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FASES TECTONICAS EN EL PERU

(MESOZOICO – CENOZOICO)

FASE NEVADIANA
A finales del Jurásico medio y comienzos del superior, los movimientos nevadianos provocan
una emersión del territorio peruano, marcando una discordancia que se ubica entre el
Titoniano y el Bajociano correspondiendo ello a una importante epirogénesis. Este
levantamiento determina en el Centro y Norte la definitiva separación en dos cuencas: una
Noroccidental y la otra Oriental, teniendo al centro un bloque levantando que se conoce como
Arco del Marañon. Este episodio tectónico genera una discordancia marcada por la transición
de una sedimentación continental a otra marina en la Cuenca Oriental con una discordancia
ligeramente angular en algunos lugares.

FASE INTRA ALBIANA


MYERS J. (1980) y BUSSEL et. Al. (1976), mencionan en la Costa Central una deformación
intra-albiana que afecta al Grupo Casma, ya que sus estructuras están recortadas por
intrusiones del Batolito que tiene edades de 95 M.A.; tales deformaciones serían precursoras
de la Fase Tectónica Peruana que se da en el Cretácico superior.

LA CORDILLERA DE LOS ANDES


La cordillera de los Andes constituye una de las cadenas de montañas más impresionantes
del planeta. Los Andes se encuentran situados sobre una zona de convergencia entre las
placas oceánicas Nazca y Cocos las cuales subductan debajo de la placa continental de
América del Sur. Jordan et al (1983) divide la Cordillera de los Andes en tres segmentos:

 Los Andes Septentrionales: Se extiende desde Venezuela (12°N) hasta el Norte del
Perú (4°S), este segmento resulta de la interacción de la placa Caribe, Cocos, Nazca
y Panamá. Los Andes Septentrionales occidentales responden a fenómenos ligados a
la acreción de fragmentos de corteza oceánica y de arcos insulares producidos durante
el Cretáceo superior y Paleoceno están ligados al levantamiento de series Paleozoicas
deformadas y terrenos precámbricos.
 Los Andes Centrales: Se prolongan desde el Norte de Perú (4º latitud S) hasta
Argentina (40º latitud S). La estructuración de este segmento resulta de la subducción
de la placa oceánica Nazca/Farallón debajo de la placa continental Sudamericana. La
parte Sur de los Andes Centrales está caracterizada por la presencia del Altiplano, la
cual se desarrolla entre las cordilleras Occidental y Oriental. La parte Norte de los
Andes Centrales se articula únicamente sobre una gran cordillera
(Occidental/Oriental) generando en su borde oriental una vasta cuenca de Antepaís.

 Los Andes Meridionales: Se desarrollan entre 40º y 55º de latitud S. Este segmento
es interpretado como resultado de la subducción de las placas Nazca, Antártica y
Scotia debajo de la placa continental.

En el Perú en las rocas paleozoicas, se puede reconocer la Orogenia Caledónica en el


Noroeste y la Orogenia Hercínica en la Cordillera Oriental, con dos ciclos sedimentarios: uno
en el Paleozoico inferior y otro en el Paleozoico superior, culminando cada uno de ellos con
una fase de deformación. Se reconoce, así como Fase Eohercínica la primera de ellas (340
M.A.), como Fase Tardihercínica la segunda (280 M.A.), y como Fase Finiherciniana la
última. (Bernard Dalmayrac, 1988).

FASE MOCHICA
Después de la depositación de las secuencias sedimentarias y volcánico-sedimentarias del
Jurásico-Cretácico medio; en el Albiano superior Cenomaniano Temprano, se da inicio a la
formación de la Subducción de la Placa Farallón por debajo de la Placa Sudamericana y del
levantamiento precoz de la Cuenca Peruana, la cual corresponde a su vez, a la primera
abertura del atlántico sur a nivel de las placas de América y África; (Pindell et al 1990).

FASE PERUANA
La Fase Tectónica Peruana, es un evento de deformación “compresional”, que afecta
principalmente la Costa, Cordillera Occidental y el Altiplano. Durante el período de
“compresión” de la Fase Peruana, se habrían producido áreas de debilidad por fracturas a
nivel del frente andino, lo que habría facilitado el subsecuente emplazamiento del Batolito
de la Costa cortando las series plegadas mesozoicas.
La fase peruana comenzó en la margen peruana durante el Coniaciano basal, culminó durante
el Campaniano superior, y fue seguida por una remisión durante el Maestrichtiano (Etienne
Jaillard, 1992). De un punto de vista tectono-sedimentario, se pudo establecer la siguiente
cronología:

 Coniaciano basal: llegada abrupta de material detrítico arcilloso; levantamiento y


erosiones locales, más marcadas en el Sur y el Oeste;

