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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA DULTOS (UAPA)

ESCUALE DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS.

ESCUELA DE DERECHO.

TEMA: I

La Amenaza

ASIGNATURA:

Derecho Penal 1

ELABORADO POR:

Jairo Luis Meléndez Ovales

MATRICULA:

16-4052

FACILITADORA:

Martha Toribio

SANTIAGO DE LOS CABALLEROS, R.D., 15 DE MAYO 2018


INTRODUCION

La doctrina mayoritaria entiende que el injusto en el delito de amenazas está


constituido por el ataque a la libertad personal, y en concreto, por que se afecta el
aspecto psicológico de la libertad (bien jurídico protegido) o, lo que es lo mismo, la
fase de formación de la voluntad; esto es, se trata de la pérdida de libertad en el
proceso de toma de la decisión. Algunos autores, sin embargo, consideran que
son dos los bienes jurídicos protegidos: el sentimiento de tranquilidad del sujeto y
la libertad personal en la fase de formación de la voluntad. En cualquier caso, se
trata de un bien jurídico inmaterial que suscita la pregunta acerca de si es un delito
de lesión o de peligro. La repuesta dependerá de si se exige o no que la conducta
típica produzca una perturbación anímica en el sujeto pasivo. Pues bien, como
basta para la realización del delito con la idoneidad de la amenaza para llegar a la
perturbación del ánimo del sujeto pasivo, sin necesidad de que ésta ocurra
efectivamente, lo que se produce en consecuencia es un peligro concreto para el
bien jurídico, que se lesionará cuando el agente consiga su propósito (doblegar la
voluntad de la víctima), y por ello en este último caso se castiga más gravemente
por el legislador. Quedan fuera del tipo, por tanto, las amenazas de males
genéricos o de males que no dependen de la voluntad del sujeto activo (por ej.
“qué un rayo te parta”, “maldito seas”, etc.) A partir de aquí ya se está en
condiciones de distinguir los delitos de amenazas de los de coacciones, por un
lado, y del robo con intimidación, por otro. Por lo que se refiere a las coacciones,
la diferencia estriba en que en éstas últimas el ataque violento incide sobre otra
fase distinta de la libertad personal: la ejecución de la voluntad. Se trata, ahora, no
de la toma de decisión, sino de la ejecución de lo ya decidido. En cuanto al robo
con intimidación, la diferencia reside en la mayor o menor proximidad del mal con
el que se amenaza a la víctima. Una mayor inmediatez lleva a una calificación de
robo con intimidación, mientras que un mayor alejamiento del mal hace más
adecuada una calificación de amenazas.
Distinguido Participante:

Luego de investigar en la bibliografía básica de la asignatura y demás


fuentes complementarias de la asignatura realiza la siguiente actividad.

1-Elabora un análisis en no más de dos hojas sobre la amenazas y sus tipos.


1. Amenaza.
Amenaza es la expresión que formula una persona de su proyecto de hacer daño
a otra; es reprimida por el Derecho Penal como delito en sí o como un elemento
constitutivo o circunstancia agravante de otros delitos, como ultraje, mendicidad,
extorción, etc.

Amenaza es el anuncio que se le hace a una persona de un mal que se le


prepara contra su persona, sus familiares o en su patrimonio.

1.1. Diversos tipos.

Las amenazas pueden ser:

 VERBALES U ORALES
 ESCRITAS. Las cuales pueden ser anónimas o firmadas.

Dentro de esta clasificación tenemos:

 SIMPLES
 CONDICIONALES

La amenaza puede ser retenida como un elemento constitutivo de una infracción


cualquiera, como en los casos de chantaje (art 400) y de ultrajes contra los
funcionarios públicos (Artículos 233 y 224 del Código Penal)

Puede ser retenida como una circunstancia agravante, como en los casos de
detención y encierro ilegales (Artículo 344)
Puede constituir un aspecto de la complicidad. El artículo 60 castiga a los que por
amenazas hayan provocado una acción calificada crimen o delito o dieren
instrucciones para cometerla.

1.1.1. Orales.

Las amenazas verbales solo se castigaran si son hechas bajo orden o condición,
pues las amenazas verbales simples no se castigaran en ningún caso.

