- Elección: La votación tiene lugar en la Capilla Sixtina.
Cada cardenal escribe
su voto en un trozo de papel y lo coloca sobre una bandeja. Luego todos los votos se vuelcan en un cáliz. Se cuentan los votos y se unen entre ellos con hilo y aguja. Al final de dos rondas de elección, los papeles se colocan en un hornillo y son quemados. Desde la chimenea de la Capilla Sixtina se informa al mundo de la decisión. Humo blanco indica que se ha nombrado Papa; el humo negro significa que ningún candidato ha logrado el número suficiente de votos. - Anuncio del nuevo Pontífice: El nombre del sucesor no se anuncia inmediatamente. Se anuncia desde el balcón de la Basílica de San Pedro una vez que todos los Cardenales han felicitado al nuevo Pontífice y le han arreglado la vestimenta. El nuevo Papa da la tradición bendición de Urbi et Orbi e inicia el nuevo papado. ¿Cómo es la votación? Para la elección del Sumo Pontífice todos los actos deben desarrollarse dentro del territorio de la Ciudad del Vaticano, en lugares determinados, cerrados a los extraños. Previamente, todos los cardenales electores deberán acomodarse en la llamada 'Casa de Santa Marta', construida en la Ciudad del Vaticano. Mientras dura el cónclave, los cardenales tienen prohibido el contacto con el exterior, y nadie no autorizado puede acercarse a ellos o hablar con ellos mientras dura el cónclave. Además, los cardenales tienen estrictamente prohibido presentar su candidatura o hacer propaganda de sí mismos, el voto debe ser secreto, donde el 'auto-voto' es válido El proceso de votación en el cónclave se divide en tres partes: 'pre-escrutinio' (donde se preparan las papeletas y se elige quién será el encargado de leerlas), el 'escrutinio' propiamente dicho, así como 'post-escrutinio', donde se cuentan los votos y queman las papeletas. "Si al cabo de tres días no se ha conseguido el sucesor se convoca un día para el retiro y la oración de los cardenales", pudiendo llegar hasta las 21 votaciones. En el caso de que no se pongan de acuerdo, el escrutinio vuelve a interrumpirse y se prosigue con los dos cardenales que hayan obtenido mayor número de votos, estos dos cardenales "tienen voz pasiva y no pueden votar". Fumata blanca o fumata negra Los escrutadores hacen la suma de todos los votos que cada uno ha obtenido, y si ninguno ha alcanzado los dos tercios de los votos , el Papa no ha sido elegido; en cambio, si resulta que alguno ha obtenido los dos tercios, se tiene válido la elección del Romano Pontífice. Inmediatamente después, los escrutadores proceden a quemar las papeletas. Si la votación no ha sido fructífera las papeletas se queman con paja húmeda y se crea la 'fumata negra, en el caso de que se haya conseguido la mayoría de los dos tercios para contar con un nuevo obispo de Roma se producirá la 'fumata blanca', una columna de humo blanco que sale de la Capilla Sixtina al terminar la exitosa ronda de votación. Posteriormente, tendrá lugar la proclamación del mismo desde el balcón de la Basílica de la plaza de San Pedro del Vaticano, con el 'Habemus Papam', una expresión en latín para significar que ya se ha proclamado un nuevo Papa, donde ya el nuevo Santo Padre impartirá su primera bendición 'Urbi et Orbe'. Finalmente, si algún cardenal se niega al cargo no se le puede obligar a aceptarlo.