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Género y Carnaval en Barranquilla

Ligia Cantillo Barrios*

RESUMEN

Este artículo es una reflexión sobre el carnaval, en particular en Barranquilla, como espacio para
la transgresión de la norma socialmente institucionalizada, incluida la discriminación de género.
La reinvención de las relaciones de género se manifiesta en las distintas comparsas, disfraces y el
resto de alegorías que forman parte de esta celebración. Aquí se transgrede la impronta de la cul-
tura patriarcal y judeocristiana que subordina y excluye a la mujer y la población LGTBI. En las
carnestolendas, los hombres asumen los roles de las mujeres y viceversa, sin ningún tipo de tabú o
miedo a la estigmatización. Sin embargo, también hay escenificación de la visión tradicional de la
mujer. El carnaval es un acto libertario del espíritu y el cuerpo para seguir reinventándose la vida
en la equidad como un derecho humano inalienable.

Palabras clave
Género, Carnaval y Reinversión.

ABSTRACT

This article is a reflection on the carnival, in particular in Barranquilla one, as a space for the trans-
gression of socially institutionalized norm, including the gender discrimination. The reinvesment of
gender relations is manifested in the various parades, costumes and other allegories that are part of
this celebration. Here the imprint of the patriarchal and jewish-christian culture which subordinates
and excludes women and LGBTI population is transgressed. At the carnival, men assume the roles
of women and vice versa without any taboo or fear of stigmatization. However, there is also a sta-
ging of the traditional view of women. Carnival is a libertarian act of the mind and body to continue
reinventing the life in the equity as an inalienable human right.

Keywords
Gender, Carnival and Reinvesment.

Recibido: 5 de agosto de 2014 Aceptado: 2 de octubre de 2014


* Socióloga, Especialista y Magíster. Docente-investigadora, Integrante del Grupo de Investigación: Mujer,
Género y Cultura. Universidad del Atlántico.

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Concepto de género El concepto de género aparece en la


década de los 60 acuñado por Ro-
El carnaval, en particular en Barran- bert Stoller en su libro Sex and Gen-
quilla, es la expresión humana del der (1968). Esto marca el origen del
jolgorio desenfrenado e identidad concepto. A partir de allí, quienes
cultural. Es un espacio para la trans- estudian el feminismo desde diversas
gresión de la norma socialmente ins- disciplinas han construido un cuerpo
titucionalizada. Esta normatización teórico abundante. En la actualidad,
incluye la discriminación de género hay grandes aportaciones sociológi-
instaurada por la cultura patriarcal y cas, antropológicas, filosóficas, his-
judeocristiana desde tiempos milena- tóricas y lingüísticas, entre otras, que
rios. En este sentido, es válido abor- dan cuentan de los estudios de género
dar el género en el carnaval como he- en cada uno de esos saberes para una
chos de interacción social. Estas dos mayor compresión de la cotidianidad
categorías son poco investigadas por desde la diversidad, inclusión y la
quienes estudian estas temáticas. En- equidad.
tonces, insertar la categoría de género
en el Carnaval en Barranquilla es un Entre las definiciones con mayor
ejercicio para reflexionar sobre cómo
apropiación del concepto de género
las representaciones sociales de las
está la de la historiadora inglesa Joan
relaciones de géneros, presentes en la
Scott en su texto El género, una ca-
cotidianidad son escenificadas en la
tegoría útil para el análisis histórico
carnestolada en forma de parodia. Es
(1996) quien lo define desde lo crítico
un acto de liberación y de fluidez de la
y analítico: el género es un dispositi-
vida colectiva invertida pero deseada.
vo constitutivo de las relaciones so-
ciales basadas en las diferencias que
En esta ruta, el anclaje de la teoría
distinguen los sexos y también consti-
de género en el análisis de los he-
chos sociales, ha facilitado el avance tuye una forma primaria de relaciones
de nuevas perspectivas epistémicas significantes de poder. Además, plan-
para dimensionarlos desde diversas tea que el género actúa conexo y dia-
visiones más humanizantes y en su lécticamente en diversas dimensiones
complejidad. Igualmente, el mismo de la vida social como ordenadores
se contextualiza en el devenir de las de lo simbólico, lo normativo, lo ins-
nuevas dinámicas sociales. Por tanto, titucional, la identidad y la subjetivi-
el abordaje de esos hechos desde la dad. De esta forma, se interpretan los
perspectiva de género ha contribui- significados que las culturas otorgan
do a la ampliación cognitiva de los a los sexos y se devela el papel que
mismos, tanto en las ciencias sociales asumen esos significados en la im-
como las humanas desde la interdisci- pronta de los diversos enlaces que
plinaridad. se manifiestan en la interacción de la

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vida cotidiana. Así, la autora presenta sexo/género muestra una discontinui-


una amplia ruta para el análisis de las dad radical entre cuerpos sexuados y
relaciones de género como construc- géneros culturalmente construidos.
ción social basada en la diferencia de La autora identifica al género con los
sexos y género conectada con el po- significados culturales que se le da al
der en su función de ordenadores de cuerpo sexuado.
la vida social.
Igualmente, la antropóloga Marcela
La antropóloga Marta Lamas (2002), Lagarde (2012, p. 243), define el gé-
considera que el concepto de género nero como las asignaciones de tribu-
simboliza la diferencia sexual en la tos que las personas en vínculo con
construcción social del orden simbó- su sexo, son selladas por el poder,
lico de las distintas sociedades huma- de acuerdo con los modelos sociales,
nas. Estas construyen culturalmente demográficos, económicos en cada
las diferentes prácticas, discursos e sociedad y cultura. También lo defi-
ideas en la sociedad. Por tanto, esta di- ne según los tributos de las personas
ferencia se expresa en las distintas es- en relación con el sexo, el poder y los
feras de la interacción humana como modelos.
la vida política, económica, sistema
normativo, instituciones estatales e En la misma dirección el sociólogo
ideológicas, saber científico e intimi- Pierre Bourdieu (2000, p. 50), afir-
dad, entre otras. Esta autora ubica el ma que la diferencia que se establece
género como la razón simbólica de las en la división binaria de masculino/
diferencias en la interacción humana. femenino es el resultado del queha-
cer milenario de la socialización de
Para la filósofa Judith Butler (2007, lo biológico y de biologización de
pp. 54 y 57), el “género no es a la cul- lo social. Esta al invertir la conexión
tura lo que el sexo es a la naturale- que se establece entre causa/efecto
za”. El género además es la vía de lo hace aparecer una construcción social
discursivo/cultural a través del cual la naturalizada. Esta justifica la natural
«naturaleza sexuada» o «un sexo na- representación arbitraria de la natura-
tural» se organiza y funda como «pre- leza que le da origen y la realidad que
discursivo», lo cual se sucede antes la representa.
de la cultura, es una superficie polí-
ticamente neutral sobre la cual actúa En esta conceptualización del género
la cultura. El género son los signifi- desde la interdisciplinaridad intervie-
cados culturales que acepta el cuerpo nen distintas categorías recurrentes en
sexuado, en este sentido, no es váli- relación con distintos órdenes: bioló-
do afirmar que el género únicamente gico, naturaleza, poder, tributos y cul-
sea producto de un sexo; la distinción tura. Esto le confiere una connotación

