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REPÚBLICA DE COLOMBIA

RAMA JUDICIAL DEL PODER PÚBLICO


TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DE ANTIOQUIA
SALA QUINTA MIXTA

Magistrado Ponente: Daniel Montero Betancur

Medellín, diecinueve (19) de junio de dos mil diecinueve (2019)

Radicado: 05 001 33 33 034 2019 00164 01


Accionante: Jesús Antonio Sánchez Salgado y otros
Accionado: Municipio de Medellín y otros
Naturaleza: Acción popular
Asunto: Medida cautelar de suspensión provisional. Requisitos para
su procedencia.
Decisión: Modifica
Interlocutorio: 99
Acta de Sala: 22

La Sala procede a pronunciarse sobre el recurso de apelación interpuesto por la


Nación –Ministerio de Defensa –Policía Nacional y el Municipio de Medellín, en
su calidad de partes accionadas, en contra del auto proferido por el Juzgado
Treinta y Cuatro Administrativo Oral de Medellín el 16 de mayo de 2019,
mediante el cual se decretó la medida cautelar solicitada en el proceso de la
referencia.

I. ANTECEDENTES

I.1 LA DEMANDA.

El señor Jesús Antonio Sánchez Salgado, acompañado de otras personas,


interpuso el 22 de abril de 2019 la acción popular de la referencia, con la
pretensión de que se restituyan los derechos colectivos al goce de un ambiente
sano y a la seguridad y a la salubridad pública “en la carrera 54 Cúcuta, entre
las calles 54, 56, 57 y contornos”, presuntamente vulnerados por el Municipio
de Medellín. Esta vulneración se presenta, según afirman los actores
populares, con ocasión de la intervención de “la ‘olla’ del ‘Bronx’ ubicada en la
avenida de Greiff, sin tener definida la solución integral para la población
vulnerable, la cual se asentó en la carrera 54 con calles 54, 56 y 57, donde
permanecen en condiciones infrahumanas”.
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De conformidad con los hechos expuestos en la demanda, la violación a los


derechos colectivos que pretende remediarse se contrae, no solo a la situación
de vulnerabilidad que experimenta actualmente la población habitante de calle
asentada en el sector delimitado previamente, sino a que esta población,
según se dice, comete actividades delictivas, consume estupefacientes y llena
de basura el espacio público, con lo cual afecta los derechos colectivos de los
demás residentes. Se afirma en la demanda que esta situación ha ocasionado
“un fuerte impacto negativo en la comunidad y los comerciantes del sector,
dada la afectación al ambiente, y a la sensación de inseguridad que exhibe tal
población”.

El conocimiento del proceso le correspondió al Juzgado Treinta y Cuatro


Administrativo Oral del Circuito de Medellín que, en el auto del 22 de abril de
2019, admitió la demanda contra el Municipio de Medellín y ordenó vincular, en
calidad de accionadas, a la Nación – Ministerio de Defensa – Policía Nacional y
al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar –ICBF; además, dispuso la
notificación al Ministerio Público y al Defensor del Pueblo, en los términos
previstos por el artículo 13 de la ley 472 de 1998. Posteriormente, en el auto
de 2 de mayo de 2019, el juzgado vinculó como demandada a Empresas Varias
de Medellín.

I.2. LA SOLICITUD DE MEDIDA CAUTELAR.

En el escrito de demanda, los actores populares solicitaron el decreto de la


siguiente medida cautelar (se transcribe textual, como aparece a folio 7 del
cuaderno principal).

“Solicitamos comedidamente al señor juez, que como medida cautelar,


ordene en el tiempo que considere prudente a la Alcaldía de Medellín, la
intervención e inicio del respectivo restablecimiento de derechos
vulnerados a jóvenes, hombres, mujeres y ancianos, para que se logre el
objetivo de existencia digna a la población asentada hoy en condiciones
infrahumanas lamentables, De igual manera que restablezca los derechos
fundamentales a personas protegidas por la Constitución Nacional: niños y
adolescentes, víctimas de los criminales que ofertan la droga en el sector,
Cuya ubicación es la carrera 54 (Cúcuta) con calles 54, 56 y 57)…”.

Para fundamentar su petición, los actores populares argumentaron que la


medida resulta necesaria para hacer cesar “los perjuicios que se siguen
causando en la actualidad, como es la vulneración del derecho a la vida digna
de quienes se hunden en la miseria y la desgracia”, así como para restituir a la
comunidad aledaña al sector afectado por la problemática descrita en los

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hechos de la demanda, los derechos al goce de un ambiente sano y a la


seguridad y salubridad pública, en igualdad de condiciones que los demás
habitantes de la ciudad. De esta petición se corrió traslado a las partes, a
través del auto de 22 de abril de 2019.

I.3. LA OPOSICIÓN A LA SOLICITUD DE MEDIDA CAUTELAR.

En la oportunidad procedente, la Policía Nacional descorrió el traslado


concedido y, por medio del escrito de los folios 14 a 18 del cuaderno 2, se
opuso al decreto de la medida cautelar, con fundamento en que su solicitud no
atendía los requisitos establecidos en el artículo 231 del CPACA. Igualmente se
opuso a lo pretendido por los actores populares a través de este trámite
constitucional, con el argumento según el cual, ni la entidad es la competente
para el restablecimiento de derechos colectivos perseguido, ni se probó que en
la zona en la que presuntamente se concreta su vulneración se estén
cometiendo hechos delictivos que ameriten la intervención de la institución.

Por su parte, el Municipio de Medellín descorrió el traslado, a través del escrito


de contestación a la demanda que obra a folios 59 a 95 del cuaderno 1, donde
se opuso al decreto de la medida cautelar, en tanto consideró que esta carecía
de sustento técnico “si se entiende que dicha orden corresponde al desarrollo
cotidiano de los diferentes objetos misionales de la Alcaldía de Medellín”. Para
demostrar su planteamiento, el ente municipal referenció su oferta
programática para los habitantes de calle o en calle y su orientación por los
enfoques diferencial y de curso de vida, la perspectiva de desarrollo humano y
el respeto por la individualidad, en cumplimiento de lo estipulado en la ley
1641 de 20131.

Respecto al caso concreto, el municipio advirtió que, con la asistencia de la


Policía Nacional, distintas dependencias de la administración se encuentran
implementando un plan de contingencia en la zona, que implica la realización
de recorridos semanales para retirar los elementos que invaden el espacio
público, recolectar basuras y conducir a los habitantes de calle o las personas
que deambulen en situación de inconciencia a los Centro día y los Centros de
Traslado por Protección, cuando estos manifiesten su consentimiento o se
presenten los supuestos fácticos para su conducción coercitiva 2. Asimismo, el
municipio informa que tiene a disposición de esta población varias rutas
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“Por la cual se establecen los lineamientos para la formulación de la política pública social para
habitantes de la calle”.
2
Artículo 155 del Código de Policía y Convivencia.

