Вы находитесь на странице: 1из 3

En las manos de Dios

Juan 6:1-15

Introducción

Si mañana alguien me regala una guitarra de muy buena marca, en mis manos no servirían para
nada. Su valor casi sería nulo. Pero si se lo regalan a Jairo o a Judit esa guitarra valdría mucho
porque ellos sí lo saben usar. Muchas veces las cosas valen según en las manos de quien estén.

Así sucede a veces con nuestra vida misma. Muchas veces pensamos que no vale mucho.
Pensamos que no tenemos las habilidades necesarias para hacer grandes cosas. O que no tenemos
los recursos suficientes. Sin embargo, el relato bíblico que hemos leído nos enseña que el poder de
Dios es ilimitado y Él puede, de lo poco que nosotros tenemos, hacer mucho. Pero tenemos que
nosotros mismos ponernos en las manos de Dios para tener valor.

1.- EXISTE UNA NECESIDAD

El relato dice que a Jesús le seguía mucha gente por las señales que Él hacía al sanar a los
enfermos. Y al mismo tiempo que estas eran señales para mostrar su divinidad también las hacía
por compasión:

Mateo 9:35 Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas
nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia.

Mateo 9:36 Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas,
como ovejas sin pastor.

Cuando Jesús vio que le había seguido una gran multitud como de cinco mil varones, se percató
del hambre que tenían, por eso le preguntó a Felipe: V. 5b ¿De dónde compraremos pan para
que coman éstos?

Jesús no pensó en Él y sus discípulos, pensó en la gente: ¿Dónde vamos a conseguir pan para
esta gente? Probablemente sus apóstoles pensaban: “pero ellos vinieron solos, que ellos vean qué
comen”. Pero Jesús durante todo su ministerio quería trasmitir a sus discípulos la compasión por los
necesitados. Pensemos en nuestra vida. ¿Nos conmueve las necesidades de los demás tal como
conmovían a Jesús?

En el evangelio de San Mateo, los apóstoles le dicen a Jesús que despida a la gente para que vaya
cada uno a ver cómo consiguen comida. Pero Jesús les contestó: Mateo 14:16 No tienen
necesidad de irse; dadles vosotros de comer.
Podemos estar seguros que Jesús conoce nuestras necesidades y que tiene compasión de nosotros.
Pero al mismo tiempo Él nos pide que tengamos compasión de las demás personas. LA NECESIDAD
APREMIANTE DE LAS PERSONAS NO ES EL DINERO, NO SON LOS BIENES MATERIALES, ES
EL TENER A JESUCRISTO COMO SU SALVADOR PERSONAL:

2 Pedro 3:9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino
que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos
1
procedan al arrepentimiento, PORQUE SI TIENE A CRISTO EN SU CORAZÓN HARÁN BUEN USO
DE SU DINERO, SU DINERO LES VA ALCANZAR, PORQUE SERÁN FIELES A DIOS Y DIOS ES FIEL EN
CUMPLIR SU PROMESA:

Malaquías 3:10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora
en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre
vosotros bendición hasta que sobreabunde.

En ocasiones podemos pensar que nos faltan los recursos, tanto para nuestras necesidades y peor
aún para compartir con los demás. Eso nos lleva al siguiente punto:

2.- LOS RECURSOS NO ALCANZAN

Jesús le hace la pregunta a Felipe ¿De dónde vamos a comprar pan para tanta gente? El evangelio nos
aclara que lo hizo para poner a prueba su fe.

Esto nos lleva a pensar en cómo a veces las cosas en las manos de los seres humanos no son
suficientes. Es entonces necesario que fortalezcamos nuestra fe. Felipe y Andrés ya habían
presenciado unos de los grandes milagros que Jesús hizo al convertir el agua en vino. Esa fue una
Señal muy evidente del poder de Dios, pero en esta ocasión parece que lo olvidaron porque Felipe
responde que: “Ni con el salario de 8 meses alcanzaría para darle un pedazo a cada uno” Y
Andrés cuando presenta los cinco panes y dos peces del muchacho dijo: ¿Qué es esto para tanta
gente?

Estos dos discípulos seguían pensando terrenalmente aun cuando ya habían sido testigos del poder
ilimitado de Jesús… Cuando pasamos por necesidad, nos puede ayudar mucho el recordar tiempos
anteriores en las que hemos visto la mano poderosa y la provisión de Dios en nuestras vidas. Si
siente que a usted le falta fe, practique el ayuno para que vea claramente el poder de Dios.

Pensemos en el último punto:

3.- EN LAS MANOS DE DIOS TODO ES POSIBLE

Andrés presentó a un muchacho que tenía 5 panes y 2 peces. Para Jesús no es importante lo mucho
o lo poco que tengamos para dar sino la intención de ponerlo a su disposición. Los 5 panes en las
manos del muchacho o de Andrés no servían para alimentar a 5,000 personas, pero en las manos
de Jesús alcanzó para alimentar a todos ellos y hasta sobró.

Probablemente no tenemos mucho que ofrecer a Dios:

- Físicamente tenemos enfermedades


- Igual no tenemos mucho tiempo
- Ya estamos grandes de edad, etc.
- Pero lo importante es que de lo poco que tengamos si ponemos todo a la disposición de Dios
él puede hacer grandes cosas.

Todos conocemos la historia de la viuda de Sarepta, a quien el profeta Elías le dijo que primero le
preparara comida para él y luego para ella y su hijo, y que después nunca escaseo su harina y
aceite… La fe también consiste en poner lo poco o lo mucho que tengamos a la disposición de Dios
2
y dejarle los resultados a Él. Dale a Jesús lo que tienes, ponlo en las manos de Dios, porque cuando
ponemos lo poco que tenemos en las manos de Dios, Él hace grandes milagros de multiplicación.

Jesús hizo un gran milagro al multiplicar cinco panes y dos peces para cinco mil hombres sin contar
a mujeres y niños. Eso fue una Señal que mostró a la gente su poder. De igual manera nosotros
debemos aprender a confiar en el poder de Dios. Jesús puede multiplicar en nuestra vida no solo los
alimentos o las cosas materiales sino también nuestras habilidades y dones, también la gente que
colabora en el ministerio. Para Dios no hay nada imposible.

Conclusión

En el ministerio de Jesús siempre su motivación fue la compasión por las necesidades de las
personas, tanto materiales y principalmente espirituales. Él demanda de nosotros que hagamos lo
mismo, que tengamos la misma compasión por los necesitados, de cosas materiales y también
principalmente de las necesidades espirituales. El problema es que a veces pensamos que nuestros
recursos, habilidades o dones no son suficientes, pero Dios nos muestra siempre que si nosotros
ponemos a su disposición lo poco que tenemos Él lo multiplicará y nos dará grandes señales de su
poder.

Вам также может понравиться