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malformaciones
Docente asesor
Montelíbano
2019
1. Estado del arte
En los últimos años del tema “percepción de los padres con hijos que nacen con mala
formación genética”, ha venido siendo investigado en varios países y en poblaciones
diferentes, uno de estos autores es el Profesor Asistente Fernando Suárez, quien con su
tesis “Percepción de las madres con hijos afectados por malformaciones congénitas
mayores” de la universidad Javeriana, Bogotá, Colombia del año 2009 encontró que las
enfermedades que son en parte o totalmente determinadas por factores genéticos,
asumen paulatinamente una proporción de mayor importancia dentro del perfil
epidemiológico de la población infantil, convirtiéndose en una de las principales causas
de mortalidad y morbilidad.
Se ultima que la hipo terapia no sólo genera cambios físicos en los niños, debido a todo
el proceso de vinculación y postura que hay, también genera beneficios a nivel de
comportamiento, interacción social y lenguaje en los menores afectados.
Calidad de Vida, Parálisis Cerebral y Síndrome Down. 115 Se concluye que el apoyo
que brindan los especialistas a los padres es fundamental en la aceptación y en el
manejo que ellos tienen de las situaciones y la enfermedad de sus hijos.
Es que cierto etapas del desarrollo embrionario son más vulnerables a alteraciones que
otra. Hasta el 1940 se pensaba que los embriones humanos se protegían de agentes
ambientales ( por ejemplo de fármacos y virus) por medio de sus membranas
extraembrionaria y fetales (amnios y corion) y por los padres abdominal y uterina de la
madre. Por lo cual , las causas de la anomalías congénitas pueden ser factores
genéticos y factores ambientales.
1ERA TESIS: COMO ASUMEN LOS PADRES CON HIJOS QUE TIENEN
MALFORMACION CONGENITA:
Para realizar esta primera investigación bibliográfica el grupo utilizó tesis publicadas
en las siguientes bases de datos: Google académico y Scielo.org, para la búsqueda se
emplearon las siguientes ecuaciones o frases: malformaciones, congénitas, hijos
afectados.
Una de las principales quejas de las madres entrevistadas en relación con la atención de
sus hijos, fue la falta de cobertura de los procedimientos y valoraciones especializadas,
de tal forma que se veían obligadas a enfrentar esta dificultad mediante derechos de
petición y acciones de tutela.
Problemas que también fueron identificados por las madres pero que se agravan cuando
se considera que el Plan Obligatorio de Salud (POS) no contempla la atención
especializada de genética, dentro de la cobertura, como tampoco contempla exámenes
de rutina en el estudio del niño malformado como lo es el cariotipo.
En la práctica las malformaciones se consideran pre-existencias, lo cual es un concepto
que aunque no se debe aplicar al menos en el POS, permite que los afectados sean
discriminados por su fenotipo, relegando a los pacientes a una condición en donde el
estudio y manejo integral del niño se vea supeditado a las acciones legales
Esta reacción ante lo infrecuente es una actitud natural ante lo desconocido; sin
embargo, el impacto negativo que la actitud hacia lo anormal tiene en el individuo, se
acentúa y se hace aún más incomprensible, si la mirada discriminadora surge del
personal de atención en salud.
Las razones por las cuales el personal de salud desarrolla esta actitud han sido
exploradas desde diversos puntos. Esta actitud se explica en primer lugar por la escasa
experiencia en el manejo de pacientes con impedimentos físicos y mentales
Por tanto, la presencia de una persona con malformaciones, representa para el personal
de salud una adversidad a un modelo médico que asume la enfermedad solamente como
un evento secundario a la noxa ambiental y no como un evento infrecuente del
desarrollo embrionario.
El primer grupo lo conformaban madres entre 19 y 28 años de edad, que habían tenido
un sólo embarazo con un hijo afectado por malformación congénita mayor.
