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El presente trabajo es dedicado a todas las relaciones de pareja entabladas y las que están por
entablarse en este proceso de coexistencia con la persona deseada, ya que es justo en este
proceso donde se pondrá a prueba no solo una vez sino muchas veces la gran compatibilidad,
comprensión, paciencia y amor que puedan tenerse uno al otro al momento de afrontar las
adversidades y los muy comunes, problemas de pareja.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a todas las personas implicadas por hacer posible la realización del presente
proyecto, entre las que destacan nuestro profesor de carrera, quien no solo fue maestro, si no
también guía para nuestra formación académica, de la misma forma menciones honorificas a
nuestros padres quienes con sus esfuerzos nos apoyan día tras día para la culminación exitosa
de nuestras carreras profesionales, por ultimo a nuestros amigos y personas cercanas que de
una u otro forma nos tendieron una mano cuando mas lo requeríamos y es gracias a todo el
apoyo en conjunto de ellos y a nuestro propio esfuerzo que lograremos alcanzar las metas
propuestas.
CAPITULO 1: INTRODUCCIÓN
Los conflictos en la pareja se pueden agrupar alrededor de los aspectos fundamentales que
estructuran la pareja y que se han planteado hasta aquí:
INTIMIDAD. - Algunos autores identifican como área de conflicto los límites que
existen entre los dos componentes en el grado de intimidad. Aquí incluyen elementos
como la expresión de afecto (detalles, sexo, etc.),
En este punto lo primero es ayudar a la pareja a realizar demandas positivas hacia el cónyuge.
Lo que se busca es que realicen peticiones positivas en casa mediante la sesión ejecutada
durante la semana.
Aquí se insiste para que cada miembro de la pareja diga lo que quiere del otro mas que lo que
no quiere. Las peticiones deberán hacerse en términos de conductas concretas más que en
características generales de personalidad. Pedir a un marido que sea «más considerado» es
demasiado vago para que él entienda qué es lo que su esposa quiere que haga de forma
diferente. y puede que se sienta atacado. La vaga frase «más considerado» puede significar
desde «pon tu ropa sucia en la cesta» a «vuelve a casa pronto después del trabajo» o «escucha
un momento lo que he hecho durante el día». Lo que tenemos que hacer, como terapeutas, es
ayudar a la esposa que se encuentra en esta situación a que especifique qué frecuencia, cuándo
y dónde, para que sea «más considerado».
los terapeutas debemos hacer una demostración de la forma inapropiada y apropiada de hacer
una petición. Por ejemplo, de ¡cómo no hacerla!:
TERAPEUTA: (Modelando a la esposa.) Fue tan raro que llegases ayer tan pronto a casa que
no podía creerlo. De ahora en adelante me gustaría que dejases de ser tan poco considerado y
que dejases de volver tarde a casa tan a menudo.
Esta petición está expresada de una forma negativa más que positiva: no especifica la conducta
a aumentar o disminuir, sino que, por el contrario, pide un cambio de motivación (poca
consideración) y sin un tiempo limitado. Este tipo de petición es probable que provoque
defensividad en lugar de cumplimiento del miembro a quien se dirige.
Ahora haremos una demostración de cómo la misma petición puede aumentar la probabilidad
de que la persona que la oiga esté de acuerdo o dispuesta a negociar: ¡Cómo hacer/o!:
TERAPEUTA: (Modelando a la esposa.) Me gustó mucho que volvieses ayer pronto a casa.
Me gustaría que volvieses pronto o que me llamases si vas a tardar más de media hora un día
de la semana que viene. Me sentiría mucho más feliz toda la tarde.
Se puede comenzar con el procedimiento de petición con una pareja que probablemente
responderá bien a nuestras instrucciones y sugerencias. Es decir, empezar por una pareja que
sea un buen modelo para los otros miembros del grupo.
