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Los Celtas

Los celtas era un grupo de tribus feroces y guerreras que vivieron en la


Europa Central y Occidental entre los siglos VIII y I a.C. Se les conocía por
su habilidad como jinetes, hablaban lenguas semejantes y compartían,
muchas costumbres religiosas y artísticas.
Aunque los propios celtas eran analfabetos y no dejaron documentos
escritos, gran parte de la historia celta puede ser reconstruida a partir de los
escritores romanos. Gracias a sus textos sabemos que en el siglo IV a.C.
colonos y guerreros celtas procedentes del norte de los Alpes atacaron Italia
y los Balcanes. Los celtas saquearon Roma en el año 390 a.C. y en 279
a.C. llegaron nada menos que hasta Delfos, en Grecia. En el siglo III a.C. se
podían encontrar celtas tan al este como los Balcanes y Anatolia.
El ejército romano luchó denodadamente contra los invasores bárbaros y los
derrotó en la batalla de Telemón, en el norte de Italia, en el 225 a.C.
Posteriormente, los romanos se apoderaron gradualmente de las tierras
celtas de Italia, Hispania (la actual península Ibérica) y Anatolia.
El comandante romano Julio César comenzó a conquistar la Galia (la actual
Francia) en el año 50 a.C. Según los romanos iban penetrando en las
regiones celtas, mataban o tomaban prisioneros en masa. De una población
de entre seis y siete millones de celtas, un millón fueron asesinados y otro
millón vendidos como esclavos. A finales del siglo I d.C., los romanos
habían conquistado gran parte de Inglaterra y Gales; además, toda la
Europa central al sur del Rin y el Danubio estaba en sus manos. Los celtas
que vivían fuera de esas regiones habían sido derrotados por las tribus
germánicas del norte y los dacios, al este.
En el siglo V d.C. todos los restos de los celtas habían desaparecido de Gran
Bretaña y la Galia, cuando las invasiones germanas siguieron al colapso del
Imperio romano. En la actualidad, las lenguas celtas sobreviven
exclusivamente en los extremos occidentales de Europa: Escocia, Irlanda,
Gales, Bretaña (Francia) y Galicia (España).

La cultura celta
En la cultura celta se aprecian dos grandes periodos. Uno es el de Hallstatt,
que se extendió entre los años 800 y 500 a.C., y el otro es el de La Tène,
que duró entre 500 a.C. y 50 d.C.
La cultura Hallstatt recibe su nombre del cementerio de Hallstatt, en Austria,
Europa central. Por lo que sabemos, eran gentes que trabajaban el hierro
con habilidad y buenos jinetes. Estableciera una industria de explotación de
las minas de sal y un imperio comercial. Una rica elite de jefes vivía en
asentamientos fortificados en la cima de colinas y era enterrada con muchas
de sus posesiones: armas, joyas, carros y otros bienes de lujo.
Con posterioridad al siglo V a.C. cesaron los ricos enterramientos y la
cultuirá Hallstatt declinó con rapidez.
La cultura de La Tène, que la siguió, llamada así por un poblado junto a un
lago en Suiza, tenía centros de poder en la zona al norte de la región de
Hallstatt. Los guerreros celtas que cruzaron los Alpes en el siglo IV a.C.
procedían de la cultura de La Tène. La región de La Tène también fue
donde se originó ese estilo artístico que se conoce como celta.

Mapa de la cultura Celta

Los guerreros celtas


Los griegos y los romanos consideraban a los celtas como enemigos
peligrosos, pero vulnerables. La furia de los celtas en la guerra era
legendaria y su valentía y experto dominio de los caballos eran muy
admirados. No obstante, se los consideraba carentes de la disciplina de los
soldados griegos y romanos. Algunas de las prácticas celtas, como
conservar las cabezas cortadas de los enemigos distinguidos y
presentárselas a los visitantes, eran consideradas horribles por los pueblos
mediterráneos.
El guerrero celta era completamente distinto al legionario romano. Llevaba
el pelo blanqueado con cal y vestía pantalones en vez de túnica. También
llevaba joyas y una colorida capa a cuadros. Por lo general llevaba una
larga espada de hierro, una lanza y un gran escudo de piel. El casco y la
cota de malla le daban una protección adicional, si bien hay muchos textos
que nos dicen que los guerreros celtas iban desnudos a la batalla, excepto
por el torques (gargantilla decorada de oro o bronce).
La guerra era extremadamente importante para la sociedad celta. Las tribus
estaban gobernadas por elites guerreras para las cuales su reputación de
valentía en la batalla era una importante fuente de poder. El fracaso, en
especial en el caso de un jefe, no era aceptable, y en ocasiones los jefes
celtas se suicidaban para no sufrir la humillación de la derrota. El poder de
un guerrero celta venía determinado también por el número de sus
seguidores, de modo que su habilidad para distribuir la riqueza conseguida
a través de las incursiones o las conquistas era de gran importancia.

La agricultura de los pueblos celta


La agricultura era la principal actividad de una comunidad celta. Aunque su
práctica variaba con el tipo tierra, por lo general los celtas utilizaban una
agricultura mixta, con ganado y cultivos. El campo estaba cubierto de
pequeñas granjas y poblados, con asentamientos fortificados en las
cumbres que servían como mercados, centros artesanos y capitales
tribales.

Las mujeres celtas


En la sociedad celta, las mujeres ocupaban una posición más importante
que en las sociedades griega o romana. Su habilidad como luchadoras es
mencionada por varios escritores y tenían derecho legal a la propiedad tras
casarse. La existencia de importantes líderes femeninos, como la reina
Boudicca de la tribu iceni (los más temidos adversarios por los romanos en
Gran Bretaña) demuestra que era posible que las mujeres ocuparan cargos
muy importantes.
Típica casa celta

La vida comercial celta


Al mismo tiempo que conquistaban sus tierras en Italia, Iberia y Anatolia, los
romanos iban creando lazos comerciales con los pueblos celtas sin
conquistar de la Galia y el centro de Europa. Roma necesitaba materias
primas y esclavos. Los jefes celtas locales necesitaban bienes de lujo que
entregar a sus seguidores y las oportunidades de conseguirlos mediante el
saqueo habían disminuido. De modo que se creó un floreciente comercio y,
según fue aumentado el volumen del mismo, la moneda se fue difundiendo
cada vez más. Muchos de los poblados y castros celtas se transformaron en
complejos asentamientos comerciales conocidos como oppida. Sólo en la
Europa del noroeste continuó la vida casi igual que en los siglos anteriores.

Los bardos celtas


Aunque los celtas carecían de una literatura escrita, poseían una clase
profesional de poetas, narradores de historias y músicos: los bardos. Los
bardos pasaban por un periodo de formación de 12 años, aprendiéndose de
memoria una vasta tradición oral de poemas-historias, también componían
canciones para honrar o burlarse de gente todavía viva, por lo que eran
tratados con gran respeto por los jefes y los guerreros, para los cuales la
reputación lo era todo.

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