1.1.2. Escritas.

La amenaza escrita anónima o firmada, de asesinar, envenenar o atentar de una


forma cualquiera contra un individuo, la pena es de prisión correccional de uno a
dos años y se podrá sujetar al culpable a la vigilancia de la alta policía. (Artículo
306)

Cuando la amenaza se acompañare de la circunstancia de haberse hecho


exigiendo el depósito o la entrega de alguna suma en determinado lugar, o de
cumplir una condición cualquiera, se castiga con la detención, siempre que la pena
señalada al delito consumado sea la de treinta años. Al culpable se le podrá privar
de los derechos mencionados en el artículo 42 del presente Código, durante un
año a lo menos, y cinco a lo más.

Poco importa que el escrito sea anónimo o esté firmado. La amenaza escrita es
producto de un estado reflexivo del agente, por lo tanto reviste mayor gravedad
que la amenaza verbal que puede resultar de irritaciones o alteraciones anímicas
del agente.

1.1.3. Simples.

Las amenazas verbales simples no se castigaran en ningún caso, solo se


castigarán si son hecha bajo orden o condición.
1.1.4. Condicionales.

La orden o la condición no son en este caso una circunstancia agravante, sino un


elemento constitutivo de la infracción. La pena es entonces de seis meses a un
año de prisión y multa.

La amenaza escrita o verbal de cometer violencias o vías de hecho, es decir, de


un atentado castigado con penas correccionales (golpes heridas y violencia) o con
penas criminales (amputación de un miembro), solo se incrimina cuando hubiere
sido hecha bajo orden o condición.

1.1.5. Penalidades en el Código Penal

Según el Artículo 305 la amenaza que se haga contra un individuo, por escrito
anónimo o firmado, se castigará con la detención, cuando la pena señalada al
delito consumado sea la de treinta años de reclusión mayor, o reclusión mayor,
siempre que a dicha amenaza acompañe la circunstancia de haberse hecho
exigiendo el depósito o la entrega de alguna suma en determinado lugar, o el
cumplimiento de alguna condición cualquiera.
Al culpable se le podrá privar de los derechos mencionados en el artículo 42 del
presente Código, durante un año a lo menos, y cinco a lo más.
También el artículo 306 expresa que cuando la amenaza no se acompañare de la
circunstancia de haberse hecho exigiendo el depósito o la entrega de alguna suma
en determinado lugar, o de cumplir una condición cualquiera, la pena será de
prisión correccional de uno a dos años.
En este caso, así como en el anterior, se podrá sujetar a los culpables a la
vigilancia de la alta policía.
Siempre que la amenaza se haga verbalmente, y que del mismo modo se exija
dinero o se imponga condición la pena será de seis meses a un año de prisión y
multa.
En este caso, como en los anteriores artículos, se sujetará al culpable a la
vigilancia de la alta policía. (Artículo 307)
La amenaza, por escrito o verbal, de cometer violencia o vías de hecho no
previstas por el Artículo 305, si la amenaza hubiere sido hecha con orden o bajo
condición, se castigará con prisión de seis días a tres meses y multa o a una de
las dos solamente. (Art. 308).
CONCLUSION

Los autores españoles y alemanes han encontrado distintas situaciones regulares


de la vida en convivencia que, según la mirada que se les destine, pueden ser
consideradas como coacción (como delito). En algunos subtemas hay puntos de
vista distintos o muy distintos.

a) La violencia contra objetos.

Según los autores españoles en mayoría la fuerza que se ejerce sobre las cosas
puede tener el sentido de ser un medio de ataque a la voluntad.

Esta consideración incluye solamente a aquellas acciones que recayendo


directamente sobre objetos, están destinadas a limitar de alguna forma la libertad
de formación o ejecución de la voluntad.

Pero la violencia contra objetos en ningún caso puede ser considerada en sí


misma como un medio de coacción. En el supuesto del arrendatario que rompe las
cerraduras, puertas y ventanas para obligar al inquilino que se vaya, la acción
material que recae sobre estos objetos, no constituyendo en sí el delito de
coacción, sino más bien lo son las condiciones climatológicas a que se ve
sometido el coaccionado.

Entre los autores alemanes, la violencia sobre objetos hay que tenerla en
consideración cuando tiene un efecto de coacción corporal y ponen estos
ejemplos: el descolgar las ventanas o quitar los muebles de una habitación para
obligar al inquilino a que se vaya; los disparos al aire; y los disparos a los
neumáticos de un automóvil para obligar al conductor a que se detenga, como la
obstrucción en el tránsito automovilístico, como la obstrucción al que se quiere
adelantar (WELZEL, SCHRÖDER y , en Suiza, STRATENWERTH).

