Вы находитесь на странице: 1из 12

Revista Fuerzas Armadas y Sociedad • Año 18 • Nº 3-4• pp.

259-270

Reflexiones en torno a la homosexualidad


y fuerzas armadas

Claudio Ortiz Lazo


Ministerio de Defensa Nacional, Chile.

Resumen
En el presente artículo se analiza desde una perspectiva más amplia la situación de
la incorporación de personal homosexual a las fuerzas armadas. En una perspectiva
comparada, se establece, además, que la importancia de este tema en ejércitos de
países desarrollados se debe a cambios sociales, necesidades operativas y el desarrollo
de una creciente política de los estados de generar los máximos niveles de igualdad
de oportunidades entre todos los componentes de la sociedad, lo que incluye a las
fuerzas armadas. Además, este proceso no puede ser visto sólo desde un aspecto
moral, que tiene a segmentar la sociedad y que puede aislar a la sociedad de sus
instituciones militares. En todo caso, hay múltiples opciones para enfrentar este
tema, que en nuestro país recién comienza, ya que no hay recetas únicas y debe ser
realizado de acuerdo a las características propias de la sociedad.

Abstract
This paper will discuss the issues involved in the incorporation of homosexual
personnel into the Armed Forces. From a comparative standpoint it is established
that the increasing relevance of this matter within the Armed Forces in developed
countries is due to social changes, operative necessities and the development of
a growing policy from the states towards the generation of maximum levels of
equality of opportunities for all individuals, including the Armed Forces.
Furthermore, this process can’t be just tackled from a moral point of view which
tends to segregate society and can isolate society from its military institutions.
Finally, there exist multiple options to face this topic, since there are not unique
ways and therefore it must be tackled considering the particular features of society.

Palabras claves: Fuerzas armadas, género, homosexualidad, política de


defensa.

259
Claudio Ortiz Lazo

INTRODUCCIÓN

En un intento de comprender un tema complejo, se ha abierto la dis-


cusión sobre distintos aspectos que relacionan a la sociedad y las fuerzas
armadas. En un artículo recientemente aparecido se busca argumentar des-
de el punto de vista ético la inconveniencia del ingreso de personas con una
orientación sexual homosexual a las instituciones armadas1.

Este esfuerzo por tratar un tema que importa a la sociedad es destacable,


especialmente cuando el análisis proviene desde una de las ramas de las
fuerzas armadas de Chile. Sin embargo, reconociendo que es un enfoque
válido, creo que existen otros elementos de igual importancia para enfren-
tar el tema de la homosexualidad en las fuerzas armadas de cualquier país,
que no han salido aún en esta fase inicial de la discusión.

Para iniciar nuestro análisis debemos indicar algunos aspectos básicos:


¿Qué es la homosexualidad? La homosexualidad es la atracción sexual y
emocional que sienten los hombres hacia los hombres, y la atracción sexual
y emocional que sienten las mujeres hacia las mujeres. A esto se le llama
también “atracción hacia el mismo sexo”. Algunas de las palabras que se
usan para describir a aquellos que experimentan atracción hacia su mismo
sexo son: para los hombres, gays; y para las mujeres, lesbianas. Sin embar-
go, no todos los que experimentan atracción hacia su mismo género esco-
gen identificarse a ellos mismos como gays o lesbianas.

Como la definición se centra en el plano de la atracción, cobra rele-


vancia lo actitudinal y de opción de vida (ambiental). Pero cuando se suma
la identificación, proceso psicológico que se desarrolla en la psiquis, ad-
quiere un peso significativo la definición de la estructura de personalidad,
incluyendo los sellos parentales y la componente genética heredada.