El segundo grupo de madres eran mujeres entre los 21 y los 32 años que habían tenido
uno o más hijos sanos anteriores al niño afectado. En ninguno de los casos se había
realizado diagnóstico prenatal de la malformación y todos los casos habían sido
valorados al menos en una ocasión por un médico genetista.
Todas las madres pertenecían al estrato socioeconómico 3, todas vivían con su pareja y
ninguna tenía empleo en el momento de la entrevista. La descripción de los grupos
entrevistados se aprecia en el Cuadro
Los grupos focales fueron dirigidos por uno de los autores, utilizando los guiones
previamente diseñados, y teniendo como meta conducir el diálogo entre las madre hasta
agotar las posiciones de las participantes sobre los temas propuestos por los
investigadores.
Las entrevistas tuvieron una duración aproximada de dos horas y previa firma del
consentimiento informado se procedió a grabar los diálogos de cada grupo focal. Las
grabaciones se transcribieron y se llevó a cabo un análisis narrativo de los contenidos,
identificando las categorías conceptuales que describieran la percepción.
El desarrollo de los grupos focales, estableció un diálogo fluido entre las madres y el
director del grupo focal a través del cual fue posible determinar la percepción de las
madres sobre la situación de sus hijos. El análisis de los relatos determinó 4 ejes en los
que se agrupaban las posiciones:
3. La necesidad de lo pragmático y
El discurso común de todas las madres describe que desde el nacimiento los niños han
sido rechazados por el sistema de salud y que debido posiblemente a la baja frecuencia
de las enfermedades que los afectan, los servicios de salud no están preparados para
atender este tipo de enfermedades; asimismo las madres refieren que además de luchar
contra la enfermedad es necesario entablar acciones de «lucha» contra las aseguradoras,
como lo expresa una madre de 28 años, cuyo primer hijo está afectado por labio y
paladar hendido bilateral: «todo toca a las malas, peleando, con derechos de petición y
tutelas, única forma de que me lo atiendan».
Las madres destacan que además de someterse a un sistema sanitario que consideran
«injusto», el personal de salud también representa una forma de discriminación hacia el
niño con malformaciones.
Se desprende de las narrativas que las madres perciben en el personal de salud una
actitud ambivalente en relación con el niño malformado; según se relata, esa actitud es
detectada tanto en los médicos como en las enfermeras «para ellos es una sorpresa
desagradable» tener que atender a un recién nacido con malformaciones y así sea por
desconocimiento, desconcierto o incluso «lástima» la atención al recién nacido
malformado es diferente a la proporcionada a los demás niños, a veces la atención es
compasiva, en ocasiones displicente, pero en la mayoría de los casos desesperanzadora,
así lo expresa una madre de 24 años de un niño con trisomía 21 y cardiopatía congénita
compleja: «los médicos me lo dicen siempre en todas las consultas, que el niño no va
poder caminar, hablar, o si sí, será a medias, pero normal no va a ser y hay que saberlo
desde ya y acostumbrarse».
De acuerdo con las madres los médicos expresan el sentimiento de «lástima» tratando
de ver al niño como un paciente normal, pero trasmiten la carga de ese sentimiento
hacia la madre:
«los médicos dicen como con pesar, trátelo como si fuera normal, es especial pero
trátelo como si fuera normal, así ni el ni usted se sienten tan mal». En el mismo sentido
ambivalente del personal de salud hacia el niño con malformaciones, se relata la
sensación de impotencia y confusión que perciben las madres en los médicos, sensación
que se acentúa cuando los médicos desconocen la etiología curso y pronóstico de un
síndrome y que al ser cuestionados acerca de las causas de la enfermedad las respuestas
son ambivalentes y confusas; así lo define una madre de 30 años, cuyo segundo hijo
padeció de meningocele lumbar.
ROMANO PACHECO A.
