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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS


ESCUELA DE MEDICINA

MEDICINA TROPICAL

TEMA
NOCIONES DE INMUNOLOGÍA Y MECANISMOS DE
DEFENSA DEL SER HUMANO

GRUPO 2
Subgrupo 2

INTEGRANTES:
Romina Dorado
Manuel Peñafiel
Juan Pablo Cañarte
Nicolle Villalva
Angeles Muñoz

Docente: Dr. Wilson Cando Caluña

2019-2020 CI
NOCIONES DE INMUNOLOGIA Y MECANISMOS DE DEFENSA DE LOS SERES
HUMANOS

Inmunidad congénita o innata.


Se adquiere mediante la estimulación natural del sistema inmunitario y es la resistencia
que presenta un organismo frente a un agente patógeno, aunque nunca haya estado en
contacto con él, es característica de una especie, una raza o un individuo, de manera
que, nace con ella. Es hereditaria, así, muchos individuos son inmunes frente a
enfermedades que sufren otras especies, otras razas uy otros individuos.
Se piensa que esta inmunidad radica en que los organismos resistentes o inmunes no
poseen receptores específicos para que estos agentes patógenos puedan entrar, mientras
que los organismos no inmunes si que poseen estos receptores de manera que los
agentes patógenos pueden entrar y provocar la infección.
Inmunidad adquirida o adaptativa
Se adquiere cuando un organismo se va poniendo en contacto con diferentes agentes
patógenos y no es hereditaria.
• Inmunidad activa; es aquella en la que los anticuerpos se producen en el propio
organismo.
• Inmunidad pasiva; aquella en la que los anticuerpos se producen en otro
organismo. La inmunidad adquirida puede ser adquirida de forma natural o
artificial.
-Inmunidad adquirida de forma natural; puede ser a su vez activa que puede ser
temporal o permanente y se adquiere tras haber padecido y superado alguna o algunas
enfermedad o enfermedades infecciosa o infecciosas a traves de la vida.
-Inmunidad adquirida natural pasiva; cuando el recién nacido desarrolla inmunidad
frente a ciertas enfermedades por la adquisición de anticuerpos de la madre a traves de
la placenta.
Esto se produce en la etapa fetal o bien en las secreciones del calostro.
-Inmunidad adquirida de forma artificial; es un estado de protección que se adquiere
mediante diversos procedimientos sanitarios y puede ser;
• De forma activa. Las vacunas. Mediante la vacunación el sistema inmunitario
desarrolla activamente memoria (anticuerpos) frente a la administración de un
toxoide o germen atemperado.
Esta inmunidad es por tanto activa, especifica, es duradera y preventiva.
• De forma pasiva. Los sueros. Se realiza mediante suero-terapia por inyección en
el organismo enfermo de un suero rico en anticuerpos que suministra una
enfermedad pasajera. Es por tanto una inmunidad curativa, pasiva, especifica y
pasajera.
BARRERAS CONTRA LA INFECCION. Respuesta inmune inespecífica.
• Barreras primarias
La primera de ellas es la piel que si está intacta es impermeable a los gérmenes (en
animales), la epidermis (vegetales).
Con la descamación natural se desprenden aquellos gérmenes que hayan iniciado la
penetración.
También hay barreras fisiológicas como por ejemplo la secreción de las glándulas
sudoríparas y sebáceas que aportan al medio un pH ligeramente ácido muy eficaz contra
los hongos, sobre todo.
En la piel se encuentran un tipo de macrófagos que son las células de Langerhans que
tienen actividad fagocitaria que constituyen la 1ª línea de fuego del sistema defensivo.
Otra barrera, las aberturas naturales del digestivo, respiratorio, reproductor y otros
órganos de los sentidos son vías de fácil acceso, pero las secreciones mucosas atrapan a
los agresores y los expulsan por el movimiento del epitelio ciliado. El mucus y las
lagrimas contienen lisozima que es un enzima que destruye la pared bacteriana.
El pH ácido del intestino, del estómago y de las secreciones vaginales frenan y
destruyen a gran cantidad de microorganismos.
Nuestra flora bacteriana intestinal autóctona que se desarrolla como comensal o en
simbiosis en el intestino compite con los gérmenes patógenos ya que segregan
sustancias de tipo antibiótico.
Cuando se abre una brecha en estas barreras externas o primarias del organismo. Este
puede sufrir infección y por ello existen mecanismos para cicatrizar la herida.
Si a través de la capa protectora penetra un cuerpo extraño los animales desencadenan la
respuesta inflamatoria y los vegetales generan quistes aislando al microorganismo.
• Barreras secundarias
Cuando los microbios franquean las barreras primarias se encuentran con las barreras
internas que están constituidas por las células fagocíticas sanguíneas que se encuentran
en la sangre y en el plasma. Las células fagocíticas sanguíneas son lo que llamamos
“leucocitos o glóbulos blancos”.
Neutrófilos
- Los polimorfonucleares Basofilos
Eosinofilos
Macrófagos. (monocitos)
Todas estas células son capaces de fagocitar y digerir los cuerpos extraños que invaden
el organismo muriendo parte de ellas en el proceso.

SISTEMA INMUNITARIO. Respuesta inmune especifica.


Cuando cualquier agente extraño pasa las dos primeras barreras defensivas. Nuestro
organismo posee un mecanismo muy perfeccionado para desarrollar resistencia frente a
dicho agente, esto es la respuesta inmune especifica.
Es específica, porque únicamente es efectiva frente al agente extraño que la ha
provocado.
Esta respuesta inmune se debe únicamente a la existencia de un sistema inmunitario
formado por células y sustancias químicas que cooperan entre sí formando un sistema
complejo y sofisticado.
Esta defensa especifica se basa en el reconocimiento selectivo de un antígeno y
posterior lanzamiento de dos tipos de respuesta contra esta; respuesta humoral
(linfocitos B) y respuesta mediada por células (linfocitos T).
-Respuesta humoral o serológica (inmunidad humoral). Esta basada en la síntesis de
anticuerpos. Cuando un antígeno penetra en el organismo, los linfocitos B que se
encuentran en el tejido conjuntivo y en los órganos linfoides producen como respuesta
anticuerpos o inmunoglobulinas. La principal es la inmunoglobulina G (Ig G).
Los linfocitos B constituyen una población de células formadas por clones diferentes,
cada uno de los cuales presenta en su membrana un receptor específico para un antígeno
concreto, la unión del antígeno a los linfocitos B del clon para que el que es especifico
los sensibilice para responder a señales a interleucina producida por los linfocitos Th (T
cooperadores) que inducen a su proliferación y a la diferenciación en dos tipos de
células.
Y Células plasmáticas o plasmocitos. Son grandes y tienen un gran retículo
endoplasmatico ya que se especializan en la producción de anticuerpos que son
proteínas elaboradas que son inmunoglobulinas (Ig) = anticuerpos y su posterior
secreción al exterior.
Los anticuerpos que producen estas células son idénticos a los que tenía en linfocito B
en su membrana.
Esta es la respuesta inmune primaria que es lenta porque los linfocitos pueden tardar
varios días en alcanzar el máximo de producción de anticuerpos.
& Linfocitos B de memoria. Son del mismo tamaño que los linfocitos B originales,
pueden producir anticuerpos en menor medida que los linfocitos B originales y tienen
vida ilimitada. Circulan por la sangre y ante el ataque de un nuevo microorganismo
pueden generar otros linfocitos B de memoria y pueden diferenciarse en células
plasmáticas que producirán rápidamente anticuerpos, esto da lugar a la respuesta
inmune secundario que es mucho más rápida que la primaria.
Además de estos factores humorales específicos que son los anticuerpos, existen unos
factores humorales que actúan inespecíficamente.
• El complemento (respuesta humoral inespecífica), se produce después de la
inflamación. Es un sistema formado por una serie de proteínas plasmáticas del
grupo de las globulinas que en principio están inactivas y disueltas en el suelo.
Cuando se forma el complejo ANTIGENO-ANTICUERPO.
Se activa un conjunto de reacciones en cascada que dan lugar a la fijación del
complemento cuyo producto final es un enzima activo con función citotóxica que
perfora la pared de cualquier germen y lo destruye. Además, las proteínas activadas del
complemento contribuyen a que los gérmenes patógenos atraigan a los fagocitos durante
la respuesta inflamatoria y esto facilita la fagocitosis. A este proceso se le llama
opsononizacion.
• Respuesta mediada por células (Inmunidad celular)
Esta mediada por linfocitos T que destruyen los microorganismos portadores de dicho
antígeno y las células propias en el caso de estar infectadas por ellas. Fundamentalmente
en la infección virica.
Los linfocitos T se originan a partir de células indiferenciadas de la medula ósea
llamadas “células de Stem” y van a especializarse al Timo, pasan al bazo, a los ganglios
linfáticos y a otros órganos linfoides o bien se incorporan a la circulación sanguínea o a
la circulación linfática.
Ante un estímulo antigénico, estos linfocitos T proliferan y sufren cambios
morfológicos originando diferentes tipos de linfocitos T.
• Linfocitos Th (linfocitos cooperadores, auxiliares o helpers). Son los que
actúan en primer lugar y son los responsables del desencadenamiento de la
respuesta inmunitaria, aunque no se activan hasta que un macrófago les muestra
el antígeno procedente de un agente infeccioso.
En este caso se agregan Interleucina II ( Il 2) y se estimula el desarrollo de linfocitos B
y Tc (citotóxicos)
• Linfocitos Tc (citotóxicos). Se unen al antígeno de las membranas de las células
infectadas mediante moléculas de superficie semejantes a los anticuerpos.
Posteriormente inyectan enzimas en su interior provocando en 1er lugar la
perforación de la membrana y después la destrucción de la célula y son los
responsables del rechazo a los trasplantes y a los injertos.
• Linfocitos Ts (supresores o inhibidores) realizan el proceso inverso a los Th,
es decir, atenúan la respuesta inmunitaria inhibiendo a los Tc y a los B activos
una vez que es superada la infección (una vez eliminados los antígenos).
• COOPERACION CELULAR; En la respuesta inmunitaria colaboran
macro linfocitos B y linfocitos T, es decir, existe una interacción de los sistemas
defensivos celulares (macrófagos y linfocitos T) y humorales (células
plasmáticas productoras de Ig G)
COOPERACION CELULAR EXPLICADA EN LA FOTOCOPIA
-CELULAS DE MEMORIA: Respuesta primaria y secundaria.
El primer contacto con el antígeno provoca la respuesta inmune primaria en la que hay
un periodo de latencia en el que no hay producción de anticuerpos, pero el sistema
inmunitario está activado. Posteriormente se produce un aumento exponencial de los
anticuerpos y al final de una fase estacionaria, estos comienzan a bajar en número.
En esta respuesta inmune primaria los anticuerpos que aparecen son inmunoglobulinas
M (Ig M) que la tienen son linfocitos B como receptor de membrana para los antígenos.
Entre la entrada del antígeno y la detección de anticuerpos (Ig M) existe un retraso de
unos 13 o 14 días.
A las 4-8 semanas los anticuerpos (Ig M) empiezan a ser imperceptibles.
Si se produce un segundo contacto con e4l mismo antígeno se desarrolla la respuesta
inmune secundario. Que es mucho más rápida que la primaria ya que el periodo de
latencia es inexistente debido a la existencia de células con memoria de ese antígeno
(linfocitos B con antígeno de superficie). En esta respuesta se producen gran cantidad de
anticuerpos que permanecen en el organismo durante más tiempo.
Los anticuerpos que se producen en esta respuesta secundaria son fundamentalmente
inmunoglobulinas E (Ig E).
La capacidad para producir la respuesta inmune secundaria puede durar varios años. A
esto lo llamamos memoria inmunológica, así muchos linfocitos B con anticuerpos de
superficie (Ig M e Ig D) se transforman en células de memoria de larga vida, y tras
detectar el antígeno, desencadenan rápidamente la producción de anticuerpos (Ig G, Ig
A, Ig E).
La especificidad de los linfocitos hace que ante una mutación del antígeno sean
incapaces de reconocerlo.