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distinta a como se asume el cuerpo sis empírico y descriptivo de esa in-


desde el orden simbólico, social, eco- teracción. Ello permite diferenciar las
nómico, demográfico, discursivo y relaciones de poder y las dinámicas
sexual en su interrelación con el mun- sociales desde la concepción del desa-
do de la vida cotidiana. Entonces este rrollo humano, de los derechos huma-
modelo social, en palabras de los so- nos, incluyendo la diversidad sexual
ciólogos Berger y Luckmann (1968) como parte de ese cuerpo teórico y de
es internalizado, objetivado y exter- reconocimiento de un sujeto pleno de
nalizado en todos los espacios y he- derechos.
chos de la cotidianidad en forma na-
tural. Otro sociólogo alemán, Norbet El considerar al género presente como
Elías (1998, p. 208), manifiesta que la diferencia para la exclusión de un sexo
codificación de esta división binaria sobre el otro, inserto en el mundo de
de la dicotomía masculino/femenino la vida humana, cala hondamente en
se presenta en la sociedad en forma la realidad objetiva y subjetiva de
de “segunda naturaleza”. la interacción humana y genera una
subordinación y por ende, una domi-
Es decir, esta percepción diferente del nación. Ello se visibiliza en forma de
cuerpo y persona en conexión con el parodia en el carnaval en Barranquilla
sexo, ha construido un mundo diferen- como forma de expresión del mundo
cial de lo humano. Haciendo de esta real al revés o de inversión. Es decir,
diferencia exclusión y subordinación como un simulacro o intento de negar
de lo uno sobre la otra, lo cual ha evi- lo existente para vivenciar lo deseado,
tado el reconocimiento de la otredad aunque también hay escenificación de
en sus diversas dimensiones como la visión tradicional de la mujer. Esto
principio civilista de la humanidad. en razón de que la cultura se sumerge
Esta dicotomía femenino/masculino intensamente en la realidad objetiva y
está hondamente ligada a los procesos subjetiva que no es fácil de transfor-
de construcción de las identidades in- mar. Adicionalmente en el carnaval
dividuales, los imaginarios colectivos también se presenta la realidad de la
y de las instituciones modernizantes vida. Por tanto, es necesario estudiar
que anulan cualquier otra forma de la categoría de género en los diversos
dimensionar la diversidad sexual. espacios y, en particular, el carnaval
y específicamente el que se celebra
En este sentido, la teoría de género en la ciudad de Barranquilla por su
se sitúa en el debate teórico interdis- diversidad de matices culturales y
ciplinar como una categoría que no simbólicos. Todo esto con el fin de
solo da cuenta de la interacción de encontrar rutas para el reconocimien-
las relaciones sociales de hombres y to de la diversidad con equidad en los
mujeres, sino que trasciende el análi- distintos espacios sociales.

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Esta es una tarea que vienen desarro- lo de ocultamiento de lo deseado pero


llando varias estudiosas del tema con prohibido. Para Mijail Bajtin (2003,
grandes aportes para el análisis de la pp. 11 y 12):
realidad social desde la perspectiva de
género. Es por ello que Gabriela Cas- Las festividades siempre han te-
tellano (2011, p. 31), señala que se nido un contenido esencial, un
requiere utilizar el género como “he- sentido profundo, han expresado
rramientas en una búsqueda donde no siempre una concepción del mun-
estén fijos ni resueltos los significados do […] La fiesta se convertía en
de lo que es el cuerpo, ni la sexuali- esta circunstancia en la forma
dad, ni lo que constituye la feminidad que adoptaba la segunda vida del
ni la masculinidad”. El presente tra- pueblo, que temporalmente pe-
bajo es un intento por analizar a esa netraba en el reino utópico de la
“búsqueda”. universalidad, de la libertad, de la
igualdad y de la abundancia. […]
El carnaval Esta fiesta tenía por finalidad la
consagración de la desigualdad, a
La historia del carnaval se puede diferencia del carnaval en el que
abordar desde diferentes perspectivas todos eran iguales y donde reina-
desde la mirada de sus estudiosos. To- ba una forma especial de contacto
das coinciden en que es una celebra- libre y familiar entre individuos
ción remota, relacionada con diversas normalmente separados en la vida
celebraciones y diferentes espacia- cotidiana por las barreras infran-
lidades de tiempos renovados. Tiene queables de su condición, su fortu-
que ver con los distintos eventos del na, su empleo, su edad y su situa-
año, con la naturaleza y la vida huma- ción familiar.
na e incluso con sus ciclos vitales y
de las cosechas. Posee elementos de Al respecto, Joan Prat i (1993, p. 279),
encuentro del viejo y del nuevo mun- afirma, que los diversos especialistas
do. Está vinculada a las celebraciones concluyen, que los orígenes del car-
religiosas y paganas, con la adora- naval está en conexión con varias fes-
ción de dioses y diosas como forma tividades: celtas y precristianas (cf.
de pago de los favores recibidos o por Gaignet, 174. Roma. 1880); algunos
recibir, también a las necesidades vi- modelos de fiestas romanas (las Satur-
tales humanas: sexualidad, reproduc- nalia, Lumparcalia y Matronalia, se-
ción y alimentación; al esparcimiento: gún Caro Baroja, 1974, y numerosos
juego, burla, sátira y risa. Todo ello se seguidores); los rituales de inversión
sucede en el cuerpo trasformado a tra- medievales y los elementos de exhibi-
vés de los disfraces, pintura o maqui- ción (cf. Bakhtine, 1970; Cox, 1971;
llajes, máscaras y otros, como símbo- Caro Baroja, 1979, y Heers, 1983) y

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en la ostentación de riqueza y poder muestran la transgresión de las jerar-


de las clases burguesas del Renaci- quías, de las normas y de la libertad
miento y la edad moderna (cf. Heers, alejadas de las ceremonias oficiales
1983 y Cardini, 1984). Ello posible- de la iglesia y el estado feudal. Esto
mente le dio una posición privilegiada se convierte en una expresión ordina-
de antigüedad y universalidad, permi- ria para que el pueblo manifieste su
tiendo que el carnaval se fuera incor- deseo y anhelo de su cultura especí-
porando bajo su órbita a un conjun- fica. Igualmente, se presenta una va-
to de estratos. La diferencia de estos riedad de desencuentros de la cultura
estratos estructurales se convierte en popular contra la iglesia y el Estado,
la guía de los rituales presentes en los relacionados con las clases sociales
carnavales. Estos son: los cósmicos; menos favorecidas.
los de la fertilidad; los de la inversión
y los de la ostentación. Según este au- En esta dirección, los carnavales son
tor, estos han sido las líneas teóricas clave fundamental de la identidad, co-
que han servido de análisis para armar nectado con el pasado y el presente.
un corpus cognitivo sobre el carnaval. Como hecho cultural sus diversas ma-
nifestaciones se ajustan a los cambios
El mismo Joan Prat i (1993, pp. 282- de las nuevas dinámicas sociales con
285), afirma que cada uno de esos el fin de mantenerse en el tiempo y el
rituales posee características propias espacio. Y así, se instala hondamente
de celebración. El ritual cósmico ce- en las individualidades y subjetivida-
lebra el tránsito de la vida a la muerte, des colectivas que lo mantiene y tras-
del invierno a la primavera y su ac- miten de generación en generación y
ción sobre la fertilización. Los de la lo contextualizan en el tiempo/espa-
fertilidad celebran la abundancia (re- cio.
producción biológica que es una for-
ma para revitalizar la tierra, el mundo El carnaval se celebra en distintos lu-
animal, el vegetal y el humano). Los gares del orbe atados a la identidad
de inversión de la vida ordinaria in- cultural de cada territorio. Aunque
tentan invertir el orden establecido a todos conservan algunas similitudes
través de la parodia y poner en escena que recrean sus orígenes iniciales,
la fiesta de locos y, por último, los de tales como de los rituales señalados
la ostentación es el posicionamiento y anteriormente en donde se observan
el derroche del lujo de la burguesía en los desfiles de carrozas, comparsas
las fiestas. integradas por personas con sus caras
cubiertas –o no– con máscaras o ma-
Según Bakthine o Bajtin (1970, ci- quillajes y bailando, además, vestidos
tado Joan Prat i Carós, p. 289) en el con un mismo estilo o uniformados.
carnaval, a través de los rituales se También se observa la representación

