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EL CASO ROSWELL :
En cambio, los tripulantes militares de los tres casos siguientes no tuvieron tanta suerte.
Probablemente el lector recuerda la película «Encuentros cercanos del tercer tipo».
Comienza ésta abruptamente con una tormenta de arena en medio de gritos de militares
que se mueven muy excitados entre unos cuantos aviones aparcados en medio del
desierto. Como apenas si se da ninguna explicación, los espectadores no saben a qué
viene toda aquella excitación ni cuál es la razón de traer a cuento aquellos aviones
aparcados tan fuera de lugar.
Para entender la escena habría que remontarse al año 1945, cuando cinco aviones
«Avenger» torpederos de la base aérea de Fort Lauderdale (Florida), desaparecieron con
sus 27 tripulantes cuando realizaban un vuelo de entrenamiento por el Atlántico a unos
200 Kms. de la costa. Se escucharon muchas conversaciones nerviosas entre los
distintos pilotos como extrañados de lo que les estaba pasando. El día, sin embargo,
estaba completamente claro. Tras casi 50 minutos de indecisiones, se oyó claramente la
voz del jefe que decía: «No podemos saber dónde estamos ni dónde está el Este o el
Oeste. Creemos que nos encontramos a 370 Kms. al NO de la base. Pero pensamos...»,
y no dijo más ni se volvió a saber más de ellos. Inmediatamente se envió a un gran
hidroavión para investigar qué les pasaba, pero al hidroavión le sucedió lo mismo.
Desapareció sin dejar rastro, y eso que en pocas horas había alrededor de 320 barcos
buscándolos en un área bastante reducida.
Pasado el tiempo, los cinco aviones desaparecidos fueron encontrados en perfectas
condiciones posados en un desierto mexicano, sin que nadie pudiera explicarse cómo ni
por qué llegaron hasta allí. Esta es Ia escena con la que comienza la película
«Encuentros cercanos del tercer tipo».
Los aviones aparecieron, pero ¿qué había sucedido con los 27 tripulantes? Eso sigue
todavía en el misterio.
Otro caso parecido fue el de un bombardero norteamericano en la guerra de Vietnam. Se
dio por perdido y pasado bastante tiempo apareció posado en un pequeño claro de la
jungla vietnamita, en perfectas condiciones para volar, pero en un sitio de donde ni era
capaz de despegar ni hubiese sido posible el aterrizaje por estar completamente rodeado
de árboles de gran altura y de maleza muy tupida. Las autoridades de la Fuerza Aérea,
aun sin confesarlo públicamente, llegaron a la conclusión de que había sido
«depositado» o «posado» allí y que él no había podido por sus propios medios haber
llegado al lugar en que se encontraba.
Algo por el estilo le sucedió a un avión correo ruso en 1961. Un ovni lo hostigó en su
trayectoria y cuando ya se le había dado por perdido, apareció en perfectas condiciones
en medio de la inmensa estepa siberiana, en la región de Tobelak. Aunque el terreno era
llano, al avión le hubiese sido muy difícil aterrizar sin haber sufrido algún desperfecto.
Pero de sus cuatro tripulantes nunca se volvió a saber.
Sin embargo, el colmo de estas «bromas» con aviones -aunque en este caso concreto
dudo que lo sea- lo constituye lo que les sucedió a un grupo de cartógrafos rusos cuando
se hallaban haciendo un mapa de ciertas zonas de la Luna que hasta entonces no habían
sido cartografíadas. Dirigidos por el doctor Stanislav Makeyev, se valían para su trabajo
de las fotos de gran precisión que había obtenido un satélite. Cuando con la ayuda de
ordenadores ampliaban una sección en la que hay varios cráteres, no pudieron creer lo
que estaban viendo en la pantalla. En el fondo plano de un cráter de poca altura estaba
posado un viejo bombardero de la segunda guerra mundial perteneciente a la Fuerza
Aérea de los EEUU. En su costado y en las alas se podían distinguir con toda claridad
las insignias del escuadrón a que pertenecía. Conservaba su estructura en perfecto
estado, salvo que daba la impresión de haber sido víctima de algunos impactos de
meteoritos. Además, según del doctor Makeyev, tenía todo él un tono verdoso como si
hubiese sido rescatado del fondo del mar, en donde las algas lo hubiesen cubierto por un
tiempo.
Por supuesto, las autoridades norteamericanas dijeron que no tenían idea de ello y, en
este caso, por excepción, probablemente dijeron la verdad. Se especuló si sería un avión
de los tantos que han desaparecido en el famoso Triángulo de las Bermudas y en
muchas otras partes del mundo, pero nunca se llegó a esclarecer nada y todo el extraño
asunto pasó a engrosar el folklore ovnístico.
La conclusión que de todos estos hechos podemos sacar es la que apuntamos al
comienzo del capítulo: la distinta procedencia de nuestros visitantes que origina a su vez
comportamientos totalmente distintos. Lo cual no impide que los de una misma especie
se comporten de maneras diversas, dependiendo de la actitud de los humanos hacia ellos
y también de sus propias necesidades en el momento en que se produce el encuentro.
Otro caso extraño, aunque mucho más reciente, es el sucedido el día 28 de diciembre de
1988 en el sudoeste de Puerto Rico. Su autenticidad está avalada por más de 60 testigos
de varios pueblos que fueron cuidadosamente interrogados por el excelente investigador
de lo paranormal y redactor-jefe de la revista «Enigma», Jorge Martín, que gentilmente
me suministró todos los detalles.
Tal como en otra parte de este libro indicamos, en esa área de la isla caribeña hace ya
más de un año que están sucediendo hechos muy extraños. Da la impresión de que hay
una guerra declarada entre alguna facción o grupo de extraterrestres y el ejército de los
EEUU; o por el contrario, una acción común de éste y algún grupo de alienígenas contra
otro grupo de extraterrestres que ya están establecidos en bases subterráneas en aquella
zona o que intentan establecerse.
El caso es que desde hace algo más de un año los temblores de tierra son constantes, lo
mismo que las grandes explosiones subterráneas y profundas grietas que aparecen en el
terreno causando en ocasiones cortes de carrete-ras y hendiduras o hundimientos de
algunas casas.
Junto a esto hay que señalar la constante presencia de barcos de guerra en la inmediata
bahía de Boquerón incluido un portaaviones-; los vuelos rasantes de los más modernos
aviones y helicópteros en un área que no es lugar para semejantes ejercicios; el
acotamiento por parte del ejército de toda aquella zona; la presencia de extraños
vehículos aparentemente de la NASA y el avistamiento diario de ovnis que, o se
sumergen en la inmediata laguna Cartagena o dan la impresión de meterse dentro de la
montaña.
Con estos antecedentes, el lector está preparado para conocer el suceso que intento
presentarle. El día 28 de diciembre, de 1988, a las siete y veinte de la tarde, un ovni
enorme de forma triangular fue hostigado por dos cazas F-18 muy probablemente
procedentes del portaaviones anclado a muy poca distancia. Daba la impresión de que
querían obligarlo a cambiar de rumbo. El ovni, perfectamente descrito por numerosos
testigos colocados en lugares bastante distantes entre sí, pareció no inmutarse, ya que
mantuvo su rumbo a no mucha velocidad. Los aviones se le acercaron uno por cada
lado, desde atrás. Entonces el ovni se detuvo. El avión que le pasaba en aquel momento
por la derecha fue succionado por un costado del ovni y no se vio más.
A continuación el ovni aceleró repentinamente y le cerró el paso al caza que lo había
pasado por la izquierda e hizo con él lo mismo que había hecho con el otro. En unos
segundos los dos aviones habían desaparecido engullidos por el ovni.
Entonces sucedió algo increíble, pero en lo que están de acuerdo todos los testigos: el
ovni se dividió por el medio, convirtiéndose en dos ovnis con forma de triángulos
rectángulos que salieron disparados en direcciones opuestas, perdiéndose en unos
segundos de la vista de los asombrados espectadores.
En los grabados adjuntos podrá ver el lector como varios de los testigos, situados en
lugares diversos, describieron cada uno por separado lo que habían visto. Por supuesto,
tanto las autoridades civiles como militares negaron el suceso; y la prensa -aparte de
reseñar los continuos temblores que se vienen registrando en la región- no dijo
absolutamente nada de lo ocurrido.
Pero la gente tiene ojos para ver; y las autoridades, tanto en este como en otros campos,
gozan cada vez de menos credibilidad.
Comencemos con el 'CASO ROSWELL', germen de todo este lío conspiranóico que se
ha levantado, primero en EEUU y luego en casi todo el mundo, en torno al Fenómeno
OVNI. La verdad es que hay que admitir que algo se estrelló en Roswell y que fue
recuperado por los militares. La cuestión es qué...
Bueno, la historia comienza un 2 de julio de 1947. Después de una gran tormenta sobre
la zona de Roswell (Nuevo México), un granjero de nombre William Brazel descubre
gran cantidad de restos en un rancho cercano (horas antes, un matrimonio observó un
objeto luminoso discoidal surcando velozmente el cielo en dirección a la localidad de
Corona).
Esos restos son descritos como láminas muy finas y ligeras junto a pequeñas barras
metálicas cubiertas de caracteres jeroglíficos. Se informó al sheriff George Wilcox y
éste informó, a su vez, al mando militar del aeródromo de Roswell, cuyo comandante, el
coronel William Blanchard, ordenó al jefe del CIC (Cuerpo de Contraespionaje), mayor
Jesse Marcel, que acudiera al lugar e iniciara las investigaciones pertinentes.
La noticia fue difundida en la prensa local ('Roswell Daily Record', 8/7/47) bajo el
siguiente titular: "La RAAF captura un platillo volante en una finca de la región de
Roswell".
Nada más salir a la luz la noticia, intervino el FBI, que mediante un télex (tengo una
copia en mis archivos) enviado desde Dallas (Texas) y firmado por un tal Wyly, con
copias a Edgar Hoover (director del FBI) y al SAC (Strategic Air Command), solicitaba
la inmediata censura de la noticia, que ya estaba siendo aireada en las emisoras de radio.
Dicho y hecho...
Horas más tarde, habría un desmentido oficial, atribuyendo los restos a un globo
meteorológico. Y esto sería todo hasta más de 30 años después, que es cuando comienza
a investigarse a fondo la historia y a aparecer libros como 'The Roswell Incident' (1980),
de Charles Berlitz y William Moore, que despertaron el interés de la opinión pública
hacia este insólito suceso.
Poco a poco han ido surgiendo testigos de todo aquello (alrededor de un centenar) que
aseguran tener datos de primera mano sobre lo ocurrido. Personas que en la época
estuvieron directa o indirectamente implicadas en los hechos y que con el paso de los
años han podido hablar, a pesar del operativo de descrédito y desinformación montado
por los Servicios de Inteligencia.
Otro testigo ocular es Robert Shirkey, antiguo piloto, quien ha declarado haber
presenciado, en el interior de la base, las operaciones de carga de las cajas que contenían
los cadáveres, bajo la dirección del comandante Blanchard, a quien pidió, aunque sin
resultados, que le permitiera ver el interior de los contenedores.
Frank Kauffman, cuyo testimonio sigue estando sometido a estudio, declara haber sido
uno de los agentes de inteligencia de la base y haber asistido a la recuperación de las
criaturas humanoides.
Walter Haut, responsable del primer comunicado de prensa de la base, también confirma
la recogida de restos y de cuerpos muertos...
Las últimas aportaciones a este controvertido asunto han sido tres informes oficiales,
dos de la Fuerza Aérea (septiembre de 1994 y junio de 1997) y otro de la GAO (General
Accounting Office, julio de 1995), manifestando que los restos recuperados en Roswell
pertenecían a unos experimentos de alto secreto, con globos denominados 'Proyecto
MOGUL' (cuyo propósito era espiar, desde el aire, el espacio aéreo de la URSS),
negando cualquier informe sobre cadáveres extraterrestres.
Las imágenes, que luego fueron difundidas por las principales cadenas televisivas de
todo el mundo (en España, por Antena 3), mostraban las autopsias practicadas a dos
seres que dificilmente podrían ser descritos como humanos. Había, además, escenas
rodadas directamente en el lugar del accidente, en las que podían verse los restos de la
nave, así como al mismísimo presidente Truman. Al final, todo no fue más que un burdo
montaje, tras analizarse a fondo las filmaciones.
¿Con qué fin se montó este fraude, en el que parecen estar implicados los Servicios de
Inteligencia de los EE.UU.?...
Ahora le toca el turno al 'ÁREA 51', de la que tanto se habla y de la que tan poco se
conoce...
Dicho complejo, que no figura en los mapas oficiales, fue localizado en 1983 por un
satélite ruso. Las fotografías revelaron maniobras y proyectos que permanecían ocultos.
Este vasto complejo militar se puso de actualidad en marzo de 1989 cuando un tal
"Dennis" apareció en la televisión americana con el rostro oculto y la voz deformada.
Según relató, era un científico que desde diciembre de 1988 estaba trabajando en el "S-
4" (cuarto sector), una instalación al sur del Área 51, examinando los sistemas de
propulsión de nueve 'platillos volantes' que ahí se custodiaban. Por lo visto, había
contemplado en cierta ocasión las pruebas de vuelo de uno de los aparatos.
Por su parte, otro testigo conocido sólo como "Jarod-2", sostiene haber ayudado a
diseñar los simuladores de vuelo de las naves construidas, por el gobierno
norteamericano, con la tecnología extraterrestre procedente de los artefactos
investigados en el Área 51.
A pesar de tales testimonios, que pueden parecernos poco fiables, lo cierto es que,
alrededor de la base, existe un intenso dispositivo de seguridad, que disuade a los
curiosos de permanecer en sus inmediaciones.
Sin embargo, algunas personas que han llegado hasta allí, han podido fotografiar y
filmar las fenomenales maniobras que realizan algunas aeronaves que sobrevuelan los
alrededores de las instalaciones del Área 51.
Turno ahora para los 'MEN IN BLACK' (Hombres de Negro)... personajes que el cine
se ha encargado de ridiculizar hasta la saciedad.
Aunque en realidad, los MIB, son unos personajes siniestros que han dado vida y
justificación a mucha de la paranoia y de las teorías conspirativas que rodean el
mundillo de la ufología popular. También son conocidos como 'the silencers',
literalmente, "quienes imponen el silencio"...
Fue Albert Bender, según confesión propia, el primer ufólogo visitado por estos
personajes.
Bender era, en 1953, editor en EE.UU. del boletín ufológico 'Space Review' y creía
haber encontrado la solución al misterio OVNI, pero tan pronto como empezó a
comentarlo por ahí, dijo haber sido visitado en su casa por tres hombres vestidos de
negro cuyas amenazas, lo llevaron a cerrar su revista y retirarse de la Ufología.
Pero en 1962, Bender, volvió a la carga con una obra titulada 'Flying Saucers and the
Three Men', donde confesaba que los hombres de negro eran extraterrestres que le
habían impedido divulgar sus verdaderas intenciones, al parecer nada amistosas.
Y digo yo una cosa... Ya que estos misteriosos seres hacen visitas a domicilio, conducen
llamativos coches negros y realizan amenazas telefónicas, deberían ser más fáciles de
verificar o capturar que un elusivo OVNI, pero han resultado ser tan insustanciales
como los fantasmas. Ello junto con su ridículo comportamiento, como de gansters de
película mala (amenazan de palabra, pero raramente inflingen daño material o físico, y
resultan tan exitosos, eliminando evidencias, como los alienígenas en suprimir las
memorias de los abducidos), apuntan, a mi juicio, a que se trata de simples elementos
folklóricos, sin base real. Aunque no niego que en puntuales casos, los MIB han podido
ser agentes del Gobierno vestidos con el clásico bussinet suit oscuro de los agentes de la
CIA o del FBI.
En cuanto al 'INFORME MATRIX', os digo que se trata de una obra, dividida en varios
volúmenes, atribuida a Valdemar Valerian, pseudónimo tras el que se ocultaría, al
parecer, un capitán de AFOSI (Air Force Office of Special investigations) llamado John
Grace.
El primer volumen, de 361 páginas, fue publicado en 1988 por Arcturus Book Service, y
en él se recopilaban artículos de prensa, cartas privadas, entrevistas y fotografías, de
diversas fuentes, destacando unas declaraciones del piloto John Lear, al Sun de Las
Vegas, del 22/05/88 y el testimonio del informático Paul Bennewitz.
La tesis propuesta por 'The Matrix' era la existencia de un supuesto pacto entre el
gobierno norteamericano y una civilización alienígena procedente de la estrella Zeta
Reticuli, a 11 años-luz de la Tierra.
En resumen, lo que Bennewitz y Lear aseguraban era que a los abducidos se les
implantaba una especie de microchip, en el cerebro, a través de las fosas nasales, con
objeto de controlar su comportamiento y enviarles instrucciones, los aliens, desde sus
naves (o bases terrestres) mediante ondas de baja frecuencia, como las que Bennewitz
creyó interceptar mientras estudiaba un caso de abducción ocurrido en 1980 (Cimarrón,
Nuevo México).
Otros objetivos que perseguirían los "grises", con las abducciones, serían los de crear
una raza híbrida para dominar la Tierra, usando técnicas de fecundación artificial, con
mujeres humanas, a las que extraerían los fetos antes de nacer.
Otra denominación que popularizó 'The Matrix', para referirse a los "grises", fueron las
siglas EBE (Entidades Biológicas Extraterrestres)...
Dos años después, el ufólogo William Moore (al que antes cité como coautor del libro
'The Roswell Incident') confesó haber colaborado con elementos de AFOSI, destinados
en Kirtland, AFB, base desde la que Bennewitz creía que se "monitoreaba" a distintos
abducidos.
Pese a todo, en 1990, se publicó la segunda entrega, nuevamente firmada por Valdemar
Valerian, constituido en torno a las ideas de John Lear.
Es aquí, donde rizando el rizo de lo absurdo, se menciona uno de los platos favoritos de
los "grises": absorber con sus manos un caldo elaborado con sangre humana extraída a
algunos abducidos, pobres despojos a los que conservarían vivos en enormes cápsulas e
inmersos en un líquido ámbar...
Hasta aquí he expuesto los temas que me habéis preguntado. Pero quiero añadir otro
asunto más que está entrelazado con todo lo anterior. Se trata del llamado 'MJ-12' o
'MAJESTIC-12', del que también habréis oído hablar...
En junio de 1987, durante el congreso del MUFON (Mutual UFO Network) se dierona
conocer, públicamente, los documentos top secret que hacían referencia a la creación
del comité Majestic-12 (los cuales obran también en mi poder).
Tres años antes, un tal Jaime Shandera, productor de TV, había recibido en su domicilio
una serie de negativos fotográficos que contenían reproducciones de tales documentos,
consistentes en ocho páginas mecanografiadas en las que aparecía el sello 'Top
Secret/Majic/Eyes Only'.
Junto a esta polémica estalló el definitivo escándalo cuando William Moore confesó, en
el citado congreso del MUFON, de 1989, que desde hacía ocho años colaboraba, con
algunas agencias del gobierno, para difundir determinadas informaciones, manipuladas,
entre la comunidad ufológica americana. Eso hizo que recayeran sobre él todas las
sospechas de ser el autor, necesario, para la elaboración del informe.
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(NOTA DEL COPISTA : AQUI SE HABLA DE 1 O 2 MEMORANDUMS,PERO NO
DE LA VEINTENA,QUE COMENTAMOS Y EXPLICAMOS EN NUESTRA
PAGINA DE MAJESTIC,EL FACMISIL DE FIRMA SE USABA EN PROYECTOS
SOLO PARA SUS OJOS DESDE LA DECADA DEL 50,EL TEMA DE LAS
MAQUINAS SI ES UNA FALSIFICACION Y RESPECTO A COOPER,SABEMOS
REALMENTE COMO MURIO ?,TODA LA CRISIS ACTUAL,EL FALSO
ATENTADO 11-S,LA GUERRA A IRAK,AFGANISTAN,LA CAIDA DEL DOLAR Y
LA ECONOMIA DE USA,LA TEATRAL PELEA MEDIATICA ENTRE HILLARY Y
OBAMA...ELCAMBIO CLIMATICO,TODO ANTICIPADO POR ESTOS
INFORMES...EL MEMO ES REAL,ES UNA COPIA A LA QUE SE LE COPIO LA
SEGUNDA PARTE DE OTRO DOCUMENTO ANTERIOR Y ES UNA MANIOBRA
PARA DESPISTAR POR MIEDO A QUE DESCUBRAN ALGUN RESTO DE
DOCUMENTO,DE LOS QUE ANDAN CIRCULANDO POR AHI...UNA FORMA DE
CUBRIRSE,SEGUN LAS TACTICAS GENIALES Y SIEMPRE FRACASADAS DE
LA CIA...)
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Bueno, ya hemos visto que todas estas piezas del puzzle OVNI nos muestran extraños
accidentes de 'aeronaves', ocultación de pruebas, suministración de datos falsificados a
la opinión pública, instalaciones secretas donde se guardan posibles restos de OVNIs,
ufólogos contratados por los Servicios de Inteligencia para intoxicar a la comunidad
ufológica, testigos silenciados por extraños hombres vestidos de negro, historias sobre
pactos con alienígenas, etc. etc.
¿Qué hay de verdad en todo ello? ¿Se están ocultando pruebas comprometidas sobre la
presencia de extraterrestres en nuestro mundo? ¿Está el gobierno norteamericano
interesado en hacerse con una posible tecnología alienígena?...
Roswell, 1947.
5 de Julio de 1947
A principios de julio, W.W. (Mac) Brazel, el capataz del rancho J.B. Foster, fue a ver
cómo estaban sus ovejas después de una noche de tormenta. Mac Brazel descubrió una
gran cantidad de restos esparcidos por uno de los pastos del rancho.
Él tomó algunos pedazos de los restos y se los enseñó a algunos amigos y vecinos y
eventualmente se contactó con el sheriff del condado de Chaves, George Wilcox.
Sospechando que los materiales descritos por Mac Brazel podrían estar conectados con
operaciones
militares, el sheriff Wilcox notificó a las autoridades del Roswell Army Air Field
(después renombrado Walker Air Force Base) para su ayuda en la materia.
1) El Fuselaje de la nave se encontro que podia soportar encima 150,000 Libras por
pulgada cuadrada 2) El metal podía también soportar calor extremo. 3) No había prueba
visible de sujetadores, soldaduras, remaches, o rellenos que mantuvieran el fuselaje
unido. 4) No Tenia Alas ,alerones o estabilizadores. 5) No Tenia entradas ni Escape de
Aire. 6) Dentro del panel de control no había perillas, interruptores, botones, palancas,
bolas, ni pedales del pie dentro del artefacto.
Los siguientes Elementos fueron encontrados dentro de la fuente de poder: gas fluorido-
hidrogeno, agua, uranio tetra-fluorido, magnesio, potasio, aluminio, plutonio, plata,
berilio,un compuesto similar pero conductor, y un material parecido al plastico. Su
modo de operacion es desconocida, pero la navegacion se presume ocurre desde un
disco metalico y es visto desde un monitor parecido a una TV. La ausencia de
provisiones y suministros hace pensar que era un vehiculo de reconocimineto en un
viaje corto.
Un oficial militar, mostrado del cuello para abajo, sostiene un panel plano que lleva el
moldeado de dos manos con seis dedos. Los extranjeros ponen probablemente sus
manos contra este panel para comunicarse con su hardware. De hecho, El Oficial
describió un panel de control similar al nuestro un mes o dos antes de que esta porción
de la película se conociera . Él discutía las diferencias entre la aeroelectrónica
extranjera, que eran inutilizables para nosotros, y las versiones humano-construidas, que
más se asemejaron a la instrumentación en un avión convencional. Los seres humanos
no eran capaces de volar el artefacto extranjero original, que puede ser una de las
razones por las que él tuvo que construir el suyo propio. El Oficial dice que él
pregunto recientemente a su jefe acerca de la película de la autopsia de Roswell (puesto
que El oficial todavía tiene un jefe a pesar de su retiro). El jefe le dijo ahi que eran tres
las supuestas películas de la autopsia que habia por ahi , pero que él no haría ninguna
observación respecto a la actual. También preguntó por el "húngaro" o la otra escritura
extraña que él veía en documentos técnicos con los cuales él trabajó. Su jefe contestó,
"si usted no recuerda, yo no puedo decirle."
De acuerdo con los testimonios de las personas vecinas al pueblo de Roswell, desde el
25 de
junio hasta el 2 de julio de 1947, noche en que sucedió el incidente de Roswell, extrañas
luces y objetos se vieron a plena luz del día y también de noche, en el cielo oscuro del
desierto sobre el pueblo y los alrededores de Roswell. Algunas veces parecían
confundirse
con los relámpagos de las tormentas de verano sobre el desierto de Nuevo México y
otras
simplemente aparecían a intervalos moviéndose a fantásticas velocidades entre 1000 y
3000
millas/hora, lo cual era muy rápido para ese entonces. Los mejores testimonios visuales
de
aquellas luces provienen de un dentista, un médico, un electricista, un comandante del
ejército norteamericano, un granjero, un capitán piloto de caza, otros militares, un
ferroviario,
una secretaria, un ejecutivo de la Cámara de Comercio de Albuquerque, dos granjeros
con
sus esposas y el farmaceuta del pueblo.
La noche del accidente es recordada por todos los testigos como una función especial de
la
naturaleza. Una noche extremadamente oscura y solamente iluminada por los rayos de
una
violenta tormenta eléctrica de verano, típica de esa época sobre el desierto de Nuevo
México.
Tormenta o cadenas de tormentas que se extendían por casi 1000 kilómetros. Los rayos
iluminando las siluetas de los techos del pueblo de Roswell y los borrosos perfiles del
horizonte. En Roswell no había televisión en aquel entonces y las diversiones eran muy
escasas. Uno de los habitantes del pueblo se hallaba sentado en el porche de su casa,
observando el espectáculo que le ofrecían las descargas eléctricas cuando sintió el
zumbido
de uno de los objetos al que vio pasar gracias a uno de los rayos que iluminaron el
escenario
en ese momento.
Al noroeste de Roswell, en dirección a Corona, en medio de la oscuridad de la noche,
una
explosión de luz fue presenciada por varias personas, entre ellos unos campistas que se
hallaban vecinos al lugar y quienes enseguida se movilizaron a prestar ayuda a lo que
ellos
supusieron era el accidente de un avión militar. Por otra parte, el radar del pequeño
aeropuerto 509 de Roswell había detectado dos naves y sus impactos sobre el suelo,
distantes 240 km la una de la otra. Las naves se movilizaban a velocidades fantásticas
para
aquel entonces (3000 millas/hora).
La segunda guerra mundial había terminado hacía sólo un par de años. El mundo entero
aún
tenía muy presente los horrores de la guerra y el espectro de la devastación atómica
sobre
Japón había comenzado a conformar una nueva visión de la historia. Con escasos seis
años,
aún recuerdo las primeras fotos publicadas de las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki y
en
mi mente de niño aún están frescas las imágenes de esos inmensos hongos radiactivos.
Los
desarrollos conseguidos con la aviación y las nuevas armas y tecnología armamentista
habían obtenido notables logros y la industria y el Gobierno de los Estados Unidos
estaban
ávidos de nuevos descubrimientos a fin de mantener viva su poderosa maquinaria
industrial.
nuclear. Estaba naciendo la guerra fría. El desarrollo industrial había dado campo a la
desconfianza. La paranoia americana había dado inicio a un sistema de espionaje
interno en
donde todos eran sospechosos de ser comunistas o de estar espiando a su gobierno,
vendiéndole secretos al enemigo. Los cohetes V2 y el indulto a grandes mentes
brillantes
como la de Wernher von Braun quien había trabajado para el gobierno nazi, dejaban
entrever
el desarrollo de una nueva fase bélica aún más peligrosa. La sociedad americana había
dado
un salto, de llamarse una sociedad eminentemente civil a una militar. El espectro de la
guerra
de independencia había sido llevado a la guerra de secesión y de allí a dos guerras
mundiales. Con el desastre de la guerra de Vietnam se dio el primer paso para ver la
horrible
máscara de la nueva guerra y el poder y la fragilidad americana al mismo tiempo. Con
el
desatre ocasionado por el atentado a las Torres Gemelas se dio el segundo. En el camino
Roswell se halla situado cerca a la base militar de White Sands donde se estaban
realizando
los experimentos con los cohetes V2, herencia de la guerra con los alemanes, y a la base
de
Alamogordo, desde donde se inició la misión militar que efectuó el bombardeo de
Hiroshima.
Estos hechos hicieron pensar a las autoridades que se encontraban frente a un clásico
caso
de espionaje de un avión militar ruso que había partido desde Suramérica o de la
frontera con
Canadá a fin de lograr fotografías aéreas de sus instalaciones militares ultra-secretas. El
ejército entonces respondió con presteza y envió una misión de reconocimiento con la
orden
de mantener todo el asunto bajo estricta vigilancia y el más completo secreto. Nunca
imaginaron lo que iban a encontrar y que el espionaje no estaba siendo realizado por los
rusos sino por un grupo de pequeños tripulantes con sofisticada tecnología y origen
desconocido.
Ese fantasma de la segunda guerra que había preparado soldados autómatas dispuestos a
morir y a matar en lo que los americanos llaman “intereses de seguridad nacional”, fue
el que
llevó a un soldado a literalmente asesinar a uno de los testigos más importantes del siglo
XX:
uno de los tripulantes de la nave de Roswell. El soldado disparó su M-1 varias veces
contra
una pequeña figura humana o humanoide que más semejaba la de un niño, con 1,20 m
de
estatura. Obviamente la velocidad del “humanoide” al tratar de escapar del lugar del
accidente no podía ser mayor que la de un soldado adulto. Con esa doctrina de
“seguridad
nacional” se cometieron las más grandes atrocidades en Vietnam, muchas de las cuales
no
fueron miradas por la justicia. Para citar unos pocos casos, con el mismo principio fue
declarado libre O. J. Simpson, a fin de evitar disturbios entre la comunidad negra, y
asesinadas impunemente más de 6000 personas en la República de Panamá cuando fue
depuesto el dictador Noriega, o masacrados los habitantes de Irak con falsos pretextos a
fin
de apoderarse del petróleo de ese país. Del soldado que le disparó al tripulante de
Roswell
nunca más se supo nada y su nombre desapareció de los anales de la historia.
Cuando llegó el ejército al lugar del acciente, una de las versiones afirma que la nave
había
sido movida con la ayuda de un tractor por el granjero que la encontró, unos pocos
metros del
lugar de donde había caído y se hallaba bajo el techo de su granero. Tenía unos diez
metros
de diámetro y su interior unos siete metros. El elemento recuperado más importante de
la
nave de Roswell fue sin duda la misma nave, sin embargo fragmentos de varias clases y
tamaños se encontraron diseminados en un área de cientos de metros vecinos al
impacto.
Los restos fueron cuidadosamente empacados en cajas de madera por el personal militar
y
llevados en casi una decena de camiones a la base del Área 51. Algunos civiles lograron
La nave de Roswell está dibujada más adelante, basada en los informes de las personas
que
la presenciaron. El barón alemán Nicolás von Poppen tomó para el Gobierno americano
más
de 5000 fotografías y posteriormente dio una descripción detallada de la misma, la cual
concuerda con el testimonio de otros testigos. La Associated Press y el New York Times
De acuerdo con los informes del teniente Corso, su superior el director de R&D, general
• Láseres.
• Redes de fibra óptica.
• Elementos para producir rayos aceleradores de partículas con fines defensivos.
• Aleaciones metálicas con alineamiento molecular.
• Circuitos integrados y microprocesadores o miniaturización en paneles lógicos.
• HAARP. Descrito en otra parte de este libro y conocido como el Proyecto de
Investigación a
Gran Altura (High Altitude Research Project).
• Generadores atómicos portátiles.
• Comida irradiada o radiactiva.
• Sistema de guía conocido como “tercer cerebro” (EBE headbands).
• Sistemas electromagnéticos de propulsión.
• Proyectiles atómicos sin uranio.
• Material conocido como kevlar, utilizado en la fabricación de chalecos antibalas
(fibras con
características conocidas como “supertenacidad”).
• Sistemas electrónicos de detección de misiles dirigidos con cabezas nucleares.
• Aviones equipados con muchas de las características del “Stealth”; innovaciones de
forma,
defensa e invisibilidad por parte de radares enemigos, así como sistemas defensivos y de
ataque.
• Sistemas identificadores de imagen, finalmente conocidos como “visión nocturna”.
Es apenas obvio que al interpolar estas tecnologías, muchas otras serán encontradas y
desarrolladas. Es como si una mente superior hubiera planeado todo esto en el momento
preciso de la historia, con una humanidad preparada, dispuesta y capaz de poner en
práctica
estos conocimientos, la mayoría de los cuales tienen un impacto directo y magnificador
en los
arsenales de la guerra.
La autopsia
El tamaño de los seres fluctuaba entre los 90 y los 120 cm de altura, siendo sus cabezas
muy
grandes para el tamaño del cuerpo. (Berlitz habla de los 60 a los 90 cm de altura). Sus
ojos
eran de un negro profundo y muy grandes y desprovistos de pestañas. Algunos dejaban
ver
sobre su cabeza algo parecido a una pelusilla. Sus brazos eran muy largos y sus piernas
cortas y delgadas. En cuanto al número de dedos de sus manos hay también
discrepancias.
El teniente Corso afirma haber visto seis, mientras que otros testigos afirman que eran
iguales a las nuestras pero más pequeñas con uñas bien cortadas. Otro más, afirma que
sólo
tenían cuatro dedos muy largos, unidos entre sí por una especie de tela digital, parecida
a la
de los peces que evolucionaron durante el período devónico, antes de que las aletas se
convirtieran en las patas y las manos de los seres que lograron salir a la superficie. El
color
de sus pieles era gris, así como el de sus vestimentas, parecido al de algunos peces de
piel
lisa como el tiburón o la de algunos mamíferos como los delfines. Su ropa era recogida
en las
manos y en los pies y el mismo material de que estaba hecha parecía recubrirlos. Era
muy
ajustada al cuerpo y a su vez muy flexible y resistente.
Lo más insólito es que los seres tenían una estructura ósea descrita como huesos
livianos y
muy flexibles, más parecidos a un cartílago que a otra cosa. Entonces los médicos
asumieron
que se trataba de seres producto de una ingeniería genética con fines específicos. No
estaban equivocados del todo. Aunque el fin primario no era el viajar interestelarmente
por
decenas, “miles” o “millones” de años como veremos luego. Las aves y los peces
presentan
estas características de liviandad y flexibilidad en su estructura ósea, capaz de resistir
grandes impactos. ¿Por qué los médicos no pensaron en esto?
Una de las grandes sorpresas fue descubrir que los seres no tenían un sistema o tracto
digestivo como el nuestro. No se encontraron ni letrinas, ni sistemas de evacuación o
almacenaje de residuos orgánicos en la nave. Tampoco se encontraron alimentos de
ninguna
índole. Al parecer los seres lograban su proceso de eliminación de desperdicios a través
de la
piel y la nave tenía un carácter de nave exploradora, la cual estaba adecuada para
misiones
“cortas” de espionaje y reconocimiento terrestre, debiendo regresar a una base no
distante ya
fuese la misma situada en una órbita geoestacionaria o en algún lugar bajo la superficie.
Al
examinar la piel se encontró una especie de capa de grasa fina y uniforme recubriendo
el
cuerpo, entonces los médicos asumieron que a esta se debía la supervivencia, sirviendo
a su
vez como regulador térmico. La piel y la vestimenta parecían tener algo en común, pues
la
vestimenta hecha de fibras elásticas parecida en su resistencia y flexibilidad a las de las
telarañas, se ajustaba perfectamente al cuerpo, permitiendo a su vez una protección
contra
los impactos y al organismo eliminar a través de la piel las sustancias tóxicas a su
cuerpo.
La descripción del cerebro y otros órganos internos he decidido omitirla por ser
incompleta y
muy pobre en el análisis que ha llegado hasta nosotros. La composición del fluido que
cumplía las funciones comparables a la sangre de los seres humanos era de un carácter
distinto y de otro color más claro, más parecida al agua del mar que a la sangre. Esto es
comprensible debido al cambio sufrido por el compuesto fluido al no requerir la
cantidad de
glóbulos rojos que nosotros necesitamos para llevar el oxígeno a los tejidos. El
compuesto
que los seres respiraban era de una composición distinta al aire que nosotros estamos
acostumbrados. Los tripulantes que lograron escapar de la nave con vida, mostraron
signos
de asfixia. El oxígeno parecía envenenarlos u oxidarlos de alguna manera. Es posible
que
esos signos de fatiga y asfixia observados por los soldados que intervinieron en la
recuperación de cuerpos y partes se hayan debido también a los impactos de bala
sufridos
por los humanoides.
Y hasta aquí lo que cabe decir de Roswell por el momento. Otras descripciones más
detalladas han sido hechas, pero no añaden mayor información a lo ya expuesto. Queda
esperar que el Gobierno norteamericano decida develar la verdad de lo que tiene y lo
que
conoce, y tal vez con esto cambie la perspectiva que tiene la humanidad de sí misma
aunque
esta expectativa es poco probable.
• Algunas veces los tripulantes dejan extrañas marcas o códigos implantados en la piel,
en las
manos, en el cuello o en el cerebro. Hemos visto esas marcas y la cédula con el nombre
y
marca de Hummo (¿qué certifica a su portador como engendro de hombre y
humanoide?),
que se asemeja a la del símbolo Shu y también se encuentra en la parte inferior de una
nave,
en un avistamiento, dando una pista clara de la relación de la cultura atlante (o cultura
de
Orión) con los nefilim de hoy día.
una gran diferencia. El término interestelar supone tripulaciones foráneas a la Tierra, los
otros
no. Según el reporte de Lazar, había 9 tripulantes en el interior de la nave de Roswell,
los
cuales, junto con el objeto y los despojos dejados por el impacto, fueron trasladados a
una
instalación militar ultra-secreta de los Estados Unidos, conocida como S4, contigua a lo
que
se conoce como el Área 51 en la región de un lago, en el área central del estado de
Nevada.
En su libro El incidente, Charles Berlitz afirma que los restos de la nave y los cuerpos
de los
tripulantes fueron trasladados inicialmente al cuartel general de la CIA en Langley,
Virginia.
10% del espacio del universo. En otras palabras, el espacio no es tan vacío como parece.
• Hemos analizado los petroglifos de la isla del Hierro y visto cómo muchos de los
símbolos
que componían un lenguaje prebabélico han llegado hasta hoy como parte de la
alquimia, los
alfabetos u otras disciplinas. Algunos de esos símbolos y de ese alfabeto o lenguaje
ideogramático fue descrito por las personas que lograron penetrar en el interior de la
nave de
Roswell y contaron cómo en las consolas de mando y en las paredes e impresos sobre
un
especie de “pergamino” hecho de algo que parecía un plástico muy delgado, había
escritos
unos caracteres rojizos que “parecían chinos, pero no era chino, parecían griegos pero
no era
griego, parecían rusos pero tampoco era ruso...”. Otra descripción los asemejaba a
jeroglíficos egipcios sin animales” y otra más a caracteres japoneses.
Estaban escritos en columnas verticales. ¡Estos relatos son simplemente extraordinarios!
En
otras palabras, había mucho de humano en aquel lenguaje escrito, infortunadamente se
necesitaría una nueva piedra de la Rosetta para poder descifrarlos y esa piedra son ni
más ni
menos que los petroglifos de la isla del Hierro y su relación con el símbolo del Shu, en
Japón,
a miles de kilómetros de distancia, quizás uno de los símbolos más antiguos y con un
carácter casi sagrado en esa cultura. A continuación podemos ver algunos caracteres en
idiomas y épocas distintas, los cuales nos explican visualmente cómo se han conservado
o
apartado algunos símbolos, debido al tiempo y a muchos factores que los influyeron. En
el
análisis de las viguetas metálicas estructurales de la nave de Roswell, se hallaron
extraños
signos fundidos que se asimilaban a la escritura rúnica del norte de Europa.
• Hemos también visto cómo el hombre se adapta a cualquier hábitat, desde el Polo
Norte y la
Antártida hasta las candentes arenas y los desiertos del África. Desde las cumbres del
Himalaya hasta aquellas de los Andes.
• Analizamos la teoría del laberinto que no es otra cosa que un sistema de esclusas, que
nos
explica cómo los atlantes o nefilim pudieron escapar de su encierro y salir a la
superficie
desde hace miles de años. Sin embargo, sus cuerpos y su sistema pulmonar y metabólico
ya
se habían adaptado a las profundidades del mar, habiendo encontrado un nicho
biológico
estable y seguro donde no eran molestados por las guerras o enfermedades sufridas por
los
humanos de la superficie. Es importante mencionar que en el fondo del mar existen
enormes
cantidades de minerales -platino, oro, titanio y manganeso- que bien han podido
utilizarse en
la construcción de naves y otros instrumentos. Esos minerales se encuentran en los
conocidos “nódulos”, de tamaño similar al de una pelota de tenis y cubren enormes
superficies del fondo marino.