¿Qué hace, entonces, que un homosexual cuya identificación genera


la atracción por el mismo sexo, opte por una opción de vida profesional
como la militar, donde los patrones masculinos están marcadamente defini-
dos? Se puede hacer un par de reflexiones al respecto:

Primero, pudiera tratarse de una persona cuyo origen se relaciona con


una familia funcional donde los patrones de crianza están basados en la
asertividad y sentido común. Lamentablemente, esta persona especial no

1 Santelices, Gonzalo. 2004. “Homosexualidad y Fuerzas Armadas”. Memorial del Ejército de


Chile. Nº 473, Agosto.

260
Reflexiones en torno a la homosexualidad y fuerzas armadas

logra identificarse con sus sellos parentales respectivos, a pesar de la “crian-


za promedio”. Se hipotetiza, entonces, que podría estar generando un sen-
timiento de culpa, que le obliga a cumplir con la deseabilidad social y el
estándar de vida esperado por los padres y busca en la milicia fortalecer su
enfoque masculino debilitado.

En otra situación, si un homosexual logra entrar a las filas, ¿cómo se


podría interpretar el hecho?; es un problema de falta de claridad frente a la
situación por parte de la institución, no estaba normada legalmente o polí-
ticamente la ocurrencia del hecho. En un plano administrativo la selección
no fue lo suficientemente acuciosa para descartar la condicionante o sim-
plemente la persona evaluada presentaba una personalidad estructurada
con los ejes centrales de análisis: funcionamiento intelectual, adaptación
afectiva y relaciones vinculares dentro de lo esperado.

En el plano de la eficiencia, donde la natural presencia de habilida-


des, destrezas, en definitiva el «ser capaz de», orientan a una persona en su
elección profesional, donde el individuo psíquico trabaja para el auto-desa-
rrollo personal en búsqueda del fin último, la felicidad, sin duda es una
necesidad transversal que cruza a todo ser humano, independiente de la
condición sexual. Se superpone, entonces el problema de la homosexuali-
dad, o bien se supone simplemente que un homosexual es ineficiente. La
historia señala hitos al respecto.

Por otro lado, podría ser altamente beneficioso observar que dentro
del grupo de homosexuales, al igual que entre los bisexuales, hay estructu-
ras de personalidad estables e inestables. Y que por condición psicológica,
las personalidades inestables son cuestionadas en cualquier ámbito laboral
para el ingreso, pensando en que la organización requiere perfiles que se
adapten a la misión, visión y orientación de la institución2.

El análisis anterior nos permite apreciar, que si bien existe un ámbito


fisiológico, la homosexualidad ha sido considerada como un desorden de la
personalidad, pero no es una enfermedad con niveles de contagio, como si
fuera una peste o una pandemia. Es, por decirlo de alguna manera una con-
dición individual con efectos sociales, pues son las expresiones sociales muy

2 Agradezco, en estos puntos, los comentarios y apreciaciones de la psicóloga Mabel


Saavedra que permitieron precisar los conceptos de personalidad de las personas homo-
sexuales, así como de las características de los procesos de selección. Además para
entender la complejidad del tema se sugiere seguir el análisis del Manual DSM-IV, Guía
de Uso. Editorial Masson, Madrid, 1997.

261
Claudio Ortiz Lazo

importantes para definir la orientación sexual de los individuos. El tema ha


sido visto desde una gran cantidad de visiones y disciplinas. La psiquiatría, la
biología, la psicología, la historia, la antropología, la sociología, el derecho,
la política, incluso la economía han aportado argumentos para analizar las
formas del comportamiento humano en esta materia. Pero en lo que respecta
a este artículo, su análisis se centrará en aquello que compete a esta situación
en las fuerzas armadas occidentales, con algunas menciones a la realidad en
América Latina.

HOMOSEXUALES EN LOS CUARTELES

En general, el debate en el ámbito internacional ha estado centrado en un


aspecto capital: cómo afectaría la presencia de homosexuales a las fuerzas arma-
das. Las miradas que se han dado a este tema son diversas y van desde la bioló-
gica hasta la de la política. Pero ninguna ha sido muy coincidente con la otra, lo
que ha permitido desarrollar una literatura importante y amplia sobre el tema3.