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de distintos personajes reales o alegó- tradición fue gestada en el territorio


ricos, burla o mofa a hechos cotidia- Caribe pero se parió en Barranquilla.
nos de la vida política local, nacional En razón de que la población migran-
o internacional y otras manifestacio- te de las diferentes zonas del Caribe
nes recurrentes en los carnavales y el fue atraída por el gran desarrollo so-
desenfreno colectivo de la población cioeconómico y el crecimiento de la
carnavalera. ciudad en la segunda mitad del siglo
XIX como producto de la navegación
El carnaval es una manifestación que sobre el río Magdalena. Entonces Ba-
conjura el mal y la locura. Subvierte rranquilla era el espacio que acunó y
el orden establecido a través de los donde se quedaron esos migrantes.
rituales como espacio de encuentro Quienes llegaron y se juntaron con
y reencuentro permanente del existir los nativos para seguir celebrando
y morir al mismo tiempo. En ellos sus tradiciones populares y religiosas
la población se entrega durante cua- de su lugar de origen. Este hecho se
tro días para expulsar las represiones convierte en una forma simbólica de
impuestas por el orden normativo. Es autoafirmar su aporte de migrantes a
a la final una forma de escape para la ciudad que los acogió.
desnormatizar lo normatizado y vi-
vir el mundo al revés. Bajtin (2003, Esta conjunción de saberes culturales
p. 9) afirma que “el carnaval, no es aportado por migrantes y nativos al
tampoco la forma puramente artística territorio barranquillero dio origen al
del espectáculo teatral, y, en general, universo simbólico representado en el
no pertenece al dominio del arte. Está Carnaval en Barranquilla. Este persis-
situado en las fronteras entre el arte y te aún con fuerza en la memoria colec-
la vida. En realidad es la vida misma, tiva de sus habitantes. En este sentido,
presentada con los elementos caracte- Guerrero, Hernández y otros (2002,
rísticos del juego”. p. 39) afirman que “La memoria ances-
tral le confiere a la palabra oral un ca-
El Carnaval en Barranquilla rácter sagrado” y “se renueva a medi-
da que se van descifrando sus secretos
El carnaval con su diversidad de y sus olvidos”. En el mismo sentido,
cosmovisiones y ritos cómicos de la Boaventura de Sousa Santos (2010,
Europa medieval y africana llega a p. 17), afirma, “la pérdida de la me-
la ciudad de Barranquilla. Son parte moria lingüística acarrea la pérdida
de las celebraciones y las fiestas na- de la memoria cultural”. Así que este
tivas hasta formar el sincretismo de carnaval en la actualidad forma parte
la multiculturalidad étnica y religiosa de la identidad cultural de su gente.
y, al adaptarse se convierten en parte Es un referente apropiado por nativos
de la identidad de este pueblo. Esta y foráneos y se ha convertido en la vi-

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trina turística de la ciudad en lo nacio- Durante el carnaval, en la calle se


nal e internacional, en razón que este configura la inversión de las desigual-
carnaval se sitúa entre los mejores del dades sociales. Allí, se produce el en-
mundo. cuentro para disfrutar la vida en equi-
dad. En esta dirección, Bajtin (2003,
La recuperación de la memoria cultu- p. 17) señala, “el carnaval en las pla-
ral instalada en el carnaval en Barran- zas públicas, la abolición provisoria
quilla representa la amalgama cultural de las diferencias y barreras jerárqui-
y simbólica de la identidad de la re- cas entre las personas y la eliminación
gión Caribe. En el que se expresa el de ciertas reglas y tabúes vigentes en
mundo de la vida de su cosmovisión la vida cotidiana, creaban un tipo es-
de pueblo triétnico. En la ritualidad pecial de comunicación a la vez ideal
celebran la vida, los sentires, la soli- y real entre la gente, imposible de es-
daridad y la equidad. tablecer en la vida ordinaria. Era un
contacto familiar y sin restricciones”.
Esta amalgama simbólica y cultural
del Caribe presente en el carnaval Al buscar el origen del carnaval en
en Barranquilla expresada a través Barranquilla, quienes lo estudian, lo
de la conjunción de ritualidades se vinculan a la ceremonia1 que se rea-
manifiesta en la calle considerada lizaba el 20 de enero, día de San Se-
esta como parte de la identidad Ca- bastián, patrono de Cartagena. En esa
ribe. Allí, en ese espacio de libertad fecha era usual que el virreinato diera
y encuentro se pone el cuerpo en permiso a los negros y esclavos para
movimiento con toda su expresión que celebraran su fiesta. Las mismas
posible como señal de su resistencia se alargaban hasta la festividad de
para seguir existiendo y atesorando Nuestra Señora de la Candelaria (2 de
su patrimonio colectivo identitario y febrero) y la prórroga coincidía con el
con toda su capacidad mental y físi- Carnaval precuaresmal. Esto explica
ca. Como una respuesta al no dejarse la fuerte presencia de las manifesta-
agotar ni por las vicisitudes ni el tiem- ciones negras en el carnaval a través
po. Porque el carnaval germina todos de las danzas como el Garabato, el
los años para mantenerse mientras Mapalé, el Congo, los Negros y otras
desaparece. La mejor representación que surgieron en la región Caribe con
simbólica del entero vivir y morir del aporte de la presencia esclava africa-
carnaval en Barranquilla es la muerte na en este territorio.
y entierro de Joselito Carnaval. Este
ritual está en consonancia con el ritual No existe fecha precisa de cuándo se
cósmico al que alude Joan Prat i. El
reto es mantener la vida como una lu-
cha incesante contra la muerte. 1. Basado en la página Oficial del Carnaval.

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iniciaron los primeros carnavales en inicia la Noche de Guacherna, desfi-


Barranquilla. No obstante, se identi- le de comparsas, disfraces y faroles.
fican las datos de algunos eventos: El En 1977 se creó el concurso de Reina
primer Bando del Carnaval2 se leyó de Reinas, en el cual los barrios de la
en 1876, acto con el cual se inició ciudad nombran sus reinas. Esta re-
oficialmente la celebración, aunque presenta a su barrio en la Batalla de
su existencia se remonta mucho an- Flores y tiene su sede central en su
tes. En el 1881 fue elegido el primer mismo barrio en el cual se realiza un
Rey del Carnaval. Esto perduró hasta baile de verbena durante los cuatro
1899 y se cambió por la de presidente días del carnaval. De todas las rei-
en 1918 cuando se eligió la primera nas de los barrios se elige la Reina de
Reina del Carnaval, Alicia Lafaurie Reinas. Y con el tiempo se han creado
Roncallo. Con la elección de la Reina otros eventos, los cuales se anotarán
del Carnaval se inició la tradición de posteriormente.
que el Bando fuera leído por la Reina
y no por el Rey Momo, como había Es decir, que con el devenir del tiem-
sido hasta ese momento. En 1903, se po y las trasformaciones sociales, cul-
organizó la primera Batalla de Flores turales, económicas, políticas, y con-
(por iniciativa de Heriberto Arturo textualizándolo con el mundo globa-
Vengoechea) como una forma de ce- lizado, el carnaval original ha sufrido
lebrar el fin de la Guerra de los Mil modificaciones tanto en la forma de
Días, e igualmente, buscando recupe- su realización y en la de nuevos even-
rar una tradición carnavalesca de años tos. Esto como una forma de seguir
anteriores. reinventándose para seguir viviendo y
no desaparecer.
En épocas más recientes y como una
forma de adaptar la celebración del El carnaval en Barranquilla se realiza
carnaval con sus tiempos se han in- en los dos momentos separados y co-
cluido varios eventos entre los cuales nectados con el periodo cuaresmal. El
resaltan: 1967, la Gran Parada, desfile primero, los precarnavales, van desde
de danzas folclóricas (sin carrozas) enero hasta la semana antes del carna-
que se realiza el domingo de carna- val (generalmente la segunda semana
val. En 1969 se creó el Festival de de febrero o la primera de marzo). Es-
Orquestas, competencia musical de tos eventos se efectúan sin paralizar la
los distintos cantantes y orquestas que ciudad de sus actividades habituales,
se presentan en el carnaval. En 1974, dado que se realizan los sábados, los
por iniciativa de Esthercita Forero se domingos y en las noches. La segun-
da, el carnaval, son cuatro días (de
sábado a martes). En este lapso se
2. Basado en http://en.wikipedia.org/wiki/
Barranquilla’s_Carnival dispone la ciudad y la población para

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el disfrute de la celebración con actos fuera de esta programación son: Car-


masivos públicos, cerrados, reuniones naval Internacional de las Artes (crea-
de amistades, laborales, vecinales y do en 2007 por “La Cueva”). Es un
familiares en lugares cerrados, la ca- evento académico en el cual partici-
lle y otros. pan investigadores sobre temas rela-
cionados con el carnaval; Gran Gua-
Las celebraciones tanto del precarna- cherna Gay (se inicia en 1997). Es un
val como del carnaval son reglamen- desfile colorido de la diversidad se-
tadas por una entidad oficial, la Fun- xual; Rueda de Cumbias; Desfile del
dación Carnaval de Barranquilla S.A. Suroccidente, desfile de agrupaciones
No obstante, hay otras actividades folclóricas por el sur de la ciudad;
en esos dos momentos que están por Noche de Tambó (creada en 1995), es
fuera de esa reglamentación oficial y una rueda de cumbia en la Plaza de la
revisten la misma importancia. Estos Paz donde baila la gente; Noche del
eventos son creados y coordinados Río (organizada en 2005) se realiza
por organizaciones independientes, en la Plaza Mario Santo Domingo,
interesadas en promover al carnaval. del Parque Cultural del Caribe, es un
evento musical de los bailes canta’o,
Durante los precarnavales se empieza que evocan la importancia del río
a vivir el ambiente de esa fiesta a tra- Magdalena, ya que por su cauce llegó
vés de los diversos eventos. Su inicio el carnaval a Barranquilla y se quedó
oficial es la Lectura del Bando, por para no irse jamás.
parte de la Reina del Carnaval. Es un
hecho simbólico en el cual el Alcal- Una vez terminan los precarnavales
de Distrital de la ciudad le entrega a se inicia la celebración del carnaval,
la reina las llaves de la ciudad como el sábado con la Batalla de Flores
soberana de las fiestas. Le sigue, entre (vía 40). Es un gran desfile de carro-
otras, la Izada de la Bandera que reali- zas, comparsas y grupos folclóricos,
zan las comparsas en sus sedes; Fies- musicales presidido por la Reina del
ta de Danzas y Cumbias; Guacherna Carnaval; el desfile de la Calle 17 di-
‹Estercita Forero›; Bando y Corona- rigido por el Rey Momo (creado en
ción Reyes de la fiesta infantil; Des- 1995). El domingo, la Gran Parada de
file infantil; Coronación de Reina de Tradición en el cual solo se presen-
Reinas y el Rey Momo, Coronación tan grupos folclóricos tradicionales,
de la Reina del Carnaval y diferentes cumbiambas y comparsas; Festival
actividades académicas. Estos even- de Comedias en los parques de la ciu-
tos son programados por la Fundación dad. El lunes se celebra el Festival de
Carnaval de Barranquilla S.A. Orquestas. El martes de Carnaval se
realiza el Encuentro de Letanías en la
Los otros eventos de precarnaval por Plaza de la Paz; son versos sencillos y

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con su característica entonación, cri- identifiquen con los orígenes iniciales


tican y comentan los temas de la ac- del carnaval. Para ilustrar la reflexión,
tualidad local, nacional e internacio- se ubica la Noche del Río, la Noche
nal. La muerte y entierro de Joselito de Tambó, la Carnavalada, el Desfile
Carnaval, durante el cual las mujeres de la 44 y el Suroccidente, entre otros.
viudas alrededor de un ataúd lloran la Estos se convierten en escenarios en
muerte de su marido. Simboliza el fin donde se goza el carnaval de antaño
de las festividades. Esta programa- como un ejercicio de recuperación
ción la hace la organización Funda- de la memoria individual y colectiva
ción Carnaval de Barranquilla S.A. que se niega a dejar morir su saber
sobre el carnaval y por ello se lo si-
Los eventos al margen de esta pro- guen reinventando. Es un intento de
gramación oficial son, entre otros: el la memoria para no dejar escapar lo
Desfile de la carrera 44 (1999). Tiene que aún tiene sentido identitario para
una reina del carnaval y es un evento ello. En esta dirección, Maurice Hal-
que se realiza paralelo a la Batalla de bwachs (1995, pp. 213 y 214) afirma
Flores y es similar. La Carnavalada, que “la memoria colectiva retiene del
que se realiza los cuatro días del car- pasado solo lo que aún está vivo o es
naval, es un evento cultural y bailable capaz de vivir en la conciencia del
en la vía pública, simulando el carna- grupo que la mantiene”.
val de los inicios y la Reconquista del
Sur, un desfile de comparsas que quie- Este acto de resistencia de la memoria
ren rescatar y prolongar la tradición. colectiva del pueblo barranquillero,
es un acto de inversión de lo norma-
En este recorrido generalizado por los tizado y por tanto una transgresión
eventos del carnaval en Barranquilla de las jerarquías impuestas. Es final-
se identifica su trasformación en el mente, parte de la lógica de la esencia
tiempo y la creación de nuevos even- del mismo carnaval, es transgredir la
tos. Es una estrategia de ampliación norma para continuar reinventándo-
y conservación de la celebración. Los se una buena forma para vivir y se-
eventos creados por fuera de la ofi- guir viviendo la realidad deseada. Al
cialidad pueden entenderse como una respecto, Bajtin (2003, pp. 11 y 12)
respuesta de resistencia a la oficiali- afirma: “A diferencia de la fiesta ofi-
dad que controla y normatiza la cele- cial, el carnaval era el triunfo de una
bración por fuera de quien lo gesta y especie de liberación transitoria, más
lo crea. Puede ser un acto de reclamo allá de la órbita de la concepción do-
de su ciudanía cultural identitaria y minante”. Es según este autor, una
de su autonomía. Es una especie de manifestación del orden establecido
contracultura para seguir creando por para “conjurar la posibilidad real de
fuera de la oficialidad eventos que se prácticas de resistencia o de libertad”.