• Estudiamos a los Anunaki y a los Nibiru en la cultura sumeria, los encuentros del
“tercero y
cuarto tipo” en el siglo XX, la conferencia del MIT, así como varias encuestas y libros
de
médicos y científicos serios sobre el tema de los ovnis y sus tripulantes.
• A continuación cito algunos apartes de personas con reconocidos méritos en diferentes
ámbitos de la cultura y de la ciencia sobre el tema ovni:
- John Ankerberg, en su libro La realidad sobre los ovnis y otros fenómenos
sobrenaturales,
pág.10: “El fenómeno ovni, simplemente no se comporta como si fueran visitantes
extraterrestres. Más bien se adapta para encajar en una determinada cultura”.
- Dr. Jacques Vallee, en su libro Mensajeros de la decepción, pág. 20: “Los seres
humanos
están bajo el control de una extraña fuerza que los doblega de manera absurda,
obligándolos
a participar en una insólita maniobra de decepción”.
- Brad Steiger, citado en “Archivos desclasificados del Libro Azul, reporte de ovnis en
el
Canadá”, vol. 4, No. 4, 1977, pág 20: “Estamos enfrentando un fenómeno parafísico
multimensional, el cual es nativo del planeta Tierra”.
- Terence McKenna, tomado de una de sus conferencias: “Somos parte de una relación
simbiótica con algo que se disfraza asimismo como una invasión extraterrestre para no
alarmarnos”.
- Arthur C. Clarke, en el New York Times Book Review, 27/07/75: “Una teoría que no
puede
seguirse tomando en serio es que los ovnis son naves interestelares”.
- Even Whitley, en Grandes citas sobre el engaño ovni: “... Los alienígenas son
demonios...”.
En relación con este último comentario de Whitley conozco una extraña historia que
abre otra
puerta y conecta el interior de la Tierra a una dimensión paralela, vinculando de alguna
forma
el fenómeno de la vida subterránea con la vida después de la vida.
Los ovnis a veces tocaban tierra, pero NOS fijábamos en aquellos casos en que la
tocaban voluntaria y suavemenle. En este capitulo NOS fijaremos en aquellos, muchos
menos conocidos, en que la han tocado, pero de una manera violenta, produciéndose en
la mayoría de los casos la total destruccion del aparato.
De hecho, todo el personal militar que ha tenido algo que ver con estos accidentes está
sometido a un juramento estricto que, cuando es violado, conlleva fortísimas
consecuencias para los infractores.
El primer caso de colisión del que hay noticia oficial fue el de Roswell, en el estado
Nuevo México, en 1947. Para entonces las autoridades todavía no habian organizado la
censura, ni el telón de silencio que luego cayo sobre estos hechos, y por eSo los
periódicos de la región y las mismas autoridades militares, ingenuamente, dificilmente
se habrian dado cuenta del hecho y hasta convocaron ruedas de prensa para contar a los
periodistas lo que había pasado. De hecho), tengo en mi poder una fotocopia del
periódico de Roswell en el que, en titulares de primera plana, se cuenta exactamente lo
sucedido. Pero las autoridades acallaron en seguida el rumor, logrando que no
trascendiese a la prensa importante del país; amedrentaron a los campesinos y rancheros
en cuyos terrenos habia caído el platillo, amonestaron y trasladaron a los oficiales de la
vecina base aérea que habían (lacio la noticia y exigieron un juramento de silencio a
todos los civiles y militares que intervinieron en la recuperación de los restos del
aparato.
El incidente de Roswell permaneció durante 40 años como un bulo más, sin que los
mismos investigadores del fenómeno ovni le dieran crédito. La autoridades armaron en
torno a él tal cúmulo de mentiras, y tan bien urdidas, que todo el mundo creyó que lo
que se dijo del accidente fue una invención de alguien. El mayor argumento que los
jefes militares aportaron para probar que todo era un cuento fue la presentación de UnO
de esos grandes balones que se lanzan al espacio para predecir el tiempo. De hecho,
hicieron publicar sus fotos en todos los periódicos y revistas, acompañándolas con las
aseveraciones de irnportantes científicos. Fue la primera traición que las autoridades
norteamericanas hicieron a su pueblo y que, más tarde, sería seguida por muchas otras,
en su empeño por mantener fuera del conocimiento del pueblo algo tan importante
como la existencia de otros seres racionales en el Cosmos y en nuestro propio planeta.
A los pocos meses del accidente de Roswell, se produjo, también en el estado de Nuevo
México, otra colisión, esta vez cerca de un pueblo llamado Aztec.
En este caso, las autoridades y los militares, aleccionados por lo que había sucedido en
Roswell, estuvieron muy atentos desde el primer momento para que no se filtrase nada
al público, y las personas que llegaron a tener algún conocimiento fueron drásticarnente
acalladas. De los cinco civiles que llegaron a tener un mayor conocimiento de lo que
había sucedido y que representaban un peligro mayor para la difusión de la noticias, tres
fueron asesinados (como siempre, de una manera misteriosa y anónima); los otros dos
fueron acusados de falsos delitos y llevados a la cárcel; además, al periodista Frank
SculIy, que escribió un libro en el que de pasada mencionaba el incidente, lo
desprestigiaron (le tal manera que ya no pudo volver a escribir nada y se Vio sometido
al ostracismo. Fue tal la saña que mostraron contra él y tal el empeño que pusieron en
desprestigiarlo, que, cuando se busca en los libros clásicos de ovnis el de Frank Scully,
como uno de los primeros autores del terna, con frecuencia se le encuentra, junto al de
Aztec, bajo el título de “El fraude de Scully”.
que han ocurrido a lo largo de todos estos años. Por ejemplo, sabemos que sólo durante
los tres primeros años de la presidencia del general Eisenhower cayeron a tierra 10
ovnis, pero no conocemos los detalles, porque la censura logró escamotearlos.
Aunque a primera vista pueda parecer extraño que la gran mayoría de los accidentes de
ovni suceda en los Estados Unidos, es perfectamente explicable. En primer lugar, los
investigadores que han reunido estos datos son de aquel país y, por tanto, no tienen tan
fácil acceso a los sucesos de otros países. Es indudable que en Otras naciones también
ha habido colisiones y nosotros mismos hemos sido testigos presenciales del accidente
de Puebla, en Méjico, aunque luego las autoridades negaron el hecho o dijeron
desconocerlo. Además, en otros países y continentes no hay tantos medios de
comunicación y muchos de estos eventos permanecen desconocidos, bien sea por la
escasez de periodistas y agencias de noticias o por la estúpida censura a que tan dados
son los gobiernos incompetentes que, por desgracia, tanto abundan en el planeta.
Aparte de estas razones hay que considerar que los alienígenas procedentes de otras
regiones del Cosmos, logicamente, tenderán a entrar en contacto oficial con las naciones
más avanzadas, sobre todo con aquellas que tengan en mente alguna clase de dominio
sobre el planeta entero. Vencidas las dificultades que les podrían presentar las naciones
más poderosas, el resto les resultaría mucho más fácil. Y es curioso reseñar que muchos
de estos accidentes de ovnis han sucedido en áreas cercanas a bases militares en las que
hay actividad nuclear, bien sea de investigación o de almacenamiento). Esto nos indica
que ciertos alienígenas tienen mucho interés en todo lo que se refiere a nuestro
armamento nuclear. Según ellos mismos nos han dicho, lo temen, porque han padecido
mucho en sus planetas de origen debido, precisamente, a estas mismas armas atómicas.
En este capítulo le ofreceremos al lector una lista ordenada, en cuanto cabe, de los
estrellamientos conocidos de ovnis, con la seguridad de que nos quedamos muy lejos de
reseñar todos los que han ocurrido a lo largo de los años.
Nuestras fuentes son la «Nevada Aerial Research» y el doctor J, F. Gille, a cuyas listas
hemos añadido alguno más, conocido directamente por nosotros y que no aparecía entre
los de ellos. Es posible que en las fechas haya inexactitudes, al igual que en el número
de cadáveres.
Aunque a primera vista pueda parecer extraño que la gran mayoría de los
estrellamientos sucedan en los Esta-dos Unidos, es perfectamente explicable.
En primer lugar, los investigadores que han reunido estos datos son de aquel país y, por
tanto, no tienen tan fácil acceso a las noticias de otros países. Que también ha habido
estrellamientos en otras naciones, no hay duda alguna. Lo que sucede es que en otros
continentes y naciones más atrasadas no hay tantos medios de comunicación y muchos
de estos eventos permanecen desconocidos, bien sea por la escasez de periodistas y
agencias noticiosas, o por la estúpida censura a que tan dados son los gobernantes
microcefálicos que por desgracia tanto abundan en el planeta.
No deja de ser sospechoso que la presencia de estos seres no humanos entre nosotros, si
bien data desde siempre, se haya activado repentina y violentamente justo en el
momento en que el hombre comenzó sus experiencias atómicas. Y esta sospecha se
acrecienta cuando vemos que su presencia y, consecuentemente, sus estrellamientos, se
hacen mucho más notorios en torno a los lugares donde los humanos comenzaron y
continúan haciendo sus experiencias nucleares, que indudablemente pueden significar
una amenaza para muchos de ellos.
No hay duda alguna de que todo lo que se refiere a cohetería espacial y a energía
atómica les interesa grandemente a nuestros visitantes. En los informes filtrados
últimamente, los militares confiesan su pasmo cuando vieron a un enorme ovni tragarse
a un cohete entero en plena marcha con sus motores encendidos. Y, en otro, reconocen
con preocupación que los alienígenas han logrado distorsionar por completo todo el
complejo sistema de disparo de algunas de las cabezas nucleares depositadas en silos,
cambiando los blancos y hasta dejándolas completamente inactivas.
Otra razón para que la mayor parte de los estrellamientos conocidos haya sucedido en
los Estados Unidos es que los militares de este país hace tiempo que tienen una guerra
declarada contra estos intrusos o, por lo menos, contra algunos de ellos. Algunos de los
estrellamien-tos no han sido casuales sino que sencillamente el ovni fue derribado por
las armas del Ejército norteamericano.
En la mayoría de los casos, los ovnis, con una gran superioridad tecnológica, rehuyen
con toda facilidad el hostigamiento a que son sometidos y hasta derriban a sus
perseguidores, tal como hemos visto en páginas anteriores. Pero en otros, debido a las
malas condiciones en que se encuentra el ovni por averías sufridas previamente, o por
pura casualidad -tal como sucedió en el caso de un ovni derribado por un potente radar
que lo rastreaba-, los visitantes del espacio son fácil presa de nuestros ingenios bélicos.
Tal como ya hemos indicado, en algunos lugares del planeta hay una guerra manifiesta
entre nuestros militares y los intrusos del espacio. En concreto en el Suroeste de Puerto
Rico, se han estado desarrollando verdaderas batallas (con el increíble silencio de la
prensa y de las autoridades) entre aviones y barcos de la cercana base naval «Roosevelt
Roads» y ciertos extraterrestres que allí tie-nen una base subterránea.
A esto tendríamos que añadir que el famoso «meteorito» que estalló sobre la Tungusca
siberiana en 1908, no fue tal «meteorito». Tras largas investigaciones oficiales llevadas
a cabo por un equipo de científicos de la URSS, llegaron no hace mucho tiempo al
convencimiento de que el hecho se debió a la desintegración a baja altura de un ovni,
del que pudieron describir la trayectoria, quebrada pero inteligente, que siguió en sus
últimos mil kilo-metros antes de explosionar.
Como dato final le diré al lector que tengo en mi poder un trozo de lo que quedó tras la
vivísima implosión de un ovni a muy baja altura cuando se disponía a aterrizar. Me lo
entregó el contactado que fue testigo del suceso (en la serranía de Puebla, en México) y
que, como en otras ocasiones, esperaba al ovni en el mismo sitio para comunicarse con
sus ocupantes.
Cuando me lo contaba se le caían las lágrimas «por que había perdido a sus amigos»
con los que ya le unía un gran afecto.
Yo pude ver en su casa el bloque de material brillante y cristalino, de varios kilos de
peso, en que se convirtió el ovni tras la vivísima llamarada que lo desintegró.
ROSWELL,EL ENCUBRIMIENTO :
Hoy ya sabemos de sobra, que las altas esferas militares estadounidenses falsearon
deliberadamente la información respecto al incidente de Roswell.
Así, en 1997, la USAF (Fuerza Aérea de Estados Unidos) publicó un informe oficial, de
230 páginas, titulado "The Roswell Report: Case Closed" ("El Informe Roswell: Caso
Cerrado"), en el que se desmentía, por enésima vez, la teoría de que una presunta nave
de origen extraterrestre se estrelló cerca de Roswell.
Asimismo, dicho documento oficial, apuntaba que los cuatro supuestos cadáveres de
alienígenas, observados por algunos testigos de la zona, junto a los fragmentos del
objeto siniestrado, no eran sino maniquíes de aspecto humano -'dummies'- empleados en
las citadas maniobras. Estos muñecos eran lanzados al vacío desde una altura de varios
kilómetros, con el objeto de analizar los efectos que causaría un impacto, de esa
magnitud, en los pilotos y estudiar las posibilidades de salvación.
De esta forma, la Fuerza Aérea norteamericana intentaba, medio siglo después de los
hechos -tiempo máximo de plazo, en EE.UU., para mantener clasificado un asunto bajo
secreto-, dar el "carpetazo" definitivo a uno de los episodios más intrigantes y
polémicos de la Ufología mundial...
El primer desmentido oficial sobre el caso Roswell hace acto de presencia una semana
después del incidente, el 9 de julio de 1947, a través de una nota de prensa en la que se
aseguraba, que el objeto estrellado en Roswell era un globo meteorológico del tipo
'Rawin'.
Otra versión fue ofrecida en julio de 1994, fecha en la que el coronel de la AFOSI,
Richard Weaver, elabora un documento, en el que concluye, que los fragmentos del
presunto OVNI, accidentado, son de un globo experimental lanzado desde la base
militar de Alamogordo, perteneciente al vuelo nº 4 del llamado 'Proyecto Mogul', un
programa ultrasecreto, cuyo fin era captar, mediante sensores situados en la atmósfera,
las radiaciones emitidas durante los posibles ensayos nucleares llevados a cabo, por los
rusos, en la región de Siberia.
No obstante, sabemos que el globo del vuelo nº 4 fue lanzado el 4 de junio de 1947, un
mes antes de la fecha en que sucede el incidente de Roswell.
Y por otro lado ¿qué pasa con los cadáveres hallados en el lugar del accidente?...
Silencio absoluto. Aún así, la hipótesis 'Mogul', ha sido la 'versión oficial' durante
mucho tiempo.
Otra explicación que se ha barajado es la de que eran restos de un arma secreta japonesa
del tipo 'Fu-Go' -que consistía en globos provistos de potentes bombas-, empleada
durante la II Guerra Mundial.
¿Hacer que los periodistas e investigadores del tema OVNI se cansen del caso y no
sigan realizando pesquisas?...
Eso es precisamente lo que interesa a los gobiernos: o que la sociedad crea que detrás de
todas estas historias están los extraterrestres o, por el contrario, que crea que todo no es
más que una gran mentira (como cree nuestro amigo Gollum_1981).
Ambas posturas les benefician, ya que están lejos de lo que realmente esconden...
Toda esa confusión, de desmentidos en torno a Roswell, no es más que una cortina de
humo, con la que el gobierno estadounidense, busca tapar lo que realmente ocurrió.
Por eso consideraron conveniente mantener, bajo control, a los grupos privados de
investigación sobre OVNIs, ya que, en opinión del 'Panel Robertson', eran
potencialmente capaces de ejercer gran influencia sobre la opinión pública, en caso de
amplia manifestación del fenómeno. De ahí que se acordara 'infiltrar' a agentes secretos
entre las agrupaciones ufológicas más reconocidas de EE.UU. La Comisión subrayaba,
además, que "el descrédito debería resolverse en una disminución del interés público
por los platillos volantes, que en estos momentos provoca una fuerte reacción
psicológica".
Podría hablaros extensamente del papel jugado por los Servicios de Inteligencia en el
asunto OVNI y las comisiones creadas para controlar y manipular el asunto de cara a la
opinión pública. Ahí tenemos proyectos secretos como 'Sign', 'Grudge', 'Blue Book', etc.
Pero creo que con lo comentado, ya os podéis hacer una idea del 'programa educativo',
que ha empleado el Gobierno USA, con su política del 'cover up' en materia OVNI, y de
cómo este fenómeno se ha utilizado como un instrumento de guerra psicológica...
No es casual que los restos del 'OVNI' (y lo entrecomillo ya) fueran recogidos por
miembros de dicho Grupo de Bombarderos... Lo que recogieron no fue una 'nave' de
otro mundo, sino algo que les pertenecía. Algo muy delicado y que no debería ser
conocido públicamente...
Esto es lo que realmente se ha venido ocultando, por razones obvias. Y no solo tenemos
el caso Roswell. Ha habido otros estrellamientos en esa región concreta de Nuevo
México, en fechas posteriores, como por ejemplo, en los Llanos de San Agustín (3
cadáveres) y en Aztec (16 cadáveres).
Otro caso del que tenemos constancia ocurrió en Laredo (Texas), encontrándose en el
interior de la 'nave' un ser totalmente carbonizado.
En los tres casos, miembros de la USAF recuperaron los restos metálicos de las
'aeronaves' y los cuerpos yacentes...
¿Es casualidad que esos accidentes tengan lugar en un desierto utilizado como base de
experimentación de prototipos militares secretos y donde se erigió el ultra secreto
'Proyecto Manhattan'?...
Los testigos siempre hablaron de que los cadáveres correspondían a "seres pequeños
parecidos a nosotros"... Uno de los testigos, Von Poppen, fotógrafo al que se encargó
que retratara los restos, comentó que "sus manos eran parecidas a las de los humanos,
aunque más suaves, semejantes a las de los niños"... Los cadáveres aparecían
deformados y calcinados tras su estrellamiento con el suelo, y es lógico que muy bien
no se percataran que fuesen niños. ¿Cómo imaginar a niños tripulando aeronaves?...
Otro de los testigos, Frank Kaufmann, dibujó a esos seres, y claramente apreciamos que
son niños. Niños que pudieron haber sido colocados en los prototipos, pero ya muertos.
Tal vez, para comprobar los efectos de la aceleración, de la radiación o cualquier otra
cosa que ya se sale de nuestros conocimientos. Puede que para aprovechar los espacios
reducidos. Es una hipótesis arriesgada pero que cada vez está tomando más peso, en
virtud del sepulcral secretismo existente en torno al caso Roswell.
Por tanto, mi conclusión es que se ha utilizado la sigla OVNI como 'tapadera' para
ocultar prototipos experimentales secretos y ciertos programas ultrasecretos (como el
'Proyecto MK-Ultra') destinados al control mental y a la utilización de personas como
cobayas. Nos llevaría mucho tiempo desarrollar este asunto en el que tendríamos que
incluir las 'mutilaciones de ganado' y los episodios de 'abducción'...
Pues sí, detrás del Fenómeno OVNI no hay 'naves extraterrestres'. Ni los gobiernos nos
ocultan pruebas sobre una solapada presencia alienígena en nuestro planeta. Ocultan
otras cosas que yo considero mucho más graves. Cosas que atentan contra la dignidad
humana... y nada mejor que arroparlas bajo el manto de los supuestos OVNIs. Así, parte
de la población se mofará de todo ello y 'pasará' olímpicamente del asunto, mientras que
otra parte seguirá creyendo que todo obedece a 'visitas extraterrestres'. Pocos caerán en
la cuenta de que muchos de estos casos son genuinos, pero que responden a
experimentos secretos llevados a cabo por determinados gobiernos, sobre todo por el
norteamericano. Cuando se profundiza en el tema, es la hipótesis que cobra más sentido.
Y es la que hace que las piezas encajen perfectamente...
Efectivamente, las 'Alas Volantes' son las que están detrás de la mayoría de
avistamientos OVNIs de la época. De hecho, la ala volante 'Horten Ho.IX' (Gotha
Go.229) fue con toda seguridad la responsable del famoso avistamiento OVNI
protagonizado por el piloto civil Kenneth Arnold, el 24 de junio de 1947, caso que dio
nacimiento a la moderna Ufología.
Durante años se probó en secreto, hasta que se dio a conocer y se supo que fue el
responsable de muchos avistamientos OVNIs de por aquel entonces. Tengamos en
cuenta que desarrollos del tipo 'alas volantes' se produjeron desde comienzos del siglo
XX, tanto en Alemania (los alemanes fueron los primeros en lograr desarrollar
aeronaves similares a platillos volantes), como en Rusia, Inglaterra y, especialmente,
EE.UU.
Pero estos aviones no fueron las únicas 'alas volantes' desarrolladas por Northrop en
aquellos días. En septiembre de 1940, la Northrop recibió también una petición oficial
para desarrollar un caza, éste fue el modelo 'NB-2', también denominado 'XP-56' "Black
Bullets" (Bala Negra).
Todos estos proyectos se iniciaron entre 1940 y 1945. Los años posteriores fueron para
experimentar con ellos. El dato que tengo es que fue el 25 de junio de 1946 cuando se
llevó a cabo el primer vuelo de un 'ala volante' sobre el desierto de Nuevo México.
Lo mejor, por tanto, era que la gente pensara en 'platillos volantes' y alienígenas, la
tapadera idónea para un proyecto aeronáutico todavía en desarrollo, cuyo ocultamiento
convenía mantener...
Por otra parte, la CIA comenzó a desarrollar en 1954, en colaboración con la compañía
aeronáutica 'Lockeed', su primer avión de reconocimiento ultrasecreto, el U-2, que
realizó el primer vuelo experimental en agosto de 1955, y que pronto fue seguido por el
OXCART o SR-71.
Según estimaciones de oficiales de la CIA que trabajaron en los proyectos U-2 y SR-71,
en torno a la mitad de los informes OVNI, sobre territorio norteamericano, durante los
siguientes años, correspondían, en realidad, a vuelos de estos aviones espías, que se
guardaban en bases secretas situadas en Nevada y California.
Casos más recientes de avistamientos OVNIs, que luego resultaron ser prototipos
aeronáuticos secretos, los tenemos en la década de los ochenta, en el desierto de
California.
Por tanto, en la base 'Área 51' -sobre la que tantos rumores sensacionalistas se han
desatado- lo que realmente se puede estar ocultando, no son extraterrestres conservados
en probetas o naves interplanetarias, sino una serie de prácticas clandestinas
auspiciadas, en secreto, por el gobierno norteamericano. Desde la fabricación de
aeronaves circulares (sin alas) que nos recuerdan la forma de 'platillos volantes' (de ahí
la confusión de los testigos), hasta el desarrollo de tecnología muy avanzada y siniestros
experimentos con personas y animales.
Por eso, el 'Area 51' es uno de los lugares más secretos y vigilados de la Tierra...
Tenemos conocimiento, por ciertas informaciones que se han ido filtrando, de que en
dicha base se viene probando y desarrollando clandestinamente una super-tecnología
(bautizada como 'Proyecto Black'), que incluiría tecnología para el control de la mente,
helicópteros silenciosos y otras armas ultra-secretas.
También sabemos que en 1984, la Fuerza Aérea se incautó ilegalmente de 89.000 acres
de terreno público para restringir la presencia de civiles alrededor de la zona prohibida.
Los oficiales de la Fuerza Aérea olvidaron que unas pocas colinas permanecían fuera
del alcance de las torres de vigilancia y, en abril de 1995, un representante del
Ministerio del Interior volvió a adquirir otros 4.000 acres de propiedad pública para
ampliar el área militar.
Algunos testimonios de gente que trabajó allí (cada dos meses renuevan a los
trabajadores externos) coinciden en señalar que en el 'Area 51' están experimentando
con un nuevo tipo de material compuesto, una sustancia brillante de aspecto metálico
que no puede curvarse y que estaría siendo utilizada para la construcción de aviones
ultrasecretos. Al arder, este compuesto produce un humo tóxico que ha afectado a
algunos trabajadores. Recientemente, algunos de los perjudicados han intentado
demandar al Gobierno, pero se han encontrado con una dificultad añadida: los
organismos gubernamentales no reconocen oficialmente la existencia del 'Área 51'...
Hace gracia ¿verdad?.
Por la noche, los escasos testigos que logran burlar las medidas de seguridad y acercarse
hasta escasos kilómetros de las instalaciones, han podido observar perfectamente
-además de fotografiar y filmar- las evoluciones de extraños aviones, a veces en forma
de platillo volante, otras veces triangulares, sobre las montañas que rodean Groom
Lake.
Hay testigos que aseguran que dichas aeronaves son capaces de efectuar maniobras
aerodinámicas que están mucho más allá de la tecnología que conocemos. Pueden trazar
ángulos increibles, volar a velocidades supersónicas y maniobrar, tan brusca y
rápidamente, que da la sensación de que se esfuman por arte de magia. Algunas
maniobras se producen en medio de un silencio absoluto y otras provocan detonaciones
brutales. La mayoría de las naves que sobrevuelan esa zona prohibida se asemejan a los
OVNIs que conocemos a través de los testimonios clásicos. No son meros rumores.
Algunos curiosos que se han acercado hasta la zona prohibida tuvieron que escapar por
las polvorientas carreteras, al ser perseguidos por un grupo de helicópteros
completamente negros. Los aparatos eran prácticamente silenciosos. ¿Son esos
helicópteros negros los mismos que han descrito algunos testigos en zonas donde han
aparecido ganado mutilado?...
Quiero que sepáis, que desde hace décadas, se viene produciendo el extraño fenómeno
de las mutilaciones de ganado, por lo general vacas que aparecían muertas y a las que se
les habían extraido algunos órganos y toda la sangre a través de pequeños orificios. Una
operación de tales características sólo puede realizarse utilizando técnicas quirúrgicas
muy avanzadas. La única pista con que se cuenta son los testimonios de algunos que han
visto helicópteros negros sobrevolando la zona donde luego aparecían los cadáveres
mutilados. ¿Quién o qué está detrás de estos sucesos? Algunos argumentan que el
gobierno no puede ser el responsable, pues no dispone de la tecnología adecuada ni de
motivos para hacerlo. Es otra la explicación que parece satisfacer a la mayoría: "han
sido los extraterrestres". De nuevo, se desvían de la verdad...
Un somero conocimiento de la tecnología del láser induce a pensar que para realizar
esta clase de cortes y mutilaciones sería necesario utilizar un instrumento de grandes
dimensiones.
Tal vez los misteriosos helicópteros negros, tantas veces avistados en EE.UU, pueden
transportarlo y llevar a cabo tan macabras operaciones.
La sangre de las vacas y los seres humanos tienen características similares; de manera
que este proceso, que podría parecer descabellado, tiene cierta lógica. No olvidemos que
hoy día, la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO), que ha permanecido en secreto
durante años, financia 800 satélites que siguen la pista a los ciudadanos
norteamericanos. Su tecnología es tan sofisticada que en un día despejado pueden
fotografiar nuestras huellas dactilares, escuchar conversaciones, detener automóviles y
seguir la pista a personas que tengan implantados microchips.
Este tipo de dispositivos pasa inadvertido incluso para personas a quienes les hayan sido
implantados sin su conocimiento, pues su colocación es tan fácil como aplicar una
simple inyección con una aguja hipodérmica (¡justo lo que cuentan los abducidos!...)
¿No será, pues, el escenario de la abducción, una recreación mental de algo que pasó
realmente? ¿Puede ser 'inyectada' en el cerebro de la víctima, que ha servido como
cobaya, la idea de que el implante se lo colocaron unos alienígenas?...
Hoy día continúan los experimentos secretos, de control mental, iniciados por la CIA en
los años 50, y posiblemente, las abducciones, pueden ser un montaje urdido por
agencias gubernamentales implicadas en experimentos de lavado de cerebro. Yo así lo
creo. De esta forma, simulando secuestros extraterrestres, conseguirían tender una
cortina de humo para ocultar actividades clandestinas con personas y animales...
Los abducidos presentan marcas y cicatrices; a veces expulsan esos implantes por la
epidermis; algunos de ellos, creen recordar sujetos de aspecto humano, dentro del
'OVNI', que vigilaban todo lo que hacían los 'alienígenas raptores'; y además aseguran
que el interior de los OVNIs es muy parecido a una sala de quirófano... Resulta todo
muy sospechoso para creer que los raptores son alienígenas ¿verdad?...
Todo apunta a que los OVNIS son naves de fabricación terrestre. La verdad solo tiene
un camino. Los creyentes en la 'Hipótesis Extaterrestre', para explicar los avistamientos
OVNIs, se sentirán decepcionados. Yo hace años también me encontraba entre ese
grupo de personas, pero hoy tengo las ideas más claras...
Nuestros cielos también parece que se han convertido, en la última década, en un gran
campo de pruebas experimentales. Los OVNIs observados esta pasada semana en
Galicia y Extremadura podrían ser algunos de estos 'prototipos secretos'... En otra
ocasión, hablaré de ciertos casos OVNIs ocurridos en España y que al final resultaron
ser misiles lanzados, clandestinamente, por potencias extranjeras o aviones-espias.
Otro asunto delicado que el Ministerio de Defensa español ha querido que permanezca,
obviamente, en el más absoluto silencio. Una vez más, la sigla OVNI ha servido como
perfecta 'tapadera' para ocultar cuestiones tremendamente comprometidas...
Difiero, pues, de los detractores que niegan la existencia de los OVNIs y dicen que son
alucinaciones. Las historias de OVNIs no son simples fantasías en la mente de unos
cuantos testigos, sino que tal vez hayan sido planeadas como parte de un ocultamiento
de tecnología terrestre que está desarrollándose en la actualidad...
Por eso cuando me preguntan "¿Crees en la existencia de los OVNIs?", respondo que sí,
pero aclarando que no son de origen extraterrestre, sino terrestre. OVNI es un acrónimo
que quiere decir 'Objeto Volante No Identificado', por tanto no es sinónimo de 'nave
extraterrestre' como siempre se nos ha hecho creer...
Espero haber aportado algo de luz al tema con todo lo que aquí he expuesto entre ayer y
hoy. Y ojalá vuestra visión de la problemática OVNI haya tomado otra perspectiva, lejos
de la que los medios de comunicación no especializados quieren vendernos.
Dejemos a un lado nuestras ideas apriorísticas. El asunto, como habéis visto, es bien
serio. Y conocer su auténtico trasfondo es descubrir hasta qué punto pueden engañarnos
quienes mueven los hilos de este mundo... Aunque no soy creyente, siempre tengo en
mente aquella frase de Jesús: "La verdad os hará libre". Efectivamente así es...
Cuando hablamos de Ovnis y sus antecedentes más relevantes, sin duda alguna
debemos hacer referencia del caso que aconteció en Julio de 1947 en Nuevo
México, Estados Unidos y que conmovió y conmueve al mundo esta hoy.
Hablar de Roswell es hablar de Ovnis, y hablar de Ovnis es sinónimo de Roswell,
porque este caso en especial dadas las circunstancias en que se vio envuelto, se ha
convertido en la punta de lanza de la uflogía mundial, y es uno de los que más pruebas
y misterios arroja al campo de la investigación del fenómeno. Toda su historia y los
sucesos que la precedieron están cubiertos por el velo siniestro y suspicaz del
gobierno estadounidense en una labor de encubrimiento, mentiras y amedrenta miento
del suceso apoyado por su maquinaria de inteligencia militar, política y científica que
busca enterrar en el olvido el caso más emocionante y por que no, importante si fuese
comprobado de la historia de la humanidad.
En Julio de 1947, se dieron todos los componentes necesarios para dar a luz la más
emocionante e interesante historia de Ovnis y seres alienigenas de la historia de la
ufólogia. Por una parte, hacia pocos meses atrás se daba el primer reporte oficial
sobre "Platillos Voladores" , que había desatado una ola de avistamientos en los
Estados Unidos y en el mundo, seguido una psicosis colectiva por parte de la
población mundial por explicar el fenómeno, de la cuál las autoridades oficiales no
estaba ajena. Y Cada día eran más las voces que pedían un pronunciamiento oficial
sobre el tema que los entes gubernamentales no estaban en condiciones de expresar
dada la ignorancia y confusión en que se encontraban.
Despúes de haber examinado algunos de los objetos que Brazel había llevado en su
camioneta, el jefe de seguridad de la base, mayor Jesse Marcel, se dirigió en un jeep
a la zona señalada en compañia de un oficial de inteligencia de apellido Cavitt. Como
los caminos estaban casi intransitables ( en ese momento no habían sido pavimentados
aún ) llegaron cuando ya anochecía. por la mañana, ya habian llenado la parte
trasera del vehículo con una gran cantidad de objetos encontrados por Brazel y que
Marcel no pudo identificar.
La explicación satisface a lo que ven a los Ovnis como un curioso fenómeno de masas
una indescifrable alucinación colectiva.No es el caso de los ufólogos que han estudiado
el incidente de Roswell. El físico Stanton Friedman da otra versión en su libro Crash at
Corona. Según afirma él, basándose en numerosos testimonios, esa noche del 2 de julio
de 1947 se produjo otro crash además del de Corona. La segunda nave cayó en la
planicie de San Agustín y es allí donde se encontraron los cuerpos de cuatro
extraterrestres.
San Agustín, en realidad, esuna meseta formada por el lecho de un enorme lago seco,
muy cerca del cual está la Cueva de los Murciélagos. Este sitio es muy frecuentado
por los arqueólogos, ya que en esa caverna se desenterraron los primeros vestigios, de
hace 4.500 años, de la más primitiva agricultura en suelo norteamericano.
Casi en el mismo momento enque se llevaba acabo la conferencia de prensa en la base
de Roswell, un grupo de personas se desplazaba por San Agustín en busca de ágatas,
en ese grupo iba el joven Gerald Anderson, su padre, su tio y su primo Victor. Fue este
último quien vio un extraño cilindro de metal plateado, que estaba incrustada en el
suelo.
Gerald Anderson fue examinado por varios psiquiatras que certificaron que es una
persona común y corriente, según dice Friedmán.
El funebrero Glenn Dennis afirmó en 1990 que él había acondicionado los cavaderes
de cuatro hombrecitos en 1947, que depúes fueron llevados por avión a la base de la
fuerza aérea de Forth Whorth en Texas. También se afirma que se habria realizado
una autopsia a los cuerpos inertes de loe aliens, sobre la cuál Dennis aporta gran
cantidad de datos muy discutidos..Reconoce que él no estuvo presente en la ya célebre
disección de Roswell. Pero dijoque la enfermera que ayudó a los médicos le contó con
lujo de detalles todo lo que pasó esa noche en el precario quirófano de la base. Arriba
El Proyecto Mogul
Luego de una serie de pruebas fallidas efectuadas en Abril, durante los meses
de Junio y Julio de 1947 la rama de la aviación de las fuerzas armadas de los
Estados Unidos desarrolló un proyecto súper secreto en conjunto con eminentes
científicos de la Universidad de Nueva York, que consistía en el lanzamiento
de una serie de globos sonda que alcanzarían gran altura y que dotados de
micrófonos acústicos de baja frecuencia y otros sistemas de sondeo detectarían
y analizarían posibles detonaciones nucleares por parte de Unión Soviética. Se
lo llamó Proyecto Mogul.
El 4 de Junio de 1947, fue soltado un tren formado por más de veinte globos
de neopreno, equipados con sistemas de seguimiento de radar y sensores de
cambios en la presión atmosférica. Su longitud sobrepasaba los doscientos
metros. La caravana de globos fue seguida por radar de tierra hasta unos
30 kms. por sobre la propiedad de Mac Brazel, a 140 Km. del pueblo de
Roswell. De ahí en adelante se les perdió la pista y nunca más se supo de ellos.
Según los testimonios de Brazel los restos que había encontrado en su rancho
correspondía a metales reflectantes, algún tipo de papel de estaño, goma gris
material similar a las maderas de balsa, anillos de aluminio, cinta adhesiva y
una caja negra. Al parecer todos elementos los antes descritos coincidirían con
los materiales que se usaron para fabricar los globos del proyecto Mogul en
aquella época; resaltando un poco en importancia la mencionada caja negra, en
esos tiempos poco usada o simplemente desconocida, pero que hoy en día es
norma obligatoria en los vuelos comerciales. Arriba
de Roswell fuese un suceso OVNI. Toda la evidencia oficial indica que la fuente más
probable de los despojos rescatados del rancho Brazel corresponde a uno de los
trenes de globos del proyecto Mogul. "
La búsqueda de archivos por parte de la GAO desde Julio de 1947 hasta los años
50, incluyó al FBI, La CIA y al consejo de seguridad Nacional. Como también se
investigó a la Oficina de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca, al Ministerio de
Energía y al Ministerio de Defensa.
La Película de Santilli
1947.Arriba
El informe de un Patólogo
El 2 de Junio de 1995 el doctor C.M. Milroy. jefe del depto. de Patología Forense
de la Universidad de Sheffield, Inglaterra, firmó el siguiente informe :
"A requerimiento de Merlin Groupe ( empresa que encabeza Santilli ) he
revisado una película en la cúal se pretende mostrar el examen post mortem
de un ser extraterrestre. El cuerpo que se muestra era, en apariencia, el de un
ser humano y parecía pertenecer a una mujer, pero sin características
sexuales secundarías: no tenía senos y no se dístiguía vello púbico. Tenía el
abdomen distendido aunque no se trataba de un embarazo. Se veía una
profunda y extensa herida en el muslo derecho. El cuerpo fue abierto con una
íncisión en Y pero no se mostró el corte del bisturí en la piel. Se notaba una
cantidad inusual de sangre. El cuello parecía tener dos estructuras cilíndricas
en cada lado. Podrían haber sido músculos, pero eran extraños en apariencia
aunque no se mostraron de cerca. Se vieron el corazón y los pulmones. Se
apreciaron seis dedos en cada mano, al igual que en los pies. El cerebro no se
vio con claridad porque las tomas están fuera de foco pero igual no parecía
humano. El examen fue hecho por médicos, pero todo sugiere que no estuvo
a cargo de patólgos con experiencia sino de cirujanos." Arriba
A Favor y en Contra
"Aquí lo que se trataba no era de hacer una buena filmación, ni un buen trabajo: se
trataba únicamente de documentarlo en un film que nunca sería exhibido."
Con respecto a los detractores de la película los que aseguran que es falsa por
pequeños detalles como el reloj con que se toman las notas, o el cable enrollado
del teléfono del muro en las sala de operaciones Maussán afirma que se trata de
gente que no ha investigado el bien el caso, y que sólo se dedica a buscar detalles
que corroboren la falsedad de la grabación, agregando que el cable y el teléfono
fueron desarrollados en 1946, y hay museos de comunicaciones que que lo confirman
lo mismo que el bolígrafo que es de 1946, o sea un año antes de la autopsia, el reloj
de la General Electric es de 1942.
"Por Una razón tan subjetiva como un cable enrollado han desacreditado a la evidencia
más importante de toda la historia, Yo creo que es una gran irresponsabilidad de que
todos
aquellos que no han investigado hablen del tema: para hablar de cualquier cosa hay que
investigar, esa es la única forma".
El incidente Roswell
En 1947, Estados Unidos anunció el hallazgo de un platillo volador cerca de Roswell,
Nuevo México. Horas después lo desmintió. ¿Qué hay detrás de esta historia?
Entretanto nuevos hechos se suceden bajo secreto militar; horas mas tarde son
descubiertos mas restos de la nave y su tripulación, un funcionario federal y varios
civiles se convierten en incómodos testigos. Los nuevos escombros y los cadáveres son
llevados finalmente al Hospital Militar de Roswell y de ahi mas tarde por avión a la
Base de Forth Worth y luego a Dayton, Ohio para ser sometidos a exámenes que
eventualmente incluirían sus autopsias. En Roswell durante el depósito transitorio y
reconocimiento de los cadáveres otros civiles entre ellos un proveedor de servicios
fúnebres y una enfermera de la base han sido involuntarios testigos de los hechos y se
verán comprometidos por la inteligencia militar.
Décadas mas tarde el oficial de inteligencia Jesse Marcel, subordinado de Blanchard,
revelara la verdad de los hechos. Las noticias sobre el suceso son reproducidas por los
principales diarios del mundo.
El día 3 de julio , pocas horas antes de los sucesos de Roswell un avión C-54 del
Ejercito de los EE.UU. que ha partido en un vuelo nocturno desde las islas Bermudas
con destino a Miami desaparece sobre el océano. La amplia búsqueda que inician horas
más tarde unidades militares y guardacostas no arrojará resultados postivos y una
semana mas tarde la nave y su tripulación serán dadas por perdidas.
La historia del platillo accidentado habría permanecido ignorada de no haber sido por
una conversación casual entre el físico nuclear Stanton Friedman y el director de una
televisión de Luisiana. Un día de 1978, mientras esperaba para ser entrevistado acerca
de sus trabajos sobre ovnis, Friedman entabló conversación con el director de la
emisora, quien le dijo que debía hablar con un hombre llamado Jesse Marcel (Foto de la
Izquierda). "Cuando estuvo en el Ejército, Marcel llegó a tocar fragmentos de uno de
esos platillos voladores. Ahora vive en Houma, Luisiana."
Portada del Roswell Daily Record, con la primera información de captura de un ovni,
ofrecida por el Coronel William Blanchard de la base RAAF. Posteriormente se cambió
la versión por la de un globo metereológico.
Los restos estaban en un círculo de casi tres Km. de diámetro. Las autoridades
recuperaron todos los restos.
El ufólogo William Moore, que colaboraba con Friedman, obtuvo el relato de un testigo
que daba un marco temporal a los acontecimientos. En el primer número de Flying
Saucer Review, la presentadora de televisión Hughie Green declaraba que, cerca de
Filadelfia, escuchó en la radio del coche que el Ejército había recuperado un ovni. Trató
de averiguar algo más sobre el caso, pero no lo consiguió. Aunque no fuera mucho,
tenía una fecha: finales de junio o principios de julio de 1947 .
Haut, el oficial de prensa que había dado a conocer la historia, aún vivía en Roswell, y
gracias a su anuario se pudo localizar a otros testigos y obtener detalles del suceso. En
1986, Friedman y Moore ya habían entrevistado a 92 personas y publicado seis
artículos. Friedman convenció a los productores de Misterios Sin Resolver de la
conveniencia de emitir un reportaje sobre Roswell en su programa en la NBC-TV. En
agosto de 1989, mientras filmaban en Roswell, Friedman conoció a Glenn Dennis,
antiguo trabajador de la Funeraria Ballard, que prestaba sus servicios a la base aérea.
Por primera vez, Glenn mencionó las anomalías habidas en el hospital de la base en el
verano de 1947. No sólo fue consultado sobre la manera de tratar "cuerpos pequeños",
sino que fue expulsado por la fuerza del hospital en su siguiente visita.
Los titulares eran espectaculares: "La RAAF captura un platillo volador en un rancho de
Roswell", "El Ejército declara que ha encontrado un disco volador", "El Ejército
encuentra un platillo volador en un rancho de Nuevo México". El 8 de julio de 1947, el
oficial de prensa de la base de las Fuerzas Aéreas estadounidenses en Roswell (Roswell
Army Air Field, RAAF) había lanzado la noticia más importante del siglo.
Los titulares del día siguiente daban por zanjada la historia: "La noticia sobre los
platillos voladores pierde interés; el "disco" de Nuevo México es sólo un globo
meteorológico". Durante algunos días, en muchos periódicos aparecieron imágenes de
los supuestos restos, y luego cesó la información sobre el incidente durante treinta años.
La historia del platillo accidentado habría permanecido ignorada de no haber sido por
una conversación casual entre el físico nuclear Stanton Friedman y el director de una
televisión de Luisiana. Un día de 1978, mientras esperaba para ser entrevistado acerca
de sus trabajos sobre ovnis, Friedman entabló conversación con el director de la
emisora, quien le dijo que debía hablar con un hombre llamado Jesse Marcel. "Cuando
estuvo en el Ejército, Marcel llegó a tocar fragmentos de uno de esos platillos voladores.
Ahora vive en Houma, Luisiana."
Un Testigo Presencial
Al día siguiente, Friedman se puso en contacto con Jesse Marcel, oficial de información
de la RAAF cuando ocurrió el presunto accidente, cerca de Corona, a 120 km de
Roswell. Marcel dijo que se le ordenó recoger los restos y entregarlos en Wright Field
(Ohio), donde el Ejército almacenaba material capturado al enemigo. No recordaba las
fechas exactas.
Mientras esto sucedía, el oficial de prensa, Walter Haut, anunciaba oficialmente la
noticia, que sería desmentida ese mismo día afirmando que se trataba de un globo
meteorológico.
El ufólogo William Moore, que colaboraba con Friedman, obtuvo el relato de un testigo
que daba un marco temporal a los acontecimientos. En el primer número de Flying
Saucer Review, la presentadora de televisión Hughie Green declaraba que, cerca de
Filadelfia, escuchó en la radio del coche que el Ejército había recuperado un ovni. Trató
de averiguar algo más sobre el caso, pero no lo consiguió. Aunque no fuera mucho,
tenía una fecha: finales de junio o principios de julio de 1947.
Investigación en Profundidad
Moore encontró los periódicos del 8 de julio de 1947 que cubrían el suceso de Corona-
Roswell. En los artículos aparecían las fechas y los nombres del ranchero, el sheriff y el
personal de la RAAF. Friedman y Moore entrevistaron a 62 personas relacionadas con
el acontecimiento, entre ellas Bill Brazel (hijo del ranchero que halló los restos),
algunos vecinos -como Loretta Proctor- que incluso habían recogido piezas, y el hijo de
Jesse Marcel.
Haut, el oficial de prensa que había dado a conocer la historia, aún vivía en Roswell, y
gracias a su anuario se pudo localizar a otros testigos y obtener detalles del suceso. En
1986, Friedman y Moore ya habían entrevistado a 92 personas y publicado seis
artículos. Friedman convenció a los productores de Misterios Sin Resolver de la
conveniencia de emitir un reportaje sobre Roswell en su programa en la NBC-TV. En
agosto de 1989, mientras filmaban en Roswell, Friedman conoció a Glenn Dennis,
antiguo trabajador de la Funeraria Ballard, que prestaba sus servicios a la base aérea.
Base RAAF del 509, grupo de bombardeo, que en 1945 probó la primera bomba
atómica. Se dice que allí estuvieron los restos del ovni estrellado.
Por primera vez, Glenn mencionó las anomalías habidas en el hospital de la base en el
verano de 1947. No sólo fue consultado sobre la manera de tratar "cuerpos pequeños",
sino que fue expulsado por la fuerza del hospital en su siguiente visita.
¿Tenían cuerpos de extraterrestres hallados en el lugar del accidente? Dennis así lo cree.
Según dice, conoció a una enfermera de la base que le comentó que dos doctores habían
practicado la autopsia a unos cadáveres "muy malolientes". Según Dennis, esos cuerpos
tenían la piel gris-marronosa, cabezas grandes, hendiduras u orificios como nariz, orejas
y boca, cuatro finos dedos, sin pulgar, y carecían de pelo. Después de varios encuentros
con Dennis, la enfermera desapareció, en apariencia trasladada a Gran Bretaña, pero
cuando trató de ponerse en contacto con ella sus cartas le fueron devueltas con el sello
"Difunta".
Esa emisión de Misterios sin resolver en septiembre de 1989, fue todo un éxito: fue
vista por 28 millones de personas en EE UU. Le siguió una avalancha de libros,
programas de TV y ataques de detractores. Por entonces, los investigadores se habían
dividido en dos facciones: si bien ambas estaban de acuerdo en que se había estrellado
un ovni en el rancho Foster, una, en la que figuraba el propio Friedman, creía que había
ocurrido un segundo accidente, en San Agustín (Nuevo México).
¿Otro OVNI?
La teoría de un segundo accidente se basa sobre todo en los testimonios de dos testigos
clave. El primero, Gerald Anderson, se puso en contacto con Friedman después de ver
en 1990, la reposición del documental de Misterios sin resolver En aquella época, el
otro testigo, Grady Barnett, había relatado su historia a dos amigos que posteriormente
informaron a Friedman.
Los hechos de Corona gozan de una mayor credibilidad. En la obra de Friedman Crash
at Corona, escrita en colaboración con Don Berliner y publicada en 1992, se resuelven
algunas de las incógnitas de la historia. Ahora sólo queda por ver qué puede dar de sí la
desclasificación de la documentación oficial relativa al caso, ordenada en junio de 1997.
La historia del accidente de Roswell empezó el 2 de julio de 1947, cuando Mac Brazel
oyó una fuerte explosión en plena tormenta eléctrica.
A la mañana siguiente, Brazel, que era el administrador del rancho Foster, situado entre
Roswell y la ciudad de Corona, salió a inspeccionar una bomba de agua. Por el camino
descubrió una zona de un kilómetro de longitud sembrada de restos de un material que,
cuando se doblaba, se volvía a enderezar espontáneamente.
También había trozos de lo que más tarde se vino a llamar las "viguetas en I", que tenían
grabados unos extraños símbolos de color azul lavanda. Esas viguetas eran tan livianas
como la madera de balsa y no podían romperse ni quemarse.
El 6 de junio, Brazel volvió al lugar, cargó los restos que pudo en su vieja camioneta y
los entregó al sheriff de Roswell, quien a su vez los mostró al comandante Marcel. Éste
los examinó y comentó que eran de un material muy extraño y totalmente diferente a lo
que había visto.
El Hallazgo
Mientras tanto, el comandante Marcel recibió orden de embarcar los restos del presunto
platillo volador en un B-29 y trasladarse con ellos a Wright Field (actual base de
Wright-Patterson), en Ohio, haciendo escala en el cuartel general de la 8a. Fuerza Aérea,
en Fort Worth (Texas).
Mientras, en Washington, el jefe del Mando Aéreo Estratégico había tenido noticia del
caso y se había puesto en contacto con el jefe de Estado Mayor de Fort Worth, al que
encargó que inventase una historia alternativa y que dejase la gestión del incidente en
manos del general Roger Ramey, el jefe de esa base.
Cuando Marcel aterrizó en Fort Worth, Ramey le dijo que no comentase nada, que él se
hacía cargo del asunto. Irving Newton, el meteorólogo de la base, llevó al lugar de los
hechos unos trozos de un globo meteorológico y de un reflector de radar, hecho de hoja
de aluminio y varillas de madera. Marcel posó con esos restos falsos y se dijo a la
prensa que se había cometido un error, que no era un platillo volador, sino un reflector
de radar.
La nueva versión de la historia fue emitida a las 17 horas, demasiado tarde para los
periódicos, excepto para la última edición de Los Ángeles Herald Express. El subtítulo
decía "El general cree que se trata de los fragmentos de un radar meteorológico".
Hallazgo de Cuerpos
La limpieza del rancho Foster y de sus alrededores duró una semana, durante la cual se
prohibió a Marcel que hablase con nadie. La búsqueda de restos se amplió y, dos días
más tarde, se encontró el elemento principal del platillo volador y, a sólo 1.600 m de
éste, los cadáveres de unos extraterrestres.
según Ray Santilli, el productor musical que dice haber comprado la película al cámara,
varios militares reconocen en ese extraterrestre al que se recuperó del platillo
accidentado en Nuevo México. ¿Podrá esta película ayudar a esclarecer lo que sucedió
realmente en julio de 1947?
Caso Roswell
1ra Parte
En la noche del 2 de julio de 1947, una fuerte tormenta sacudió una zona situada a 120
km. al noroeste de Roswell, cerca del pueblo de Corona, en el estado de Nuevo México.
Para Mac Brazel, capataz del Foster Ranch, los ruidos que oyó esa noche tenían
mayores resonancias que los asociados con las tormentas usuales de la región. El día
siguiente, Brazel y un vecino emprendieron viaje a caballo para verificar cuál de sus
campos había recibido la lluvia, de modo que su ganado pudiera alimentarse en los
nuevos y verdosos pastos.
EL HALLAZGO
Apenas llegaron los militares examinaron las piezas que Brazel había traído y
procedieron a entrevistarlo. El personal militar que se presento estaba compuesto por el
Cnel. William Blanchard, el mayor Jesse Marcel y un agente de contraespionaje. Por
orden de Blanchard, tanto Marcel como el agente escoltaron a Brazel de regreso a la
hacienda. Entretanto el coronel Blanchard notificó al comando superior y envió las
muestras al aeropuerto militar de Fort Worth para su examen.
El lunes 7 de julio, Brazel y sus acompañantes fueron al lugar del accidente. El campo
de escombros, como lo describe el oficial de inteligencia aérea J. Marcel, tenía 1,2 km.
de largo y entre 60 y 90 m de ancho. “Nosotros procedimos a recoger las piezas.
Muchas de ellas tenían números y jeroglíficos, difíciles de leer. Nada del material estaba
quemado. Trate de quemar el metal pero era imposible encenderlo. Se parecía al papel
de estaño de un paquete de cigarrillos. Traté de hundirlo con un mazo de 16 libras y no
lo logré. El general Ramey me advirtió que debía guardar silencio acerca del choque”.
Los dos agentes de inteligencia pasaron el día recogiendo los escombros que podían
encontrar; cargaron todo en la parte trasera del jeep de Marcel y se lo llevaron a
Roswell. Temprano al día siguiente se envió guardias a toda la zona y mandó a bloquear
el acceso a la misma.
COMUNICADO DE PRENSA
EL ENCUBRIMIENTO
“A la mañana siguiente cuando recogí el periódico, ví que el gral. Ramey de Fort Worth
había retractado todo el incidente. Decía que se trataba de un globo meteorológico.
Luego averigüe que el capitán “Pappy” Henderson había trasladado algunos de los
materiales a Fort Wort. En 1950, el mayor Marcel me dijo que el material había llegado
a las oficinas de Ramey y desde allí había sido transferido. Un globo meteorológico fue
puesto en su lugar, Marcel me dijo que el material que él había traído no era el que
vieron los medios de comunicación.”
CADAVERES EXTRATERRESTRES
Desafortunadamente para los militares, Barney Barnett, ingeniero civil que trabajaba
para el gobierno federal, llegó de casualidad al lugar del accidente antes que las tropas.
No solo Barney penetró al lugar, sino también un grupo de estudiantes y arqueólogos.
Lo que ellos encontraron fue descrito en detalle por un amigo cercano de la familia
Barnett, Vern Maltais, a quien Barnett le había confiado la historia. Según el amigo de la
familia Barnett encontró un objeto metálico con forma de disco, de 7 a 9 metros de
largo. Cerca de ahí, el ingeniero civil advirtió algunos cadáveres. Los describió como
pequeños, tipo humanoide, de 1,2 m de alto con cabezas grandes y cuerpos delgados.
El 10 de julio, Mac fue llevado a la oficina del Daily Record de Roswell por Walt
Whitmore, el dueño de KGFL, donde concedió una entrevista cuyo contenido guardaba
poca similitud con su historia original:
“Brazel afirmó que el 14 de junio, él y su hijo de ocho años, Vernon, estaban a once o
doce kilómetros de la casa de la hacienda J.B. Foster, que él opera, cuando llegaron a
una zona cubierta de brillantes fragmentos formados por tiras de goma, papel plateado,
un papel grueso y varillas. En ese momento, Brazel estaba apurado por terminar su
ronda y no le prestó demasiada atención. Pero comentó en familia lo que había visto, y
el 4 de julio, su esposa, Vernon y su hija Betty, de 14 años, volvieron al lugar y
recogieron buena parte de los fragmentos.
”Al día siguiente escuchó hablar por primera vez de los platos voladores y se preguntó
si lo que había encontrado no podían ser restos de uno de ellos. El lunes fue al pueblo a
vender un poco de lana y, estando allí, visitó al sheriff George Wilcox y le dijo en tono
confidencial que tal vez había encontrado un ‘plato volador’. Wilcox se puso en
contacto con el campo de aviación Roswell. Entonces, el mayor Jesse A. Marcel y un
hombre vestido de civil lo acompañaron de vuelta a la hacienda, donde recogieron los
restantes fragmentos del ‘plato volador’ y fueron a su casa para tratar de reconstruirlo.
Testigos presenciales están de acuerdo en que Brazel “no parecía el mismo” en el diario
o cuando por el pueblo lo acompañaba personal militar. Pero aunque no fuera así, sus
palabras hubieran sorprendido bastante en Roswell, aunque no se publicaron en otra
parte. Mac deja en claro que conocía los globos meteorológicos y que ése no lo era: él
había visto los restos en la hacienda, mientras que el general Ramey y sus colegas no.
¿Quién estaba más calificado para describirlos e identificarlos? Brazel también dijo que
no había palabras escritas en ellos, pero los globos meteorológicos están bien marcados
con el nombre y dirección del dueño, de manera que al caer puedan ser devueltos a
cambio de una recompensa. Lo que sí dijo es que había letras en algunas de las partes,
las cuales, obviamente, no podían juntarse para formar ninguna palabra.
Contra la teoría de que los restos pertenecían a algún tipo de “globo”, está el hecho de
que estuvieran desparramados sobre una zona de más de 200 metros de diámetro. Un
globo lleno de helio no puede explotar y tampoco puede chocar contra el suelo,
esparciendo un montón de fragmentos. Y aun cuando fuera así, no hubiera habido
suficiente material como para atraer la atención una vez desparramado sobre un área del
tamaño de dos canchas de fútbol.
Y si esto no es suficiente para que resulte obvio que lo encontrado por Brazel no estaba
relacionado con el globo que describió, recordemos que mencionó “una gran zona de
brillantes fragmentos formados por tiras de goma, hojas de estaño, un papel grueso y
varillas”. Y si pudo juntar todo en un par de atados relativamente chicos, ¿por qué los
dos vehículos de Marcel y Cavitt sólo pudieron cargar una pequeña porción del total de
fragmentos encontrados? Gran parte del resto de la historia contada por Mac Brazel el
10 de julio está en total contradicción con lo que se había dicho antes y con lo que más
tarde pudo demostrarse bien: fechas, lugares y, por supuesto, la descripción de los
diversos tipos de fragmentos.
¿Vio Mac Brazel cuerpos de extraterrestres? Por cierto, él nunca afirmó haber visto
cuerpos, pero cierta evidencia circunstancial sugiere que probablemente vio por lo
menos uno, así como un montón de fragmentos. Si Mac no hubiera visto otra cosa que
el tipo de material recuperado en la hacienda por Marcel y Cavitt, prácticamente los
militares no hubieran tenido necesidad de tomar medidas tan extremas contra él. ¿Por
qué tenerlo con custodia por una semana y luego posiblemente sobornarlo para que no
dijera nada sobre asuntos aparentemente no tan graves? Ya había quedado registrado
que él había visto una gran cantidad de fragmentos y, mientras lo escoltaban los
soldados, concedió una entrevista periodística en la que afirmó claramente que los
restos no pertenecían a un globo meteorológico. ¿Por qué los militares le dieron un
tratamiento tan especial si todo lo que él sabía era ya de conocimiento público? Esa olla
ya se había destapado, de modo que no había una razón obvia para que Mac fuera
presionado hasta tal punto a fin de que cambiara su comportamiento.
Parece muy posible que lo hubieran llevado a sobrevolar la hacienda, que se extendía
muchos kilómetros, en una misión de reconocimiento, ya que conocía esa tierra mucho
mejor que los militares. De tal modo, pudo haber participado del descubrimiento de la
parte principal del aparato, que según rumores habría aterrizado a unos cuatro
kilómetros del campo donde estaban los fragmentos. Habría estado en un avión chico,
como el aparato militar de enlace, de cuatro plazas, Stinson L-5, capaz de operar por
encima de un terreno escabroso, y podría haber visto el plato volador en el suelo.
Brazel, un rudo cowboy a la antigua, murió en 1965 antes de que el mundo tuviera una
pista de que había poseído el secreto más emocionante de todos los tiempos. Según su
hijo, Bill Jr., Mac nunca sintió que hubiera hecho algo especial. Tropezó con el lugar,
vio un montón de material extraño y eventualmente se lo contó al gobierno. Con las
palabras de su hijo: “Mi padre encontró eso y me contó algunas cosas. No demasiado,
porque la Fuerza Aérea le pidió que jurara que no le daría los detalles a nadie. Se fue a
la tumba sin contárselo a nadie. Era un vaquero del Far West, y ellos no hablaban
mucho. Mi hermano y yo acabábamos de luchar en la Segunda Guerra Mundial, él en el
ejército, yo en la marina, y no es necesario decirlo: mi padre estaba orgulloso. Como me
dijo él: ‘Cuando ustedes entraron en servicio hicieron un juramento, y yo hice un
juramento de no hablar de este asunto’. La única cosa que nos dijo fue: ‘Bueno, hay un
montón de material, en parte hojas de estaño, en parte madera, y algunas de las maderas
tienen figuras japonesas o chinas’.”
Si eso fuera todo lo que Mac vio, ciertamente no hubiera sido necesario que el ejército
le hiciera jurar que no hablaría. ¿No debía hablar de cosas que ya eran de conocimiento
público?
UN CAPITÁN Y UN SARGENTO
Bill Jr. estaba viviendo y trabajando en Albuquerque, más de 120 kilómetros al noroeste
del Foster Ranch, pero regresó al enterarse de que su padre había sido llevado en
custodia por el ejército y que no había nadie para cuidar de la hacienda:
“Yo cabalgaba hasta allí (el campo donde se encontraron los restos) una o dos veces por
semana. Y cuando andaba por la zona, miraba. Así fue como encontré esos pedacitos.
No más de doce fragmentos, tal vez ocho pedazos diferentes, pero sólo de tres clases:
algo parecido a la madera balsa, algo al estilo del sedal de pesca de monofilamento, y un
pedacito de... No era una hoja de estaño, no era papel plateado; un fragmento del
tamaño de mi dedo. Una parte era como madera balsa: realmente liviana, de un color
neutro tirando a castaño. Por lo que recuerdo, no tenía veta alguna. No se podía romper,
aunque se doblaba un poco. No pude cortarla con mi cortaplumas. Tampoco pude
romper el ‘hilo’. Me llamó la atención la, digamos, ‘hoja de estaño’; la recogí y la puse
en el bolsillo de mi chaqueta. Pasados unos días, la puse en una cajita de cigarrillos.
Cuando la metí ahí, la bendita cosa empezó a desplegarse y... ¡se aplanó! Después se me
dio por jugar con ella. La doblaba, la arrugaba y, al soltarla, se desplegaba sola. Es muy
extraño. No la podía romper.
”Yo estaba en Corona, en el bar, en la sala de pool: se juega al dominó, ahí es donde
todo el mundo se junta. Y todos me hacían preguntas. Habían leído los diarios (esto fue
como un mes después del accidente), y yo les dije: ‘Recogí algunos pedacitos’. ‘¿Y qué
eran?’. ‘No sé’. Después, he aquí que se aparecen los militares (en la hacienda, uno o
dos días después). El oficial a cargo, que se llamaba Armstrong, era un tipo realmente
simpático. Trajo con él a un sargento (negro), también agradable. Creo que había otros
dos hombres de uniforme. Me dijeron: ‘Tenemos entendido que su padre encontró ese
globo meteorológico’. Les contesté que sí. ‘Y tenemos entendido que usted encontró
algunos pedacitos, ¿no?’. Les dije: ‘Sí, tengo una cajita de cigarrillos con algunos, en el
cobertizo de las monturas’. Y él (creo que era un capitán) me dijo: ‘Bueno, nos gustaría
llevárnoslos’. Contesté: ‘Está bien’, y él sonrió y dijo: ‘Su padre nos entregó el resto del
material y usted sabe... juró no hablar del asunto’. Luego me preguntó: ‘Bueno, ¿los
examinó?’. Yo respondí: ‘Sí, lo suficiente como para saber que... ¡no sé que diablos
son!’. Y él dijo: ‘Preferimos que no se hable más de esto’.”
Una vez más, el comportamiento de los militares contradijo las afirmaciones de que en
la hacienda de ovinos no había ocurrido nada de importancia. Una vez más, la
preocupación militar por la seguridad logró atraer la atención sobre algo que de otro
modo hubiera pasado inadvertido. Los recuerdos que tiene Bill Brazel Jr. de su limitada
participación en el incidente de Corona son claros y precisos. Aunque sentado
tranquilamente en su sencillo hogar parece un hombre poco interesado en lo que pase
más allá de su pintoresca tierra de origen, sus servicios en la marina y luego su empleo
en una firma de exploración geofísica lo llevaron dos veces alrededor del mundo. Sus
días de viajes y aventuras pueden haber quedado atrás, pero lo aprendido en esos años
no ha sido olvidado. Tampoco olvida la sorpresa que le causó el comportamiento de los
militares en aquel momento. Sólo alcanzó a ver unos pedacitos de los restos de lo que
cayó en la hacienda Foster, pero la actitud de los militares al intentar recuperarlos lo
convencieron de que lo que allí había caído no era un globo meteorológico.
Una ex vecina de Brazel, Manan Strickland, recordó en 1990 una visita que le hizo Mac
a ella y a su familia una o dos semanas después de que los militares lo liberaran de su
confinamiento. Mac, su esposo ya fallecido, Lyman, y varios de sus hijos estaban
sentados a la mesa mientras ella preparaba el café. “Y escuché parte de la conversación:
cuan desagradables eran los oficiales de la base aérea. Todo el vecindario estaba
escandalizado de que los militares trataran así a la gente, a personas que tenían buenas
intenciones. Aclaró que no podía referirse al material (que encontró en la hacienda). Él
era un hombre íntegro y se sintió insultado y manipulado sin respeto alguno. ¡Estaba
más que disgustado! Se encontraba muy tenso. Lo habían amenazado con que, si abría
la boca, lo iban a meter en la cárcel”.
La primera clave de que algo había ocurrido en la parte occidental de Nuevo México fue
proporcionada por Vern Maltais, a quien su amigo Grady Barney Barnett le describió la
sorprendente escena. Fue Maltais y su esposa Jean quienes primero mencionaron este
incidente a Stanton Friedman, después de una conferencia en Bemidji, Minnesota, en
1978. Según Maltais, Barnett estaba trabajando en el oeste de Nuevo México como
ingeniero de campo del U.S. Soil Conservation Service cuando descubrió “un gran
objeto metálico” clavado en el suelo, que era observado por un grupo de arqueólogos
reunidos a su alrededor.
Como recuerda Vern Maltais, Barnett “notó que miraban unos cadáveres que habían
caído al suelo, y que había otros en la máquina, que era una especie de instrumento
metálico de alguna clase, como un disco que parecía estar hecho de acero inoxidable y
se había abierto por una explosión o un impacto. Tenían un aspecto humano, pero no
eran humanos. Las cabezas eran redondas y los ojos muy pequeños, y no tenían pelo.
Los ojos estaban singularmente separados. Eran bastante chicos comparados con
nosotros y sus cabezas eran mayores, en proporción con sus cuerpos, que las nuestras.
Su ropa parecía ser de una pieza, de color gris. No se veían cierres, ni cinturones ni
botones. Parecían ser todos hombres, y había una buena cantidad”.
Esto es, por supuesto, sólo lo que recuerda Vern Maltais de lo que Barnett le contó
varios años antes. No son las palabras precisas que usó Barnett, porque éste murió en
1969, antes de que ninguno de los que entonces investigaban privadamente a los ovnis
se enterara de su participación en el hecho, antes de que nadie supiera que una astronave
se había accidentado en el oeste de Nuevo México, y antes de que nadie tomara
seriamente las historias de tales accidentes.
En el libro The Roswell Incident, y luego en UFO Crash at Roswell, se sugiere que lo
encontrado por Barnett era la parte principal del aparato cuyos fragmentos cayeron en la
hacienda Foster cerca de Corona, y no otro aparato accidentado bastante más al oeste.
En ausencia de un testimonio directo de Barnett, contamos únicamente con información
de segunda mano, pero todo parece indicar que el incidente de Corona no está
relacionado con éste.
James Fleck Danley, jefe de Barney, aclaró que el territorio de éste se extendía hacia el
oeste de su oficina en Socorro, no hacia el norte o el este. Un diario que guardó la mujer
de Barney, y que fue suministrado por su sobrina Alice Knight, demuestra que sus
trabajos de campo se realizaban al oeste, en las “tierras altas”, en pueblos como Datil y
Magdalena, y en haciendas de la zona de las Planicies de San Agustín. Todo esto queda
al oeste, lejos de Corona.
Un ex vecino, Harold Baca, respondiendo a una carta que hizo publicar Stanton
Friedman en el diario de Socorro, buscando gente que hubiera conocido a Barney, dijo
que éste le contó sobre el plato volador accidentado “allá en las Planicies”. Y un viejo
hacendado de la zona, el ya fallecido Marvin Ake, le dijo a Friedman que había oído
hablar de “un plato volador accidentado allá afuera, en las Planicies”. Una
administradora de correos retirada, residente en Datil, le habló a Friedman de un plato
volador accidentado “allá lejos, en las Planicies”, que había sido trasladado de noche a
través de Magdalena.
A pesar de los heroicos esfuerzos por encontrar otros testigos, durante una década
prácticamente no se supo nada más sobre el accidente de San Agustín. Luego, en
respuesta a la inmensamente popular emisión de tevé Unsolved Mysteries, en 1990,
sobre el accidente de Corona, un hombre llamado Gerald Jerry Anderson llamó al
productor para anunciarle que tenía más información que podía ser de su interés. El
mensaje les llegó también a Kevin Randle y Stanton Friedman, que habían trabajado
para la emisión y continuaban buscando otras pistas sobre el tema. Una discusión entre
Anderson y Randle puso fin a esta relación, pero el nuevo testigo se entendió mejor con
Friedman, que grabó una prolongada entrevista telefónica y comenzó una larga y
compleja serie de maniobras dirigidas a obtener una copia del diario íntimo que
supuestamente llevaba un tío de Anderson ya fallecido: Ted. A fines de 1990, Anderson
y los autores viajaron a Planicies de San Agustín para ver si Jerry podía revivir sus
experiencias de cuarenta y tres años atrás.
Llevado a la zona en helicóptero, Jerry saltó a tierra tan pronto como el aparato aterrizó,
corriendo de inmediato a lo que él pensaba que era el lugar donde había visto el ovni
accidentado y su tripulación de pequeños humanoides. La emoción, que no trató de
disimular, creó una atmósfera de autenticidad: guió a los otros a puntos significativos
del terreno, señalando, gesticulando y exclamando a medida que avanzaban. Todo
sugería que finalmente había retomado al lugar donde algo traumático le había ocurrido
a un chico de menos de seis años que ahora tenía una estatura de casi dos metros y 113
kilos de masa muscular, huesos, entrañas y cerebro en perfecto funcionamiento.
Las Planicies de San Agustín son una vasta zona llana en Nuevo México occidental, y
alguna vez fue un gran lago que suministraba agua a tribus prehistóricas, cuyos antiguos
artefactos son hoy estudiados por los arqueólogos. En el lado sudeste está Bat Cave,
famoso sitio donde se descubrieron granos de maíz cuya antigüedad se calculó en 4.500
años, y los restos de la más primitiva agricultura conocida en América del Norte. Las
Planicies están a unos 2.100 metros sobre el nivel del mar, rodeadas por los picos de
Tularosa, Black y Datil Mountains, que llegan a 2.900 metros de altura. El aire es seco y
claro.
En el extremo norte de las Planicies (en el lugar que los lugareños denominan “la
playa”) se erige un grupo de veintisiete grandes radiotelescopios orientables, de
veinticinco metros de diámetro, llamados Very Large Array. Se extienden veinte
kilómetros a lo largo de cada brazo de una Y griega, por lo que es el mayor complejo
radiotelescópico del mundo. Pero en 1947 no había radiotelescopios. Solamente
montañas, caminos mal trazados, la ocasional casa rústica de una hacienda, la chatura de
las Planicies y los picos rocosos. El Continental Divide, la espina dorsal de las
Montañas Rocallosas, corre hacia el oeste. Y menos de 160 kilómetros al este está
Trinity Site, donde se probó la primera bomba atómica del mundo en 1945. Las
Planicies tienen noventa y seis kilómetros de largo y entre dieciséis y veinticinco
kilómetros de ancho, y abundan las tradiciones, tanto antiguas como modernas.
Fue en este preciso lugar, y con la intención de buscar un tipo de roca llamada ágata
musgosa, adonde llegó el pequeño Gerald Jerry Anderson con su hermano mayor Glenn,
su tío Ted, su padre y su primo Victor, una calurosa mañana a comienzos de julio de
1947. Jerry y su familia acababan de mudarse a Albuquerque. A media mañana, después
de avanzar por una angosta ruta todo lo que el terreno les permitió, detuvieron el auto.
Caminaron entonces por el lecho seco de un arroyo. Los chicos corrían y saltaban
ansiosos de aventura, a pesar del opresivo calor. Llegaron al final de una corta hilera de
árboles que les habían bloqueado la vista hacia el oeste, y su mundo cambió para
siempre, como lo describió Jerry más de cuarenta años después.
Esto es lo que cuenta Gerald Jerry Anderson sobre aquella tórrida mañana del ’47 en
que jugaba a descubrir toda una mina de ágatas musgosas para volverse rico e irse a
vivir a un pueblo más fresco que ese odioso Albuquerque:
“Estábamos como a unos cien metros de un extraño objeto circular y plateado que
parecía haberse clavado en la tierra en ángulo, y a su alrededor ardían varios arbustos y
dos o tres árboles se veían como cortados en dos, con los troncos quemados en la parte
de arriba. ‘No sé si será un dirigible o qué, pero acá se estrelló alguna cosa’, dijo papá,
olvidándose del posible aerolito. Y ya estábamos a menos de veinte metros cuando mi
hermano Glenn gritó: ‘¡Es una nave espacial! ¡Son los marcianos!’. En ese mismo
instante, todos empezamos a correr y a dar vueltas alrededor del disco plateado,
hablando entre nosotros como si estuviéramos medio locos. Y de pronto yo sentí mucho
miedo, porque vi a tres criaturas tiradas en el suelo, justo al pie del plato volador. Otra
estaba al lado, como sentada, y al vernos se asustó. Dos de las que estaban tiradas,
directamente no se movían. Había vendas, y una criatura tenía el brazo vendado. Me
arrimé a otra de ellas y vi que tenía una venda en la cintura y otra más en el hombro. La
que estaba sentada se puso de pie y me pareció que estaba ayudando a las demás con
esas vendas. Una de las que estaba tirada justo al lado suyo respiraba con gran
dificultad, y era evidente que sentía mucho dolor. Las otras dos, como dije, estaban
inmóviles. En realidad, la única que se movía bien era la que al principio estaba sentada
y que ahora retrocedía como si ante nosotros sintiera pánico. Claro, mi familia y yo
emitíamos exclamaciones de sorpresa, y mi primo Victor era el más ruidoso: excitado,
temeroso y confundido, saltaba de un lado a otro y se metía en todas partes. Mi hermano
Glenn intentó sacarlo a los tirones de una rajadura que el disco tenía al medio, donde
Victor ya había introducido la cabeza y luego, dispuesto a entrar, metió una pierna
adentro mientras la otra colgaba afuera, quedando finalmente a caballito de la abertura.
Entonces Glenn le pidió que no entrara porque la nave podía explotar, pero al final imitó
a Victor, trepando a la rajadura y sentándose junto a él, con una pierna adentro y otra
afuera del increíble objeto. Y yo me quedé ahí, mirándolo todo sin saber qué hacer.
--
”Entretanto, papá y mi tío Ted se habían arrodillado junto a la única criatura que se veía
físicamente sana (Nota del Editor: el relato no aclara por qué estaba ahí el tal Ted,
aunque seguramente se tratara del padre de Victor, anfitrión de los Anderson, ni dónde
estaba la madre de Gerald, presumiblemente en casa de Ted con la esposa de éste,
preparando el almuerzo mientras los varones salían a pasear por el campo). Mi tío le
hablaba en castellano, pero la criatura no respondía y, cuando alguno de nosotros se
movía, parecía espantarse, porque retrocedía y levantaba sus manos al unísono, como
protegiéndose de cualquier daño que pudieran hacerle. Aunque su uniforme tenía un par
de roturas, se veía bien. Sus compañeras, en cambio, estaban muy malheridas y sus
uniformes completamente destrozados, como si fueran soldados que volvieran de una
terrible guerra. Y sin embargo no noté nada que se asemejara a la sangre. Lo que sí vi
fue una caja como de metal cerca de la criatura viva. Pienso que sería un botiquín de
emergencia, porque contenía las mismas vendas que cubrían los dos cuerpos inertes, que
no mostraban deformidades ni nada parecido.
”No sé cómo me dejaron, pero toqué uno de esos cuerpos: no se movió, estaba muy frío.
Y por la manera en que tenía los ojos, como mirando el vacío, me dio la impresión de
que estaba muerto. A su lado, la única criatura caída que aún respiraba, aunque muy
entrecortadamente, parecía tener mal una pierna, porque se le veía una fractura o algo
así. Me pregunté por qué la criatura que estaba sana no tapaba los cuerpos de sus
compañeras muertas, como en las películas. Hoy yo creo que nosotros tapamos a
nuestros muertos porque nos da miedo mirarlos, pero en aquel entonces pensé que esa
costumbre tenía sentido acá en la Tierra, pero quizá no en otro planeta. Y por un
momento pensé que eran muñecos, no extraterrestres. Había algo irreal en esas
criaturas, y no sólo en las muertas, sino también en la que caminaba asustada,
reaccionando mal ante nuestra presencia.
”También recuerdo haber apoyado una mano contra el disco volador: estaba muy frío,
como si fuera un refrigerador. Como estábamos en medio de un desierto y bajo un sol
ardiente, todo hacía suponer que el objeto debería estar caliente, pero no: estaba helado,
como si fuera invierno y uno tocara una superficie de metal. Otro raro detalle que
retengo es que las áreas del terreno circundante donde puse la mano también estaban
frías, mientras que más allá y a todo nuestro alrededor hacía muchísimo calor. Lo que
digo, en realidad, es que cerca del disco la temperatura era sensiblemente inferior.
”Pero yo no estaba lejos de la criatura viva, tal vez a un metro apenas, y nunca me
acerqué tanto como papá y mi tío, que seguían agachados frente a ella. De pronto, Ted
estiró un brazo y le palpó el hombro, como si tratara de consolarla, y esa ves la criatura
no retrocedió con temor, con las manos en alto, como antes. Miraba para todos lados y
también a cada uno de nosotros, simultáneamente, como tratando de observar y entender
a fondo la situación. Y quizá porque la comprendía es que estaba tan asustada. Se
comportaba y movía como si fuera un gato rodeado de chicos traviesos, y aun cuando
permanecía en calma era notorio que se sentía muy incómoda. A mí esa criatura me
miró varias veces.
”Después volví al otro lado del disco porque Glenn y mi primo seguían allí. En realidad,
quería saber qué hacía mi hermano, que ahora tenía las dos piernas adentro y estiraba la
cabeza para ver qué contenía ese vehículo. Metió tanto la cabeza adentro que se lastimó
la cara. Yo también pude ver las cosas que había adentro: parecían componentes
electrónicos, como de propulsión, qué sé yo. Estaban todos conectados entre sí por unos
cables que colgaban hacia afuera de la rajadura. Algunos de esos cables eran tan finos
que volaban al viento como si fueran crines de la cola de un caballo. Tenían luces por
todas partes, que titilaban y oscilaban, y cuando la brisa las movía parecían volverse de
fuego. Algunas eran rojas y muy luminosas, y otras blancuzcas pero de intensidad
fluctuante: por momentos difusas y por momentos brillantes. Adentro, en el centro de la
nave y como impresos contra un fondo marrón, había algo así como jeroglíficos de
color rosado. También había luces, unas de color verde y otras ámbar, que se apagaban y
encendían.
”Claro que yo nunca llegué a meter la cabeza a través de la abertura tanto como mi
hermano Glenn, porque él me dijo que adentro hacía mucho frío y que me bajara de ahí.
Pero recuerdo que la rajadura sería como de unos tres metros de largo, que iba desde la
parte más baja del disco hasta una especie de bóveda en la cima, y que tendría más o
menos de un metro de ancho. Su forma era elípticamente vertical, como un doble
paréntesis gigante, con la zona más amplía hacia el centro. Se veía como si algo hubiera
reventado en el interior, abriendo y doblando el metal exterior, y dejándole bordes muy
filosos. También sentí un olor muy fuerte, quizá similar al alcohol puro o algo así, lo
que motivó que mi padre le insistiera a mi hermano que dejara de fumar porque corría el
riesgo de provocar una explosión.
”En ese preciso instante apareció un grupo de cinco estudiantes universitarios con su
profesor, el doctor Buskirk. Su nombre lo he olvidado, pero no por qué estaban ellos
ahí: la noche anterior, a unos pocos kilómetros de allí, realizaban una excavación
arqueológica y de pronto vieron caer lo que creyeron un meteorito. Entonces se largaron
a inspeccionar la región y, al llegar, vieron exactamente lo mismo que mis familiares y
yo. Sus reacciones fueron muy similares: primero se sorprendieron y después entraron
en un estado de shock. Recuerdo que Buskirk le comentó a papá que él dominaba varios
idiomas y que trató de comunicarse con el extraterrestre hablándole en todos ellos,
aunque sin ningún éxito. Luego, el profesor intentó hacerse entender por gestos, pero
ese esfuerzo también resultó inútil.