Desde la postura de aquellos que se oponen a la inclusión de homosexua-


les a las fuerzas armadas se ha señalado que su presencia interfiere con la efec-
tividad y la voluntad, disminuyendo la cohesión y la moral de las tropas; que
existen potenciales posibilidades de acoso sexual por parte de los homosexua-
les; que son inmorales y que existe un alto riesgo de transmisión del VIH/SIDA
entre homosexuales, lo que conllevaría distintos tipos de problemas al interior
de las fuerzas armadas. Por su parte, quienes abogan por permitir que los hom-
bres y mujeres homosexuales ingresen a las fuerzas armadas, insisten que estos
argumentos no son válidos e indican que las exclusiones se basan simplemente
en perjuicios, no hechos, pues nada de eso ha sido comprobado4.

Por cierto, la aplicación de políticas y prácticas sobre esta materia no


ofrecen recetas únicas y dependen de diferentes aspectos y características de
la sociedad en la cual se desarrollan.

Sin embargo, podemos indicar que uno de los contenidos centrales que
debiese considerar la autoridad para enfrentar la presencia de homosexuales en

3 Dyer, Kate. 1990. Gays in Uniform. The pentagon’s secret reports. Alyson Publication, Boston.
Ver también: Belkin, Aaron y Melissa Sheridan Embser-Herbert. 2002. “A Modest Proposal:
Privacy as a Flawed Rationale for the Exclusion of Gays and Lesbians from the US
Military”. International Security, Nº27 (Fall 2002), pp. 178-97.
4 Segal, Mady W. 2003. “Sexuality and the Military”. En Callaghan, James y Franz Kernic
(Eds.), Armed Forces and International Security. Global Trends and Issues. Lit. Münster, 2003, p. 217.

262
Reflexiones en torno a la homosexualidad y fuerzas armadas

las fuerzas armadas es la disposición a analizar las distintas perspectivas sobre


las cuales se inserta la discusión, antes de cometer graves prejuicios que dañan a
esos grupos, a las instituciones armadas y, principalmente, a la sociedad.

Según el ya clásico trabajo de Moskos, Williams y Segal5 la tolerancia hacia


la homosexualidad en las fuerzas armadas ha evolucionado desde el castigo, en el
período moderno (1940-1945), el despido en el período moderno tardío (1945-
1990) y, finalmente, la aceptación, en el período postmoderno (desde 1990).

Este proceso, como se puede suponer, no ha sido aséptico, al contrario;


es un buen ejemplo de la constatación concreta de una transformación de las
sociedades de los países desarrollados llena de problemas y conflictos origina-
das por grupos que buscan una validación social y, por otro, grupos que los
rechazan. Este proceso –característico de las sociedades de los países desarro-
llados– no es exclusivo de ellos, la diferencia estriba en los énfasis con que se
han manifestado en países que se encuentran en vías de desarrollo, así como
lo avanzado y permanente del cuestionamiento de la sociedad.

Y, una pregunta un tanto evidente es: ¿por qué se llegó a la aceptación


de homosexuales en ambientes preferentemente masculinos? Según el análi-
sis de Moskos, porque las sociedades y en buena medida las fuerzas armadas
por una u otra causa han necesitado ser aceptadas, abandonando el aisla-
miento en el que se encontraban al final del período de la Guerra Fría6.

Pero existe otra respuesta, luego de haber analizado el comportamiento de


homosexuales en fuerzas armadas fuertemente comprometidas en acciones mili-
tares de combate o de misiones internacionales de paz como las estadounidenses,
las británicas, las canadienses, las australianas y las israelíes se ha llegado a la
convicción de que a pesar que en un comienzo, altos porcentajes de los soldados
indicaron que no se mantendrían en las fuerzas armadas si los homosexuales eran
aceptados, eso finalmente no sucedió. Por lo tanto, en términos cuantitativos la
presencia de homosexuales no ha sido relevante al momento de desarrollo de
operaciones o maniobras, pues no afectarían la esencia de la vida militar7.

