Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Son una de las obras de la carne, Gál 5:19-21 Y manifiestas son las obras de la
carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia
Aquí en estos versículos encontramos varias palabras en plural, las que nos
interesa tocar son: enemistades, pleitos, iras, contiendas, que indican las
explosiones del mal humor, frecuentes en quienes actúan impulsivamente y a los
que están expuestos hasta las personas más refinadas. Cualquier un hermano
querido se deja llevar de la carne y uno como queda <huy nunca pensé que tal
hermano reaccionara así o no le conocía ese carácter > ¿es porque no lo tuviera?
No, si lo tenía es que no lo había mostrado. Cualquiera de nosotros en algún
momento podemos dejarnos llevar por la carne y actuar de esta manera. La
victoria está en que vivamos continuamente bajo el control del Espíritu Santo y
que tengamos una actitud decidida de jamás rendirnos al dominio de nuestros
propios impulsos. Efe 4:27 ni deis lugar al diablo. Si consentimos actitudes malas
se nos convertirán en hábito y serán difíciles de arrancar.
El apóstol dice “los que practican tales cosas” indica que no es una sola vez sino
que es un acto que se repite indicando que puede haber ya un hábito a hacerlo.
Se originan en las pasiones humanas, Santiago 4:1 ¿De dónde vienen las guerras y
los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en
vuestros miembros?
Las peleas son una tortura, Pro 19:13 Dolor es para su padre el hijo necio,
Y gotera contínua las contiendas de la mujer. Pro 27:15 Gotera continua en
tiempo de lluvia Y la mujer rencillosa, son semejantes
Una gotera continua es algo molestoso, incómodo, torturante, esta tortura fue usada para
acabar con la voluntad de una persona, es algo que al comienzo es tolerable pero con el
tiempo se vuelve algo insoportable, enloquecedor, capaz de derribar al más fuerte porque
lo debilita mentalmente.
No solamente la mujer sufre de mal trato, el hombre también lo recibe por la lengua de
su mujer; Una gotera continua como mencionan estos versículos, termina por hacer un
hueco en una piedra; del mismo modo, una esposa problemática, cantaletosa, que no tiene
control sobre su lengua, acaba con la paciencia del marido y le expone a que la trate mal
maltratándola física o verbalmente o que busque en otro lado la paz que no consigue en
su casa o por lo menos hace que ese hogar sea una tortura
Las peleas son aburridoras, Pro 21:9 Mejor es vivir en un rincón del terrado
Que con mujer rencillosa en casa espaciosa. Pro 25:24 Mejor es estar en un rincón del
terrado, Que con mujer rencillosa en casa espaciosa.
Las peleas son incómodas, Pro 21:19 Mejor es morar en tierra desierta que con la
mujer rencillosa e iracunda.
En contraste con la mujer del versículo anterior (v. también 18:22) El que halla esposa
halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová. Tenemos el caso de la mujer
prudente, esto es, un regalo de Dios, ya que, al contrario de la pendenciera, asegura la
casa, la edifica y es una bendición para el marido y para los hijos.
Pro 19:14 La casa y las riquezas son herencia de los padres; Mas de Jehová la mujer
prudente.
Las peleas hacen invivible la casa de la pareja
por el cambio del evangelio, 2 Co 5:17 De modo que si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
1 Juan 4:20-21, “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso.
Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no
ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a
su hermano”.
con la llenura del Espíritu Santo, Gál 5:25-26 Si vivimos por el Espíritu, andemos
también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros,
envidiándonos unos a otros.
imitando la humildad de Cristo, Flp 2:3 Nada hagáis por contienda o por
vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como
superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual
también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también
en Cristo Jesús,
¿Qué diferencia hay entre la reacción indicada según Santiago y nuestra práctica?
Cómo es nuestra reacción con los miembros de la casa, ¿qué cambio debe
producirse en mi vida después de reconocer alguna falta en mí? Seguramente
ahora cabe hacer algunos ajustes y no solo en la comunicación sino en el resto de
aspectos estudiados en esta noche.