En fin, todo hace suponer que este hombre era Barney Barnett.
“Entonces llegó el ejército. Quiero decir: llegó el ejército y empezó el terror. El que
daba las órdenes era un pelirrojo autoritario y de malos modales, acompañado por un
soldado negro que ejecutaba todo lo que su omnipotente superior le pedía. En cuestión
de minutos, aquello se convirtió en una auténtica invasión. Rodearon toda el área y nos
apartaron con las culatas de sus fusiles, ordenándonos a los gritos que no abriéramos la
boca. A papá le dijeron que si llegábamos a hablar sobre el disco o las criaturas nos iban
a buscar y enterrar vivos en el desierto. Y como papá tenía posibilidades de ingresar en
la Sandia Corporation, nos dijo que no quería malograr sus antecedentes y nos pidió que
les hiciéramos caso a los militares. Yo lo único que dije era que me moría de sed, pero
me negaron agua y me gritaron que me fuera de allí. Desde el auto, mientras nos
alejábamos, vimos a cientos de soldados a pie o en camiones, y también unos aviones
que habían aterrizado en la ruta, que ya estaba cerrada al tránsito.”
La mayoría de los detalles sobre el aterrizaje violento de un aparato desconocido en San
Agustín provienen de un hombre que sólo era un chico en el momento del incidente. Y
se ha acusado a Gerald Anderson de inventar la historia del accidente y los cuerpos. En
1991, el Fund for UFO Research pagó un examen poligráfico (el famoso “detector de
mentiras”) de Anderson. La American Polygraph Association recomendó a un experto
residente en la zona, un hombre llamado Robert Riggs, reputado profesional y ex policía
dedicado a los exámenes poligráficos durante más de diez años.
Primero, Riggs se reunió a solas con Anderson durante más de una hora para revisar la
historia y una enorme cantidad de datos. Una nueva reunión de más de dos horas se
dedicó al control de todos los aspectos del relato. Finalmente, conectó a Gerald al
detector de mentiras e hizo sus preguntas clave. Al finalizar esta sesión, Riggs informó a
Friedman no haber encontrado evidencia de engaño o psicopatología destacable, y que
Anderson tenía una memoria sobresaliente.
En el verano de 1947, Glenn Dennis era un joven empleado de una casa funeraria de
Roswell, Ballard Funeral Home, y contaba con la preparación técnica necesaria para
desempeñar sus funciones. Esta empresa tenía un contrato con el Roswell Army Air
Field (Campo Militar de Aviación Roswell) para suministrarle servicios mortuorios.
Dennis manejaba el coche fúnebre y la ambulancia, tanto en entierros civiles como
militares. En muchas ocasiones lo habían llamado para que ayudara a la recuperación de
los cuerpos en aviones militares accidentados y para preparar luego su embarque a la
base. Dennis estaba familiarizado con la base aérea y “podía ir donde quería”. Fue esta
facilidad de acceso a instalaciones de alta seguridad lo que le permitió ver y escuchar
más de lo que debía.
En agosto de 1989, Dennis fue entrevistado por Stanton Friedman en Lincoln, Nuevo
México, donde era gerente de un hotel turístico. Aunque la entrevista debió realizarse en
medio de la tumultuosa celebración del día de Billy the Kid, Dennis pudo de todos
modos transmitir la emoción que todavía le causaba su involuntaria participación en el
incidente de Corona. Más tarde, en otras entrevistas, agregó mayores detalles.
La fecha era 9 o 10 de julio de 1947. Glenn Dennis todavía no estaba enterado del
descubrimiento de extraños restos en la hacienda Foster y no había escuchado nada
sobre cuerpos de extraterrestres. Sí había recibido varios llamados telefónicos un poco
desconcertantes del oficial encargado de la morgue en Roswell, que era más un
administrador que un especialista técnico familiarizado con la manipulación de
cadáveres (humanos o no). El oficial quería saber sobre “ataúdes herméticamente
cerrados: ¿cuál es el más pequeño que se puede conseguir?”, según Dennis.
“Después quiso saber cuáles eran las soluciones químicas que estábamos usando para
las tinas y todo eso. Me preguntó sobre la composición química de la sangre, la
descomposición de los tejidos, y qué les pasaba a los tejidos cuando los cuerpos
quedaban al sol varios días. Esto es lo que resulta tan interesante. Vea, es por eso que
siento que había algo raro, porque no querían hacer nada que pudiera producir... un
desequilibrio. Todo el tiempo decían: ‘Muy bien, ¿qué es lo que esto puede hacerle al
sistema sanguíneo, a los tejidos?’. Después, cuando me informaron que los cuerpos
habían estado en el medio del campo, a mediados de julio, quiero decir que iban a estar
tan oscuros como su blazer azul, además de descompuestos, yo les sugerí que [usaran]
hielo seco... yo he hecho eso un par de veces.
”Hablé con ellos cuatro o cinco veces en la tarde. Volvían a llamarme haciéndome
diferentes preguntas con respecto al cuerpo. Lo que realmente querían saber era cómo
mover esos cuerpos. No me dieron ninguna pista de que tenían los cuerpos o dónde
estaban. Pero seguían hablando del tema, hasta que al fin les pregunté: ‘¿Qué aspecto
tienen los cadáveres?’. Me contestaron: ‘No sé, pero le digo algo: esto pasó hace un
tiempo’. Lo único que mencionaron es que habían estado expuestos a los elementos
durante varios días.
”Entiendo que esos cuerpos no estaban en el mismo lugar en que encontraron algunos
de los otros. Dijeron que los cuerpos no estaban en el vehículo mismo; los cuerpos
estaban separados de él por tres o cuatro kilómetros. Hablaron de tres cuerpos
diferentes: dos de ellos mutilados y el tercero en condiciones bastante buenas.”
Más tarde ese mismo día (alrededor de las 18 o 19 horas), Dennis llevó a un soldado
levemente herido en un accidente a la enfermería de la base, que estaba en el mismo
edificio que el hospital y la morgue. Acompañó al hombre al interior del hospital y
luego volvió a subir a la ambulancia y rodeó el edificio para ver a una linda enfermera
de la Fuerza Aérea que había conocido recientemente. Como de costumbre, estacionó
junto a la rampa, al lado de varias antiguas ambulancias militares cuadradas, reliquias
de la Segunda Guerra Mundial. Ahí fue cuando las cosas empezaron a ponerse espesas.
”Cuando entré al edificio, noté una actividad inusual. En la sala había ‘pájaros grandes’
(oficiales de alto rango que no reconoció, aunque estaba familiarizado con todo el
personal médico local) por todos lados. Estaban todos alterados. Empecé a caminar por
el corredor como lo hago habitualmente y había dado unos pocos pasos cuando me paró
un policía militar: quería saber quién diablos era yo, de dónde venía, qué estaba
haciendo ahí. Le expliqué quién era. Evidentemente, él tuvo la impresión de que me
habían llamado para algo. Como sea, me dejó pasar y yo seguí avanzando y fue
entonces cuando me encontré con la enfermera: ella participaba de la cosa, estaba de
guardia. Me dijo: ‘¿Cómo diablos entraste?’. Le contesté: ‘Como siempre’. Ella
exclamó: ‘¡Dios mío, te van a matar!’, y yo: ‘¡No me pararon!’.
”Me acerqué a la máquina de gaseosas para buscar unas bebidas y ahí fue cuando ese
coronel grandote, pelirrojo, aulló: ‘¡¿Pero qué está haciendo este hijo de puta aquí?!’.
Les hizo una seña a los PM y ¡ahí se armó! Los dos policías me agarraron de los brazos
y me llevaron derechito afuera, hasta la ambulancia. Yo no caminé, ¡me cargaron! ¡Y me
dijeron que me esfumara enseguida! (No sólo eso, sino que además, según Dennis, lo
siguieron hasta la funeraria). Unas dos o tres horas más tarde, me llamaron y me
dijeron: ‘Oiga, si abre la boca, ¡no cuenta el cuento!’. Yo simplemente me reí y les
contesté que se fueran al infierno!”
Eso fue lo último que escuchó Glenn Dennis de alguien en una posición oficial. No vio
a la enfermera hasta el día siguiente; ella parecía muy perturbada. “Me llamó por
teléfono y me dijo: ‘Si tenes tiempo, salí. Tengo que hablarte’.” Arreglaron para
encontrarse en el club de oficiales para almorzar y, al verla, Dennis pensó que ella
estaba al borde de una crisis nerviosa: ¡parecía tan cambiada! “Dios mío, no sé cómo
entraste allí”, le dijo la enfermera. “Es espantoso lo que está pasando. ¡No me creerías!”
Y Dennis explicó: “Ahí fue cuando ella me dijo que tenían unos cuerpos. Dijo que eran
tres cuerpos pequeños; dos estaban muy mutilados, pero había uno en condiciones
bastante buenas”.
LA VERSIÓN DE LA ENFERMERA
”Le pregunté si eran hombres o mujeres, si sus órganos sexuales eran como los nuestros.
Ella me dijo: ‘No, algunos no los tenían’. Lo primero que se descompone en un cadáver
es el cerebro, y después los órganos sexuales, especialmente en las mujeres. Pero pensó
que probablemente había sido algo... como que algunos animales... Porque algunos
cuerpos estaban muy mutilados.
”Ella dijo que habían sacado los cuerpos de esas cápsulas (las que él había visto en la
parte trasera de las ambulancias militares). No estaban en el sitio del accidente, sino a
dos o tres kilómetros de éste. Dijo que parecía como si tuvieran sus pequeñas cabinas
propias y que la porción inferior de los cuerpos, el abdomen y las piernas, estaba
aplastada, pero que la parte superior no estaba tan mal. Me dijo que la cabeza era más
grande, y que los ojos eran... diferentes.”
Se llama Stanton Friedman y es un afamado físico nuclear, pero todo el mundo lo llama
Mister Ovni. Su investigación sobre el film de la autopsia ET en una entrevista
exclusiva.
Friedman no sólo trabajó para General Electric, Westing-house, General Motors y otras
fábricas de sistemas de propulsión espacial, sino que dedicó más de veinte años al
estudio de los ovnis. Dio conferencias en más de seiscientas universidades, aparece en
congresos y programas de tevé especializados, es consultor gubernamental, autor de
cinco libros y productor de una docena de videos sobre el tema, y lanzó un CD-ROM
interactivo titulado Ovnis: la historia real.
Su título, Crash at Corona, ya vendió más de 120.000 ejemplares en los Estados Unidos,
éxito explicable por ser lo que los expertos denominan “el libro definitivo sobre
Roswell”. Friedman estudió el caso durante más de diez años y pasó largos períodos en
Nuevo México, rescató una docena de expedientes ultrasecretos públicos y privados,
entrevistó a más de cien testigos y familares, y llegó a una conclusión revolucionaria:
“La nave extraterrestre y sus ocupantes existieron, y el gobierno norteamericano ocultó
la verdad durante casi medio siglo”.
— Es prematuro dar una opinión categórica, pero sospecho que aquí hay gato
encerrado. Por lo pronto, ni yo ni nadie ha visto aún la película entera, que
supuestamente dura 91 minutos. La Merlin organizó una premiére en Londres, donde se
mostraron partes del filme, del que algunas revistas levantaron las fotos que hoy
circulan por el mundo. Curiosamente, a esa función privada fueron invitadas unas
sesenta personas, pero ningún experto o estudioso del caso Roswell. Ésas y otras
secuencias, generalmente separadas, desfilan ya internamente por algunas cadenas
televisivas europeas y americanas, que las están analizando. Además, quienes vieron
unos fragmentos no se les mostraron los otros y viceversa. Hay muchas cosas raras
aquí...
— ¿Qué paraguas?
— En el formulario que la empresa distribuyó por fax para comprar el video, por
ejemplo, aparecen tres advertencias. Una dice que aunque está comprobado que el
celuloide original fue fabricado en 1947, “hoy no podemos garantizar que el contenido
fue filmado el mismo año”. Otra establece que aunque los informes médicos sugieren
que “la criatura mostrada no es humana, esto no puede ser verificado”. La tercera está
dirigida a las estaciones televisivas, alertándolas de que el celuloide no tiene calidad de
transmisión. Además, la información que me proveyó Santilli sobre el cameraman y el
film es muy contradictoria...
—¿Por qué?
— Primero habló de quince rollos de diez minutos cada uno, luego de catorce rollos de
siete minutos, y al final de dieciséis rollos de tres minutos. Además, cuando le pregunté
el nombre del camarógrafo, se negó a dármelo alegando razones de seguridad: como el
cameraman filmó eso para el ejército y se guardó una copia sin autorización, no sabe si
tiene el derecho legal de vender o no el material. Y el tema de copia también me suena a
fantasía.
— Explíquese, Friedman.
EL CAMARÓGRAFO FANTASMA
— ¿Qué sabe del camarógrafo?
— Según Santilli, sus iniciales son J.C., tiene más de 80 años y no está bien de salud.
Primero me dijo que vivía en Cleveland, Ohio, y luego en Orlando, Florida. Y
últimamente leí en un medio británico que lo “mudaron” a Cincinatti, Ohio. Le insistí a
Santilli que me diera el nombre completo para chequear su presencia en el libro
Crossroads del ejército, donde figuran todos los funcionarios bajo control de seguridad
del Escuadrón 509, donde habría estado trabajando el camarógrafo, pero me dijo que era
imposible revelarlo.
— El hombre tenía voz de viejo. Interrumpía su dicción a cada rato con fuertes ataques
de tos y reconoció haber recibido 100.000 dólares de anticipo de la Merlin por los
derechos del filme. Insistió en que los había aceptado porque quería hacerle un regalo
de casamiento a su nieta, y se negó a recibirme en persona alegando motivos de salud y
de seguridad, ya que su abogado aún estaba estudiando los vericuetos legales sobre si
podían o no vender esa película.
— La verdad es que el tipo no me sonó creíble. Entre otras cosas muy dudosas, me dijo
que el superior que le había ordenado en Washington viajar a Dallas para filmar la
autopsia del extraterrestre era un tal general McMullan. Le pregunté el nombre de pila y
respondió que no se acordaba, le exigí la ortografía del apellido y no la sabía...
— Sí. Fue por casualidad. La Merlin rastreaba en los Estados Unidos filmes de viejos
rockeros como Bill Haley y Elvis Presley, y alguien les recomendó ese camarógrafo,
que en los años 50 había trabajado para la Universal News. Se entrevistaron con él y le
compraron parte de su stock rockero. Y en esa misma oportunidad, hace unos tres años,
el camarógrafo les preguntó si no estarían interesados en un filme de la autopsia de un
ET. Lo vieron y se entusiasmaron, claro. Luego Santilli se asoció con el sello
discográfico Polygram, que mandó al ejecutivo Gary Schöefield a entrevistar al
camarógrafo y a ver el filme. Schöefield salió convencido de que era genunio y
recomendó a Polygram que lo comprara. Después la Polygram se retiró del proyecto
porque no había pruebas científicas de autenticidad, y Santilli siguió adelante con otros
inversores.
— Según Santilli, sí. Alega que llamó a la Kodak y que le pidieron que les leyera los
códigos marcados en el original, tras lo que dedujeron que el celuloide podía ser de los
años 1927, 47 o 67. Santilli me dijo también que había sacado pedacitos del comienzo y
el final del celuloide original, y que análisis posteriores en Gran Bretaña concordaron
con la estimación de Kodak. Pero yo tomo con pinzas toda la información provista por
Santilli, ya que al menos lo pesqué en una gran mentira...
— ¿Cuál?
— Santilli me dijo que la mejor prueba de autenticidad del material era la presencia del
presidente americano Harry Truman en la autopsia, quien en ese momento estaba en
Dallas. Me pareció raro, pero preferí investigar el dato por mi cuenta. Me pasé dos días
en la Biblioteca Truman de Washington, donde me dieron el itinerario de todos sus
traslados afuera de la ciudad durante su presidencia, y no encontré ningún rastro de su
estadía en Dallas entre julio y septiembre del ‘47.
— ¿Le dijo esto a Santilli?
— ¡Claro! Y entonces él me dijo que en realidad la autopsia se había hecho en junio del
‘47, y que por eso yo no lo había encontrado en los registros de julio. Volví a chequearlo
y tampoco hallé nada sobre Truman, Dallas y junio... Cansado ya de tanta falsedad, le
exigí a Santilli presentar pruebas de todo lo que decía. Hasta llegué a repartir una hoja a
la entrada de la proyección del filme de la autopsia en Londres, donde lo desafiaba a un
debate público. Jamás me contestó y no supe más de él. Mis amigos me dicen que está
muy enojado conmigo por dudar de su seriedad. No es problema mío. Los científicos
tenemos la obligación de poner la verdad por encima de la autoridad y la
comercialización.
— ¿Cuáles son las pruebas que usted pedía para elucidar la autenticidad de la película?
— Jamás.
— Pasemos ahora a las imágenes de la película en sí. ¿En qué coinciden o difieren de lo
expresado por los testigos oculares?
— Según el testimonio de Gerald Anderson y otros testigos, los ET tenían cuatro dedos,
pero en la película aparecen con seis. Y las criaturas eran flacas, pequeñas y con cabeza
desproporcionadamente grande, mientras que las del filme lucen gordas y de cabeza
chica. Según la enfermera militar que asistió a la autopsia real y le contó los detalles al
funebrero Glenn Dennis, los antebrazos de las criaturas eran más largos que los brazos,
lo que difiere completamente del ser humano. En cambio, la película revela un
antebrazo en proporción con el brazo, como en los humanos. Además, la boca del filme
parece más grande que la que recordaron los testigos, y los ojos reales eran mucho más
grandes que los que vimos en escena. El ET del filme tiene nariz, mientras que los
testigos dicen que los reales apenas tenían dos orificios para respirar. Ah, y los símbolos
también son diferentes...
— ¿Qué símbolos?
— Nadie los vio, pero surgen de los dibujos del teniente coronel Jesse Marcel en estado
de hipnosis. Marcel fue el primer militar enviado por Washington en llegar a Corona,
donde días antes se había estrellado la nave extraterrestre. Marcel encontró allí unas
varas flexibles y livianas como la madera balsa, a las que trató infructuosamente de
doblar, quebrar y quemar, junto a una suerte de papel de aluminio que tampoco pudo
quemar, agujerear ni doblar aunque era extremadamente liviano y flexible. Ya retirado
del ejército y bajo hipnosis, Marcel dibujó los símbolos que vio en esas varas, que
describió de colores púrpura y azul. En base a esos dibujos, mandé fabricar réplicas de
las varas y las repartí entre lingüistas de todo el mundo, que llegaron separadamente a la
misma conclusión: ninguno de esos símbolos son de civilizaciones humanas antiguas o
modernas.
Esta es la conclusión central de Stanton Friedman tras ver un fragmento de 25 minutos
de la película que muestra la autopsia de un supuesto extraterrestre:
UN WATERGATE CÓSMICO
Así llama Friedman al encubrimiento gubernamental de los dos discos voladores caídos
en julio de 1947, y del hallazgo, traslado, autopsia y conservación en un lugar secreto de
los cuatro cuerpos ET recuperados.
— El gobierno posee un mínimo de 400 documentos sobre ovnis que se niega a entregar
alegando motivos de seguridad nacional. Lo curioso es que, forzado a mostrar algunos
de ellos por el Freedom of Information, que lo obliga a publicar documentos
confidenciales a los treinta años, éstos han sido entregados con tantas tachaduras que es
imposible leerlos. Y Roswell ya es el acabóse. Después que la base militar local emitió
un comunicado de prensa anunciando que el ejército había encontrado un plato volador
y navegantes ET, Washington hizo desaparecer las pruebas y anunció que era sólo “un
globo meteorológico”.
— Pero, ¿por qué el gobierno norteamericano quiere ocultar los ovnis y la vida
extraterrestre?
— Para “proteger” a los ciudadanos del pánico y el suicidio masivo, dicen. Pero ojo,
que cuando surja la verdad el pueblo dejará de confiar en sus gobernantes y ellos
sufrirán un efecto boomerang. No veo por qué los terrestres debamos enloquecer al
enterarnos de que existen los ET. La verdad siempre es mejor que la mentira para
enfrentar cualquier situación, por más extraña y compleja que ella sea.
Entretanto nuevos hechos se suceden bajo secreto militar; horas mas tarde son
descubiertos mas restos de la nave y su tripulación, un funcionario federal y varios
civiles se convierten en incómodos testigos. Los nuevos escombros y los cadáveres son
llevados finalmente al Hospital Militar de Roswell y de ahi mas tarde por avión a la
Base de Forth Worth y luego a Dayton, Ohio para ser sometidos a exámenes que
eventualmente incluirían sus autopsias. En Roswell durante el depósito transitorio y
reconocimiento de los cadáveres otros civiles entre ellos un proveedor de servicios
fúnebres y una enfermera de la base han sido involuntarios testigos de los hechos y se
verán comprometidos por la inteligencia militar.
Décadas mas tarde el oficial de inteligencia Jesse Marcel, subordinado de Blanchard,
revelara la verdad de los hechos. Las noticias sobre el suceso son reproducidas por los
principales diarios del mundo.
El día 3 de julio , pocas horas antes de los sucesos de Roswell un avión C-54 del
Ejercito de los EE.UU. que ha partido en un vuelo nocturno desde las islas Bermudas
con destino a Miami desaparece sobre el océano. La amplia búsqueda que inician horas
más tarde unidades militares y guardacostas no arrojará resultados postivos y una
semana mas tarde la nave y su tripulación serán dadas por perdidas.
La historia del platillo accidentado habría permanecido ignorada de no haber sido por
una conversación casual entre el físico nuclear Stanton Friedman y el director de una
televisión de Luisiana. Un día de 1978, mientras esperaba para ser entrevistado acerca
de sus trabajos sobre ovnis, Friedman entabló conversación con el director de la
emisora, quien le dijo que debía hablar con un hombre llamado Jesse Marcel (Foto de la
Izquierda). "Cuando estuvo en el Ejército, Marcel llegó a tocar fragmentos de uno de
esos platillos voladores. Ahora vive en Houma, Luisiana."
Portada del Roswell Daily Record, con la primera información de captura de un ovni,
ofrecida por el Coronel William Blanchard de la base RAAF. Posteriormente se cambió
la versión por la de un globo metereológico.
Los restos estaban en un círculo de casi tres Km. de diámetro. Las autoridades
recuperaron todos los restos.
El ufólogo William Moore, que colaboraba con Friedman, obtuvo el relato de un testigo
que daba un marco temporal a los acontecimientos. En el primer número de Flying
Saucer Review, la presentadora de televisión Hughie Green declaraba que, cerca de
Filadelfia, escuchó en la radio del coche que el Ejército había recuperado un ovni. Trató
de averiguar algo más sobre el caso, pero no lo consiguió. Aunque no fuera mucho,
tenía una fecha: finales de junio o principios de julio de 1947 .
Haut, el oficial de prensa que había dado a conocer la historia, aún vivía en Roswell, y
gracias a su anuario se pudo localizar a otros testigos y obtener detalles del suceso. En
1986, Friedman y Moore ya habían entrevistado a 92 personas y publicado seis
artículos. Friedman convenció a los productores de Misterios Sin Resolver de la
conveniencia de emitir un reportaje sobre Roswell en su programa en la NBC-TV. En
agosto de 1989, mientras filmaban en Roswell, Friedman conoció a Glenn Dennis,
antiguo trabajador de la Funeraria Ballard, que prestaba sus servicios a la base aérea.
Por primera vez, Glenn mencionó las anomalías habidas en el hospital de la base en el
verano de 1947. No sólo fue consultado sobre la manera de tratar "cuerpos pequeños",
sino que fue expulsado por la fuerza del hospital en su siguiente visita.
Había pasado más de medio siglo desde la última vez que vio aquellos símbolos tan
especiales. El Doctor Jesse A. Marcel, Jr. Era entonces un niño de once años. Una noche
de julio de 1947 su padre, el mayor Jesse A. Marcel, le despertó para mostrarle las
piezas de una extraña nave que se había estrellado cerca de Roswell.
Fue entonces cuando el pequeño Jesse descubrió entre las piezas aquellos símbolos que
se asemejaban a los jeroglíficos de los antiguos egipcios.
El trabajo de dos oficiales retirados de la Fuerza Aérea había posibilitado el milagro (ver
KARMA 7 nº295). George Filer (Mayor retirado de la USAF) y Ronald S.Regehr,
director asociado de la MUFON (Mutual UFO Network) e ingeniero espacial, habían
efectuado una ampliación digital de las fotografías efectuadas por James Bond Johnson,
el fotógrafo del Fort Worth Star-Telegram, en 1947.
Hace años que se rumoreaba que los restos repartidos por el suelo de la oficina del
General Ramey eran los restos reales del objeto y no de los de un globo sonda. Así lo
creía J.Antonio Huneeus, coordinador internacional de la MUFON al contárnoslo en
diciembre en 1991 a Javier Sierra y a mí en el transcurso de un viaje.
Igualmente, el general Dubose lo tenía muy claro cuando fue entrevistado por el
investigador norteamericano Jaime Shandera. Cuando le pidió que describiera los
detalles de la sesión fotográfica en la oficina de Ramey, Dubose realizó las siguientes
afirmaciones:
SHANDERA: "Hay dos investigadores (Don Schmitt y Kevin Randle) que están
diciendo que los restos de la oficina de Ramey habían sido cambiados y que sus
hombres (de usted) tenían allí un globo meteorológico."
SHANDERA: "Así que usted está diciendo que el material de la oficina del general
Ramey era de hecho los restos traidos de Roswell?"
SHANDERA: "Así que usted ni nadie más cambió el material para encubrir la historia.
"
DUBOSE: "Nunca cambiamos nada. Estábamos bajo las órdenes de Washington para
examinar aquel material. No hubiéramos cambiado nada. Nosotros éramos West
Pointers... nunca hubiéramos hecho eso."
SHANDERA: "Pero el general Ramey sacó un historia encubierta acerca de que era un
mecanismo meteorológico."
Las memorias de los testigos pueden débilmente abarcar algo más de medio siglo. Pero
ahora parece que el general de West Pointer Dubose recordaba con mucha precisión
aquel día de julio de 1947. Sin embargo, realzadas digitalmente, las ampliaciones de las
fotos tomadas por el reportero gráfico de 21 años aportan información incluso más
convincente. Los resto del accidente de Roswell fotografiados en la oficina de Ramey
son de hecho genuinos.
La confirmación sin embargo, llegaría mucho más tarde. James Bond Johnson declaró el
pasado mes de junio que mientras esperaba la llegada del general Ramey en su oficina,
el 8 de julio de 1947, advirtió la presencia de los restos que habían sido transportados
desde Roswell; "estaban todavía envueltos". ¿Fueron, por tanto, los verdaderos restos?
Todo indica que sí. "Justo uno de los paquetes –añade- estaba abierto parcialmente.
Algunos, todavía cerrados, estaban repartidos alrededor de la oficina.
Mientras el Coronel Dubose fue a buscar al general, me dejaron solo. Esto me dio la
oportunidad de desenvolver más y fotografiar alguna de las piezas de los restos.
Cuando fue interrogado Marcel, en 1979, describió las inusuales marcas en las viguetas
(en forma de I) como una especie de "escritura china... nada a lo que pudieras encontrar
un sentido". En su entrevista Marcel declaró que "ellos me tomaron una foto apoyado en
el suelo con algunos de los restos menos interesantes... piezas del material que
verdaderamente nosotros habíamos encontrado". Marcel dijo que los restos estaban
desparramados sobre una milla cuadrada de un rancho cercano a Roswell. "Era algo que
debió de haber explotado sobre la tierra y caído... se desparramó todo."
Ahora las superampliaciones obtenidas sobre los negativos originales de las fotografías
muestran claramente los extraños escombros metálicos tal y como fueron descritos por
los testigos. Las instantáneas estaban depositadas en la librería central de la Universidad
de Texas, en Arlington, en la sección de colecciones especiales.
RECUADRO 1:
ROSWELL: EL ENCUBRIMIENTO.
1 La versión mantenida hasta hoy dice que el Coronel William Blanckard anunció la
captura del objeto a través del Daily Roswell Record.
2 El general Ramey, tras conocer la noticia, urde una dramática trampa. Envía los restos
reales del OVNI a Wright Field para su estudio y ordena quemar un globo
meteorológico.
3 Los restos del globo son enviados al cuartel general de la 8ªFuerza Aérea en Fort
Worth y dispuesto en el despacho de Ramey para ser fotografiado.
4 Johnson fue seleccionado y enviado para tomar las instantáneas sin saber qué eran
aquellos restos.
5 Más tarde, aquel día, Ramey citó a un meteorólogo, el oficial Warrant Irving Newton
y le dio instrucciones para acordar que aquellos restos formaban parte de un globo.
RECUADRO 2:
Philip Mantle
PM: ¿Tiene usted alguna objeción a que se grabe esta conversación Keith?
KG: Ciertamente.
PM: OK. Ahora como yo dije en su primer e-mail usted me pidió que le diera a usted un
todo, lo cual yo hice, al tiempo que usted me contó que tenía información sobre la
película de Santilli. ¿Podría usted contarnos qué información tiene, por favor K?
KG: OK. Básicamente, yo tenía una asociación, yo tenía un colega, que tenía una
compañía audovisual, haciendo, al tiempo que ellos estaban haciendo muchos vídeo
karaoke par la tercera fiesta de los editores, y bandas sonoras para películas de niños y
esa clase de cosas. Yo realmente primero di con la compañía como programador de
juegos y de hecho los contraté para que me proveyeran de música para algunos
vídeojuegos en los que yo estaba trabajando.
PM: Sí.
KG: Yo estaba sentado en mi ofician en casa, navegando en Internet, y sin tener una real
o planeada razón, tecleé Roswell in Yahoo para realizar una búsqueda, justo para ver, tú
sabes, lo último, lo que la gente piensa sobre la película de Roswell. Y encontré una
página que era una página web, donde ellos estaban analizando el "tent footage". Ahora
yo me había dado cuenta que había, yo nunca había seguido de cerca la historia lo
suficiente para saber que había diferentes fragmentos de la película y diferentes piezas
de la llamada película de Roswell, y ellos tenían una especie de página web analizando
la película de Roswell y la secuencia de la tienda de campaña, y yo claramente
identifiqué ésta con el vídeo que había visto.
PM: Sí.
KG: En ese punto, yo pensé que debía informar a alguien sobre aquello, y justo encontré
unas cuantas claves envueltas en la investigación Roswell provenient4es del Reino
Unido y les envié e-mail.
KG: ---
PM: O es ---
KG: No, -
PM: ---
KG: -, de hecho significa A--- y K--- que son los nombres de los dos propietarios.
PM: Correcto.
KG: Y ellos cesaron la actividad comercial a principios de este año.
PM: Y es uno de los propietarios un tipo que responde al nombre de K--- B---.
PM: OK, cómo sabe usted sobre la película Roswell en sí misma y hace la conexión con
Santilli.
KG: Solamente desde el original de Channel 4 y las películas de las televisiones Fox, las
cuales yo vi, yo suelo viajar mucho a América y vi el programa de la Fox y la del
Channel 4. Y justo continué pero sin demasiado interés, yo no era lo que se podría decir
un ufólogo. Pero usted sabe, era algo que justo estaba allí y puedes comprobarlo ahora y
de nuevo y ver lo que seguía, pero obviamente en aquellos programas ellos entrevistan a
Santilli, era justo uno de aquellos nombres que cuando yo lo escuchaba, cuando yo
estaba en ---, era justo una de aquellas cosas que retorcía los timbres de las alarmas,
¿¿¿¿¿¿hang on, Ray’s in touch, Santilli, there’s a name I know.
PM: Hicieron sus colegas en ---- cuando usted estaba en su oficina y Santilli telefoneó,
le dieron a usted alguna información sobre sus tratos con Santilli y la venta de la
película a él o algo de esa naturaleza?
KG: Creo que la película fue hecha básicametne por otra compañía. Ellos estaban
haciendo un video llamado,..., algo a hacer con la web, "Beyond the Web"?
KG: Penetrating the Web. Fue la parte segunda o algo, y ellos estaban poniendo este
vídeo junto para ellos. Ellos, ahora esto es como yo lo entendí, ellos habían mostrado el
¿¿¿footage??? que habían hecho a Ray Santilli al cual propósito Ray Santilli (tried to
but it, acquire it, whatever). El resultado de esto fue ese "Penetrating the Web" que
nunca fue publicado en el Reino Unido, al tiempo fue hecho, y de hecho en la copia que
yo tenúia, adelantaba todo por un año o así, Ray Santilli había entonces usado esto
como parte de su colección Roswell y haía tenido sumas de dinero pasando por sus
manos para hacer que esto no fuera de hecho publicado como Penetrating The Web, en
su original horario de publicación.
KG: Yo no tenía ni idea de que había sido publicada aquí, yo sabía que lo había sido en
Italia.
PM: Él nos explicó que lo había comprado de una tercera fiesta???, pero no sabría
quien. Así usted está diciendo que --- lo hizo especialmete para B---B--- company.
KG: Sin embargo sucedió, pero creo que fue originalmente hecho por B--- B---, yo no
podría confirmarlo, pero esto es lo que yo creo.
KG: No puedo pensar en nada más que yo quisiera añadir, no puedo pensar en nada más
realmente.
PM: ¿Tiene todavía una copia del vídeo que le dieron?
PM: ¿Kiviat?
KG: Kiviat, sí, él tiene mi copia en este momento. Básicamente así él tuvo una copia de
primera generaci-ón y probarçia y conseguiría una clara imagen, ohj, yo digo una
priemra generación, una copia original y él puede intentar una película decente que
claramente muestre a Elliot.
PM: Sí. Sólo por la grabación, ¿se da cuenta usted de cómo Bob Kiviat se puso en
contacto con usted?
KG: Sí.
PM: Así una vez más usted entiende que esta conversación ha sido grabada.
KG: Sí.
PM: Y usted no tiene objección a que sea publicada por escrito o en Internet u otra
forma.
PM: Hay algún detalle de los que me ha explicado que desea que no se ha público, p. e.
el nombre de la compañía.
El único testigo vivo del caso Roswell se llama Gerald Anderson . Cuando se le realizó
la entrevista tenía 53 años. Vive en Springfield, Missouri, Estados UnidosDurante
cuarenta años se mantuvo en silencio por “miedo a las represalias” hasta que en 1989
decidió contar la increíble experiencia que había vivido junto a sus padres, su hermano,
su tío y su primo.
En 1947 Anderson vivía en Nuevo México , tenía apenas cinco años y medio , y lo que
protagonizó le provocó sorpresa y excitación.
El sol es un manto de fuego. El chico siente que el aire caliente le perfora la nariz y lo
sofoca. Detesta este clima, aunque sus padres le habían dicho que ya pronto se
acostumbraría. Hacía apenas un mes que su familia se había mudado a Alburquerque,
Nuevo México. El clima y el entorno social eran mejores en el norte, donde había
nacido y crecido, pero su papá era operador de maquinarias de precisión y soñaba con
trabajar en Sandia Corporation, la prestigiosa instalación militar y nuclear de Nuevo
México. Los ojos del chico ahora buscan sombra en algún lugar de la planicie, pero no
la encuentra.
Escucha decir a su padre que apenas son las once de la mañana, pero que el calor debe
andar ya por encima de los 45°. De pronto siente una sed irreprimible, pero decide
callar. Sabe que no habrá nada que tomar hasta llegar al rancho de unos conocidos de su
familia, que viven a treinta minutos en auto de allí. Primero intenta entrenerse tirándoles
piedritas a Glenn, su hermano mayor, o cruzando sonrisas de complicidad con su primo
Víctor, también mayor y más travieso que él. Después, se dedicó a lo que realmente
habían venido a hacer a ese remoto lugar llamado Planicies de San Agustín: buscar
atractivas piedras de colores que su hermano luego cambiaría por cigarrillos,
asegurándole una propina y a veces unas pitadas a él. De pronto, sus ojos quedaron
atrapados en un objeto que emitía reflejos de luz, como a unos 100 metros de donde
estaban.
Su papá y su hermano mayor también lo vieron, pero pensaron que provenía de alguna
botella rota de vidrio en la que se reflejaba el Sol. A medida que se acercaban al lugar, la
intensidad de la luz era mayor y ahora toda la familia se preguntaba qué era lo que
estaban viendo. Cuarenta metros mas adelante, Gerald (Jerry) Anderson, que entonces
tenia cinco años y medio, vió algo que alguna vez imaginó de forma similar en alguna
revista de historietas o de ciencia ficción: “Nunca supe si mi sorpresa fue mayor que mi
excitación (confiesa ahora sentado en el living de su casa en Springfield, estado de
Missouri). Lo único que sé es que esa experiencia cambió para siempre mi vida y mis
creencias”.
Hoy, a los 60 años, el recuerdo de Anderson de ese incidente está tan vivido como
cuando era chico. Por su vida ya pasaron muchas cosas, buenas y malas: vivió 18 años
contra su voluntad en Alburquerque, se mudó al norte, se casó y se divorció, fue sheriff
en un pequeño pueblo de Missouri, se volvió a casar. Ahora es director de seguridad en
la Universidad de Missouri, es un devoto de la iglesia Episcopal, y después de superar
un terrible bloqueo coronario que casi le produce un infarto, siente que “nació de
nuevo”. Solo que lo que vio en Planicies aquel día lo marcó para toda la vida. “Lo peor
es que no podía contarle a nadie mi experiencia ni tampoco olvidarla. La llevé toda la
vida simultáneamente como una cruz y un orgullo”, sigue.
Tiene sonrisa franca y mirada transparente. Cuando habla, su voz ronca, emitida desde
casi dos metros de estatura, infunde respeto y seguridad. Siempre tuvo claro que su
historia es única. Hoy, con su familiares de entonces y otos protagonistas del incidente,
ya fallecidos, Gerald Anderson se levanta como el único testigo vivo del caso Roswell.
Curiosamente, fue un accidente lo que motivó que su testimonio sea hoy conocido en
todo el mundo: en 1989, tras ver en televisión el programa "Misterios de lo
desconocido", dedicado al incidente Roswell, Anderson decidió llamar al número que
aparecía en pantalla, explicando quién era. Habían pasado poco menos de 45 años de
aquel episodio. “Me dí cuenta de que los protagonistas originales ya habían fallecido y
los otros testimonios eran de segunda o tercera mano (comenta). Supuse que mi aporte
podía ser muy útil para esclarecer la verdad”.
Anderson creyó que ya había llegado la hora de salir de la oscuridad y del silencio, de
desafiar las amenazas gubernamentales, de contar la experiencia tal cual la había vivido,
sin miedos, presiones ni tapujos. Su testimonio, que se trancribe a continuación, es
único y revelador. Un documento histórico.
“El primero que dijo algo fue mi primo Víctor. ‘Allí hay algo raro’. Estábamos como a
unos cien metros de un objeto plateado y circular que estaba como clavado en ángulo en
la tierra. Alrededor del objeto había vegetación quemada, algunos arbustos que todavía
ardían, dos o tres árboles que habían sido como cortados en dos, con el tronco
aparentemente quemado en la parte superior. ‘Aquí se estrelló algo -dijo papá- No sé si
es un dirigible o algo asi’. En esos momentos, ya estábamos como a unos veinte metros
del artefacto y allí fue cuando mi hermano gritó: ‘esto es una nave espacial... son
marcianos’, entonces empezábamos a enloquecer, caminando, hablando entre nosotros y
dando vueltas alrededor del disco. De pronto, sentí mucho miedo. Sobre todo cuando a
ví tres criaturas tendidas en el suelo, junto al disco volador. Otra estaba sentada. Dos de
los que estaban tirados, directamente no se movían. Tenían como una especie de
vendajes por todos lados y uno llevaba incluso su brazo cubierto con esas tiras que
parecían de tela. Me acerqué a uno de ellos, que tenía una venda a la altura de la cintura
y otra en el hombro.
El que estaba sentado se puso de pie y aparentemente estaba ayudando a los demás con
estas vendas que digo. Uno de los que estaba justo al lado suyo respiraba
entrecortadamente, de manera inusual. Era obvio que tenía mucho dolor. Los otros dos
permanecían inmóviles. El único que se movía, como dije antes, era el que al principio
estaba sentado, y al vernos se asustó. Comenzó a retroceder, presa del pánico. Al
principio mis familiares y yo solo emitíamos exclamaciones de sorpresa.
El más excitado era mi primo Víctor, que saltaba de un lado al otro, metiéndose por
todas partes, entre confundido y temeroso. Mi hermano Glenn estaba mirando el disco y
sacó del paso a Víctor, quien estaba metiendo la cabeza por la rajadura que la nave tenía
al medio, para sentarse sobre la misma, con una pierna adentro y otra afuera del plato
volador. Glenn le pidió que no se acercara tanto, no fuera cosa que el disco explotara.