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institucionales de atención dispuestas para procurar su desintoxicación y


reintegro a la vida social.

El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar -ICBF descorrió el traslado en el


escrito de los folios 2 a 7 del cuaderno 2, con el propósito de exponer la falta
de prueba de la vulneración de derechos de niños, niñas y adolescentes, como
consecuencia de las circunstancias en que los actores sustentan la medida
cautelar pretendida. En consecuencia, se opuso a su decreto, por considerar
que no existía “prueba de un daño contingente, peligro, amenaza, vulneración
o agravio de derechos o intereses colectivos, imputables a la entidad”. Como
pretensión subsidiaria, solicitó que, previo a resolver sobre la medida cautelar
y en aras de tener certeza de la vulneración de los derechos de algún niño,
niña o adolescente, se ordenara “un censo poblacional en el sector a cargo de
las entidades accionadas, pero haciendo énfasis en la obligación a cargo de la
Secretaría de Seguridad y Convivencia de Medellín y la Policía de Infancia y
Adolescencia de prestar el acompañamiento y garantizar, entre otros, la
seguridad de los funcionarios del Instituto”.

Empresas Varias de Medellín no intervino durante el término de traslado de la


solicitud de medida cautelar.

I.4. EL CONCEPTO DEL MINISTERIO PÚBLICO.

En el escrito de los folios 9 a 13 del cuaderno 2, la delegada del Ministerio


Público conceptuó frente a la medida cautelar solicitada por los actores
populares, cuyo decreto calificó como impostergable ante la agravación de la
vulneración de la salubridad y seguridad de los residentes en el sector aledaño
a la avenida de Greiff entre las calles 54 y 57 y la necesidad imperiosa de
restablecer los derechos de los habitantes de calle que se ubican en la zona. La
funcionaria manifestó que la urgencia de desplegar acciones eficientes para
cesar dicha vulneración está suficientemente probada, por cuanto el municipio
demandado admitió que “el fenómeno descrito por el actor popular se ha
agudizado en los últimos meses y que a pesar de la intervención constante de
la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos del Municipio, la
Policía, Empresas varias y Espacio Público, la situación se ha agravado con el
tiempo”.

Por lo anterior, argumentó que, ante el conocimiento de la problemática por


parte de las autoridades competentes para atenderla y la evidente

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insuficiencia de las acciones desplegadas por estas hasta la fecha, “considera


el Ministerio Público, se torna superado el requisito de procedencia de la
medida cautelar solicitada, pues de conformidad con el artículo 25 de la ley
472 de 1998 esta tiene por objeto, hacer cesar el daño causado”. En
consecuencia, reclamó el decreto de una medida cautelar que contemple una
“atención multidisciplinaria de la situación”, que implique “el despliegue de
acciones de distinta índole y complejidad” y que “tenga en cuenta factores de
planeación y recursos”.

De conformidad con esto, propuso que la medida que eventualmente se


decretara estableciera un plazo no superior a un mes para que el municipio
coordinara con las demás entidades demandadas una estrategia de actuación
integral a través de un plan de acción que debiera ser informado al juzgado
una vez construido. Igualmente, pidió que la medida obligara a adoptar las
acciones necesarias para restablecer de forma prioritaria los derechos de los
niños, niñas y adolescentes y de las personas de la tercera edad que se
encuentran dentro de la población flotante en el sector.

I.5. LA DECISIÓN DE LA MEDIDA CAUTELAR.

En el auto del 16 de mayo de 2019, obrante en los folios 26 a 34 del cuaderno


2, el juzgado analizó los hechos que fundamentan la cautela reclamada, al
tenor de los requisitos de procedencia doctrinalmente identificados como
apariencia de buen derecho o fumus boni iuris y urgencia o periculum in mora.
Respecto a cada uno de ellos, el juez consideró lo siguiente (se transcribe
textual, como aparece en el auto en mención):

“En consecuencia, una situación fáctica en la que la colectividad, que para


el caso concreto son los habitantes y transeúntes del espacio público
delimitado entre carrera 54 y calles 54 a 57 de Medellín, denuncia una
ocupación masiva de habitantes de calle –“cientos”-, lo cual como se indicó
antes puede admitirse como hecho cierto, según pronunciamientos del
mismo ente territorial, y como efecto de ello, estar expuesta a altos niveles
de basuras, e incluso como lo afirman expresamente en la demanda, de
necesidades fisiológicas sobre el espacio público, sumado a la denuncia de
que varios de tales cientos de habitantes de calle, presuntamente se
encontrarían inmersos en actividades de microtráfico de estupefacientes
-distribución y/o consumo-, según afirmación de la demanda, las 24 horas
del día, con las presumibles consecuencias nocivas en el orden público y
seguridad de los habitantes y transeúntes, que alegan sienten amenazada
su vida e integridad, lo cual coincide con el reporte oficial, acerca de la alta
concentración de hechos que atentan contra la convivencia y seguridad -ver
folio 66- y que incluso, según se acepta por el Municipio de Medellín, en
tiempo reciente se habría “agudizado”.

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“Lo anterior, conlleva a concluir que una situación así descrita,


evidentemente sugiere que los derechos de la colectividad pueden estar
siendo vulnerados o con riesgo de estarlo, y sin que constituya una medida
definitiva ni un prejuzgamiento acerca de la decisión de mérito, obligaría a
que la autoridad judicial adopte las medidas necesarias y conducentes para
hacer cesar, o evitar la estructuración de un presunto daño y/o de amenaza
a los derechos colectivos.

“En tal sentido, al tenor del art. 17 de la Ley 472 de 1998 en armonía con
art. 231 de la Ley 1437 de 2011, una situación como la señalada en
párrafos que anteceden, en efecto compelería a la autoridad judicial a
desplegar medidas cautelares tendientes de manera provisional a cesar la
amenaza o vulneración avizorada de los derechos de la colectividad que
reside o labora en los inmuebles adyacentes al espacio público que estaría
indebidamente ocupado o de quienes deben transitar por la zona, así como
frente a los derechos de los habitantes que allí se encontrarían en situación
de calle sin lograr un restablecimiento de derechos e inclusión social
efectivos.

“…

“En el caso bajo estudio, observa el Despacho que negar una medida
cautelar que vaya dirigida a indagar y compeler la amenaza o vulneración
actual de derechos colectivos en la carrera 54 y calles 54 a 57 de Medellín y
a desplegar un plan de contingencia integral para atender las eventuales
irregularidades detectadas, podría resultar más gravoso para los derechos
de la comunidad que el hecho de concederla, partiendo del reconocimiento
incluso institucional, de que la situación allí se ha agravado en 2019,
cuando en 2018 se informa que era ya negativa. Por lo que, resulta
pertinente y conducente decretar la cautela, mientras se finiquite la
instancia que resuelva la controversia, y de esta manera se proteja
previsionalmente el objeto del proceso y la efectividad de la sentencia, y se
busque evitar -principio de precaución- la estructuración de perjuicios
irremediables a los derechos de la colectividad.

