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CONSULTADO EL 14-JULIO-2019

https://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/994/1/Adolescencia-y-suicidio

Adolescencia y suicidio

1- Dra. María Elena Francia Reyes


2- Dra. Patricia de los Ángeles Ramírez Fernández
3- Dra. Hisel Castañeda González
4- Dr. Marco J. Albert Cabrera

Créditos de los autores:


1- Máster en Ciencias. Especialista de 1er grado en Psiquiatría Infanto-Juvenil. Profesora Asistente ISCM-H .Diplomada en
Comunicación Social y Terapia Floral.
2-Especialista de 1er grado en Psiquiatría Adulto. Diplomada en Terapia Floral
3-Máster en Psiquiatría Social. Especialista de 1er grado en Psiquiatría Adulto Profesora Asistente ISCM-H
3- Máster en Ciencias en Investigación en Aterosclerosis. Especialista de Primer y Segundo Grados en Medicina Interna.
Especialista de Segundo Grado en Medicina General Integral. Profesor Auxiliar del ISCM-Habana.

Si desea descargar la serie completa de diapositivas, haga clic en el enlace “ADOLESCENCIA Y


SUICIDIO.ppt” al final del artículo.

Sumario

 ¿Qué es la adolescencia?
 Discriminación de los adolescentes
 Suicidio
 Reseña histórica
 Visión sociológica
 Lista de países por suicidio per cápita
 ¡Cuidado!
 Manifestaciones suicidas
 Factores de riesgo
 Factores protectores
 Crisis suicida
 Referencias bibliográficas

Objetivo: Conocer las características fundamentales de los adolescentes con riesgo suicida

La vida tiene etapas y cosas maravillosas, pero ninguna como la adolescencia palabra que proviene
del griego adolescere y significa crecer. La adolescencia es un continuo de la existencia del individuo,
en donde se realiza la transición entre el infante o niño y el adulto. Esta transición o cambio se realiza
no solamente desde el punto de vista biológico (aumento de peso, talla y secreciones hormonales)
sino que se extiende a esferas psíquicas, sociales, intelectuales y sexuales.

Los cambios en la adolescencia atañen a:

1. Inteligencia
2. Fuerza
3. Imaginación
4. Sexualidad
5. Perseverantes en metas personales
6. Capacidad de crear a partir de nuestra imaginación
7. Manejar las nuevas experiencias

Este periodo del desarrollo humano comienza con la pubertad y se expresa en todas las esferas de
la vida. Su duración es variable y no tiene límites exactos, aunque los autores la sitúan entre los 10
y 19 años de edad.
La adolescencia es una etapa de transición de la niñez a la edad adulta que se caracteriza por
cambios biológicos, psicológicos y sociales, los cuales ocurren de forma muy rápida y dinámica. Al
producirse los cambios físicos y emocionales fundamentalmente se formaran las características de
la edad adulta posterior y se establecerán los primeros rasgos de la personalidad, muchos de los
cuales generaran conflictos, pero estos dramas son esencialmente positivos y necesarios para el
desarrollo del ser humano, porque con esas experiencias van madurando su personalidad.

Durante estos años se produce el llamado estirón puberal que se evidencia en el aumento de
estatura y de peso. El incremento de la masa muscular, que es más marcada en el varón que en la
hembra lo cual hace que frente al ejercicio este tenga un mayor rendimiento y se recupere más
rápido. El adolescente es disarmónico, por lo que en ocasiones sus movimientos son torpes e
incoordinados.
No tienen la madurez suficiente para enfrentar y comprender los problemas que genera su propio
desarrollo. A diferencia de la pubertad, que comienza a una edad determinada (a los 9 años en las
niñas y 11 en los niños aproximadamente) debido a cambios hormonales, la adolescencia puede
variar mucho en edad y en duración en cada individuo, pues ésta relacionada no solamente con la
maduración de la psiquis del individuo sino que depende de factores psico-sociales más amplios,
complejos, originados principalmente en el seno familiar.

La circulación de hormonas en la sangre aparece y se incrementan sus concentraciones, por eso


aparece la capacidad reproductiva y los caracteres sexuales secundarios, es decir el bello pubiano
en la hembra así como el ensanchamiento de las caderas , y crecen las mamas, en el varón
crecimiento de los testículos y el pene, el bello pubiano y la línea alba es por eso su semejanza con
el adulto, pero aun no tienen la madurez suficiente para enfrentar y comprender los problemas que
genera su propio desarrollo.
El adolescente es soñador y es la etapa de la vida en que comienza a hacerse diferentes preguntas
relacionadas con cosas o situaciones que hasta entonces no habían llamado su atención porque
comienza a pensar por sí mismo. Las relaciones personales se modifican, generando
contradicciones entre ellos y es muy característico de la etapa la ambivalencia afectiva van de la
alegría a la tristeza con mucha facilidad sin motivos aparentes.

