

NOSFERATU 41-42 11)1·····


Ln revancha afecta igualmente al claro está, quienes ya leíamos so- notable, comentar los rasgos car-
factor nostalgia, y por fortuna. Es bre cine dada nuestra innata pasión dinales del spaghetti-westem im-
decir, me parece marav illoso que por el medio, con los adversos pa- plica desmenuzar Por un puñado
un movimiento de revalorización, receres de los muchos, casi todos, de dólares y la obrn inmediata-
estético-crítica y fílmico-protesio- que encontraban intolerable tal tipo mente posterior ele Leone, La
nal, salude la dulce añoranza de los de westem. mu er t e tenía un prec io/ P e r
muchos adolescentes que disfrutá- qua lche dol laro in pitt ( 1965).
bamos con fervor las proezas de Spaghetti-westem, sí. Necia deno- Sin menospreciar el valor de tan-
los desa 1iñndos cowboys mediterrá- minación, estúpido insulto fmjado tos westems europeos producidos
neos, hace treinta ai'los, si no más, por la ignorancia sobre las virtudes después, irrefutablemente In base
unas veces en malolientes salas de del mestizaj e cultural y destinado a estética, y la infraestructura in-
batTio, otras ocasiones al ventesta- den igrar el producto. Ahora bien, dustrial, proceden ele los dos an-
te en bulliciosos cines de verano. ¿acaso no resulta cntratlable? Yo tedichos filmes de Leone. No por
Embelesados con los silbidos del por lo menos así lo estimo; por esto, empero, hay que suscribirle
gran Alcssandro Alessandroni, ver- ende, mantengo el apelativo spa- cuando afi rmaba "1\fe disgusta
dadero vínculo entre todas las ban- ghetti-westem, y hasta lo reivindico. que todo el mundo me sella/e
das sonoras del género; cautivados conw el padre del spaghetti-wes-
por los paisajes ele A lmería, sobre- tern. Porque soy el padre, sí, pero
cogedores como pocos; entus ias- e
La pasta pronta de 1111 montón de hijos de p uta".
mados por el especia l e inaudito Aun asistido por no poca razón,
son ido que revelaba n los disparos Dejando aparte los anteriores wes- me parece injusto, puesto que
en estas películas. Y discrepando, tems europeos, alguno más que muchos cineastas honestamen te
procuraron, y consiguieron, per-
sonalizar el género desde la base
establecida por Lcone, aparte de
que no es de recibo expresarse
con tal desprecio en un artista de
máxima categoría.

Personajes reacios a implicarse en


conflictos ajenos, y una masculi-
nidad olímp icamente capaz de
prescindir del sexo, decíamos an-
tes admi rando el inicio de Por un
p uña do de dólar es. Sin duda es-
tos dos representan rasgos decisi-
vos en la obra de Leone y, por
extensión, dentro del spaghetti-
westem; pero, por supuesto, no
suponen los úni cos. Ta l como
sinteticé en ot ra parte (el li bro
Sergio Leone. El hombre, el rito,
la muerte) : "La interacción, la
potenciación mutua, entre ele-
mentos diversos entren/a la sus-
tancia del cine de Sergio Leone.
Consiste en 1111a simbiosis de refe-
rentes culturales, artísticos y .for-
males, tan singular e imaginativa
que sólo puede tacharse de bri-
llante Ó' en manos cinematográfi-
cas menos diestras habría desem-
bocado en el más grotesco de los
desastres). Por 1111 lado, el wes-
tern americano proporciona el
marco histórico-geográfico, la
imaginería e iconografla, las pro-
piedades del género. Del mismo

····~~f~-·NOSFE RATU 41·42


La muerte leníct un rnecio

modo, el cine japonés aporta s11


ceremonioso 'lempo' (¿cuál es
exactamente la d11ración de las si-
tl/aciones en el cine de Leone?
¿Existe 1111 tiempo real o mental?)
así co1no su valoración del silen-
cio y de los sonidos, sean natllra-
les o producidos por el hombre.
La mentalidad mediterránea. por
último, miade componentes carac-
terísticos: la picaresca, la brutali-
dad, la 11111gre, el s11dor, el pito-
rreo, la rapacidad. el egoísmo, el
anticlericalismo, la codicia, el
hombrismo, la misoginia, il ris-
petto, la vendetta".