De aquí deducimos la importancia que se les atribuía a estas malformaciones, lo cual invita a
reconocer el complejo ideológico de nuestras culturas en el momento del contacto. Carlson
(idem) manifiesta que al comienzo del siglo xix Étienne Geoffroy de Saint Hilaire acuñó el
término teratología que literalmente significa “el estudio de los monstruos” para describir la
ciencia que estudia las malformaciones congénitas. Al final del mismo siglo, el análisis
científico de la teratología se asentó sobre bases más sólidas, gracias a la publicación de varios
tratados enciclopédicos que cubrieron de forma exhaustiva los aspectos anatómicos de las
malformaciones congénitas. Con el desarrollo de la embriología experimental y la genética a
principios del siglo xx, los investigadores comenzaron a producir anomalías congénitas
específicas mediante manipulaciones genéticas o embriológicas en animales de
experimentación, lo cual condujo a la desmitificación de las anomalías congénitas y a la
búsqueda de explicaciones racionales y científicas para estos defectos. No obstante, las viejas
creencias están muy arraigadas y aún hoy los pacientes tienden a creer en muchas de ellas. La
teratología Es la rama de la ciencia que estudia las causas, mecanismos y patrones del
desarrollo anormal. Un concepto fundamental en teratología es que ciertas etapas del
desarrollo embrionario son más vulnerables a alteraciones que otras. Hasta 1940 se pensaba
que los embriones humanos se protegían de agentes ambientales (por ejemplo de fármacos y
virus) por medio de sus membranas extraembrionarias y fetales (amnios y corion) y por las
paredes abdominal y uterina de la madre. Por lo cual, las causas de las anomalías congénitas
pueden ser factores genéticos y factores ambientales (Moore y Persaud, 1999: 177 y 199). Las
causas de las anomalías congénitas suelen dividirse en factores genéticos (como
anormalidades cromosómicas) y ambientales (fármacos y virus), las cuales actúan en conjunto
(herencia multifactorial). Las anomalías congénitas en humanos se deben, entre el 50 y 60%, a
causas desconocidas; el 20-25% a herencia multifactorial y 6 y 7% a anormalidades
cromosómicas. Entre el 7 y 8% a genes mutantes y entre el 7 y 10% a agentes ambientales.
Numéricamente, las causas más importantes de anomalías congénitas son los factores
genéticos (los porcentajes que se mencionan se refieren a éstos). Las malformaciones
congénitas van desde deficiencias enzimáticas causadas por sustituciones únicas de
nucleótidos en la molécula de ácido desoxirribonucleico, hasta complejas asociaciones de
anomalías anatómicas macroscópicas. Sin embargo, según datos actuales, la génesis de los
defectos congénitos se debe a una interacción entre la dotación genética del embrión y el
ambiente en que se desarrolla (Moore, 2000: 133-34). 03Yepes-romano.indd 37 18/06/2010.
Se afirma que en las madres de niños con discapacidad (Síndrome Down y Parálisis
Cerebral) se ha determinado congruencia entre los componentes afectivos y cognitivo,
lo que permite que muestren una conducta favorable hacia el desarrollo integral de su
hijo, sintiéndose optimistas y esperanzadas.
Se ultima que la hipo terapia no sólo genera cambios físicos en los niños, debido a todo
el proceso de vinculación y postura que hay, también genera beneficios a nivel de
comportamiento, interacción social y lenguaje en los menores afectados.
Se hipote tiza sin resultados concluyentes que el acompañamiento de los padres a estos
niños mejora notablemente su calidad de vida.
Calidad de Vida, Parálisis Cerebral y Síndrome Down. 115 Se concluye que el apoyo
que brindan los especialistas a los padres es fundamental en la aceptación y en el
manejo que ellos tienen de las situaciones y la enfermedad de sus hijos
. Debe ilustrarse más a fondo el modo en que los padres (varones) afrontan la situación
con sus hijos; y el modo en que reciben la noticia de la enfermedad de los mismos.
Aunque los aspectos que conforman los síndromes de parálisis cerebral y síndrome
Down se describen por separado se hace la salvedad que ambas son malformaciones de
tipo congénito y de las más comunes. Se describieron características a nivel general de
algunos de los trastornos del desarrollo ya que estos se asocian al síndrome de parálisis
cerebral.
Se sugiere que desde la parte médica un equipo de profesionales médicos trabaja con el
niño y su familia para identificar las necesidades del niño y diseñar un tratamiento
individual para ayudarle a alcanzar su máximo potencial.
Por lo general, el niño comienza la terapia física al poco tiempo del diagnóstico.
La terapia mejora sus habilidades motrices (como, por ejemplo las habilidades de
sentarse y caminar), aumenta la fortaleza de sus músculos y le ayuda a evitar
contracturas (el acortamiento de los músculos que limita el movimiento de las
articulaciones).
A veces se utilizan aparatos ortopédicos, tablillas o enyesados junto con la terapia física
para evitar las contracturas y mejorar la función de las manos o las piernas.
Si las contracturas son graves, puede recomendarse cirugía para estirar los músculos
afectados. Calidad de Vida, Parálisis Cerebral y Síndrome Down.
Los terapeutas ocupacionales trabajan con el niño para ayudarle a desarrollar las
habilidades necesarias para llevar a cabo actividades de la vida cotidiana como
alimentarse y vestirse.
Los niños con problemas de habla trabajan con un foniatra o, en casos más graves,
aprenden a usar un sintetizador de voz computado que puede hablar por ellos. Las
computadoras se han convertido en una herramienta muy importante para la terapia,
educación, recreación y posibilidades laborales de los niños y adultos con parálisis
cerebral.
Para algunos niños con parálisis cerebral pueden resultar útiles las muchas ayudas
mecánicas disponibles en la actualidad, como andadores, dispositivos de
posicionamiento (que permiten a niños con postura anormal ponerse de pie
correctamente), sillas de ruedas especiales, patinetas especialmente adaptadas y
triciclos.
Hay que tener presente que no se pueden pasar por alto algunas aplicaciones prácticas a
partir de los conocimientos que se adquirieron del tema y las lecturas y análisis
realizados, etas implicaciones son a nivel del manejo de ambas enfermedades aunque
está claro que lo que más se utiliza con los niños que tiene un síndrome Down es la
psicopedagogía que se trabaja con las educadoras para niños especiales. Desde esta
perspectiva se formulan dos propuestas de trabajo.
con hijos afectados con alguna malformación congénita en este caso con Síndrome
Down y Parálisis Cerebral y, la segunda, establecer propuestas de metodología de
intervención para familias cuidadoras con hijos discapacitados.
Una vez que tengan un mayor conocimiento de las familias con hijos afectados de
Parálisis Cerebral y Síndrome Down el siguiente paso debe consistir en diseñar una
metodología de intervención. A grandes rasgos, las propuestas de metodología de
intervención para las familias cuidadoras con hijos discapacitados deberían incluir: (a)
Programas preventivos del estrés familiar para evitar la aparición de síntomas de estrés
y para aumentar la calidad de vida de la familia cuidadora y de la persona con
discapacidad, y (b) Programas de intervención para afrontar el estrés de las familias
cuidadoras de personas con síndrome Down y parálisis cerebral, esta claro que lo
primero es prevenir y lo segundo intervenir, (c) Crear espacios de capacitación para las
familias explicándoles en que consisten las diferentes discapacidades, informándoles
cuales son las más comunes, su presentación clínica y sus formas de tratamiento.
Para que haya cierta efectividad en ambos tipos de programas estos deberían
incorporar: (a) entrenamientos en habilidades de resolución de problemas, (b)
entrenamiento en habilidades de competencia, (c) entrenamiento en habilidades de
cuidado, (d) entrenamiento en el uso de ayudas técnicas y (e) estrategias para fomentar
las redes de apoyo informal. Calidad de Vida, Parálisis Cerebral y Síndrome Down.
Estas redes de apoyo informal consistirían en los grupos de persones que se reúnen a
compartir porque tiene una misma dificultad y están constituidas por persona que
ayudan y comparten sus experiencias con los otros y la forma en que afrontaron la
situación para que los demás aprendan un poco de su experiencia y la forma en que
pueden afrontar la situación de la manera más adecuada.
