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EL POSMODERNISMO DESDE LA PERSPECTIVA SOCIAL Y CULTURAL DEL

SIGLO XXI

Los últimos tiempos han demarcado aspectos importantes que dentro del ámbito
liberal o de ideología marxista, plantea enormes desafíos, abarcando el
pensamiento, que si bien no es lineal demarca en una perspectiva acorde a las
nuevas tendencia y los nuevos tiempos, que van mucho más allá de intereses
particulares, pues el cuestionamiento de esas corrientes ha permitido el
surgimiento de una tercera opción, que se deriva de lo moderno e infiere lo que es
hoy conocido como el modernismo.

La afirmación entonces se encuentra en concordancia que el mundo que hoy


conocemos como tal está en constante reinvención y eso ha demostrado las
cualidades básicas que dentro de otros factores en los cuales interviene, en el
caso político no ha estado ausente de vivir estos cambios que hoy por hoy dan un
nuevo matiz al quehacer político, donde los aspectos de identidad que a nivel
social surgen, buscan materializar en los criterios colectivos, nuevos rumbos y
nuevas conquistas, mas allá de una visión corto plazo, por ello se busca una
unificación, una universalidad de lo que se infiere es una necesidad del común, en
contravía de criterios clásicos, los cuales son considerados limitantes y con poco
contenido a la hora de reivindicar derechos y suplir necesidades que se
incrementan con el tiempo.

Por ello según Foucault, infiere lo que el poder establece en todas las esferas de
la sociedad, y todos los estamentos claves que se encuentran a disposición como
lo son las escuelas, hospitales, entre otros, de parte las luchas que corresponden
a un ámbito más compacto y con relación determinante de los cambios
revolucionarios.
En tal sentido se puede deducir el puente que existe entre el ámbito tradicional y lo
que las nuevas corrientes manifiesten, con la tendencia de la antítesis de lo
antiguo y lo nuevo, de las nuevas necesidades y lo que su momento a nivel de
contexto era fundamental, pero adquiere una posición de combinación, más que
de segregar lo fundamental, donde la juventud y las nuevas formas de concebir lo
que hoy está en parte ligado a la sociedad a traviesa por múltiples factores que no
están limitados y gozan de gran variedad de facetas, no radicalizado por las
tradiciones, ni por los extremismos, pues su esencia dentro del aspecto doctrinal
un manejo mucho más amplio y extra temporal, no obstante deduce elementos
básicos en cada uno de los contextos históricos.

Uno de los fundamentos en los cuales se podría sostener el posmodernismo


desde la óptica social y política, es precisamente el colapso y el detrimento social,
que encara nuevos desafíos, pues los cambios que ha de transferirse en épocas
determinadas están sujetos a determinaciones que a simple vista representan un
cumulo de aspectos que demuestran una radiografía precisa de los elementos
constitutivos de la sociedad ante situaciones que de forma constante se dan en
varios escenarios, uno de ellos es lo inherente a la cultura y lo que está muy
relacionado con la cotidianidad del ser humano dentro de su esfera social, con
grandes perspectivas de universalidad.

Existe por tanto una premisa a destacar y es lo que se apunta hacia criterios
individualistas, pues son estos lo que superponen de antemano la hoja de ruta de
los criterios que se manejan a una escala mucho más amplia y detallada de todo
lo que la sociedad asume, pues la identidad refirma la inclusión de los grupos
sociales y el papel que a través del nuevo discurso se plantea, destacando lo que
a nivel local se piensa y que podría derivar en aspectos más altos a nivel social, es
decir que se conjuga en un propósito nacional y porque no transnacional.
El posmodernismo goza de una nueva era, un pensamiento mucho más amplio y
abierto a un sinnúmero de posibilidades, que demarcan un nuevo estilo social, que
va mucho más allá de lo que ser humano representa, pues atañe a los diversos
ámbitos que incluso hacen parte de la estructura del Estado y los diversos entes
sociales bajo la premisa de la libertad de pensamiento, liberación de cualquier
opresión, donde la teoría racionalista adquiere una mayor injerencia en lo que
socialmente es permitido y lo que debería ser aun si los criterios moralistas lo
perciben desde otra orilla.

Por ello las libertades y todo lo que representa un nivel de autonomía supremo y
con capacidad decisoria está muy ligado a lo que representa las ideas
posmodernistas, cuya columna vertebral está dada entre lo cultural, lo social
demuestra un atisbo político y de regeneración consecuente a lo que cada periodo
de tiempo manifiesta, lo que a nivel progresista implica el acopio de nuevas ideas,
de nuevas perspectivas, que aunque estemos de acuerdo o no, marca una
tendencia a nivel global y representa un nivel integrativo.

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