Órganos y tejidos linfoides


Son las estructuras relacionadas con la
formación, maduración y acumulación de los linfocitos. Están repartidos por todo el
cuerpo formando el llamado sistema retículo endotelial (S.R.E.). Se dividen en;
• Primarios; son la medula ósea y el timo en mamíferos y la bolsa de fabricio en
aves. Aquí se originan y maduran los linfocitos.
• Secundarios; bazo, ganglios linfáticos y el tejido linfoide difuso o con folículos
linfáticos. Son los lugares donde se concentran los linfocitos. En menor medida
los pulmones y el hígado también intervienen.
MEDULA OSEA; se localiza dentro de los huesos esponjosos. En ella se encuentran
las células germinales de los linfocitos. Es el lugar donde se diferencian y maduran los
linfocitos B (productores de anticuerpos).
BOLSA DE FABRICIO; órgano linfoide exclusivo de las aves, situado en la pared
dorsal del final de la cloaca. Es el lugar donde maduran los linfocitos B en las aves.
En los mamíferos se considera que son formaciones homologas las llamadas Placas de
Peyer del intestino, que junto con la medula ósea roja son los lugares donde se originan
los linfocitos B en estos animales.
TIMO; órgano blando bilobulado, localizado en la parte inferior del cuello. Es donde se
diferencian, maduran y seleccionan los linfocitos T.
BAZO; órgano linfoide de unos 200 gramos en el hombre, que filtra sangre y elimina
partículas y células defectuosas de la sangre circulante (eritrocitos y leucocitos
defectuosos). Contiene áreas con linfocitos T y otras con linfocitos B y es el lugar de
contacto de estos linfocitos T y B con-----
GANGLIOS LINFATICOS; órganos linfáticos, arriñonados, con tamaño variable que
se localizan a lo largo de los vasos linfáticos, especialmente en la zona axilar, inguinal,
cuello, clavícula y pulmón. Faltan en la cavidad craneal. Actúan con filtros de linfa
gracias a su población de macrófagos evitando el paso de microorganismos. En ellos los
linfocitos B y T se ponen en contacto con el antígeno, produciendo una respuesta
específica para ese antígeno. En los momentos de mayor actividad pueden aumentar de
tamaño. Su inflamación es indicio de actividad del aparato inmunológico.
TEJIDO LINFOIDE; estructura linfoide difusa o agregada en folículos linfáticos.
Contiene linfocitos, células plasmáticas (plasmocitos) y fagocitos. Las más importantes
son las amígdalas, el apéndice y las placas de Peyer.

Constitución del Sistema Inmune


Al igual que otros sistemas de nuestro organismo, el sistema inmune está formado por células. Sin
embargo, una propiedad que lo distingue es la capacidad de sus células para movilizarse y circular
en forma libre, además de poder agruparse en tejidos y órganos. El desplazamiento de las células
inmunes es fundamental para la eficiencia de sus funciones defensivas, en analogía con un sistema
de patrullaje. Además de actuar directamente contra una diversidad de antígenos, dichas células
pueden liberar una gran variedad de sustancias al medio circundante y a los fluídos corporales, para
coordinar las respuestas frente a los antígenos, así como para combatirlos con sus distintos
mecanismos efectores.
Células del Sistema inmune
Los glóbulos blancos de la sangre, o leucocitos, constituyen las células principales del sistema
inmune. Normalmente, se encuentran en concentraciones de 5.000-10.000 leucocitos por µL
(microlitro, equivale a 1 mm3) de sangre circulante, en el adulto. Esta cifra puede aumentar
notablemente cuando se presentan infecciones u otros estímulos que promueven la producción de
leucocitos en la médula ósea
Puede dividirse a los leucocitos sanguíneos en dos grupos, con base en su morfología microscópica.
Los mononucleares, denominados así por su núcleo globular (no segmentado), incluyen a los
monocitos, las células NK, y los linfocitos. Por otra parte, los granulocitos, así llamados por su
citoplasma de aspecto granular, poseen un núcleo segmentado e incluyen a los basófilos, los
eosinófilos, y los polimorfonucleares neutrófilos. A continuación se describirá algunas de las
características generales de cada uno de estos tipos celulares.

Monocitos y macrófagos
Al igual que todas las células sanguíneas, los monocitos se forman a partir de células precursoras
en la médula ósea, y normalmente constituyen un 1-8% de los leucocitos sanguíneos en el adulto.
En la sangre se observan como células con un diámetro de 10-18 µm, un núcleo no segmentado
con cromatina laxa, y un citoplasma de granularidad tenue. Estas células migran rápidamente hacia
los tejidos, en donde se denominan macrófagos. El sistema mononuclear fagocítico (antes también
llamado sistema retículo-endotelial) está compuesto por macrófagos que tapizan gran parte de la
microvasculatura en distintos órganos. Los macrófagos son una población celular heterogénea, que
puede adquirir características particulares según los tejidos en donde se encuentren. Su
denominación varía también según la localización anatómica: microglía en el cerebro, células de
Kupffer en el hígado, macrófagos alveolares en los pulmones, macrófagos peritoneales en la
cavidad peritoneal, macrófagos esplénicos en el bazo, células mesangiales en los riñones,
histiocitos en los tejidos conectivos, osteoclastos en los huesos, etc. Los macrófagos tisulares tienen
vidas medias prolongadas, que se estiman en meses o incluso años.
Macrófagos
La morfología de los macrófagos es variada, dependiendo de su localización, su estado de actividad
y el grado de fagocitosis.
Su distribución es amplia formando una verdadera red fagocitaria en todo el organismo: SISTEMA
MONOCITICO FAGOCITARIO, que comprenden: Células de kupffer (higado), macrófagos
alveolares del pulmón, macrófagos de los sinus ganglionarios, células esplénicas, microglia,
macrófagos de las serosas (pleural, peritoneal, sinovial), células del riñón, monocitos de la sangre
circulante
La Funcion primordial de los macrófagos es la Fagocitosis, mecanismo que comprende la ingestión
de un microorganismo y su destrucción en el citoplasma)
Debemos diferenciar dos tipos de macrófagos:
1. Macrófagos profesionales, su función se limita a la destrucción del organismo y 2. Macrófagos
que procesan el antígeno en su interior luego expresan los determinantes antigénicos sobre la
membrana celular, lo presentan al linfocito t, iniciando asi la respuesta de la cadena inmune. Son
las células presentadoras de antigeno. Estas CPA se encuentran en mayor numero e la piel, anglios
linfaticos, bazo y timo.
Son también células secretoras especialmente de interleuquina1 (IL1) sustancia clave en la
estimulación de los linfocitos t. Luego de presentarles el antigeno.
Los macrófagos no solo inician la respuesta inmune también la finalizan como macrófagos
activados específicos es decir, capaces de fagocitar un solo tipo de microorganismo pero de manera
mucho mas eficaz.