Luego Glenn lo imitó a Víctor, subiéndose a la rajadura y sentándose al medio, con una
pierna afuera y otra dentro del objeto. Yo estaba allí, mirándolos.
Mientras tanto mi papá y Ted estaban arrodillados al lado de la criatura que estaba viva,
y Ted trataba de hablarle. La criatura no le respondía. Cuando alguien se movía, la
criatura se espantaba, retrocedía y levantaba sus manos al unísono, como temerosa de
que le hicieran daño. Parecía estar bien, aunque había un par de roturas en su uniforme.
En cambio, sus compañeros estaban visiblemente heridos, y sus uniformes estaban
destrozados. ¡Parecía que venían de una terrible guerra! Sin embargo, no ví nada que se
pareciera a sangre. Pero sí observé una caja de metal cerca de la criatura que estaba con
vida. Dentro de la misma, había ese tipo de tela para vendas, como la que cubría parte
de los cuerpos. Creo que era un botiquín de emergencias.
El que respiraba entrecortadamente parecía tener una pierna fracturada o algo así. Los
demás no mostraban deformidades o algo parecido. Toqué a una de las criaturas y no se
movió. Por la manera en que tenía los ojos, como mirando al vacío, me pareció que
estaba muerto. Recuerdo que cuando lo toqué estaba muy frío. Me pregunté por qué no
había tapado los cuerpos de sus compañeros. Yo creo que cubrimos a nuestros muertos
porque nos da miedo mirarlos. Pensé que esa costumbre tiene sentido aquí, en la Tierra,
pero quizás para ellos no.
En un momento pensé que eran muñecos. Había algo que no parecía real en ellos,
aunque uno se movía y reaccionaba. Recuerdo haber puesto mi mano contra el disco y
noté que su superficie estaba fría, como si adentro estuviera refrigerado. Como
estábamos bajo el Sol ardiente, en medio de un desierto, lo normal hubiese sido que el
aparato caído tuviese altas temperaturas, pero no.
El área adyacente adonde puse mi mano también estaba muy fría, comparada con otras
cercanas. En realidad, alrededor nuestro hacía mucho calor, pero cerca del disco estaba
muy frío”.
-Yo diría que poco menos de un metro. No me acerqué tanto como papá y mi tío. Ellos
estaban agachados a su lado. En un momento, mi tío Ted tocó al que estaba vivo en el
hombro, como tratando de consolarlo. A esa altura, la criatura ya no retrocedía con
temor, con las manos en alto, como antes.
-Porque mi hermano Glenn ya estaba allí, En realidad, quería saber que hacía mi
hermano, quien estaba metiendo la cabeza tan adentro que hasta se lastimó la cara.
También alcancé a ver lo que había adentro. Parecían como componentes electrónicos,
de propulsión o algo así . Estaban todos conectados entre si por cables muy delgados
que colgaban hacia afuera de la rajadura. Algunos de ellos volaban al viento como si
fueran colas de caballo, y tenían luces por todos lados, que también oscilaban y
titilaban. Cuando la brisa las movía, parecían ser de fuego.
En el centro de la nave había algo así como jeroglíficos de color rojo, aunque como
sellados sobre un fondo marrón. Algunas luces se apagaban y prendían, unas de color
verde y otras de ámbar.
-¿Eran del mismo color de las luces que colgaban fuera de la rajadura?
-Algunas eran de color rojo luminoso, otras brillantes pero más blancuzcas. Algunas,
sobre todo las rojas, eran muy brillantes y con intensidad fluctuante, a veces realmente
brillosas y otras difusas. Yo nunca llegué a meter tanto la cabeza dentro de la rajadura
como mi hermano Glenn, quien me dijo que hacía mucho frío allí.
-Yo diría que de unos tres metros. Comenzaba casi desde la parte más baja del disco e
iba casi hasta la cima de la bóveda superior. Estimo que debía tener alrededor de un
metro de ancho. La rajadura era elípticamente vertical, como un paréntesis gigantesco.
La parte más ancha parecía ser hacia el centro. Lucía como si algo adentro hubiera
explotado, abriéndola y doblando su material exterior, dejándole bordes muy filosos.
También había un olor muy fuerte, parecido quizás al alcohol o algo así. Esto fue lo que
motivó que mi padre le repitiera a mi hermano mayor que no fumara a riesgo de que
explotara todo.
-Llegó el ejército y empezó el terror. El que daba las órdenes era un pelirrojo de malos
modales, soberbio y omnipotente. Lo acompañaba un soldado negro que ejecutaba todo
lo que su superior le pedía. Rodearon todo, apartándonos con la culata de sus fusiles y
ordenando que no abriéramos la boca. En pocos minutos aquello parecía una invasión. A
papá le dijeron que si hablábamos ese episodio con alguien nos enterrarían vivos en el
desierto. Como papá estaba por entrar a trabajar en Sandia corporation, pidió que
hiciéramos caso: no quería ensuciar sus antecedentes. Yo dije que me moría de sed y me
negaron agua. Nunca lo voy a olvidar.
-Nos ordenaron: -“¡váyanse por allí, no miren para atrás y no abran la boca!”.- Mientras
nos íbamos en el auto, vimos cientos de soldados en camiones y a pie, y aviones que
habían aterrizado en la ruta.
-Únicamente con mi hermano y cuando estábamos solos. A veces, mientras jugaba con
mis amigos, también se me escapaba algo. Papá y tío Ted siempre mantuvieron silencio,
aunque me consta que cuando se retiró de Sandia, muchos años después del incidente,
mi padre se lo contó a un amigo.
-Por temor a las amenazas y a que si contaba algo me tomaran por loco. Pero cuando ví
en TV que otros testigos también habían salido al frente, opté por el mismo camino.
No busco fama ni dinero con todo esto. De hecho, después de mi problema coronario,
me mudé y solo unos pocos conocidos pueden ubicarme. A esta entrevista accedí porque
me lo pidió Staton Friedman, un investigador serio que respeto y admiro porque busca
la verdad.
-¡Por supuesto! Hay que mirar detenidamente el cielo de noche para darse cuenta de que
a la luz del Cosmos todo lo que parece crucial e importante en la Tierra, tiene menos
significado y dimensión que la que le damos los terrestres.
Curiosamente, Anderson jamás volvió al lugar de los hechos hasta 1990, o sea 43 años
después. Lo hizo como parte de una comitiva de investigación, financiada por el
empresario americano Robert Bigelow, junto al especialista Staton Friedman y el
psicólogo John Carpenter, quien había realizado ya varias sesiones de hipnosis
regresivas con Anderson.
Llegaron a las Planicies de San Agustín en helicóptero. “Anderson saltó tan pronto
como tocamos tierra y corrió hacia el lugar donde recordó haber visto el plato volador
incrustado y su tripulación de 4 ET (explica Friedman). Su excitación era inocultable y
creaba una atmósfera de autenticidad, mientras nos llevaba de un lado al otro,
señalando, gesticulando y repitiendo frases textuales de él y sus familiares aquel dia”.
Anderson recordó que en aquella época, en ese lugar solo había planicies, caminos de
barro, alguno que otro rancho rústico y un molino de viento. En 1990 todo estaba igual,
salvo el agregado, un tanto más al norte, de un grupo de 27 radiotelescopios llamados
The Very Large Array, que se extiende a lo largo de unos 20 kilómetros, configurándose
conjuntamente en un suerte de letra “Y”, seguramente el radiotelescopio más grande del
mundo. Después de observar las reacciones de Anderson en el lugar del hecho, el
psicólogo resumió: “No hay fundamentos para dudar de su honestidad ni de sus
motivaciones. Además, tanto en el relato que hizo in situ como en los previos que
realizó bajo hipnosis durante un año, no hay contradicciones. Estoy convencido de que
dice la verdad tal cual la vió y la vivió”.
Ante todo aquí os dejo un enlace con la explicación de la llamada Area 51 , centro de
mucho quebraderos de cabeza y “posible” cuna de la tecnología secreta de nuestro
mundo . Ya que es nombrada en el caso Roswell , tambien merece su propio
conocimiento debido a la cantidad de hisotorias que meran en ella.
Famosa Area 51
A comienzos julio del año 1947, un granjero de Nuevo México, Mack Brazel, mencionó
haber descubierto unos extraños restos dispersos por su rancho cerca de Corona, Nuevo
México.
Se dice que después de que el granjero informara al ayuntamiento, llegaron al lugar
algunos militares y recuperaron los restos llevandose estos a la base aérea del ejército en
Roswell; se dice que luego los restos fueron enviados a la base aérea de Wright, en
Dayton, Ohio, a los laboratorios de investigación aeronáuticos de la USAF.
Ufólogos han argumentado que una nave alienígena se estrelló cerca de Roswell y que
se recuperaron varios cadáveres de origen extraterrestre.
Moore y Friedman entrevistaron a Lydia Sleppy, que trabajó en una emisora de radio de
Albuquerque, Nuevo México, en 1947, y al comandante de la USAF Jesse A. Marcel, el
principal responsable de la fuerza aérea en Roswell en 1947. Sleppy denunció que el
FBI había censurado su noticia del “disco volador estrellado con unos cadáveres”
después de que un reportero de una radio de Roswell la hubiese llamado contando la
historia.
Le ordenaron enviar los restos recuperados a la base de Wright, haciendo escala en Fort
Worth, Texas, para ver al general de brigada Roger Ramey, el jefe de la 8º Fuerza Aérea
del ejército. Marcel añadió que la explicación del globo meteorológico fue inventada
luego por el general Ramey, y que era una tapadera.
Uno de los relatos más creíbles en cuanto al incidente Roswell provino del General
retirado la USAF Arthur Exon, tal como relató a los ufólogos Kevin Randle y Donald
Schmitt. En el año 1947, Exon fue trasladado a la base aérea de Wright-Patterson. Un
poco después de que salieran a la luz los datos sobre el incidente, Exon mencionó que el
material hallado había sido transportado a Wright-Patterson. Aunque era muy fino y
ligero, Exon mencionó que el metal no podía ser doblado, abollado o quemado. Exon
declaró rotundamente que “Roswell era la recuperación de un artefacto espacial”.
Para tener el acceso a información secreta del gobierno estadounidense, hay que tener
tanto la categoría apropiada para acceder a los documentos secretos como una necesidad
justificada de conocer la información.
Otro general retirado de la USAF que habló sobre Roswell era Thomas J. Dubose. En
1947 era coronel y jefe de personal del general Ramey. Tal acontecimiento implicó el
envío de los restos de Roswell a Washington D.C., haciendo escala en Fort Worth.
Dubose también confirmó las palabras del comandante Marcel de que la explicación del
globo meteorológico inventada por el general Ramey era una tapadera para esquivar a la
prensa.
Hay otros testimonios importantes en el caso Roswell. Como el del capitán Oliver
Henderson, un piloto de Roswell, habló a su familia y amigos del envío de los restos de
un platillo volador a la base de Wright y de los pequeños cuerpos hallados. Lewis
Rickett, miembro de la Inteligencia del ejército en la base de Roswell, confirmó que los
restos metálicos eran sumamente anómalos y que los militares participaron en una
operación secreta de recuperación en el rancho Brazel. Bill Brazel junior, el hijo de
Mack Brazel, afirmó la información del comandante por separado corroborando además
las explicaciones de Marcel sobre los restos extraños. Rickett y Brazel hijo describieron
un surco en el terreno debido a un impacto aéreo. Brazel hijo también mencionó que los
militares retuvieron a su padre en la base, afirmación corroborada por el comandante
Edwin Easley antes de que muriera. Cuando fue le preguntaron por los detalles del caso,
Easley mencionó que había jurado no hablar sobre lo que había pasado.
¿Por qué decidió la USAF añadir la ridiculizada “teoría de los maniquies” al primer
informe de Roswell? El informe inicial ignoró deliberadamente la cuestión de los
cuerpos, y hay especulaciones que la USAF trató entonces de volver con la explicación
de los cuerpos bajo la presión de Clinton. Se sabe que el presidente Bill Clinton tuvo un
gran interés por Roswell.
Otro episodio del caso Roswell ocurrió en 1995 cuando Ray Santilli, un productor
británico, hizo un vídeo que muestra la autopsia de uno de los “supuestos” alienígenas
hallados tras el incidente. Los escépticos argumentan que estas imágenes mostraban
procedimientos quirúrgicos poco convencionales por parte de los presuntos cirujanos, y
por esta razón -y muchas otras- la filmación se considera un fraude dentro y fuera de la
comunidad ufológica. Sin embargo, según los partidarios de la veracidad del video, no
habría pruebas para demostrar que estas imágenes sean totalmente falsas. La grabación
de la autopsia también tiene ciertos elementos que hacen posible que de verdad fuera
filmada en 1947. Generalmente, la película se considera o bien un fraude de Santilli, o
una verdadera filmación de 1947 que, por cualquier motivo, muestra la autopsia de un
maniquí de goma o quizá un pequeño cuerpo humano. En 2006 Santilli reconoció que
dicha filmación fue un fraude, por lo que fue llevado a juicio.
Con la presión de una investigación del Congreso sobre contabilidad, iniciada por el
miembro del Congreso de Nuevo México Steven Schiff, la Fuerza Aérea declaró en
1994 que el choque fue en realidad el de un globo espía perdido lanzado desde cerca de
Alamogordo, NM, y así el “caso Roswell” fue oficialmente cerrado.
Hipótesis escépticas
Pero si esto no era un platillo volante, ¿a qué se deben los informes iniciales hablando
de ovnis y el secretismo del gobierno? Aquí están algunas explicaciones propuestas por
el escéptico Karl T. Pflock en su libro Roswell: Inconvenient Facts and the Will to
Believe.
-El informe inicial del incidente fue en realidad un fraude creado por un oficial que
sufrió un ataque de orgullo y quiso crear a su manera una gran historia, que explicaría el
número creciente de avistamientos ovni.
-Que lo que se estrelló en el desierto era un globo con un sofisticado equipo, y este
globo era un proyecto secreto, concretamente el Proyecto Mogul.
-Varios años más tarde, un avión de abastecimiento se estrelló cerca de Roswell y los
cuerpos de la tripulación fueron recuperados. Pflock sugiere que este accidente se
mezcló con las informaciones posteriores en la imaginación de algunos testigos, de
modo que sirvió como base para las conspiraciones.
Teoría del Proyecto Mogul. Artículo principal: Proyecto Mogul
Casi todos los que niegan cualquier explicación ufológica creen en la segunda teoría,
según la cual los restos eran los de un globo de observación usado en el Proyecto
Mogul, una iniciativa de alto secreto para examinar la actividad nuclear de la Unión
Soviética. Algunos defensores de esta teoría dicen que los globos utilizados en el
Proyecto Mogul eran poco convencionales y podrían no haber vuelto a aparecer. Sin
embargo, eran globos normales a ojos de los observadores, y el proyecto en sí mismo
era tan secreto que era prácticamente desconocido fuera de las altas esferas de gobierno
de los EEUU.
La causa en contra, es el hecho de que sólo el objetivo del Proyecto Mogul estaba
clasificado, pero los componentes principales no lo estaban, eran en apariencia globos
meteorológicos normales y corrientes, con unos componentes que no hubiesen parecido
raros a nadie. Todo esto no coincide con las informaciones de restos extraños, muy
fuertes y además resistentes al calor relatadas por muchos testigos, como Marcel,
Rickett, Brazel jr. y Exon.
La información del Proyecto Mogul también afirman que los militares desconocían si
había más gente que pudiera haber tropezado con otros globos que se hubieran caído, ya
que los componentes no eran secretos y nada podría hacer pensar en un objetivo secreto
adicional de estos globos.
Informes desclasificados
Pese a que muchos ufólogos continúan afirmando hipótesis que conducen a que el
incidente Roswell implicaba a seres de otro mundo, recientes investigaciones coinciden
con una denuncia por parte de prisioneros de guerra japoneses, una historia macabra que
se ocultó por años.
Gracias a la publicación de material secreto sobre el uso que se daba a los prisioneros de
guerra, se añadió una nueva hipótesis para explicar el suceso, que de ser cierta revelaría
verdaderos horrores del incidente Roswell.
El incidente de Roswell no sería el único en este proyecto, pero fue el único que alcanzó
repercusión pública debido a la cantidad de testigos civiles.
El encubrimiento del incidente se llevó a cabo para no revelar los horrores de la post-
guerra al usar prisioneros de guerra para dichos experimentos, y al mismo tiempo la
necesidad de ocultar una nueva tecnología que permitía burlar radares convencionales
(Tecnología Stealth).
Cabe recordar el interés del caso por parte del entonces presidente Einsenhower, el cual
se presenta en la base aérea de Roswell poco después del incidente y al cual no se le
brinda ninguna información. Este hecho alimenta la teoría de la conspiración por parte
de militares para ocultar la verdad a los civiles.
Hay también especulaciones que afirman que el incidente Roswell fue la consecuencia
de un misil nuclear extraviado. En una versión de esta teoría, Marcel, un funcionario de
la inteligencia, era responsable del comunicado de prensa inicial que hablaba de que “un
platillo volante” había realizado un aterrizaje forzoso. Algunos han propuesto que
Marcel inventó la tapadera del accidente ovni, antes que admitir que el ejército había
perdido un arma nuclear.
Los hechos no apoyan esta teoría. No hay ningún accidente nuclear conocido a partir de
este período, a pesar de que unas cuantas docenas de este tipo de incidentes fueran
desclasificadas. Tampoco tiene ningún sentido que los militares fuesen completamente
inconscientes de perder un arma nuclear hasta que un granjero les avisara. Por otra
parte, en aquel entonces EEUU aún no tenía armas nucleares en su arsenal. debido a ello
muchos escépticos igualmente descartan esta teoría.
Más ocultamientos
Igualmente existen escépticos que han indicado que aunque no presentan una validez
real las supuestas pruebas directas sobre un ovni; sin embargo, tampoco se presentarían
muy sólidas las pruebas sobre el Proyecto Mogul y su relación con el incidente Roswell.
-Hace poco se intentó leer el texto de un trozo de papel que sostenía el general Ramey
en una foto tomada con el coronel Dubose y los restos de globo. Un investigador
llamado David Rudiak, así como algunos otros que examinaron el mensaje, han dicho
haber leído varias frases importantes, incluyendo algunas como “las víctimas de los
restos”, una referencia al objeto de choque como “el disco” (Rudiak cree que pone
“tripulantes del disco”). Este supuesto descubrimiento se cita como prueba de que el
incidente Roswell fue en realidad el aterrizaje de una nave espacial alienígena y que
unos cuerpos extraterrestres fueron recuperados. Rudiak también reclama haber refutado
las especulaciones hechas por algunos partidarios de la hipótesis del globo Mogul que el
viento habría hecho estrellarse exactamente en el rancho Brazel. Aunque también hay
que tener en consideración que otras personas no han mencionado haber podido leer
este texto.
-En 2002, el canal Sci-Fi financió una excavación en el rancho de Brazel con la
esperanza de encontrar cualquier resto oculto que los militares no recogieran. Aunque
estos resultados hasta ahora hayan sido infructuosos, el equipo arqueológico de la
Universidad de Nuevo México verificó una alteración del terreno reciente en el lugar
exacto donde algunos testigos afirmaron ver un surco largo debido a un impacto.
-En octubre de 2002 antes de la emisión de su documental sobre Roswell, el canal Sci-
Fi dio una rueda de prensa sobre ovnis en Washington. John Podesta, jefe de personal de
Clinton, se dio a conocer como miembro de la firma de relaciones públicas contratada
por Sci-Fi para intentar conseguir documentos sobre el asunto. Podesta indicó que “ya
es hora de que el gobierno desclasifique los documentos oficiales que tienen más de 25
años y así suministrar a los científicos los datos para determinar la verdadera naturaleza
de los fenómenos”.
-En febrero de 2005, el canal de televisión ABC emitió un especial ovni presentado por
Peter Jennings. Jennings habló del caso Roswell como “un mito sin una sola prueba”.
ABC usó la típica explicación de un globo Mogul accidentado. Sin embargo para los
partidarios de la hipótesis de la nave extraterrestre, el programa no consideró otras
muchas pruebas, como los testimonios de los generales Exon y Dubose o el astronauta
Edgar Mitchell.
El incidente Roswell.
En 2007 se cumplieron 60 años desde que comenzara la llamada moderna era OVNI. A
pesar del tiempo transcurrido desde entonces, el incidente Roswell, uno de los primeros
casos, sigue estando a la cabeza de los de mayor polémica. En este artículo se hace una
revisión del mismo, narrando desde sus orígenes hasta su estado en la actualidad.
1947
2 de julio.
Sobre las 21:50 horas, el Sr. y la Sra. Wilmot, que se hallan en ese momento en el
porche de su casa en la localidad de Roswell, observan un objeto luminoso de aspecto
oval que cruza el cielo a gran velocidad con dirección sureste-noroeste.
2 o 4 de julio.
A la mañana siguiente de haberse producido una gran tormenta eléctrica, en una fecha
sin determinar de primeros de julio, William "Mac" Brazel, el capataz del Rancho
Foster, situado cerca de Corona, encuentra numerosos restos metálicos esparcidos muy
cerca del rancho. Las piezas encontradas se pueden deformar, pero vuelven
inmediatamente a su posición inicial.
El dato inexacto de la fecha en la que Brazel halló los restos es debido a las
contradicciones de las informaciones que se dieron por aquel entonces, pues según el
comunicado emitido el día 8 de julio desde la Base de Roswell, "el objeto volador
aterrizó en una hacienda cerca de Roswell en algún momento de la semana pasada".
Pero por otro lado, unas informaciones del 9 de julio procedentes del diario Roswell
Daily Record apuntan al 14 de junio como la fecha en que Brazel encontró los restos.
En este punto, la gran mayoría de los investigadores se decantan por la primera opción.
5 de julio.
Por otra parte, un empleado de las Funerarias Ballard de Roswell, Glen Dennis, recibe
dos llamadas desde la Base de Roswell solicitando información sobre la disponibilidad
de ataúdes pequeños y los métodos a seguir para la conservación de cuerpos con alto
grado de quemaduras.
6 de julio.
William "Mac" Brazel acude a Roswell para informar de lo encontrado al sheriff George
Wilcox, quien avisa a la Base de Roswell, desde donde envían un oficial de inteligencia
llamado Jesse Marcel, que se persona en la comisaría para examinar los extraños restos.
Después, se une a ellos el oficial de contrainteligencia Sheridan Cavitt. Los dos oficiales
se dirigen junto a Brazel al Rancho Foster para recoger y examinar los restos que han
quedado esparcidos por el terreno. Debido a que empieza a anochecer, se alojan en casa
de Brazel y esperan a la mañana siguiente.
7 de julio.
Durante el rastreo por el rancho, los oficiales encuentran muchas más piezas. Algunas
de ellas tienen grabadas unos extraños símbolos. Recogen todos los restos y se retiran
cuando cae la noche. Jesse Marcel, de regreso a la Base de Roswell con los restos,
decide primero parar por su casa y enseña los restos a su mujer y a su hijo, quienes
observan también los extraños símbolos grabados. Debido a esto, el hijo de Jesse
Marcel se convertiría posteriormente en uno de los testigos más entrevistados por los
investigadores.
Esa misma tarde, comienza una aparente censura a los medios de comunicación en
relación al suceso. Así, la emisora KGFL graba una entrevista con Brazel, pero la
Comisión Federal de Comunicaciones amenaza a la emisora para que no emita la
entrevista. A la emisora KOAT le ocurre algo parecido cuando están transmitiendo el
télex que informa de las labores de recuperación de un platillo volante por parte del
ejército. En ese momento cesa la transmisión y se recibe en la emisora una impresión
que ordena que la noticia no sea transmitida.
Jesse Marcel posa con los restos del globo meteorológico en la base de Forth Worth
(Texas). (Fotografía: "Fort Worth Star Telegram")
9 de julio.
1978.
Los investigadores conocen el caso y comienzan a investigarlo. Lamentablemente,
muchos de los testigos principales han fallecido ya, incluyendo William "Mac" Brazel,
quien murió en 1963.
1994.
Febrero
Un congresista por Nuevo México, Steven Schiff, elabora un informe que cuenta con
grandes apoyos, además de con las firmas de una treintena de testigos, y logra que la
Oficina General de Contaduría inicie una auditoría para buscar en los archivos del
Departamento de Defensa cualquier nota relacionada con el caso Roswell y los posibles
accidentes de globos, aviones u otros artefactos por aquellas fechas de 1947.
1995.
Julio
La Oficina General de Contaduría, tras su búsqueda por los archivos, declara que todos
los documentos de la Base de Roswell datados entre 1945 y 1949 habían sido
destruidos.
1997.
La USAF (Fuerza Aérea de los Estados Unidos), por medio de una rueda de prensa del
Coronel John Haynes en el Pentágono, da a conocer la conclusión definitiva respecto al
caso Roswell en un informe de 231 páginas elaborado por el Capitán James McAndrew,
y titulado The Roswell Report: case closed. En él, se explica que los globos del
proyecto Mogul fueron confundidos con una nave por los testigos y que los seres que
mucha gente dijo haber visto en 1947 eran producto de una confusión de memoria, pues
realmente correspondían a recuerdos de unos maniquíes de prueba que la USAF utilizó
para unas pruebas aéreas realizadas entre los años 1953 y 1959. Dichos maniquíes o
dummies eran lanzados desde globos para probar los saltos con paracaídas a grandes
alturas. Esto, sumado al recuerdo de las víctimas y heridos de unos accidentes aéreos
ocurridos en Roswell en 1956 y 1959, era, según la USAF, lo que había ocasionado esa
mezcla de falsos recuerdos a los testigos.
2001.
Salen a la luz los análisis realizados por el investigador David Rudiak de una serie de
fotografías tomadas el 8 de julio de 1947 en Forth Worth (Texas), en las que aparece el
General Roger Ramey junto al Coronel Thomas Dubose mostrando los restos del globo
meteorológico. En las fotografías, el General sostiene un papel que ha podido ser
ampliado gracias a las modernas técnicas informáticas pudiéndose leer frases como
"víctimas del accidente enviadas a Forth Worth", y "en el disco que pilotaban".
Roger Ramey sostiene el polémico papel (señalado con la flecha). Junto a él aparece el
Coronel Thomas Dubose. (Fotografía: James Bond Johnson para "Fort Worth Star
Telegram")
El testimonio del Sr. y la Sra. Wilmot, quienes observaron desde Roswell un objeto
luminoso cruzar el cielo el 2 de julio, y que fue relacionado por el Roswell Daily
Record con el accidente del aparato y sus supuestos ocupantes, realmente no puede
asociarse con seguridad con dicho accidente, ante la falta de más testigos que hubieran
observado cómo el aparato se estrellaba, algo que no vieron los Sres. Wilmot, quienes
sólo dijeron que el objeto desapareció hacia el noroeste.
Sin embargo, muchos aseguran que Jesse Marcel no tiene credibilidad, en base a las
investigaciones de Robert Todd, quien tras su búsqueda por los archivos concluyó que
Marcel mintió en ciertos aspectos sobre sus logros profesionales, como sus horas de
vuelo, o las Medalla Aéreas, datos que exageró y falsificó, lo que indicaría la tendencia
a la mentira y exageración del oficial. Algo similar ocurre con Glen Dennis, el empleado
de las Funerarias Ballard. Éste afirmó que una amiga suya, enfermera en aquella época
en la Base de Roswell, vio los cadáveres de los supuestos extraterrestres. Tras la
búsqueda por parte de los investigadores de informaciones sobre dicha enfermera, ésta
parece no haber existido nunca.
Algunos investigadores, como Stanton Friedman y Don Berliner, creen que los OVNIs
estrellados en julio de 1947 pudieron ser en realidad dos; uno cerca de Roswell y otro en
los Llanos de San Agustín, a 240 kilómetros al oeste del Rancho Foster. Para plantear
esta posibilidad, se basan en las informaciones aportadas por el matrimonio Maltais,
quienes aseguran que su amigo Grady "Barney" Barnett, un ingeniero de caminos ya
fallecido, observó a comienzos de julio de 1947 un disco estrellado y varios cadáveres
pertenecientes a extraños seres en los Llanos de San Agustín, cerca de Socorro.
Seguidamente, según les narró Barnett a los Maltais, llegó el personal del ejército, que
les ordenó abandonar la zona a los presentes y guardar silencio. En la historia de Barnett
también aparece el equipo de arqueólogos, a pesar de tratarse de otro lugar situado a
varias decenas de kilómetros al oeste del que señalan el grueso de los testigos. Debido a
esta aparente contradicción, las versiones publicadas respecto al caso Roswell son
diferentes, siendo mayoría las que exponen que el objeto, tras dejar los fragmentos
menores en el Rancho Foster, se estrelló a unos 55 Km. al norte de Roswell. Por contra,
otras publicaciones escogen el lugar señalado por Barnett como punto del accidente
principal, a pesar de la gran cantidad de testigos que lo sitúan más cerca de Roswell. Por
su parte, el periodista español Javier Sierra apunta la posibilidad de que Barnett pudiera
haber escuchado la historia del accidente de Roswell y haberla contado como una
vivencia propia cambiando el lugar de los hechos.
Investigaciones.
Hipótesis y conclusión.
La versión de los globos del proyecto Mogul y los maniquíes parece no sostenerse ante
varios hechos. Por un lado, resulta muy poco creíble que nadie de la Base de Roswell
reconociera a primera vista el material de unos globos. En cuanto a los maniquíes y
cadáveres, los análisis de las mencionadas fotografías en las que Ramey sostiene el
papel que ha sido ampliado también desechan en gran medida la hipótesis. Y es que, el
descubrimiento acerca de dicho papel en el que se habla de "víctimas del accidente"
demuestra que algo se ocultó realmente en julio de 1947 por parte de la USAF, ya que
según ésta, las víctimas aéreas de la zona que contribuyeron a ocasionar los falsos
recuerdos en los testigos eran de la década de los cincuenta, mientras que está fuera de
toda duda que las fotografías que han sido analizadas datan del 8 de julio de 1947.
Además, es sorprendente que ninguno de los testigos hubiera conservado correctamente
esos recuerdos sobre maniquíes y heridos ocurridos en los años cincuenta, en vez de
hablar de cadáveres extraños de 1947. En conclusión, y tal como han señalado algunos
testigos de Roswell, el año 1947, por lo que significó en la localidad por todo este tema,
hubiera sido imposible de confundir con sucesos ocurridos varios años después.
Varios maniquíes o dummies.
Existe una interesante hipótesis, difundida por el investigador español Francisco Máñez,
que alude a la posibilidad de que aquellos cadáveres fueran en realidad niños usados en
experimentos secretos. Esta versión resulta verdaderamente escalofriante, aunque
ignora, entre otras muchas cosas, que los testigos afirmaron que los seres tenían cuatro
dedos, y que en la llamada realizada a Glen Dennis (si se ha de creer a éste) desde la
Base de Roswell, se le solicitaba información sobre procedimientos para conservar
cuerpos con altos grados de quemaduras, algo que pone de manifiesto la importancia de
aquellos cadáveres, pues si hubiesen sido cobayas humanos, lo lógico es que se
hubiesen desecho de ellos sin necesidad de conservarlos. Además, y en referencia al
objeto accidentado en sí, Máñez también propone la posibilidad de que hubiera sido un
Fugo japonés, explicando así que los símbolos vistos por los testigos en los fragmentos
hallados serían japoneses. Esta última hipótesis explicaría la ocultación llevada a cabo
por el ejército norteamericano, pues detrás del secreto se hallarían las
experimentaciones llevadas a cabo por la Unidad 731, un grupo japonés que realizó
experimentos utilizando a humanos como cobayas durante la II Guerra Mundial, y que
habrían sido perdonados y ocultados en los Estados Unidos a cambio de sus
conocimientos. Así, ésta sería la terrible verdad que se habría tratado de ocultar. Otros
ufólogos como Milton W. Hourcade también apoyan la presencia japonesa en el caso
Roswell, alegando que los cadáveres vistos por los testigos podían pertenecer a
japoneses inmersos de alguna manera en los posibles experimentos.
Lo que parece claro ante las distintas informaciones procedentes de los testigos, es que
el cuerpo mayor del aparato cayó a unos 55 Km. al norte de Roswell (o en los Llanos de
San Agustín según algunos investigadores), y que la piezas halladas en el Rancho Foster
podían ser restos desprendidos por el aparato mucho antes del accidente. Además, a
pesar de que la reconstrucción cronológica de los hechos es muy confusa, todos los
indicios parecen indicar que el ejército halló el objeto mayor antes de que Brazel
acudiera con los restos a la oficina del sheriff. Ante este dato, la primera explicación
oficial que hablaba de la recuperación de un platillo volante, según numerosos ufólogos,
podría haber sido emitida con órdenes de centrar la atención en los restos del rancho,
para así poder llevar con secreto las maniobras de recuperación que se estarían
ejecutando en torno al objeto. Aunque esto no deja de ser una elucubración más para
tratar de explicar la incomprensible reacción del personal de la Base de Roswell.
Como conclusión, y a la vista de todos los testigos que los investigadores han podido
entrevistar, de los cuales muchos vieron los cadáveres, y después de que al gobierno
estadounidense se le haya ido la mano con tanta explicación (no hay que olvidar que los
primeros en aceptar la versión del "platillo volante" fueron los propios militares), sólo
dos posibilidades parecen ser las correctas ante los indicios de que realmente existieron
víctimas en 1947: que lo caído en julio de 1947 fue un auténtico OVNI, o que la causa
fue debida a otro gran secreto militar todavía no revelado, como apuntan investigadores
como Hourcade o Máñez.
Bibliografía.
Berlitz, Charles & Moore, William L. El incidente. Plaza & Janés, Barcelona, 1981.
Friedman, Stanton & Berliner, Don. Crash at Corona. Paragon House, Nueva York,
1992.
Hourcade, Milton W. OVNIs: la agenda secreta. Fundación Anomalía, Santander, 2006.
Máñez, Francisco. El informe Northrop. Aeronaves terrestres tomadas por
extraterrestres. Telegrama, Valencia, 1997.
McAndrew, James. The Roswell Report: case closed. U.S. Air Force, Washington, D.C.,
1997.
Randle, Kevin & Schmitt, Don. UFO crash at Roswell. Avon Books, Nueva York, 1991.
Randle, Kevin & Schmitt, Don. The truth about the UFO crash at Roswell. M. Evans &
Company, 1994.
Rudiak, David. Roswell Proof. Wath really happened. http://www.roswellproof.com/
Sierra, Javier. Roswell, secreto de estado. Edaf, Madrid, 1995.
Weaver, Richard L. & McAndrew, James. The Roswell Report: Fact versus fiction in the
New Mexico Desert. U.S. Air Force, Washington, D.C., 1995.
ROSWELL,ENCUBRIMIENTO Y CONSPIRACION :
¿CONSPIRACIÓN?
Pero sin duda, lo que más llamó la atención en el mundo fue el famoso caso de
Roswell, en Nuevo México. En la primera semana de julio de 1947, un hecho relevante
cambió la forma de ser y de pensar de mucha gente. Los restos aparentemente metálicos
de un objeto volador habían sido hallados en un campo. Todo hacía pensar en un OVNI
estrellado. Los restos habían sido descubiertos por el granjero W. W. Brazel, quien
afirmó haber visto un gran resplandor seguido del sonido como el de una explosión,
detrás de una colina. Y un hecho inusual que le llamó poderosamente la atención era que
su ganado se resistía a cruzar por esa zona.
El mayor del ejército Jess Marcel había sido designado por jefes de la base aérea de
Roswell para ir al lugar del incidente y verificar los comentarios. Marcel se encuentra
con un campo literalmente sembrado de restos de material como si fueran trozos de
papel metalizado. Una vez hecho el relevamiento se retira llevando consigo algunas
muestras, las que son presentadas ante las autoridades militares. El material tiene la
particularidad de volver a su estado original después de haberlo doblado en varias
secciones, comentan, no pudiéndose aseverar la procedencia ni composición química
del mismo. Además de los restos, fue encontrado, según oficiales del ejército que
sobrevolaban la zona, un objeto metálico en forma de disco, el cual se había estrellado
en una colina cercana al campo de Brezel. Según los testimonios, a un lado se
encontraban cinco pequeños cuerpos, como si se tratase de niños.
Después de hacerce público el hecho, el gobierno intentó por todos los medios posibles
de desmentir todo, asegurando que los restos no eran de una OVNI sino de un globo
meteorológico. Marcel fue obligado a posar ante las cámaras fotográficas de los
periodistas y a declarar que los restos eran de un globo. Hasta el mismo granjero
desmintió los hechos, posiblemente tras haber recibido una suma de dinero por parte del
Gobierno.
Jess Marcel, en total secreto continuó tratando de esclarecer este hecho, aunque su vida
corriera peligro, pues bien sabía que no eran de un globo los restos, sino de una "nave
espacial extraterrestre".
Jess Marcel murió en 1986 tras una larga enfermedad, pero su tarea no fue en vano;
gracias a él muchas personas luchan por desentrañar este hecho que marcó un antes y un
después en la era de los platillos voladores. Porque decir que no existen sería egoísta de
nuestra parte, y las pruebas que día a día se nos presentan son cada vez más
contundentes. Sería aterrador pensar que somos la única especie viviente en el Universo.
Existen dos escenarios posibles para el accidente de Roswell. Según el primero, tras
desprenderse parte del ovni sobre el rancho Foster, éste fue a caer muy cerca de
Roswell. Según el segundo, el objeto cayó en los llanos de San Agustín. El escenario de
"Barnett" no concuerda con ninguno de ellos.
Es uno de los casos más extraños del siglo. También uno de los más perturbados. Si se
confirma que una película documental filmada hace cincuenta años en una base militar
de los Estados Unidos es auténtica, muchas cosas cambiarán sobre la Tierra. Si lo que se
ve allí es cierto, el hombre habrá dejado de ser la máxima criatura de Dios. El pánico
que causa esta simple idea es inevitable. Si no estamos solos en el Universo, ¿cuál es
nuestro rol en el perfecto orden celestial en que vivimos? Desde hace un tiempo nadie
se anima a contestar esa pregunta.
La filmación fue dada a conocer en el mes de mayo de 1995, en una sala de proyección
de Londres. Allí tuvo lugar un hecho sorprendente.
Debido a este relato exhibido por la televisión francesa, en algunos ámbitos ufológicos
de Estados Unidos se comenzó a hablar nuevamente del antiguo episodio llamado "el
incidente de Roswell". Según relatos de la época, en el estado de Nuevo México, varios
radares civiles y militares, registraron la presencia de un objeto volador no identificado
en la noche del martes 1 de julio de 1947. El sábado 5, un pastor de ovejas llamado Mac
Brazel, oyó una fuerte explosión cerca de su casa, en la pequeña localidad de Corona, al
noroeste de Roswell. Salió a investigar el hecho y pronto localizó los restos de un
extraño artefacto. Algunos de los trozos eran de colon metalizado brillante y otros tenían
el aspecto de lo que hoy conocemos con el nombre de composite y fibra óptica. El
sheriff del condado, George Wilcox, avisó a las autoridades de la base local de la Fuerza
Aérea y rápidamente cinco camiones militares cercaron la zona e impidieron todo
acceso al lugar, bloqueando las rutas 285 y 42. A la mañana siguiente, el soldado Malvin
E. Brown, interrogado por el periodista John McBoyle, de la emisora radial KSWS,
declaró que había visto los cadáveres de cinco personas de baja estatura, cabeza
abultada y piel amarilla ocultos en un camión militar tapadas por una lona. El mayor de
inteligencia Jesse Marcel, por orden del coronel Thomas J. Dubose, jefe de la base
aérea, afirmó en rueda de prensa que los restos habían pertenecido a un globo de
observación meteorológica que se había estrellado al norte de Roswell y que no era
cierto que se hubiese encontrado allí persona alguna. Poco después el Pentágono y
Edgard J. Hoover, director del FBI, ordenaron que se guardara absoluto silencio sobre
este episodio, que se convirtió - con los años- en un clásico.
Según el film se muestra el cuerpo de un ser parecido a un humano, pero con rasgos que
lo diferencian. Tiene dos brazos, dos piernas, cabeza prominente y grandes ojos
cubiertos por una membrana oscura. Y presenta una clara rigidez cadavérica en la parte
inferior del cuerpo, cosa muy difícil de imitar. Las manos y pies presentan seis dedos y
las orejas están situadas un poco más abajo de la cara, justo donde empieza el maxilar
inferior. Al efectuar la disección del cuerpo aparece una masa encefálica, protuberancias
y órganos que en los humanos no existen. Aunque el film es en blanco y negro, el
cerebro tiene un color gris muy oscuro casi negro, y algo que dejó atónitos a los
médicos que presenciaron la película, era la ausencia de pulmones y de genitales
externos.