Son muy analíticos y tratan de encontrarse a sí mismo, es el momento de buscar independencia y


su identidad. La pertenencia a un grupo de coetáneos es su prioridad número uno ya que el necesita
sentirse aceptado por su grupo y la opinión de este es determinante para su conducta posterior,
situación que está en desacuerdo con la opinión de sus padres.

Para los padres no es fácil adaptarse a las nuevas exigencias y derechos de sus hijos, ya que hasta
ese momento su opinión era la que prevalecía. Hay muchos padres inflexibles con las demandas de
sus hijos y es aquí donde comienzan las primeras contradicciones y problemas.
La lucha por la independencia está relacionada con el desarrollo del pensamiento abstracto, es decir
el adolescente desarrolla la capacidad de formarse nuevos juicios, valores éticos y sociales, se crea
opiniones, o sea se individualiza su forma de pensar y actuar .Este hecho como expresión del
desarrollo es positivo, pero es necesario que exista comprensión entre padres e hijos para que
continué la armonía familiar.
Los adolescentes a veces se comportan como niños y otras como adultos, es una etapa en que se
definen gustos y preferencias en la esfera sexual, desarrollando su identidad. En algunos momentos
los jóvenes creen saber realizar las cosas o tomar una decisión sin necesidad de consejos previos,
esa actitud los hace vulnerables de cometer errores que pueden traducirse en conductas sexuales
irresponsables o en otros comportamientos equivocados de la vida cotidiana como es el consumo
de drogas. Los padres no pueden olvidar hablarles a sus hijos de los sentimientos, los valores, y
prepararlos para vivir una vida sana.

Es muy importante para el adolescente sentirse aceptado tanto por sus amigos como por sus
familiares, reconocerles sus logros eleva su auto estima y les da seguridad. En esta etapa existen
cambios comunes para ambos sexos, pero es importante señalar que la muchacha o el muchacho
tienen las características propias del medio familiar donde se ha desarrollado su vida

La familia por sí misma constituye la mejor institución en la educación y formación de los jóvenes,
junto con la escuela constituyen una fuerte química indisoluble en este proceso. Las experiencias
vividas por los adolescentes en su hogar son los patrones y modelos para la construcción de su
propia familia en el futuro. La armonía y respeto de una convivencia feliz son un legado que tenemos
que obsequiar a nuestros hijos.

La familia olvida entregar amor al educar a sus hijos y es precisamente el amor el que logra
fortalecerlos para el futuro. Es necesario enseñarlos amar. Fomentar en los adolescentes hábitos de
una vida sana le está ofreciendo una información clara y completa en relación a todos los aspectos
de la vida que le ofrezcan dudas o que no conozca.

Es importante que empleen el tiempo libre en actividades sanas que realmente contribuyan a su
formación y los prepare para la vida. El sentirse aburridos o sin saber que hacer puede favorecer
adopciones de actitudes equivocadas o sentirse atraídos por comportamientos negativos que tienden
a imitar como es el consumo de drogas. Estimule en su hijo la práctica deportiva, la música, la lectura,
permítale elegir según sus gustos y preferencias y así evitara que el mismo se desvié del sendero
que usted como padre considera es el mejor para él.
Recuerde que manteniendo una buena comunicación con sus hijos, sin violencia, sin imposiciones,
dialogando amigablemente, dedicándole tiempo, respetando su espacio, practicando con el ejemplo
usted lo ayudara a crecer feliz. La adolescencia no tiene porque ser una etapa de crisis, todo depende
de usted.

La adolescencia es un fenómeno biológico, cultural y social, por lo tanto sus límites no se asocian
solamente a características físicas. Etimológicamente la palabra no significa "adolecer" o "carecer"
de algo, no. Deriva del verbo latino adolescere que significa crecer. El adolescente es completo, no
le falta ni le sobra nada y tiene las potencialidades suficientes para ser el adulto de su especie.

El tiempo se identifica con cambios importantes en el cuerpo, junto con progresos en la psicología y
la carrera académica de una persona. En el inicio de la adolescencia, los niños terminan la escuela
primaria y se incorporan generalmente la educación secundaria o enseñanza media. Muchas
culturas difieren en cuál es la edad en la que las personas llegan a ser adultas. En muchos pueblos
el paso de la adolescencia a la edad adulta va unido a ceremonias o fiestas.

Tradiciones

La llegada a la adolescencia se ha celebrado siempre con distintos rituales y ritos de paso, como
pueden ser, por ejemplo, las distintas fiestas que, organizadas por los quintos, se realizan en España
e Hispanoamérica. También por ejemplo, la celebración de Japón de esto se llama "seijin shiki" (la
"venida de la edad").

La adolescencia en el judaísmo

La tradición judía considera que los varones son miembros de la comunidad adulta a la edad de 13
años y de las chicas a la edad de 12, y esta transición se celebra mediante un ritual, llamado "Bat
Mitzvah" para las mujeres, y el "Bar Mitzvah" si se trata de un varón.
Discriminación de los adolescentes

Algunos adolescentes y adultos creen que las personas entre las edades de 10 y 18 (ó 21 ó 25) son
objeto de discriminación injusta. Esta forma de discriminación se conoce cada vez más como
adultismo. La noción subyacente es que los adolescentes deben ser tratados con igual respeto como
individuos por los adultos, las instituciones, y la ley, en base a su humanidad, más que ser
considerados como "ciudadanos de segunda-clase", intelectualmente inferiores, o propiedad de los
adultos.