 Coniaciano superior-Santoniano basal: débiles deformaciones locales,


levantamiento de la zona costera, y aislamiento de la cuenca marina oesteperuano; la
emersión casi general del Santoniano superior es debida a la conjunción de una
regresión eustática y del levantamiento progresivo de la margen sin deformaciones
importantes, y es seguida por una transgresión de origen eustático en el Campaniano
medio;

 Campaniano superior: cabalgamientos y deformaciones en el Suroeste del Perú,


generalización de la sedimentación de Capas Rojas en la parte este de la cuenca
occidental, e inicio de la sedimentación arenosa en la cuenca oriental.
El Maestrichtiano es un periodo de calma tectónica expresado por transgresiones marinas
breves las cuales cubrieron la cuenca oriental. La paleografía del Maestrichtiano muestra que
la cuenca oriental se convertía en la cuenca de antepaís de los incipientes Andes.

FASE INCAICA (TECTÓNICA INCA)


Es la fase más importante del ciclo andino, afecta principalmente a los segmentos Norte y
Central del Perú que presentan una deformación más que el Sur.
Benavides-Cáceres subdivide en cuatro Eventos (Inca I – Inca IV). El Paleoceno superior
está marcado, a nivel del Pacífico Sur, por una modificación de la dirección de convergencia.
Esta modificación constituye el primer evento del periodo de reorganización de la geometría
de las placas a la escala del planeta que caracteriza el Eoceno.
La crisis tectónica Inca I (59-55 Ma) coincide con un cambio de dirección y con un aumento
de la velocidad de convergencia entre las placas Farallón y sudamericana que se producen
alrededor de la anomalía 25 (Pilger, 1984; Pardo-Casas y Molnar, 1987). Esta fase está
caracterizada por el intenso plegamiento (fajas de orientación NO – SE) y fallamiento (rumbo
NE) en rocas sedimentarias del Cretáceo.
La reconstrucción de Pardo-Casas y Molnar (1987) determinan una fuerte velocidad de
convergencia para el periodo que va de algunos millones de años antes de la anomalía 21 a
algunos millones después de la anomalía 18. El periodo de fuerte velocidad cubriría el
Eoceno inferior y medio, es decir correspondería a una subducción plana (Carlotto et. al) y
coincidiría con el inicio del evento tectónico Inca II considerada como la principal fase de
acortamiento de los andes peruanos, que desarrolla principalmente el cinturón intensamente
deformado y plegado al este de la Cordillera Occidental. Las estructuras incaicas de esta parte
fueron profundamente recortadas por erosión subsiguiente y cubiertas discordantemente más
hacia el noreste por conglomerados y rocas volcánicas datadas de alrededor de 40 M.A. (D.
C. Noble y otros, 1974, 1979).
 La Fase Inca II, se caracterizó por una deformación “compresiva” cuya máxima
expresión se sitúa hacia los 43 – 42 Ma (Noble, et al, 1988 – 1989). Hay un aumento
de la velocidad de convergencia, la deformación afecta a todo el basamento
sedimentario Cretáceo, originando plegamientos subpararelos de dirección WNW –
ESE y fallas inversas de tendencia NW a WNW. Seguida de esta fase inicia la
depositación del Volcánico Chilete, Formación Porculla.
 La Fase Inca III (30 – 27 Ma), coincide con disminución de la tasa de convergencia
durante el Oligoceno, dando como resultado la disminución del vulcanismo, la
dirección de convergencia a rotado en sentido horario hasta E – W, producto de la
ruptura de la placa Farallón.
 La última Fase Incaica (Fase Inca IV, 23 – 22 Ma). Corresponde al reinicio de la
alta convergencia de placas. Se produce el magmatismo que se asocia al primer
evento de emplazamiento de sistemas porfiríticos en Cajamarca (Camus, 2007), que
se hospedan en rocas mesozoicas deformadas.

Uno de los principales factores que controló el magmatismo (plutonismo – volcanismo) en


el norte del Perú, fue la dirección del movimiento de la placa tectónica oceánica (placa de
Nazca) y sus diferentes razones de convergencia. Antes del Mioceno la placa de
Nazca/Farallón tenía una dirección de convergencia NE (Pardo-Casas y Molnar, 1987) y la
convergencia actuaba alternadamente entre razones altas y bajas. Estas razones se
desarrollaron a su vez paralelo a las fases tectónicas Inca II y III (Benavides-Cáceres). Fue
durante el Mioceno temprano que la actividad magmática se reinició. El magmatismo se
encontró temporalmente ligado a la fase Inca IV (22 Ma; Benavides-Cáceres) y está
acompañada de una alta razón de convergencia