“En síntesis, luego de analizados en su conjunto los documentos,


informaciones, argumentos y justificaciones esbozadas, debe inferirse por
este Despacho, luego de efectuar un juicio de ponderación, que en el sub
lite evidentemente resultaría más gravoso para el interés general negar la
medida que concederla”.

Como consecuencia de ese análisis, el juez determinó la procedencia de


ordenar la medida cautelar que se relaciona a continuación (se transcribe
textual, como aparece en el auto precitado):

“PRIMERO. Acogiendo el concepto del Ministerio Público, SE DECRETA


MEDIDA CAUTELAR en los siguientes términos:

“El Municipio de Medellín, a través de su representante legal, el Alcalde


Municipal -al ser primera autoridad de policía municipal, art. 315 numerales
1 y 2 de la Constitución Nacional-, y/o a quienes este delegue - Comité
Operativo de Ciudad – COC; Secretaría de Seguridad y Convivencia;
Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos, Secretaría de
la Mujer; Secretaría de Gobierno; Subsecretaría de Defensa del Espacio
Público, etc.-, de consuno con los funcionarios competentes y personal que
sea necesario de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá , deberán
llevar a cabo, sin dilaciones, un operativo de visita al lugar de los hechos,
entre carrera 54 y calles 54 a 57 de Medellín, dentro de las 24 horas
siguientes a la notificación de esta providencia judicial, a efectos de:

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“1. Determinar de forma mancomunada cuál es el estado actual de la


ocupación de habitantes en situación de calle entre la carrera 54 y calles
54 a 57 de Medellín, incluyendo la realización de un censo que contenga
los siguientes datos: cantidad de habitantes de calle detectados,
nacionalidad, edad y sexo -y demás datos que se estimen pertinentes para
poder desplegar la política pública de habitantes de calle-, así como un
registro fotográfico y escrito completo de la visita al lugar de los hechos. Se
deberá informar resultados por escrito a este Juzgado dentro de las
24 horas siguientes a la intervención.

“De detectarse menores de edad, deberá la Policía velar por su salvaguarda


provisional mientras se pone inmediatamente en conocimiento y
disposición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ICBF situaciones
que se detecten de tal resorte, a efectos de que procedan con eventuales
procesos de restablecimiento de derechos conforme lo dispone la Ley 1098
de 2006 y normas concordantes.

“En igual sentido en el evento de que se detecten adultos mayores en


situación de desprotección y/o pobreza extrema, deberán desplegarse todas
las acciones necesarias para restablecer sus derechos de forma efectiva,
informando la oferta institucional para los mismos -deber estatal-, en
atención a que, de detectarse presencia de los mismos, ellos son sujetos de
especial protección constitucional 3 (verbi gratia mediante Centros de
Bienestar del Anciano y Centros de Vida para la Tercera Edad, atención en
salud, etc.). De todo lo anterior se dejará registro. Se deberá informar
resultados por escrito a este Juzgado dentro de las 24 horas
siguientes a la intervención.

“2. Se constatará el estado actual del aseo del espacio público entre
carrera 54 y calles 54 a 57 de Medellín , y de encontrar que el mismo se
encuentra afectado por residuos u otros elementos que afecten la
salubridad y la libre locomoción peatonal y vehicular de la ciudadanía -de lo
que se dejará constancia fotográfica y escrita-, deberá programarse brigada
de aseo inmediata y sin que sobrepase las 24 horas siguientes, de consuno
con Empresas Varias de Medellín - EVM. Se deberá informar resultados
por escrito a este Juzgado dentro de las 24 horas siguientes a la
intervención.

“3. De igual forma se dispone que el Municipio de Medellín realice dentro


del mismo lapso temporal de 24 horas siguientes y de mutuo acuerdo con la
Policía Metropolitana del Valle de Aburrá -y toda la información que
sobre el particular disponga el ente policial-, una consolidación de
información en materia de seguridad y convivencia, así como que se
ahonde en investigación de campo y requisas, que lleven a esclarecer si
entre la carrera 54 y calles 54 a 57 de Medellín, opera algún tipo de
actividad, especialmente relacionada con habitantes de calle, que pueda
sugerir la comisión de delitos, tales como el microtráfico, o si
eventualmente hay personas allí ubicadas que porten armas no autorizadas
o cualquier otro elemento que pueda alterar el orden público, la
convivencia, la seguridad y/o contravenga disposiciones legales, y en tal
sentido, deberá desplegarse inmediatamente las actividades de policía en
cumplimiento del deber constitucional y legal, que se estimen necesarias.
Se deberá informar resultados por escrito a este Juzgado dentro de
las 24 horas siguientes a la intervención.

“4. En virtud de las manifestaciones realizadas a folios 13, 14 y 66 por parte


del mismo ente municipal, se deberá determinar en el mismo lapso de 24
horas y una vez realizada inspección al lugar aquí ordenada, la pertenencia
de que se disponga por la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá de

3
Art. 46 y 53 de la Constitución, en armonía con un amplio abanico de derechos que deben serle
garantizados efectivamente por el Estado, plasmado entre otras en las Leyes 1091 de 2006, 1171 de 2007,
1251 de 2008 y 1315 de 2009, así como extensa jurisprudencia de la Cortre constitucional sobre la materia,
cítese entre muchas, la T-252 de 2017 (Cita del original).

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patrullas de vigilancia permanentes las 24 horas del día -o el lapso que se


estime adecuado- entre la carrera 54 y calles 54 a 57 de Medellín, a
efectos de garantizar la vida, honra y demás derechos de la ciudadanía y
permita mantener la sana convivencia y seguridad del sector, en especial la
integridad personal de quienes allí laboran o residen, de lo cual se dejará
constancia escrita y justificada por parte del ente competente. Se deberá
informar por escrito a este Juzgado dentro de las 24 horas
siguientes.

“5. El Municipio de Medellín , a través de la dependencia competente,


indagará en el mismo lapso de 24 horas cual es el estado de ocupación del
espacio público y de encontrar el mismo indebidamente ocupado deberá
desplegarse las acciones que garanticen su restablecimiento efectivo y
permanente, a más tardar dentro de las 24 horas siguientes. Se deberá
informar por escrito a este Juzgado dentro de las 24 horas
siguientes.

“6. El Municipio de Medellín deberá comunicar en el mismo lapso, a los


habitantes de calle que eventualmente se detecten entre la carrera 54 y
calles 54 a 57 de Medellín , toda la oferta institucional disponible, según
las particularidades o condiciones de cada uno de los habitantes que
puedan ser encontrados y/o identificados, a efectos de propender por una
solución definitiva y permanente que garantice el restablecimiento efectivo
de sus derechos, certera rehabilitación y cumpla el anhelo de la inclusión
social. En tal sentido, la labor no se agotará en la divulgación y registro,
sino en que se desplieguen las acciones que sean necesarias para
garantizar que se vinculen a la política pública establecida para los efectos.
En tal sentido de deberán desplegarse los programas y acciones
determinados en los proyectos municipales 160219, 160220 (intervención
encalle, centro de atención básica, atención extramural, albergues de
recuperación, atención APCD, opciones de dormitorio social, así como de
granjas agropecuarias, etc.) y 160221. Se deberá informar por escrito a
este Juzgado dentro de las 24 horas siguientes.