En términos más simples, los temores iniciales no se cumplieron debido


especialmente a que existió un fuerte proceso de aceptación que ha sido pro-
ducto de una cultura social que busca principalmente la igualdad de oportuni-

5 Moskos, Charles, John A Williams y David Segal, The Postmodern Military, Oxford, 2000, p.
15.
6 Moskos, op.cit., p. 3.
7 Belkin, Aarón. 2003. “Don’t Ask , Don’t Tell: Is the gay ban based on Military Necesity?”
Parameters; Nº33, (Summer 2), p. 111.

263
Claudio Ortiz Lazo

dades a todos los miembros del conglomerado. Y, además, lo anterior se com-


plementa con el establecimiento de claras definiciones y medidas disciplinarias
que las autoridades militares han impuesto para evitar que al interior de las
fuerzas armadas ocurrieran actos de acoso sexual o intentos de violación.

Pero la normativa que se ha diseñado es simplemente una explicitación


de que hombres y mujeres tienen, o deberían tener, las mismas seguridades
en la labor militar, sin perjuicio de su integridad personal8.

EXPERIENCIAS COMPARADAS

El tema de la homosexualidad, al ser estudiado, revela que no es un


cuestionamiento reciente en las fuerzas armadas de países como Estados Uni-
dos o los de Europa, aunque podría decirse que es un tema relativamente nue-
vo en los países de América Latina y algunos sectores de Asia, siendo recogido
por las corrientes de investigación basadas en los estudios de la sociología mili-
tar y, en especial, en la psicología militar sólo en los últimos años9.

En las «fuerzas armadas de la postmodernidad», definición acuñada


por el propio Moskos, al igual como sucede en la sociedad, los homosexua-
les son tolerados, aunque no aceptados, básicamente porque en el momen-
to de la selección no existe un cuestionamiento de la orientación sexual10.

En los ejércitos de masas, los homosexuales al ser descubiertos eran en-


carcelados o dados de baja deshonrosamente. En los tiempos modernos, el
castigo disminuyó pero se consagró una especie de estigma social que estaba
asociado a una falta grave del honor militar. Esta es la posición de las fuerzas
armadas de Estados Unidos. La política «no digas, no preguntes» bien puede
definir el contexto, pues de esa manera las fuerzas armadas norteamericanas
conciben el hecho que en su interior existen militares que son homosexuales,
pero que dadas las necesidades de contingente permanente, la liberalidad de
la sociedad que se refleja en el componente militar de esa sociedad, y que
existe una alta especialización de las labores militares en un ejército sofistica-
do, la orientación sexual no debería ser un problema de efectividad en el

8 Ibid. p. 112.
9 En tanto que la homosexualidad pueda afectar la cohesión del grupo y provoque procesos
de stress o angustia en los componentes de las unidades. Ver Goldstein, Joshua. 2002.
Gender and the Military, Cambridge University Press, Cambrigde.
10 Moskos, op. cit., p. 23.

264
Reflexiones en torno a la homosexualidad y fuerzas armadas

desarrollo de las operaciones militares. Es una especie de «vista gorda» ante


una situación que no se desea controlar, ni menos difundir, pues los resultados
podrían ser impredecibles en términos de prestigio11.

En otros países como el Reino Unido, la posición es más tajante. No se


admiten homosexuales a las fuerzas armadas por incompatibilidad en el servicio,
sin embargo, no se pregunta la orientación sexual en la selección. Aunque en la
actualidad existe una especie de debate interno sobre cuál es la mejor manera de
proceder, que se sostiene en dos puntos algo irreconciliables, la importancia del
individuo y sus derechos o el valor del sentido de la comunidad. En donde inclu-
so ha debido intervenir la Corte Europea de Derechos Humanos12.