Células dendríticas
Estas células deben su nombre a las y delgadas extensiones citoplasmáticas que asemejan a las
dendritas de las células nerviosas. Son heterogéneas y se reconocen subpoblaciones diversas entre
ellas, tales como las células dendríticas intersticiales, las células de Langerhans en la piel, las
células dendríticas de origen mieloide (derivadas de monocitos, al igual que los macrófagos) y las
células dendríticas plasmacitoides (de origen linfoide). Estas células son capaces de capturar
antígenos, procesarlos, y presentarlos a los linfocitos T para que estos se activen e inicien la
respuesta inmune adaptativa. Otra subpoblación, las células dendríticas foliculares, no se
especializan en la captura y presentación de antígenos, sino que tienen un papel en la maduración
de los linfocitos B en ciertos órganos como los ganglios linfáticos.

Polimorfonucleares neutrófilos
Los leucocitos polimorfonucleares neutrófilos (PMN, o simplemente neutrófilos) constituyen la
mayoría de los glóbulos blancos circulantes en el humano (40-70%). Poseen un diámetro de 10-20
µm, con un núcleo dividido en segmentos de morfología irregular, y un citoplasma granular que se
tiñe tenuemente con los colorantes comúnmente utilizados en análisis sanguíneos. Al igual que los
macrófagos, los PMN poseen una gran capacidad fagocítica y microbicida, pero no participan en
la presentación de antígenos a los linfocitos T. Su vida media es de apenas 2-3 días, liberándose
desde la médula ósea a la circulación a una tasa de unos 7 millones de células cada minuto. Durante
los procesos inflamatorios agudos, por ejemplo una infección, los PMN sanguíneos son
rápidamente marginados hacia el endotelio de las paredes de la microvasculatura, al cual se
adhieren fuertemente, para finalmente atravesarlo (mediante un proceso denominado diapédesis) y
llegar a los tejidos lesionados, atraídos por gradientes de ciertos mediadores químicos, en un
proceso denominado quimiotaxis).

Basófilos
Estas células son escasas en la sangre circulante (<2% de los leucocitos), pero abundantes en las
mucosas y tejido conectivo, en donde se denominan mastocitos. Su citoplasma posee abundantes
gránulos que se tiñen intensamente de azul con los colorantes de uso hematológico . Estos gránulos
contienen grandes cantidades de glicosaminoglicanos sulfatados tales como la heparina, así como
una serie de potentes mediadores de la inflamación, por ejemplo la histamina y otros. Al liberarse
el contenido de estos gránulos durante procesos inflamatorios y alérgicos, la histamina y otros
mediadores vasoactivos causan un aumento en la permeabilidad microvascular, y también
estimulan la contracción de fibras de músculo liso. Estos mediadores producidos por los mastocitos
son de gran importancia en las alergias y otros fenómenos inflamatorios. En la superficie de los
basófilos y mastocitos existen receptores proteicos para las inmunoglobulinas E, los cuales juegan
un papel central en alergias causadas por mecanismos de hipersensibilidad tipo I.

Eosinófilos
Estas células, cuyo citoplasma posee gránulos prominentes de coloración anaranjada en las
tinciones hematológicas comunes, se encuentran normalmente en una proporción de 1-5% de los
leucocitos sanguíneos. Su número se eleva marcadamente ante ciertas infecciones parasitarias
(especialmente por helmintos) o en condiciones de alergia (hipersensibilidad tipo I). Existe
evidencia del papel de los eosinófilos en la defensa contra parásitos, dado que contienen potentes
sustancias capaces de dañarlos (ej. la MBP, del inglés major basic protein, o proteína básica
principal). Sin embargo, las mismas sustancias utilizadas para la defensa pueden también promover
la inflamación y el daño a nuestros propios tejidos, y hay también evidencia de que los eosinófilos
participan en enfermedades alérgicas e inflamatorias. Interesantemente, los eosinófilos producen
algunas enzimas que degradan o inactivan ciertos mediadores de la inflamación producidos por los
mastocitos: la histaminasa (inactiva la histamina) y la arilsulfatasa (inactiva ciertos leucotrienos,
antes denominados "SRS-A", sustancia de reacción lenta de la anafilaxia). Esto sugiere un posible
papel dual de los eosinófilos en la regulación de los fenómenos inflamatorios, participando tanto
en su inducción como en su modulación.
Linfocitos T
Los únicos leucocitos capaces de generar una respuesta inmune adaptativa son los linfocitos (tanto
los T como los B). Un adulto promedio posee aproximadamente 2x1012 linfocitos en su organismo,
lo cual representa cerca del 2% de su peso corporal. Normalmente, un 20-40% de los leucocitos
sanguíneos son linfocitos, y de estos, alrededor del 70-80% corresponden a linfocitos T.
Los linfocitos T se pueden considerar células centrales de nuestro sistema inmune, ya que de ellas
depende, en gran medida, el reconocimiento específico de antígenos, la activación de las distintas
modalidades de respuesta inmune, y sobretodo, su regulación. Estas células poseen receptores
proteicos en su superficie, que les permiten reconocer a un antígeno de modo altamente selectivo.
Durante su desarrollo, los precursores de los linfocitos T formados en la médula ósea, migran al
timo para completar allí un complejo proceso de maduración y de selección. De ello se deriva su
nombre de linfocitos "T" (timo). Dentro del timo, este proceso de selección y diferenciación celular
culmina con la producción de distintas subpoblaciones de linfocitos T, que se especializan en
funciones diferentes. Una fracción de los linfocitos T, la cual se distingue por la presencia de la
proteína denominada CD4 en su membrana, corresponde a la subpoblación de los linfocitos T
cooperadores (Th, del inglés helper). Esta subpoblación Th se encarga de la activación y la
regulación de otras células, como se explicará posteriormente, a través de la secreción de una serie
de moléculas de comunicación intercelular, denominadas colectivamente citokinas. Por otro lado,
la subpoblación de los linfocitos T citotóxicos (Tc), reconocible por la presencia de otra proteína
de superficie denominada CD8, tiene como función central la destrucción de células que han
sufrido alteraciones o que han infectadas por patógenos intracelulares, por ejemplo un virus.

Linfocitos B
Alrededor del 15-20% de los linfocitos sanguíneos corresponden a esta población celular. Los
l(infocitos B se forman en la médula ósea y maduran allí mismo, en microambientes especializados
Durante este proceso adquieren la capacidad de expresar receptores en su superficie que les
permiten el reconocimiento específico de un antígeno. En el caso de los linfocitos B, estos
receptores son los anticuerpos (inmunoglobulinas) que se encuentran anclados en su membrana
celular. Cuando los linfocitos B se activan por diversos estímulos, se diferencian gradualmente en
células plasmáticas, cuya función es secretar anticuerpos a los fluídos del organismo. A pesar de la
reconocida longevidad de los linfocitos (de meses o incluso años), las células plasmáticas son
terminales, con una vida media de apenas unos días.

Marcadores de membrana:
Las células del sistema inmune presentan sobre sus membranas citoplasmática diversas proteínas
características de cada uno, denominada marcadores por su utilidad en la identificación de la célula
en realidad son receptores que permiten el reconocimiento del antígeno específico de una sustancia
estimulante como linfoquinas, anticuerpos, complemento,ect.
El LB presenta sobre su superficie receptores para anticuerpos del tipo y GM y GD, y los linfocitos
del intestino para IG a. Éstos receptores de superficie no suelen presentarse permanentemente si no
que se expresan según diversas etapas de la evolución.

Circulación linfocitaria
Los linfocitos adquieren su estado de maduración cuando poseen los receptores para reconocer un
antígeno determinado. Éste proceso ocurre con los linfocitos T en el timo y en la médula ósea con
los linfocitos B; posteriormente los linfocitos deben ir a los tejidos linfáticos periféricos:
Ganglios, amígdalas, placas de Player, donde existen las condiciones necesarias para generar la
respuesta inmune, especialmente las de colaboración celular. Las células en el tejido linfático
forman grupos entre sí, pero en estrecha interrelación: LB, LT y macrófagos
Sin embargo los linfocitos no permanecen estáticos en el tejido periférico sino que existe un intenso
tráfico a través de la circulación sanguínea.
La recirculación linfocitaria comprende cuatro etapas:
1. La distribución de los linfocitos por el torrente sanguíneo
En el adulto normal los linfocitos T son el 60 — 80% de los linfocitos circulantes, los linfocitos
B son del 5% -15% y los llamados nulos son del 10 — 15%.
2. La fase de atravesar el endotelio vascular
Se realiza en las vénulas post capilares de los nódulos linfáticos y placas de peyer; los s
linfocitos pasan entre la uniones celulares y luego la membrana basal para llegar al intersticio.
En el bazo este paso se realiza en la zona de los capilares de la arteriosclerosis central.
3. La localización de los LB y los LT
En los diversos sectores: en el ganglio los LB se sitúan en el córtex, y el paracórtex los LT.
En el vaso los LT están alrededor de la arteria central y los LB en folículos por fuera de la
arteriola. en algunos otros tejidos se organizan con algunas particularidades de acuerdo al
órgano.
4. El regreso de los linfocitos al torrente circulatorio, a través de los vasos eferentes, llegan al
conducto torácico y luego en la vena subclavia
El antígeno llega el ganglio linfático regional por vía de los linfáticos eferentes, la presentación del
Ag y la activación del sistema inmune se realizan en el tejido linfoide, así como la diferenciación
y maduración de linfocitos. Los plasmocitos, que derivan de los LB, se sitúan en la medula
ganglional y secretan los anticuerpos en la vénula directamente al torrente circulatorio. Esta amplia
circulación linfocitaria permite que los linfocitos con receptores en su membrana, apropiados para
un antígeno determinado arriba finalmente al ganglio donde se encuentra con el antígeno.
Antígeno
Son proteínas o polisacáridos capaces de estimular al SI y generar una respuesta, cuando penetra
en el organismo y de reaccionar con los productos resultantes (anticuerpos) desarrollados en dicha
puesta, de manera específica.
Determinante antigénico o epítope
Fracción molecular de la superficie del Ag que es capaz de desencadenar la respuesta inmune. Un
Ag tiene múltiples epitopes, los Ac son específicos para cada uno de los epitopes y no para el Ag
en su conjunto.
El proceso de la activación del sistema inmune.
La activación se inicia con la fagocitosis del antígeno (virus, bacterias, hongos o protozoarios, etc).
Por parte de la CPA.
La primera fase del proceso es la adherencia del antígeno sobre la superficie del macrófago
(ATTACHMENT), facilitada por la opsonización, por inmunoglobulinas inespecíficas o por la
fracción C3b del complemento.
Luego de la internalización del antígeno y su permanencia en la vacuola endosoma, donde es
digerido parcialmente; Las proteínas son reducidas a sus determinantes antigénicos o epitopes.
Los epítopes se unen al complejo mayor de histocompatibilidad clase II, formando la unidad (Ag
+ CMH) clase II, que se situó en la membrana del macrófago para ser presentada al LTH, que
también tiene CMH clase II. Este es un momento crucial pues ocurre el reconocimiento entre lo
propio y lo no propio, para activar o no al SI.
También cabe resaltar que esta es la única manera como el LTH se activa, pues es incapaz de
reconocer antígenos libres en solución y en estado natural.
Este estrecho contacto entre macrófagos y LTH induce la producción de citocinas que actúan
bidireccionalmente: el macrófago secreta interleuquina 1 (IL1) que estimula al LTH; Éste a su vez
secreta un factor de activación de macrófagos (MAF), gama interferón que transforma el macrófago
en una célula altamente fagocitaria y capaz, ahora así de hacer la degradación total del antígeno
fagocitado.
El LTH secreta interleuquina 2 (IL2) que lo autoestimula para su expansión o multiplicación clonal.
Éste clonaje de linfocito es indispensable para aumentar el número de linfocitos específicos y
emplear la respuesta inmunitario. Finalmente, colección de la IL 2 se diferencian poblaciones de
LTH que estimulan a los LB que evolucionarán hasta las células plasmáticas y producirán
anticuerpos: en LT supresores; LT citoliticos y los LT de memoria.
Mecanismos efectores de inmunidad:
Los mecanismos efectores son los productos finales de la activación del SI, que son capaces de
destruir el antígeno que originó esta respuesta.
Son básicamente de tres tipos:
1. Fagocitosis por macrófagos activados qué horas son específicos
2. Citólisis con linfocitos T citoliticos, especialmente para la eliminación de las células infectadas
por virus.
3. Anticuerpos: que a ligarse al antígeno desencadena en varias reacciones defensivas: neutralizan
toxinas diversas, forman complejos inmunes, disuelven partículas o las aglutinan, etc. Además
los anticuerpos activan el complemento, facilita la fagocitosis por la opsonización: las
citotoxicidad anticuerpo dependiente.
Fagocitosis
La fagocitosis es un proceso activo de introducción de partículas mayores de una micra en el
citoplasma de células llamadas fagocitarias, de las cuales el macrófago y los neutrófilos son
ejemplos característicos (fagocitos profesionales) Los macrófagos activados a través del sistema
inmune son específicos y alcanza su mayor acción fagocitar. El proceso de la fagocitosis
comprende tres etapas: adherencia de la partícula (microorganismo), ingestión y destrucción.
Adherencia el macrófago
Se fija directamente al anticuerpo por receptores que reconocen el determinante antigénico o
epítope, pero las uniones más efectivas se hacen con la ayuda de la opsonización por anticuerpos y
la fracción C3b del complemento, que el macrófago reconoce por medio de receptores para el
fragmento FC.
Ingestión:
La membrana celular del favorcito se va a adquiriendo progresivamente a manera de una cremallera
alrededor de microrganismos hasta recubrirlo completamente todo el conjunto es internalizado,
formándose la unidad lisosoma/Fragosoma.
Destrucción:
Este proceso se inicia con la fusión del fagosoma con el lisosoma citoplasmático (fagolisosoma)
desencadenandose reacciones bioquímicas que degradan las proteínas. En primer lugar los
lisosomas vierten al interior del fagosoma diversas enzimas como la lisozima, enzimas hidrolíticas
neutras ácidas o alcalinas (peptidasa, sacaridasa, lipasas, núcleasas, y elastasas, colagenasa,
Catepsinas, fosfatasas) Además de moléculas de fijación del hierro como en la lactoferrin y también
el transporte de hierro que acidifican a pH 5 el interior del Fagolisosoma. Para destruir
microorganismos el procedimiento más importante en la producción de varios radicales
oxigenados, a través de la cadena metabólica del consumo del oxígeno como O2, H2O2, OH-2,
ON, mecanismos conocidos como la explosión respiratoria. Finalmente en el macrófago los
aminoácidos resultantes de la degradación son eliminados al exterior a través de la exocitosis.
Citólisis
Es el mecanismo que elimina células perjudiciales para el organismo humano como las tumorales
hola infectadas por virus, a través de otras células denominadas citolíticas y que comprenden
poblaciones de macrófagos y LTC.
Los LTc son producto de la respuesta a un antígeno, principalmente, viral. La colaboración con los
anticuerpos origina en la citólisis mediada por los anticuerpos, (DACC), En la que linfocito fijas
sobre su membrana los anticuerpos específicos por medio de receptores del fragmento FC, dejando
libre los brazos el fragmento Fab, y así armando, reconoce la célula infectada.

En el mecanismo de la citólisis ocurre en primer lugar, contacto de las membranas de LTS y la


célula blanco, se produce una lesión anular por la que sale el contenido celular. El mecanismo de
citolisis reside en gránulos citoplasmático en los linfocitos, Se han identificado:
1) Un polipéptido llamado Performina
2) Gránulos con actividad de serino proteasas (esterasas) denominados granenzima A y B. La
performina Produce una lesión anular sobre la membrana celular, similar a la producida por la
actividad del complemento y con similares consecuencias. Sin embargo el proceso total de la
citólisis aún no ha sido satisfactoriamente explicado.
Anticuerpos:
La producción de anticuerpos se inicia en los linfocitos B al ser estimulado por los LTH; se
convierten de linfoblastos, hacen expansión clonal y maduran en células plasmáticas, productoras
de diversos tipos de anticuerpos.
Bioquímicamente corresponden a glicoproteínas de peso molecular entre 150,000 y 900,000 puntos
en la electroforesis sérica si ubica como globulinas Gama, aunque una fracción importante son
globulinas beta. Si los conoce como inmuno globulinas y G y en el ser humano Se han identificado
cinco tipos:
IGM, IgG, IgA, IgE, IgD.
INTERLEUKINAS
Se denominan interleucinas o interleukinas a un conjunto de proteínas que son sintetizadas y
expresadas por los leucocitos, más específicamente por los Linfocitos TCD4 y por los histiocitos y
que tienen como función la intercomunicación (de servir como mensajeros) entre las distintas
subpoblaciones leucocitarias, participando en la respuesta del sistema inmunitario. Han sido
descritas distintas alteraciones de ellas en enfermedades raras, en enfermedades autoinmunes o en
inmunodeficiencias.
Son proteínas solubles de bajo peso molecular que ejecutan múltiples funciones vinculadas al
crecimiento celular, inmunidad, diferenciación tisular, inflamación, etc. Además de las células del
sistema inmune, estas citocinas son producidas por diferentes tipos celulares durante la activación
de la inmunidad innata y adquirida. Son el principal medio de comunicación intracelular ante una
invasión microbiana. Las citocinas sirven para iniciar la respuesta infamatoria, y para definir la
magnitud y naturaleza de la respuesta inmunitaria específica. Se conocen en la actualidad no menos
de 33 interleucinas, las cuales difieren entre si tanto desde el punto de vista químico como del
biológico. Mientras algunas de ellas [IL-4, IL-10, IL-11] presentan esencialmente efectos
favorables, otras [IL-1, IL-6, IL-8], paralelamente a su función defensiva, pueden también ser
deletéreas para el organismo.
INTERFERON