El incidente de Roswell tuvo varios testigos. Desde los pilotos que divisaron el platillo
estrellado con los supuestos cadáveres a su lado, hasta el personal que trabajaba en el
área militar. Todo ello fue rotundamente negado a la opinión pública, incluso muchos de
los testigos desaparecieron en extrañas circunstancias.
Además, parece lícito formularse algunas preguntas. ¿Por qué se ocultó todo esto en
1947?
¿Por qué se respondió siempre con un rotundo "sin comentarios" las preguntas
formuladas a las autoridades civiles y militares de los Estados Unidos? ¿Cómo puede
ser que un fotógrafo norteamericano de 82 años tenga en su poder este documento
secreto? ¿Por qué aparece ahora? ¿Estaremos frente a una increíble conspiración de
silencio o somos víctimas de una colosal patraña? De todas maneras, quienes han visto
el film sólo pueden expresar un sentimiento de ternura por esa improbable extraña
criatura que cayó del cielo. Un cielo que a partir de ahora parece más desconocido que
nunca.
En los últimos años han salido a la luz estas y otras fotografías y filmaciones, y han sido
presentadas como las imágenes reales de formas de vida alienígenas. Tanto las películas
como las fotografías fueron analizadas por los investigadores, pero ninguna ha sido
certificada como genuina.
Cada investigador que ha estudiado el caso dice que no fue un proyecto militar
ultrasecreto, así que nos quedan dos opciones: un globo o una nave alienígena. Si fue un
globo, por qué los testigos describen los restos como algo no manufacturado en la Tierra
y por qué los militares trataron al material como algo más importante que los restos de
un globo. Y si fue el choque de un ovni, por qué el Gobierno no lo admite.
Resumen del artículo "La primera foto de un ET". Revista Conozca Más - 1995
El expediente secreto del caso Roswell no aparece. Aunque nadie cree tan absurda
razón, la Fuerza Aérea norteamericana asegura que destruyó los documentos. ¿Por qué
justo ahora, cuando intentamos acabar con más de medio siglo de silencio? Las
investigaciones militares tuvieron siempre un objetivo clave: saber cómo funciona un
OVNI para desarrollar armamento. El precio de los secretos de una posible tecnología
extraterrestre debe ser incalculable. La razón de más peso.
Casi no podía dar crédito a mis ojos. Cuando hace escasas semanas cayó en mis manos
el último informe oficial sobre el caso Roswell elaborado por la Oficina General de
Contaduría (GAO) - el brazo investigador del Congreso de los Estados Unidos -, una
extraña sensación de impotencia se apoderó de mí. Este departamento, a petición del
congresista por Nuevo México Steven Schiff, llevaba más de un año tratando de
averiguar qué sucedió cerca de Roswell en 1947 y obtener toda la documentación
secreta que la Fuerza Aérea custodiaba sobre este incidente desde hacía (a 1995) 48
años. Su búsqueda, nadie puede negarlo, ha sido asistemática. Durante meses ha barrido
toda clase de archivos militares en busca de referencias al caso hasta que, finalmente,
los responsables de documentación histórica de la USAF afirmaron que "muchos de los
archivos organizativos de la Fuerza Aérea que cubría ese período han sido destruidos,
sin señalar ninguna autoridad que así lo dispusiera". En otra parte de su informe, el
GAO indica claramente que no existe ningún documento que indique "qué organización
o persona destruyó los archivos y cuándo o bajo qué autoridad estos fueron eliminados".
De esta absurda manera se desvanecía, hace poco más de dos meses, la última esperanza
de averiguar por canales oficiales qué clase de aeronave se estrelló en Roswell en julio
de 1947. "Lo que asegura el GAO - me comenta Don Schmitt, coautor del libro The
Truth About The UFO crash at Roswell- es que no existen archivos que se refieran a un
'caso Roswell' o un 'informe Roswell'. Particularmente - añade Schmitt -, creo que esa
información existe y que está clasificada bajo un nombre que desconocemos;
sencillamente, no puedo creer que alguien no autorizado, como dice el GAO, destruyera
unos archivos así hace cuatro años, cuando cosas menos importantes y más antiguas se
conservan todavía en dependencias militares.
OPERACIÓN YUNQUE
Quizá Schmitt no se encuentre muy lejos de la verdad. Uno de los datos más relevantes
que han surgido al hilo de la confesión de "Jack Barnett" es que la operación de
recuperación del OVNI y sus ocupantes en Roswell recibió el nombre clave de Anvil
(yunque, en inglés). Nunca antes habíamos oído hablar de una operación que recibiera
ese nombre aunque, como me reconoce el físico nuclear e investigador OVNI Stanton
Friedman, "existen miles de documentos de los años 50 en los Archivos Nacionales que
todavía están clasificados como alto secreto. ¿Cómo podemos conducir una
investigación en condiciones si todo está clasificado bajo nombres y claves que ninguno
conocemos?"
AVANCES TECNOLÓGICOS
La desesperación de los investigadores está más que justificada. Si, como sospechan
algunos, la principal razón para guardar el secreto sobre esta clase de incidentes es por
el interés que tiene para la técnica estadounidense poder duplicar una tecnología mucho
más avanzada, ¿en qué se ha notado ese avance? "Hay un ejemplo que suelo usar a
menudo - me explica Friedman -; si tu entregas un submarino atómico a Cristóbal Colón
en 1493, con seguridad no podría construir otro igual porque no tendría la clave para
diseñarlo. Sin embargo , sí podría duplicar pequeñas piezas o instrumentos sencillos e
irlos adaptando a medida que se familiarizara con el ingenio que le has entregado..."
-¿Y crees que con Roswell está sucediendo algo así? – le preguntó.
- Sin duda, uno de los mejores ejemplos que conozco es el de la unión de los elementos
samario y cobalto (SmCo5). Cuando los pones juntos obtienes un buen imán, de
propiedades permanentes, y de hecho, durante muchos años los mejores imanes se han
fabricado así. Pues bien, imaginemos por un momento que el doctor Vannevar Bush
entregó piezas del OVNI de Roswell a algunos científicos para que las investigasen, y
que descubriesen samario y cobalto fusionados, que antes a nadie se le había ocurrido
unir. Se investigan sus propiedades eléctricas y mecánicas y alguien descubre que es un
buen imán.
- Claro. Otro de los avances post-Roswell más significativos fue la invención del
transistor – sigue refiriéndose Friedman con seguridad aplastante -. El nacimiento
oficial del transistor se produce el 23 de diciembre de 1947, aunque fue anunciado en
1948. Sabemos que los laboratorios BELL tenían contratos para trabajar en asuntos
clasificados del gobierno, y sabemos asimismo que había estrechos contactos entre ellos
y los laboratorios militares de Sandia, en Nuevo México; lo extraño es que los
transistores fueron desarrollados gracias al trabajo de tres científicos de alto nivel que
estaban destacados en el proyecto. Eso es muy raro, ya que lo habitual era que hubiese
un científico mayor dirigiendo un equipo de científicos menores... Pero aquí son tres los
que trabajan en ese "pequeño proyecto", y la única buena explicación que tengo para
eso es que alguien les proporcionase un material para que extrajesen de él ideas.
Es evidente que el proyecto alberga propósitos casi infantiles pues, si realmente nos
estamos enfrentando a una tecnología superior, nada nos debería hacer pensar que
semejantes accidentes requieren de una normativa establecida , como si de algo habitual
se tratase. Aunque reconozco que sólo la protección de un secreto de este tipo
explicaría, por ejemplo, las diversas "campañas" de intoxicación lanzadas después del
caso Roswell por los servicios de inteligencia de la Fuerza Aérea con objeto de desviar
por completo la atención del público de tan espinoso tema.
Y de esas campañas hay numerosas pruebas. En agosto de 1949, sin ir más lejos,
comenzaron a circular rumores en Hollywood sobre el estreno de una película de
ciencia ficción titulada El Platillo Volante y que se decía contendría imágenes reales de
la captura de uno de los objetos en Alaska por parte del gobierno de los Estados Unidos.
Por razones que no son difíciles de imaginar, si aceptamos que en esa fecha ya se
consideraba secreto todo lo relativo a OVNIs estrellados, la oficina de Investigaciones
Especiales de la Fuerza Aérea (AFOSI) se alarmó y condujo una rápida investigación
para confirmar la veracidad de la historia. Sus indagaciones desembocaron pronto en la
confesión de Mike Conrad - productor del largometraje- de que había inventado ese
rumor para promocionar su película. Fue un paso sin retorno, pues tras él, la
popularidad que recibieron en círculos de "chiflados por los platillos voladores" las
historias de accidentes de OVNIs terminaron desembocando en el descrédito total de
esta clase de relatos.
Pero para la Fuerza Aérea no bastó. En enero de 1953 se convocó una reunión en
Washington, auspiciada por la CIA, en la que científicos de vanguardia y militares de
alto nivel estudiaron cómo debían hacer frente al inusitado interés del público por el
tema OVNI y, sobre todo, ante la creciente oleada de observaciones en territorio
norteamericano.
EL ESCUADRÓN SECRETO
Y esa puede ser, desde luego, una buena razón - si no LA RAZÓN- para mantener
todo este asunto bien guardado.
ROSWELL,LUGAR AL AZAR O NO : ?
Un suceso inquietante que cobrará vigencia décadas mas tarde.Y nada es al azar...
El día 3 de julio , pocas horas antes de los sucesos de Roswell un avión C-54 del
Ejercito de los EE.UU. que ha partido en un vuelo nocturno desde las islas Bermudas
con destino a Miami desaparece sobre el océano. La amplia búsqueda que inician horas
más tarde unidades militares y guardacostas no arrojará resultados postivos y una
semana mas tarde la nave y su tripulación serán dadas por perdidas
Pocos meses atras las diferencias políticas entre los aliados y los rusos han propiciado
un nuevo y tenso escenario en el mundo que se conocerá con el nombre de Guerra Fría.
La carrera armamentista ha incrementado el espionaje, en este contexto la prevención de
que las apariciones de platos voladores pudiesen ser una nueva arma secreta se reflejan
en opiniones tan respetables como la del mismo Orville Wright uno de los pioneros de
la aviación.
Este es el punto de partida del hallazgo de los restos de lo que se sospecha es una nave
de origen extrarrestre y de su tripulación. Una descripción extendida de los mismos
basada en el material histórico y extraoficialmente aceptado como veraz sobre los
sucesos habilita a destacar el desarrollo cronológico de los acontecimientos en mérito a
algunas contradicciones que perdurarán durante décadas sobre este controvertido
hallazgo.
Jesse Marcel
Al dia siguiente Marcel y un subordinado, Sheridan Cavitt ocupan casi todo el día en la
inspección del lugar, la recolección y translado de los restos a la base de Roswell. No
han pasado desapercibidas para el oficial Marcel y su superior las particulares
características de muchos de los fragmentos de apariencia metálica encontrados que
resiten cualquier intento de torsión y aplastamiento recuperando su forma original, son
ligeros de peso e incombustibles además algunos de ellos presentan extrañas
inscripciones semejantes a las de los jeroglíficos. Mientras tanto en Washington la
evaluación de la situación y sus derivaciones potenciales en base a la inspección
preliminar del material recibido llevan a decidir rápidamente a los altos mandos el curso
de los acontecimientos. Durante la tarde la emisora local KSWS intenta transmitir una
anticipo extraoficial de los sucesos a las agencias de noticias mediante la red de
teletipos pero la transmisión es bloqueada presuntamente por el FBI.
El martes 8 el resto del material recuperado es enviado por orden del Coronel Blanchard
con Marcel a la base de Foth Worth a instancias de su comandante, la zona del hallazgo
queda bajo control militar. Entretanto Blanchard ordena cerca del mediodía emitir un
comunicado de prensa a través de la oficina de Relaciones Públicas de la Base
anunciando el hallazgo de restos de 'un platillo volador', la noticia trasciende a través
del operador Frank Joyce de la radio local KGFL llegando al servicio de noticias de
United Press y atrayendo así la inmediata atención de la prensa nacional e internacional
sobre el suceso durante el resto del día. El anuncio ocupará la primera plana de los
titulares del día siguiente del Daily Roswell Record y será reproducido por los
principales diarios de la costa oeste. Una apreciación de los hechos sugiere que quizas el
comportamiento del coronel Blanchard no ha sido del todo desprevenido y que tal vez
entendió que el comunicado iba a resultar la mejor y probablemente la única forma de
hacer público el hallazgo.
Los restos metálicos de un objeto con forma de disco de cerca de 7 metros de largo es
descubierto y en sus proximidades la presencia de varios cadáveres con apariencia
humanoide y de baja estatura. La llegada de los militares a quienes acompaña Mac
Brazel pone en incómoda posición a los circunstanciales testigos los cuales son
claramente advertidos sobre la necesidad de mantener reserva sobre un hecho que
compete a la seguridad nacional. Las característisticas e implicancias del hallazgo
dificultarán por décadas un conocimiento detallado de los hechos debido a las naturales
reservas de sus participantes no obstante lo cual llegará a trascender la posibilidad de
que uno de los humanoides hubiese sido encontrado con vida.
Los cadáveres y los escombros del objeto serán transladados cubiertos a bordo de un
camión a la base de Roswell donde las circunstancias obligan a las autoridades militares
a involucrar a otros civiles en el conocimiento de las hechos. El contratista de servicios
fúnebres de la base, Glenn Dennis es requirido telefónicamente para la provisión de
urgencia de féretros de medidas inusulamente pequeñas y más tarde para asesorar sobre
el tratamiento químico de cadáveres en estado de descomposición. No son los únicos
hechos extraños que vivirá ese día, horas mas tarde en la misma base a la que acude en
ambulancia para atender una emergencia medica menor se involucrará impensadamente
en problemas con las autoridades militares en primer lugar al interesarse en forma
accidental por el origen de extrañas piezas metálicas que observa en dos de las tres
ambulancias que están estacionadas en la playa del campo aéreo y finalmente al ingresar
a dependencias internas del edificio de la base, habitualmente accesibles, desde donde
es retirado bajo amenazas.
Las tareas de acondicionamiento de los cadáveres en la morgue del hospital de la base
adonde han sido trasladados compromete entre otras personas a un enfermera conocida
de Dennis al tomar contacto directo con los cadáveres asistiendo a los responsables
médicos. Es a través de ella que Dennis finalmente comienza a conocer horas mas tarde
por primera vez lo ocurrido incluyendo una descripción de los misteriosos cadáveres.
Este grupo, al igual que las demás unidades aéreas de los EE.UU. en julio de 1947
dependía del Ejército, muy pocos meses después del incidente de Roswell fueron
asignadas a la naciente Fuerza Aérea, hoy conocida como U.S.A.F. El grupo,
identificado como 509th Composite Group, era una de sus mas importantes unidades de
combate en su tipo y se distinguía por ser el único con capacidad de realizar misiones de
ataque aéreo con armas atómicas, más aun había sido creado con ese particular
propósito.
Dos años antes, a mediados de 1945 y sobre el final de la 2da. Guerra Mundial, a la
unidad le correspondió el discutible honor de lanzar las dos misiones de bombardeo
atómico sobre Japón las que produjeron inicialmente un total de cerca de 100.000
muertos, en su mayoria civiles. El Cnel. Paul W. Tibbets Jr. al comando de un
bombardero B-29 adaptado para la ocasión y que ha renombrado como Enola Gay es
quien lidera el primer ataque sobre la ciudad de Hiroshima. Tres días más tarde será
desvasatada la ciudad de Nagasaki en otro ataque aéreo arrojando otra bomba atómica,
esta vez armada con un núcleo de plutonio.
Actualmente esta unidad aerea, que cuenta en su historial una significativa participación
en la guerra de Vietnam, luego de haber sufrido diversas transformaciones operativas
hasta nuestros días permanece asignada a la base Whiteman de la Fuerza Aerea desde
donde opera los poderosos bombarderos B-2.
Durante ese lapso la unidad, ahora conocida como el 509th Bombardment Group no ha
estado inactiva, durante 1946 la puesta al día de la nueva tecnología nuclear militar la
lleva a participar activamente en la Operación Crossroads en el Pacífico, cerca del
Atolón de Bikini, el blanco seleccionado durante estas pruebas es una formación de
buques capturados por la armada durante la guerra y radiados de servicio; su finalidad
continuar evaluando los efectos de este tipo de ataques. Este operativo ha sido uno de
los dos únicos ensayos que ha realizado EE.UU. durante ese año.
Otro singular suceso relacionado también con las fuerzas armadas de EE.UU. hacia el
fin de la guerra estara relacionado con el inicio de la utilizacion de las armas atómicas .
El crucero de la marina U.S.S. Indianápolis cuya participación en el misión ha sido el
transporte a la base naval de la isla de Tinian en el Pacifico, de los componentes del
dispositivo atómico que el 6 de agosto de 1945 se lanzaría sobre Japón será torpedeado
por fuerzas enemigas en su viaje de regreso. El delenlace del suceso no pudo haber sido
mas trágico, cerca de 850 marinos, únicos supervivientes de una dotación de 1.196
hombres luchan penosamente durante casi 5 días en alta mar contra el asedio de los
tiburones que dan cuenta de la mayoría de ellos. Tan solo 316 náufragos podrán ser
finalmente rescatados. Inexplicablemente la demora en el arribo de la nave a Leyte no
ha llamado la atención del comando naval durante esas horas cruciales. El hundimiento
del U.S.S. Indianápolis ha pasado desapercibido y la tragedia se ha consumado.
Ningún suceso hizo derramar tantos ríos de tinta a los ufólogos como el llamado
"Incidente Roswell" y la "presunta" captura de cuatro extraterrestres a manos de la
Fuerza Aérea estadounidense.
El 2 de julio de 1947, apenas una semana después de que el mundo oyera por primera
vea la palabra "plato volador", de boca del piloto civil norteamericano Kennet Arnold,
un extraño objeto se estrellaba en al desierto de Nuevo México, al sudoeste de los
Estados Unidos.
El propio Fabio Zerpa, sin duda uno de los más conspicuos investigadores del fenómeno
Ovni en la Argentina, y reconocido mundialmente, en uno de sus últimos libros, Los
Ovnis existen y son extraterrestres, refiriéndose al Incidente Roswell, confiesa
honestamente:
"Si a uno le preguntan si en verdad existen pruebas irrefutables de que la Fuera Aérea
norteamericana tiene en su poder restos de varios Ovnis estrellados en la Tierra con los
cadáveres de sus tripulantes extraterrestres, la respuesta tendría que ser no. No existen
pruebas irrefutables, pero, en cambio, sí hay lo que se conoce en círculos legales como
'pruebas circunstanciales' de que, por lo menos algunos, de estos incidentes ocurrieron.
Pruebas como relatos de numerosos testigos que participaron en las operaciones de
recuperar, custodiar o archivar los restos de muchos Ovnis; unos pocos documentos
oficiales que aluden a estos casos entre miles de documentos o revelados por el
gobierno norteamericano a través de la Ley de Libertad de Información en años
recientes; y finalmente el secreto absoluto que todavía envuelve ciertas actividades
gubernamentales relacionadas con los Ovnis".
Zerpa concluye declarándose abiertamente escéptico respecto a que los ufólogos puedan
averiguar alguna vez la verdad sobre lo sucedido en Roswell, máxime después de casi
medio siglo de infructuosas investigaciones:
"La palabra final sobre la veracidad de estos hechos podrá ser aclarada solamente por el
propio gobierno norteamericano" .
Cuando la noticia llegó a la primera plana del periódico local de Roswell (Roswell
Daily Record), los militares se vieron obligados a anunciar que los rumores sobre los
platos voladores eran ciertos, pues se había encontrado uno en los alrededores de la
región.
Al día siguiente de dar a conocer este comunicado, las autoridades de la Base dan
marcha atrás y declaran que habían cometido un gran error, ya que el objeto caído no
era un platillo volador sino un globo meteorológico.
Cuarenta años más tarde, el físico nuclear Stanton Friedman tomó contacto con el
coronel retirado Jesse Marcel, quien había sido oficial de inteligencia en la Base en
1947, y que había tenido mucho que ver con la caída del disco volante en Roswell.
Marcel le informó a Friedman que sus superiores le pidieron que no dijera nada sobre el
OVNI caído ni sobre sus tripulantes, y por este motivo guardó silencio.
Pero cuando la noticia tomó estado público, consideró que había llegado el momento de
decir la verdad, declarando que el objeto caído no había sido un globo meteorológico.
Los restos del OVNI fueron encontrados en el rancho de Mac Brazel. La noche del
incidente, el ranchero estaba en su casa. Afuera había una fuerte tormenta. La historia
comenzó cuando escuchó una tremenda explosión y, al día siguiente, recorriendo el
lugar encontró restos metálicos esparcidos por doquier.
Mac Brazel llamó al sheriff local y éste se comunicó con la Base aérea, quienes
enviaron al mayor Marcel a investigar.
Uno de los que lo intentaron infructuosamente declaró: "Hay algo raro aquí.. Traté de
hacerle una marca y no pude. No se puede marcar ni con un hacha... Lo puse en el
suelo, lo golpeé y me quedé con el mango del hacha en la mano".
Algunos de los fragmentos tenían inscripciones color púrpura que nunca se pudieron
identificar. Otros eran como vigas "doble T", pequeñas, con marcas grabadas a sus
lados, cuyos jeroglíficos eran también indescifrables.
Sobre este suceso se publicaron varios libros, siendo unos de los primeros el de Charles
Berlitz y William Moore titulado El Incidente Roswell.
El caso resurgió una y otra vez, y cuanto mayor era la cobertura radial, televisada o por
escrito, más testigos militares o civiles aparecían.
Cuando Dennis le comentó a un capitán, "señor, parece que tuvimos un accidente aéreo,
vamos a tener que prepararnos para ello", dicho capitán se mostró muy nervioso y le
dijo a su subordinado con voz de trueno: "Mire, señor, no vuelva a entrar aquí. Roswell
no va a dar explicaciones sobre ningún accidente aéreo porque aquí nada ha sucedido".
Staton Friedman, por su parte, señaló que una de las cosas sugestivas que cabe destacar
es que hubo intimidación a los testigos para que no hablaran de lo que habían visto.
El sheriff, por ejemplo, según lo relato su nieta muchos años después del incidente, fue
separado de su puesto porque los militares temieron que hablara.
Esto lo supo por boca de su abuela, quien, un día que estaban viendo un programa
televisivo sobre platos voladores, se animó a decírselo (a la sazón, el sheriff había
muerto): "Nunca te conté esto, pero ¿sabes por qué tu abuelo jamás volvió a ocupar su
puesto? Cuando aquel platillo se estrelló aquí, él vio muchas cosas extrañas. Y cuando
renació la calma, los militares vinieron y le dijeron que no volvería a trabajar allí,
advirtiéndole que si alguna vez hablaba de lo que había visto, lo matarían a él y a su
familia".
¿Quién era J. Barret, como para que se le confiara tal misión? Su historia en las Fuerzas
Armadas estadounidenses comienza en 1942, cuando se unió a ellas, para abandonarlas
en 1952.
Según él mismo lo señalara, los diez años que pasó sirviendo a su país fueron algunos
de sus mejores años.
Su padre estaba en el negocio del cine, de modo que siempre tuvo buen conocimiento
del manejo de las cámaras y la fotografía.
Filmó cientos de lugares y pronto se capacitó para realizar filmaciones de alto riesgo.
En la primavera de 1944 fue asignado a la División de Inteligencia, participando en un
gran número de películas, incluyendo las pruebas del Proyecto Manhattan, Trinity, en
Arenas Blancas.
Cuando Barret llegó a Roswell, la zona había sido cercada. Allí advirtió que no se
trataba de un avión espía soviético como se le había dicho, sino de un platillo volador
cuya parte posterior irradiaba calor.
Se decidió no removerlo hasta que el calor desapareciera, pues se conjeturó que había
peligro de fuego.
El ánimo ya agitado de los presentes empeoró cuando se oyeron los gritos lastimeros de
unas extrañas criaturas que yacían cerca del aparato.
Nadie podía decir qué eran. Parecían monstruos de circo. Cada una de ellas sostenía
muy fuerte una especie de caja con ambos brazos sobre su pecho. Yacían ahí, sin poder
moverse, gimiendo, aferradas a esas cajas o lo que fueren.
Barret comenzó a filmar, primero el vehículo, luego el lugar y después los escombros.
Una y otra vez esas criaturas tan extrañas gemían y gritaban. Al parecer, gritaban y
gemían más fuerte cuando alguien se les acercaba.
Uno de los oficiales le dio a uno de esos seres un culatazo en la cabeza, logrando así
arrancarle la caja.
Cuando estuvieron instaladas en el lugar del accidente las tiendas de campaña, las
criaturas fueron retiradas y atadas con cuerdas, salvo una que estaba visiblemente
muerta.
El equipo médico al principio rehusó acercarse a ellas. Pero como algunas tenían
horribles heridas y o quemaduras, primó en ellos su espíritu humanitario y las
atendieron.
Barret se abocó primero a filmar los restos metálicos más fáciles de remover. Parecían
pertenecer al exterior de la nave. Era una especie de columnas que habían soportado un
pequeño disco en la parte inferior del aparato, que se debió haber desprendido cuando la
máquina chocó contra el suelo.
Tres días más tarde llegó un equipo especial de Washington y decidieron mover el
aparato. Dentro del mismo la atmósfera era muy pesada, a tal punto que resultaba
imposible permanecer en su interior más de algunos segundos.
Barret permaneció en Roswell tres semanas, al cabo de las cuales le ordenaron que se
reportara al comandante de la Octava Fuerza Aérea, con Base en Fort Worth, Dallas,
para una filmación especial.
Al llegar a la Base se enteró de que se les iba a practicar autopsias a las extrañas
criaturas rescatadas en Roswell, y se le había comisionado para que las filmara.
Las dos primeras autopsias se llevaron a cabo a fines de julio de 1947. Después de la
filmación, Barret se encontró con que tenía en su poder cientos de rollos. Separó
aquellos a los que debía prestárseles más atención al procesar y los envió a las
autoridades de Washington. Los restantes los procesó días después.
En mayo le solicitaron que filmara la tercera autopsia. De ésta sí se llevaron todos los
rollos.
Algunas conclusiones.
La cuestión Ovni plantea numerosos interrogantes, que sólo pueden ser develados
cuando se tienen los datos suficientes como para responderlos. Primariamente, las
personas pueden clasificarse en aquellas que creen en la existencia de los Ovnis y en las
que no creen.
Lo primero que hay que saber es que el hombre, contrariamente a lo que sostienen los
despistados psiquiatras, no se compone solamente de cuerpo y mente. La mente, aunque
más sutil que el cerebro, no deja de ser un órgano físico.
Afirmar que la mente piensa equivale a decir que una máquina puede pensar.
El cerebro y la mente son instrumentos del ser espiritual para poder manejarse y
sobrevivir en los mundos manifestados o planos materiales, de la misma forma que
todos los elementos que constituyen la computadora son instrumentos de la persona que
la utiliza.
El hombre proviene de niveles vibratorios más sutiles que el físico, que son su
verdadera morada y a la que regresará cuando "muera" o "desencarne".
La mejor manera de comprender esta peculiaridad del hombre es imaginar una varilla
atravesando el ojo de la cerradura, quedando de un lado un 10 % y del otro un 90 %.
De la misma forma que la varilla sigue entera, sin ningún deterioro, incluso más libre,
también el ser espiritual -que es lo que es en realidad el hombre- sigue vivo, incluso más
vivo que antes.
Esto es así porque el hombre, en definitiva, es un ser inmortal que sólo desciende, en
una pequeña parte, a los mundos físicos para evolucionar y regresar una vez cumplido el
tiempo fijado (haya o no tenido éxito en la misión).
Dentro de sus vivencias está la de conocer otros mundos. Y de la misma forma que
Colón se vio impulsado por algo más fuerte que él a explorar los confines de la Tierra,
así también los seres que habitan en cada planeta, llegado el tiempo en que puedan
construir naves espaciales se verán impulsados por su inherente afán de aventura a
explorar el universo.
Los seres que han podido venir hasta aquí es obvio que han llegado a esta etapa. Y
cuando estemos listos también lo haremos nosotros y los habitantes de esos mundos se
harán las mismas preguntas que ahora nos hacemos nosotros respecto de los "platillos
volantes".
¿Cómo es posible que aún no hayamos comprendido la verdad detrás de las palabras del
Iluminado Maestro Jesús, actual Logos Solar, que lo resumió con toda claridad al decir
que "en la casa de mi Padre hay muchas moradas"?
ENCUENTRO BÉLICO DE DOS OVNIS
Estimado profesor Velmont: Formamos parte de un grupo que investiga a los Ovnis, y
muchas veces tenemos discusiones respecto a lo que en verdad sucedió en Roswell sin
que finalmente lleguemos a ninguna conclusión que podamos considerar definitiva. Por
favor, no nos interesa ningún tipo de teoría, sino la verdad ¾ si es que la saben ¾ de lo
que sucedió.
Mario D. y Raúl J. M.
Respuesta
Apreciados Mario y Raúl: Los ufólogos que sostienen la teoría de que fueron dos los
Ovnis los involucrados en Roswell están en lo cierto. Pero no fue un mero choque entre
dos naves espaciales que colisionaron por accidente, sino que se trató de un verdadero
enfrentamiento belicoso.
Una de ellas provenía de Orión III y la otra de Anthea IV. La nave de Orión perseguía a
la de Anthea y la alcanzó al llegar a nuestro planeta, produciéndose el enfrentamiento
fatal en la zona de Roswell.
Los cuerpos (eran cuatro) recogidos por los militares estadounidenses eran antheanos,
de los cuales uno de ellos estaba vivo.
La autopsia del extraterrestre que se pasó por televisión fue real y no se trató de ningún
muñeco como sostuvieron ligeramente algunos "expertos".
Horacio Velmont
Soy de Anthea IV y he venido para evacuar algunas dudas. Mi nombre es muy difícil de
traducir en el idioma de ustedes, pero se podría decir que pronunciándolo sería algo así
como Asdoel.
Nuestro planeta está dividido en dos hemisferios, en uno de los cuales habitan seres más
pequeños en estatura, pero más desarrollados en conocimientos técnicos.
Ellos han desarrollado la manera de viajar por el espacio, mientras nosotros nos
dedicamos más a la filosofía y a cultivar el espíritu.
Una de las naves que cayó en Roswell, hace 50 años terrestres, era una nave de Anthea
4, donde viajaban lo que nosotros llamamos "los pequeños".
Le damos poca importancia a la parte material en todos los aspectos, incluso en la parte
alimentaria. Le damos más importancia a la parte energética, a punto tal que nuestro
cuerpo se nutre energéticamente en un 80 %. Por eso no damos tanta importancia a la
parte alimenticia.
El secreto es que estéis preparados y que no tengáis miedo de ver una figura distinta a la
vuestra.
Me despido de ustedes con todo el amor y con la esperanza de que sí nos vamos a ver en
una próxima realidad.
Hasta pronto.
Asdoel: Soy Asdoel. Ya estuve con ustedes y vengo nuevamente desde mi planeta,
Anthea IV a transmitir mi espiritualidad a todos los seres que en este momento están
aquí.
Interlocutor: Si no recuerdo mal, usted es de la misma raza que los tripulantes del OVNI
que se estrelló en Roswell.
Asdoel: Algunas dudas voy a evacuarles, pero quiero aclarar antes que hay en este lugar
muchas entidades espirituales que buscan perturbar los mensajes, para que éstos no sean
bien trasmitidos. Recuerden que algunos de ustedes tienen una gran misión, otros están
dando los primeros pasos en el mundo espiritual y los demás todavía tienen lecciones
kármicas para revertir.
Asdoel: Lo sé porque en este momento me comunico con la parte espiritual de cada uno
de ustedes, lo que llaman Thetán o Yo Superior.
Hay Thetanes de ustedes que están muy elevados y hay Thetanes que tienen dudas
atroces, algunas causadas precisamente por las dudas que tiene la parte encarnada de
cada uno.
En nuestro planeta, Anthea IV, hay una tremenda armonía, y nosotros hacemos lo
mismo que en otros mundos donde hay más de una raza: compartimos el planeta en paz.
La otra raza es muy tecnológica y varios de sus seres han estado en muchísimas
ocasiones en este planeta.
Interlocutor: ¿Es precisamente la raza a la que pertenecen los que cayeron en Roswell?
Asdoel: Exactamente. Esta raza habita en lo que para ustedes sería el hemisferio Sur, y
nosotros habitamos el hemisferio Norte.
Interlocutor: ¿Confirman que viven en paz?
Asdoel: Vivimos en paz. Yo no diría que ellos nos tienen miedo, porque nosotros los
servimos en Amor y jamás pueden tener miedo de nosotros. Pero lo cierto es que
tenemos un poder telepático tan grande que podemos neutralizarlos para que no usen
sus armas en nuestra contra.
Interlocutor: ¿Nunca tuvieron, entonces, que usar ese poder telepático para defenderse?
Asdoel: Lo hemos hecho solamente en los albores de nuestra civilización, pero luego
nunca más hemos necesitado de ese poder. Nosotros no pretendemos nada material, sólo
nos interesa crecer espiritualmente.
Asdoel: Estoy en el mismo plano espiritual en que se encuentra el actual Logos Solar de
ustedes, el Maestro Jesús, es decir, el plano 5º.
Asdoel: Sí, he hablado con el Maestro Jesús... Fíjate que no digo "vuestro" Maestro,
porque lo hemos tomado telepáticamente en muchísimas ocasiones y nos ha transmitido
la enseñanza del Amor Universal, y lo hemos asimilado muy bien.
Incluso la mayoría de ellos descree del mundo espiritual. Piensan que cuando el ser
muere, ahí se acaba todo.
Asdoel: Para los del hemisferio Sur es de aproximadamente 100 de vuestros años. La
nuestra oscila entre 300 y 400 años de los vuestros. Pero tal vez haya asombro en
muchos de ustedes, porque dirán: ¡qué longevos! Pero... ¿qué pensaría un insecto de
vuestro planeta que vive horas o días, de vuestros 70 ú 80 años...?
Entonces, todo este tipo de cuestiones es algo relativo. Hay seres que viven 40 años,
como en Astrix, que es un planeta lejano, pero son muy espirituales. Son seres como
cascarudos, similares a los insectos de ustedes.
Y ustedes dirán: ¡Deben ser totalmente salvajes!, y quizás instintivamente le apuntarían
con un arma y les dispararían. Error, porque son seres sumamente elevados, a nuestra
misma altura de elevación.
Interlocutor: Ustedes, los seres espirituales de Anthea, ¿qué doctrina practican o siguen?
Asdoel: La Doctrina del Amor. La misión es transmitir por sobre todas las cosas el
Amor. Tenemos, al igual que en otro sistemas estelares, como en Antares IV,
comunidades enormes donde unos servimos a los otros, donde nadie pasa hambre,
porque si una familia pierde una cosecha, otra familia la socorre.
Nuestras comunidades no son tan grandes como en Antares IV, somos familias más
pequeñas, pero tenemos grandes núcleos de amor, y nos reunimos periódicamente a
hacer visualizaciones telepáticas.
Nos reunimos en un templo gigantesco -digo templo para que me entiendan, porque en
nuestro planeta no lo llamamos así- 500, 600, hasta 1000 seres, en círculos pequeños,
concéntricos, cada vez más grandes, hasta cubrir toda la edificación.
Asdoel: No, no se hace material, no se hace de la vibración física 1, sino que se llega a
visualizar por un dispositivo especial parecido a vuestra técnica holográfica. Sería muy
extenso explicar el funcionamiento de ese dispositivo en este momento...
Interlocutor: ¿Sería posible que aquí yo lo pudiera ver a usted través de la videncia?
Asdoel: Verían a un ser de facciones muy similares a este receptáculo, de boca la mitad
de pequeña, prácticamente sin el apéndice nasal, con dos huecos, ojos cuatro veces más
grandes, prácticamente la pupila totalmente dilatada, en color casi negro...
Interlocutor: Hay una película norteamericana llamada "Cocoon", donde aparece un ser
extraterrestre como el que usted describe...
Asdoel: No es exacta la figura pero es bastante parecida. Difiere un poquito porque
nosotros tenemos el cráneo algo más voluminoso, y los órganos visuales mucho más
grandes que en esa película que mencionas. Esto me lo están transmitiendo
telepáticamente las entidades espirituales que están alrededor mío.
Interlocutor: ¿Y la vestimenta?
Asdoel: Es una vestimenta muy ajustada al cuerpo, como lo que ustedes llamarían un
plástico, pero difiere en que es un plástico poroso que deja transpirar a nuestra piel.
Asdoel: No necesariamente; hay algunas entidades que meditan con colores oscuros,
negro, marrón, refiriéndome a los colores que ustedes ven, porque nosotros podemos
ver más colores que los terrestres y nuestros oídos captan más diferencias tonales.
Asdoel: Hacemos lo mismo que hacen en otros sistemas estelares. Nosotros les damos
alguna sabiduría a los seres del hemisferio Sur de nuestro planeta, y ellos nos dan naves.
Asdoel: Si, la tenemos, pero no nos interesa la parte tecnológica. Podríamos haber
desarrollado naves espaciales mucho antes que ellos...
Interlocutor: ¿Se contactan o comunican con los habitantes de los planetas que visitan?
Asdoel: Nosotros sí, pero no nos damos a conocer en presencia física sino
telepáticamente, y para que ellos no se alucinen y piensen que están perdiendo la razón,
lo hacemos con personas que estén preparadas en este sentido.
Asdoel: En todos los casos. Nuestra misión es de amor, que es la más difícil, porque en
la mayoría de los planetas que nos contactamos nos piden fórmulas...
Interlocutor: Yo pensaba que pedían fórmulas, por ejemplo para mejorar la agricultura...
Asdoel: Los árboles tienen hojas verdes muy intensas y son tan grandes que a veces
doblan a los propios árboles que las sustentan.
Asdoel: En nuestro planeta hay minerales más duros que los que aquí ustedes llaman
"diamante", la purificación del carbono.
Interlocutor: ¿Y animales?
Asdoel: No se puede cambiar una cultura de un momento para otro y no quisiera que le
den tanta importancia a eso, sino a la parte espiritual.
No lo digo solamente yo, lo dicen distintas entidades espirituales aun de vuestro mismo
planeta. Lo importante no es lo que se come, lo que entra en la boca, sino lo que sale de
ella. Esto lo dijo el Maestro que tenemos en común, Jesús, que ha encarnado en este
bendito planeta de ustedes.
Asdoel: Voy a dejar en claro que el incidente que ustedes llaman así fue el resultado de
una escaramuza entre planetas... Había una nave de Orión 3, que perseguía a estos
"chicos traviesos", antheanos del hemisferio Sur de nuestro planeta, que los habían
provocado con total irresponsabilidad...
Los tripulantes de la nave de Orión 3 los persiguieron durante varios años luz y los
alcanzaron prácticamente en este sistema estelar... Un rayo de energía que les enviaron
provocó una falla en la propulsión de la nave antheana y ésta cayó a Tierra.
Interlocutor: ¿El rayo de energía era tipo láser?
Interlocutor: ¿Alguno de ellos estaban vivos cuando los capturaron los militares
norteamericanos?
Interlocutor: ¿Es cierto, como se comenta, que a uno de ellos lo mataron de un culatazo?
Interlocutor: ¿Los captores llegaron a comunicarse con alguno de estos dos antheanos?
Asdoel: Sí, con uno de ellos, y ha divulgado algunos secretos, y estos secretos están en
archivos ocultos en el país que ustedes llaman Estados Unidos.
Interlocutor: No hace mucho se pasó por nuestra televisión una filmación de lo que se
presentó como la autopsia de un extraterrestre capturado en Roswell. Pero los
"expertos" que vieron la filmación dijeron que era un muñeco. ¿Cuál es la verdad?
Interlocutor: Sí, yo vi la filmación y observé, como todos, porque fue muy evidente, un
parpadeo...
Asdoel: Además del parpadeo hubo otra reacción más. Es importante que vuelvan a ver
la filmación. Mi receptáculo, que es la encarnación de una alta entidad, tiene la película.
Sepan que Johnakan Ur-el, el Thetán de este receptáculo, es un compañero mío de
estudios.
Ahora me retiraré para dar paso a otra entidad que está muy interesada en comunicarse
con ustedes. Es un habitante de un planeta muy cercano a ustedes que aún no es
detectable por telescopio, pero pronto ustedes lo harán...
Interlocutor: Muchas gracias por dialogar con nosotros y hasta luego... ¿Quién se va a
comunicar ahora?
Adomel: Vengo del planeta Lemarén. Es un planeta donde predominan los bosques, los
ríos, pero por sobre todo hay grandes océanos. Hay ocho partes de agua y dos partes de
sólido, lo que ustedes llamarían "Tierra firme".