Proceder en el grupo haciendo que cada pareja haga sus peticiones por turnos. Después pedir a
los otros miembros del grupo que den feedback a la pareja reflejándoles la especificidad de las
demandas que han hecho. Cortar los juicios de valor de los miembros del grupo sobre lo
apropiado o no de la petición. Después de que se ha hecho la petición y se han puesto de acuerdo
las dos partes, fomentar los comentarios de ayuda de los otros miembros del grupo.
4.3 EL EJERCICIO DEL CONTRATO
Durante esta parte, la pareja deberá realizar un contrato formal para luego terminar con un
contrato escrito, en este contrato la pareja describirá las conductas a cambiar, las gratificaciones
por cumplirlas, así como las faltas por no hacerlo.
Como primer punto es presentar a la pareja la idea del contrato, especificándole los tres
principios básicos de un contrato efectivo:
1. La negociación. – Esta debe ser abierta y honesta sin implicar ningún castigo o
condicionamiento hacia la pareja, o lo que implica que ambos deben ser sinceros con
lo que quieren y están dispuestos a dar, ejm:
2. Términos simples. – Este contrato debe ser escrito en términos sencillos y claros, ya
que los términos vagos suelen provocar malos entendidos cuando la pareja intenta
decidir si al llegado al acuerdo final, ejm:
3. Ventajas mutuas. - El contrato debe mantener ventajas para ambas partes de la pareja,
es decir cada uno debe sentir que él o ella ha ganado algo valioso en la relación; ejm
una mujer puede pedir a su marido que planee una actividad de tiempo libre
para toda la familia todas las semanas, además de una vez al mes que es
cuando él lo hacía.
4. El cuarto principio es que la conducta del contrato debe estar en el repertorio actual de
la persona que lo acuerda. Por ejemplo, no se debe pedir a un marido Impotente que
inicie y lleve a cabo la relación sexual dos veces a la semana.
Una vez que se han explicado las razones para hacer un contrato y éstas han sido entendidas
por la pareja, se centrará su atención en el “Índice de Felicidad Familiar» este contiene ejemplos
de muchos tipos de demandas que los miembros de una pareja pueden querer hacer al otro.
4.4 PRINCIPIOS DEL CONTRATO DE GRUPO
Para que la pareja empiece a hacer el ejercicio del contrato se les dan contratos en
blanco, con dos columnas: “Conductas a cambiar” y “Refuerzos” Sigamos ahora en el
procedimiento de contrato seguido por Arthur y Mary. Comenzamos pidiéndoles que
cada uno eligiera una conducta de entre los elementos del «Índice de Felicidad
Familiar» que representara una acción que «estaría dispuesto» a intentar cambiar y que
piensa que le agradaría a su compañero. Debemos advertirles que la conducta elegida
no necesita ser algo sorprendente o fantástico, sino simplemente algo que le pueda
gustar al otro. Es importante también indicar que éstas son simplemente conductas a
cambiar potenciales, que son elegidas en una fase preliminar en el desarrollo de los
términos del contrato y que esta elección inicial no les obliga a cumplir con esa conducta
hasta que se complete el proceso de intercambio y negociación.
5.4.2 ELECCIÓN DE REFUERZOS
Iniciar este proceso recordando a la pareja que el propósito del ejercicio es promover
las estrategias de negociación y compromiso luego de esto se va a, pedir a cada esposo
que elija una conducta del “Índice de Felicidad Familiar” que presente una acción que
le agradaría. Puede ser una acción realizada por él, alguna conducta realizada por su
compañero, o una actividad mutua o en solitario.
El refuerzo elegido debe de ser una conducta o una actividad que el que la escoge reciba
normalmente o le atraiga, pero que desea que continúe o que aumente en frecuencia. Se
animará a la pareja a que se pregunte “¿Qué es lo que realmente necesito lo suficiente
como para trabajar por ello?”
Después cada uno lee al otro el refuerzo y le comenta porqué le resulta valiosa. Incitar
a los esposos a que se pregunten a sí mismos si el refuerzo solicitado es realistas y
razonable. Puede que necesitemos ayudarles a modificar las condiciones para que
puedan ser realistas, ejm:
2. Sirve como señalo recordatorio para el terapeuta y para la pareja para darse refuerzos
sociales mutuos. Esta función señalizadora genera cadenas de interacción positiva que
pueden ayudar a llevar a la pareja hacia nuevas formas de relación.
