CRECIMIENTO POBLACIONAL URBANO Y RURAL Y SUS IMPLICACIONES
RESPECTO A LOS RECURSOS NATURALES
Guatemala no se escapa de esa misma dinámica. En el censo de 1981 la
relación era 67% rural y 33% urbano. Para 1994 esa relación había cambiado poco; 64% rural y 36% urbano. En los siguientes 8 años la aceleración de la urbanización de la población fue más pronunciada y llegamos a 53% rural y 47% urbana. El umbral de la transición a una población más urbana que rural se dio en el año 2007. La estimación en el 2012 es de 58% urbana y 42% rural. Lo que más debemos mantener en mente es que en los próximos 20 años llegaremos a 70% de población urbana.
La ciudad de Guatemala es la urbe más importante y grande de
“Para el año 2032, la población urbana de Guatemala será de 15 millones,
y la rural, de 7 millones. Necesitamos preparar a las tres áreas metropolitanas principales y cuatro ciudades emergentes para albergar ese crecimiento.”
Quique Godoy, economista
En números absolutos es aún más impresionante. En este momento somos
(según proyecciones de INE a junio 2013) 15.5 millones de guatemaltecos, de los cuales 8.5 millones vivimos en áreas urbanas (no sólo la ciudad y su región metropolitana sino también otras ciudades emergentes) y 7 millones viven en área rural. Para el 2032 esa proyección nos dice que seremos 22 millones de habitantes. Curiosamente serán los mismos 7 millones de habitantes en área rural y 15 millones en áreas urbanas. En tres grandes áreas metropolitanas estarán divididos 10 millones de habitantes. Seis millones en la región metropolitana de Guatemala, dos millones en la región de Xela y otros casi dos millones en la región Cobán-Carchá- Chamelco en Alta Verapaz.
¿Por qué es importante entender esto? Porque necesitamos preparar esas
(y otras 4 ciudades emergentes menores que tendrán entre 500 mil y 1 millón de habitantes) para albergar esa cantidad de población y hacerlo, además, de manera sostenible.
La ciudad de Quetzaltenango es la segunda zona urbana más importante
de Guatemala. (Archivo Nuestro Diario)
La ciudad de Quetzaltenango es la segunda zona urbana más importante
de GuatemalaNo hay un solo país en el mundo que sea “desarrollado” o “rico” y al mismo tiempo sea rural. Pero sí hay varios países en el mundo que son ya principalmente urbanos y aún no son desarrollados ni ricos. El crecimiento de la población urbana no se va a detener. Eso es importante entenderlo. Pero más importante aún el hecho de que debemos visualizar, planificar y construir estas áreas urbana para el bienestar de la población y sus demandas.
La pobreza rural es muy dura; la pobreza urbana es cruel y genera
inequidad, conflictividad, tensión social y violencia. Construir ciudades sostenibles es una obligación impostergable que no puede recaer exclusivamente en las autoridades nacionales y municipales, pero si son los principales responsables.
En próximas entregas compartiré acerca de los principales retos que
tenemos en esta nueva Era Urbana.
Estudio de la Urbanización en Centroamérica: Oportunidades de una
Centroamérica Urbana”, realizado recientemente por el Banco Mundial, Centroamérica es la región con mayores tasas de crecimiento de población urbana en el mundo, después de África. Sus países presentan tasas de urbanización anual por encima de la media mundial, con una tasa de 2.5% en Costa Rica y hasta 3.4 % en Guatemala.
El informe destaca que a pesar de que Guatemala tiene una de las
menores proporciones de población urbana con 54% (8.6 millones aproximadamente), con respecto a otros países de la región, por la velocidad en la que están aumentando sus niveles de urbanización, para el 2050 el número de su población urbana aumentará a 67.3% con respecto a la rural. Únicamente tres municipios del país cuentan con un plan de ordenamiento territorial, de acuerdo a datos de la SEGEPLAN.
La rápida expansión urbana que está experimentando el país conlleva
necesidades que los gobiernos deben brindar a todos los habitantes a mediano plazo: infraestructura, servicios básicos, vivienda, educación y salud; y si a esto se le suma las consecuencias provocadas por la falta de planificación y control, el reto es mayor.
Dentro de los efectos provocados por el acelerado crecimiento de las
ciudades y su falta de planificación destacan: la degradación ambiental y el agotamiento de los recursos naturales que además incrementan la vulnerabilidad a desastres naturales; las ocupaciones espontáneas en áreas de riesgo que ha llevado a la proliferación de asentamientos precarios en donde habitan 29% de los residentes urbanos; y la falta de capacidad de respuesta institucional a la creciente demanda de suelo y cobertura de servicios básicos de calidad.
Es importante estar conscientes que los requerimientos de agua, energía y
materiales, así como la generación de desechos y emisiones que generan las áreas urbanas en rápido crecimiento tendrán repercusiones ambientales que deben ser consideradas principalmente por sus efectos en las áreas rurales. Es importante reconocer que todas las áreas urbanas dependen de una variedad de ecosistemas, que de seguir la tendencia no podrán ser capaces de seguir con sus funciones por mucho tiempo.
El fenómeno urbano puede verse como una oportunidad para implantar
ciudades donde los recursos naturales estén disponibles para todos los pobladores y sean sostenibles y equitativos. Para esto es fundamental la planificación y el ordenamiento territorial, que permitan regular las actividades económicas y productivas de acuerdo a la capacidad que tienen los ecosistemas y sus relaciones socio-culturales.