Otra violencia es el hecho de desmontar la manilla de la puerta para impedir que


el inquilino tenga acceso al piso hasta que pague determinados intereses.
Mientras la explicación del Tribunal del Reich fue la del que el sujeto pasivo sufrió
las inclemencias del tiempo, la jurisprudencia española consideró que el hecho
consistió en pedir hacer a una persona lo que no quiere.

Si los muebles son colocados en la calle, para la jurisprudencia española impide al


inquilino el ejercicio del derecho a utilizar legítimamente el piso arrendado: es
coacción.

El Tribunal del Reich consideró en un caso idéntico que no constituye coacción,


pero existiendo ésta cuando el sujeto pasivo, el inquilino, está presente.

b) La violencia contra terceros.

Debe ser una persona relacionada con el coaccionado, de su afecto o de su


simpatía. Pero se requiere que el perjuicio de lo que ocurre caiga sobre el
coaccionado.

FRANK afirma que para que exista violencia contra terceros esta persona, el
tercero, esté tan estrechamente relacionada con el coaccionado que éste se deje
influir por ella.

c) La violencia por anestesia, narcóticos, drogas de la verdad e hipnosis.

Son elementos por los cuales se entorpece la decisión de la voluntad. También el


alcohol.

La doctrina mayoritaria alemana es de la opinión de que en los casos en los que


se deja a una persona en el exterior (olvido de la llave de entrada) o fuera de un
edificio, por ejemplo, no son constitutivos de coacción.

BINDING y NEUBECKER mantienen la tesis contraria. Si es coacción el encierro


de una persona, también debe así considerarse el caso en que el esposo,
después de una discusión -y que la esposa se haya retirado por horas de la casa-
el primero no le permita entrar cuando ésta vuelva, se haya olvidado las llaves, y
la deje en la calle, por la noche, sobre todo en la valoración de un clima muy frío.
En este punto los autores discuten. Si el interés del esposo es que la esposa
acceda al divorcio, por ejemplo. Otros casos son. el cerrar un piso o un taller a una
persona que está ausente, quitar la llave del lavadero para impedir al inquilino que
lo use, cerrar con ladrillos.

La única puerta de una habitación para impedir que entre en ella un inquilino no
deseado (ejemplos que da MAURACH).

d) Violencia por obstrucción:

Son varias las formas de obstruir un camino. Supongamos que en el campo, la


llegada a la casa dentro de una estancia se concreta por un camino de tierra, que
viene de una autopista a mil metros.

El dejar un gran camión en ese camino estrecho de tierra sería una obstrucción y
por tanto coacción, luego de una amenaza acerca de producir el inconveniente,
insalvable, por las circunstancias de ese camino..

En la libertad de locomoción, un vecino que impide el uso de su medio de


locomoción estaría en esa conducta.

SCHÖNKE-SCHRÖDER pone el ejemplo de quien destruye una embarcación, y


ésta es el único medio que se lleva a cabo en una isla para poder salir.
Impedimentos en las carreteras, el “bloqueo de un vehículo que está parado, son
otros casos de violentar la tranquilidad en el desplazamientos de las personas.

Puede ocurrir, por ejemplo, y con malévola intención, que un vehículo es


accionado de tal manera, que el conductor de otro, que viene detrás, no puede
superar el inconveniente, por un largo trecho del camino.

e) Detenciones ilegales, las internaciones psiquiátricas de familiares sin tener


legitimidad para ello, son casos frecuentemente presentes como coacciones.

La jurisprudencia española y alemana sobre estos casos y muchos otros, es


glosada en la obra de Juan Felipe HIGUERA GUIMERÁ, “El delito de
coacciones”, Bosch Editorial S. A., Barcelona, 1978. Obsérvese que en Alemania
para el delito de coacción no se requiere la amenaza previa.
Bibliografia.

1. Charles Dunlop, Víctor Máximo. 2008. ´´CURSO DE DERECHO PENAL


ESPECIAL´´. Edit. Librería La Filantrópica. Santo Domingo. R. D.
2. Código penal Dominicano.

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