Adomel: Sí, con la cual nos llevamos muy bien. Y también hay una civilización
submarina, con la que también nos llevamos bien. Pero nosotros somos los que
dominamos la tecnología espacial.
Interlocutor: ¿Su cuerpo en este momento está en una nave espacial o en su planeta?
Interlocutor: ¿En este momento hay naves espaciales de Lemarén en nuestro planeta?
Adomel: Sí, pero no es tan elevada como para construir naves capaces de llegar a otros
sistemas solares. En realidad, hace muy poco tiempo que salimos al espacio exterior.
Pero hemos tenido la fortuna de que nos hemos contactado con otras razas de este
sistema vecino y ellos nos trasladan sin ningún inconveniente e incluso nos dan
tecnología como para que nosotros podamos desarrollar en lo que serían 20 años
terrestres como 100 o más de los nuestros.
Lo que quiero decir es que no conocemos todo. Sabemos que en el 4º planeta de ustedes
-Sol IV- que ustedes llaman Marte, hay vida interna.
Adomel: Muy pocas veces, porque para confrontarnos físicamente, sin tener problemas
psicológicos después, el contactado tiene que estar muy bien instruido.
La mayoría de los contactos han sido como ahora, es decir, por la vía telepática.
Me encanta dialogar, pero hay más entidades que quieren comunicarse con ustedes...
Los dejo...
Tar: Soy Tar, de Orión IV. Estoy nuevamente con ustedes, gozoso de transmitirles mi
amor y también vengo para aclararles algunas dudas. Puedes preguntar.
Tar: Es una noticia totalmente infantil. Los cuerpos encontrados no eran muñecos, sino
extraterrestres. Entre los restos del aparato estrellado, había aleaciones metálicas
desconocidas en la Tierra. Ésa es una prueba irrefutable.
Incluso vuestro país del norte ha tenido más contactos. Ellos tienen más naves que se
estrellaron e incluso más cuerpos de lo que ustedes llaman alienígenas. Por lo menos de
cuatro razas distintas.
Interlocutor: ¿Pero por qué salen ahora con esa noticia que, por otra parte sólo pueden
creer quienes no están en el tema? ¿Se trata de una cuestión de poder?
Tar: Lo hacen sólo para confundir a la gente, algo que es muy fácil de hacer, debido al
gran descreimiento que existe en los habitantes de vuestro mundo.
Interlocutor: ¿Por qué ocultan ese conocimiento, que podría traer un gran adelanto a la
humanidad?
Tar: Ése es el tema. Ellos piensan de otra manera: "¿Por qué compartir esa tecnología de
avanzada, cuando la podemos utilizar para su propio beneficio?".
Tar: Una de las naves guarda un secreto que sus científicos están intentando esclarecer
desde hace cuarenta años: el blindaje energético. Los dos tripulantes de ese aparato
murieron al estrellarse y sus cuerpos siguen siendo estudiados. Causa asombro por la
diferencia anatómica con el ser humano, pues son seres muy similares a vuestros
insectos llamados langostas. No tienen esqueleto interno, sino una especie de caparazón.
Poseen dos ojos y también dos antenas, que captan la irradiación de otro ser a una
distancia considerable.
Interlocutor: Este punto está aclarado. Ahora querría saber si es posible lo siguiente.
Imaginemos que un médium "toma" al espíritu de un gran matemático... ¿Podría
transmitir una fórmula determinada, para demostrar que la comunicación no es un
fraude?
Tar: Sí, eso es factible, pero no sucede lo mismo con el idioma. El Thetán no transmite
en una lengua determinada, pues en los planos espirituales la comunicación se efectúa
mediante la transmisión de ideas o de intenciones. Por lo tanto, el médium va a hablar
en el idioma que sabe, aunque se comunique con el espíritu de una persona de otra
región o de un ser de otro mundo.
Todo comenzó en la mañana del jueves 3 de julio de 1947, cuando dos personas
desprevenidas tropezaron con los restos de un "plato volador" accidentado en una
hacienda. William Mac Brazel capataz del Foster Ranch, y su pequeño vecino de siete
años Dee Proctor, estaban examinando los daños causados por una violenta tormenta la
noche anterior.
En cierto momento, durante las primeras horas de la noche anterior habían escuchado un
estallido en medio de los truenos. No encontrar cercas o molinos dañados pero algo
bastante extraño llamó su atención: un campo lleno de pequeño fragmentos de un
material brillante.
Según las noticias periodísticas del momento, Mac juntó parte del material y lo
escondido bajo un arbusto o cobertizo. Pero se guardó unos pocos fragmentos uno de
los cuales tenía encima cuando subió a su auto para llevar a Dee de vuelta a casa de sus
pares, Floyd v Loretta Proctor, sus vecinos más cercanos. El chico había estado con Mac
porque le encantaba cabalgar, que era lo que el capataz hacía la mayor parte del tiempo.
En julio de 1990, Loretta Proctor fue entrevistada durante una conferencia especial
sobre ovnis que organizó el Fund for Ufo Research (Fondo para la Investigación de
Ovnis) en Washington. Y como tanto Mac como su marido habían muerto bastante
tiempo antes de que empezara a dilucidarse el misterio del aparato accidentado, ella era
el vínculo más directo con el comienzo de la historia. Loretta es una típica dama del
oeste norteamericano: hospitalaria y para nada interesada en hacerse publicidad, ya que
ésta podría comprometer la solitaria vida que lleva en su vieja casa de campo al final de
un escabroso camino de tierra.
“Mac tenía ese pedazo de material que había recogido. Quería mostrárnoslo y quería
que fuéramos con él para ver lo que había quedado en el lugar de los restos o lo que
fuera, pero no fuimos porque no había un medio de transporte y llegar allí se hacía
difícil. No consiguió que nadie lo acompañara. El fragmento que trajo tenía el aspecto
de un plástico de color marrón claro... era muy liviano, como la madera balsa. No era un
pedazo grande, tal vez tenía unos 10 cm de largo, sólo un poco mayor que un lápiz.
Tratamos de cortarlo con un cuchillo y también le acercamos la llama de un fósforo,
pero no se quemó. Sabíamos que no era madera. Era suave como el plástico y no tenía
bordes agudos, como una clavija de color tostado oscuro. No tenía ninguna veta...
simplemente liso. Nunca había visto algo así."
La señora Bessie Brazel Schreiber, hija de Mac Brazel, dijo que el material parecía "una
especie de papel de aluminio. Algunos fragmentos tenían una especie de cinta pegada,
pero ésta no podía despegarse o sacarse de ninguna forma. Algunos pedazos tenían
números o letras, pero no eran palabras que pudiéramos leer. Los caracteres estaban
escritos como números, en columnas, pero no se parecían para nada a los números que
nosotros usamos. Y un pedazo de algo hecho del mismo papel plateado parecía una
manga de unos 10 cm de ancho e igualmente largo, con un reborde en un extremo. Y
también lo que parecían ser pedazos de un papel fuertemente encerado".
William Brazel, hijo de Mac, agregó: "Algo parecido al papel de estaño, sólo que no se
rompía. Uno podía arrugarlo y doblarlo e inmediatamente recuperaba su forma original.
Era flexible, pero no se podía plegar o doblar como el metal común. Casi como un
plástico, pero definitivamente metálico. Mi padre dijo una vez que los militares le
dijeron que no era algo hecho por nosotros.
Había también un material filiforme: parecía seda, pero no lo era. Era un material muy
fuerte sin hebras o fibras, como tendría la seda. Era más como un alambre, una sustancia
de una sola pieza. Y había unas partículas semejantes a la madera, como la madera balsa
por su peso, pero de color un poco más oscuro y mucho más dura. No pesaba nada y no
se podía rayar con la uña. Todo lo que yo tenía era unos pedacitos.
No había escrituras o marcas en los fragmentos que yo tenía, pero mi padre dijo que
había figuras en algunos de los fragmentos que él encontró. Muchas veces se refería
también a los petroglifos que los antiguos indios dibujaron en las rocas de esta región”.
Walt Whitmore Jr., hijo del dueño de la estación de radio Roswell KGFL, declaró: "Era
muy parecido al papel plateado de aspecto, pero no se podía romper o cortar de ninguna
forma. Extremadamente liviano de peso. Algunas vigas pequeñas, que parecían de
madera o de un material semejante, tenían una especie de escritura en ellas que
semejaban números que habían sido ya sea sumados o multiplicados, en columnas".
Hasta el momento, las únicas personas que sabían que algo extraño se había estrellado
en Foster Ranch eran civiles. La vida de Mac Brazel estaba centrada en la hacienda, y
como no conocía la oleada de noticias sobre platos voladores que barría al país, no los
relacionó con los fragmentos que encontró desparramados en su campo. Sólo después
de que sus amigos le aconsejaron que avisara a los militares sobre lo ocurrido, viajó en
su auto hasta Roswell, un trayecto formidable en esos días y que aún hoy significa hacer
unos cuantos kilómetros por caminos de tierra.
El domingo 6 de julio, Mac se apareció en la oficina del sheriff del condado de Chaves,
George Wilcox, con unas pocas muestras de los restos que había recogido en la
hacienda. El sheriff se dio cuenta enseguida de que se trataba de algo poco usual, llamó
al campo de aviación militar Roswell y habló con el Mayor Jesse Marcel, el oficial de
inteligencia. Entonces, Marcel y Sheridan Cavitt, del cuerpo de contrainteligencia,
fueron en auto hasta la hacienda con Mac, iniciando así la participación militar en el
asunto.
Cuando Marcel volvió de la hacienda con el coche cargado de restos, pasó por su casa e
hizo levantar de la cama a su mujer y a su hijo Jesse para que vieran lo que había
encontrado. Como el descubrimiento del extraño material todavía no había sido
clasificado como secreto por los militares, Marcel no estaba violando ninguna regla al
hacerlo. Jesse Jr., entonces de once años y en la actualidad un exitoso médico, piloto
militar de la reserva que sirvió en Vietnam y calificado investigador de accidentes
aéreos, recuerda claramente la experiencia: "El accidente y los restos del dispositivo que
yo vi dejaron una huella imborrable en mi memoria. El aparato no era convencional en
ningún sentido de la palabra; los restos pertenecían probablemente a lo que entonces se
llamaba plato volador. Al parecer, éste había sido exigido más allá de su capacidad. Para
decirlo me baso en el hecho de que muchos de los restos, incluidos pedazos de vigas de
doble T, tenían extraños jeroglíficos en su parte interna, rosados y púrpuras, salvo que
no creo que hubiera figuras animales como en los ,jeroglíficos egipcios. Los restos del
accidente fueron simplemente descriptos como fragmentos metálicos no identificables,
pero había una buena cantidad de vigas de doble T intactas. Yo sólo vi una pequeña
parte de la totalidad de los restos."
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Un tiempo antes de que el sitio del accidente fuera clausurado, el sheriff Wilcox visitó el
lugar y aparentemente vio muchas cosas. A comienzos de 1991, Kevin Randle entrevistó
a Barbara Dugger, nieta de George e Inés Wilcox. El sheriff había muerto cuando
Barbara aún era chica, pero ella vivió con su abuela mientras iba a la facultad, llegando
a establecer una relación bastante estrecha con Inés Wilcox. Según Barbara, su abuela le
dijo: No se lo cuentes a nadie. Cuando ocurrió el incidente, la policía militar vino a la
oficina y nos dijo a George y a mí que si alguna vez decíamos algo del asunto no sólo
nos matarían a nosotros, ¡sino también a toda nuestra familia! 'Alguien llamó a mi
abuelo y le contó el incidente, el fue hasta el sitio y vio los restos; había una gran zona
quemada. Era el atardecer. Había cuatro seres allí. Sus cabezas eran grandes. Usaban
trajes como de seda. ¡Y uno de los `hombrecitos' estaba vivo! Si ella dijo que ocurrió,
ocurrió".
Hay una pauta muy clara en lo que se refiere a las amenazas a los testigos que vieron
solamente restos del aparato no padecieron demasiadas presiones, mientras que los que
vieron cuerpos fueron tratados mucho más severamente. Como el contacto con los
fragmentos no demostraba la naturaleza extraterrestre del accidente, es comprensible
que los testigos cuya experiencia se limitara a ese aspecto no fueran considerados como
un riesgo por los militares. Perobastaría un breve vistazo a un cuerpo para que resultara
obvio que se trataba de un acontecimiento no humano. Por lo tanto, también se entiende
que el gobierno decidiera aplicar una presión más drástica sobre quienes habían visto
los cuerpos.
Este hombre me dijo algunas cosas bastante feas sobre lo que me pasaría. Realmente
estuvo muy agresivo. Por último, pude decirle: `¡Usted está hablando de un informe del
Cuerpo de Ejército del Aire de Estados Unidos!'el teléfono estaba muerto; el hombre
simplemente se esfumó Después (el dueño de la estación) Walt Whitmore me llamó y
me dijo, Frank, ¿qué está pasando allí ?. Estaba muy perturbado Me preguntó:"De
dónde sacaste esa historia? Mientras tanto, yo tome el informe de prensa (de la Fuerza
Aérea de los Estados Unidos) y lo escondí para tener una prueba y que nadie pudiera
acusarme de inventarlo. Whitmore vino a la estación .Y yo le di el informe él se lo llevó.
"Yo tenía mi cuadernillo de taquigráfía y me volví para decirle (a Karl) que había sido
interrumpida, pero que podía tomarlo en taquigrafía y después lo pasaríamos a la red.
John continuó con la historia y yo escribí en mi cuadernillo: él había visto cómo se
llevaban `la cosa'. Había estado allí (supuestamente en la hacienda Foster) cuando se la
llevaron.. Y en ese momento, me acuerdo exactamente, John dijo que la cargaban paro
llevarla a Texas. Pero cuando llegaron los aviones, eran del campo de aviación Wright.
No se sabe si esto ocurrió antes de que el teniente Haut difundiera su explosiva noticia
sobre la recuperación por parte de los militares de los restos de un plato volador o al
mismo tiempo. Pero una vez que la noticia voló, la reacción de la prensa nacional v
mundial fue rápida. Durante las dos últimas semanas habían circulado relatos de vuelos
"de rutina de discos brillantes o esferas plateadas vagamente descriptos. De manera que
la prensa quiso sacar todo el partido posible de esta rara historia sobre recuperación de
fragmentos de "una de esas cosas".
De pronto, Roswell, Nuevo México apareció en el mapa. La vida del soñoliento pueblito
del oeste, cuyo principal mérito era ser la sede del Grupo Bombardero 509 que
transportó la bomba atómica, se había visto sofocada durante mucho tiempo por la
seguridad militar. Pero ahora el lugar se había transformado, de la noche a la mañana, en
el centro mundial de... algo raro. En la oficina del sheriff, las estaciones de radio, los
diarios y, por supuesto, el campo de aviación Roswell, se recibían innumerables
llamados telefónicos desde lugares tan lejanos como Londres. Los pobladores estaban
encantados con toda esta atención, pero los militares se estremecían.
Todo el mundo quería saber mas sobre este estruendoso acontecimiento: ¿Qué se había
encontrado exactamente en la hacienda' ¿Cuál era su aspecto' Qué se había hecho con
eso? Se podía ver? Y en especial, ¿eran realmente restos de uno de esos misteriosos
platos voladores?
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Los militares se hicieron cargo del territorio del accidente ovni expulsando a los civiles
y exigiéndoles el más completo silencio acerca del incidente.
Jesse Marcel y el capitán Cavitt, del organismo de contrainteligencia CIC, llegaron al
Foster Ranch la noche del domingo, después de recorrer caminos en pésimo estado y
algunos trechos a campo traviesa. Pasaron la noche en bolsas de dormir en una pequeña
construcción y a la mañana siguiente fueron llevados por Brazel al lugar donde éste
había encontrado el material. En 1979, Marcel describió su experiencia:
"Cuando llegamos al lugar del accidente, me sorprendió la vastedad de la zona dañada.
No era una cosa que hubiera dado contra el suelo o explotado en tierra. Era algo que
debió de explotar en el aire, viajando quizás a una alta velocidad. No sabemos. Pero los
fragmentos estaban desparramados en una zona de 1.200 metros de largo, y bastante
ancha, de decenas de metros de ancho. Así que procedimos a recoger todos los
fragmentos que pudimos encontrar y los cargarnos en nuestro jeep. Me resultaba
bastante obvio, por mi actividad, que izo se trataba de. un globo meteorológico, ni de un
avión ni de un misil. Pero lo que era, no lo sabíamos. Simplemente recogimos los
fragmentos. Era algo que nunca había visto antes, y yo estaba bastante familiarizado con
todas las actividades aéreas. Cargamos completamente el jeep, pero no me sentí
satisfecho. Le dije a Cavitt: “Lleve este vehículo de vuelta a la base, que yo voy a
volver allí y recoger todo lo que entre en mi auto”, cosa que hice. Pero en total sólo
recogimos una pequeña parte del material que estaba allí desparramado.
"Una cosa que me impresionó de los escombros era que buena parte parecía pergamino.
Otra gran cantidad eran fragmentos, vigas doble T con símbolos que debimos llamar
jeroglíficos porque no los pude interpretar, no podían leerse; eran simplemente
símbolos, algo que quería decir algo, y no eran todos iguales. Las piezas en las que
estaban pintados (de paso, aclaro que esos símbolos eran rosados y púrpuras) eran en
realidad lavanda. Yesos fragmentos no podían romperse ni quemarse. Yo traté de
encenderlos, pero no hubo caso. Lo mismo pasó con el pergamino que teníamos.
"Pero algo más sorprendente fue que los pedazos de metal eran tan finitos como el papel
plateado de un paquete de cigarrillos. No presté demasiada atención a eso al principio,
hasta que uno de los soldados vino y me dijo: '¿Sabe?, el metal que estaba allá... traté de
doblarlo y no se dobla. Hasta lo intenté con una maza, pero no es posible hacerle una
abolladura'. Yo no volví para mirar los restos porque estábamos ocupados en la oficina,
tenía bastante trabajo. Estoy seguro de que ese muchacho no mentía, porque era un tipo
muy sincero, muy honesto, así que acepté su palabra. Yo no lo vi golpeando ese material
con un mazo, pero él me dijo: `Definitivamente, no puede doblarse y es tan liviano que
parece pluma'. Y así era todo el material que se trajo: tan liviano que no pesaba
prácticamente nada.
Una vez que los militares de alto rango (es decir, influyentes) se dieron cuenta de que se
trataba de materiales muy inusuales, con los que no tenían experiencia, organizaron
rápidamente una misión para recuperar lo que había quedado en el campo, a fin de
averiguar lo más posible sobre ellos e impedir que cayeran en las manos equivocadas (o
sea, las del público). Sea lo que fuera, debía mantenerse en secreto al menos hasta que
la plana mayor de Fort Worth o Washington decidiera qué hacer con él.
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LOS SERES EXTRATERRESTRES
Después de un par de días, la búsqueda dio resultado. A pocos kilómetros del "campo de
escombros" se encontró la parte principal del aparato, y a uno o dos kilómetros de ésta
los cuerpos de pequeños humanoides.
Cualquier sospecha de que los fragmentos pertenecieran a algún avanzado misil o avión
soviético se desvaneció al percibirse que la tripulación y, por lo tanto, también el
aparato... Una operación importante se convirtió de inmediato en una misión
absolutamente vital. Nunca había ocurrido algo semejante el hombre se había
encontrado cara a cara con seres de otro mundo. Nos visitaba una civilización avanzada,
cuyos motivos eran totalmente desconocidos.
Aunque el entonces mayor y luego teniente coronel Marcel habló a fines de los años 70
sobre su experiencia, Sheridan Cavitt se negó incluso a reconocer que estuvo en la
hacienda con Marcel. Sin embargo, otro hombre del cuerpo contrainteligencia de
Roswell, Bill Ricket, relató recientemente su participación en estos hechos a poco de
iniciarse la intervención militar: "El material era muy duro y liviano. Se podía curvar,
pero no doblar. Por lo que yo sé, nunca descubrió de qué estaba hecho".
Rickett acompañó al doctor Lincoln LaPaz, famoso experto en meteoritos del New
Mexico Institute of Meteoritics, que realizó una gira por el lugar de la caída y zonas
aledañas, y contó que "LaPaz quería tratar de descubrir cuál había sido la velocidad y
trayectoria de `la cosa' Era un experto de renombre mundial en trayectorias de objetos
que se desplazan por el cielo, especialmente meteoros, y a mí me habían dicho que le
brindara toda la ayuda que pudiera. LaPaz entrevistó al ganadero Brazel. Recuerdo que
durante la conversación este hombre mencionó que algunos de sus animales habían
actuado en forma extraña después del incidente. Por alguna razón, el, doctor LaPaz
pareció muy interesado en este dato. El experto quiso sobrevolar la zona, e hicimos los
arreglos necesarios. Durante el vuelo pudo descubrir otro punto donde, según le pareció,
la cosa había aterrizado y luego despegado nuevamente. En ese sitio, la arena se había
transformado en una sustancia vidriosa. Recogimos una caja de muestras de este
material y, si no recuerdo mal, también aquí había muestras de metal, como el papel
plateado descubierto primeramente. LaPaz envió la caja a alguna parte para su estudio,
no sé o no recuerdo dónde, pero nunca más lo vi. Este sitio estaba a algunos kilómetros
del primero.
"LaPaz era muy hábil para hablar con la gente, en especial con algunos de los peones,
que casi no sabían inglés. EL científico dominaba el español. Recuerdo que encontró un
par de personas que habían visto... no sé cómo llamarlos, ovnis, supongo. De todos
modos, habían visto a dos de esas cosas' volar lentamente a muy baja altura, al
atardecer, en una fecha que, según pudo establecer LaPaz, fue uno o dos días después de
que estallara el otro aparato. Esta gente también habló de animales afectados por el
incidente.
"Antes de volver a Albuquerque, me dijo estar seguro de que esa cosa había estado en
dificultades, que se había posado en tierra para reparaciones, despegado nuevamente y
luego explotado. También estaba seguro de que había más de uno de esos dispositivos y
que los otros habían estado buscándolo; al menos eso fue lo que dijo. Estaba
absolutamente seguro de que la cosa había tenido un desperfecto. La explicación de la
Fuerza Aérea (que era un globo) era totalmente falsa. No era un globo. Nunca supe con
seguridad cuál era su propósito, pero no era el vuestro. Recuerdo haber especulado con
LaPaz sobre que podría tratarse de alguna civilización más avanzada que nos estaba
controlando. LaPaz no estaba en contra de la idea, pero dijo que las especulaciones no
entrarían en su informe."
Lamentablemente, el doctor LaPaz, que en 1950 había tenido una participación activa
en un estudio de "bolas de fuego verdes" que tenían algunas características de ovnis,
murió antes de que nadie se enterara de su actuación en el episodio de Nuevo México.
Su informe es uno de los muchos documentos que el gobierno ha logrado esconder del
público durante más de cuarenta años.
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FOTOS SECRETAS
Se conocen pocos nombres de militares y otras personas que visitaron los sitios, y los
que sí se conocen, en la mayoría de los casos no se han mostrado dispuestos a hablar.
Con una fascinante excepción. En noviembre de 1990, Stanton Friedman pudo coronar
meses de negociaciones entrevistando a cierta persona: un hombre que dice, en una
forma muy creíble, que estuvo allí. F.B. era un fotógrafo de la Fuerza Aérea que
cumplía funciones en la estación naval aeronáutica de Anacostia, en la ciudad de
Washington. Un día de comienzos de julio de 1947, él y otro fotógrafo, A.K. fueron
embarcados en un bombardero B?25 y llevados al campo aéreo de Roswell. F.B. le
contó a Friedrnan: "Una mañana nos dijeron: `Hagan sus valijas. Tendremos cámaras
allá, listas para ustedes'. No sabíamos adónde íbamos. Mi cámara Speed Graphic 4x5
estaba en el avión, y después de unas pocas horas de vuelo, llegamos a Roswell.
Subimos a un auto del personal, y parte del equipo que trajimos fue cargado en
camiones, viajamos alrededor de una hora y media hacia el norte.
"Llegamos a uno de los tres sitios de aterrizajes violentos en la zona de Corona, y había
una cantidad increíble de gente, en una tienda de campaña cerrada. Prácticamente no se
podía ver nada dentro de la carpa. Me dijeron: `Prepare la cámara para tomar una
fotografía a cinco metros'. A.K. se subió a un camión que se dirigía al lugar donde
estaban recogiendo fragmentos. Había toda clase de metal por ahí. Y nos gritaban lo que
debíamos hacer: `¡Tome esto, tome lo otro!'
"Pude ver cuatro cuerpos cuando el flash hizo explosión, pero estaba casi enceguecido
porque era un día tan lindo, tan soleado... Uno entraba en esa tienda de campaña, que
estaba terriblemente oscura, y todo lo que se fotografiaba eran cuerpos. Cuerpos que
estaban debajo de una lona que ellos levantaban, y uno tomaba la foto; quitábamos el
bulbo del flash, poníamos otro, tomábamos otra foto y le dábamos a un oficial el carrete
de película (cada carrete tenía sólo dos hojas de filme cortado de 10 x 12 centímetros), y
entonces pasábamos a la toma siguiente.
"Calculo que habría entre diez y doce oficiales y, cuando yo me preparé para entrar,
salieron todos. La tienda de campaña medía alrededor de 6 x 9 metros. Los cuerpos
parecían estar colocados sobre un lienzo encerado. El tipo que daba todas las
instrucciones agarraba una lámpara de flash y se ponía en un lugar: `¿Ven esta lámpara',
decía. Respuesta: `¡Sí, señor!'. `¿Están enfoco con ella`¡Sí, señor' `Tomen una foto de
esto'. Entonces sacaba la lámpara. Nos , movíamos en círculo, tomando fotos. Me
parecía que los cuerpos eran idénticos: oscuros, delgados, con una cabeza demasiado
grande. Yo torné unas treinta fotos. Creo que tenía unos quince carretes. Había un olor
raro allí.
F.B. tomó sus fotos. Pocos de estos hombres han podido ubicarse, y la mayoría habría
muerto mucho antes de que alguien pensara en acercarse a ellos para entrevistarlos.
En cuanto al aterrizaje violento en las Planicies de San Agustín, 240 kilómetros al oeste,
la llegada de los militares fue observada por alrededor de doce civiles: Gerald Anderson
y su familia, un grupo de estudiantes de arqueología o geología con su profesor, y el
ingeniero gubernamental Barnett. De éstos, Barnett les contó a varios amigos algo de
esta experiencia, y Anderson entró en grandes detalles sobre lo ocurrido cuando
aparecieron los militares mientras él y los otros trataban de darle algún sentido a esta
traumatizarte experiencia.
Según un amigo cercano de Barnett, Vern Maltais, aquél habría dicho: "Mientras
mirábamos los cuerpos, un oficial militar llegó en un camión con el chofer y tomó el
control. Le dijo a todo el mundo que el ejército se haría cargo de la situación y que
abandonaran el lugar. Otros militares llegaron y acordonaron la nona. Nos dijeron que
nos fuéramos y que no habláramos con nadie sobre lo que habíamos visto, que era
nuestro `deber patriótico' permanecer en silencio".
"Los soldados nos indicaban por dónde ir retrocediendo y caminaban al lado del auto.
Cuando llegamos a la ruta, vimos que hormigueaba de soldados. Había barricadas y de
todo. Y la última vez que vimos al profesor Buskirk y sus estudiantes, estaban parados
allí hablando con otro soldado (Glenn dijo que parecía un oficial) y Buskirk señalaba
hacia el sitio del aterrizaje. A nosotros nos hicieron tomar hacia el este por la ruta a
Datil. Y nos gritaron: `¡No paren, no vuelvan!'. Cuando miré para atrás y vi el plato
volador clavado en el suelo, justo cuando dimos la vuelta a los árboles, había un montón
de soldados y estaban todos alrededor del aparato, pero ya no pude ver a la tripulación
(del plato volador) que antes estaba en el suelo. Estaban llegando más vehículos y
maquinaria y parando allí. Como el camión que había llegado primero.
"Los soldados se movían alrededor. Estaban haciendo muchas tareas raras y tirando una
especie de cables. También parecía que ponían algo en el suelo, y sacaban cosas de los
camiones. Un montón de ellos simplemente estaba parado ahí. Pero la actividad era
frenética. Cuando entramos en la ruta principal, ya habían puesto una barrera y estaban
trayendo cosas, y me acuerdo que había un jeep que arrastraba un trailer con un motor,
como un generador. Cuando estábamos en la ruta, Ted preguntó a un soldado:
`¿Podemos volver hasta el almacén y comprar algo para tomar?'. `¡No! ¡Váyanse para
allá! ; el soldado apuntó hacia el este. Fue activo y directo."
Una vez que los Anderson fueron ahuyentados del sitio del accidente y ya estaban
camino a casa, los militares pudieron proceder como querían sin nadie que los
observara. Los materiales que retiraron fueron llevados con rumbo desconocido, si bien
se ha sugerido como posible destino White Sands/Alamogordo, y también Los Álamos
y la Base Sandia. Estos lugares tienen instalaciones científicas que permitirían analizar
los restos del accidente y hasta los cuerpos, y todos tienen altas condiciones de
seguridad. Pero las claves no son lo que uno esperaría... hasta ahora.
En algún lugar hay una gran cantidad de material y probablemente piezas bastante
grandes de dos o más ovnis que vinieron a terminar sus días dentro de las fronteras
estadounidenses, y tal vez en el territorio de una o más naciones amigas. Donde
exactamente, es un misterio. Incluso los fragmentos que fueron a parar a Wright Field
desde Roswell y Fort Worth pueden no estar allí hoy. Tal vez fueron trasladados varias
veces por razones de seguridad y para la investigación científica top secret.
Lo mismo podría decirse de los ovnis que se estrellaron en Nuevo México en 1947: tal
vez estaban tan avanzados en comparación con nuestra ciencia y tecnología, que los
esfuerzos para entender incluso pequeñas partes de ellos resultaron totalmente inútiles.
Entonces se habrían almacenado, controlándose periódicamente para comprobar si los
últimos conocimientos arrojaban alguna luz sobre su exótica composición.
Podríamos estar esperando todavía que nuestros conocimientos científicos los alcancen.
O tal vez sí descubrimos cómo funcionaba el ovni modelo 1947 y estamos empleando
ese conocimiento. O quizás aprendimos realmente cómo está construido un aparato
extraterrestre, cómo se opera y cómo vuela.
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RUMBO A LO DESCONOCIDO
Los detalles sobre la recuperación y embarque de los restos y los cuerpos de los
aparatos siniestrados en Corona y las Planicies de San Agustín son escasos. Como esto
fue hecho por los militares en zonas remotas donde los pocos residentes eran
conscientemente patrióticos, era mucho más fácil mantener en secreto los detalles que
los despojos observados por civiles. Quiénes estuvieron involucrados y dónde se llevó
el material son temas para la investigación.
Como se sabe, todo empezó cuando Mac Brazel llevó algunas muestras de escombros
encontrados en la hacienda Foster a la oficina del sheriff George Wilcox en Roswell, el
6 de julio. Después que el mayor Marcel y el oficial de contrainteligencia Cavitt dejaron
Roswell para dirigirse al Foster Ranch, las muestras aparentemente quedaron
abandonadas en la oficina del sheriff, ya que no tenía sentido llevarlas de vuelta a la
hacienda. Según las hijas del sheriff Wilcox, entrevistadas en 1990, el ejército llegó
hasta ahí, hizo bastante ruido y se llevó los extraños fragmentos. Casi con seguridad,
éstos fueron a parar directamente a la oficina del coronel William Blanchard,
comandante del campo de aterrizaje Roswell.
Qué hizo exactamente Blanchard con las muestras sólo puede suponerse, pero parece
muy probable que las enviara por aire al cuartel general de la Octava Fuerza Aérea en
Fort Worth, Texas, donde el comandante de esta unidad, el general Roger Ramey, se
hizo cargo de ellas. Según el brigadier general retirado Thomas Jefferson DuBose,
entrevistado en 1990 por Stanton Friedman, el material del accidente de Corona estaba
en Fort Worth dos o tres días antes de la conferencia de prensa del 8 de julio, el, la que
el general Ramey expuso la falsa historia del globo meteorológico.
Esas muestras pudieron haber llegado a Fort Worth mientras Marcel y Cavitt todavía
estaban camino a la hacienda Foster, cuando .prácticamente nadie en el mundo había
tomado conciencia de que algo inusual había ocurrido cerca de Corona. Esto era
probablemente la pequeña cantidad de material que el entonces coronel DuBose vio
envuelto en plástico y atado a la muñeca del Coronel Al Clarke, comandante de la base
de Fort Worth Con su preciosa carga llevada a la categoría de correspondencia
diplomática secreta, Clarke fue trasladado en avión a la ciudad de Washington, por
orden directa del general Clemente McMullen comandante interino del Comando
Estratégico del Aire en la base Andrews de la Fuerza Aérea. Fue McMullen quien dio la
orden telefónica a DuBose de llevar los fragmentos por esa vía e inventar una historia
de encubrimiento para engañar a la prensa. No se sabe qué ocurrió con el material
cuando llegó a Washington, pero pudo muy bien haber jugado un papel importante en la
tarea de convencer a quienes estaban a 3.200 kilómetros de Nuevo México sobre que
"algo de significación cósmica" había ocurrido.
Hay razones para creer, sin embargo, que por lo menos un avión fue enviado desde
Wright Field ya sea a Roswell o a Fort Worth, para recoger material y devolverlo a
Wright Field. El hijo de un hombre que supuestamente estaba en ese vuelo le dijo a
Stanton Friedman que la tripulación incluso jugó con parte de los fragmentos en el
vuelo de regreso.
Se sabe que no mucho tiempo después que Marcel y Cavitt volvieran de la hacienda
Foster con su carga de fascinantes fragmentos, una fuerza militar mucho más amplia fue
enviada al lugar para recoger hasta la última partícula. Los residentes testificaron que la
policía militar levantó barricadas alrededor de la hacienda, manteniendo al público lejos
de la escena. También mantuvieron alejada a la prensa, como afirmó Jud Roberts,
entonces gerente de la estación de radio KGFL, en una entrevista de 1990: "Yo quería ir
al sitio del, accidente. El dueño de la estación W.C.Whitmore había estado allí, pero al
igual que yo no pudo llegar cerca. Pensé que podríamos hacerlo por caminos laterales,
que hay muchos en la zona, pero tampoco lo logramos". Los dos hombres tropezaron
con policías militares que les advirtieron: "Lo lamentamos, pero el camino está cerrado.
Están en un área restringida, ¿entendido?". Y agrega Roberts: "No era algo raro. Ya
habíamos tenido experiencias semejantes antes, cuando se produjeron accidentes de
aviación. Habían bloqueado toda la zona y era perfectamente razonable, me parece.
Creo que no llegué ni a 25 kilómetros (del sitio del accidente en la hacienda Foster) ".
Aunque limitada, la evidencia de la zona de Corona sugiere que hubo tres sitios
separados vinculados con el siniestro: el llamado campo de escombros en la hacienda
Foster, donde tantos fragmentos fueron encontrados por Brazel y luego recogidos por
Marcel y Cavitt; un sitio a varios kilómetros de allí donde estaba el cuerpo principal del
aparato; y un lugar, a dos o tres kilómetros de este último, donde fueron encontrados los
cuerpos dentro o cerca de lo que Glenn Dermis describió como "cápsulas de Escape".
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Las descripciones de los cuerpos no sólo son altamente coherentes, sino también
concuerdan en la mayoría de los aspectos con las que han dado personas supuestamente
"secuestradas" por presuntos extraterrestres.
El total de extraterrestres recuperados puede ser hasta ocho: tres muertos y tal vez uno
vivo del siniestro en la hacienda Foster, y tres muertos y uno vivo del ocurrido en las
Planicies de San Agustín. Pero independientemente del total, deben de haberse reunido
suficientes partes corporales como para mantener ocupado durante largo tiempo a un
equipo médico de primera categoría, disecando, analizando v elaborando teorías, y
luego escribiendo sobre el acontecimiento más espectacular en la historia de las ciencias
biológicas.
El llamado "caso Roswell" es, sin duda, el incidente OVNI más trascendente de la
historia de este enigma. Tuvo lugar a primeros de julio de 1947, cuando en un rancho
próximo a Corona y distante unos 70 kilómetros de Roswell, en Nuevo México
(EE.UU.), William MacBrazel encuentra unos restos extraños esparcidos por su finca.
Se trataba de una caótica colección de fragmentos metálicos que cubrían más de un
kilómetro cuadrado de terreno, de aspecto bizarro, metalizados y algunos cubiertos de
una especie de indescifrables "jeroglíficos". ¿A qué clase de ingenio pertenecían
aquellos restos? ¿A un avión experimental que había sufrido un accidente en el desierto?
¿A un globo? ¿...O a otra cosa?
Físico norteamericano de origen húngaro, ha sido uno de los científicos que más ha
contribuido a la moderna física cuántica, además de ser uno de los pilares básicos en el
desarrollo de la bomba atómica. Oficialmente se vio involucrado en el tema OVNI
cuando la Fuerza Aérea pidió su consejo en el verano de 1948 para que investigase las
misteriosas apariciones de «bolas de fuego verdes» en el suroeste de los EE UU (región
que incluye Roswell) y trabajase para un proyecto secreto conocido como Twinkle. Esta
comisión estaba, curiosamente, bajo las órdenes del general Vandenberg y en ella
participaron otros científicos como el Dr. Lincoln La Paz, claramente implicados un año
antes en el estudio de los restos recogidos en Roswell.
General
Nathan Twining
Lo que tanto el texto de Weaver como el nuevo Informe Roswell argumentaban era que
los restos de aquel "OVNI" eran, en realidad, fragmentos del vuelo nº 4 del Proyecto
Mogul. Fue este, al parecer, un programa ultrasecreto auspiciado por la Universidad de
Nueva York bajo la coordinación del doctor Charles Moore, que pretendía situar
micrófonos de alta sensibilidad en las capas altas de la atmósfera gracias a sencillos
globos de sondeo meteorológico. ¿Su intención?: comprobar si era posible detectar
ondas procedentes de eventuales pruebas nucleares soviéticas en Siberia. Es decir, lo
secreto nunca fue el material utilizado en aquellas pruebas, sino el propósito último de
los lanzamientos de los globos. A fin de cuentas, la razón de la cautela militar era más
que evidente: en 1947 se suponía que sólo Estados Unidos –y más concretamente la
base de Roswell– poseía armas atómicas; la sola posibilidad de que los rusos pudieran
haber desarrollado esa misma tecnología amenazaba con transformar el equilibrio
político del momento creado tras el final de la II Guerra Mundial. Como así sucedería
poco más tarde.
Según la Fuerza Aérea, el Proyecto Mogul realizó once lanzamientos de globos entre
Mayo y Julio de 1947 en Nuevo México. Se trataba de globos sonda convencionales a
los que se les unía una larga "cola" de reflectores de radar parecidos a cometas, hechos
de papel de aluminio y madera de balsa fijada con cinta adhesiva. Pues bien, de acuerdo
con la información suministrada por la USAF, sólo dos de aquellos once vuelos cayeron
en paradero desconocido y nunca fueron recuperados. Se trataba de los globos números
3 y 4, lanzados los días 29 de mayo y 4 de junio de 1947 respectivamente.
Y eso no es todo: el hombre que recogió los primeros restos del OVNI de Roswell, el
granjero MacBrazel, no encontró la etiqueta adhesiva que siempre acompañaba esta
clase de artilugios y que ofrecía una sustanciosa recompensa a aquel que devolviera los
restos del globo a las autoridades. MacBrazel no sólo no cobró nunca esa recompensa,
sino que incluso permaneció detenido por militares de la base de Roswell entre el 9 y el
15 de julio de aquel lejano 1947. Éstos no sólo le mantuvieron alejado de sus tierras (y
del OVNI) durante seis días, sino que incluso le obligaron a cambiar sus primeras
declaraciones con la intención de echar tierra al asunto.
El papel de la prensa
De hecho, el propio general de brigada Ramey, para disipar cualquier sombra de duda
entre los periodistas, ordenó que un B-29 llevara hasta su Cuartel General fragmentos
del "OVNI" que poder mostrar en una rueda de prensa y que demostraban su tesis.
Asombrosamente nadie le formuló entonces la pregunta clave: ¿cómo había sido posible
que los restos de un evidente globo sonda como el que mostró Ramey en Dallas
hubieran podido confundir de semejante forma a los bien entrenados hombres del
Servicio de Inteligencia militar de la base de Roswell?
El asunto, desde luego, no terminó ahí. Minutos después, oficiales bajo las órdenes de
Ramey telefoneaban al FBI para aclarar esta situación, dando pie, poco después, a un
télex federal en el que se explicaba que lo recuperado en Nuevo México había sido "un
globo meteorológico con un reflector de radar", y en el que se informaba de que éste
estaba siendo transportado "por un avión especial a la base de Wright Field para su
examen".
