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Porque hay cultura más allá de la Europa occidental que parecer ser el centro y el fin de
las historias que se presentan en la educación oficial, en el caso de México eso ha
significado olvidarse de los orígenes prehispánicos que se enseñan. Ha significado
olvidarse de los aportes culturales de los grupos humanos que habitaban el área que hoy
ocupa el México actual. También ha significado olvidarse de las aportaciones de las
culturas egipcia, Mesopotámica, Mesoamericana, Hindú y China donde se dieron
descubrimientos y desarrollo tecnológicos que aportaron al desarrollo de la Europa
industrial y al mundo en general.
No fue entonces solo el aporte de los griegos, sino el aporte de los egipcios, de los
hindúes, de los chinos, de los mesoamericanos, que deberíamos de conocer y reconocer
en la enseñanza de la historia. Saber de cómo China producía hierro, imprimía y
producía papel moneda mucho antes que los europeos, tenía ingenieros que apoyaron la
instalación en Inglaterra de mucha de la maquinaria de la revolución industrial.
Descolonizar la enseñanza de la historia, eurocéntrica y enseñar una historia que
muestre la historia desde la visión propia: nuestra. Mostrar que no hubo un
descubrimiento de América, pues ésta ya estaba descubierta y poblada por los pueblos
mesoamericanos, que no ocurrió un encuentro, sino un genocidio cultural, poblacional,
que destruyó casi toda la cultura y memoria de los pueblos mesoamericanos, de cuya
herencia sobrevivió poco hasta nuestros días y que la arqueología ha estado rescatando
esa cultura y esa memoria destruida por los españoles que vinieron a invadir y ocupar el
territorio mesoamericano de forma violenta.
Josep Piqué nos dice que “EEUU, la potencia vencedora tras la caída del Muro, tenía
enemigos y adversarios” Se está configurando un nuevo orden mundial. Una era post
occidental donde las potencias tradicionales buscan su lugar, en una globalización que
ha dado oportunidades a países que ahora manejan los hilos de la geopolítica. En su
libro “El mundo que nos viene”, el economista, ex ministro y empresario Josep Piqué,
desglosa una nueva realidad cuyo futuro está aún por definir. De momento, la
incertidumbre planea sobre el planeta. Hace unos meses la consultora de riesgos
políticos Eurasia Group alertaba sobre la posibilidad de que se desencadene de manera
inminente una crisis geopolítica y Josep Piqué coincide en el pronóstico. Oriente toma
el relevo de occidente y los grandes conflictos internacionales provocados por los
intereses estratégicos se incrementan. Evidentemente una crisis geopolítica con ĺleva
una crisis geoeconómica y las diferentes potencias intentan protegerse. Echemos un
vistazo al tablero internacional. Estarán equivocados si siguen pensando en China como
en una potencia emergente. El gigante asiático ha superado esa frontera y ya ni siquiera
es el fabricante del mundo; un rol que ya ha asumido India. Siria -donde Israel e Irán
están saldando sus cuentas- sigue sin recomponerse después de la caída de Sadam
Husein; e Irán ha emprendido su cruzada por recuperar su identidad de antiguo imperio
persa. EEUU se repliega en una política proteccionista para poner a resguardo su
economía ¿Y Rusia? La antigua Unión Soviética también sigue, según Josep Piqué,
intentando reencontrarse consciente de su valor en recursos naturales. Europa, sin
embargo, no está teniendo un lugar de excepción en este reparto de nuevos roles del
tablero geopolítico de esta era postoccidental. “Deberemos reaccionar si no queremos
ser el 'parque temático' del mundo” afirma Josep Piqué. Pero tanto Alemania como
Francia están en fase de intentar resolver la oleada de nacionalismos y populismos que
azota la Unión Europea; la cual deberá responder con más democracia. La crisis del
euro, el Brexit, la crisis demográfica, los populismos y nacionalismos al alza… La
Unión europea se enfrenta a un reto histórico que deberá superar. No es mi intención
spoilear esta sorprendente entrevista, pero sí diré que según Josep Piqué ese mundo
bipolar al que nos habíamos acostumbrado y creíamos eterno desde el fin de la Segunda
Guerra Mundial, ha desaparecido. La caída del Muro de Berlín con el desmembramiento
de la Unión Soviética dejó una gran potencia vencedora, EEUU, que, se pensaba,
extendería las democracias por todo el mundo, el libre comercio... pero no ha sido así.
Alfredo Jalife nos dice que China está en el primer puesto de la economía más principal
del mundo, segundo puesto La Unión Europea, tercer lugar tenemos a Estados Unidos y
en cuarto lugar a la India, en el quinto lugar está Rusia y Alemania. La única economía
que brilla entre los 10 primeros es la de Brasil.
Además que las relaciones de Rusia con EU y los países de Europa occidental se han
vuelto frías, los lazos relativamente cálidos entre China y Rusia han atraído renovado
interés, ya que pueden “evolucionar en una alianza”, lo cual ha sido enfatizado por
académicos y periodistas de Occidente.
Desde el fin de la guerra fría existen dos principales puntos de vista que definen
la evaluación occidental de las relaciones de China y Rusia) son “vulnerables,
contingentes y marcados por incertidumbres: un matrimonio de conveniencia que puede
llevar a la separación) los factores estratégicos y aún ideológicos de China y
Rusia formarán eventualmente una alianza antiestadunidense, antioccidental ya que
Rusia y China ven a EU como un posible obstáculo a sus objetivos.
Señala que algunos funcionarios y analistas occidentales han especulado (y quizá aún
anhelado) que los conflictos en Siria y Ucrania, en que los que Rusia se ha involucrado
profundamente, llevarían a tensiones entre Pekín y Moscú y aún a una ruptura, lo cual
no ha sucedido.
Existe una tercera vía china que se acerca a Rusia sin alejarse demasiado de EU, ya
que China no tiene interés en una alianza con Rusia, ni en formar un bloque anti-EU o
anti-occidental de ningún género.
Es fascinante la sinopsis histórica de Fu Ying sobre la relación de China con la ex
URSS y ahora con Rusia desde el fin del siglo XIX, salpicada frecuentemente por
rivalidad y desconfianza.
En forma muy elegante critica el extravío atlantista de Rusia que nació de la sepultura
de la ex URSS y que con el objetivo de ganar la confianza y ayuda de Occidente, Rusia
siguió las prescripciones occidentales para sus reformas económicas, e hizo también
concesiones en temas de suprema seguridad, incluyendo la reducción de su arsenal
estratégico de armas nucleares, lo cual resultó en un soberano fracaso, ya que desde
1992 la OTAN aceleró su expansión a las fronteras de Rusia, hasta cuando los rusos
empezaron a tener mayor atención en Asia. ¡Qué ingenuidad!
Los lazos económicos son estratégicamente estructurales, ya que a inicio de los noventa,
el comercio bilateral anual entre ambos era de 5 mil millones de dólares, mientras en
2014 era cercano a 100 mil millones de dólares: ¡20 veces más en un cuarto de siglo!
Aduce que las relaciones de EU y China han tenido frecuentes alzas y bajas, mientras
las relaciones de EU y Rusia se han vuelto muy tensas, debido a que Rusia ahora tiene
que contender con significativas sanciones de EU”.
Atempera que desde la perspectiva china, la relación tripartita no debe ser considerada
un juego en que dos jugadores se alían contra un tercero, ya que EU y sus aliados
pueden interpretar los lazos más íntimos entre China y Rusia como evidencia de una
protoalianza que intenta interrumpir o desafiar el orden mundial encabezado por EU.
¡La inevitable tripolaridad y la teoría de juegos de Von Neumann!