Cine pues ecléctico, mas no por


ello menos armónico, y ele ahí su
singulariclacl, el westem ele Leone, itali ano, escogiendo ejemplos bien Codicia, venganza, criminalidad
y el europeo en general, con todo representati vos, existen más ana-
no puede enfocarse aisladamente, logías que disonancias. En todos Si los dos primeros westems de
porque forma pat1e ele un contex- los casos, constituyen rcinterpre- Lcone establecieron la aproxima-
to, sin comprender el cual no des- taciones europeas de una serie de ción del autor al género, cons-
vela la plenitud de su significado. géneros que, además de padecer cientemente, y fij aron los rasgos
Se trata del soberbio cine conti- una cris is múltiple, parecían re- del spaghetti-westem , involunta-
nental de género nacido a finales servados a los americanos. Sin riamente, La mu erte tenía un
de los años 50. embargo, estas reinterpretaciones, precio, en especial, moldea, me-
merced a su personalida el e inven- diante su dramatis personae, las
ti va, no ya bri liaron por sí mis- líneas argumentales recurrentes y
É rase una vez en Euro1Ja mas, lo cual no sería poco, sino el tipo de personajes privativos del
que incluso influenci aron, lógica- Oeste mediterráneo. Por un lado,
Retomo el título de una serie tele- mente unas más que otras, en la Clint Eastwood, el silente cazador
visiva, original de Caries Prats, en propia y mismísima producción de recompensas con el afá n de
la cual tuve el placer de participar de Hollywood, trascendiendo así lucro como única motivación vi-
y que procuró (el espectador diní de forma magnífica su en princi- tal. Por otra parte, Lee Van C leef,
s i con fortuna o no) demostrar pio lamentable condición de suce- el implacable ánimo de venganza
que, a causa del desgaste sufrido dáneos. que no puede cesar hasta verse
por la producción genérica en el saciado. En terce r lugar, Gian
cine americano a mediados ele los Por consiguiente, verbigracia, las Maria Volonté, el asesino vesáni-
años 50, inmediata y espontánea- películas de terror de Terence co que, por primera vez en el gé-
mente surgió en Europa una espe- Fisher y las del Oeste de Sergio nero, mata no ya adversarios sino
cie ele relevo y/o rernoclelación, Leone no difieren en el propósito también mujeres, nifíos, amigos ...
más o menos al unísono en ltalia, ni en la sustancia. Ambas des- en suma, todo lo que ha lla, en una
Espafia, Alemania, Gran Bretaña y montan y reconstruyen los refe- inconsecuente furia homicida tras
Francia. Así, los géneros agota- rentes americanos (en el primer la cual late un morboso fi n auto-
dos en Hollywood vieron cómo caso, el terror gótico de la Uni- destructi vo.
su esencia se renovaba, en todos versal; en el segundo, el tipo de
los niveles, a la luz de la mentali- westem representado, para enten- La codi cia egoísta, la venganza
dad y la cultura europeas. El fan- dernos, por Jolm Ford o Howard obsesiva, la criminalidad demente.
tastique, el thriller, el horror, las Haw ks) des de un a partic ul ar Alrededor ele estos tres ejes girará
aventuras ... y el western, natural- perspectiva europea, dentro de la la mayor parte del spaghetti-wes-
mente. cual significan fundamentales ele- tem producido tras La muerte
mentos renovadores/di ferenciaclo- tenía un precio. Incluso los si-
Visto de esta manera, y no puedo res la fotografía en color, el afá n guientes filmes de Leone, aunque
verl o ele otra, resulta que entre el ele realismo, la perversión del ero- sofisticaron y enriq ueciero n el
polar francés, el krimi alemán, el tismo y la intens ificación de la concepto a la luz de nuevas in-
horror inglés y elwestem hispano- violencia. quietudes (la refl exión histórica, la

NOSFERATU 41 - 4 2 -
Los profesionales del oro

parábo la psicoanalítica, el desen- de valoración es el dinero, que es cuanto unos mitos nuevos y parti-
canto ideológico). lo único que ofrece y garantiza culares, en los cuales el individua-
11/W seguridad incontestable; su lismo y esa extrema invencibilidad
Los valores del westem america- medida operativa es la eficacia, tan caracterís ti ca proce den de
no, evidentemente, naufragan en ya que la realidad no perdona unas fuentes cu lturales específi-
este infierno de brulli, sporchi e errores; su cmJo/1 existencial es camente europeas, pu es to que,
callivi, sofocado por un a hosti li- 1111 gran amor por sí mismo, visto por un lado, part icipan del coetá-
dad a ult ranza, por un permanente que nadie ama a su prójimo". neo éxito del británi co James
estado de pe ligro motta l, y donde Bond creado por lan Flcming e
sobresale un indivi dualismo extre- Disiento em pero de cons iderar inmortalizado por Sean Connery
mo, en cuanto única verdad por que los personajes del spaghelli- y, por o tra parte, rem iten a la
considerar y a la que aferrarse, western meramente rep resen tan mismís ima mitología g recolat ina.
con la s istemática desconfianza, una desmitifi cació n pr osaica, in- A propósito, el spaghelli-westem
de todo y de todos, que se deriva, cluso sórdida, de los "caballeros sustih1ía, como filón industrial en
nít idamente tra du c ida e n ese del Oeste" de Ho ll ywood, encar- el c inc italiano, al peplum, con su
Cada cual por su lado que supo- nados, de manera principal y em- p léyade de at léti cos héroes de le-
ne el tíhtl o original de uno de los blemát ica, por los egregios Jo hn yenda; una cierta estela conccp-
clásicos del género, el excelente Wayne, Ga ry Cooper y James hlal, pues, parecía inevitab le.
Los profesionales del oro (Og- Stewart. Aun que en apariencia to-
nuno per sé, 1968) de Giorgio Ca- das las trazas apun tan hacia esta Protegido de los di oses con licen-
pitani. Resumiendo con sabias pa- interpretació n, estimo que dentro cia para mata r. Así es, en puri-
labras de Lino M icciche (El cine de los héroes (antihéroes, si se dad, Clint Eastwood en las pelícu-
italiano de los mios sesenta): "El quiere) del westem mediterráneo las de Sergio Leonc, F ranco Nero
héroe del western italiano proce- en el fondo, a veces ciertamente en las de Sergio Corbucci y E nzo
de para su propia salvaguardia muy en el fo ndo, existe un cierto G. Castellari , G iul iano Gemma en
en 1111 contexto en el que, más que sentido mítico. Es decir, los pro- las de Duccio Tessari, Lee Van
nunca, la norma del ' homo homi- tagonistas de l spaghelli-westem Cleef en el personaje de Sabata,
nis lu pus' parece haber asumido no sig nifican tanto el reverso cíni- Gian ni Garko en el de Sartana,
dimensiones concretas: S il tabla co de los arquetipos americanos Anthony Steffen en sus prod uc-