Los interferones (IFNs) son un grupo de proteínas señalizadoras producidas y secretadas por las
células hospederas como respuesta a la presencia de diversos patógenos, tales como virus,
bacterias, parásitos y células tumorales. En un caso típico, una célula infectada por un virus
secretará interferones, generando una activación en las defensas anti-virales en las células cercanas
a dicha célula infectada.
Los interferones son glicoproteínas que pertenecen a la gran clase de proteínas conocidas como
citocinas, moléculas empleadas para la comunicación entre células para desencadenar a las
defensas protectoras del sistema inmune que participan en la erradicación de patógenos. Los
interferones obtienen su nombre por su capacidad de “interferir” con la replicación viral[2] al
proteger a las células de infecciones virales. Los Interferones también tienen varias otras funciones:
activan células del sistema inmune, como las células asesinas naturales y los macrófagos;
incrementan las defensas del hospedador al regular el incremento en la presentación de antígeno a
través del aumento en la expresión de los antígenos del complejo mayor de histocompatibilidad
(MHC). Algunos de los síntomas de las infecciones, tales como la fiebre, dolor muscular y síntomas
similares a los de la gripe también son causados por la producción de IFNs y otras citocinas.
Reciben su nombre debido a su capacidad para interferir en la replicación de los virus en las células
hospedadoras. Se unen a receptores en la superficie de las células infectadas, activando diferentes
vías de señalización en las que participan diversas proteínas antivirales (como la PKR), para
impedir la replicación de una amplia variedad de virus de ARN y ADN. Cumplen, además, otras
funciones: activan células inmunes, como los macrófagos y las células NK; incrementan el
reconocimiento de células cancerígenas o infecciones al dinamizar la presentación de antígenos a
los linfocitos T y, finalmente, incrementan la capacidad de las células sanas para resistir a nuevas
infecciones víricas.
COMPLEJO MAYOR DE HISTOCOMPATIBILIDAD
El complejo mayor de histocompatibilidad (MHC, major histocompatibility complex) del ser
humano, que en general se denomina complejo de antígenos leucocíticos humanos (HLA, human
leukocyte antigen), es una región de cuatro megabases (Mb) situada en el cromosoma 6 (6p21.3)
que contiene gran cantidad de genes expresados. De estos genes, los más conocidos son los del
HLA clases I y II, cuyos productos resultan esenciales para la especificidad inmunitaria y la
histocompatibilidad de los trasplantes; desempeñando una función importante en la predisposición
a diversas enfermedades autoinmunitarias. Otros muchos genes de la región HLA también son
fundamentales para el funcionamiento del sistema inmunitario innato y específico de antígeno. La
región HLA se muestra muy conservada con respecto al MHC de otros mamíferos en cuanto a la
organización genómica, la secuencia de genes, y la estructura y función de las proteínas.
Los genes del HLA clase I se localizan en un segmento del DNA de 2 Mb en el telómero de la
región HLA. Los loci clásicos (MHC clase Ia) HLA-A, HLA-B y HLA-C, cuyos productos
participan de forma integral en la respuesta inmunitaria frente a las infecciones intracelulares, los
tumores y los aloinjertos, se expresan en todas las células nucleadas y son muy polimorfos en la
población. El polimorfismo se refiere a un grado alto de variación alélica en un locus genético, que
da lugar a una gran variedad entre individuos distintos que expresan alelos diferentes. Se han
identificado más de 2 000 alelos en HLA-A, casi 3 000 alelos en HLA-B, y más de 1 700 en HLA-
C en distintas poblaciones humanas, lo que hace de éste el segmento más polimórfico conocido en
el genoma humano. Cada alelo de estos loci codifica una cadena pesada (también denominada
cadena α) que se asocia mediante un enlace no covalente a la cadena ligera no polimorfa
microglobulina β2, codificada en el cromosoma 15.
TOLERANCIA
La tolerancia inmunitaria se define como la ausencia específica de respuesta del sistema
inmunitario frente a un antígeno, ya sea propio o extraño, inducida por el contacto previo con dicho
antígeno. Se trata de un estado activo (no es una simple ausencia de respuesta), dotado de
especificidad y de memoria. Esta tolerancia tiene una importancia capital en el proceso de
trasplante de órganos.
Los antígenos que inducen este estado de tolerancia se denominan "tolerógenos", para distinguirlos
de los que provocan respuesta inmunitaria (inmunógenos).
La tolerancia se puede desarrollar de un modo no natural, como cuando un animal en desarrollo
deja de responder a sus propias moléculas (autototolerancia). Cuando este sistema falla, se
producen patologías por autoinmunidad. La tolerancia inducida experimentalmente es un estado de
ausencia de respuesta a un antígeno que normalmente sería inmunogénico. Para ello, el antígeno
ha de ser administrado bajo ciertas condiciones.
La tolerancia es un estado adquirido ("aprendido"), no innato, que se induce más fácilmente en
linfocitos inmaduros, que se induce cuando no hay señal coestimulatoria, y que requiere que el
antígeno persista para que dicho estado permanezca.
Esta tolerancia se puede adquirir por una exposición prolongada a una determinada cantidad de
virus o bacterias, y puede mantenerse en el tiempo, incluso tras la desaparición del patógeno.
La tolerancia en los linfocitos T CD4+ cooperadores es una forma eficaz de evitar las respuestas
inmunitarias a los antígenos proteínicos, porque los linfocitos T cooperadores son inductores
necesarios de las respuestas inmunitarias celulares y humorales frente a las proteínas. Este
conocimiento ha impulsado una gran cantidad de trabajos sobre los mecanismos de tolerancia en
los linfocitos T CD4+.
Durante su maduración en el timo, muchos linfocitos T inmaduros que reconocen antígenos con
avidez alta son eliminados y algunas de las células supervivientes de la línea CD4* evolucionan a
linfocitos T reguladores. Este proceso afecta a los linfocitos T restringidos por las clases I y II del
MHC y es, por tanto, importante para la tolerancia en los linfocitos CD8+ y CD4+. La selección
negativa de los timocitos es responsable del hecho de que el repertorio de linfocitos T maduros que
abandona el timo y puebla los tejidos linfáticos periféricos no responda a los antígenos propios
presentes en el timo.
Los dos hechos principales que determinan si un antígeno propio particular inducirá la selección
negativa de los timocitos autorreactivos son la presencia de ese antígeno en el timo, por su
expresión local o por su llegada a través de la sangre, y la afinidad de los receptores del linfocito T
(TCR) del timocito que reconocen al antígeno. De este modo, las cuestiones importantes relevantes
en la selección negativa son qué antígenos propios están presentes en el timo y cómo son
eliminados los linfocitos T inmaduros que los reconocen.
RESPUESTA INMUNE vs INFECCION
Las respuestas inmunes contra los microorganismos, aunque múltiples y variadas, presentan
algunas características generales. La primera es que la defensa efectiva contra los microorganismos
está mediada por mecanismos efectores tanto de la inmunidad innata como de la adaptativa.
Muchos microorganismos han desarrollado mecanismos que les permiten sobrevivir a la respuesta
inmune innata y la protección contra ellos requiere la participación activa de la inmunidad
adaptativa. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, el tipo de respuesta adaptativa está
determinada en gran parte por eventos ocurridos durante la respuesta innata. Los agentes
infecciosos pueden diferir mucho en sus patrones de invasión y de colonización, así como en la
inmunogenicidad de sus antígenos. Por lo tanto, una respuesta inmune efectiva contra
microorganismos distintos, puede requerir la activación de distintos tipos de mecanismos efectores
tanto en la respuesta inmune innata como en la adaptativa. La supervivencia y la patogenicidad de
los microorganismos en el huésped están críticamente influenciadas por su capacidad de evadir o
resistir la inmunidad protectora, para lo cual ellos han desarrollado diferentes estrategias. Otra
característica en común es que en muchas infecciones el daño tisular y la enfermedad producida
puede ser causada por la propia respuesta inmune del huésped contra el patógeno, más que por el
microorganismo en sí mismo.
VACUNAS
Es una suspensión de microorganismos vivos atenuados, muertos o inactivados, fracciones de los
mismos o partículas protéicas, polisacáridas o ácidos nucléicos de patógenos que al ser
administradas se distribuyen en el sistema inmunológico e inducen una respuesta inmune específica
que inactivan, destruyen o suprimen al patógeno previniendo la enfermedad contra la que está
dirigida. El resultado de la vacuna en el organismo es la capacidad de que el agente patógeno se
multiplique y produzca inmunidad, sin causar enfermedad. Se clasifican en vivas atenuadas,
muertas o inactivas, polisacáridos y recombinantes, son producidas por modificación de los virus
o bacterias que producen la enfermedad.

INMUNOGLOBULINA A

La inmunoglobulina A (IgA) es la clase predominante de anticuerpo en las secreciones


seromucosas del organismo como saliva, lágrimas, calostro, leche y secreciones
respiratorias, gastrointestinales y genitourinarias. En sangre, se encuentra como una
molécula monomérica, pero en las mucosas se encuentra en forma dimérica.1 (IgA
secretora)

Actúan como la defensa inicial contra los patógenos invasores (virus y bacterias) antes de
que penetren en el plasma; identifican los antígenos patógenos e impiden que se instalen
en las mucosas.

La IgA tiene una masa molecular que oscila entre 170.000 y 720.000, ya que forma
estructuras poliméricas de la unidad estructural básica; la cadena H es del isotipo α,
contiene un 7-12% en peso de glúcidos y su concentración en el suero es de 90-420 mg
por 100 mL.

Diagrama de cintas de la estructura


molecular de una Inmunoglobulina A,
un tipo de Igsecretable.
INMUNOGLOBULINA D

Se halla en cantidades pequeñas, 0-1% de las


inmunoglobulinas, y tiene un peso de 185.000 DaltonsSu
presencia sobre las células B sirve como marcador de
diferenciación, y puede servir para controlar la activación
y supresión de linfocitos.
Está presente en la superficie de la mayor parte de linfocitos B circulantes, indicando que
las células B vírgenes están listas para entrar en contacto con el antígeno. La IgD se pierde
durante la estimulación antigénica, las células de memoria han perdido esta
inmunoglobulina
INMUNOGLOBULINA E

La inmunoglobulina E (IgE) es un tipo de anticuerpo (o


isotipo de inmunoglobulina) presente únicamente en
mamíferos. Está implicada en la alergia (reacciones del tipo I
de hipersensibilidad)1 y en la respuesta inmune efectiva contra
diversos agentes patógenos, especialmente parásitos. Por eso,
sus niveles suelen estar bastante elevados tanto en pacientes
alérgicos como en personas que sufren alguna parasitosis. La
IgE se une a receptores
encontrados en mastocitos, eosinófilos, y basófilos, induciendo la liberación de citocinas
y moléculas proinflamatorias cuando la inmunoglobulina reconoce su antígeno
específico.

