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Historia de la Iglesia Católica en Honduras

IGLESIA DE COMAYAGUA EL DOMINGO DE RAMOS.HONDURAS

CREACIÓN DEL OBISPADO DE HONDURAS.

El primer suceso religioso importante para Honduras . fue la erección de


su obispado el 6 sept. 1531 y la elección para ocuparlo de Fr. Alonso de
Talavera (de Guzmán en las Cédulas reales del Archivo de Indias)),
representado por Carlos V, que parece no haber pasado a Indias.

Sólo hay recuerdos del segundo obispo, Cristóbal Pedraza, licenciado


de Sevilla, nombrado por Paulo III el 11 feb. 1541.

Antes de su nombramiento como obispo Cristónal de Pedraza, arribó


a Puerto Caballos en 13 de septiembre de 1538 y el año de 1545 comenzó sus
trabajos en Honduras con la misión de llevar el cristianismo a los indios, era un
sacerdote inclinado a la educación y se le conocía como el “Protector de los
Indios”, dejó escrita la obra “Relación de la Provincia de Honduras” en la que
realiza una brutal crítica de los conquistadores españoles, defendiendo la labor
evangelizadora que llevaban los misioneros frailes desde su obispado.

Le sucedió Fr. Jerónimo de Corella que hizo el año de 1561 el


traslado de la sede a Comayagua, después de dirigir informes al rey y al Papa y
con su autorización.

A partir de la creación de la diócesis y obispado de Honduras se


intensificó la evangelización del territorio, entrando misioneros
especialmente religiosos y entre ellos los franciscanos , mercedarios, pues
Fray Jerónimo y durante su administración diocesana encargó la
evangelización de todo el territorio, a los frailes de la Orden franciscanay
de la Orden de la Merced.

Aunque junto a los religiosos no faltaron sacerdotes diocesanos que en


su mayor parte quedaban como párrocos dependientes del obispado en las
parroquias de los pueblos recién fundados.
Se buscaba evangelizar y asentar a los indios en centros
urbanos:Reducciones, en Yoro, Olancho, Comayagua, norte del actual
Francisco Morazán. Algunos misioneros perdieron la vida ante la resistencia
india a ser convertidos .

LA EVANGELIZACIÓN FRANCISCANA EN LA ÉPOCA DE LA COLONIA.

a) Resistencia de distintos grupos indígenas a la evangelización.

Según las tradiciones y memoria guardada entre los ancianos de los taguacas
y lencas, se dice que en el año de 1604 entró la primera expedición a cargo de
los frailes Esteban Verdelete y Juan de Montegudo y, habiendo padecido
trabajos, hambres y penurias, permanecieron durante algunos años en la región,
impartiendo la doctrina cristiana y aprendiendo la lengua de estos indígenas.

Regresaron a Guatemala y desde allí el padre Verdelete se dirigió a


España para solicitar el permiso oficial y el apoyo de la Corona para que ocho
misioneros convirtieran a los indígenas de la Taguzgalpa. El misionero Verdelete
llegó a la provincia de Honduras en el año de 1608, en compañía de fray Juan
de Monteagudo y atravesando ásperas montañas y caudalosos ríos,
lograron persuadir a unos 130 indígenas de asentarse en el Río de las
Piedras, en el valle de Olancho. Sin embargo, las dificultades para
mantener el control en las misiones llevaron a los misioneros a solicitar
apoyo militar. Fueron enviados unos veinticinco soldados, quienes no
lograron más que agravar la situación. Como resultado de lo anterior,
los misioneros ”… fueron muertos en defensa del evangelio a manos de los
indios lencas por el año de 1612, según las más ajustadas
tradiciones”. De acuerdo con el testimonio rendido por un anciano
mulato llamado Juan de Padilla, a principios de septiembre del año de 1614,
llegaron al puerto de Truxillo, el sacerdote Cristóbal Martínez y el religioso
lego don Juan de Baena, del convento de San Francisco de Guatemala.
Dichos sacerdotes realizaron varias entradas en la región, catequizando,
bautizando e instruyendo en los misterios de la fe a los indígenas recién
convertidos. Con el objeto de buscar mayor apoyo y especialmente para solicitar
misioneros que reforzaran su obra evangelizadora, el religioso Baena viajó a
Guatemala.

PADRES FRANCISCANOS EN LA EVANGELIZACIÓN DE HONDURAS.

“Y habiendo tocado Dios para esta conversión, al bendito padre fr. Benito
de San Francisco, sacerdote de vida ejemplar, y habiendo los dos llegado
a aquellos parajes, y todos tres trabajando con grande espíritu en esta mies
evangélica, reduciendo muchos infieles y bautizándolos, edificando
iglesias y adoctrinándolos en la ley de Dios, padecieron martirio a manos
de los indios albatinas o taguacas, el año de 1623.

MÁRTIRES FRANCISCANOS EN LA COLONIA. HONDURAS.

Se afirma que entre 1622 y 1623, estos misioneros trabajaron tierra adentro entre
los indígenas payas, lograron asentar 700 indígenas en siete pueblos y
bautizar a otros cinco mil. Sin embargo, con su muerte ocurrida en el año de
1623, en manos de un grupo de indígenas Albatuynas o Taguacas, estos
pueblos permanecieron fuera del control español desde ese año hasta
1661, cuando se reanudan las actividades misioneras. En el
transcurso de los años transcurridos entre 1623 y 1661, se insiste en que
“… hazían mucho daño los yndios xicaques, hapuises, en los valles de
Olancho y Xamastrán, saliendo con sus aliados por los ríos Guaiape y
Guaiamble no solo a saquear las haciendas y estancias circunvecinas sino
a ofender a algunos cristianos … Y a este mismo tiempo, los paias hacían
lo mismo en los valles de Agalta, siendo perniciosos unos a otros infieles,
haciéndose cuanto mal podían, como gente bárbara, sin más ley que sus
pasiones, regidas del demonio por sus agoreros y mágicos.” En vista de lo
anterior, el capitán don Bartolomé de Escoto, luego de presentar un informe con
datos suministrados por los vecinos de Olancho, obtuvo la autorización para
entrar con gente de armas.

El grupo estuvo constituido por vecinos de la región, quienes se


ofrecieron a participar sin sueldo, por estar directamente interesados en la
empresa, acompañados de algunos indios cristianizados de los pueblos de
Tecasinti y Poteca. Se hizo la primera entrada por el río Guayape, en el año de
1662, durante los días cercanos a la cuaresma.

A pesar de haber realizado tres entradas no se logró aprehender a los


indígenas, ya que estos se retiraron hacia el interior de las montañas. Estos
sucesivos fracasos los llevaron a convencerse de la necesidad de cambiar de
método y sustituir la conquista militar por la pacificación. En el año de 1667
Escoto viajó a Guatemala a solicitar el apoyo de algunos misioneros para su
empresa de sometimiento de los indios insumisos de esta región.

Su gestión tuvo éxito al lograr que los frailes franciscanos Pedro de


Ovalle y Fernando de Espino fueran autorizados a viajar a la provincia de
Comayagua en su compañía.

Al llegar a la región de Olancho el padre Espino se dedica a poblar San


Buenaventura y el padre Ovalle se desplaza hacia el pueblo de Santa María,
localizado a cuatro leguas del primero. En el año de 1667 el padre Ovalle
vuelve a Guatemala, para regresar un año más tarde acompañado de fraile
Antonio de Verzian. Llevan consigo una imagen de bulto de Nuestra Señora
de la Limpia Concepción, la cual fue entregada a la iglesia de Santa
María. Hacia el año de 1676 se habían establecido seis aldeas en esta
región: Santa María, San Buenaventura, San Pedro, San Felipe, San
Sebastián y San Francisco, las cuales contaban con una población
aproximada de 600 indígenas.

NIÑOS INDIOS EN LA REGIÓN DE TRUJILLO. HONDURAS.

b) La Evangelización de los Indios Payas.

En un informe enviado al Rey por el Obispo de Honduras, Fray Alonso de


Vargas y Abarca, en el mes de febrero de 1696, sobre el estado de las
misiones payas a cargo de la orden de San Francisco, señala que: “El valle
de Olancho, jurisdicción de este obispado, es dilatadísimo. Tiene de visita
de este obispado (lo qual he hecho hasta el día de oi cinco veces desde
que vine) más de cien leguas, quedan otros muchos espacios que están
comprendidos y cercados del mar del norte, de la jurisdicción de la Segovia
-que toca al obispado de Nicaragua- y hasta la punta de Castilla que es el
Puerto de Truxillo de este obispado.” En el año de 1671 se le encarga
al padre Ovalle la catequización de los indios de la nación paya. Para cumplir
con tal encargo, a fines de ese año llegó al pueblo de San Felipe para entregar
el ornamento, la campaña y el lienzo, y desde allí marchar en busca de los
llamados indios payas. El 25 de enero del año siguiente, llegó al pueblo de
Catacamas, localizado a dieciséis leguas de San Felipe:

FAMILIA NUMEROSA HONDUREÑA.

“Y proponiéndoles que quería entrar en sus poblazones a predicar el


sagrado evangelio, replicaron ellos que el camino era muy áspero y
dificultoso de trajinar, y que así no le querían llevar. Más instando el padre
comisario y exponiéndose a cualquier peligro por la propagación de la fe,
se resolvió a entrar con ellos – llevando en su compañía a quatro personas
ladinas, al yntérprete y algunos yndios del Real y Catacamas que llevaban
una imagen de bulto de nuestro padre San Francisco y el hornamento para
celebrar misa.

Al cabo de tres días, venciendo muchas dificultades y andando lo


más del camino a pié, llegaron a poblazones de los yndios paias – y por
haverse adelantado uno de los tres que servían de guías, a darles aviso –
salieron al camino, a recivir al padre, cantidad de hombres, mugeres y
niños, con guirnaldas de flores en las cavezas en señal de paz y alegría.”A
los veinte días había bautizado cerca de doscientos indígenas y mandó construir
una ermita, a la que le puso el nombre de San Francisco, a cuya advocación se
fundó el pueblo. Posteriormente se dirigió al Valle de Agalta, a través del pueblo
de Manto, y al llegar a la población de Gualaco, ordena la construcción de una
ermita. En el mes de febrero de 1673 se incorporó un nuevo predicador, el
sacerdote Pedro de Estrada. Ambos religiosos se dirigieron hacia el río
Guayape, en compañía del capitán Bartolomé Escoto, donde realizaron
varias fundaciones y trasladaron el pueblo de San Francisco a un lugar
denominado Pataste, para ello pagaron cierta cantidad a los indios de El
Real y Catacamas, a cambio de ayudar a la construcción de la iglesia. En el
año de 1679, mientras el Obispo realizaba su visita a Olancho, se le solicitó que
fuera a confirmar a los indígenas de la región, ya que ninguno de ellos había
recibido este sacramento. En el año de 1690 se realizó una nueva visita a esta
misión. Al informar acerca de su estado, se dice que uno de los problemas
fundamentales que limitan su progreso y estabilidad es la ausencia de
misioneros, quienes no siempre asisten a esta misión y se limitan a andar
por los curatos circunvecinos. Hacia el año de 1698, el sacerdote Rodrigo de
Betancur informa que solamente quedan dos sacerdotes y que además se
encuentran separados en una región donde si bien hay unos cuatrocientos
bautizados y un poco más de trescientos convertidos, quedan muchos sin
bautizar. Lo anterior a pesar del interés manifiesto, desde años atrás, en brindar
la atención debida a estas misiones, como la vía para incorporar a estos
territorios y sus pobladores en el área controlado por la administración colonial.

Y la mejor forma de lograrlo, según la recomendación del Obispo de


Honduras Rodrigo de Vargas y Abarca, es transformar esta misión y
reducción en doctrina, para lo cual se dividiría en dos, la primera comprendería
San Francisco y San Sebastián y la otra incluiría los pueblos restantes.

IGLESIA DE GUALACO. HONDURAS.

Al interés de convertir las misiones en doctrina, se agrega la preocupación


por parte de las autoridades coloniales por dotar de tierras a los indios
payas que se encontraban ubicados en los ejidos de los pueblos de Santa
María, San Buenaventura y San José, en el valle de Gualaco, con el fin de
lograr su completa evangelización, evitando así que escaparan
nuevamente. A principios del siglo XIX, había 290 indígenas en la misión
de Luquique y alrededor de 300 habían sido establecidos en las misiones
de Olancho. En el año de 1808, el franciscano fray José Antonio de Liendo y
Goicoechea hizo una entrada a los territorios habitados por los payas y predicó
en la región de agalta, organizando las reducciones de Pacura y San Esteban
Tonjagua. El padre Goicoechea justificó con los siguientes argumentos la
necesidad de una nueva entrada en tierras payas y, sobre todo, de establecer
asentamientos indígenas permanentes: “… establecer allí a los indios resulta
de gran utilidad al comercio, a los vecinos y hacendados que se encuentran
en las faldas y planicies de las montañas de Agalta. La reducción de Pacura
dista de Trujillo como más de treinta leguas y es paso obligado a los
vecinos del valle para conducir el ganado, carnes, mulas, mantecas y otros
víveres, de suerte que la reducción proporcionaría posada y alimentos a
los viajeros. Si el gobierno manda soldados, y prisioneros, hallan
alojamiento y seguridad. La existencia de estos pueblos daría un consuelo
a más de 20 haciendas de ganado establecidas en el Valle. “

c) Misiones y Reducciones en tierras de los Jicaques.

El propósito de las misiones y proyectos de evangelización realizados por


los españoles en los territorios fronterizos localizados al oriente de la provincia
de Honduras, era crear las condiciones para establecer comunidades
autosuficientes basadas en la agricultura.

Sin embargo, la corta vida de la mayoría de estas misiones hizo que esta
meta fuera pocas veces alcanzada. No es sino hasta en el siglo XVIII que se
logran establecer algunos asentamientos indígenas permanentes y la misión
de Luquique o Lucuguey, en el corazón del territorio jicaque, se convierte
en el principal centro de actividad misionera.
Después de los primeros intentos de evangelización de los indígenas que
habitaban la frontera oriental del territorio colonizado por los españoles en la
provincia de Honduras, especialmente de los indígenas considerados como
payas y jicaques, que fueron realizados durante las décadas de 1610 y 1620
por sacerdotes de la Orden de San Francisco, la empresa evangelizadora
se detuvo, reanudándose cuatro décadas más tarde. Entre los años
de 1661 y 1662, se fundaron los pueblos de Santa María y San Felipe, como
parte de las tres entradas realizadas por el capitán Bartolomé Escoto.

Durante los primeros cinco años estas reducciones no tuvieron un


misionero a cargo y no es sino hasta el año de 1667, que llegó el sacerdote
Fernando de Espino, acompañado del fraile Pedro de Ovalle. Ambos
religiosos llegaron a Comayagua en el mes de junio de ese año. El padre Ovalle
se quedó momentáneamente en Siguatepeque y el reverendo Fernando Espino
se dirigió hacia el territorio habitado por los jicaques, a una distancia de ciento
veinte leguas de Comayagua.

Al llegar el fraile doctrinero que atendería Siguatepeque, el padre


Pedro de Ovalle fue a encontrarse con Espino, quien estaba poblando San
Buena Ventura, en territorio paya.

Posteriormente Ovalle se desplazó al pueblo de Santa María. Aquí


encontró unas catorce o quince casas y unas sesenta personas entre grandes y
pequeños, de los cuales la mitad eran mulatos, ladinos e indios cristianizados
del pueblo de Tecasenti y los otros indios jicaques recién bautizados. Pronto
entraron en conflicto con el capitán Bartolomé Escoto, a quien acusaron de
justificar sus ascensos valiéndose de informes falsos a las autoridades
eclesiásticas y que, mientras Escoto sólo ha trabajado proporcionando informes
sobre sus méritos, “…. todo lo ha trabajado la religión, assí en lo corporal
haziendo las fundaciones, abriendo caminos y costeando hasta los yndios
que han servido de guías, como también en lo espiritual y hornato del culto
divino pues como adelante se dirá, todo lo que tienen las yglesias lo ha
hecho la religión.” A finales del año de 1674 enviaron desde Guatemala al
padre Lorenzo de Guevara, quien llegó a Comayagua en el mes de enero
de 1675 y se dirigió inmediatamente al pueblo de Santa María, de la nación
jicaque. En este lugar solamente encontró catorce indígenas, ya que los demás
se habían retirado a las montañas, y logró sacar nuevamente unos quince. En el
mes de septiembre salió de nuevo con algunos indios cristianos hacia las
montañas de Ciali, de donde sacó nueve personas bautizadas que años atrás se
habían rebelado. En el año de 1689 se resolvió que se hiciera entrada con armas
y soldados. “La cual se hizo, siendo capitán don Rodrigo Navarro, sin más
fruto que reconocer la tierra y ver sus pueblos, por averse huido los yndios
sin poder tratarse – aunque se vieron y se cogió un guía.” Al año
siguiente se realizó una nueva entrada, a cargo del mismo capitán y del
sacerdote Manuel Fernández. No lograron reducir a los indígenas y por la
fuerza aprehendieron a unos setenta y seis, quienes fueron ubicados en el
valle de Yoro. Sin embargo, algunos huyeron y otros enfermaron, por lo
que no pareció conveniente proseguir con la conquista armada, ni
conservarlos por la fuerza en el lugar.” Entre los años de 1747 y 1751 se le
encargó al Colegio de Propaganda Fide la conquista espiritual de los indios
xicaques de las montañas de Muliá y Leán. Esto por petición del Gobernador
y Comandante General de Armas de la Provincia de Honduras, don Juan
Vera. Esta nueva empresa misionera estuvo a cargo de los sacerdotes
Joseph Ramírez y Domingo Antonio San Raphael.
CONVENTO MERCEDARIO DE TEGUCIGALPA.

LA EVANGELIZACIÓN MERCEDARIA EN LA ÉPOCA DE LA COLONIA.

Los primeros misioneros que llegaron a Honduras fueron los frailes de la


Orden de Nuestra Señora de La Merced ya hemos indicado que Fray
Alejandro, el sacerdote que acompañó a Colón en 1502 en su viaje donde tocó
tierra firme del continente llegando a Punta Caxinas donde ofició la primera misa
hace 508 años, era mercedario originario de Valencia .

CRISTOBAL DE OLID.

E1 P. Juan de las Varillas que en 1524 llevó consigo al licenciado Alonso de


Zuazo desde Cuba a la ciudad de México junto con Fr. Gonzalo de Pontevedra
(quien falleció en la isla de las Víboras), fue uno de los capellanes de Hernán
Cortés en su expedición a Honduras en dicho año, cuando el capitán
Cristóbal del Olid se alzó con la armada de Cortés, quien fue en su bús-
queda. Después de dos años y meses de andar en las Higueras retornaron
ambos a La Habana. El P. Varillas fundo en Honduras una residencia en 1525
para evangelizar la región.
Pero fue en 1550 cuando, a petición del presidente de la Audiencia de
Guatemala, el P. Dardón envió al P. Nicolás del Valle para fundar dos conventos
misionales, el de Gracias a Dios y el de Tencoa, mientras el de Valladolid del
valle de Comayagua lo fundó el P. Jerónimo Clemente en 1552-1553.

En la información de servicios que el P. del Valle hizo en Madrid el 22 de


marzo de 1565 decía que hacía doce años que residía en la provincia de
Honduras. Y el obispo decía de él en 1564 que era «persona que ha trabajado
en esta tierra mucho en la predicación del Evangelio y doctrina de los
naturales».

Fundada Tegucigalpa en 1622 como pueblo de españoles, también allí


fundan los mercedarios a mediados del siglo XVII, como los de misiones en
Cururú y Chuluteca, y a fines del XVII los de administración de doctrinas
como Aguacaterique y llano de Tencas, Tumbla y Zutituca o Cares.

. Los franciscanos llegaron posteriormente en el año 1574 por eso


cuando surge el poblado del Real de Minas de Tegucigalpa en 1578 los frailes
franciscanos obtienen la licencia real para fundar un convento, el de San Diego
y como ya existía una regulación del reino que no podían funcionar
conventos de diferentes ordenes, los mercedarios tuvieron que instalarse
en Santa Lucía sitio minero distante a pocas leguas de Tegucigalpa.
IGLESIA DE LOS DOLORES. HONDURAS.

Cuando el Rey de España levantó la prohibición, los mercedarios de


Santa Lucía se trasladaron en 1680 a la Villa de Tegucigalpa y obtuvieron
mediante compra y por cesión de la Alcaldía Mayor un amplio predio al final
de la llamada Cuesta del Río donde establecieron una plaza y al costado
oriental construyeron el Convento de Nuestra Señora de La Merced y un
templo incorporado a la edificación dedicado a San Pedro de Nolasco y a
nuestra Señora de Las Mercedes. El complejo de La Merced guarda
mucha historia: En los claustros del Convento en 1701 la dama criolla María
de Mendoza, esposa del Sargento de las Armas Españolas Juan de Peralta
fundó el primer hospital que hubo en Tegucigalpa, centro que duró muy
poco tiempo por razones

económicas.(www.merced.org.ar/Biblioteca%20Virtual%20Mercedaria/Merced
arios%.
CRISTO DE LAS MERCEDES EN SANTA LUCÍA.

OTROS AGENTES DE LA EVANGELIZACIÓN DE HONDURAS.

Aunque por lo dicho anteriormente fueron los franciscanos y mercedarios y


especialmente los primeros quienes llevaron el peso de la evangelización de
Honduras, también estuvieron presentes otras órdenes religiosas, aunque de
forma menos institucionalizada, en primer lugar la Orden de Santo Domingo.
Los dominicos tuvieron su fundación en Comayagua por ejemplo el
obispo Alonso de la Cerda dominico fue consagrado obispo de Comayagua
(1577), realizó esfuerzos por la evangelización en la región central y occidental
de Honduras, aplicando una política de concentración y reducción de pueblos
dispersos,[permaneció en su diócesis centroamericana hasta su nombramiento
como obispo de La Plata en Charcas (1587)

También pasó por Honduras el dominico Antonio de Remesal quien


llegó a Camayagua el año 1613 acompañamdo a otro dominico Alonso de
Galdo , que había sido nombrado obispo de Comayagua.

Dominico fue también Vicente Navas y Márquez obispo de la provincia


de Honduras desde el año 1794 quien hasta realizó un proyecto agrario.

Es también digno de nombrar a Alonso Vargas Abarca, de la orden de


san Agustín quien llegó a Honduras como misionero con otros de su orden a
la mitad del siglo XVII.
CATEDRAL DE COMAYAGUA. HONDURAS.

Fue elevado en fecha 22 de noviembre de 1677 como Obispo de la


Diócesis de Honduras que entonces tenía la sede en Santa María de la Nueva
Valladolid de Comayagua.

En 1678 el Obispo Alfonso Vargas y Abarca fundó el primer seminario en


Honduras, transformó el colegio-seminario fundado por su antecesor el Obispo
Jerónimo de Corella, en la ciudad de Comayagua el 20 de Febrero de 1564. Su
administración apostólica concluyo al fallecer en 1697.

Esto nos lleva a hablar brevemente de la historia de la educación en


Honduras.

Los orígenes de la educación en Honduras, se remontan al año


1539, cuando Don Cristóbal de Pedraza, “Protector de los Indios” en la
ciudad de Gracias a Dios, abrió la primera escuela parroquial para enseñar la
doctrina cristiana y las primeras letras del alfabeto; contando con el cura párroco,
Presbítero Álvarez, para impartirla.

Veinticinco años después, el Obispo Fray Jerónimo de Corella abrió en


Comayagua, la cátedra de Gramática para los hijos de los vecinos y
conquistadores.

.Posteriormente en 1602, a instancias de Fray Gaspar de Quintanilla y


Andrada Obispo de Honduras, se abrió una cátedra de Gramática Latina, en
la ciudad de Comayagua que fue erigida y fundada por Real Cédula de Felipe II
el 29 de septiembre de ese mismo año.

Se nombró para desempeñarla al Presbítero Fray Esteban Verdelete,


quien la sirvió sin la renta estipulada de doscientos pesos situados en el
pueblo de Colopele de la jurisdicción de Gracias a Dios, pidiendo a cambio
que se le erigiese un altar portátil, ornamentos y vasos sagrados.
LA LIMPIA CONCEPCIÓN DE COMAYAGUA.

Siempre en la ciudad de Comayagua en 1662, el Obispo Fray Alonso de


Vargas y Abarca fundó el Colegio San Agustín, que surgió como Colegio
Seminario con clases de Gramática Castellana y Latina, Matemáticas,
Historia y Teología y estableció la cátedra de Moral para la formación de
clérigos.

El Obispo Fray Antonio López de Guadalupe llegó a Comayagua en


1731 y comenzó la construcción de un edificio adecuado para el Colegio
Seminario, que fue concluido en 1733.
Ese mismo año fue solemnemente inaugurado el edificio del Colegio
Tridentino, cuando ya se habían establecido las cátedras de Latinidad, Cánones
y Matemáticas.

Este hecho marca el origen de la educación superior en Honduras.


Este prelado fundó la cátedra de Filosofía que con las de Gramática y Moral
dieron cuerpo a la enseñanza, además dió las constituciones necesarias al
nuevo centro de enseñanza logrando que por Real Cédula de 7 de
noviembre de 1738, S.M. autorizara la nueva cátedra y la dotara con
doscientos pesos que debiera percibir el Presbítero José Simón de Zelaya,
constructor de la bella catedral de Tegucigalpa quien había sido nombrado
titular.

En el colegio Tridentino el título de catedrático se le otorgaba a los que


contaban el grado académico de doctor y el de profesor a los que tenían un grado
menor.

Fray José Antonio Murga vino de Guatemala a Tegucigalpa en 1804, a fin de


impartir una clase de Gramática y otra de Latín a más de veinte alumnos.

Con relación a la Compañía de Jesús referir ahora que en el año 1871


expulsaron a 72 Jesuitas de Guatemala, quienes se embarcaron rumbo a
Amapala y ni siquiera los dejaron tocar suelo hondureño; esto impidió que
hoy estuviéramos celebrando el 129 aniversario de la llegada de los
Jesuitas a Honduras.

Sin embargo, los Jesuitas, no se dieron por vencidos. En 1946 fueron


invitados por el Obispo. José de la Cruz Turcios, particularmente para atender
misiones de los pueblos y los indios civilizados del departamento de Yoro.

El Papa recibió la solicitud y pidió a la Compañía de Jesús que


enviara misioneros a Honduras. En Octubre de 1946 llegaron los primeros
Jesuitas a Honduras ellos fueron Jaime O’neill y Luis Smith.
RELIGIOSAS AGUSTINAS EN HONDURAS.

LAS RELIGIOSAS EN LA EVANGELIZACIÓN DE HONDURAS.

La evangelización de Honduras en el tiempo de la colonia fue la que


posiblemente contó con menos agentes pastorales de toda la América Hispana,
ya hemos vistos como franciscanos y mercedarios son las órdenes que
sobresalieron en esta misión, además del clero secular ubicado en las
parroquias, pero también en estos casos el número de personas pertenecientes
a estos colectivos era más bien escaso, muchos de los conventos no disponían
de más de dos religiosos, ante esta escasez sería extraño poder encontrar
monasterios o conventos y religiosas en la tarea de la evangelización. .

En Honduras los únicos centros que encontramos para mujeres fue ”


Una Casa para mujeres mal casadas ” fundada a principios del siglo XVII
en Comayagua por el obispo fray Alonso Galdo y otra ” Casa para Recogidas
enclaustradas ” especie de asilo para mestizas e indias abandonadas, allí se
les enseñaba a cocinar, coser , bordar etc.

A mediados del siglo XVIII la Compañía de María así como algún


convento de monjas de clausura en el 1756 comenzaron a ocuparse de las
instrucción de las niñas.
LA IGLESIA EN LA PROCLAMACIÓN DE LA INDEPENDENCIA.

Honduras llegó a la Independencia como nación en el año 1841, como otras


naciones centroamericanas , la proclamación de la independencia de España
tuvo lugar años antes, pero hasta la fecha indicada Honduras tuvo unos años
en que se unió a México, luego a la Federación de los países centro
americanos hasta que por fin alcanzó , como se ha dicho, su independencia
como país en el año 1841.

A continuación, como indica el título del párrafo hablamos de la


participación eclesiástica en la proclamación de la independencia, lo hacemos
trascribiendo una entrevista hecha a el historiador Rolando Sierra.

“El sentimiento de libertad comienza a despertar en los corazones de los


criollos hondureños del siglo XVIII. Y fue a través de la Iglesia Católica que
estas ideas fueron trascendiendo, pues figuras relevantes del clero
destacan por su participación como tutores y formadores de líderes de la
vida política nacional.

El historiador nacional Rolando Sierra, experto en el tema


preindependentista y cuyo libro “Iglesia y liberalismo en Honduras en el siglo
XIX” es una muestra de ello, detalla una serie de acontecimientos que
condujeron a la independencia.

En un pequeño espacio de su biblioteca personal y en exclusiva


para EL HERALDO, explica cómo personajes como el padre José Trinidad
Reyes o el padre José Antonio Márquez, lucharon por la libertad.

¿Cuál fue el papel de la Iglesia Católica en el proceso de independencia de


Centroamérica?

El papel de la Iglesia se expresa en tres grandes tendencias: la primera fue un


grupo del clero, sacerdotes que estuvieron a favor de la independencia y
fueron, quizá, los principales promotores de toda Centroamérica. De hecho
podemos ver sacerdotes en las figuras de los próceres de la independencia en
casi todos los países. El caso de José Matías Delgado en El Salvador, de
Florencio Castillo en Costa Rica, Francisco Antonio Márquez en Honduras,
entonces fue todo un grupo de sacerdotes que inspirados en la idea de la
Ilustración, propugnaron por la independencia.

Asimismo hubo otro grupo de sacerdotes moderados que si bien


aceptaron la independencia, se conservaron críticos a esta, sobre todo en
cuanto al proyecto post independentista, el Liberal, que era de corte
anticlerical, estaba contra el clero y sobre todo contra los bienes de la
Iglesia.

Y por último tenemos un grupo de sacerdotes y algunos obispos que


claramente se opusieron directamente a la independencia. Pero en su conjunto
podemos ver que la mayoría del clero en ese momento son los promotores
de la independencia.

¿Cuándo inician estos aires independentistas en el país?

En el caso de Honduras desde 1811 se empiezan a dar levantamientos, ciertas


manifestaciones pro independencia en el antiguo reino de Guatemala, con
levantamientos en Nicaragua, El Salvador, y ya en concreto el 1 de enero de
1812 se da un levantamiento en Tegucigalpa que fue organizado por dos
figuras que tienen que ser rescatadas dentro de la historia de Honduras
como figuras fundamentales del proceso de independencia que eran los
frailes franciscanos José Heredia y Fray Antonio Rojas.

Ellos vivían en el convento San Francisco (lo que conocemos hoy como
la iglesia San Francisco de Tegucigalpa, la más antigua del país). Junto a un
grupo de cerca de cien ciudadanos hicieron un movimiento porque en ese
momento las autoridades de Tegucigalpa querían reelegirse y el
levantamiento fue para protestar para que se nombrara figuras nacionales
y no las que venían directamente desde España. A su vez el padre Heredia y
el padre Rojas prepararon a muchos indígenas en la causa de libertad, de la
independencia.

¿Cuál fue la participación del padre Francisco Antonio Márquez?

Él es otra figura fundamental en Honduras, que si bien es cierto es


polémica, pero es fundamental para el proceso de independencia. El padre
Márquez estudió en Guatemala durante la época de Dionisio de Herrera, y las
grandes figuras de la independencia, y a su regreso a Honduras en 1807, hace
el primer acto en función de la libertad.

Cuando muere su madre y le deja unos esclavos negros, lo primero


que él hace es liberarlos y es un acto en perspectiva de buscar la libertad
y la abolición de la esclavitud.

El padre Márquez trabajó en diferentes regiones del país y fue él quien


de alguna manera instruyó a Francisco Morazán cuando este era joven, él le
facilitaba las lecturas. Asimismo fue el maestro de otras grandes figuras de la
historia política de Honduras como de Joaquín Rivera, que fue jefe de Estado
de Honduras, y tuvo una amistad con Dionisio de Herrera, de hecho hay toda
una correspondencia entre ellos. Su papel fue tan destacado que cuando se
da la independencia y llegan los pliegos a Honduras, el padre Márquez estaba
en Texíguat y reúne a toda la población y lo primero que hace es poner a
Joaquín Rivera para que lea el Acta de Independencia y en la medida que
este la iba leyendo, el padre Márquez iba dando una explicación del acta.

El padre Márquez es una figura central, porque por un lado fue quien
forma a varios de los jóvenes en ese momento, que después serán jefes de
Estado, y luego es una figura fundamental porque después de la
independencia aquí hubo un intento de división cuando Comayagua quería
unirse a México y Tegucigalpa a Guatemala y el padre Márquez logra que
se mantenga la unidad de la provincia de Honduras, y por eso el primer
Congreso se celebra en Cedros, precisamente buscando un punto intermedio
entre Tegucigalpa y San Pedro Sula.

La participación del padre José Trinidad Reyes fue post independentista,


¿cuál fue su aporte?

Hubo otras figuras sacerdotales que no entran precisamente en el


periodo independentista, pero sí después, como es la figura del padre José
Trinidad Reyes, que era hondureño, franciscano, había estudiado en
Guatemala y cuando se da la expulsión y el cierre de las congregaciones
en las ordenes religiosas como medidas del gobierno federal y medidas
anticlericales, el padre Reyes regresa a Honduras y se incorpora a la vida
eclesial y política del país.

EL PADRE REYES.

Uno puede ver en el padre Reyes un liberal independentista moderado que se


opuso a ciertas cuestiones del liberalismo, en cuando a los ataques contra la
Iglesia pero va luchar por la libertad. Algo muy interesante en el padre Reyes
es que fue el primero en luchar por la emancipación de la mujer, de hecho
él escribió un ensayo que se llamaba “Las ideas de Sofía Seyers”.
Considerando la influencia de ambos personajes en la historia nacional, el
padre Márquez y el padre Reyes, ¿por qué es más conocido el último?

Porque la historia oficial se establece bajo el gobierno de Marco Aurelio Soto y


Ramón Rosa y es allí donde de empiezan a establecer los primeros textos de
historia, la historia de la independencia. Ramón Rosa nombró al entonces
presbítero Antonio Ramón Vallejo para que escriba la primera historia de
Honduras, pero resulta que Rosa era descendiente del padre Reyes y
rescata más esta figura. De hecho Ramón Rosa escribe una biografía del padre
Reyes y no rescata tanto a otras figuras del clero, o se va más por la figura
moderada que era el padre Reyes, que además era su familiar, y no a otras
figuras.

También entramos a otra discusión, Ramón Rosa no era liberal, era


positivista, entonces figuras como Márquez u otros sacerdotes eran más de la
línea liberal, entonces hay un cambio ideológico que influye mucho en no
rescatar estas figuras, y también dentro de una historiografía de corte
anticlerical, antieclesial que no iba a rescatar muchas figuras de la Iglesia
de ese momento.

¿Después del 28 de septiembre, cuánto tiempo transcurrió para que toda


Honduras conociera la noticia sobre independencia, la Iglesia contribuyó
en esta difusión?

Fue un proceso, el 28 de septiembre llegan a Comayagua y a Tegucigalpa.


Luego llegan a Texíguat, Tocoa, y a las principales ciudades, prácticamente
hasta noviembre de 1821, todo el país se va informando del acta de
independencia y la figura fundamental en el conocimiento y la difusión del acta
de independencia fueron los sacerdotes, en muchas de las parroquias de
ese entonces.

¿Quién fue el mensajero que se encargó de entregar el acta de


independencia en cada ciudad?

Era un correo especial que venía de Guatemala. Era como una agencia de
correos para la época.
JOSÉ SANTIAGO MILLA.

A su criterio, tomando en cuenta todos estos nuevos datos que varios


historiadores han sacado a la luz, ¿es necesario que actualizar los textos
educativos?

Yo creo que es importante, sobre todo ahora que nos acercamos al


bicentenario de la independencia, hacer relecturas, revisar lo que hemos escrito
e investigado hasta ahora.

Ver la historiografía, relativamente son pocos los estudios que tenemos


sobre la independencia, tenemos un libro muy importante del doctor José
Reina Valenzuela llamado “Hondureños en la independencia de
Centroamérica”, donde rescata algunas de las figuras que no fueron rescatados
en la historiografía liberal del siglo XIX, entonces creo que es importante revisar,
tenemos que hacer más estudios, más investigaciones, documentar el proceso,
lo que ha significado para Honduras, quiénes participaron.

Hay figuras fundamentales de hondureños que no se han destacado, como


la figura del abogado José Santiago Milla, de Gracias, que de hecho él es
uno de los firmantes del acta de independencia porque era el representante
de los abogados, quien incluso fue preso por andar difundiendo las ideas
de la libertad.
LAS CORTES DE CÁDIZ Y SU INFLUENCIA EN LAS COLONIAS
AMERICANAS.

LA IGLESIA CATÓLICA DESPUÉS DE LA INDEPENDENCIA.

Alcanzada la independencia se procedió a la organización del nuevo estado


hondureño. Sin embargo, esta organización se vio obstaculizada por las
rivalidades entre liberales y conservadores, que produjeron el caos político y
retrasaron el desarrollo del país.

Este hecho se puso de relieve, entre otras cosas en las variadas


constituciones que se redactaron en un escaso intervalo de tiempo: la
primera en 1839, la segunda en 1848, otra en 1865, la siguiente en 1873, la
quinta en 1880, la siguiente en 1894

La agitación política del país, atrajo las ambiciones de individuos y de


naciones Centroamericanas y Europeas.

La situación de la Iglesia iba acorde según quienes detentaran el


poder, los Liberales como el primer Jefe del Estado de Honduras, Dionisio
de Herrera, buscaban establecer un nuevo régimen, según cánones
modernos. Esto implicaba que debía ser un Estado laico y no confesional.
Opinión distinta era la del Vicario de la fe Católica en Honduras, don
Nicolás Irías, para quien la Iglesia tenía que seguir gozando de todos sus
antiguos fueros y privilegios. Hay que hacer notar que tanto la Constitución
Federal como la Constitución del Estado de Honduras, aprobada en 1825,
excluían la libertad de cultos y proclamaban que el Catolicismo era la religión
única y exclusiva del país. Pero otras disposiciones provocaron el rechazo
del Vicario y, sobre todo, las tertulias patrióticas, que eran una forma de
educación popular impulsada por el gobierno de Herrera y en las que se
explicaban a los asistentes los principios constitucionales, las ideas del
liberalismo y de la filosofía ilustrada. El Vicario las consideró propaganda
propia de herejes y excomulgó al Jefe Herrera. Herrera puso al Vicario fuera
de la ley.

FRANCISCO MOZARÁN.

Con la victoria de Morazán también el Vicario Irías tomó el camino del exilio. Otro
sacerdote, pero este de convicciones y ejecutorias muy liberales, el Presbítero
Francisco Antonio Márquez, como Presidente del Congreso del Estado de
Honduras fue el encargado de introducir la legislación que refomaba las
relaciones con la Iglesia.

Se suprimió el diezmo, impuesto que obligatoriamente todo mundo


debía pagar a la Iglesia; se afectó los fondos de las cofradías religiosas
para destinarlos a la educación; fueron expropiados y pasaron a poder del
Estado los bienes inmuebles de las órdenes religiosas; se aprobó la validez
del matrimonio civil.

Los racionalistas ilustrados y liberales no midieron bien el arraigo que tenía la


religiosidad católica en las conciencias. Ni la acción social que muchas entidades
ligadas a la Iglesia llevaban a cabo, como era el caso de las cofradías, que
funcionaban como instancias de auxilio mutuo para muy diversas necesidades
de la población. Altos dignatarios como Casaus y Torres o Irías tampoco
quisieron comprender la racionalidad del moderno Estado que se intentaba
implantar y se aferraban al antiguo régimen. En el conflicto, la
institucionalidad salió perdiendo, porque el pueblo en general no entendió
las reformas y los propios reformadores tuvieron que echar marcha atrás.
La inestabilidad política de Honduras puede verse reflejada en el
número y calificación de los presidentes de la Republica desde la
independencia hasta nuestros días.

Esta es la lista de los presidentes de Honduras prácticamente hasta


nuestros días.

CARLOS ROBERTO FLORES.

SIGLO XXI.

Carlos Roberto Flores Facussé (Liberal, 1998-2002) Ricardo Maduro


Joest (Nacional, 2002-2006) Manuel Zelaya Rosales (Liberal, 2006-
2009)Roberto Micheletti Baín (Liberal, 2009).(
cF. nacerenhonduras.com/2009/11/gobernantes-de-honduras.html)

LA IGLESIA CATÓLICA DE HONDURAS HOY . 2013.

a) LOS DATOS.

1.- Religiones:

En los últimos años, tanto la iglesia católica, como una gran cantidad de
comunidades eclesiales de inspiración protestante, principalmente de
línea pentecostal, están experimentado un crecimiento importante en
cuanto al número de feligreses comprometidos. Quizás debido a las mejoras
en vías de comunicación, que les permiten; tanto a la iglesia Católica como a
la evangélica contar con canales de televisión, radio-emisoras, periódicos,
universidades y páginas de internet.

Por otro lado; las diversas iglesias protestantes están estructuradas


por 3 confederaciones la Asociación de Pastores de Honduras, la
Confraternidad Evangélica de Honduras y la Red Apostólica de Honduras.
Además de estas religiones, existen grupos de menor escala
en Honduras que profesan otras religiones, tales como : Islam, Judaísmo, y
miembros del movimiento Rastafari entre otros.( Cf. Wikipedia )

Las estadísticas varían de acuerdo con su procedencia, pero se


puede decir que entre el 40, 50 y 60% se consideran católicos , sobre un 35
y 45 % miembros de alguna de las denominaciones cristianas y ya en menor
proporción otras religiones. Sólo alrededor de un 8% se consideran ateos.

CATEDRAL DE CHOLUTECA.

2.- Diócesis.

Choluteca (Prelatura Territorial); histórico , ver Choluteca (Diócesis)

Comayagua (diócesis); histórico , ver Tegucigalpa (Archidiócesis)

Comayagua (Diócesis)

Inmaculada Concepción de la BVM en Olancho (Prelatura Territorial); histórico ,


ver Juticalpa (Diócesis)

Juticalpa (Diócesis)

La Ceiba (Diócesis)

San Pedro Sula (Vicariato Apostólico), histórico , ver San Pedro Sula (Diócesis)

San Pedro Sula (Diócesis)

Santa Rosa de Copán (Diócesis)

Tegucigalpa (Archidiócesis)

Trujillo (Diócesis)

Yoro (Diócesis).
Cada diócesis dentro de la Iglesia representa a la Iglesia católica
universal pues tiene todos los medios que conforman el Cuerpo místico de
Cristo, siendo por ello autosuficientes desde el punto de vista religioso.

En ellas está el obispo y su presbiterio, parroquias, con funciones que


podríamos llamar maternales: sacramentos, grupos diversos , catequistas,
matrimonios… monjes, monjas, religiosos, religiosas, institutos seculares, que
de acuerdo con su propios carismas enriquecen el cuerpo místico de
Cristo, hermandades, cofradías, grupos familiares cristianos, seglares que
tienen la misión de evangelizar las estructuras sociales y a las personas. La
Iglesia católica en Honduras está dotada de todos estos y otros medios. Todos
estos y otros medios conforman el Cuerpo Místico del que Nuestro Señor
Jesucristo es la cabeza, que se hace presente en todos los lugares donde
la Iglesia católica está implantada.

3.- Presencia social de la Iglesia católica en Honduras.

Por regla general la presencia social de una religión suele depender de varios
factores, en primer lugar del número de sus miembros, en segundo lugar de
la fe y práctica de sus miembros, en tercer lugar de la presencia en las
instituciones civiles, en cuarto lugar de las instituciones de que está dotada.

La Iglesia católica en Honduras además de lo dicho en los apartados


anteriores, se haya presente en los más variados campos sociales: campo
de la enseñanza, servicios sociales de ayuda a menores, jóvenes, mayores,
especialmente a través de Cáritas en todos sus ámbitos: parroquiales,
diocesanas, nacional; en el campo de los medios de comunicación: prensa,
radio, televisión, internet, hermandades y cofradías, de la religiosidad
popular…

Esta presencia de la Iglesia católica hondureña debe y quiere ser y


lo es en gran medida un servicio a la sociedad. Esta voluntad de servicio no
impide el que en algunos casos pueda ser vista como una estructura de
poder, por lo que se esfuerza en hacer una constante revisión de sus
actitudes, motivos y acciones, puesto que no hay poder más fuerte que el
poder religioso, pues modula y puede llegar a dominar las conciencias.

SEMANA SANTA .PROCESIÓN.

b) Religiosidad Popular.

Entre las devociones que el pueblo católico de Honduras tiene, se cuentan


la devoción y piedad eucarística, la devoción y piedad pasional, la devoción
y piedad a la Madre de Dios. Nos detenemos en esta última.
LA VIRGEN DE SUYAPA PATRONA DE HONDURAS.

Una vez más el pueblo hondureño se rindió y buscó el amparo


maternal de su patrona: la Virgen de Suyapa.Más de dos millones de fieles
peregrinos inundaron el santuario nacional, quienes movidos por el fervor
y la devoción llegaron para celebrar el 265 aniversario de su hallazgo

.De todos los rincones del país y más allá de la fronteras patrias llegaron
los devotos a ponerse de hinojos ante la madre del cielo.La presencia de la
Virgen María, en la advocación de Nuestra Señora de Suyapa, se dejó sentir y
vibró en el corazón de los creyentes que se acercaron para venerarla.

En el altar mayor del templo, la pequeñita pero milagrosa imagen de


6.5 centímetros de alto vestía sus mejores galas.Ella, la Morenita más bella
de Honduras, quiso presentarse ante sus hijos tal cual es: la soberana, la
portadora de la fe e intercesora de todas las gracias ante
Jesucristo.Mensaje de fe .

Con esta magna celebración quedó evidenciado el poder de convocatoria


que se le atribuye a la Virgen de Suyapa. A cada una de las personas que se
acercan a su morada la mueven propósitos determinados: dirigir plegarias de
agradecimiento, buscar su santa protección, pagar promesas o simplemente
visitarla para contemplar su belleza

.Tanto el santuario como la ermita resultaron insuficientes para


recibir a los fieles, algunos esperaron en los alrededores el turno para
participar en una de las 10 eucaristías celebradas ayer en honor del
cumpleaños de la Virgen.

https://quijotediscipulo.wordpress.com/2013/06/08/sintesis-de-la-historia-de-la-iglesia-
catolica-en-honduras/

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