NOSFER A T U 41-42
tos 8 .. . La reunión de dos puntos que trastorna lo s sentidos masculi- manera u otra, el hecho de qu e en
de referencia tan poderosos como nos y, mediante su implícito recla- el spaglielli-westem los perso na-
son la mito logía grecolatina y la mo sexual, distrae al hombre cen- j es fe meninos suelan limitarse, en
idi osincras ia del agente James trado en una de las tres metas an- lo poco que apa recen, a funciones
Bond d etermina la entraña de l tedichas, la codicia, la venganza o s exu a les, y ad emá s frec uen te-
Oeste mediterrán eo, identificán- la criminalidad; y esto cuando no mente sufra n sevicias y humilla-
dol a con el grado de aceptación es ella, d irecta o indirectamente, la ciones de todo tipo, representa uno
psicológica en los espectadores: el responsable de que el hombre em- de los rasgos característicos de l
protagonista de ningún modo pue- prenda una de estas vías. género y llama la atención en espe-
de morir y hace bien en matar cial en nuestro tiempo. Obviamen-
continuamente. Sucio y desastra- Ciertamente, esto puede, y acaso te, se habla de misoginia y de ma-
do en unos casos, atildado y se- también debe, interpretarse como chismo. Pues muy bien, que se ha-
lecto en otros, en cualquier caso una perversión latina de la óptica ble. Pero me permito recordar que
es sobrehumano; por ende, en él juvenil, dado que dent ro de una estamos ante una manifestación
todo está justificado y debe se r dramalltrgia el elemento románti- artística que empieza y termina en
consentid o y hasta aplaudido. co, no diga mos ya el erótico, re- una pantalla. Por ende, fre nte a
presenta una molestia a los ojos un a ficción. O sea, que si hay gen-
adolescentes, porque conlleva abrir te, e innumerable, que se refocila
La golfa del guer r ero paréntesis dentro de las historias, con las películas de A lmodóvar y
exige interrumpir la emoción y el de Jane Campion, nosotros no nos
Entre todos los rasgos antes reco- peligro, cardinales ingredientes de apeamos de El bueno, el feo y el
g idos, ex iste uno que requi ere una los géneros funda mentados en las m a lo (// buono, il bmllo, il calli-
atención particular. Bás icamente avenlltras de cualquier signo. Has- vo, 1966), de Sergio Leo ne. A
porque su releva ncia parece mi- ta una cierta edad el varón ni com- ciascuno il suo.
núscula y, por e l contrario, es prende el amor ni concibe el sexo;
mayúscul a, justo a causa de su por consiguiente, cua lquier alusión
intervención oblicua, soterrada. a lo tmo o lo otro despierta, cuan- La señal de la cruz
Se trata de la fun ción de los per- do menos, un fastid io impaciente.
sonajes femen inos. "¿Cuando vuelve la acción?", se Las li mitaciones del espacio impi-
p regunta el adolescente, mientras den desg lo sar extensa y conve-
Ya indicamos que en el spaghetti- soporta estoicamente los arruma- nientemente la integridad d e los
westem los protagon istas no sufi"en cos de la parej a. rasgos enumerados al hablar de
precisamente por una, eventual o las aportaciones de Sergio Leone
perenne, falta de relaciones amoro- Sergio Leone, en cambio, arg u- al westem; o sea, de los elementos
sas o sexuales. O bien la codicia, o mentaba su postura sex ista en los del spaghelli-westem . Con todo,
bien la venganza, o bien la crimina- sig uientes térm inos: "En el Oeste quisiera destacar el factor relig io-
lidad, reitero igualmente, acaparan el problema esencial era sobrevi- so, porque, al ig ual que el erótico/
sus ímpellts y llenan su ti empo. Sin vir, y la mujer es 1111 obstáculo contraeró ti co antes comen tado,
embargo, la mujer g uarda su propia para la supervivencia". De una encierra u na atracti va trascenden-
trascendencia. Ahora bien, nunca
fuera de la cama.