En todo caso, en Gran Bretaña, lo más importante a considerar –junto


con la posibilidad de la igualdad de derechos– es que las fuerzas armadas
poseen códigos de conductas, valores militares y principios organizacional
es que requieren el respeto irrestricto de ellos, no importando la condición
sexual, religiosa, racial o cualquier otra del uniformado13.

Francia, por otro lado, no cuestiona el hecho de la orientación sexual,


mientras se cumpla con las obligaciones del servicio, puesto que la homose-
xualidad no es ilegal, aunque se señala expresamente que se prohíbe la
actividad sexual dentro de los límites de un recinto militar14.

Holanda, país reconocidamente liberal, se encuentra en una posición parti-


cular. A mediados de los ochenta comenzó una integración activa de los homo-
sexuales en las fuerzas armadas aun cuando por parte de la oficialidad y la tropa
se mantenía una distancia a esta opción. Sin embargo, prevaleció el sentido que
debía buscarse una mayor igualdad de oportunidades a todos los miembros de la
sociedad holandesa, incluyendo los homosexuales. En todo caso, se ha buscado
una regularización expresa a conductas reñidas con la disciplina15.

Los estudios realizados especialmente por el Center for the Study of


Sexual Minorities in the Military, de la Universidad de California en San-
ta Bárbara, han demostrado que no existirían problemas de disciplina
y de cohesión en ejércitos como el israelí o el canadiense, y los proble-
mas cuando ocurren son solucionados de acuerdo a procedimientos

11 Ibid. p. 24.
12 Moskos, op. cit., pp. 44 y 45. ver ademas Dandeker, Christopher. 2003. “Homosexuality
and Military Service”. En Callaghan y Kernic (Eds.), op. cit., pp. 226 - 227.
13 Dandeker, op. cit.
14 Moskos, op. cit., p.68.
15 Ibid. p. 113.

265
Claudio Ortiz Lazo

muy bien definidos y conocidos por todos los integrantes de la organi-


zación afectada 16 .

Si bien es cierto en América Latina este tema puede ser muy reciente
hay algunos estudios que indican un camino a seguir, en la perspectiva com-
parada17. En el estudio de Maria Celina D’Araujo se indica que en varios
países de América Latina está prohibido el ingreso de homosexuales a las
fuerzas militares, aunque en algunos países como Bolivia, Brasil y Colom-
bia, existe un debate público sobre este tema. En Colombia, desde 1999,
los homosexuales no pueden ser expulsados de las fuerzas armadas por
cuestiones de preferencia sexual18. Todo parece indicar que en este aspecto
cada país ha adoptado las medidas frente al tema que le parecen más apro-
piadas y de acuerdo con las necesidades de la sociedad en la que se desarro-
llan las fuerzas armadas.

En términos generales, el factor moral puede ser considerado sólo un


aspecto de la multiplicidad de factores que las organizaciones deberían su-
poner cuando seleccionan al personal. En ese sentido las orientaciones sexua-
les no deberían ser consideradas al momento de seleccionar a los soldados.
Asimismo, no es deber de las instituciones militares de ningún país ejercer
una función fiscalizadora de la sociedad, por lo tanto, si esas instituciones
definen criterios sobre el personal que desean tener deben ser lo suficiente-
mente claros como para crear los mecanismos de selección adecuados. Cier-
tamente, las fuerzas armadas de países europeos o norteamericanos han
considerado otros factores más relevantes que el moralista.