“7. Deberá citarse por el Municipio de Medellín, con suficiente


divulgación en carteles y/o volantes distribuidos por el sector y por altavoz,
con presencia de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, los
miembros de la Junta Administradora Local, a la comunidad que reside o
trabaja en el sector delimitado entre la carrera 54 y calles 54 a 57 de
Medellín a una reunión pública, en la que se escucharan las principales
inquietudes de los integrantes de la colectividad y el resultado de la
intervención aquí ordenada a manera de medida cautelar provisional, a
efectos de identificar problemáticas o concertar soluciones adicionales a las
aquí dilucidadas. La reunión deberá realizarse dentro de los 5 días
siguientes a la realización de la intervención aquí dispuesta como cautela
provisional de los derechos colectivos. Se deberá informar por escrito a
este Juzgado un día hábil después de realizada la reunión con la
comunidad”.

I.6. EL RECURSO DE APELACIÓN.

El Municipio de Medellín y la Policía Nacional interpusieron oportunamente


recurso de reposición y en subsidio apelación contra el auto que decretó la
medida cautelar antes referenciada, con los argumentos que pasarán a
detallarse en los apartados subsiguientes. El juzgado, mediante auto del 30 de
mayo de 2019, rechazó por improcedentes los recursos de reposición
entablados y, en cambio, concedió la apelación interpuesta por ambas
entidades, en el efecto devolutivo, ante esta Corporación.

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I.6.1. LA APELACIÓN DEL MUNICIPIO DE MEDELLÍN.

Por conducto de su apoderado judicial, el Municipio de Medellín presentó el


recurso de apelación que obra entre los folios 48 a 59 del cuaderno 2, donde
expuso la oferta municipal para la población habitante de calle (enmarcada en
la política pública social existente en la materia), detalló las modalidades de
atención intra y extra mural para prestar asistencia a esta población (que
están guiadas por los enfoques de reducción del daño y de derechos y
responsabilidades) y refirió la existencia de granjas agropecuarias comunitarias
como opción para el restablecimiento de derechos y deberes a la población
adulta habitante de calle.

Respecto a la problemática planteada en el caso concreto, el municipio afirmó


que, en conjunto con otras entidades competentes, entre el 17 de febrero de
2017 y el 23 de febrero de 2019 realizó en la zona una serie de intervenciones
de “Control al consumo y venta de estupefacientes e indebida ocupación del
espacio público”, donde se efectuaron capturas por hechos delictivos asociados
al microtráfico y al porte de armas, se incautaron drogas y armas, se
desplegaron estrategias para el control del consumo de sustancias psicoactivas
en el espacio público, se retiraron los elementos que lo invadían, se recogieron
basuras y escombros y se expuso la oferta institucional existente para los
habitantes de calle del sector. Igualmente, insistió en que, a la fecha, se
implementa un plan de contingencia con recorridos semanales destinados a
persistir en las acciones antes señaladas.

En atención a la actividad referida, el Municipio de Medellín solicitó que se


revocara la medida cautelar, dado que estima que en el expediente se
demostró que las acciones emprendidas por la alcaldía para enfrentar la
problemática del sector son múltiples, permanentes y progresivas y, además,
estas dan cuenta del monitoreo permanente de la zona, por lo que el operativo
ordenado se torna redundante. Asimismo, el municipio señaló que no es él,
sino el ICBF, el competente para restablecer los derechos de los niños, niñas y
adolescentes en el sector, que no es él, sino que son las Empresas Varias de
Medellín las competentes para prestar el servicio público de aseo, y que no es
él, sino la fuerza pública la competente para determinar la priorización de las
acciones en materia de orden público y la forma de disponer los recursos
policiales.

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Igualmente, puso de presente que, según fue reconocido por la Corte


Constitucional en la sentencia T- 043 de 2015, en Colombia, “cada persona es
‘libre’ de desarrollar su personalidad acorde con su plan de vida” , de modo que
la mendicidad no es un delito, ni una contravención, siempre que sea ejercida
de forma autónoma; en cuanto al tratamiento de las adicciones que lleguen a
presentar las personas en situación de calle, recordó que la Corte ha insistido
en la necesidad de que estas presten su consentimiento antes de someterse a
rehabilitación.

Con base en esta premisa, el municipio manifestó su preocupación frente a la


orden del despacho que indica que deberá garantizarse que las personas se
vinculen a la política pública de habitantes de calle, por cuanto esta desconoce
lo señalado en la sentencia precitada de la Corte Constitucional, donde queda
claro que, ante la mendicidad y la farmacodependencia, “cualquier tipo de
reproche jurídico, sea en forma de sanciones o intervenciones terapéuticas
forzadas, resulta inadmisible en tanto cosifica al habitante de calle en aras de
un supuesto modelo ideal de ciudadano virtuoso o a manera de una acción
preventiva en contra de un potencial criminal”.

Por estas razones, el ente territorial solicitó a esta instancia “verificar que el
Municipio de Medellín viene dando cumplimiento a las diferentes órdenes
decretadas por el despacho, no obstante, le es abiertamente inviable
inmiscuirse en las competencias y acciones que no ostenta como ente
territorial y que corresponden al ICBF y a las autoridades policivas”.

I.6.2. LA APELACIÓN DE LA POLICÍA NACIONAL.

La Policía Nacional, por conducto de su apoderada judicial, presentó el escrito


de apelación de los folios 60 a 78 del cuaderno 2, a través del cual destacó que
las personas en situación de calle y, especialmente, aquellas adictas al
consumo de sustancias alucinógenas gozan de una especial protección, tal
como lo reconoció la Corte Constitucional en la sentencia T-043 de 2015. En
virtud de ello, precisó que, si bien se exige que el Estado disponga de una
oferta pública para contribuir a remediar las condiciones de vulnerabilidad de
esta población y evitar que sus adicciones se asocien a conductas delictivas, la
Corte ha puntualizado que esta oferta no puede imponerse en contra de la
autonomía de las personas en situación de calle y que los procedimientos
policivos que restrinjan sus libertadas con el fin de prevenir la comisión de

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delitos deben respetar, en todo caso, los derechos al debido proceso, la


presunción de inocencia y el derecho de defensa.

A continuación, la institución señaló que cuenta con presencia permanente en


el sector de la carrera 54 con calles 54 a 57 de Medellín, a través del Plan
Nacional de Vigilancia por Cuadrantes, lo que le permite evidenciar y
monitorear, de forma constante, el panorama actual del lugar. Esta presencia
constante implica que, en desarrollo de los procesos de planeación del servicio
policial, las patrullas asignadas al cuadrante son las más idóneas para tomar
las decisiones específicas frente a las actividades que se deben desarrollar
para contribuir a solucionar los problemas de seguridad y convivencia que en
este se presentan, tomando en consideración el análisis individual de cada
cuadrante y las soluciones que se determinen como efectivas, según las
referencias comparativas, los diagnósticos locales, las tablas de acciones de
policía, entre otras herramientas.

En virtud de lo anterior, la Policía Nacional solicitó revocar la medida cautelar


decretada pues, en su criterio, los actores no han probado que la institución se
encuentre incumpliendo sus competencias en la zona. De manera subsidiaria,
pidió que se ampliara el término otorgado para el cumplimiento de lo ordenado
como cautela.

Surtido el reparto por Secretaría del Tribunal, el conocimiento del proceso le


correspondió a esta Sala, que resolverá sobre la apelación del auto, previas las
siguientes

II. CONSIDERACIONES

El artículo 229 del Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso


Administrativo (en adelante CPACA) indica que, en los procesos declarativos
adelantados ante la Jurisdicción Contencioso Administrativa, incluyendo el
medio de control de protección de los derechos e intereses colectivos 4, será
posible decretar las medidas cautelares que se estimen necesarias para
garantizar de forma provisional el objeto del proceso y para que los efectos de
la sentencia no resulten nugatorios. La citada norma dispone en su tenor
literal, lo siguiente (se transcribe textual, como aparece en el artículo en cita):

4
La Corte Constitucional en sentencia C-284 de 2014 encontró ajustado a la constitución la previsión del
parágrafo del artículo 229 del CPACA “al extender la regulación de medidas cautelares previsto en capítulo
XI, Título V, del CPACA, a los procesos que busquen la protección de derechos e intereses colectivos que
sean de conocimiento de la justicia administrativa”.

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“ARTÍCULO 229. PROCEDENCIA DE MEDIDAS CAUTELARES. En todos


los procesos declarativos que se adelanten ante esta jurisdicción, antes de
ser notificado, el auto admisorio de la demanda o en cualquier estado del
proceso, a petición de parte debidamente sustentada, podrá el Juez o
Magistrado Ponente decretar, en providencia motivada, las medidas
cautelares que considere necesarias para proteger y garantizar,
provisionalmente, el objeto del proceso y la efectividad de la sentencia, de
acuerdo con lo regulado en el presente capítulo.

“La decisión sobre la medida cautelar no implica prejuzgamiento.

“PARÁGRAFO. Las medidas cautelares en los procesos que tengan por


finalidad la defensa y protección de los derechos e intereses colectivos y en
los procesos de tutela del conocimiento de la Jurisdicción de lo Contencioso
Administrativo se regirán por lo dispuesto en este capítulo y podrán ser
decretadas de oficio” (subrayas fuera de texto).

El artículo 230 ejusdem enuncia –sin pretensiones taxativas- una serie de


medidas cautelares que puede tomar el juez para los fines antes indicados,
entre las cuales se cuentan las siguientes (se transcribe textual, como aparece
en el artículo en cita):

“ARTÍCULO 230. CONTENIDO Y ALCANCE DE LAS MEDIDAS


CAUTELARES. Las medidas cautelares podrán ser preventivas,
conservativas, anticipativas o de suspensión, y deberán tener relación
directa y necesaria con las pretensiones de la demanda. Para el efecto, el
Juez o Magistrado Ponente podrá decretar una o varias de las siguientes
medidas:

“1. Ordenar que se mantenga la situación, o que se restablezca al estado en


que se encontraba antes de la conducta vulnerante o amenazante, cuando
fuere posible.

“2. Suspender un procedimiento o actuación administrativa, inclusive de


carácter contractual. A esta medida solo acudirá el Juez o Magistrado
Ponente cuando no exista otra posibilidad de conjurar o superar la situación
que dé lugar a su adopción y, en todo caso, en cuanto ello fuere posible el
Juez o Magistrado Ponente indicará las condiciones o señalará las pautas
que deba observar la parte demandada para que pueda reanudar el
procedimiento o actuación sobre la cual recaiga la medida.

“3. Suspender provisionalmente los efectos de un acto administrativo.

“4. Ordenar la adopción de una decisión administrativa, o la realización o


demolición de una obra con el objeto de evitar o prevenir un perjuicio o la
agravación de sus efectos.

“5. Impartir órdenes o imponerle a cualquiera de las partes del proceso


obligaciones de hacer o no hacer” (subrayas fuera de texto).

El artículo 25 de la ley 472 de 1998, de manera complementaria, señala como


medidas cautelares aplicables en el trámite de las acciones populares, las que
se relacionan a continuación (se transcribe textual, como aparece en el artículo
en cita):

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Acción popular
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“a) Ordenar la inmediata cesación de las actividades que puedan originar el


daño, que lo hayan causado o lo sigan ocasionando;

“b) Ordenar que se ejecuten los actos necesarios, cuando la conducta


potencialmente perjudicial o dañina sea consecuencia de la omisión del
demandado;

“c) Obligar al demandado a prestar caución para garantizar el cumplimiento


de cualquiera de las anteriores medidas previas;

“d) Ordenar con cargo al Fondo para la Defensa de los Derechos e Intereses
Colectivos los estudios necesarios para establecer la naturaleza del daño y
las medias urgentes a tomar para mitigarlo (subrayas fuera de texto)”.

A su turno, el artículo 26 ibídem, dispone que las medidas cautelares podrán


ser objeto de los recursos de reposición 5 y de apelación, los cuales solo podrán
fundamentarse en las siguientes causales, que deberán ser demostradas por
quien las alegue (se transcribe textual, como aparece en la norma en cita):

“a) Evitar mayores perjuicios al derecho o interés colectivo que se pretende


proteger;

“b) Evitar perjuicios ciertos e inminentes al interés público;

“c) Evitar al demandado perjuicios cuya gravedad sea tal que le haga
prácticamente imposible cumplir un eventual fallo desfavorable”.

En particular, los casos donde el motivo del disenso con la medida cautelar
obedezca a que, a juicio del apelante, lo ordenado puede llegar a ocasionar un
perjuicio mayor, sea al derecho colectivo invocado o a otro interés público, el
Consejo de Estado6 ha estimado que es necesario que el juez de alzada evalúe
que, “esté debidamente demostrado en el proceso la inminencia de un daño a
los derechos colectivos o que el mismo se haya producido”, que “la decisión
del juez al decretar la medida cautelar esté plenamente motivada” y que, “con
arreglo a los elementos de juicio que militen en la actuación” se llegue al
convencimiento de la necesidad de decretar dicha medida cautelar.