Estructura.- La IgE es una glicoproteína de aproximadamente 190 kDa. 3 Como otros


anticuerpos monoméricos, está compuesta de dos cadenas pesadas y dos ligeras, unidas
por puentes disulfuro. Su cadena pesada consta de 5 dominios, uno variable y cuatro
constantes de tipo ε. Son de estructura compleja.

Contiene de un 10 a un 12% en peso de glúcidos y su concentración en el suero es de 0,01


a 0,10 mg por 100 mL.4

INMUNOGLOBULINA G

La inmunoglobulina G (IgG) es una de las cinco clases


de anticuerpos humorales producidos por el organismo. Se
trata de la inmunoglobulina predominante en los fluidos
internos del cuerpo, como son la sangre, el líquido
cefalorraquídeo y el liquido peritoneal (líquido presente
en la cavidad abdominal). Esta proteína especializada es
sintetizada por el organismo en respuesta a la invasión de
bacterias, hongos y virus. Es la inmunoglobulina más
abundante del suero, con una concentración de 600-
1.800 mg por 100 mL.1 La IgG constituye el 80% de las inmunoglobulinas totales.

La IgG es la única clase de inmunoglobulinas que atraviesa la placenta, transmitiendo la


inmunidad de la madre al feto de manera natural y pasiva.

Las cadenas H de la IgG son del isotipo γ, contiene un 2-3% en peso de glúcidos.
INMUNOGLOBULINA M

La inmunoglobulina M (IgM) es uno de los cinco


isotipos de inmunoglobulina (G, A, M, E, D)
presentes en mamíferos, constituyendo un 6% de
la población presente en sangre. También se
encuentra presente en elasmobranquios, teleósteos,
anfibios, reptiles y aves, siendo uno de los
anticuerpos más antiguos en la historia evolutiva1 .
Se denomina también macroglobulina (de ahí el
nombre de la enfermedad en la que se presenta
exceso, macroglobulinemia de Waldenström)
debido a su tamaño: es la inmunoglobulina más
grande (950.000 Daltons),2
aunque el tamaño no se debe exclusivamente al peso molecular real de la molécula,
sino que ésta presenta la capacidad, a través de su región Fc, de interaccionar con
otras cuatro moléculas de IgM, formando un complejo de alto peso molecular de
cinco moléculas de IgM.

Regulación del sistema de complemento

Se ha dicho con insistencia que el Sistema del Complemento resulta sumamente


dañino para aquellas células sobre las que actúa. Es necesario evitar que su acción
se propague más allá de donde se necesita. Por tal motivo, éste mecanismo se
encuentra sumamente regulado.

Existen dos tipos de regulación:

1. Una regulación dada por la propia naturaleza lábil de sus componentes, los
cuales requieren de estabilizarse uniéndose entre sí para desarrollar la
cascada.
2. Una regulación basada en la actuación de proteínas reguladoras.

En el punto uno, se puede citar el típico caso de C3. Como ya se ha dicho, C3 es


escindida en por el complejo C4b2a (en la vía clásica y de las lectinas) y por el
complejo C3bBb (en la vía alterna) formando C3b y C3a. También se pueden
generar estos productos por hidrólisis espontánea.

C3b tiende a unirse a la superficie de células cercanas, sin embargo, su naturaleza


lábil provoca una nueva hidrólisis.
Con respecto a la regulación mediada por proteínas,
existe un grupo estudiado cuya función radica en la
inhibición del desarrollo de la cascada del
complemento. La proteína C1Ihn(glucoproteína
inhibidora de C1), actúa provocando la disociación
del complejo C1(recordar que estaba compuesto
por tres tipos de subunidades) en C1q y por otro
lado C1r-s. Con ello logra que C2 y C4 no puedan
ser hidrolizadas, y por lo tanto que la convertasa de
C3 ( C4b2a ) no logre ensamblarse.
Como C1qrs solo actúa en la vía clásica, la única vía
que se verá afectada será ésta misma.

Por otro lado, también se ha descubierto proteínas que actúan regulando la activad
de la 'convertasa de C3', tanto en la vía clásica y de las lectinas como en la vía
alterna. Se les llama proteínas RCA y se codifican en el cromosoma 1 del humano.

 Proteína de unión de C4b (C4bBP): es una proteína soluble que actúa tan en
la vía común como en el de las lectinas. Se unen a C4b y favorecen al clivaje
de éste por parte del Factor I, impidiendo que la convertasa se ensamble.
Generan C4d (unida a la membrana) y C4c (soluble)

 Proteína CR1: Esta proteínas es un receptor, como ya se ha descripto


anteriormente. Se encuentra unido a la membtrana y tiene por función unirse
tanto a C3b como C4b. Por lo tanto queda inhibida la formación de las
convertasas ( C4b2a en la vía clásica y de las lectinas; C3bBb en la vía
alterna). Aquí también actúa el Factor I para clivar e inhibir a C3b o C4b
unida a CR1.

 Proteína MCP: Ésta es una proteína unida a la membrana, actúa en las tres
vías por función semejante a CR1 y acción conjunta con factor I. Como se
ha visto, mientras las proteínas descriptas se unen a los constituyentes del
complemento, reteniéndolos; el factor I se encarga de clivarlos.
Fig 2 - Inhibición de la Convertasa de C3.

En el caso específico de la vía alterna, se dijo que tanto MCP como CR1 pueden
actuar evitando la formación por retención de C3 y su posterior clivaje so acción
del Factor I. Pero aquí también se agrega otra proteína con función análoga a MCP
y CR1, el llamado Factor H. El clivaje de C3b genera C3bi y C3f. Un subsecuente
clivaje de C3bi (que se encuentra unido a la membrana) generará C3c (soluble) y
C3dg (unido a la membrana).

 Factor DAF (CD55): tiene por función el acortamiento de la vida media de


la convertasa de C3, generando su temprano desacoplamiento.

 Factor S: estabiliza y evita que el complejo C5b67 pueda dañar células


sanas. Ésta complejo muchas veces puede escapar de su célula diana y
dirigirse hacia células normales con posibilidad de continuar armando el
poro en células sanas. El factor S es el encargado de evitar que esto suceda
al unírsele.
Fig 3 - Diversas formas de inhibición en distintos puntos del sistema.

 HRF y MIRL (CD59): Son proteínas unidas a la membrana celular, tiene


por función el bloqueo de C9 evitando la formación del poro.

 Inihibdor de anafilatoxina: es una proteína soluble que inactiva a los


productos C4a, C3a y C5a.

Vía clásica del sistema del complemento

La vía clásica comienza casi siempre estimulada por la formación de complejos


antígeno-anticuerpo. Ya se ha visto que tanto la Ig G como la Ig M pueden activar
al complemento (a excepción de Ig G de tipo 4). Esta vía puede separarse en dos
estadíos, uno primario en el que intervienen C1 - C2 - C3- C4 y una segunda etapa
en común con el resto de las vías en la que intervienen C5 - C6 - C7 - C8 y C9.
Figura 1 - Activación del Sistema del Complemento

Primer etapa:

1 - Se forma el complejo antígeno-anticuerpo. La interacción entre estos suscita


cambios en la conformación molecular del fragmento Fc de la inmunoglobulina en
cuestión. Estos cambios generan un sitio de adhesión para C1 expuestos en la
sección CH2 de la partícula del anticuerpo.

2 - La molécula de C1 está formada por subunidades C1q (que posee seis brazos
helicoidales y un tallo), 2 subunidades C1r y 2 subunidades C1s. Todas estas
subunidades se encuentran estabilizadas por el ión calcio.

3 - Se desarrolla la interacción complejo anticuerpo-antígeno + cabezas globulares


de la estructura helicoidal de C1q. Se requiere, por lo menos, la participación de
dos sitios de unión a C1q. La Ig G solo posee un sitio de adhesión por partícula, por
tal motivo se requieren como mínimo dos moléculas Ig G.
La Ig M por su parte, expone más sitios de adhesión cuando se encuentra en forma
de 'grapa'. Esto explica el
porqué la Ig M es más propensa a activar el sistema.

4 - La interacción entre la región Fc y C1q activa a C1r adquiriendo propiedades de


serinproteasa, C1r. C1r por su parte, clivará a C1s generando su forma activa: C1s.

5 - C1s tiene dos sustratos, C2 y C4. Será primero C4 quien interactúe con él
produciendo C4a (pequeño) y C4b (grande). C4b se fijará a la membrana de la
célula blanco, C4a difunde hacia el plasma. C2 por su parte, encuentra un sitio de
unión en C4b, como todo este complejo se encuentra cerca de C1s , C2 es clivado
por ésta generando C2a y C2b. En este caso, el fragmento más pequeño es C2b (que
difunde hacia el plasma) quedando unido a C4b el fragmento C2a.

6 - Queda formado el complejo C4b2a (C4b + C2a). A éste se le denomina


"Convertasa de C3", porque justamente C3 es su sustrato a quien activa
generando C3a y C3b (tener en cuenta los pequeños fragmentos generados C3a,
C4a, C5a para más adelante, se les llama anafilatoxinas). La convertasa C4b2a es
capaz de generar decenas de moléculas de C3b, por ello se le suele llamar a este
paso "amplificador".

7- C3b se unirá a C4b2a generando C4b2a3b, complejo que recibe el nombre de


"Convertasa de C5". La subunidad C3b de este complejo se unirá a C5 para que el
resto lo hidrolize generando C5a y C5b. C5b es un componente clave para la
formación del "sistema de ataque" a la membrana celular. Cabe destacar que no
toda el C3b generado participa en el complemento, también hay una fracción que
difunde hacia el plasma con función de opsonización.