EL DEBATE EN CHILE

El debate en Chile recién está comenzando y es poco lo que se ha


avanzado en este aspecto. En general, las fuerzas armadas declaran que no
tienen grandes problemas públicos con este tema, asumiendo que el nivel

16 Ver http://www.gaymilitary.ucsb.edu/Publications/PublicationsHome.htm. Según insti-


tuciones preocupadas por este tema en Estados Unidos, la mayor parte de las renuncias de
soldados homosexuales se produce no por problemas de moral, sino por denuncias de las
parejas que por distintas razones deciden exponer hacia el interior de las fuerzas armadas.
17 D’Araujo, Melina Celina. 2003. “Pós-modernidade, sexo e gênero nas Forças Armadas”.
Security and Defense Studies Review. Volume 3 (1), Spring.
18 D’Araujo, op. cit., p. 99. Es evidente que las necesidades de personal en tiempos de
conflictos generan licencias donde no importan aspectos como el género o la orientación
sexual.

266
Reflexiones en torno a la homosexualidad y fuerzas armadas

de denuncias por problemas de actos homosexuales al interior de las insti-


tuciones no tiene una incidencia importante en el desarrollo de sus políticas
institucionales.

En términos generales, tampoco existe un interés especial en los gru-


pos y asociaciones de homosexuales por presionar para que las instituciones
armadas abran espacios dedicados exclusivamente a un porcentaje de ho-
mosexuales, con una especie de discriminación positiva, lo que por cierto
no es posible en estructuras organizacionales como las militares.

En el análisis interno, el Código de Justicia Militar no sanciona la ho-


mosexualidad de los integrantes de las fuerzas armadas como delito que
tenga alguna sanción. Tampoco existe una norma que prohíba el ingreso de
los homosexuales a las escuelas matrices, en los reglamentos disciplinarios
de las fuerzas armadas19.

En ese mismo sentido, la expresión de evitar que homosexuales ingre-


sen a las instituciones de la defensa debería ser expresamente declarado,
cosa que no sucede. Sin embargo, al seguir el análisis de las estructuras
organizacionales militares, la selección del personal puede definir quiénes
deben incorporarse a las ramas, de acuerdo con el cumplimiento de los
requerimientos de ingreso.

Las sanciones aplicadas en las unidades militares o navales están conte-


nidas en las disposiciones que indican que los funcionarios no deben cometer
acciones que vulneren los valores y la moralidad que se sostienen en las fuer-
zas armadas. Dichas sanciones, aplicadas para homosexuales y heterosexuales,
indistintamente, conllevan la expulsión del personal de la institución.

Estas medidas disciplinarias se encuentran en las legislaciones militares


de la mayoría de los países del mundo pues vulneran no sólo aspectos mo-
rales y de convivencia, sino que además chocan fuertemente con la discipli-
na militar en lo esencial. Chile no es la excepción. Como hemos visto con
anterioridad, la disciplina y la explicitación de la reglamentación de la con-
ducta son dos factores fundamentales por los cuales se rige la forma de
convivencia, no para evitar que los homosexuales ingresen a las institucio-
nes castrenses sino para impedir que otros aspectos como la orientación
sexual sean determinantes en la convivencia en la vida militar.

19 Código de Justicia Militar Decreto 1.614 del 24 de noviembre de 1992. Editorial Jurídica
de Chile. Ver también Reglamento de Disciplina para as Fuerzas Armadas. Decreto
Supremo Nº 1.445 del 14 de noviembre de 1951.

267
Claudio Ortiz Lazo

A pesar de que en la sociedad chilena existe un grupo de ciudadanos


de orientación sexual homosexual, no implica que no puedan cumplir con
los deberes militares. La cuestión de fondo es si las convicciones morales
debieran ser determinantes para restringir el ingreso a las fuerzas armadas,
porque si así fuera entonces podría argüirse que de la misma manera se
estaría discriminando a grupos étnicos o religiosos que eventualmente tu-
vieran aspectos valóricos y culturales diferentes que los institucionales. Lo
que eventualmente llevaría a un conflicto y las fuerzas armadas se aislarían
de la sociedad y esto, en lo fundamental, es lo que se busca evitar.

