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LA PARADOJA DE LA DENUNCIA POSMODERNA

Autores: Diana Cabarcas, Laura Castañeda, Sebastián Gonzales, Juliana Lozano, Francia Parra

Tema: El reflejo del mercantilismo artístico en el posmodernismo

Entre las diversas formas que el postmodernismo adquiere, el mercantilismo artístico es una
de ellas. Bajo el impacto social de un símbolo, escena, suceso, personaje histórico, etc.
(representaciones con un alto nivel de reconocimiento por parte de los espectadores), se
puede camuflar o esconder el deseo ínfimo de obtener grandes sumas de dinero,
abandonando así el objetivo político del arte. Es decir que el arte pierde su discurso como
agente de cambio o trascendencia en el cuerpo social puesto que ya no incita una reflexión o
genera una transformación, se convierte exclusivamente en una herramienta carente de
objetividad, que puede ser vendida y comprada como cualquier otro objeto.

La posmodernidad de segunda generación implica un mundo fragmentado, un mundo de


minorías sin rumbo, una realidad en donde todos los discursos son válidos y por lo mismo
ninguno termina siéndolo. En este orden de ideas, la posmodernidad puede dividirse entre las
minorías afectadas, y las minorías de élite. Las minorías afectadas como aquellas que podrían
tener un motivo real para estar inconformes, las comunidades perjudicadas por discursos
impuestos convertidos en represión; Esto representa uno de los lados del muro, la injusticia.

Mientras que Por el otro lado se encuentra la comodidad, el mundo superfluo, del que por
supuesto ha nacido el personaje principal. Un artista ha evolucionado con su trabajo. Este
crecimiento se representa a través del dinero, por esto, se convierte en la evidencia de la
solidificación artística de sus obras. El denunciante posmoderno tiene un deseo, este se basa
en la representación de una situación con el fin de generar una sensibilización. Esta voluntad se
va desarrollando a lo largo del camino trazado por las escaleras.

El dinero funciona como la escalera hacia un reto de mayor tamaño. A medida que avanza
sobre esta, puede estar expuesto ante un público más grande que podría aportar o no a la
construcción del sueño de la denuncia, aquel que, ha perdido el sendero debido al utilitarismo.

Es así como la intención se ha desvanecido y la situación representada muestra como el artista


postmoderno busca ejercer un control que le permita persuadir al público de la validez sus
obras, su fin último es conseguir dinero y de quienes se limitan a la impresión que les genera la
obra es comprarlo. De este modo la irracionalidad gobierna las acciones de los sujetos, que
lejos de contribuir a una reflexión fundamentada, viven obsesionados con la apariencia. La
contradicción presente en el hecho de hacer pública una injusticia con el objetivo de ganar
dinero, cuando esta es la raíz del problema denunciado.

Los espectadores se encuentran observando una figura de poder, un sujeto que tendrá la
capacidad de retratar la situación de la que se ha apropiado. En este momento el juicio del
público se verá afectado por la interpretación de un solo individuo. Sin embargo ¿Cuál termina
siendo el sentido de esta denuncia?, ¿No ha sido siempre el dinero el motor del crecimiento?, y
si es así, ¿Propone el artista una limitación sobre los espectadores? , ¿Puede considerarse
ilegitimo buscar un beneficio económico de una situación con las características presentadas?.
Un artista ha evolucionado con su trabajo. Este crecimiento se representa a través del
dinero, por esto, se convierte en la evidencia de la solidificación artística de sus obras.
El dinero funciona como la escalera hacia un reto de mayor tamaño, y a medida que
avanza sobre esta, puede estar a la vista de un público más grande, expuesto ante una
escala mayor de espectadores que podrían aportar o no a la construcción de este
sueño, de cualquier forma, este reconocimiento implica poder, y por lo mismo una
legitimación de su creación.
El artista llega a la vista justa de un problema, una guerra. El artista con impotencia
busca denunciar el hecho a través de una pintura, una obra que represente la muerte,
la injusticia y sus sentimientos con respecto a este suceso.
Los espectadores se encuentran observando una figura de poder, un sujeto que tendrá
la capacidad de retratar la situación de la que se ha apropiado. En este momento el
juicio del público se verá afectado por la interpretación de un solo individuo. Sin
embargo ¿Cuál termina siendo el sentido de esta denuncia?, ¿No ha sido siempre el
dinero el motor del crecimiento?, y si es así, ¿Propone el artista una limitación sobre
los espectadores?

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