Segunda Etapa:

En esta etapa se da la convergencia de las tres vías. Participan


aquí C5b, C6, C7, C8 y C9 con la finalidad de formar una estructura molecular
conocida como complejo de ataque a la membrana. Éste se insertará en la misma a
fin de permitir el ingreso masivo de iones, partículas y agua provocando la pérdida
de la estabilidad celular y su muerte.

1 - C5b se une a la membrana celular, siempre en la región hidrófila externa de esta.


2 - C5b se une a C6 formando C5b6.
3 - C5b6 interactúa con C7 formando un complejo que comienza a exponer
regiones hidrófobas capaces de penetrar a la sección interna de la bicapa lipídica, el
complejo recibe el nombre de C5b67
4 - C8 se une a C5b67 formando un pequeño poro de 10 amstrong capaz de destruir
glóbulos rojos pero no células con núcleo.
5 - Finalmente, varias unidades C9 se unen al complejo C5b678 generando un poro
que mide entre 70 y 100 Amstrong. Por él puede ingresar a la célula una gran
cantidad de iones, moléculas y agua a la vez que se pierden electrolitos importantes
desembocando en la muerte de esta.

Sistema del Complemento: vía alterna

Desarrollo de la vía alterna del Complemento.

Ésta vía se activa de manera más temprana que la vía clásica. Es independiente de
complejos antígeno-anticuerpo, lo cual le permite ser catalogada como una vía
intrínsecamente innata y vigilante de la inmunidad dado que puede actuar en
ausencia de inmunoglobulinas. Intervienen en ella las proteínas C3, factor B,
factor D y properdina.

La vía clásica involucra un paso llamado de amplificación, donde el complejo


'Convertasa de C3' genera C3a y C3b en cantidad. Este C3b interectuará
opsonizando células blanco o agentes patógenos. También existe la posibilidad de
que las proteínas C3 sufran una hidrólisis espontánea sin necesidad de que la vía
clásica esté activada (recordar que esta vía actúa independientemente de la
presencia de complejos antígeno-anticuerpo).

Diferentes formas de inicio de la Vía Alterna

Por lo tanto la activación puede ser mediante dos mecanismos:

1. Activación secundaria a la actividad de la vía clásica, que genera C3a y C3b.


2. Por hidrólisis espontánea de C3 que forma C3a y C3b.

El C3b generado por cualquiera de las dos vías, se unirá en la membrana a antígenos
extraños. Una vez afianzado a éstos puede servir como sitio de unión del Factor
soluble B.

El factor B unido a C3b genera el complejo C3bB que se encuentra estabilizado por
magnesio y que sufre un clivaje por parte de otro factor llamado Factor D. Dicho
clivaje produce a partir del factor B los productos Ba y Bb, el primero difunde hacia
el plasma y el segundo queda anclado en el complejo formando C3bBb.

El complejo C3bBb funciona como Convertasa de C3 amplificando la reacción tal


como en la vía clásica. Tiene por sustrato a C3 generando mayor cantidad
de C3ay C3b. Pero para que el complejo C3bBb funcione requiere de la unión a una
proteína sérica llamada Properdina.

Cuando la properdina se une al complejo, éste se estabiliza prolongando su vida


media hasta unos 30 minutos.

El C3b generado por el complejo C3bBb se une a este mismo constituyendo una
molécula más grande llamada C3bBb3b, complejo análogo al C4b2a3b de la vía
clásica también llamada 'Convertasa de C5'

C3bBb3b toma por sustrato a C5 generando C5a y C5b. C5a difunde hacia el
plasma y C5b se fija a la membrana de la célula blanco para continuar con el
desenlace común a todas las vías con la formación del complejo de ataque a la
membrana. (C6 - C7 - C8 - C9).

Respuesta inmunitaria en Dengue


En una infección viral, el sistema inmune innato (interferones, células fagocíticas y células
natural killer [NK] principalmente) actúa como la primera línea de defensa e interviene
inmediatamente para contrarrestar la replicación viral. Mientras tanto, las células
presentadoras de antígeno, células dendríticas y macró- fagos, participan en la inducción de
la respuesta inmune adaptativa, tanto de tipo celular como humoral, que es altamente
específica y requiere de varios días para generarse. A pesar de los numerosos estudios
realizados, en la infección por el DENV aún no se comprenden claramente los mecanismos
inmunopatogénicos que tienen lugar y conllevan a una buena parte del daño observado en las
formas graves de la enfermedad. En esta revisión se abarcan los principales fenómenos,
mecanismos, células y moléculas involucrados en la inmunidad contra el DENV en el
humano y se resaltan las consecuencias que la desregulación de la respuesta inmune tiene en
el desarrollo de las formas graves de la enfermedad. La infección se inicia cuando un
mosquito hembra Aedes aegypti infectado deposita partículas virales, las cuales entran en
contacto con las células dendríticas

Células dendríticas
Se ha demostrado que el primer blanco de este virus en humanos son las células dendríticas
de la piel, que funcionan como centinelas del sistema inmune. Durante la salivación del
artrópodo, las partículas virales son liberadas en la dermis y las células dendríticas de
Langerhans las interiorizan. El DENV infecta estas células, se replica en ellas e induce su
activación y la producción de citocinas proinflamatorias. La activación y maduración de estas
células es crítica en la respuesta antiviral; sin embargo, también contribuye a la diseminación
del virus cuando éstas migran a los ganglios linfáticos1. Adicionalmente, se conoce bien que
el DENV reduce la capacidad de las células dendríticas para producir interferón tipo I (IFN-
I)de la piel, y la respuesta inmune comienza.
Interferones tipo I
Los IFN-I conducen al establecimiento del estado antiviral que restringe la diseminación del
virus en las células del hospedero. Mediante su unión al receptor de interferón α/β (IFN-α/β)
en la superficie celular, estas citocinas inducen una respuesta de resistencia a la replicación
viral.

Respuesta citotóxica y fagocítica


Las células NK sensan la presencia de moléculas del complejo principal de
histocompatibilidad (MHC) de clase I en la superficie celular. La carencia o una expresión
baja de las mismas induce la eliminación de la célula por una de estas dos vías: la vía
secretora, que es dependiente de granzimas, y la vía no secretora, que depende de Fas (CD95),
que son además señales de activación de la apoptosis.

Activación de linfocitos T
Los linfocitos T CD4+ activados por los péptidos presentados en moléculas de clase II del
MHC proliferan y secretan citocinas que polarizan la respuesta hacia las células efectoras
más adecuadas para la eliminación del patógeno, T helper 1 (Th1), T helper 2 (Th2), T helper
17 (Th17) o incluso células T reguladoras (Treg). Como en las células dendríticas humanas
infectadas con el DENV no hay inducción de la producción de IFN-I, queda afectada también
la capacidad de activación de células T naive hacia una respuesta de tipo Th11. Además, se
ha reportado que las células dendríticas infectadas con el virus del DENV-2 son incapaces
de inducir la diferenciación de la población de células CD4+ productoras del IFN-γ.

Respuesta mediada por anticuerpos


En el 80% de los individuos infectados se ha detectado la presencia de anticuerpos
inmunoglobulina M (IgM) específicos entre el día 5 y 10, y en el 99% de los pacientes estos
persisten hasta dos o tres meses después de la infección. La respuesta mediada por IgG hacia
la infección por DENV puede perdurar durante décadas. Los anticuerpos generados son
específicos, pero en las formas graves se presenta reactividad cruzada con los diferentes
serotipos.

Durante la infección por DENV también se estimula la generación de anticuerpos


inmunoglobulina A (IgA) específicos, tanto séricos como secretados, los cuales se han
convertido en un importante biomarcador para el diagnóstico de la infección. La producción
de anticuerpos neutralizantes contra DENV resulta efectiva en el control de la infección, pero
si se produce una infección secundaria con algún serotipo distinto, entonces se puede
presentar el fenómeno denominado potenciación mediada por anticuerpos.

Adicionalmente, para explicar la patogénesis en el dengue se utiliza la teoría del «pecado


antigénico original», que postula que en un individuo previamente infectado por un serotipo
viral, en una infección subsecuente con una variante heterotípica, hay una proliferación y
activación de linfocitos T CD8+ de memoria específicos para la cepa primoinfectante, que
presentan una respuesta cruzada con la nueva variante viral y contribuyen al daño en las
infecciones secundarias.

Inmunopatogénesis en el dengue
La FHD y el SCD son las manifestaciones más graves de las infecciones causadas por el
DENV. En estas se produce fiebre muy alta, aumento importante en la permeabilidad
vascular, hemoconcentración, trombocitopenia, hemorragias y hepatomegalia. En los casos
de FHD los niveles in vivo de varias citocinas, especialmente IL-6, IL-8, TNF-α e IFN-γ,
aumentan desproporcionadamente.

La respuesta inmune en leishmaniasis


La respuesta inflamatoria inducida por la picadura del vector y la inoculación del parásito
atrae células fagocíticas (macrófagos y células de Langerhans) que actúan como células
presentadoras de antigenos a los linfocitos T, necesarios para iniciar la modulación de la
respuesta inmune de tipo celular. Como ocurre con diferentes agentes infecciosos, la
respuesta inmune desencadenada contra Leishmania tiene componentes de respuesta innata
y adquirida. La inmunidad innata actúa en la fase inicial de la infección primaria y está
mediada por los macrófagos, mientras que la inmunidad adquirida, específica para antígeno,
se desencadena cuando los linfocitos del sistema inmune reconocen determinantes
antigénicos del patógeno que han sido previamente presentados a los linfocitos T. Los
macrófagos y demás células fagocíticas tienen la capacidad de eliminar los patógenos
intracelulares por medio de diferentes mecanismos que incluyen la respuesta oxidativa y la
producción de enzimas lisosómicas y proteínas catiónicas; dichos mecanismos se pueden
potenciar por las citocinas producidas por los linfocitos T y conllevar a la eliminación del
microorganismo fagocitado. La producción de citocinas al inicio de la infección es lo que
determinará el perfil subsecuente de citocinas y el establecimiento o no del parásito.