En este aspecto est ri ba una de las


diferencias esenciales respecto al
westem americano. En los fi lmes
prototípi cos de los grandes maes-
tros del género en Holl ywood, la
mujer significa o bien una especie
de remanso dulce, de ni etzschiano
"reposo del guerrero", para cierto
tipo de protagonistas, o bien, para
otra clase de personajes, una posi-
tiva esperanza de cambiar de vida,
a fin de fonnar una fam ilia y crear
un hogar. Por el contrario, en el
spaghelli-westem la mujer sue le
encarnar, literalmente, la perlltrba-
ción. Especificando, supone un ser

Django
cia subterránea y marca otra deci- Esta sorna anticatól ica nace, casi religioso desde siempre es ambi-
siva discrepancia respecto al wes- huelga indi carlo, en los primeros guamente luctuoso; en espléndido
tem americano. westem s de Sergio Leone, y se resumen del escritor local Jorge
mani fi esta en toda índole de deta- Volpi, dentro de su prólogo a la
Dentro de la pluralidad interna de lles alusivos, parangones inten- antología Día de muertos, "por
la reli gión cristia na, claramente cionados, referencias inequ ívo- lo visto, la conjunción de la de-
sobresalen el protestantismo y el cas y diálogos irónicos, dentro licada costumbre azteca de sacri-
catoli cismo. Pues bien, mienh·as de la generali dad de los film es, ficar corazones frescos con la es-
que el Oeste americano está con- desd e las obras revolucionarias cabrosa imaginería católica que
dicionado por el primero, el spa- de Sergio Sollima a la saga de venera a los mártires y considera
ghelli-westem arremete contra el Sartana , y hasta cont empla la in- fie les a los dijimtos, ha provoca-
segundo. corporación de dementes villanos do esta escatológ ica amalgama
teístas, verbigracia en la fallida de cercanía, burla, ternura y en-
La fabulosa promesa de la Tierra Sentencia de muerte (Sen/enza cantamiento que los habitantes
Prometida, con todo lo que com- di morte, 1968), de Mario Lan- de esta región del mundo le pro-
porta, sustenta la base del "sueiio franchi, o la interesantísima La f esamos a esa impúdica exhibi-
americano", y, por lo menos en n otte dei serpen ti ( 1970), de ción del esqueleto que identifica-
este sentido, abraza bíblicamente Giulio Petroni , ambientada en un mos con la muerte ".
toda índole de cristianos y judíos, México que parece un cruce en-
desde una perspectiva preferente- tre Lui s Buíluel y Sam Peckin- De una manera notoria, sobresale
mente protestante, que cree en pah. Acentuándose más y más, la importancia que se presta, den-
una determinada escala de valo- este elemento estalla en la varian- tro de una general y fetich ista
res, preconiza un sentido privati- te cómi co-cochambrosa implan- atención por los objetos de toda
vo de la moralidad y de la justicia, tada por Le lla maban Trinidad laya, a los ataúdes, incluso en Jos
y aboga por los va lores tradicio- (Lo chiamavrmo Trinitá, 1970), títulos. Ci tando ahora al sagaz
nales; éste constituye uno de los de Enzo Barbon i, con el más san- Giorgio Placereani (The Nickelo-
principales pilares ideológicos del grante cachond eo anti católi co deon Gazelle, 11° 70), "en el wes-
westem de Hollywood, unas veces dentro, más o menos tolerado tern italiano los ataúdes tienen
en estado puro, otras ocasiones por la censura (lo primero en Ita- 11/W ji111ción utilitaria. No sirven
matizado por según qué autores, lia, lo segundo en España). para el reposo definitivo, no es el
según qué variante genérica. Por sitio donde esperar en santa paz
el contrario, el spaghelli-westem Existe, además, un hincapié en el la disolución de la came: son es-
responde sarcásticamente a la si- macabrismo, en la estética mor- condites, medios de transporte,
niestra idiosincrasia del catolicis- tuoria y la iconografia funeraria, carros y casas. En la configura-
mo, impuesto con sangre y fuego cuya justificación dramático-ar- ción barroca, católica y mortuo-
sobre los países productores, Es- gumental descansa en el hecho de ria del western italiano, el ataúd
pafia e Itali a, desde épocas secu- que las historias suelen transcurrir es 1111a especie de lugar habitable.
lares y por ignominiosas razones en zonas fronterizas con Méx ico, El cual, hablando de modelos
económico-socio-po 1ít icas. una nación donde el sentimiento culturales vinculados al género
como precedentes más o menos
??f inconscientes, recuerda la imagi-
nería de la Contrarreforma, con su
culto de los símbolos mortuorios y
de las calaveras. y por otro lado
alude a la desacralización radical
de las novelas picarescas".