Esta discriminación toma muchas formas, incluyendo la carencia de derechos de ciudadanía, como
por ejemplo el voto y derecho de tener actividades políticas, así como el desarraigo cultural y
económico. Al mismo tiempo, se requiere a la mayoría de los adolescentes pagar los precios de
adulto en la admisión a las instalaciones de ocio (teatros, cines, parques de atracciones), y el
transporte. Hay también discriminación contra adolescentes en las áreas del encarcelamiento, la
educación y el reclutamiento militar, particularmente para la juventud de otra raza y de bajos
ingresos. Estos jóvenes hacen frente a las barreras sistémicas y culturales que preceden a menudo
a su derecho a la debida aplicación de la ley e iguales oportunidades educativas.

Las investigaciones han probado que la estratificación social entre las categorías de edad es causa
de estereotipos y generalizaciones; por ejemplo, el mito perpetuado por los medios de comunicación
de que todos los adolescentes son poco maduros, violentos y rebeldes. Esto ha llevado a un número
creciente de docentes, investigadores, y otros adultos a juntarse contra el adultismo. Algunos han
organizado programas de educación y declaraciones de protesta.
Hasta aquí hemos hecho referencia a la adolescencia y sus características, ahora trataremos
algunos aspectos relevantes del suicidio, y las circunstancias que llevan a un adolescente al suicidio.

La denominada Tendencia autodestructiva del ser humano es un concepto originado en los estudios
sobre psicología y sociología. Comprende todas las conductas orientadas hacia la autodestrucción
indirecta o directa del propio individuo o grupo. La tendencia autodestructiva es la conducta orientada
hacia el suicidio ya sea en forma consciente o inconsciente. Muchos profesionales amplían este
concepto hacia conductas destructivas del ser humano por lo que el mismo requiere de un estudio
exhaustivo para su real comprensión.

El suicidio (del latín sui caedere, matar a uno mismo) es el acto de quitarse la propia vida. Muchas
religiones lo consideran un pecado, y en algunas jurisdicciones aún se considera un delito. Por otra
parte, algunas culturas lo ven como una forma honorable de escapar de algunas situaciones
humillantes, sin escapatoria o dolorosas en extremo.

Para considerarse suicidio, la muerte debe ser un elemento central y el motivo del acto, y no sólo
una consecuencia casi ineludible. Así, los hombres bomba y los mártires no son considerados
suicidas, dado que unos mueren como consecuencia de la explosión que ellos mismos provocan y
los otros se sacrifican en nombre de una creencia.

Tampoco son suicidas los que se sacrifican por otros en caso de emergencias ni los soldados que
luchan en una guerra, y en estos casos, los muertos no son proscritos por la religión ni por la ley. En
el caso de que el suicidio tenga consecuencias legales, la ley recoge que debe haber prueba de
intención de morir así como la propia muerte para que el acto sea considerado un suicidio. Puede
que dicho proceso sea costoso en caso de minusvalía y tenga que depender de los demás donde
están entrando en una dinámica de cómplice de suicidio posiblemente penado con cárcel.

El suicidio y la ley

En muchos países si un suicidio puede ser evitado por otra persona, es algo que puede y debe
hacerse, porque en caso contrario podría ser considerado como un caso de no asistencia a persona
en peligro, lo que está tipificado como delito en diversas legislaciones, ya que, por ejemplo, un intento
de suicidio podría ser debido a un estado de locura transitorio, a un estado depresivo muy grave o a
otras situaciones análogas.

Valoraciones morales del suicidio

La Teología dice que mientras para algunos el suicidio consiste en “darse la muerte directamente a
sí mismo”; para otros, simplemente es “darse la muerte a sí mismo”, y aclara que aunque ambas
opiniones son semejantes, encierran matices distintos. Mientras que para los primeros el suicidio
directo es siempre intrínsecamente malo, para los segundos, el suicidio directo es siempre
pecaminoso, pero el suicidio indirecto, no lo es. Precisamente, debemos entender que el suicidio
directo es aquel en que el ser humano busca mediante un acto que de suyo es capaz de causarla;
mientras en el indirecto, la persona se da muerte sin procurarla libremente.

Una clasificación posible de las tantas que se pueden hacer es la que divide los suicidios en:

 Los vicariantes: se adelantan o aceleran el acto de la muerte que se vislumbra en un futuro,


con la justificación de que no hay esperanzas y sólo creen ver a su alrededor sufrimientos y
nada puede compensar el período de espera.
 Los perfeccionistas: no toleran cualquier disminución de los atributos a su persona, lo mismo
en la belleza que en la potencia sexual, o un defecto cualquiera, menoscabo económico o
social, o la pérdida del poder y prestigio.
 Los hedonistas: no soportan nada que constituya un impedimento o una disminución del
placer de predominio sensual.
 Los transicionales: ante ciertas crisis vitales de transición inevitables, optan por el suicidio.
 Los sintomáticos: dependen de una enfermedad mental, psicosis, confusión mental,
demencia y depresión.