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162 Género y Carnaval en Barranquilla

Las muestras de resistencia, autono- dad colectiva. Es el compromiso de


mía y libertad que atesora la memoria las nuevas generaciones de conservar
colectiva del carnaval en Barranqui- viva la memoria de quienes lo inicia-
lla, no solo es un espacio de la utopía ron como un ejercicio perenne de se-
para la germinación de nuevas formas guir viviendo.
más humanizantes de interrelación
entre las personas que han permane- El género en la escena del carnaval
cido tradicionalmente separadas por
la exclusión y el no reconocimiento. La división binaria de lo femenino y
Es el caso de la discriminación de gé- masculino en la forma como se ubi-
nero y el resto de exclusiones. Esta can en el espacio y los sentires esa di-
que se sustenta en las jerárquicas que visión de género se revela en algunos
establecen relaciones de poder. Es momentos, aunque de manera inverti-
también, una forma de seguir vivien- da, en la celebración del carnaval en
do en el tiempo como seres cósmicos Barranquilla. Este, como un espacio
en donde la ritualidad es una forma de en donde se recrea la vida real, tam-
celebrar la vida en una forma biopsi- bién se escenifica en forma de paro-
cosocial y cultural como la armonía dia la inversión de los roles de género
de cuerpo, espíritu y naturaleza, tal instaurados en la sociedad. Tal vez,
como se expresan las diversas mani- como una forma de remembranza de
festaciones de la diversidad humana, los orígenes de las comunidades pri-
de flora, fauna, cultura y la ritualidad mitivas que vivían en equidad y en
simbologías presentes en el carnaval conexión con los dioses y diosas. Es
en Barranquilla. un suceso simbólico de la búsqueda
de la equidad de género deseada por
Por todo lo anterior, este carnaval en la humanidad. Bajtin (2003, p. 8) afir-
Barranquilla ha sido reconocido a ma, “en las etapas primitivas, dentro
nivel nacional (2001) por el Congre- de un régimen social que no conocía
so de la República como Patrimonio todavía ni las clases ni el Estado, los
Cultural de la Nación. Igualmente la aspectos serios y cómicos de la divi-
UNESCO (2003), lo declaró como nidad, del mundo y del hombre eran,
Obra Maestra del Patrimonio Oral e según todos los indicios, sagrados e
Intangible de la Humanidad, lo cual lo igualmente, podríamos decir, «oficia-
sitúa entre los carnavales más impor- les»… Pero cuando se establece el ré-
tantes del mundo. Este año, la celebra- gimen de clases y de Estado, se hace
ción del carnaval rindió homenaje a la imposible otorgar a ambos aspectos
década de la declaratoria del Carna- derechos iguales”.
val de Barranquilla como Patrimonio
Oral e Inmaterial de la Humanidad. Este carnaval, como ya se dijo antes,
Su salvaguarda es una responsabili- es el resultado del sincretismo multi-

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cultural de tipo étnico y de diversas división entre la cómica popular y la


espacialidades de tiempos renovados. cultura oficial burguesa. Esta heren-
De allí, la diversidad de amalgamas cia suele ser una de las razones de la
cósmicas reinstaladas en el carnaval aceptación de la Reina del Carnaval
en la ciudad en donde esos hombres como representante de los sectores de
y mujeres, venidos desde todas las re- poder. Y que el Rey Momo represente
giones del Caribe organizaron su car- a los sectores populares.
naval. Le impregnaron todo su mundo
de la vida, incluida la desigualdad de Al respecto, Carla Celia,3 la directora
las relaciones de género, aprendidas de la Fundación, afirma que, la reina
como resultado del proceso de socia- es un ícono, simboliza a las clases
lización en su cotidianidad. Aunque pudientes, la elegancia, el buen gus-
en muchas de las manifestaciones del to y la educación. Y la contraparte de
carnaval son parodiadas como igua- ella es el Rey Momo, su acompañan-
les. te, de origen popular quien simboliza
las tradiciones culturales con mucho
En enlace con los dioses, las diosas arraigo. Ellos simbolizan a todos los
y los reyes de sus orígenes en Ba- estratos sociales.
rranquilla se elige una reina central
por la Junta Directiva de la Funda- Igualmente, se presenta la equidad
ción Carnaval de Barranquilla y un cuando mujeres, hombres y Lesbia-
Rey Momo, como los protagonistas nas, Gay, Transexuales y Bisexuales
centrales de las festividades. Este (LGTB), en su intención de seguir
hecho señala una distribución equi- gestando y viviendo el carnaval por
tativa simbólica en la representativi- generaciones, comparten a través de
dad para la celebración de la vida y la dirección de los grupos culturales
el del manejo del poder. Aunque, en (las danzas tradicionales y las patri-
los inicios del carnaval se elegía un moniales y los disfraces), todo ello
rey y luego un presidente masculino sin distingos de género, edad y etnia
quien la presidia. Igualmente, se pre- el legado de asumir la garantía y la
senta equilibrio en la distribución de salvaguardia que enriquece el imagi-
clase social, la primera pertenece a las nario colectivo e identitario del car-
elites de poder político, económico naval. En la equidad crean sentido de
y de clase de la ciudad y el segundo, pertenencia, asumen su defensa y lo
de la clase baja y relacionada con las mantienen sin exclusión de género,
tradiciones del carnaval. Esto último, en el espacio público. Este espacio
también está en relación con los ini- tradicionalmente relacionado con el
cios del carnaval. Bajtin (2003, p. 23)
afirma que en sus orígenes se enlazan
3. Publicado en m.semana.com/nación/articu-
el realismo renacentista de una clara lo/.../357573-3. Recuperado, 25.04.2014.