¿Le gustaba el spaghelli-westem


al genial Buíiuel? Lo ignoro. Pero
creo que habría aplaudido la ex-
trao rdi naria secuencia de La
muerte tenía un precio en que
e l astroso criminal Gian Maria
Volonté explica a sus de5perados
cómo atracar un banco, hablando
desde el púlpito de una iglesia
abandonada mientras suena mús i-
ca de órgano.
Lo muerte tenía un ¡necio

- NOSFE RATU 41-42


El día de la ira
La sangre es vida

Irrefutablemente, una va loración


inaudita de la violencia representa
el factor más llamativo, a fuerza
de evidente, del spaglielli-westem.
Impugnado hasta el hartazgo por
los críticos detractores, que lo
convirtieron en el "caballo de ba-
tal la" de sus invectivas, este fac-
tor reviste unas propiedades de lo
más reconocibles, tanto que capi-
taneó la influencia del género para
coetáneas películas mcditenáneas
de otra índole, mayormente béli-
cas, policia cas y de aventuras,
re a1izadas e interpre tadas casi
siempre, como es lógico, por los
mi smos profesionales que cultiva-
ban el westem. Tres ejemplos:
Cinco para el infierno ( Cinque
per /'infemo, 1968), de Gianfran-
co Parolini, l basta rdi (1968), de nino Yalerii -director de Lmo de mación personal. Cabría habl ar,
Duccio Tessari, y E l hombre, el los mejores westems europeos, El acaso, de esperpento, mas en la
orgullo y la venganza (L 'uomo, dfa de la ira (1 giomi delf 'ira, noble y apasionante acepción ori-
1'orgoglio, la vende/la, 1967), de 1967)- en la entrevista que nos ginal, acuñada por nuestro gran
Luigi Bazzoni, con el extraordina- concedió en la referida serie Éra- Yalle-lnclán: "Un sentido trágico
rio Klaus Kinski encarnando al an- se una vez en Europa, la entraña reflejado mediante 1111a estélica
tagonista de los principa les héroes del Oeste mediterráneo estriba en sistemáticamente deformada".
italianos del spaglietti-westem, rct1ejar que toda índole de ex is-
respectivamente Giann i Garko, tencias aletargadas y hasta depri- Por cierto, en 11 grande silenzio
Giuliano Gemma y Franco Nero. midas renace con positi vo ímpetu ( 1968), de Sergio Corbucc i -fi lm
a causa de la negati va violencia. que alucinó, y fracasó en taquilla,
Desa forada y a veces excéntrica, por su disposición de que el héroe
cruda y con frecuencia perversa, Por consiguiente, la acre filoso- fuera acribillado por el villano, in-
por lo común a la par salvaje y sar- tia del spaghelli-westem est riba frin giendo el epíteto mitológico
cástica, la violencia en el spaghelli- en que la viol encia comporta vi- del indestructible protagonista del
western, obviamente me refiero a talidad, la muerte (re)anima. Se- spaghelli-westem- un despiadado
las mejores muestras del género, guimos cerca, en cierto modo, Klaus Kinski escupe: "La única
dista de ser simplemente efectista, de Fri cdrich N ietzsche y su polé- ley es la del más f uerte". Y el
soez. Antes bien, encierra un senti- mica tesis "el hombre ha nacido título original de Oro maldito es
do. De cierta precisión, muy intere- para la guerra y fa mujer para Si estás vivo, dispara. Más reve-
sante y digno de estudio. reposo del guerrero. El resto es lador, y fu lminante, imposible.
locura".
En efecto, lejos de significar un
punto álgido en la dramaturgia, En defi nitiva, el spagllelli-westem De fuera adentro
verifi cando el primitivismo de una di buja una convulsa visión de un
época aú n por civili za r, co mo género/una época, por extensión Aparte de las direct rices fijadas
suele ocurrir en el weslem ameri- de la vida, fundamentada en una por Leone e independientemente
cano, la violencia del Oeste medi- disposición dramática que aparta de la personalidad de otros ci-
terráneo parece la brutal conse- cualquier atisbo de raciocinio, el neastas relevantes, el spaghelli-
cuencia de una angustiosa crispa- contraste de pareceres, la toleran- westem se nutrió ele heterócli tos
ción psicológico-ex istencial, que cia: hombres carismáticos, lacóni- fenómeno s coetáneos, en virtud
rige todas y cada una de las vidas. cos, independientes y viriles diri- de una estimulante y desprejuicia-
Este factor es decisivo, tanto que men violenta y rad ica lmente unos da capacidad de impregnación .
a menudo incluso representa la cont1ictos sa lvaj es, sin otro objeti- Por ej emplo, se advierte el mayor
única real idad de las tramas, vo último que la necesidad de sa- o menor eco de relevantes even-
puesto que, tal como sostiene To- tis facer una insaciabl e sed de afir- tos po lítico-sociales (las revueltas