La actitud de los hombres ante la muerte no ha sido la misma a través de los tiempos; cuando un
hombre de hoy habla de su muerte, piensa que si le fuera dado escogería una muerte súbita, sin
dolor, como un leve sueño. El hombre del medioevo se sentiría aterrado de ello, porque como lo
expresa el padre de Hamlet, en la famosa obra de Shakespeare, moriría "en la flor del pecado"; por
eso el hombre de la edad media prefería un tiempo de arrepentimiento y de balance de sus deudas
con Dios y con los hombres, inclusive en las oraciones medievales se rezaba "líbranos Señor de la
muerte repentina".

"Las antiguas civilizaciones sacralizaron la muerte, la domesticaron, queriendo restarle dramatismo


e integrarla en un sistema de ritos y creencias que tenían por objeto convertirla en una etapa más
del destino, por ello, rechazaban y condenaban el suicidio: el cuerpo del suicida era castigado,
arrastrado por el piso, y no tenía derecho a ser sepultado en la Iglesia... solo en el caso del soldado
vencido que se suicidaba por honor, o de otras formas de suicidio como el duelo."

En sociedades donde la sacralidad era la cosmovisión vigente, es lógico que el comportamiento


suicida se rechazara, pues el hombre no tenía permitido modificar su destino, que estaba en las
manos de Dios, tampoco se le reconocía al ser humano el derecho de imponer a la sociedad la
presencia intempestiva de la muerte por una decisión personal, una sociedad así, no permitía que el
individuo la forzara moralmente ni a ella ni a Dios.

El suicidio ha estado ligado a la humanidad y sus costumbres: los mayas, según refiere la historia,
veneraban a Ixtab, la diosa del suicidio, y, en el Lejano Oriente, los japoneses se hacían el "harakiri"
para lavar la deshonra.

Fue a partir del siglo XIX cuando se perdió ese sentido de socialización, inserto en la ritualidad. La
sociedad emergente rechazó aquel paradigma medieval. La muerte fue liberada y pasó al dominio
privado, el cadáver era velado en la casa, sepultado en familia, y en ese sentido la muerte pasó a
depender cada vez más de la voluntad del individuo. De este modo, la sociedad occidental se había
desvinculado de la muerte y del suicidio en particular.

El suicidio era, tiempo atrás en occidente, algo vergonzoso para la familia; era sinónimo de debilidad,
de enfermedad, de conducta inadecuada y por ello pocos o casi nadie lo daban a conocer.
Actualmente las cosas son distintas, ya que este acto se ve como un síntoma de enfermedad y se
acepta, se denuncia, lo que ha aumentado las cifras de manera alarmante. Es un problema en el que
parece haber consenso entre sociólogos, sicólogos, psiquiatras, antropólogos y demógrafos, cuando
lo consideran como un rasgo de la modernidad, uno de los males del siglo.

Visión sociológica del suicidio

El sociólogo francés Emile Durkheim en su obra El suicidio (1897), señala que los suicidios son
fenómenos individuales, que responden esencialmente a causas sociales. Las sociedades presentan
ciertos síntomas patológicos, ante todo la integración o regulación social ya sea excesiva o
insuficiente del individuo en la colectividad. Por tanto el suicidio sería un hecho social. Durkheim
comienza su estudio en 1835 con una definición de suicidio como: Todo caso de muerte que resulta
directa o indirectamente de un acto positivo o negativo realizado por la víctima misma, y que, según
ella sabía, debía producir este resultado. Ejemplo de un acto positivo: dispararse en la cabeza;
ejemplo de un acto negativo: rehusar a ingerir cualquier medicina hasta dejarse morir.

Durkheim distingue cuatro clases de suicidios:

 SUICIDIO EGOÍSTA típico de sociedades deficientes o carencia de integración social.


 SUICIDIO ANÓMICO característico de falta de regulación social (anomia), o sea, las normas
sociales no son interiorizadas como propias por parte del individuo.
 SUICIDIO FATALISTA cuando existe un alto grado de regulación social.
 SUICIDIO ALTRUISTA característico de sociedades con alto grado de integración social.

Suicidas famosos.

Ni aún los personajes famosos de la actualidad y el pasado se han visto libres de atentar en contra
de sus vidas, demostrando de este modo que el suicidio ha sido un hecho que siempre ha estado
presente a lo largo de la historia de la humanidad.

Ejemplos:

 Alberto Santos Dumont


 Alejandra Pizarnik
 Adolfo Hitler
 Alfonsina Storni
 Cleopatra VII
 Empédocles
 Ernest Hemingway
 Eva Braun
 Febe, Liberta de Julia la Mayor
 René Favaloro

Lista de países por suicidio per cápita

Mapa del mundo con la proporción de suicidas por cada 100 habitantes.