La Alta Corporación 7 ha insistido en la necesidad de verificar que la medida


cautelar decretada esté apoyada en un mínimo de evidencias que acrediten,
“de manera objetiva y razonable”, la efectiva ocurrencia de un daño grave e
irreversible para el derecho invocado o la inminencia de su causación; además,
ha enfatizado en la importancia de evaluar que la medida frente a la cual se
presenta oposición sea “adecuada, necesaria y ponderada, es decir,
5
Esta posibilidad no se presenta, a la fecha, en tanto el artículo 236 del CPACA dispuso que contra el auto
que decreta medidas cautelares solo proceden los recursos de apelación y súplica, disposición que, según lo
señalado por la Corte Constitucional en la sentencia C-284 de 2014, debe aplicarse a preferencia en las
acciones populares que se tramiten en la jurisdicción de lo contencioso administrativo.
6
Sección Primera, auto de 2 de mayo de 2013. Radicación número: 68001233100020120010401(AP).
7
Sección Primera, auto del 19 de mayo 2016. Radicación número: 73001-23-31-000-2011-00611-01(AP)A.

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proporcional, para impedir que dicha afectación se concrete” o para hacerla


cesar. Por último, ha considerado esencial validar que su decreto haya estado
acompañado de una “motivación completa, en la que se expongan con
claridad y suficiencia las razones por las que dicha medida es adoptada”.

III. EL CASO CONCRETO

De conformidad con el artículo 2 de la ley 472 de 1998, la acción popular


procede “para evitar el daño contingente, hacer cesar el peligro, la amenaza,
la vulneración o agravio sobre los derechos e intereses colectivos, o restituir
las cosas a su estado anterior cuando fuere posible”. Con estos propósitos, el
juez popular puede disponer, en cualquier momento del proceso, medidas
cautelares preventivas, conservativas, anticipativas o de suspensión, que
tengan relación directa con las pretensiones de la demanda.

Teniendo en cuenta los antecedentes de la apelación que fueron transcritos, la


Sala examinará si en el sub judice se cumplían, o no, los requisitos enunciados
en el acápite precedente para decretar la medida cautelar que fue solicitada
por el actor popular, con el propósito de que el juez ordenara “la intervención
e inicio del respectivo restablecimiento de derechos vulnerados a jóvenes,
hombres, mujeres y ancianos, ... población asentada hoy en condiciones
infrahumanas … los derechos fundamentales a … niños y adolescentes,
víctimas de los criminales que ofertan droga en el sector, … Y el derecho de la
comunidad a gozar de un ambiente sano, seguridad, seguro y saludable”.

Para respaldar su solicitud, los actores populares mencionaron que el daño a


los derechos colectivos invocados es actual y que se ha acentuado en el sector
de la avenida de Greiff con calles 54 a 57, tal como, a su juicio, lo evidencian
las respuestas del Municipio de Medellín frente a su llamamiento a restablecer
los derechos colectivos vulnerados a los habitantes de la zona, contenido en la
petición del 13 de marzo de 2019. Analizadas estas respuestas, la Sala observa
que, en efecto, la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos
de Medellín reconoció, el 28 de marzo de 2019, lo siguiente (se transcribe
textual, como aparece a folios 14 del cuaderno 1):

“Con el fin de dar respuesta a la solicitud planteada, se dispone un equipo


de educadores y trabajadora social pertenecientes al sistema de Habitante
de calle, con el fin de que visiten la zona indicada por usted en la solicitud.

“Una vez realizada la visita, se ha evidenciado que la problemática se ha


agudizado en el sector a raíz de la intervención realizada hace unos meses

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por parte de las autoridades competentes en la Avenida de Greiff, sin


embargo la intervención continúa por parte de los funcionarios de la
Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos, quienes
diariamente visitan el sector con el fin de captar a la población hacia el
Centro de Atención Básica donde tienen acceso a la oferta institucional
diseñada para ellos, que incluye actividades de autocuidado, alimentación,
estadía y procesos de resocialización si así fuere su deseo.

“Además de lo anterior y a pesar de la dificultad de acceso al sector, se han


realizado constantemente intervenciones con la Policía Nacional, Espacio
Público, Policía Nacional y Empresas Varias”.

Con fundamento en las manifestaciones transcritas, así como en el hecho de


que el Municipio de Medellín aceptó en su contestación que “la problemática
de habitantes de habitantes de calle o en situación de calle se ha convertido
en un problema de afectación directa a la seguridad y la convivencia”, la
delegada del Ministerio Público respaldó el decreto de la medida cautelar. Con
apoyo en este concepto y tras concluir que la prueba obrante en el expediente
permitía concluir la apariencia de buen derecho y los motivos de urgencia para
decretar lo solicitado, el juez instancia ordenó la medida cautelar que, a su
juicio, estimó pertinente para poner fin a la vulneración.

La motivación del juez de primera instancia para ordenar al Municipio de


Medellín y a la Policía Nacional que, como medida cautelar, procedieran a
realizar “de consuno” un operativo de visita al lugar de los hechos, con el fin
de indagar las circunstancias de vulneración de los derechos colectivos y
desplegar un “plan de contingencia integral para atender las eventuales
irregularidades detectadas” respondió al raciocinio según el cual, no decretar
la medida “podría resultar más gravoso para los derechos de la comunidad
que el hecho de concederla”. Al mismo tiempo, el juez consideró que con el
decreto de la cautela se protegería “previsionalmente (sic) el objeto del
proceso y la efectividad de la sentencia”.

En sus apelaciones, el Municipio de Medellín y la Policía Nacional consideraron


que la medida no estuvo soportada en pruebas concretas de la vulneración, ni
en omisiones probadas en su deber de velar, a través del cumplimiento de sus
respectivas competencias, por la garantía de los derechos colectivos
invocados. Señalaron, asimismo, que las acciones allí ordenadas desbordan las
competencias de ambas instituciones y que, en lo que sí las atañe,
corresponden a su misionalidad propia, siendo ellas, y no el juez constitucional,
las más idóneas para determinar los procedimientos, formas y tiempos más
adecuados para cumplirla y, en tal medida, atender la problemática enunciada
por los actores populares. Manifestaron, igualmente, su preocupación porque la

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medida no reconoció que toda intervención en los habitantes de calle debe ser
consensuada y porque el término otorgado es irrisorio para el nivel aspiracional
de lo ordenado.

En criterio de la Sala, el juez de primera instancia supo verificar con acierto la


apariencia de buen derecho y la urgencia de tomar las previsiones necesarias
para hacer cesar la vulneración de los derechos colectivos al goce de un
ambiente sano, a la seguridad y salubridad públicas y al espacio público libre
de afectaciones; sin embargo, omitió considerar que dicha vulneración no se
presenta por omisiones probadas de las entidades vinculadas, sino por factores
antrópicos que no pueden ser simplemente removidos, puesto que están
relacionados con la habitabilidad en calle y los hábitos de consumo de esta
población, que son opciones de vida protegidas en Colombia como expresión
del libre desarrollo de la personalidad, tal como lo ha señalado la Corte
Constitucional en las sentencias C- 040 de 2006, C-385 de 2014, T- 043 de
2015 y C-281 de 2017.