En el Ecuador la fase tectónica Inca se pone en evidencia por los siguientes argumentos:
a) Entre 34 – 37 Ma en la Costa se registra un hiato sedimentario (Benítez, 1995),
b) En la Cordillera Real existe una alta tasa de exhumación entre 43 y 30 Ma (Spikings
et al., 2000),
c) En el área de la cuenca de Cuenca se depositan los sedimentos con el aporte de la
Cordillera Real de la Formación Quingeo (Hungerbühler et al, 2002) y
d) Entre 42 y 37 Ma se tiene una alta taza de convergencia (150 mm/a) en una dirección
N 70° (Pardo – Casas & Molnar, 1987).
Todos estos criterios indican que la Unidad Macuchi se acrecionó al continente en forma
oblicua, durante el Eoceno tardío, deformando al Grupo Angamarca, la Unidad Yunguilla y
emplazando tectónicamente escamas de la Unidad Pallatanga al interior de las mismas.

FASE QUECHUA
El período tectónico Quechua corresponde a una aceleración de la convergencia entre la placa
Nazca y la placa sudamericana, después del cambio de dirección de convergencia a los 26
Ma (anomalía 7). Esta convergencia se caracteriza por una tasa importante, superior a 8 cm/a
hasta 11 cm/a a los 10°S y una dirección casi perpendicular a la fosa Perú-Chile. Para Sébrier
y Soler (13), durante este paroxismo tectónico (período Quechua) el desplazamiento de la
placa sudamericana hacia el oeste (tasa de abertura rápida del Océano Atlántico ecuatorial)
está compensado por el acortamiento de los Andes.
Durante la fase Quechua se formó la superficie de erosión Puna, notoria en el flanco Oeste y
Este de la cordillera Occidental; en las cordilleras mismas la superficie desaparece bajo una
gruesa cubierta de productos volcánicos Pliocuaternarios. Este período se caracteriza por una
intensa actividad magmática efusiva e intrusiva. Tectónicamente este período corresponde a
la estructuración de los Andes tal como se presentan hoy en día, debido a un largo período
de deformación en compresión que afecta los Andes centrales en su totalidad.
Benavides-Cáceres también subdivide esta Fase en 4 eventos (Quechua I – Quechua IV)
aunque otros autores sólo consideran tres.
 La fase tectónica Quechua I (Mioceno Temprano) se describe bien en el Perú
central dónde existen evidencias de la reactivación de la Faja Plegada del Marañón
(Soulas, 1977), y en el norte del Perú dónde los volcánicos sub-horizontales del
Mioceno Temprano (Volcánico San Pablo) están cubriendo a las rocas plegadas del
Mesozoico y Cenozoico (Noble, y otros, 1990). El análisis estructural sugiere que el
acortamiento fue aproximadamente E-W (Soulas, 1977).
 La Fase Quechua II (Mioceno Medio) también está bien documentado y sigue la
dirección de acortamiento del Quechua I (Mégard, 1984). Esta fase culmina con la
depositación del Volcánico Huambo (9- 5 Ma) Realmente la faja plegada y
sobreescurrida Subandina, que originalmente se pensó era principalmente de edad
Miocenica Tardía (Quechua III), es el resultado de la deformación episódica que
involucró las tres fases de deformación Quechua como lo sugiere la deformación de
las molasas asociadas (Aleman y Marksteiner, 1997). Desde tiempos del Plioceno,
los Andes se levantaron por lo menos 3,000 metros. La Faja Plegada y Sobre-
escurrida del Subandino continúa su propagación al antepaís. Sin embargo, el alto
andino y las tierras bajas del Pacífico experimentaron fallas de rumbo e inversión de
fallas (Sébrier y Soler, 1991).
 El último evento de la Tectónica Quechua (Quechua IV) conocida por algunos
autores como Fase Tectónica Pliocena es la responsable de la totalidad del
levantamiento de los Andes, el mayor levantamiento se ha producido en el Plio-
Cuaternario; según B. Dalmayrac et al. (1988), dicho levantamiento es del orden de
200 m., el cual es evidenciado por el encajonamiento profundo de los valles andinos.
En el Ecuador, en la Cordillera Real se tiene una alta tasa de exhumación entre 23 y 15 Ma.
Pudiendo ser el efecto de un cambio en los vectores de subducción de placas durante el
Mioceno temprano (Spikings et al., 2000
Figura 1. Cuadro Geocronológico, Estratigráfico y Tectónico de Cajamarca, ORBASA –
2013.
Figura 2. Macro estructural de los andes centrales del Perú y Placa de Nazca (Churchill
Vela, 2008)

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