La siguiente es la Lista de suicidio per cápita por países, según datos de la Organización Mundial de
la Salud en la cual la fila de un país es determinada por el total de suicidios. Los datos de suicidio de
mujeres y hombres representan la población total, respectivamente (ej población de hombres en total
dividida en el número total de suicidios de hombres). El total de suicidios está basado en el número
total de suicidios divididos en la población total más bien que simplemente el promedio de los suicidio
masculinos y femeninos, en algunos países no representa proporción 1:1. Finalmente "año" se refiere
al año los datos disponibles más recientes del país. A continuación colocamos los primeros 20 países
a nivel mundial
Suicidios cada 100,000 personas:

Posición País Años Hombres Mujeres Total


1. Lituania 2005 68.1 12.9 38. 6
2 Bielorrusia 2003 63.3 10.3 35.1
3. Rusia 2004 61.6 10.7 34.3
4. Kazajstán 2003 1.0 8.9 29.2
5 Eslovenia 2003 45.0 12.0 28.1
6. Hungría 2003 44.9 12.0 27.7
7. Latvia 2004 42.9 8.5 24.3
8. Ucrania 2004 43.0 7.3 23.8
9. Japón 2002 35.2 12.8 23.8
10. Sri Lanka 1996 NA NA 21.6
11. Bélgica 1997 31.2 11.4 21.1
12. Finlandia 2003 31.9 9.8 20.6
13. Estonia 2005 35.5 7.3 20.3
14. Croacia 2003 31.4 8.4 19.5
15. Serbia Montenegro 2002 28.8 10.4 19.3
16. Suiza 2001 26.5 10.6 18.4
17. Cuba 1996 24.5 12.0 18.3
18. Austria 2003 27.1 9.3 17.9
19. Corea del Sur 2002 24.7 11.2 17.9
20. Francia 2001 26.6 9.1 17.6

El comportamiento suicida abarca las siguientes manifestaciones:

1- El deseo de morir. Representa la inconformidad e insatisfacción del sujeto con su modo de


vivir en el momento presente y que puede manifestar en frases como: “la vida no merece la
pena vivirla”, “lo que quisiera es morirme”, “para vivir de esta manera lo mejor es estar
muerto” y otras expresiones similares
2- La representación suicida. Constituida por imágenes mentales del suicidio del propio
individuo, que también puede expresarse manifestando que se ha imaginado ahorcado o
que se ha pensado ahorcado.
3- Las ideas suicidas. Consisten en pensamientos de terminar con la propia existencia y que
pueden adoptar las siguientes formas de presentación:
 Idea suicida sin un método específico, pues el sujeto tiene deseos de matarse pero al
preguntarle cómo lo va a llevar a efecto, responde: “no sé cómo, pero lo voy a hacer”.
 Idea suicida con un método inespecífico o indeterminado en la que el individuo expone
sus deseos de matarse y al preguntarle cómo ha de hacerlo, usualmente responde: “De
cualquier forma, ahorcándome, quemándome, pegándome un balazo.”
 Idea suicida con un método específico no planificado, en la cual el sujeto desea
suicidarse y ha elegido un método determinado para llevarlo a cabo, pero aún no ha
ideado cuándo lo va a ejecutar, en qué preciso lugar, ni tampoco ha tenido en
consideración las debidas precauciones que ha de tomar para no ser descubierto y
cumplir con sus propósitos de autodestruirse.
 El plan suicida o idea suicida planificada, en la que el individuo desea suicidarse, ha
elegido un método habitualmente mortal, un lugar donde lo realizará, el momento
oportuno para no ser descubierto, los motivos que sustentan dicha decisión que ha de
realizar con el propósito de morir.

1- La amenaza suicida. Consiste en la insinuación o afirmación verbal de las intenciones


suicidas, expresada por lo general ante personas estrechamente vinculadas al sujeto y que
harán lo posible por impedirlo. Debe considerarse como una petición de ayuda.
2- El gesto suicida. Es el ademán de realizar un acto suicida. Mientras la amenaza es verbal,
el gesto suicida incluye el acto, que por lo general no conlleva lesiones de relevancia para
el sujeto, pero que hay que considerar muy seriamente.
3- El intento suicida, también denominado parasuicidio, tentativa de suicidio, intento de
autoeliminación o autolesionó intencionada. Es aquel acto sin resultado de muerte en el cual
un individuo deliberadamente, se hace daño a sí mismo.
4- El suicidio frustrado. Es aquel acto suicida que, de no mediar situaciones fortuitas, no
esperadas, casuales, hubiera terminado en la muerte.
5- El suicidio accidental. El realizado con un método del cual se desconocía su verdadero efecto
o con un método conocido, pero que no se pensó que el desenlace fuera la muerte, no
deseada por el sujeto al llevar a cabo el acto. También se incluyen los casos en los que no
se previeron las complicaciones posibles, como sucede en la población penal, que se
autoagrede sin propósitos de morir, pero las complicaciones derivadas del acto le privan de
la vida (inyección de petróleo en la pared abdominal, introducción de alambres hasta el
estómago o por la uretra, etc.).
6- Suicidio intencional. Es cualquier lesión autoinfligida deliberadamente realizada por el sujeto
con el propósito de morir y cuyo resultado es la muerte. En la actualidad aún se debate si es
necesario que el individuo desee morir o no, pues en este último caso estaríamos ante un
suicidio accidental, en el que no existen deseos de morir, aunque el resultado haya sido la
muerte.