NOSFER ATU 41-42~~~~·····


esh1diantiles de 1968, ciettas ac- y ensayo" emblemáticos de la iz- digamos Giorgio Fcrroni, Sergio
ciones revolucionarias en Latino- quierda italiana, léase Bernardo Martino y, en especial, Antonio
américa, la guerra de Vietnam) en Bertolucci, Pier Paolo Pasolini y Margheriti, de quien hoy justifica-
la variante anarco-comun ista del Gillo Pontecorvo. Y hablando de damente constituye una cu/t mo-
género, cuyas historias tra nscu- Pontecorvo, una de sus películas vie su Y D ios dijo a Caín (E Dio
rren en un México tanto literal más célebres, Q ueimada (Quei- disse a Caino, 1969), con un pro-
cuanto alegórico y que bien puede mada, 1969), en puridad -y aun- tagon is mo absoluto de Klaus
emblematizar el gran actor cuba- que nadie quisiera decirlo, o reco- Kinski y una cualidad de orrore
no Tomás Milian. A propósito, la nocerlo, en su momento- no es al/ 'italiana determinando de for-
práctica totalidad de los cineastas más que una variante de los coetá- ma inquietante y nocturna un pro-
ital ianos que lideraron el spag!Jet- neos spag!tetti-westem s revolucio- totípico argumento de venganza;
ti-western eran (y siguen siendo, narios, dado que comparten, no ya no en vano, el títu lo alemán es "El
en el caso de los vivos) de ideolo- a Grimaldi como productor, sino al diablo vengador".
gía izquierdista, así como los in- guion ista principal, Franco Solinas.
térpretes, músicos ... Y esto signi- Esta generosa permeabilidad inter-
fica una cualidad fundamental, no Por lo demás, las influencias ar- na, en suma, ultima la idiosincrasia
una circunstancia accesoria. No tísticas ajenas al Oeste consisten del spagheffi-westem , al desvelar
por azar, el productor cardinal del en la incorporación de elementos su diferencia básica respecto al re-
género, Alberto Grimald i, al mis- de géneros lejanos, en cabeza el ferente de Hollywood: el westem
mo tiempo que producía a Leone, horror y el giallo, por lo común a americano es homogéneo, porque
Corbucci, Sollima, etc., hacía lo cargo de cineastas no especial- refleja la configuración de una na-
mismo con los cineastas de "arte mente interesados en el western, ción/mentalidad específica; en
cambio, el westem mediterráneo es
heterogéneo, pues aglutina elemen-
tos de culh1ras muy diversas.

Insóli to esplendor

Los años dorados del spag!Jeffi-


westem comprenden desde 1965 a
1970. Dentro de ellos, cientos de
películas (de la superproducción al
subproducto, pasando por la paro-
dia y la autoparodia) indignaron al
crítico purista y alegraron a la in-
dustria en sus tres sectores (pro-
ducción, distri bución, exhibición).
Después, el género derivó, mejor
dicho degeneró, a una decadencia
grotesca, carente hasta de entidad
c inematográfica, dado que las
obras ya parecían más bien una
informe mixh1ra de bolsilibro y te-
beúcho, cuya falta de autoestima
empezaba en los propios títul os,
por lo corriente inenarrables.

Genera lmente, el trazado visua l


(escenografia, vestuario, etc.) del
spagheffi- western combina la vo-
luntad de realismo con pinceladas
pintorescas y toques fantas iosos,
por lo cual muchas veces emana
un cierto sabor a cómic ... que
raudamente fue incorporado por
este medio expresivo. Al respec-
to, debe consultarse la impres io-

• • • • •IIJ. NOSFER A T U 4 1 -42


n an te inform ac ió n Jumettistica
ap ortada por los do s tom os de
Tf'estem all'italiana. Por otra par-
te, el esti lo suele compag ina r la
brusq ued ad con el man ierismo, la
dilatación con las elips is, los pri-
meros planos con las panorámi-
cas e n el vacío, la ép ica co n la
pica resca ... , si n miedo de ning ún
tipo a la discordancia. La técnica
ap licada, lóg icamente, plasma es-
tos principios, afectada por la en-
tonces mundial prodigalidad del
obj etivo zoom, en cuanto a la pla-
nificación, y, respecto a la com-
posición, por las partic u laridades
de un nuevo tipo de formato a na-
módi co, el "2P ", al c ual se aco-
g ieron casi todas las p elícul as por
razones económicas. Asi mismo,
la banda sono ra adquiere un rango
coprotagoni sta, siempre a partir
del complejo y brillante concepto
obte n id o por E nni o Morricone
bajo los di ctados de Sergio Leone;
tanto es as í que la ubérrim a va lo-
ración de la música en el spaghet-
ti-western abre un irrefutable pun-
to y a pa rte en la historia de la
banda so n o ra cinematográfica,
desbordando, semántica y artísti - bien a culti var otros géneros, tras el En este sentido, Leone apm1e, des-
camente, los límites particulares boom de Sergio Leone. En cierto tacan el enfoque a la par cm ento e
del género para establecer un an- modo, o sea como cineasta espa- irónico de Sergio Corbucci, la gra-
tes y un después de tipo general. ñol especiali zado, Joaquín Rome- vedad y el prurito psicológico de
ro Marchent fue relevado por su Tonino Valerii, el brío revoluciona-
Respecto a cineastas, sobresalieron p rop io h erman o, Rafael, y por rio de Serg io Sollima, la sana ironía
los italianos, al replegarse el pionero Jua n Bosch, autor, por cierto, de de Duccio Tessari, la apuesta por la
español Joaquín Romero Marchent, uno ele los mejores thrillers nacio- acción de Enzo G. Castellari . .. as í
bien a cometidos de coproductor, nales, A sa n g r e fría ( 1959). como Giul io Petroni y Franco Gi-
raldi y el prematuramente finado
Giuseppe Colizzi, m1ífice del dúo
Terence Hili-Bud Spencer. También
cuentan puntuales y loables contri-
buciones de cineastas que, al con-
trario de los anteriores, no se espe-
cializaron (Giorg io Capitani, Giulio
Questi, Antonio Margheriti, etc.). Y
debe destacarse el muy inte resante
El precio de un hombr e/The
Bounty Killer ( 1966), de nuestro
Eugenio Martín, producido por par-
te espafiola por José G. Maesso, el
pionero del westem en A lmería, y
debut e n el género del mentado To-
más Miliar1, desde entonces uno de
sus iconos. En cuanto a g uionistas,
d espu nta n Luciano Vince nzo ni ,
Sergio Donati, Adriano Bolzoni, Re-
El precio de un hombre