Por consiguiente, aunque la medida es idónea y necesaria, la textura abierta


de las órdenes en ella contenidas y el hecho de que algunas revelen como
meta “propender por una solución definitiva y … certera rehabilitación” la
tornan desproporcional. No solo porque puede dar lugar a acciones que
agraven el fenómeno de desplazamiento urbano de los habitantes de calle
asentados y concentrados en esa zona del centro de Medellín, denunciado en
varias oportunidades ante el concejo de la ciudad y las organizaciones de
derechos humanos, sino porque algunas órdenes pueden dar pie a vulnerar
derechos fundamentales como la dignidad humana, la autonomía y la
autodeterminación de esta población vulnerable y, además, pueden generar la
violación o la agravación de los derechos o intereses colectivos que se
pretenden proteger.

Lo anterior, en tanto la medida advierte que, respecto a la intervención


ordenada frente a las personas en situación de calle, “la labor no se agotará en
la divulgación y registro, sino en que se desplieguen las acciones que sean
necesarias para garantizar que se vinculen a la política pública establecida
para los efectos”, ignorando que dicha vinculación, como lo ha reconocido la
Corte Constitucional, siempre debe ser consensuada. La Sala observa,
igualmente, que la mayoría de las acciones que se ordenan deben desplegarse
“dentro de las 24 horas siguientes a la intervención”, término que no solo
ignora la complejidad de los ciclos que preceden la implementación de la

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política pública, sino que constituye un tiempo insuficiente para diagnosticar,


planear y concertar la medida más eficaz posible para proteger los derechos
colectivos de los habitantes de la zona que, al mismo tiempo, produzca menos
restricciones a las libertades de los habitantes de calle que la habitan y evite la
atomización del fenómeno por toda la ciudad.

Por esta razón es que para decretar medidas cautelares que impliquen
obligaciones de hacer de naturaleza tan compleja, el juez popular debe estar
guiado por un ejercicio de ponderación que le permita buscar el
restablecimiento de los derechos colectivos, sin amenazar los derechos
fundamentales de otros sujetos que pueden verse afectados con esa clase de
decisiones. En consecuencia, no basta con dictar órdenes con el fin de retirar a
aquellas personas que están haciendo uso indebido del espacio público, para
garantizar de ese modo el goce del mismo, pues el solo desalojo sin la
adopción de otras medidas puede vulnerar los derechos fundamentales de los
habitantes de calle, que también merecen una especial protección
constitucional por su situación de vulnerabilidad, siempre mediada por su
autodeterminación, autonomía y dignidad humana.

De manera que, para “evitar mayores perjuicios al derecho o interés colectivo


que se pretende proteger” y para propender porque la solución no termine
afectando otros derechos y bienes jurídicos de especial protección
constitucional, las órdenes tendientes a restituir el goce de los derechos
colectivos afectados deben ser proporcionales y, asimismo, no pueden vaciar
de contenido la sentencia. Lo anterior, en razón a que, si bien se evidenció la
obligación de las autoridades de buscar la recuperación del espacio público y
garantizar los derechos al goce de un ambiente sano y a la seguridad y a la
salubridad pública, a través de los diferentes instrumentos policivos que tienen
a su alcance y de la ejecución de la política social diseñada en la materia, esta
búsqueda se debe encaminar a través de acciones que respeten el debido
proceso y la dignidad humana de quienes habitan la calle, las cuales deben
estar precedidas de una juiciosa evaluación previa de la realidad sobre la cual
han de tener efectos.

En línea con esto, la Corte Constitucional 8 ha advertido que, para la


recuperación del espacio público (se transcribe textual, como aparece en la
sentencia en cita):

8
Sentencia T-772 de 2003.

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“cobra relevancia la necesidad de que las autoridades evalúen


cuidadosamente el contexto real en el cual habrán de surtir efectos sus
políticas, programas y medidas, así como la incidencia que tendrán sus
decisiones sobre el goce efectivo de los derechos fundamentales, ya que de
no hacerlo, sus decisiones pueden resultar abiertamente lesivas de los
primados constitucionales de mayor trascendencia para la protección de los
derechos de las personas… En efecto, como ya se indicó, cualquier política,
programa o medida adelantada por las autoridades en un Estado Social de
Derecho debe ser formulada y ejecutarse de tal manera que, vista
globalmente y salvo medida de compensación o alternativa viable, no
lesione desproporcionadamente a un segmento marginado de la población”.

No obstante, la Sala no desconoce que la situación amerita adoptar medidas


urgentes para evitar que el fenómeno de la habitabilidad en calle conlleve al
aumento de las situaciones nocivas que ello puede aparejar, como la comisión de
los delitos de mayor impacto en la ciudadanía del sector, la explotación sexual, el
tráfico y consumo de sustancias estupefacientes, la acumulación de basuras,
excrementos y escombros. En consecuencia, y atendiendo a que, según las
manifestaciones hechas por el municipio, se han venido implementando políticas
públicas sociales para los habitantes de la calle y se ha venido trabajando en el
fortalecimiento del sistema de atención y en la implementación de granjas
agropecuarias para acoger este tipo de población (proyectos municipales
160219, 160220 y 160221), las medidas que se adoptarán tendrán como fin
complementar dichas acciones y focalizarlas en el ámbito geográfico detallado
en el escrito de demanda.

Bajo estas premisas, el auto apelado se modificará, con el fin de modular sus
efectos y garantizar que la cautela responda a un ejercicio reflexivo y concertado
con todas las partes involucradas en el diseño de una solución multidimensional
a un problema que tiene esa misma naturaleza.

En mérito de lo expuesto EL TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DE ANTIOQUIA –


SALA QUINTA DE DECISIÓN,

R E S U E L V E.-

PRIMERO. MODIFICAR el auto de 16 de mayo de 2019, proferido por el


Juzgado Treinta y Cuatro Administrativo Oral de Medellín, por lo expuesto en la
parte motiva de esta providencia y, en su lugar, disponer las medidas que se
detallan en los ordinales subsiguientes.