De todos los componentes del comportamiento suicida, los más frecuentes son las ideas suicidas,
los intentos de suicidio y el suicidio consumado, sea accidental o intencional.
Las ideas suicidas son muy frecuentes en la adolescencia sin que ello constituya un peligro inminente
para la vida, si no se planifica o se asocia a otros factores, llamados de riesgo, en cuyo caso
adquieren carácter mórbido y pueden desembocar en la realización de un acto suicida. El intento de
suicidio es muy común entre los adolescentes con predisposición para esta conducta y se considera
que por cada adolescente que comete suicidio, lo intentan cerca de trescientos.
Los adolescentes que intentan el suicidio o se suicidarán se caracterizan por tener diversos factores
de riesgo para esta conducta, entre los que se encuentran:

 Provenir de medios familiares con desventaja social y pobreza educacional Estar más
expuestos a situaciones familiares adversas que condicionan una niñez infeliz.
 Presentar mayor psicopatología, incluyendo depresión, abuso de sustancias y conducta
disocial así como baja autoestima, impulsividad, desesperanza y rigidez cognitiva.
 Mayor exposición a situaciones de riesgo suicida o eventos vitales suicidógenos, como las
relaciones humanas tumultuosas, los amores contrariados o problemas con las autoridades
policiales.

I- Factores culturales y sociodemográficos

Los problemas socioeconómicos, los bajos niveles educacionales y el desempleo son factores de
riesgo para el comportamiento suicida pues limitan la participación social activa del adolescente,
impiden la satisfacción de las necesidades más elementales y coartan la libertad de quienes los
padecen. Los factores asociados a la cultura adquieren una importancia capital en la conducta
suicida entre las minorías étnicas, quienes se ven sometidos a un proceso de coloniaje cultural con
pérdida de la identidad y sus costumbres y también se hace patente entre los inmigrantes.

Overo fue el primero en utilizar el término “shock cultural” para referirse al proceso de adaptación del
inmigrante, el cual se caracteriza por:

- Esfuerzos constantes por lograr adaptarse a la nueva cultura. Sentimientos de pérdida y


pena, motivados por los recuerdos de los amigos, familiares, la profesión, las posesiones y
cuanto se ha dejado atrás. Sentimientos de ser rechazado por los miembros de la nueva
cultura.
- Confusión en el rol, las expectativas, los valores y la identidad ante la nueva cultura.
- Sorpresa, angustia, disgusto e indignación ante las diferencias culturales a las que debe
adaptarse. Sentimientos de no ser capaz de adaptarse a la nueva cultura.

Entre las razones que pueden contribuir al suicidio de los adolescentes de estos grupos
poblacionales se encuentran extrañar la tierra natal y sus costumbres, problemas con la pareja,
infelicidad, baja autoestima, carencia de amigos o familiares, el aislamiento social y la falta de
comunicación por las barreras que impone el idioma en caso que el país receptor difiera del natal.
Un proceso de este tipo, aunque con menos diferencias, puede desencadenarse en el curso de
migraciones internas, cuando se trasladan las familias, en busca de oportunidades, desde las zonas
rurales a las urbanas o de las provincias o departamentos a las capitales. La mudanza o migración
interna, puede ser un factor de riesgo de suicidio de importancia en la adolescencia, principalmente
cuando no se logra la adaptación creativa al nuevo entorno.

II- Situación familiar y eventos vitales adversos.

La situación de la familia del adolescente suicida garantiza su infelicidad e impide su crecimiento


emocional, pues son comunes:

- Presencia de padres con trastornos mentales.


- Consumo excesivo de alcohol, abuso de sustancias y otras conductas disociales en algunos
de sus miembros.
- Antecedentes familiares de suicidio o intentos de suicidio y permisividad o aceptación de esta
conducta como forma de afrontamiento.
- Violencia familiar entre sus miembros, incluyendo el abuso físico y sexual.
- Pobre comunicación entre los integrantes de la familia. Dificultades para prodigar cuidados a
los que los requieren.
- Frecuentes riñas, querellas y otras manifestaciones de agresividad en las que se involucran
los miembros de la familia, convirtiéndose en generadores de tensión y agresividad.
- Separación de los progenitores por muerte, separación o divorcio.
- Frecuentes cambios de domicilio a diferentes áreas.
- Rigidez familiar, con dificultades para intercambiar criterios con las generaciones más
jóvenes. Situación de hacinamiento, lo que en ocasiones se traduce por la convivencia de
varias generaciones en un breve espacio, lo cual impide la intimidad y la soledad creativa de
sus miembros.
- Dificultades para demostrar afectos en forma de caricias, besos, abrazos y otras
manifestaciones de ternura. Autoritarismo o pérdida de la autoridad entre los progenitores.
- Inconsistencia de la autoridad, permitiendo conductas que han sido anteriormente
reprobadas. Incapacidad de los progenitores para escuchar las inquietudes del adolescente
y desconocimiento de las necesidades biopsicosociales.
- Incapacidad de apoyar plena y adecuadamente a sus miembros en situaciones de estrés.
Exigencias desmedidas o total falta de exigencia con las generaciones más jóvenes.
Llamadas de atención al adolescente que generalmente adquieren un carácter humillante.

Si los padres están divorciados pero conviven en el mismo domicilio, el adolescente es utilizado
como punta de lanza de uno de ellos contra el otro y se le trata de crear una imagen desfavorable
del progenitor en contra de quien se ha realizado la alianza. Incapacidad para abordar los temas
relacionados con la sexualidad del adolescente, la selección vocacional y las necesidades de
independencia. Los elementos abordados con anterioridad son muy frecuentes en las familias de los
adolescentes con riesgo suicida, pero no son los únicos. Es muy posible que usted pueda
incrementar esta lista con experiencias conocidas.

III- Psicopatología del adolescente que constituye una predisposición a cometer suicidio.

Se considera que casi la totalidad de las personas que se suicidan son portadores de una
enfermedad mental diagnosticable, lo cual ha sido ampliamente abordado en las investigaciones
realizadas mediante las autopsias psicológicas. En los adolescentes este postulado también se
cumple y se considera que la mayoría de los que se suicidan pudieron haber padecido algunas de
las siguientes enfermedades:

Depresión. Trastornos de Ansiedad. Abuso de alcohol. Abuso de drogas. Trastornos incipientes de


la personalidad. Trastorno Esquizofrénico.

Los siguientes rasgos o atributos de la personalidad del adolescente que se convierten en factores
de riesgo para cometer suicidio son:

• Inestabilidad del ánimo.


• Conducta agresiva.
• Conducta disocial.
• Elevada impulsividad.
• Rigidez de pensamiento y terquedad de la conducta.
• Pobres habilidades para resolver problemas.
• Incapacidad para pensar realistamente.
• Fantasías de grandiosidad alternando con sentimientos de inferioridad.
• Sentimientos de frustración.
• Manifestaciones de angustia ante pequeñas contrariedades.
• Elevada autoexigencia que rebasa los límites razonables.
• Sentimientos de ser rechazado por los demás, incluyendo los padres u otras figuras significativas.
• Vaga identificación genérica y orientación sexual deficiente.
• Relación ambivalente con los progenitores, otros adultos y amigos.
• Antecedentes de haber realizado una tentativa de suicidio.
• Frecuentes sentimientos de desamparo y desesperanza.
• Frecuentemente se sienten heridos con la más mínima crítica.

Estos son algunos de los rasgos que predominan entre los adolescentes que al estar sometidos a
las llamadas situaciones de riesgo pueden presentar una conducta suicida. Como es conocido, ellos
se ven involucrados en mayor número de eventos vitales desfavorables que sus pares no suicidas.

Cuidado.

El adolescente actúa de forma impulsiva, después de una contrariedad, siente una angustia
insoportable y pretende escapar mediante el suicidio, reclamar apoyo o castigar a sus padres.

Existen otros componentes relacionados con la crisis suicida del adolescente como la ingestión de
alcohol o drogas, y la historia familiar de suicidio que puede ensombrecer la vida de una persona y
afectar a varias generaciones

Cualquiera, pero especialmente los adolescentes en un momento especial de la vida, pueden llegar
a pensar que esta no tiene sentido y ante situaciones como un embarazo oculto no deseado,
enfermedades físicas con limitaciones o enfermedades mentales, la perdida de una relación valiosa
y las dificultades comunes de la vida diaria, hacen que el adolescente poco tolerante vea en ese acto
la única solución a sus problemas. Es más frecuente en adolescentes del sexo femenino, mediante
el uso de tabletas, aunque esto está relacionado con los medios disponibles a su alcance en el
momento de la crisis.