3. Promueve formas nuevas y más positivas de relación que pueden reemplazar a las
formas coercitivas.
7. Ayuda a los miembros a salvar las apariencias: ni tienen que aceptar la responsabilidad
de los problemas pasados, ni tienen que tomar la única responsabilidad para el cambio,
ni son el paciente designado. Los miembros de la pareja pueden decir: «Lo estamos
haciendo porque está en el contrato y ambos lo acordamos así».
En la siguiente sesión ambos miembros tienen que informar del grado en que han realizado sus
cambios de conducta y han utilizado sus refuerzos. Si la pareja está contenta con los términos
actuales de su contrato y desea continuar con él, se les debe animar a que sea así.
6.13 TERAPIA DE TERCERA GENERACIÓN
El que se plantee una nueva forma de conceptuar los problemas de pareja, y por ende una nueva
forma de tratarlos por los terapeutas, no significa que los logros que hasta la fecha ha tenido la
TPCT (Terapia Conductual Integrativa de Pareja) sean desechables, ni que haya que olvidar
los principios que subyacen en la TPCT. En realidad, la TIP representa una evolución que
pretende solventar sus dificultades y mejorar tanto su base filosófica como sus aspectos
técnicos. Son estos cambios los que la hacen pertenecer a lo que se ha denominado terapias de
tercera generación.
Desde el plano teórico, la TPCT se diferencia de la TIP en que ésta radicaliza en la visión que
tiene de los problemas de pareja. Para ello pone el énfasis en tres aspectos principales:
1. se vuelve al análisis funcional como forma de evaluar los problemas de pareja
2. se hace más hincapié en el reforzamiento natural y se usan menos reglas
3. se da más importancia al contexto en el que surgen los problemas, esto es, se atiende
mucho más al papel de la historia del individuo en los problemas actuales.
En la TIP la intervención se estructura en torno a tres cuestiones que trae la pareja de una sesión
a otra:
1. Discusión en sesión de situaciones generales y específicas que hayan surgido alrededor
del tema.
2. Situaciones en las que ha surgido el problema y lo han resuelto con éxito.
3. Situaciones que se podrían llamar positivas.
Al inicio de la terapia las primeras serán las más frecuentes para poco a poco ir dando paso a
las segundas. Si bien el componente central de la TIP es la aceptación, también se siguen
usando estrategias de cambio propias de la TPCT. Empezar por unas o por otras lo determina
el estado de la pareja. En principio, cuanto más polarizados estén, más necesidad de trabajar
en aceptación. Si se muestran colaboradores y con objetivos comunes no habrá problemas para
empezar con estrategias de cambio, y si se aprecian “durezas” en la intervención, habrá que dar
un giro hacia las estrategias de aceptación. Aunque raramente cuando fracasa el trabajo en
aceptación funciona el entrenamiento en habilidades, lo contrario sí es frecuente: allí donde el
trabajo en habilidades ha fracasado suele producir beneficios el trabajo en aceptación (Jacobson
y Christensen, 1996).
Para trabajar la aceptación existen tres estrategias centrales: la unión empática, la separación
unificada y la tolerancia. El objetivo de las dos primeras estriba en unir a la pareja alrededor
del problema; es decir, que el problema sirva para generar más intimidad. En la última la meta
consiste en transformar en menos dolorosas las conductas negativas del compañero (Jacobson
y Christensen, 1996). En la unión empática se pretende generar aceptación a través de poner
en contacto la conducta de un miembro de la pareja con su historia personal. Es decir, lo que
se hace es contextualizar el comportamiento que la otra persona considera problemático dentro
de la formulación que se hizo del problema. Así, la conducta negativa es vista como parte de
sus diferencias. Para ello se hace referencia a la fórmula de la aceptación:
REFERENCIAS: