Se denomina degradación al proceso que la mayoría de materiales experimentan al
interactuar con los diversos ambientes en el transcurso del tiempo. A menudo, la degradación de los materiales en algunas aplicaciones es ignorada y las consecuencias son adversas. CORROSIÓN Si bien se suele utilizar el concepto "corrosión" para hacer referencia a la degradación de los metales, también es habitual hacer extensivo el uso de este término para hacer referencia a la degradación de cualquier tipo de material. Algunas definiciones de corrosión: "La corrosión puede ser definida como la consecuencia de la reacción de un material con su entorno". "Corrosión es el ataque de un material por el medio que le rodea con la consiguiente pérdida de masa y deterioro de sus propiedades". Una de las propiedades de los cerámicos es que son excesivamente resistentes a la corrosión, por ello la corrosión en estos materiales ocurre principalmente como una disolución química. Disolución química y oxidación Algunos conceptos de la química en el estudio de degradación de cerámicos: 1. Un cerámico con características ácidas tiende a ser atacado por un medio de carácter básico (por ejemplo, los cerámicos a base de SiO2, que es ácido, son atacados por soluciones de NaOH). Lo mismo se aplica a la inversa, un cerámico básico (MgO) es atacado en contacto con medios ácidos; 2. Los materiales iónicos tienden a ser solubles en solventes polares, en tanto que los materiales covalentes lo son en solventes no polares; 3. La solubilidad de sólidos en líquidos aumenta al aumentar la temperatura.
La utilización exitosa de los cerámicos para resolver problemas relacionados
con el uso de materiales en ambientes altamente corrosivos a temperaturas elevadas ocupa un lugar importante en la literatura de aplicaciones de materiales cerámicos: cerámicos refractarios (componentes de hornos y crisoles para contener metales y vidrios fundidos) y cerámicos estructurales (componentes de turbinas de gas en las industrias automotriz y aeroespacial, y en los intercambiadores de calor en las industrias químicas y de generación de energía). En general se cree que los cerámicos refractarios y estructurales son inertes o resistentes a la corrosión en comparación con los metales. Esto es, relativamente cierto a temperatura ambiente o a temperaturas por debajo de los 100ºC en ambientes secos. Cuando la temperatura aumenta la degradación de los mismos comienza a acelerarse rápidamente. En cuanto al ataque por soluciones acuosas, es de gran ayuda para comprenderla el uso de los diagramas de Pourbaix (Figura 1). Estos diagramas nos indican la estabilidad termodinámica de las distintas fases de los compuestos en función del pH, la temperatura y el potencial electroquímico.
Figura 1. Diagramas de Pourbaix esquemáticos para la estabilidad termodinámica de
los sistemas SiH2O, Mg-H2O y Al-H2O a 25ºC. Las líneas punteadas a y b corresponden a la descomposición del agua para dar hidrógeno y oxígeno respectivamente. Las zonas celestes corresponden a zonas de degradación por corrosión de los óxidos cerámicos a 25ºC. Los diagramas pueden calcularse para otras temperaturas Con la ayuda de estos diagramas se puede predecir, por ejemplo, que el óxido de silicio SiO2 se disuelve (se corroe) en medios alcalinos, pero no en soluciones ácidas. O que el óxido de magnesio es muy soluble en soluciones ácidas, pero su solubilidad se reduce, bruscamente, en soluciones altamente alcalinas. También existen óxidos anfóteros, o sea que son solubles tanto en medios altamente ácidos como en medios altamente alcalinos, como el óxido de aluminio (Figura 4.37). Los tres ejemplos anteriores son de interés porque corresponden a óxidos refractarios de uso muy frecuente en la práctica. *Corrosión de algunos cerámicos cristalinos Los óxidos tales como la sílice (SiO2 ) y la alúmina (Al2 O3 ) no presentan problemas de oxidación por estar ya oxidados. La principal limitación de estos compuestos como materiales de construcción para altas temperaturas, está en sus altos coeficientes de expansión, lo que los hace poco resistentes a grandes cambios de temperatura. La resistencia a la oxidación de los nitruros no es elevada, pero puede elevarse debido a la formación de capas de óxido protectores de algunos de sus componentes: el nitruro de silicio, debido a la formación de una película superficial de sílice, soporta temperaturas de hasta 1.500ºC sin degradarse. El