En el comportamiento suicida de un adolescente debemos valorar las ideas, las amenazas suicidas
con expresiones verbales o escritas, el gesto suicida, es decir la amenaza con los medios
disponibles, el intento de autoeliminación, que es el acto sin resultado de muerte y el hecho
consumado. Es de suma importancia y utilidad en el adolescente explorar las ideas suicidas que
pueden expresarse en el deseo de morir con la representación suicida y adecuada planificación o
no, de la acción la primera es la forma más grave.
Entre los factores protectores del suicidio se encuentran los siguientes:

1- Poseer habilidades sociales que le permitan integrarse a los grupos propios de la adolescencia
en la escuela y la comunidad de forma positiva
2- Poseer confianza en sí mismo, para lo cual debe ser educado destacando sus éxitos, sacando
experiencias positivas de los fracasos, no humillarlos ni crearles sentimientos de inseguridad.
3- Tener habilidades para enfrentar situaciones de acuerdo a sus posibilidades, lo cual les evitará
someterse a eventos y contingencias ambientales en las que probablemente fracasará, reservando
las energías para abordar aquellas empresas en las que salga triunfador.
4- Tener capacidad de autocontrol sobre su propio “des-tino”, como dijera el poeta chileno Pablo
Neruda, cuando expresó: “Tú eres el resultado de ti mismo”.
5- Poseer y desarrollar una buena adaptabilidad, responsabilidad, persistencia, perseverancia,
razonable calidad de ánimo y de los niveles de actividad.
6- Aprender a perseverar cuando la ocasión lo requiera y a renunciar cuando sea necesario.
7- Tener buena autoestima, autoimagen y suficiencia.
8- Desarrollar inteligencia y habilidades para resolver problemas.
9- Saber buscar ayuda en momentos de dificultades, acercándose a la madre, el padre, los abuelos,
otros familiares, un buen amigo, los maestros, el médico, el sacerdote o el pastor.
10- Saber pedir consejos ante decisiones relevantes y saber elegir la persona más adecuada para
brindarlos.
11- Ser receptivo a las experiencias ajenas y sus soluciones, principalmente aquellas que han tenido
exitoso desenvolvimiento.
12- Ser receptivo ante las nuevas evidencias y conocimientos para incorporarlos a su repertorio.
13- Estar integrado socialmente y tener criterio de pertenencia.
14- Mantener buenas relaciones interpersonales con compañeros de estudio o trabajo, amigos,
maestros y otras figuras significativas.
15- Tener apoyo de los familiares y sentir que se le ama, se le acepta y apoya.
16- Lograr una auténtica identidad cultural.
17- Poseer habilidades para emplear adecuada y sanamente el tiempo libre.
18- Evitar el consumo de sustancias adictivas (café, alcohol, drogas, tabaco, fármacos, etc.)
19- Aprender a posponer las gratificaciones inmediatas por aquellas a largo plazo que arrojen
resultados duraderos.
20- Desarrollar una variedad de intereses extrahogareños que le permitan equilibrar las dificultades
en el hogar si las tuviera.
21- Saber expresar a personas confiables aquellos pensamientos dolorosos, desagradables y muy
molestos, incluyendo las ideas suicidas u otras, por muy descabelladas que pudieran parecer.
Existen situaciones que pueden ser interpretadas por el adolescente como dañinas, peligrosas,
conflictivas en extremo, sin que necesariamente concuerde con la realidad, lo cual significa que
hechos triviales para adolescentes normales, pueden tornarse potencialmente suicidógenos en
adolescentes vulnerables, quienes los perciben como una amenaza directa a la autoimagen o a su
dignidad.

Destacan:

 Los problemas familiares que como es reconocido, se constituyen en uno de los motivos
fundamentales de la realización de un acto suicida.
 Separación de amigos, compañeros de clases, novios y novias.
 Muerte de un ser querido u otra persona significativa.
 Conflictos interpersonales o pérdida de relaciones valiosas.
 Problemas disciplinarios en la escuela o situaciones legales por las que debe responder el
adolescente.
 Aceptación del suicidio como forma de resolución de problemas entre los amigos o grupo
de pertenencia.
 Opresión del grupo a cometer suicidio bajo determinadas circunstancias y ante determinadas
situaciones.
 Situación de tortura o victimización.
 Fracaso en el desempeño escolar.
 Exigencia elevada de padres y maestros durante el período de exámenes.
 Embarazo no deseado y embarazo oculto.
 Infección con VIH o padecer una infección de transmisión sexual. Padecer una enfermedad
física grave.
 Ser víctima de desastres naturales.
 Violación o abuso sexual, con mayor peligrosidad si se trata de familiares. Estar sometido a
amenazas de muerte o golpizas.
 Gestar involucrado en una situación de trajín-trajinador en una situación de régimen interno
(escuelas, servicio militar).
 Incumplir con las expectativas depositadas por los padres, maestros, u otras figuras
significativas y asumidas por el adolescente como metas alcanzables.

No se pretende agotar todas las situaciones que son de riesgo para que un adolescente intente
contra su vida, pero sin lugar a dudas se han mencionado las más comunes. Una vez que un
adolescente vulnerable ante una situación psico-traumática inicia una crisis suicida, es necesario
actuar con rapidez y asumir una postura muy directiva, ya que la característica principal de este tipo
de crisis es que existe la posibilidad que el individuo intente afrontar la situación problemática
mediante la autoagresión. Al existir esta posibilidad tangible el enfrentamiento a la crisis suicida
tendrá como objetivo primordial mantener a la persona con vida mientras dure dicha crisis.

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