NOSF E RATU 4 1 - 42 IF· •


nato lzzo, Emesto Gastaldi y, sobre tona lidad marrón de la tierra yer- pea"? Entre paréntesis, los westems
todo, Fernando Di Leo, quien, su- ma y polvorienta. de Leone me parecen infinitamen-
mando los fi rmados y no firmados, te mejores, y más progres istas,
ronda el número de treinta westem s Por último, procede agregar que que las naderías de Loach.
escritos, incluyendo, entre los se- Federico Fellini comentó el fenó-
gundos, los dos primeros de Leone. meno dentro de s u genial medio- Por lo d emás, artísticamente e l
metraje "Toby Damm it", pertene- spaghetti-western no sólo soporta
Además de Tomás M ilian, si de ciente a la película colectiva H is- de maravill a el paso del tiempo
actores hablamos, están particu- torias extraordinarias (Tre passi (¿añadimos que ha mejorado?)
larmente asociados al spaghetti- nel delirio, 1968). Fantasmagóri- sino que además, desde principios
westem tanto varios ameri canos co y satírico a la pa r, del todo de los ai'íos 70, está calando ho n-
importados por Leone (Ciint East- hipnótico, "Toby Dammit" incluye do en tod a clase de cineastas, de
wood, Lee Van Cleef, Eli Wallach) un momento en que e l ing lés ac- los mejores a los peores, dentro y
o por oh·os cineastas (Richard Ha- tor protagonista (imnejorab le Te- ntera del género del Oeste.
rrison, Craig Hill) como muchos rence Stamp), ll egado a Roma
europeos; ntera de España, sobre para interpretar un westem, cono- El primer lugar, naturalmente, lo
todo Giu li ano Gemma, Franco ce en una fiesta a qu ien será su ocupa el caso superlativo de Clint
Nero, Klaus K inski, Gian María controfigura, a l cual encarna el Eastwood, que se ha remitido al
Volonté, Gimmi Garko, Anthony antedicho y avezado F ederico modelo europeo en la totaJidad de
Steffen, Terence Hill, Bud Spen- Boido, quien desbordante de entu- sus contribuciones al género . . . y
cer, William Berger, George Hil- s iasmo comenta "¡He doblado no sólo al género; porque, sin ir
ton, Peter Lee Lawrence y Robert también a Tomás Milian !". Ex- más lejos, Han·y, el sucio (Dirty
Wood, amén de numerosos secun- traordinario "Toby Dammit" . Hany, 197 1), de Don Siegel, algo
darios (Mario Brega, Nello Pazzafi- encierra de poliziottesco. Asimismo,
ni, Federico Boido/Rick Boyd, Lu- el spaghetli-westem , y en pat1icular
ciano Rossi, Benito Stefanelli, Lui- Durante y después Sergio Leone, aparte de sus hondas
gi Pistilli, Furio Meniconi, etc.). En influencias en e l propio westem
España, con entidad coprotagonis- Indus tria lm ente, el fenómeno americano de los últimos treinta
ta, despuntan Fernando Sancho, spaghetti-western , tanto intrín- años, así como en el mexicano y el
Eduardo Fajardo y ocasionalmente secamente como atendiendo a de otros países en principio impen-
José Bódalo y Fernando Rey; en s u s múltiple s r epe r cu s ion es, sables, léase Rumania y Japón, está
papeles de reparto, rozan la ubicu i- continúa s in batirse en e l cine presente en muchas obras de so-
dad A lelo Sambrell, José Manuel europeo. Es más, el spaghetti- bresalientes cineastas americanos
Martín, Luis Induni, Frank Braña, westem supone e l primer, único de los últimos decenios : Martin
Luis Barboo, Tito García, Ricardo y verdadero esfuerzo que jamás Scorsese, Philip Kaufinan, Francis
Palacios, Cris Huerta . .. ha hecho la indu stria fílmica Ford Coppola, Brian de Palma, Mi-
conti ne ntal para colaborar entre chael Cimino, John Milius, Quentin
A lmería, con su sobrecogedora va ri as naciones con el fi n de Tarantino, Sam Raimi, el hongko-
geología de bellas propiedades te- combatir el cine d e Hollywood nés John Woo, el mexicano Robet1
l(u·icas (las fo rmas, los tonos, la si n timidez estética ni prepoten- Rodríguez. .. Ahora bien, el gran
luz, el hálito) representa el espacio cia c ultural. Enseñando a los es- Jolm Carpenter requiere una men-
por definición del gé nero, pero pectadores de todo e l mundo ción especial, pues su díptico 1997:
también contribuyeron otras loca- que los género s son universales Rescate en Nueva York (Escape
lizaciones españolas (sobre tod o y sin suscribir ning una directriz from New York , 198 1) y 2013:
La Pedriza y Colmenar Viejo, a l poiítico-adm inistrati va. Rescate en L. A. (Escape from L.
norte d e Madrid) e italianas (Man- A., 1996) remodela el universo y la
ziana, cerca de Roma). Aquí radi- En contra, puede rep licarse que el tipología del spaghelli-westem en
ca, por cierto, otra diferencia no- spaghelli-westem fue sustentado una sugestiva clave de cómic futu-
table con el O este made in Ho- por una reglamentación especial- rista, empezando por el protagonis-
llywood; en los weslems america- mente favorab le al s istema de co- mo de una especie de "Hombre sin
nos predominan los paisajes ma- producción. Bien. ¿Pero que mo- Nombre" en la estela del Clint East-
j es tuosos, y los colores básicos vim iento cinematográfico no se wood de Leone, Plissken E l Ser-
son el azu l del finnamento y de ha beneficiado de una coyuntura piente (Kurt Russell, en la segunda
los ríos y el verde de la hierba. propicia? ¿O acaso Ken Loach no parte además coproductor y ca-
Por el contrari o, el spaghetti-wes- fi lma una película tras otra gra- g uionista), sin olvidar que la prime-
tern enfatiza los lugares que ex- cias a las mú ltiples ventajas, tam- ra cuenta con personajes secunda-
presan aspereza, sequedad, deso- bién crematísticas, de la actual rios a cargo de nada menos que un
lación, hostilidad, recalcando la gere nc ia ci nematográfica "euro- otoñal Lee Van Cleef y una suet1e