No hay otra forma más precisa de ayudar a los demás que compartiendo las experiencias
para que haya una especie de acompañamiento en el dolor y en el afrontamiento de la
situación.
Para el manejo del tratamiento médico de los niños con síndrome Down no hay tana
dificultad como la puede haber con los niños con parálisis cerebral, porque aunque esta
también sea una enfermedad compleja no lo es tanto como la parálisis cerebral, puesto
que el síndrome Down tiene más manifestaciones en la parte física que en la parte
intelectual de los afectados, y además este tipo e trastorno no se asocia a trastornos tan
graves como lo son los trastornos del desarrollo.
Se expresa que en la búsqueda bibliográfica que se hizo se logró establecer que el hipo
terapia es otra de las terapias que favorecen el trabajo con niños discapacitados puesto
que la hipo terapia es una alternativa de intervención terapéutica que mediante la monta
del caballo –monta terapéutica- el paciente Calidad de Vida, Parálisis Cerebral y
Síndrome Down. 107 aprovecha, el movimiento tridimensional que caracteriza la
marcha del caballo.
Además se logra establecer que la hipo terapia es una técnica de rehabilitación que se
basa en la transmisión de los movimientos rítmicos y simétricos del caballo hacia el
paciente, iguales a los que presenta el andar del ser humano.
Palomino y Gaitán (2004) afirman que: “En el campo de la hipo terapia, el vínculo es
noción esencial para un buen desempeño terapéutico” por tal razón es que el vínculo
afectivo que surge entre las personas y los animales -mascotas- le ofrece a las primeras
un bienestar físico y psicológico, como lo comenta Becker (2003), esta conexión
saludable y afectuosa le brinda a las personas una disminución del estrés ya que
disminuye el ritmo cardiaco y la presión arterial; las mascotas también ayudan a reducir
el aislamiento y la depresión gracias a su papel como rompehielos sociales.
Tal vez uno de los elementos más importantes de esta relación sea el poder cuidar a otro
ser vivo, en palabras de este autor "cuando una persona enferma se Calidad de Vida,
Parálisis Cerebral y Síndrome Down.
Es así como con la relajación y elongación de los aductores se logra una liberación del
cinturón pélvico, adquiriendo éste más flexibilidad y elasticidad, ayudando de esta
manera a la recuperación de una posición vertical adecuada; este efecto distensor se
llega a mantener hasta seis horas después de realizada la terapia (Gross, 2000). Calidad
de Vida, Parálisis Cerebral y Síndrome Down.
El segundo principio se da gracias al movimiento del lomo del caballo el cual estimula
por medio de impulsos rítmicos -al paso se transmiten de 90 a 110 impulsos por minuto,
otros autores como Palomino y Gaitán (2004) creen que son 180 impulsos- áreas como
el cinturón pélvico, la columna vertebral y los miembros inferiores del jinete.
Los impulsos son provocados por los músculos lumbares y ventrales del caballo, que se
contraen y distienden alternadamente en forma rítmica y regular en el paso y el trote.
Para tener una idea de las distintas disciplinas que intervienen y enriquecen el trabajo en
hipoterapia, Palomino y Gaitán (2004) plantean una serie de aportes desde distintas
áreas como la medicina, la cual es útil debido a que muchos de los casos en los que la
hipoterapia interviene tienen un importante correlato fisiológico en donde es de gran
importancia realizar un diagnóstico médico ya que esto permite prever la Calidad de
Vida, Parálisis Cerebral y Síndrome Down.
Los aportes de la biomecánica van por su parte, desde el funcionamiento de aspectos del
ser humano como el corazón, el fluido sanguíneo y la respiración, cuestiones que se
deben tener en cuenta en la monta terapéutica, hasta las características del movimiento
del caballo -sus palancas de marcha, la función de su cuello para el equilibrio- pasando
por el diseño y elaboración de aperos y arneses, además del planteamiento de ejercicios
y posturas del paciente sobre el caballo.