carburo de silicio es el único carburo que puede ser usado hasta temperaturas de 1.300ºC a 1.600ºC sin degradarse. Los demás carburos presentan baja resistencia a la oxidación. Los boruros presentan una buena resistencia a la oxidación. *Corrosión de vidrios Los materiales vítreos se corroen, principalmente, por la acción de medios acuosos. En general, los vidrios con altos contenidos en sílice (>96% SiO2), así como los basados en aluminosilicatos o en boro silicatos, muestran excelente resistencia a la corrosión en una amplia variedad de medios corrosivos. Los vidrios basados en silicatos son menos resistentes en soluciones alcalinas que en soluciones ácidas. Figura 2. Comparación esquemática de la La figura 2 muestra, esquemáticamente, la velocidad de corrosión o disolución de velocidad de corrosión o disolución en vidrios de diferente contenido de sílice en función de la acidez de la solución acuosa, función de la acidez de la solución (pH) para vidrios con alto y bajo contenido de sílice. Dentro de los vidrios más comúnmente utilizados, el orden creciente de corrosión según sus agregados es el siguiente: • para vidrios resistentes Alto sílice < aluminosilicatos < boro silicatos (pírex) • para vidrios comunes Na2O.CaO.SiO2 < boratos < fosfatos Corrosión bajo tensión Los vidrios son muy frágiles. Por un golpe, el vidrio se rompe. Este proceso de ruptura comienza con la aparición de fisuras que se propagan a velocidades cercanas a las del sonido. Pero también es frecuente en algunos vidrios fisurarse en forma lenta. Si el material está sometido a tensiones de tracción, y si hay un medio corrosivo adecuado, la fisuración se acelera. El fenómeno es conocido como corrosión bajo tensión, y el medio corrosivo más común es el agua. Uno de los mecanismos propuesto para la fisuración es a través de la ruptura del enlace Si-O en el vidrio. En un ambiente seco, esta ruptura requiere una energía (una fuerza) considerable. En cambio, en presencia de agua, este esfuerzo disminuye (disminuye la energía necesaria romper el enlace Si-O) debido a la reacción química de la sílice con el agua, que también produce la ruptura de uniones Si-O, la figura 3 muestra, esquemáticamente, el mecanismo por el cual las moléculas de agua facilitan este proceso: 1. la molécula de agua orienta los orbitales de electrones del oxígeno hacia el Si y el hidrógeno de la molécula de agua forma un enlace puente de hidrógeno con el oxígeno de la sílice. La unión Si-O tensionada resultante, facilita esta reacción; 2. como segunda etapa se produce una transferencia de electrón del oxígeno del agua al Si junto con una transferencia del protón del agua al oxígeno de la sílice; 3. la ruptura del enlace entre el hidrógeno y el oxígeno del agua, dando lugar a dos enlaces Si-OH sobre las caras de la Figura 3. Mecanismo de fisuración de fisura. los vidrios asistido por el agua. PREVENCIÓN DE LA CORROSIÓN Para minimizar la corrosión de los cerámicos es necesario: • seleccionar un material adecuado para el uso requerido, • realizar mantenimiento de las piezas periódicamente, • realizar controles para verificar que la degradación esté dentro de los valores tolerables. La selección del material adecuado incluye la selección de su porosidad y su textura que puede ser mejorada de acuerdo a los requerimientos. Los cerámicos estructurales requieren menor porosidad que los refractarios. Pero, no sólo el porcentaje de la porosidad es importante sino también la distribución del tamaño de los poros para minimizar la penetración y disolución de los cerámicos. Esto se logra modificando los parámetros de los procesos de fabricación como la pureza del material del cual se parte para formar los cerámicos. Por último, se puede cubrir la superficie de los cerámicos con recubrimientos de sacrificio o con vitrificadores que impiden la penetración del medio agresivo y la posterior degradación del cerámico. Para minimizar la disolución química de la matriz cerámica se puede modificar su composición aumentando la pureza química de los materiales que la forman y así disminuir la corrosión debida a las impurezas segregadas. Para reducir la oxidación de los cerámicos se utilizan agregados de antioxidantes a la mezcla inicial que resultan exitosos en muchos casos (carbono grafito). También se usan recubrimientos que impiden la oxidación de la superficie del cerámico, a la vez de impedir la penetración de las sustancias corrosivas.