- NOSFERATU 41-42
de trasunto de Klaus Kinski, encar- zog, dado que ofreció el rol de modo monográfico su undécima
nado por Frank Doubleday, inolvi- Fitzcarraldo (Fitzcarraldo, 1982) edición, en abril de 1997. Repleto
dable warrior silente en llllO de los a Jason Robards antes que a Klaus de aciertos, desde apmtar a Leone
primeros y mejores filmes del au- Kinski, y con aquél empezó a ro- de la programación, pues con toda
tor, Asalto en la comisaría del darse el film, bajo la cinéfila inten- justicia ya está "más allá del bien y
distrito 13 (Assault on Precint 13, ción de emparejar nuevamente al del mal", hasta proyectar películas
1976). inolvidable actor americano con mudas, amén de reunir a los diver-
Claudia Cardinale, en homenaj e a sos y abundantes invitados (pro-
Bodrios del mainstream aparte -al- Hasta que llegó su hora (C'era ductores, directores, actores, críti-
guno caro, léase El último hom- una volta il IVest, 1968), de Ser- cos) en debates de cara al público,
bre (The Last Man Standing, gio Leone. Siguiendo con Herzog, Udine Incontri Cinema además pu-
1996), de Walter Hill- la influencia Co b1·a Ve1·de (Cobra Verde , blicó dos admirables ediciones,
del spaghetti-westem también se 1987) -apatte de unos planos en la que en apenas un año se agotaron
advierte en películas más o menos primera patte que rinden un bellísi- rauda y significativamente.
"de autor", tan variadas como An- mo homenaje a la imagen de K.inski
tonio das Moa·tes (O dragao da en el westem mediterráneo, si bien Poco después, a todo esto, Espa-
JV!aldade contro o santo guerreiro, esto puede ser una impresión per- ña e Italia dedicaron calles a Leo-
1968), de Glauber Rocha; El topo sonal mía- cuenta con Benito Ste- ne; concretamente en 1os años
(1970), de Alejandro Jodorowsky; fanelli en una doble función de ac- 2000, en Almería, 2001 , en Tore-
Actas de Marusia (1976), de Mi- tor secundario y "maestro de ar- lla dei Lombardi (donde nació su
guel Littin, y nada casualmente mas", cargos que éste s iempre padre, Vincenzo), y 2002, en su
con Gian Maria Yolonté; Directos desempeñó en las películas de Ser- propia Roma natal.
al infierno (Straight to Helf, gio Leone y Tonino Yalerii.
1986), de Alex Cox, íntegramente Por mi patte, yo que crecí viendo
filmada en Almería ; y el hipnótico semanalmente spaghetti-westems y
y mortuorio Dead Man (Dead De los años 60 a la etemidad veinticinco años después tuve la in-
Man, 1995), de Jim Jarmu sch, mensa forhma de patticipar en la
que incluye una cita literal a Mi La revalorización crítica del spag- susodicha edición del Udine lncon-
nombre es Ninguno (Jimio nome hetti-westem ha conocido un fuer- t:ri Cinema, cierro repitiendo el tíhtlo
e Nessuno, 1973), de Tonino Yale- te punto de inflexión gracias al fes- de una de las dos publicaciones,
rii. Por demencial que suene, debe tival italiano Udine lncontri Cine- original de Lorenzo Codelli: ¡Resur-
hablarse también de Werner Her- ma, cuando consagró al género de ge, Ringo, y mátalos a todos!

1997: Rescate en Nueva York

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