Así mismo es fundamental para comprender las incidencias a nivel personal y familiar
de la afección.
Se sugiere para futuras investigaciones orientadas a los temas de calidad vida en padres
con hijos con malformaciones congénitas como síndrome Down y parálisis cerebral,
profundizar un poco más en las implicaciones a nivel conductual que tienen los niños
cuando sufren algún tipo de malformación congénita o de las anteriormente
mencionadas, ya que esta monografía no describe este aspecto, pues su objetivo
fundamental es mirar como es la calidad de vida de los padres con hijos con alguna
malformación congénita, ya que se considera que un abordaje más completo de este
aspecto podría constituir un excelente complemento para este trabajo.
Sin embargo, estos apoyos no pueden ser iguales y generales para todas las familias con
hijos afectados de Parálisis Cerebral y Síndrome Down ya que son enfermedades
totalmente diferentes aunque en ocasiones se presente sintomatología parecida.
Se deben identificar las variables que hacen a cada familia más vulnerable al estrés e
intervenir en aquéllas que se han identificado como protectoras del estrés familiar (que
brindan apoyo social, habilidades de resolución de problemas, etc). No se pueden
formular, por lo tanto, interpretaciones simplistas de la respuesta familiar ante un hijo
con malformación congénita.
Así pues, se deben ofrecer servicios no sólo a las personas afectadas de Parálisis
Cerebral y Síndrome Down sino también a las familias cuidadoras (ellas son quienes
más necesitan de este servicio).
Los apoyos para las familias deben organizarse teniendo en cuenta dos aspectos
distintos: (a) los apoyos que cubren las necesidades continuas y estables, y (b) los
apoyos que cubren las necesidades que surgen en las distintas etapas del ciclo vital.
(Singer e Irvin, 1990). Milner et al. (1996) al igual que Singer e Irvin,
concluye que el soporte que reciben las familias tiene mucha importancia para éstas ya
que se muestran más optimistas y esperanzadas con la evolución de sus hijos, con la
ayuda y el apoyo que reciben de los especialistas, es de vital importancia brindar estos
apoyos y que las madres asistan a las citas programadas con los especialistas, porque si
miramos en el aparto anterior Singer e Irvin proponen lo mismo que propone este autor,
lo que demuestra que es fundamental y de vital importancia crear espacios, por fuera de
las consultas normales a las que asisten las madres para generar una actitud positiva
para los cuidadores, espacios que vistos desde la enseñanza y capacitación ayuden al
afrontamiento de este tipo de situaciones y enfermedades. Como afirma Holroyd, J.
(1974) un factor que influye en el estrés familiar es la falta de apoyo social; idea que
comparten Milner y Singer e Irvin, puesto que estos piensan que es
fundamental el apoyo que los padres reciben para fortalecer su calidad de vida y la de
sus hijos; por lo tanto, el apoyo social Calidad de Vida, Parálisis Cerebral y Síndrome
Down. 99 se configura como un factor de protección de la familia cuidadora de un hijo
con discapacidad.
Los apoyos mutuos que reciben los distintos miembros de la familia son determinantes
para eliminar el estrés familiar, así como ayuda mucho el apoyo de amigos, especialistas
y familiares. Dentro de esta compilación se citan también a Mobarak et al.
(2000) y Shinghi et al. (1990) quienes guardan relación en la idea de que las madres
muestran ansiedad y estrés, puesto que en sus investigaciones concluyeron que las
madres sentían estrés ante la situación de cuidar y atender a su hijo
con parálisis cerebral o síndrome Down; reportando que hay un gran estrés crónico,
frecuente disrupción de la rutina familiar y pobre interacción social producto de la
convivencia con un niño discapacitado.
Donde del mismo modo, Lambernos et al. (1996) relaciona la discapacidad y salud
mental de la madre que en la mayoría de los casos es la que cuida al niño con
discapacidad, concluyendo que la madre estaba más deprimida según era sometida a
más estrés psicosocial.