La respuesta inmune celular innata


La activación de los macrófagos por citocinas como el interferón gamma (IFNy) constituye
un mecanismo efector importante para la eliminación de parásitos intracelulares mediante la
producción de óxido nitrico (ON). El efecto leishmanicida del óxido nitrico en el modelo
murino se ha demostrado por el bloqueo de la via L-arginina a óxido nítrico in vitro y este
bloqueo impide la eliminación de los parásitos intracelulares. En la leishmaniasis humana,
aún no se ha demostrado la producción del óxido nítrico después de la infección, pero sí se
ha demostrado la producción de otro producto del oxígeno, el peróxido de hidrógeno, por los
macrófagos luego de la infección con Leishmania, como un mecanismo para la eliminación
del parásito. Las células asesinas naturales (natural killer) o NK, también están involucradas
en la respuesta inmune no específica a la infección primaria con Leishmania, ya que estas
células pueden controlar localmente la diseminación del parásito mediante la producción de
IFNy, la regulación del macrófago y la eliminación de los parásitos que aún no han entrado
al macrófago.

Inmunidad adquirida
En el modelo murino, una vez degradado el parásito por los macrófagos, los antígenos de
Leishmania son presentados a los linfocitos T y se inicia la respuesta inmune de tipo celular
mediada principalmente por linfocitos T CD4+. Estos linfocitos se diferencian en
subpoblaciones productoras de citocinas que pueden favorecer o no la resolución de la
enfermedad. Las células T CD8+ también se encuentran involucradas en la respuesta de
memoria y resistencia a la reinfección por Leishmania, caracterizada por una producción alta
y rápida de lFNy.

Activación de la respuesta inflamatoria malaria por Plasmodium falciparum

Los productos derivados del parásito durante la liberación de merozoítos en el ciclo


eritocítico, inducen la producción de mediadores pro-inflamatorios, como FNTα, IL1 e IL6.
Estos mediadores inducen la producción de otras citocinas y enzimas que amplían la cascada
inflamatoria y activan la defensa celular en el huésped; cuando la producción de mediadores
inflamatorios se excede, altera la fisiología del huésped y es causante de enfermedad.
Factor de necrosis tumoral alfa (FNTα). Los eritrocitos parasitados y los productos del
parásito, como glicosil-fosfatidil-inositol y hemozoína, estimulan la producción de FNTα en
monocitos. Los elevados niveles de FNTα interfieren con la multiplicación del parásito y su
producción temprana durante la infección es protectora por su capacidad de estimular los
mecanismos microbicidas de los fagocitos, mientras altos y prolongados niveles pueden ser
deletéreos en el curso de la enfermedad, por inducir fiebre, hipoglucemia, supresión de la
médula ósea, coagulopatía, hipergammaglobulinemia, hipotensión y aumento en los niveles
séricos de reactantes de fase aguda.

En los pacientes africanos con malaria se encuentra incremento en los niveles de FNTα que
se relacionan con la presentación de fiebre y la gravedad de la infección. En los modelos de
ratón, el exceso de FNTα contribuye al desarrollo de malaria cerebral; sin embargo, en los
ensayos clínicos con agentes como anticuerpos anti-FNTα y pentoxilina (interfiere en la
producción), no se ha demostrado reducción de la mortalidad y presentación de malaria
cerebral en humanos. El incremento en los niveles de FNTα ocasiona una respuesta sistémica
relacionada con las complicaciones palúdica; se han encontrado altos niveles de esta citocina
en pacientes con anemia palúdica grave, falla renal, hipoglucemia y falla multiorgánica. Se
sugiere que la producción local de citocinas, en especial de FNTα, juega un papel muy
importante en el desarrollo de las complicaciones, que no puede ser evidenciado en sus
niveles plasmáticos.

Otras citocinas. Los niveles séricos de las citocinas proinflamatorias IL-1 e IL-6 se
encuentran incrementados en los pacientes con malaria y se han relacionado con enfermedad
grave y malaria cerebral. Estas citocinas complementan muchas de las acciones mediadas
por el FNTα, como la inducción de fiebre, la activación endotelial por IL-1 y el incremento
en la producción de proteínas de fase aguda por IL-6, amplificando la respuesta inflamatoria.
El IFN-γ se considera una citocina proinflamatoria; una de sus principales funciones es
activar la respuesta celular, potenciando los mecanismos microbicidas de las células
fagocíticas. Es producida por linfocitos T y células asesinas naturales; sus niveles se
incrementan durante la malaria y protege de altas parasitemias y enfermedad clínica, aunque
también puede tener un papel en la patogenia de la infección.

Obstrucción vascular e inflamación

Los lugares de secuestro constituyen sitios ricos en material del parásito, capaz de activar
una respuesta inflamatoria. Como parte de un ciclo, el incremento en la producción de
mediadores inflamatorios favorece el secuestro, por incrementar la expresión de las
moléculas de adhesión que son usadas por el parásito para adherirse al endotelio. La
interacción entre glóbulos rojos parasitados y el endotelio conlleva a un proceso de activación
y estrés endotelial caracterizado por la activación de vías de señalización, producción de
mediadores inflamatorios, estrés oxidativo y apoptosis celular, daño que contribuye al
desarrollo de las complicaciones palúdicas y amplía la respuesta inflamatoria.

El secuestro de glóbulos rojos parasitados, la citoadherencia y la formación de rosetas,


producen obstrucción capilar con reducción del flujo sanguíneo, que conduce a hipoxia,
disminución del intercambio de metabolitos y liberación de mediadores inflamatorios

Respuesta inmune Trypanosoma cruzi

Se caracteriza por ser un parásito con una gran variabilidad antigénica. Sus moléculas de
membrana cambian constantemente al pasar de un ciclo a otro, lo que demuestra una
complejidad biológica. Estos antígenos determinan la respuesta en el huésped y en algunos
casos inducen una respuesta que es utilizada como mecanismo de evasión. La respuesta
inmune requiere de múltiples mecanismos efectores como por ejemplo una potente respuesta
de anticuerpos contra las formas extracelulares y una respuesta celular eficaz contra el estadio
intracelular. Por otra parte en los estadios iniciales de la infección es esencial la respuesta
innata o inespecífica a través de sus efectores y moduladores celulares y moleculares. Así,
las citoquinas (CK) y mediadores solubles juegan un papel fundamental durante la infección,
ya que su actividad determina, en gran medida, el inicio, duración y composición de las
distintas vías efectoras de la respuesta.

La respuesta humoral se caracteriza por una respuesta, a varios determinantes antigénicos


del parásito que varían de acuerdo al estadio y al periodo de la infección (aguda, o crónica),
De hecho los tripomastigotes metacíclicos poseen moléculas de invasión celular, (invaginas)
que son especificas de estadio. En los humanos la interleukina 4 induce el cambio de la
producción de inmunoglobulina IgM a IgG. La expresión de las cuatro subclases de IgG y el
aumento de γ-IFN y IL-4 en las células mononucleares de la sangre periférica sugiere una
respuesta mixta Th1 (γ-IFN) y Th2 (IL-4) en pacientes con enfermedad crónica, inducida por
una parasitemia intracelular persistente13. En la infección aguda, la inducción de la respuesta
TH 1 es llevada a cabo por la IL-12, que estimula la producción de INF gama en células NK.
La respuesta protectora TH 1 está implicada en el daño tisular y en las alteraciones de la
respuesta inmune observadas durante la infección. En los trabajos de Cardona y
colaboradores, infectando ratones C3H y BALB/c, con la cepa Tulahuen de T. cruzi para
seguir los niveles de las citoquinas IL-12 y γ-IFN durante las diferentes etapas de la infección
se observó un incremento mayor en los niveles de γ-IFN en los ratones BALB/c, lo que hace
suponer que la respuesta TH 1 está en relación con la asociación huésped-parásito. Los
ratones DBA/2 con afinidad para desarrollar una respuesta TH2 con producción de IL-4,
infectados con Trypanosoma cruzi, desarrollan menos miocarditis que los ratones con
afinidad para desarrollar una respuesta TH115. Se ha observado que la IL-10 inhibe algunos
aspectos de la activación de macrófagos, lo cual incluye la muerte intracelular de parásitos
protozoarios mediada por γ-IFN, de forma tal que en cepas de ratones susceptibles a la
infección por Trypanosoma cruzi se ha demostrado protección al administrar un Anti IL-10
neutralizante16. Los anticuerpos producidos por la infección por T. cruzi, reaccionan con
determinantes antigénicos de las células del huésped, alterándose la inmunorregulación con
una probable perdida de la tolerancia a los antígenos propios y como consecuencia reacciones
autoinmunes y de mimetismo celular. Inmunología de la infección por T. Cruzi y de la
enfermedad de Chagas La transferencia de células T de un animal infectado a otro animal
sano de la misma especie puede inducir lesiones inflamatorias en los tejidos miocárdicos y
nerviosos de estos animales. Estos resultados apoyan la naturaleza autoinmune como una de
las causas de las patologías en la fase crónica.
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