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164 Género y Carnaval en Barranquilla

poder masculino. Además, en ese au- No hay morbo que impulse al toque
toreconocimiento en el equilibrio de de ese cuerpo para violentarlo. Se
género asumen su papel de integrar guarda un rendimiento profundo y se
las nuevas generaciones con las an- admira como arte y cultura. Es decir,
teriores, como una estrategia garante que cuando se abandona la estigma-
de su salvaguarda y así, el carnaval se tización desaparece la desigualdad y
siga manteniendo en el tiempo. Tam- se crean nuevas formas de reconoci-
bién, es una forma para que el carna- miento y autonomía que no son fáci-
val mantenga su ciclo permanente de les observarlas en la vida normatizada
continuar muriendo y reviviendo para por la división y la exclusión. Bajtin
no dejarlo morir para siempre. Dado (2003, p. 12) afirma:
que el carnaval es la vida que se rein-
venta permanentemente. Esta eliminación provisional, a la
vez ideal y efectiva, de las rela-
Otro hecho de equidad de género en ciones jerárquicas entre los indi-
este carnaval, es la ocupación de la viduos, creaba en la plaza pública
calle como espacio público de en- un tipo particular de comunica-
cuentro. La calle como escenario ción inconcebible en situaciones
adecuado para ejercer la ciudadanía normales. Se elaboraban formas
sin estereotipos y arquetipos de roles especiales del lenguaje y de los
impuestos por la impronta de la cultu- ademanes, francas y sin constric-
ra patriarcal y judeocristiana que ex- ciones, que abolía toda distancia
cluye a la mujer. Pero en el carnaval entre los individuos en comuni-
hombres, mujeres y LGTB se pueden cación, liberados de las normas
entretejer desde la otredad sin la es- corrientes de la etiqueta y las re-
tigmatización que genera exclusión y glas de conducta. Esto produjo el
violencia. En el ámbito de la calle los nacimiento de un lenguaje carna-
cuerpos sin géneros y en movimiento valesco típico (2003, pp. 9 y 10).
se liberan de las ataduras y los tabúes Los espectadores no asisten al
para demostrar que existen desde la carnaval, sino que lo viven, ya que
dimensión humana del sentir, del vi- el carnaval está hecho para todo
vir y consigue manifestarlo como acto el pueblo. Durante el carnaval no
libertario. Es un cuerpo que a través hay otra vida que la del carnaval.
del baile expresa vida y erotismo. En Es imposible escapar, porque el
esa celebración por la vida, los cuer- carnaval no tiene ninguna fronte-
pos en la escena no tipifican su géne- ra espacial. En el curso de la fiesta
ro, clase, edad, etnia e ideología. Re- solo puede vivirse de acuerdo a sus
ciben el reconocimiento y el respeto leyes, es decir, de acuerdo a las le-
a través de las miradas envolventes y yes de la libertad. […] durante el
los aplausos que afirmar su actuación. carnaval es la vida misma la que

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juega e interpreta (sin escenario, en Barranquilla es una forma de resis-


sin tablado, sin actores, sin espec- tencia y de autonomía de un pueblo
tadores, es decir, sin los atributos Caribe que no se deja arrancar el de-
específicos de todo espectáculo recho de seguir creando y recreándose
teatral) su propio renacimiento y con la multitud de cosmovisiones de
renovación sobre la base de mejo- mitos, creencias y expresiones cultu-
res principios. rales que le dan sentido y resistencia
de pueblo anfibio en palabras falsbor-
Estos cuerpos de hombres y mujeres dianas.
que se presentan en el espectáculo del
carnaval representan el sincretismo Esa cosmovisión de saberes cultura-
étnico y multicultural indígena, ne- les junto con la actividad productiva
gra y blanca. Por tanto, son producto en su territorio de origen se trasladó
de una cultura (blanca) que estable- a Barranquilla. Ellos apegados a los
ció la dominación sobre las otras dos machetes y atarrayas y ellas, a los pi-
culturas (negra e indígena). En ese lones y lo reproductivo, se adaptaron
encuentro y desencuentro por el des- y reinventaron nuevos estilos de vida
conocimiento y autorreconocimiento sin excluir al anterior. Ello se eviden-
de la identidad cultural, como patri- cia en las representaciones culturales
monio del pueblo, atrincheraron en la del carnaval. Esa cultura de pueblo
memoria individual y colectiva su he- anfibio con rasgos de equidad se deja
rencia cultural y la vertieron sobre el percibir en escenas del carnaval. Fals
carnaval en Barranquilla. Al respecto, Borda (1979, p. 83) afirma: “La mujer
Julio Caro Baroja (1979, p. 22) afirma colonial costeña como la actual, no
que “Mientras que el hombre ha creí- parecía ni ser tan tímida ni tan vícti-
do que, de una forma u otra, su vida ma del hombre como muchas veces
estaba sometida a fuerzas sobrenatu- se cree. Era decidida, brava, experi-
rales o celestiales, el carnaval ha sido mental y algo «rejugada» “capaz de
posible”. acciones heroicas”. Se puede decir,
siguiendo a Fals que la obra del car-
En este creer según Caro Baroja, en naval en Barranquilla y su manteni-
Barranquilla el atrincheramiento cul- miento en el tiempo ha sido posible
tural depositado en la memoria de su por la acción heroica en la equidad de
pueblo, como pares humanos, lo guar- hombres y mujeres quienes, en su sa-
daron celosamente y una vez llegaron ber mágico de cuidadoras del ancestro
a Barranquilla, lo vertieron sobre su cultural han sabido mantenerlo en el
territorio como una forma merecida diálogo intergeneracional enseñando
de hacerle un homenaje a las corrien- lo que es y representa el carnaval para
tes de ese río de la Magdalena que los el ser Caribe. Además, este carnaval
trajo hasta ella. Entonces, el carnaval se hace posible en Barranquilla, se-

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gún Mirtha Buelvas (citado por Re- cional femenino y ella el masculino,
yes, 2011, p. 121) porque esta es una en la instancia de poder. Es una forma
ciudad libertaria, hija de la República de borrar la huella de los roles esta-
y los “cabildos de nación”, organiza- blecidos; es una forma de libración
ciones sociales étnicas de los esclavos de esos estereotipos. En palabras de
negros de Cartagena y alrededores Buelvas, (2000, p. 97), se puede en-
quienes encontraron en el carnaval tender que la inversión es una forma
una ruta para su expresión. de desagravio contra actos que se sa-
ben incorrectos, pero consagrados por
En esas comparsas y disfraces signi- un orden social que los regula y que
ficativos e identitario, paridas y ama- hay que cumplir. La fiesta posibilita
mantadas por las viejas y nuevas ge- de manera transitoria, buscarlo, para
neraciones de la población, es usual después regresar a la normalidad.
encontrar hombres con roles feme-
ninos. En el caso de la comparsa de También se observa, en el disfraz de
tradición de las Farotas de Talaigua María Moñitos, con el cual un traba-
integrada por un grupo de campesinos jador de la construcción (albañil), ac-
rurales de tradición conservadora y tividad impregnada de fuerza física y
socializados bajos los parámetros de de no delicadeza crea y se disfraza de
la cultura patriarcal y judeocristiana, una mujer seductora que acosa a los
la cual ha establecido una división y hombres con besos y abrazos en forma
subordinación de los roles masculinos descomplicada y sin ningún recato, y
a los femeninos. Pues estos hombres sin temor de transgredir su masculini-
de apariencia ruda, curtidos por el dad hegemónica, la cual está muy pre-
tiempo, el trabajo arduo y la insatis- sente en el hombre Caribe. Este dis-
facción de las necesidades básicas fraz como otros muchos del carnaval
dejan su tradicional indumentaria muestran la aceptación de la inversión
masculina y la remplazan por las fe- de roles de género, tanto por parte de
meninas. Se visten con faldas largas sus gestores y hacedores como expec-
y blusas de flores multicolores (ves- tantes, en razón de que está considera-
tido de cumbiambera) maquillan con do entre los disfraces individuales de
tonos fuertes sus rostros, cubren sus los más típicos y representativos del
cabezas con un sombrero adornado carnaval en Barranquilla.
con flores y llevan en su mano una
sombrilla. Además, la coreografía de Los creadores de la comparsa y el dis-
la danza es femenina. También, la di- fraz representativos de la inversión de
rección del grupo está desde sus orí- roles de género han muerto (Etelvina
genes a cargo de una mujer. En este Dávila de Ospina y Emil Castella-
escenario se establece una inversión nos). Paz en sus tumbas. No obstante,
de los roles. Ellos ocupan el rol tradi- ella y él en su labor de salvaguarda