SEGUNDO. ORDÉNASE al Municipio de Medellín, la Policía Nacional, al


Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, a las Empresas Varias de Medellín y

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a la Fiscalía General de la Nación que, en el término de los diez (10) días


siguientes a la notificación de este auto, dispongan de un espacio
interinstitucional y participativo, al cual se convoque a todas las partes
involucradas en la atención del problema descrito en la demanda, entre ellas,
los actores populares, por lo menos una ONG que represente o trabaje con la
población en situación de calle, un representante de los comerciantes del
sector y a los miembros de la Junta de Acción Comunal, con el fin de crear un
calendario de trabajo conjunto que, en el plazo de cuatro meses (4), contados
a partir de la primera reunión de concertación, produzca un plan integral de
contingencia para intervenir la zona comprendida entre la carrera 54 y las
calles 54 a 57 de Medellín, que atienda los principios, enfoques y
componentes9 de la Política pública social para habitantes de la calle 10, la
Política integral para enfrentar el problema de las drogas, otras políticas
sectoriales aplicables y los lineamientos establecidos por la Corte
Constitucional en sus sentencias frente al tema. El plan de contingencia deberá
partir de la caracterización, desde el punto de vista demográfico y
socioeconómico, de la población de calle que deambula en el sector, con el fin
de identificar el perfil de la población, nivel académico, condiciones de salud,
género, edades, pertenencia étnica, nacionalidad, entre otros determinantes
sociales que pueden contribuir a determinar cuáles son las medidas y
estrategias que se pueden adoptar o intensificar para invitarlos a que se
acojan a la oferta pública existente para atender sus diferentes necesidades y
evitar que su situación de vulnerabilidad se asocie a conductas como el
microtráfico, la explotación sexual y la comisión de otras conductas punibles.

9
Artículo 8°. Componentes de política pública. Son componentes de la política pública, entre otros, los
siguientes:
“a) Atención Integral en Salud;
“b) Desarrollo Humano Integral;
“c) Movilización Ciudadana y Redes de Apoyo Social;
“d) Responsabilidad Social Empresarial;
“e) Formación para el Trabajo y la Generación de Ingresos;
“f) Convivencia ciudadana.
10
Artículo 5°. Principios de la política pública social para habitantes de la calle. La política pública social
para habitantes de la calle se fundamentará en el respeto y la garantía de los derechos y libertades
consagrados en la Constitución Política, el enfoque diferencial por ciclo vital, priorizando niños, niñas y
adolescentes y, de manera especial, en los principios de:
“a) Dignidad Humana;
“b) Autonomía Personal;
“e) (sic) Participación Social;
“d) Solidaridad;
“e) Coordinación, concurrencia y subsidiariedad entre los diferentes niveles de la Administración Pública.
“Parágrafo. Con el apoyo del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), se priorizará la atención
de niños, niñas y adolescentes en estado de indefensión y vulnerabilidad manifiesta para su oportuna y
temprana rehabilitación e inserción en la sociedad, a través de su capacitación y posterior vinculación en el
sistema productivo social”.

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Las partes deberán velar porque el plan de contingencia no tenga más efectos
adversos que los que pretende mitigar, ni atomice el fenómeno por toda la
ciudad. Igualmente, deberán identificar las conductas lesivas del ordenamiento
jurídico que se asocien al fenómeno y disponer los correctivos necesarios para
evitar su comisión, de conformidad con sus respectivas competencias.

En la confección del plan, se deberá dejar registro fílmico o fotográfico del


contexto que se observa en la zona. La confección del plan estará orientada y
dirigida por el Municipio de Medellín, quien deberá enviar al juzgado informes
mensuales de los avances al respecto.

Cada una de las entidades participantes será la encargada de identificar, a


partir de los hallazgos resultantes del proceso de caracterización, si se
presentan situaciones que ameriten su intervención o que exijan la vinculación
al proceso de diseño del plan, de otras entidades estatales. Entre ellas, el
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar deberá estar atento a los casos que
ameriten el restablecimiento de derechos de la población de niños, niñas y
adolescentes en situación de calle.

Una vez se cuente con el plan de contingencia y se tenga previsto el


procedimiento para su ejecución, el Municipio de Medellín deberá informarlo al
juez de primera instancia para que este determine si el plan resulta suficiente
para garantizar la protección del objeto del proceso hasta el momento en que
se dicte sentencia o si, en cambio, resulta procedente decretar otra medida
cautelar.

TERCERO. ORDÉNASE a las Empresas Varias de Medellín que, mientras se


elabora el plan integral focalizado del sector al cual se ha hecho alusión en el
ordinal anterior, y durante el tiempo que permanezca vigente la presente
medida cautelar, realice brigadas de aseo en el sector de la carrera 54 con
calles 54 a 57 de Medellín, si es necesario con el acompañamiento de la Policía
Nacional, por lo menos dos veces a la semana, teniendo especial empeño en
recoger basura, excrementos, escombros y hacer lavado, en la medida de lo
posible, del espacio público que más lo requiera.

El cumplimiento de la orden anterior comenzará a hacerse exigible pasadas 36


horas de la notificación de esta providencia.

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Empresas Varias de Medellín deberá informar al juez de primera instancia, con


una periodicidad mensual, sobre la ejecución de esta medida. Los informes
deberán soportarse con registro fotográfico de la zona.

CUARTO. ORDÉNASE a la Policía Nacional y al Municipio de Medellín que


dispongan las acciones necesarias para que se refuerce la presencia y las
labores de patrullaje policial en el sector, para lo cual el Alcalde de Medellín, en
coordinación con el Comandante de la Policía Metropolitana del Valle de
Aburrá, dispondrán, en la mayor medida en que lo permita la capacidad
logística y de personal de la institución, y acorde a lo que consideren
suficiente, adecuado y eficaz, el pie de fuerza necesario para mantener el
control de la zona identificada en el ordinal segundo, para prevenir, en lo
posible, la comisión de delitos y contravenciones. Lo anterior, para evitar o
mitigar la amenaza al derecho colectivo a la seguridad pública.

Las autoridades antes enunciadas informarán al juez de primera instancia, en


un plazo no mayor a los 15 días posteriores a la notificación de esta
providencia, el cumplimiento de la orden de reforzamiento del pie de fuerza,
indicando cuál era la situación antes y después del decreto de la medida
cautelar.

QUINTO. El Municipio de Medellín informará al despacho de primera


instancia, con una periodicidad mensual, las actividades que viene ejecutando
específicamente en el sector, en desarrollo de las políticas públicas sociales
para los habitantes de calle y el fortalecimiento del sistema de atención para la
población de calle. En su informe, deberá hacer especial referencia a los
resultados de las labores a las cuales aludió en el escrito de apelación.

La Policía Metropolitana del Valle de Aburrá prestará el apoyo necesario para el


cumplimiento de dichas actividades.

SEXTO. VINCÚLASE como demandada a la Fiscalía General de la Nación.

SÉPTIMO. Ejecutoriada esta providencia, devuélvase el expediente al


juzgado de origen.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

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Esta providencia se estudió y aprobó en Sala, como consta en acta de la fecha.

SUSANA NELLY ACOSTA PRADA JORGE LEÓN ARANGO


FRANCO
Ausente con permiso

DANIEL MONTERO BETANCUR

NOTIFICACIÓN POR ESTADO


TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DE ANTIOQUIA
SALA QUINTA MIXTA

CERTIFICO: En la fecha se notificó por ESTADO el auto


anterior

Medellín, . Fijado a las 8:00


a.m.

__________________________________
JUDITH HERRERA CADAVID
Secretaria

22

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