Polaina, Abad, Martínez y del Pozo (2000), refuerzan la teoría de Mobarak al afirmar
que ante el nacimiento de un hijo (a) con discapacidad “las familias son las
primeras y más afectadas por la enfermedad” lo que hace pensar que no se pude
establecer una misma forma de reacción general de los padres: Calidad de Vida,
Parálisis Cerebral y Síndrome Down. 100 ante el suceso, ya que algunos reaccionan con
ira impotencia, estrés, negativismo etc., paro lo que Tallas (2002) propone algunas fases
por las que pueden cruzar
ya que en ocasiones se da el rechazo por parte de la misma a los niños, entonces sin
temor a alguna equivocación se afirma que en esa problemática es que radica el estrés y
la falta de calidad de vida de los padres, pues toman demasiado tiempo pensando en lo
que los demás opinan de sus hijos. Además no hay que dejar de reconocer que la labor
de
cuidar a estos niños es una labor demandante, puesto que son menores que necesitan de
un cuidado especial por su condición, situación que debe ser agotante y desgastante para
Calidad de Vida, Parálisis Cerebral y Síndrome Down.
los padres, pues en ocasiones no se cuenta con el tiempo y con el dinero suficiente para
sortear la situación. Otro de los autores que habla de niños con discapacidad o
malformaciones congénitas es Mackie et al. (1998), quien encuentra en sus
investigaciones que existe un desajuste bastante grande en el estilo de vida de las
familias de los niños con discapacidad, de allí que las madres en ocasiones se sientan
confundidas, y ayuda a esta confusión la corta edad de sus hijos lo que hace que los
padre o cuidadores no comprendan en
gran medida lo que está aconteciendo con ellos, situación que genera aún más
desconcierto debido a que estas son enfermedades que manejan una terminología
médica bastante compleja y difícil de entender, concepto que es apoyado por Mobarak y
Shinghi lo que permite reafirmar la teoría que plantea Mackie y colaboradores.
Pero a diferencia de Mackie, Hinojosa y Anderson (1991) reportan que el hecho de que
las madres se involucren en las actividades diarias de sus hijos las hacen sentir activas
en el proceso de mejorar su calidad de vida,
es importante resaltar que el hecho de que las madres participen en el quehacer diario de
sus hijos no sólo fortalece su calidad de vida sino también la participación y el vínculo
afectivo que se genera entre madre e hijo, lo que permite favorecer la relación y la
aceptación de la situación de los hijos, ayudando
esto también a que ellas o los cuidadores comprendan más acerca de los términos y la
enfermedad de sus hijos. Calidad de Vida, Parálisis Cerebral y Síndrome Down. Para
finalizar se menciona a Block (1995), el cual afirma que las madres pueden y copian
modelos ofrecidos por los especialistas en el manejo diario del niño y éstos mejoran
notablemente.
No es sólo los modelos que los padres copian sino la necesidad y el esfuerzo tan grande
que hacen para sacar adelante a sus hijos ya que para ellos la enfermedad representa una
condición bastante desfavorable en sus hijos, entonces se esmeran por darles lo mejor y
hacer su vida más llevadera;
Cumpliendo con las citas que se les asignan y en ocasiones buscando otras alternativas
de vida para sus hijos, alternativas como educación especial para los mismos, de este
modo ayudan a fortalecer las pocas o muchas capacidades que logran identificar en sus
hijos lo que hace que en ellos se vea una mejoría notable.
REFERENCIAS:
1ERA TESIS:
www.scielo.org.co/pdf/cm/v40n1/v40n1a7.PDF
2ERA TESIS
www.revistas.unam.mx/index.php/antropologia/article/download/18217/pdf_407
3ERA TESIS
bibliotecadigital.usbcali.edu.co:8080/.../149/.../Calidad_Vida_Padres_Torres_2009.PDF
4ERA TESIS:
https://repositorio.uam.es/bitstream/handle/10486/.../serrano_fernandez_laura.pdf?...1...