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tuvieron la experticia de integrar en privados. Entre los más significativos


forma precisa y a tiempo, las nuevas está la Guacherna Gay.
y viejas generaciones para asegurar y
preservar el relevo intergeneracional La Guacherna Gay es un evento del
de su creación cultural. Después de precarnaval (se realiza en la noche de
sus muertes la creación de ambas per- un sábado antes del sábado de carna-
manece en el carnaval. En la actuali- val). Es un desfile de la diversidad
dad, la primera fue reemplazada por sexual en una de las vías públicas de
una hija y el segundo por un hijo. Este la ciudad y con tradición carnavalera
hecho es una constante en la historia (calle 72). En este derroche de jolgo-
del carnaval, el cual no es solo un pa- rio de carnaval de la diversidad sexual
trimonio cultural para sus creadores en Barranquilla, hay dos momentos y
y gestores: también lo asumen como dos actores (quienes desfilan y quie-
herencia familiar (mezcla de consan- nes observan). Estos se suceden al
guinidad y afectos), cuando los hijos mismo tiempo y separados pero co-
e hijas asumen la dirección del gru- nectados en el mismo hecho y esce-
po en ausencia del padre o madre. De nario. Los primeros, el río humano
allí, su mantenimiento en el tiempo. de lésbicas, gays, trans y bisexuales
Incluso, algunos y algunas participan quienes, haciendo gala de su talento
en estas actividades antes de su naci- artístico e histriónico y con sus vesti-
miento, es decir, desde el vientre de mentas coloridas y vistosas, evocan la
su madre. Por ello, es común, escu- diversidad de carnavales que se reali-
char de sus bocas expresiones como: zan en el mundo, muestran su talento
“Nací para bailar, cantar y la música e identidad cultural. Al desconocer
es mi vida”, “Quisiera ser eterna para el orden biológico que les designa el
bailar eternamente en el carnaval” y sexo y, al mismo tiempo, les impone
“El carnaval es parte de mi vida”. un género, desfilan en ese torrente
humano dejando fluir solo su ser in-
Otro de los hechos de inversión de terior, de lo que son y sienten desde
roles de género en el Carnaval de Ba- la diversidad humanizada pero no
rranquilla es el Carnaval Gay. Este normatizada. En este evento también
presenta una organización indepen- se enfrentan a sí mismos con sus de-
diente a la institucionalizada por Car- cisiones e indecisiones pero deseando
naval S.A, la Corporación Autónoma que el público los acepte en su identi-
Gay de Barranquilla. Está integrada dad diversa. El segundo momento, lo
por miembros de la comunidad gay, viven las personas observadoras que
quienes coordinan su carnaval y eli- se ubican de lado a lado de la vía a
gen Reina y Rey Momo representan- esperar el desfile. Es una población
tes de su propia comunidad. Además, sin distinción de clases, género, etnia,
organizan varios eventos públicos y edad e ideología, que suelen asumirse

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168 Género y Carnaval en Barranquilla

como heterosexuales, le hacen calle y la sexualidad impuestos por la im-


de honor a los gays para observarlos pronta de la dominación masculina
sin la censura homofóbica impuesta que construye una masculinidad he-
por la sociedad. gemónica y falocéntrica. La primera,
la realiza la comunidad LGTB como
En este espacio de encuentro y algu- acto de resistencia, autonomía y liber-
nas veces de desencuentro de quie- tad de su cuerpo y su sexualidad y en
nes se definen como heterosexuales la calle expresan simbólicamente su
y homosexuales se observa por un derecho a ejercer la ciudadanía plena
lado, la diversidad que presentan sus libremente y sin el temor homofóbi-
cuerpos con sus destellos de belleza y co. El segundo, quienes observan el
sexualidad al aire libre como símbo- desfile reconoce ese acto de libertad
lo de libertad sin el temor al estigma. cuando asisten y al mismo tiempo lo
Este acto libertario se encuentra con observan, aunque sea en forma pasi-
un público que les admira, aplaude y va y burlesca. Ambos transgreden los
gozan el espectáculo armoniosamen- estereotipos e invierten lo normatiza-
te. Pero a la par, los ofenden y rechi- do desde cada uno de los papeles que
flan en forma morbosa, burlesca y con juegan en el espectáculo.
violencia verbal. Esto puede ser una
manera de encubrir la aceptación de Transgredir la normativa social es un
reconocerlos. Burke (1991, p. 287) escape libertario de la humanidad. Es
afirma: “el carnaval sirve para refor- encontrarse con lo que se quiere ser
zar, en unos casos, y poner en tela de y se desea que se acepte sin estig-
juicio en otros, el sistema de valores mas. Es la búsqueda permanente del
de la comunidad; pero también para ser individualizado y colectivizado
afirmar, en términos simbólicos, la desde siempre. Es encontrar la tierra
identidad social y la propia existencia prometida de la cual habla la Sagrada
diferenciada del grupo”. Siguiendo a Escritura, la Biblia. Es descubrir nue-
Burke, este es el diálogo simbólico vas formas de interrelación humana
que se manifiesta en los dos momen- en donde la diferencia no se asuma
tos y en ambos actores que asisten al como exclusión. Eso que se logra en
desfile gay. Además, la burla y el des- la locura de la vivencia del carnaval,
enfreno forman parte de la esencia del que invierte la realidad vivida, lograr
carnaval. la cotidianidad de la vida deseada. Es,
según la afirmación de Bajtin (1989),
La Guacherna Gay en el precarnaval el carnaval funda un proceso lúdico
en Barranquilla muestra dos formas que posibilita arrancar en forma re-
de transgresión de la normatización gularmente notorio, de las jerarquías
de la construcción social del cuerpo hegemónicas y donde todas las censu-