Harry S. Truman
Era el presidente de los Estados Unidos en 1947. Su nombre aparece escrito sobre una
de las etiquetas de los rollos de película que filmó «Barnett» en el lugar del accidente
del OVNI, pese a que, oficialmente, Truman no visitó Nuevo México ni en junio ni en
julio de aquel año. Aun así, su implicación en el entramado OVNI de aquellas fechas es
evidente. El 30 de octubre Truman redacta una nota con una relación de temas a discutir
con su secretario de Estado, James Forrestal, en la que se refiere a «las implicaciones
militares de un ataque de satélite». Si en 1947 no se habían lanzado aún los primeros
satélites al espacio, ¿qué clase de ofensiva temía el presidente? También a él se atribuye
la orden ejecutiva que creó, en septiembre de ese año, un comité para investigar el caso
Roswell.
¿Qué tenía de especial aquel "globo" para recibir todas esas atenciones y ser trasladado
a la base de Wright Field (más tarde Wright Patterson)? ¿Por qué no sucedió esto mismo
con ninguno otro de los vuelos del Proyecto Mogul? ¿Por qué en ninguno de los otros
descensos de globos de este proyecto secreto no se acordonó la zona, ni se amenazó o
retuvo a testigos en contra de su voluntad?
Todo esto, en cambio, sucedió en Roswell. El sheriff George Wilcox, por ejemplo, fue
el primer civil que entró en contacto con William MacBrazel y quien le recomendó que
se dirigiera a los militares para ponerles al corriente de su hallazgo. Pues bien, este
agente del orden fue severamente amenazado por los propios militares para que
guardara un escrupuloso silencio sobre los hechos. Las amenazas causaron tan honda
impresión en él, que poco después rechazaba la candidatura a su reelección como sheriff
de la localidad. También fue amenazado el dueño de la emisora KGFL que divulgó la
primera noticia elaborada por el teniente Haut, así como otra radio mayor, la KOAT de
Albuquerque, y algunos otros testigos civiles cuyos relatos han ido recuperándose con el
correr de los años.
¿Cómo entonces –se preguntará con justicia el lector– se venció el miedo a las
amenazas y hoy puede saberse más de lo que sucedió cerca de Roswell en 1947? Muy
sencillo: en 1978 el físico nuclear canadiense Stanton Friedman localizó al Mayor
retirado Jesse Marcel, el oficial de la inteligencia militar que recuperó del rancho de
MacBrazel los restos del "OVNI" y que, ya entrado en años y alejado de las obediencias
militares, no dudó en reconocer que lo que él recogió del rancho Foster no fueron piezas
de ningún globo sonda. Tras él confesaron el ex-teniente Walter Haut, el hijo de
MacBrazel (Bill), los vecinos del rancho Foster y otros muchos militares directa o
indirectamente implicados en el asunto. Todos coincidían en un punto: fuera lo que
fuese lo que cayó en el rancho de MacBrazel, aquello no se parecía en nada a un globo
sonda. Es más, la descripción de los restos que dio Marcel tampoco coincidía en
absoluto con las características de uno de estos globos: allí había hojas de aspecto
metálico, muy ligeras, que no pudieron ser dañadas ni con martillos, tijeras o punzones
y resistentes al fuego y al calor; también encontró una especie de pequeñas vigas
metálicas muy ligeras y fuertes, con ciertos signos grabados en uno de sus lados, así
como una especie de piedras negras como de plástico negro.
Reacciones militares
A finales de aquel mes otro general, George Schulgen, recibía un completo informe
basado en 18 observaciones de OVNIs seleccionadas de entre las mejores del periodo
precedente, y en el que se establecía sin género de dudas que los OVNIs eran aeronaves
discoidales, capaces de volar en perfecta formación, y que poseían una parte inferior
abultada y una pequeña cúpula en su parte superior. Más tarde, el 23 de septiembre de
1947, el general Nathan Twining –que el 8 de julio de 1947 se encontraba, casualmente,
en Nuevo México– redactó otro documento en donde se leía que "el fenómeno es real y
no algo visionario o ficticio" y que había que "pensar en la posibilidad de que algunos
objetos son controlados tanto de forma manual, automática o por control remoto". Con
estos y otros datos, el general Schulgen se descolgaba el 28 de Octubre de aquel mismo
año afirmando en otro documento, destinado a los servicios de información de la USAF
en todo el mundo, que los OVNIs estaban construidos "utilizando varias combinaciones
de metales, hojas metálicas, plásticos y quizás madera de balsa o material similar".
¿Cómo podía saberlo si no era basándose en los restos de Roswell, que se ajustan como
un guante a esta descripción?
47 años después...
El silencio militar ha durado casi cinco décadas. Fue a partir de 1992, cuando dos
investigadores civiles –Kevin Randle y Don Schmitt– reavivaron el caso Roswell
entrevistándose con nuevos testigos, que el asunto del OVNI estrellado volvió a
preocupar a los militares. Estos dos ufólogos convencieron al representante republicano
por Nuevo México, Steven Schiff, de la gravedad de los hechos y éste decidió poner en
un aprieto a la USAF encargando la reinvestigación del caso a la Oficina General de
Contaduría (GAO) del Congreso. Se trata de un organismo público que sirve para
controlar, entre otras cosas, los más de 30 billones de dólares anuales destinados a
"fondos reservados" y que dispone de "carta blanca" para investigar en el seno de
organismos gubernamentales.
Pues bien, antes que la GAO finalizara su informe, la USAF hizo público el suyo en
Julio de 1994. No sólo era la primera vez que la Fuerza Aérea se pronunciaba sobre el
caso Roswell desde el desmentido del general Ramey cuarenta y siete años antes, sino
que era el primer comunicado oficial sobre OVNIs de la USAF desde el cierre del
Proyecto Libro Azul en 1969. En él ya señalaba al vuelo nº 4 del Proyecto Mogul como
el responsable del caso.
Un año más tarde, en Julio de 1995, la GAO emitía su propio informe, respaldando
tácitamente el elaborado previamente por el coronel Weaver, pero asegurando que le ha
sido imposible acceder a la información del caso porque alguien no identificado,
contraviniendo la normativa vigente, había destruido la información administrativa
básica de la base de Roswell correspondiente, entre otros, al periodo del accidente del
OVNI. Además, su informe descartaba por completo que hubiera sido un accidente
aéreo, un misil o un fallo nuclear el responsable del OVNI.
Finalmente, dos meses más tarde, la USAF remataba su faena con su monumental
compendio El informe Roswell. Justo cuando en todo el mundo no se hablaba de otra
cosa que de cierta película que presuntamente recogía las autopsias practicadas a unas
extraterrestres barrigonas... y que en 1995 se emitían por las televisiones de medio
mundo.
Autopsias dudosas
A primeros de 1995 –justo cuando todos los investigadores del caso Roswell
esperábamos el pronunciamiento de la GAO sobre lo que sucedió en Nuevo México en
el verano de 1947– surgió la noticia: un productor de televisión británico llamado Ray
Santilli, se había hecho con 90 minutos de película "top secret" filmada por un tal Jack
Barnett durante las autopsias practicadas a los tripulantes del OVNI de Roswell. La
filmación, comercializada espectacularmente en los meses siguientes, nos desvió de
nuestra espera de reacciones oficiales en Estados Unidos y nos obligaba a replantearnos
el caso Roswell casi en su totalidad.
Lo sospechoso de este asunto, aún por encima de quién se esconde tras la autoría de
este más que probable fraude, es el objetivo del mismo. ¿Qué se pretendía al hacernos
creer que el OVNI de Roswell cayó a primeros de junio de 1947? ¿Acaso igualar la
fecha a la del vuelo nº 4 del Proyecto Mogul? Y es más: ¿por qué la película de las
autopsias se divulga justo a finales de Agosto de 1995, días antes de la emisión de El
informe Roswell de la USAF? Mi impresión particular es que estos dos últimos hitos en
la historia reciente del caso Roswell fueron coordinados para añadir confusión a este
incidente y dificultar una pronta liberación de toda la información reservada al respecto.
Y esa tesis es la que defiendo en mi libro Roswell, secreto de Estado.
Stanton T. Friedman
Friedman ha escrito varios libros relacionados con el tema Ovni y fue uno de los
primeros investigadores civiles en estudiar el Incidente OVNI de Roswell. Desde 1967,
ha hablado sobre el Fenómeno Ovni en más de 600 institutos y universidades y en más
de 100 grupos profesionales de Estados Unidos, Canadá y en otros 16 países.
Tabla de contenidos
1 Biografía
1.1 Educación
1.2 Madurez
Educación
Friedman se graduó en la Universidad de Chicago, ganando un diploma universitario
(1955) y un Master en ciencias (1956) de Física Nuclear.
Madurez
Friedman estuvo de empleado durante 14 años como físico nuclear para las compañías
General Electric, General Motors, Westinghouse, TRW Systems, Aerojet General
Nucleonics, y McDonnell Douglas. Los proyectos incluyeron el trabajo sobre el avión
nuclear, los cohetes de la fisión y de la fusión, y las centrales eléctricas nucleares para el
espacio. También estuvo implicado con la investigación de las ediciones de la radiación
y los procedimientos de la dirección para la nave espacial Pioneer 10 y del Pioneer 11,
los primeros objetos artificiales para explorar la región externa del Sistema Solar.
Lo emplearon como físico nuclear en General Electric, General Motors, Sistemas TRW
y otras corporaciones grandes en los años 50 y los años 60, y desde los años 80 tiene
trabajo relacionado mientras que dirigía varías compañías en las industrias de la
Irradiación del Alimento y la detección del Radón. Friedman es miembro de la Sociedad
Nuclear Americana y del Instituto Americano de Aeronáutica y AFTRA. Él ha
presentado los papeles en las reuniones de la sociedad nuclear americana, así como la
presidencia de una sesión. Él era además comentarista semanal en la Canadian
Broadcasting Corporation por 6 años en 1980.
Investigación
Friedman se intereso en la ufología desde que era niño, y mediados de los años sesenta
salió eventualmente de su trabajo como ingeniero y se dedicó a dar conferencias sobre
asuntos de ufología. El fue quizás uno de los primeros investigadores en publicar el
choque de una nave extraterrestre en Roswell (Nuevo México). Una porción
significativa de las conferencias de Friedman y las ideas se derivan de los documentos
del Majestic 12, y de los resultados de su investigación en los archivos de varias
instituciones del gobierno de los Estados Unidos y de las bibliotecas presidenciales.
Friedman ha publicado más de 80 artículos científicos de ufología. Stanton es un
constante combatiente con los críticos de la hipótesis extraterrestre y las teorías de
encubrimiento del gobierno sobre el incidente de Roswell. Friedman es el promotor
incansable y más significativo de la idea UFO-ETH. Desde 1967 ha dado varias
conferencias del tema ufológico en más de 600 universidades y sobre 100 grupos
profesionales en los 50 estados de los E.E.U.U., 9 provincias canadienses, y ha
aparecido en otros 14 programas de radio y televisión de otros países. Ha proporcionado
testimonio escrito a las audiencias del congreso, apareció dos veces en la O.N.U., y a
sido pionero en varios aspectos de la ufología incluyendo el caso Roswell, Majestic 12,
el mapa estelar de Betty y Barney Hill y el análisis de Delphos, Kansas. Friedman se
presentó en el Lifetime Achievement Award de Leeds, Inglaterra, en septiembre del
2002 por la revista de ufología del Reino Unido. El documental que difundieron en el
año 2002 de Stanton T. Friedman en Canada es real.
Teorías
Friedman ha llegado a la conclusión de que una pequeña porción de los videos sobre
estos objetos y de los que no se ha llegado a dar una posible solución, son según el,
naves extraterrestres provenientes de otro planeta que vienen a estudiar nuestro planeta.
El es el único de los que aborda tales teorías, en la que cree que estas máquinas están
diseñadas según la física y las tecnologías que son enteramente plausibles dentro de la
comprensión humana moderna.
Dado su fondo y trabajo en la ingeniería sobre el mapa estelar de los Hill y el caso
Roswell, Friedman ha concluido que en Julio de 1947 un vehiculo electrodinámico
propulsado por "materia interestelar" era del sistema binario de estrellas Zeta Reticuli y
su posible choque en el desierto de Nuevo México puede que halla sido debido a un
relámpago. Friedman asegura que el gobierno de los Estados Unidos está en posesión de
la nave extraterrestre encontrada en Nuevo México y de los cuerpos de sus ocupantes. Y
desde ese suceso lo llevan encubriendo hasta ahora. Stanton Friedman ha publicado
libros sobre este suceso y otros temas ufológicos, desde entonces lleva dando
conferencias sobre el hecho ocurrido en Roswell.
Cuando se informó a la madre del célebre abducido Travis Walton de que un ovni había
fulminado a su hijo con un rayo y luego se lo había llevado al espacio, contestó con
poca curiosidad: "Bueno, así es como ocurren las cosas". ¿No es así?.
Una vez eliminados de la serie de datos los fenómenos naturales, los engaños y las
aberraciones psicológicas, ¿queda algún residuo de casos muy creíbles pero
extremadamente raros, sobre todo casos sustentados por pruebas físicas? ¿Hay una
"señal" oculta en todo este alboroto? Desde mi punto de vista, no se ha detectado
ninguna. Hay casos de los que se informa con fiabilidad que no son raros, y casos raros
que no son fiables. No hay ningún caso -a pesar de más de un millón de denuncias de
ovnis desde 1947- en que la declaración de algo extraño que sólo puede ser una
aeronave espacial sea tan fidedigna que permita excluir con seguridad una mala
interpretación, tergiversación o alucinación. Todavía hay una parte de mí que dice: "Qué
lástima".
Se nos bombardea regularmente con extravagantes declaraciones sobre ovnis que nos
venden en porciones digeribles, pero muy rara vez llegamos a oír algo de su resultado.
No es difícil de entender: ¿qué vende más periódicos y libros, qué alcanza una mayor
valoración, qué es más divertido de creer, qué es más acorde con los tormentos de
nuestra época: un accidente de naves extraterrestres, estafadores experimentados que se
aprovechan de los crédulos, extraterrestres de poderes inmensos que juegan con la
especie humana o las declaraciones que derivan de la debilidad y la imperfección
humana?
A lo largo de los años he dedicado mucho tiempo al problema de los ovnis. Recibo
muchas cartas al respecto, a menudo con relatos detallados de primera mano. A veces, el
escritor de la carta me promete revelaciones trascendentales si le llamo. Después de dar
una conferencia -casi sobre cualquier tema- se me pregunta a menudo: "¿Cree en los
ovnis?". Siempre me sorprende la manera de plantear la pregunta, la sugerencia de que
se trata de un asunto de fe y no de pruebas. Casi nunca me preguntan: "¿Hasta qué
punto son fiables las pruebas de que los ovnis son naves espaciales extraterrestres?".
Yo fui miembro del comité del Consejo Asesor Científico de las Fuerzas Aéreas de
Estados Unidos que investigó el estudio de los ovnis llamado "Proyecto Libro Azul",
aunque antes, significativamente, se había llamado "Proyecto Grudge [Fastidio]". Nos
encontramos con que el esfuerzo que se estaba realizando era desganado y desechable.
A mediados de la década de los sesenta, el cuartel general del Proyecto Libro Azul se
encontraba en la base de las Fuerzas Aéreas Wright-Patterson de Ohio, donde también
estaba la base de la "Inteligencia Técnica Extranjera" (dedicada principalmente a
averiguar qué armas nuevas tenían los soviéticos). Contaban con una sofisticada
tecnología para la consulta de expedientes. Uno preguntaba por un incidente de ovnis
determinado y, como si se tratara de jerséis y trajes de la lavandería, le iban pasando
resmas de expedientes por delante hasta que la máquina se paraba al llegar ante el
demandante el expediente solicitado.
Pero lo que había en esos expedientes no tenía gran valor. Por ejemplo, ciudadanos
respetables declaraban haber visto flotar luces sobre una pequeña ciudad de New
Hampshire durante más de una hora, y la explicación del caso era que había una
escuadrilla de bombarderos estratégicos de una base cercana de las Fuerzas Aéreas en
ejercicios de instrucción. ¿Podían tardar una hora en atravesar la ciudad los
bombarderos? No. ¿Sobrevolaban los bombarderos la ciudad en el momento en que se
decía que habían aparecido los ovnis? No. ¿Nos puede explicar, coronel, cómo puede
ser que se describa que los bombarderos estratégicos "flotaban"? No. Las negligentes
investigaciones del Libro Azul tenían un papel poco científico, pero servían para el
importante propósito burocrático de convencer a gran parte del público de que las
Fuerzas Aéreas se aplicaban a la tarea y que quizá no había nada tras las denuncias de
ovnis.
Desde luego, eso no excluye la posibilidad de que en alguna otra parte se desarrollara
otro estudio de los ovnis más serio, más científico (dirigido, por ejemplo, por un general
de brigada en lugar de un teniente coronel). Creo que incluso es probable que fuera así,
no porque crea que nos visitan extraterrestres sino porque, ocultos en el fenómeno de
los ovnis, debe de haber datos considerados en otros tiempos de importante interés
militar. Desde luego, si los ovnis son como se dice -aparatos muy rápidos y
maniobrables-, los militares tienen la obligación de descubrir cómo funcionan. Si los
ovnis eran construidos por la Unión Soviética, las Fuerzas Aéreas tenían la
responsabilidad de protegernos. Teniendo en cuenta las notables características de
actuación que se les adjudicaba, las implicaciones estratégicas de que hubiera ovnis
soviéticos sobrevolando impunemente las instalaciones militares y nucleares
norteamericanas eran preocupantes. Si, por otro lado, los ovnis eran construidos por
extraterrestres, podríamos copiar la tecnología (si pudiéramos apoderarnos de un solo
platillo) y conseguir una clara ventaja en la guerra fría. Y, aunque los militares no
creyeran que los ovnis fueran fabricados por soviéticos ni extraterrestres, tenían una
buena razón para seguir los informes de cerca.
En la década de los cincuenta, las Fuerzas Aéreas utilizaban ampliamente los globos-
sonda, no sólo como plataformas de observación meteorológica, como se anunciaba de
manera destacada, y como reflectores de radar, algo que se reconocía, sino también,
secretamente, como aparatos de espionaje robótico, con cámaras de alta resolución e
intercepción de señales. Mientras los globos en sí no eran muy secretos, sí lo eran la
serie de reconocimientos que hacían. La forma de los globos de gran altitud puede
parecerse a la de un platillo cuando se ve desde el suelo. Si no se calcula bien la
distancia en la que se encuentran, es fácil imaginar que llevan una velocidad
absurdamente grande. En ocasiones, propulsados por una ráfaga de viento, hacen un
cambio de dirección abrupto, poco característico de un avión y en aparente desafío de la
ley de la inercia... si uno no atina a ver que son huecos y no pesan casi nada.
El sistema de globos militares más famoso, que fue probado ampliamente en todo
Estados Unidos a principios de los cincuenta, se llamaba Skyhook. Otros sistemas y
proyectos de globos se denominaron Mogul, Moby Dick, Grandson y Genetrix. Urner
Lidell, que tenía cierta responsabilidad sobre esas misiones en el Laboratorio de
Investigación Naval, y que posteriormente fue funcionario de la NASA, me dijo una vez
que creía que todos los ovnis denunciados eran globos militares. Aunque decir "todos"
es ir demasiado lejos, creo que no se ha apreciado suficientemente su papel. Que yo
sepa, no ha habido ningún experimento de control sistemático y deliberado en el que se
lanzaran secretamente globos de gran altitud, se hiciera un seguimiento y se anotaran las
visiones de ovnis por parte de observadores visuales y por radar.
En 1947 se armó un gran revuelo con uno o más platillos volantes supuestamente
accidentados cerca de Roswell, Nuevo México. Hay algunos informes iniciales y
fotografías de periódicos del incidente que son totalmente coherentes con la idea de que
eran los restos de un globo de gran altitud accidentado. Pero algunos residentes de la
región -especialmente décadas después- recuerdan materiales más extraños, jeroglíficos
enigmáticos, amenazas del personal militar a los testigos si no callaban lo que sabían y
la historia canónica de que se metió en un avión la maquinaria extraterrestre y partes del
cuerpo y se envió al Comando de Material Aéreo de la base de las Fuerzas Aéreas de
Wright-Patterson. Algunas de las historias del cuerpo extraterrestre recuperado, aunque
no todas, están asociadas con este incidente.
Philip Klass, un escéptico que se ha dedicado a los ovnis desde hace mucho tiempo, ha
revelado una carta posteriormente desclasificada de fecha 27 de julio de 1948, un año
después del "incidente" Roswell, del general de división C.B. Cabell, entonces director
de Inteligencia de las Fuerzas Aéreas (y posteriormente, como oficial de la CIA, una
figura central en la fracasad invasión de Cuba en bahía de los Cochinos). Cabell
preguntaba a los que le habían informado qué podían ser los ovnis. El no tenía ni idea.
En una respuesta resumida de 11 de octubre de 1948, que incluía información explícita
en posesión del Comando de material Aéreo, vemos que se dice al director de
Inteligencia que tampoco nadie de las Fuerzas Aéreas tiene ninguna pista. Eso hace
improbable que el año anterior hubieran llegado fragmentos de ovnis y sus ocupantes a
Wright-Patterson.
La principal preocupación de las Fuerzas Aéreas era que los ovnis pudieran ser rusos.
Ante el enigma de por qué los rusos probaban los platillos volantes sobre Estados
Unidos, propusieron cuatro respuestas: "1) Socavar la confianza de Estados Unidos en
la bomba atómica como el arma más avanzada y decisiva en la guerra. 2) Realizar
misiones de reconocimiento fotográfico. 3) Comprobar las defensas aéreas de Estados
Unidos. 4) Realizar vuelos de familiarización [para bombarderos estratégicos] sobre el
territorio de Estados Unidos". Ahora sabemos que los ovnis no eran ni son rusos y, por
mucho interés que tuvieran los soviéticos por los objetivos 1 a 4, no los perseguían con
platillos volantes.
Gran parte de las pruebas relativas al incidente Roswell parecen apuntar al lanzamiento
de un grupo de globos de gran altitud, quizá desde el campo aéreo de la Armada de
Alamogordo o del campo de pruebas de White Sands, que se estrellaron cerca de
Roswell; el personal militar recogió apresuradamente los restos de instrumentos secretos
y enseguida aparecieron artículos en la prensa anunciando que era una nave espacial de
otro planeta ("La RAAF captura platillo volante en un rancho de la región de Roswell")
y una serie de recuerdos que van fermentando a lo largo de los años y se avivan ante la
oportunidad de un poco de fama y fortuna. (En Roswell hay dos museos que son puntos
importantes de la ruta turística.)
Un informe encargado en 1994 por el secretario de las Fuerzas Aéreas y el
Departamento de Defensa en respuesta a la insistencia de un congresista de Nuevo
México identifica los residuos de Roswell como restos de un sistema de detección
acústica de baja frecuencia que llevaban los globos, de largo alcance y altamente
secreto, llamado "Proyecto Mogul": un intento de captar explosiones de armas nucleares
soviéticas a altitudes de la tropopausa. Los investigadores de las fuerzas Aéreas, tras
registrar meticulosamente los archivos secretos de 1947, no encontraron pruebas de un
aumento de tráfico de mensajes:
Los objetivos de radar que llevaban los globos fueron fabricados en parte por
compañías de juguetes de Nueva York, cuyo inventario de motivos decorativos parece
propiciar que muchos años después se recuerden como jeroglíficos extraterrestres.
También aquí tenemos todas las razones para creer que se debió de ordenar a un equipo
investigador técnico de alto nivel, a los observadores de las Fuerzas Aéreas y a los
civiles que mantuvieran la boca cerrada, y que se diera no sólo la apariencia sino la
realidad de la supresión de datos. Tampoco aquí esta conspiración de silencio tiene por
qué tener nada que ver con naves aeroespaciales de extraterrestres. Décadas más tarde,
todavía hay razones burocráticas para que el Departamento de Defensa siga guardando
silencio sobre aquellos problemas. Hay un conflicto potencial de intereses entre las
preocupaciones localistas del Departamento de Defensa y la solución al enigma de los
ovnis.
En vista de todo esto, estoy perfectamente dispuesto a creer que al menos algunos
informes y análisis de ovnis, y quizá voluminosos archivos, se ha hecho inaccesibles al
público que paga los impuestos. La guerra fría ha terminado, la tecnología de misil y de
globo ha quedado prácticamente obsoleta o está al alcance de todos, y los que podrían
sentirse turbados ya no están en el servicio activo. Lo peor, desde el punto de vista
militar, es que sería reconocer de nuevo que se confundió o mintió al público americano
en interés de la seguridad nacional. Ya es hora de que los archivos dejen de ser
reservados y se pongan a disposición general.
Ahora añadamos a esta mezcla, ya dura de por sí, la Ley de Libertad de Información
(LLI). Se formula una demanda a la NSA de toda la información que tenga disponible
sobre ovnis. La Ley le exige una respuesta, aunque desde luego sin revelar "métodos y
fuentes". La NSA también tiene la obligación seria de no alertar de sus actividades a
otras naciones, amigas o enemigas, de un modo inoportuno y molesto políticamente.
Así, un informe más o menos típico de los que entrega la NSA en respuesta a una
demanda de la LLI tiene tachado un tercio de la página, un fragmento de una línea que
dice "informó de un ovni a baja altitud", seguido de dos tercios de página tachados. La
NSA sostiene que comunicar el resto de la página comprometería potencialmente las
fuentes y métodos, o al menos alertaría a la nación en cuestión de lo libremente que se
intercepta su tráfico de radio de aviación. (Si la NSA comunicara transmisiones
circundantes, aparentemente inocuas del avión a la torre, sería posible que la nación en
cuestión constatara que se escuchan sus diálogos de control de tráfico aéreo militar y
pasaran a modos de comunicación -saltos de frecuencia, por ejemplo- que dificultarían
las intercepciones de la NSA.) Pero es comprensible que los que sustentan la teoría de la
conspiración de los ovnis, al recibir en respuesta a sus demandas de la LLI docenas de
páginas de material con casi todo tachado, deduzcan que la NSA posee amplia
información sobre los ovnis y que participa en una conspiración de silencio.
Puede usarse una lógica similar para hacer que la NSA parezca parte de cualquier
conspiración. Por ejemplo, según dicen, se le pidió una respuesta a una demanda de la
LLI sobre lo que supiera del cantante Elvis Presley. (Se habían comunicado apariciones
del señor Presley con resultado de curaciones milagrosas.) Bien, la NSA sabía varias
cosas. Por ejemplo, que un informe sobre los recursos económicos de cierta nación
comunicaba cuántas cintas y discos compactos se habían vendido allí. Esta información
también aparecía en un par de líneas rodeadas de un vasto océano de oscuridad
censurada. ¿Estaba implicada la NSA en un encubrimiento de Elvis Presley? Aunque
desde luego no he investigado personalmente el trabajo de la NSA relacionado con los
ovnis, esta historia me parece verosímil.
Si estamos convencidos de que el gobierno nos oculta visitas de extraterrestres,
deberíamos enfrentarnos a la cultura de secreto de las fuerzas militares y de inteligencia.
Como mínimo podemos presionar para que la información relevante de hace décadas
-de las que es un buen ejemplo el informe de las Fuerzas Aéreas sobre el "Incidente
Roswell" de julio de 1994- deje de ser reservada.
Desde luego, hay resistencia. Hay información legítimamente reservada; como con las
armas militares, a veces realmente el secreto es de interés nacional. Además, las
comunidades militar, política y de inteligencia tienden a valorar el secreto por sí mismo.
Es una manera de silenciar a los críticos y eludir acusaciones de incompetencia o algo
peor. Genera una elite, un grupo de hermanos a los que se puede conceder de manera
fiable la confianza nacional, a diferencia de la gran masa de ciudadanos en
representación de los cuales presumiblemente se hace secreta la información. El secreto,
con pocas excepciones, es profundamente incompatible con la democracia y la ciencia.
Una de las intersecciones más estimulantes que se han comentado entre los ovnis y el
secreto son los llamados documentos MJ-12. A finales de 1984, según cuenta la historia,
apareció un sobre que contenía un rollo de película expuesta pero no revelada en el
buzón de un productor de cine, Jaime Shandera, interesado en los ovnis y el
encubrimiento del gobierno (no deja de ser curioso que ocurriera justo cuando salía para
ir a comer con el autor de un libro sobre los supuestos acontecimientos de Roswell,
Nuevo México). Cuando revelaron la película, "resultó ser" página tras página de una
orden ejecutiva altamente reservada, "sólo para lectura", con fecha de 24 de septiembre
de 1947, en la que el presidente Harry S. Truman aparentemente nombraba un comité de
doce científicos y oficiales del gobierno para examinar una serie de platillos volantes
accidentados y pequeños cuerpos extraterrestres. La formación del comité MJ-12 es
destacable, porque en él constan exactamente los nombres de los miembros militares, de
inteligencia, de ciencia e ingeniería que habrían sido convocados a investigar estos
accidentes si hubieran ocurrido. En los documentos MJ-12 hay sugestivas referencias a
apéndices sobre la naturaleza de los extraterrestres, la tecnología de sus naves y cosas
así, pero no se incluyen en la misteriosa película.
Las Fuerzas Aéreas dicen que el documento es falso. El experto en ovnis Philip J. Klass
y otros encuentran inconsistencias lexicográficas y tipográficas que sugieren que todo es
un engaño. Los que compran obras de arte se preocupan por la procedencia de sus
cuadros, es decir, quién fue el último propietario y quién el anterior, y así hasta el artista
original. Si faltan eslabones en la cadena -si sólo se puede seguir el rastro de un cuadro
de trescientos años de antigüedad durante sesenta y después no tenemos ni idea de en
qué casa o museo estaba expuesto- surgen señales de aviso de falsificación. Como el
beneficio para los falsificadores de arte es muy alto, los coleccionistas deben ser
especialmente cautos. El punto más vulnerable y sospechoso de los documentos MJ-12
radica precisamente en esta cuestión de procedencia: una prueba dejada milagrosamente
en el umbral, como salida de una historia de cuento de hadas, quizás "El zapatero y los
duendes".
Asumiendo que ambos documentos pertenecen a la misma categoría, los MJ-12 son un
engaño más inteligente que la Donación de Constantino. Pero tienen mucho en común
en el aspecto de la procedencia, el interés concedido y las inconsistencias lexicográficas.
Desde el final de la guerra fría, la NASA ha tenido que dedicar grandes esfuerzos a la
búsqueda de misiones que justificaran su existencia: particularmente, una buena razón
para enviar humanos al espacio. Si la Tierra fuera visitada diariamente por
extraterrestres, ¿no se aferraría la NASA a esta oportunidad para aumentar su
financiación? Y si hubiera una invasión de extraterrestres en curso, ¿por qué las Fuerzas
Aéreas, dirigidas tradicionalmente por pilotos, iban a abandonar los vuelos espaciales
tripulados para lanzar todas sus cápsulas en cohetes sin tripulación?
Igual que hay quien acepta a pies juntillas cualquier informe sobre ovnis, los hay que
descartan la idea de visitas extraterrestres de entrada y con gran pasión. Dicen que es
innecesario examinar las pruebas y "acientífico" considerar siquiera el tema. En una
ocasión colaboré en la organización de un debate público en la reunión anual de la
Asociación Americana para el Avance de la Ciencia entre científicos partidarios y
oponentes de la propuesta de que algunos ovnis eran naves espaciales; después de ello,
un distinguido físico, cuya opinión en muchos otros asuntos yo respetaba, me amenazó
con denunciarme al vicepresidente de Estados Unidos si insistía en tal locura. (Con
todo, el debate se mantuvo y se publicó, los temas quedaron un poco más aclarados y no
recibí noticias de Spiro T. Agnew.)
Es significativo que un asunto del que en realidad sabemos tan poco provoque tantas
emociones. Especialmente es así en el frenesí de denuncias de abducciones por
extraterrestres más reciente. Al fin y al cabo, de ser ciertas, ambas hipótesis -la invasión
de manipuladores sexuales extraterrestres o una epidemia de alucinaciones- nos enseñan
algo que deberíamos saber. Quizá la razón de que las reacciones sean tan fuertes es que
las dos alternativas tienen implicaciones desagradables.
Aurora
La Aurora es una aeronave de gran altitud, extremadamente secreta, sucesora del U-2 y
el SR-71 Blackbird. Puede ser que exista o que no exista. En 1993, los informes de
observadores cerca de la base Edwards de las Fuerzas Aéreas de California y en Groom
Lake, Nevada, y especialmente en una región de Groom Lake llamada Area 51 donde se
prueban las aeronaves experimentales del Departamento de Defensa, parecían en
general coherentes unos con otros. Se recogieron informes de confirmación de todo el
mundo. A diferencia de sus predecesoras, se dice que la aeronave es hipersónica, que
viaja a una velocidad mayor, quizá de seis a ocho veces, que el sonido. Deja una extraña
estela descrita como "donuts en una cuerda". Quizá también sea un medio de poner en
órbita pequeños satélites secretos, desarrollados, se especula, después de que el desastre
del Challenger indicara la poca fiabilidad del transbordador para cargas explosivas de
defensa. Pero la CIA "jura categóricamente que no existe este programa", dice el
senador y antiguo astronauta John Glenn. El principal diseñador de algunas de las
aeronaves más secretas de Estados Unidos dice lo mismo. Un secretario de las Fuerzas
Aéreas ha negado con vehemencia la existencia de un avión así, o de un programa para
construirlo, en las Fuerzas Aéreas o en ninguna otra parte. ¿Ha mentido? "Hemos
analizado todas esas visiones, como hemos hecho con los informes de ovnis", dice un
portavoz de las Fuerzas Aéreas, en palabras quizá cuidadosamente elegidas, "y no
podemos dar una explicación". Mientras tanto, en abril de 1995, las Fuerzas Aéreas se
hicieron con cuatro mil acres más cerca del Area 51. La zona a la que se niega el acceso
público va creciendo.
Consideremos pues las dos posibilidades: que la Aurora exista y que no exista. Si
existe, es asombroso que se haya intentado encubrir oficialmente su existencia, que el
secreto pueda ser tan efectivo y que el avión pueda ser probado o repostar en todo el
mundo sin que se publique una sola fotografía o alguna prueba fehaciente. Por otro lado,
si la Aurora no existe, es asombroso que se haya propagado un mito de manera tan
vigorosa y haya llegado tan lejos. ¿Por qué las insistentes negativas oficiales han tenido
tan poco peso? ¿La mera existencia de una designación -la Aurora en este caso- puede
servir para poner una etiqueta común a una serie de fenómenos diversos? En cualquier
caso, la Aurora parece ser pertinente para los ovnis.
ROSWELL,AREA 51 Y MAJESTIC,OPINIONES :
La historia del accidente de Roswell empezó el 2 de julio de 1947, cuando Mac Brazel
oyó una fuerte explosión en plena tormenta eléctrica.
A la mañana siguiente, Brazel, que era el administrador del rancho Foster, situado entre
Roswell y la ciudad de Corona, salió a inspeccionar una bomba de agua. Por el camino
descubrió una zona de un kilómetro de longitud sembrada de restos de un material que,
cuando se doblaba, se volvía a enderezar espontáneamente.
También había trozos de lo que más tarde se vino a llamar las "viguetas en I", que tenían
grabados unos extraños símbolos de color azul lavanda. Esas viguetas eran tan livianas
como la madera de balsa y no podían romperse ni quemarse.
El 6 de junio, Brazel volvió al lugar, cargó los restos que pudo en su vieja camioneta y
los entregó al sheriff de Roswell, quien a su vez los mostró al comandante Marcel. Éste
los examinó y comentó que eran de un material muy extraño y totalmente diferente a lo
que había visto.
Cabe destacar que todo lo que se recogió en Roswell fue a parar a la archiconocida Área
51, que ha sido testigo de innumerables avistamientos OVNI.
Area 51
El Hallazgo
Los dos hombres cargaron en sus vehículos todos los trozos que pudieron, dejando una
gran cantidad de ellos. En el viaje de regreso a Roswell, Marcel se detuvo en su casa
para enseñar algunos de los restos a su esposa y a su hijo.
Mientras tanto, el comandante Marcel recibió orden de embarcar los restos del presunto
platillo volador en un B-29 y trasladarse con ellos a Wright Field (actual base de
Wright-Patterson), en Ohio, haciendo escala en el cuartel general de la 8a. Fuerza Aérea,
en Fort Worth (Texas).
Mientras, en Washington, el jefe del Mando Aéreo Estratégico había tenido noticia del
caso y se había puesto en contacto con el jefe de Estado Mayor de Fort Worth, al que
encargó que inventase una historia alternativa y que dejase la gestión del incidente en
manos del general Roger Ramey, el jefe de esa base.
Cuando Marcel aterrizó en Fort Worth, Ramey le dijo que no comentase nada, que él se
hacía cargo del asunto. Irving Newton, el meteorólogo de la base, llevó al lugar de los
hechos unos trozos de un globo meteorológico y de un reflector de radar, hecho de hoja
de aluminio y varillas de madera. Marcel posó con esos restos falsos y se dijo a la
prensa que se había cometido un error, que no era un platillo volador, sino un reflector
de radar.
La nueva versión de la historia fue emitida a las 17 horas, demasiado tarde para los
periódicos, excepto para la última edición de Los Ángeles Herald Express. El subtítulo
decía "El general cree que se trata de los fragmentos de un radar meteorológico".
Hallazgo de Cuerpos
La limpieza del rancho Foster y de sus alrededores duró una semana, durante la cual se
prohibió a Marcel que hablase con nadie. La búsqueda de restos se amplió y, dos días
más tarde, se encontró el elemento principal del platillo volador y, a sólo 1.600 m de
éste, los cadáveres de unos extraterrestres.
EL PROYECTO MAJESTIC-12
Al revelar la película, vio que contenía negativos de lo que parecía ser un informe, del
18 de noviembre de 1952, para el presidente electo Dwight D. Eisenhower. En la
primera página había una advertencia: "Este es un documento de ALTO SECRETO -
SÓLO PARA LECTURA, que contiene información clasificada, esencial para la
seguridad nacional de los Estados Unidos". en la segunda página había una lista de doce
influyentes científicos, jefes militares y consejeros de información de EE UU. Hasta la
tercera página no se apreciaba con claridad el tema del documento: el hallazgo de un
platillo volador accidentado y de unos cuerpos de extraterrestres cerca de Roswell,
Nuevo México, en julio de 1947.
La última página del documento era un memorando del presidente Harry Truman
dirigido al ministro de Defensa, James Forrestal, de fecha 24 de septiembre de 1947. En
él, Truman daba instrucciones a Forrestal para que pusiese en marcha la Operación
Majestic-12.
Por sí solo, ese memorando no tiene sentido. Pero, al leerlo junto con el informe de
1952, la historia parece clara: en julio de 1947, una "nave aérea en forma de disco" se
estrelló cerca de Roswell y los militares hallaron "entidades biológicas extraterrestres".
Cuando el presidente Truman fue informado del accidente, autorizó al ministro de
Defensa -Forrestal- a formar un comité que se hiciese cargo de la situación.
Fuente: http://lo-inexplicable.com.ar
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pobres humanos los que no quieran haceptar la verdad o creen que ellos nos estudian
para que nos vaya mejor lo unico que estan estudiando es la manera m,as facil de
detruirnos o hacernos sus mascotas/comida oetc mi causa esta dada y el que quiera
unirse a ella escribame magna_playboy@hotmail.com
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Parida escrita por Acoplaomartes, 19 de septiembre de 2006 | 22:18
http://www.grupoelron.org/temasextraterrestres/incidenteroswell.htm
http://www.grupoelron.org/temasextraterrestres/area51.htm
http://www.grupoelron.org/temasextraterrestres/majestic12.htm
Saludos.
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Parida escrita por jamorillomiércoles, 24 de enero de 2007 | 1:50
no tengamos la estupida pretencion de creer que somos los unicos seres inteligentes del
universo si consideramos que nuestra tierra es menos que un grano de arena ante el
saara si lo comparamos al universo .si dios existiera tendria que estar loco para dejarnos
solos en la inmensidad del cosmos . A otro pendejo con las mentiras de los politicos .
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Nunca nos imaginamos que existirían teléfonos celulares, que el plástico sería inventado
(curiosamente a mediados del siglo XX el plástico hace su debut), y que las
comunicaciones a distancia evolucionarían de tal forma que ahora en cuestión de
segundos podemos hacer contacto con quien nos plazca en cualquier parte del mundo...
Todo esto de la evolución tecnológica en tiempo corto me deja en que pensar...
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