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ras concluyen, las relaciones de poder la ciudadanía sin estereotipos y ni ar-


desaparecen junto con los miedos im- quetipos de roles de géneros. Para el
perantes de la vida cotidiana. ser Caribe la calle y la esquina son el
lugar propicio para el encuentro. Allí,
En esta dirección, el carnaval y en hombres mujeres y los LGTB interac-
particular en Barranquilla, es un espa- túan desde la otredad reconociéndose
cio en el cual se ensaya la flexibiliza- en la diferencia pero en la equidad
ción de desnormatizar la normativa de sin exclusión. Emilio Martín (2006,
la subordinación y exclusión de géne- p. 31) plantea que en el carnaval existe
ro, incluyendo la diversidad sexual y una predisposición natural a la igual-
la demás imperante. Es un buen acto dad; allí se suprimen las diferencias
pedagógico que traza rutas para re- sociales, de edad, estado civil, clase o
producir permanentemente en la vida sexo. Todo esto como una manera de
cotidiana real y por fuera del carnaval olvidar las separaciones y los lamen-
un principio humanista para la equi- tos de la cotidianidad.
dad con justicia social. Es decir, es un
intento para demostrar que es posible En la calle en donde hombres, muje-
la equidad sin exclusión en la especie res y la diversidad sexual escenifican
humana. Aunque Joan Prat i (1993, todas las expresiones posibles que
p. 289) manifiesta, “la infracción ri- realiza un cuerpo en libertad. Es una
tual no quiebra el orden establecido, forma sublime de vivenciar y expre-
más bien lo refuerza, una función sar la dimensión del sentir sin cáno-
del carnaval sería la de reforzar los nes y ni jerarquías dominantes. Aquí
valores y las jerarquías, en suma, las el ritual del baile que realiza el cuerpo
desigualdades existentes dentro de en movimiento es una mezcla erótica
las sociedades estamentales y estrati- de libertad y resistencia por una vida
ficadas”. En el mismo sentido, Hugo sin censuras. Es la posibilidad de ha-
Mancuso (2005, p. 92), considera que cer fluir el goce y la sexualidad huma-
en el carnaval no se liberan los margi- na sin estereotipos.
nales; por el contrario, se legitima la
desigualdad y por tanto, el carnaval se Aunque en el carnaval se intercam-
convierte en una revolución frustrada bian los roles de género, la separación
que evita una revolución real. binaria de los roles masculinos y fe-
meninos instalada en el imaginario
El acto de libertad que se genera en el colectivo sobre la visión de su rol,
carnaval en Barranquilla y en particu- cuerpo y sexualidad, también se ha-
lar sobre la inversión de los géneros cen presente en esta celebración. A la
se manifiesta en el escenario público, mujer se le adjudican los estereotipos
la calle, esta como símbolo de libertad y arquetipos relacionados con la be-
y espacio propicio para el ejercicio de lleza v/s fealdad; buena v/s mala. Su

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170 Género y Carnaval en Barranquilla

función reproductora (adorada y va- Joselito Carnaval”. Se escenifica con


lorada) conectada con la sexualidad “un hombre viril muerto”, que tiene
(placer y pecado) y la mujer ideali- varias mujeres que lloran su muerte
zada (sumisa, abnegada, cuidadora y en su condición de viudas dolidas.
esposa fiel). Ellas todas gozaron con él (bailando,
bebiendo y mujereando) los carnava-
En esta dirección, se reconoce la be- les. Ellas, en un acto solidario y de
lleza de la mujer cuando se elige una duelo por la muerte de su marido viril
reina central y protagónica del carna- y parrandero, se unen en el dolor y la
val y unas reinas de los barrios. Igual- ausencia de un “Jose” que se lo lleva
mente, se teatraliza su función repro- la muerte, en el símbolo del carnaval
ductora y su sexualidad. Su cuerpo lo “la ganchúa”. Sus duelos simbolizan
presentan en forma exagerada y se- además del llanto, su vestido negro de
ductor (boca, senos, glúteos, caderas, luto y la mantilla sobre la cabeza.
muslos, maquillaje, movimiento y
vestimenta). Es un cuerpo para el pla- Igualmente, otro disfraz de reconoci-
cer del macho. Esto se manifiesta en miento de la dominación masculina
el sinnúmero de disfraces de hombres en el carnaval es el disfraz de Mari-
vestidos de mujeres. Uno de ellos, el monda.4 Representado en la careta
disfraz de la Gigantona, una mujer con ojos y boca grande y una larga
alta y con un cuerpo voluptuoso y nariz que simula un falo largo y pode-
el resto de simbologías alegóricas al roso. Este muestra la visión valorati-
cuerpo y la sexualidad femenina exa- va de la cultura falocéntrica y viril del
geradas en el carnaval. macho Caribe. Además, su nombre,
mari-monda, el primero es un nom-
Lo opuesto a lo anterior es la mujer bre común de mujer pero también de
idealizada como esposa casada, em- la virgen (María) y el segundo (mon-
barazada y maternal. Representado da), es un nombre usual con el que se
este papel en el sinfín de disfraces designa el falo en la región Caribe.
de hombres vestidos de mujeres, em- Se puede concluir que la Marimon-
barazados y/o cargando al bebé. La da une la oposición y la mezcla de la
mujer en su papel de reproductoras cosmovisión ancestral del carnaval
buscando al hombre que asuma la res- que integra lo sagrado y lo profano en
ponsabilidad de esposo y padre, como un mismo hecho. Bajtin (2003, p. 10)
un reconocimiento y al mismo tiempo cuando manifiesta que el carnaval no
de aceptación a la paternidad irres- era una manera artística de espectácu-
ponsable y la madre solterísima, fre-
cuentes en el Caribe. Esto también, se
4. Este disfraz desde sus orígenes y en la actualidad
configura en la “Muerte y entierro de lo usan indistintamente mujeres y hombres.

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lo teatral, sino también una forma real cuerpo. También una forma de recon-
de representación de la vida misma ciliación de la naturaleza con lo hu-
que se vivía durante el carnaval. mano y el espíritu en la equidad y la
armonía. Es el escenario para seguir
Pero a la final, estos actos del cuer- inventando y reinventando la vida en
po, sexualidad, embarazo y órganos el goce como derecho humano inalie-
reproductores y eróticos es una de las nable sin exclusión y justicia social.
esencias del carnaval como represen- ¡Viva por siempre el carnaval en la
tación simbólica de la fiesta de la car- memoria colectiva de su pueblo que
ne. Es el rito de la fecundidad como lo creó y lo vive!
acto biológico de mujeres y hombres
que produce la vida para seguir po- Bibliografía
blando el cosmos. Es también una for-
ma de seguir reinventándose la vida Bajtin, M. (1989). Teoría y estética de
en la búsqueda de nuevos estilos más
la novela. Trad. Helena S. Kriukova y
humanos y equitativos presentes en la
Vicente Cazcarra. Madrid: Taurus.
reinversión del carnaval. Es la posibi-
lidad de una sexualidad plástica y sin
--------------- (2003). La cultura po-
tabúes como derecho humano.
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Se infiere entonces que el carnaval es
Rabelais. Madrid: Alianza. histo-
la transgresión de todos los tipos de
riaiuna.com.ar/wp.../2012_bajtin_
normas impuestas en la sociedad. Es
introduccion.p
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manifestar la vida real pero burlán- Berger, P. L. y Luckmann, T. (1999).
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