Pareciera entonces, que la moralidad no sería un buen indicador de


eficiencia, pues ninguna organización puede garantizar la moralidad de sus
miembros. La regulación del comportamiento humano no se ha establecido
por normas, sino más bien por criterios orientadores. Si fuera así, entonces se
debería poder asegurar que en ninguna repartición del Estado existen con-
ductas inmorales como la violencia intrafamiliar, el abuso de drogas, la co-
rrupción o cualquier expresión que atente contra el sentido último de una
organización estatal, como lo es la búsqueda del bien común del ente social.

Lo moral no puede ser atribuido exclusivamente a expresiones sexua-


les y, por lo tanto, lo inmoral no sólo puede ser atribuido a homosexuales.
Si bien es cierto que los grupos homosexuales están expuestos a contraer
alguna enfermedad de tipo sexual, los grupos heterosexuales también lo
están cuando no existen conductas adecuadas en esa materia. Entonces,
estos indicadores son apenas una variable.

Las instituciones de la defensa, en su contexto global, son generadoras de


seguridad y defensa para la comunidad que las crea y no debe ser una institu-
ción excluyente o excluida. Si así fuera debería quedar definida con anteriori-
dad a su ejecución, por ejemplo, a través de requisitos expresos y la aplicación
de instrumentos que los midiesen con fidelidad, que se rechazará a personas
que no cumplen con requisitos preestablecidos o reforzar la selección con prue-
bas proyectivas que garantizaran la heterosexualidad del postulante.

CONSIDERACIONES FINALES

Las fuerzas armadas son parte de todo aquello que la sociedad es,
evolucionan con ella y de un modo específico la representan. No caben, en
ese sentido, acciones que pudieran distorsionar ese buen rumbo.

268
Reflexiones en torno a la homosexualidad y fuerzas armadas

No se intenta, en estas reflexiones, inducir a pensar que las fuerzas


armadas establezcan políticas relacionadas a algún tipo de discriminación
positiva, sino más bien que todos los procesos socio-culturales tienen una
generación y evolución natural que no deben ser forzados ni limitados por
concepciones fijas. El reparo que debe hacerse, debería estar orientado a la
búsqueda de los mejores militares que cumplan con los requisitos de entra-
da a las instituciones castrenses.

Sin embargo, la orientación sexual de un miembro de las fuerzas ar-


madas no debería ser cuestionada desde el punto de vista moral en tanto no
atente contra los marcos regulatorios y disciplinarios en los cuales esa insti-
tución se desarrolla. De otro modo surgiría la inquietud de saber si en la
probabilidad que existieren homosexuales, hombres y mujeres en las fuer-
zas armadas, cómo debería actuarse frente a ellos a pesar de que no exterio-
ricen su condición y no tengan problemas disciplinarios.

Las sociedades organizadas en el Estado deben miran a las fuerzas


armadas como su propio reflejo, organizadas para combatir las múltiples
amenazas que la pueden dañar. Sin embargo, la visión debe ser amplia con
el fin de evitar excluir a la impresionante diversidad sobre la cual se compo-
ne esa sociedad. La mirada desde un punto de vista fijo impediría que esas
instituciones dieran los pasos sobre los cuales las fuerzas armadas avanzan
con su sociedad.

El valor, el honor, la lealtad, la responsabilidad, incluso la moral son


valores que son intrínsecos a muchas culturas o expresiones culturales, al
estudiar con seriedad el tema se comienza a entender que la evolución de la
cultura no sólo tolera, sino que en una dimensión acepta los cambios socia-
les y estos tarde o temprano producirán efectos en los distintos componen-
tes de la sociedad, incluyendo a las fuerzas armadas.

REFERENCIAS

Gonzalo Santelices, Homosexualidad y Fuerzas Armadas. Memorial del Ejército de Chile


Nº 473, Agosto, 2004.
Kate Dyer, Gays in Uniform. The pentagon’s secret reports. Alyson Publication, Boston. 1990.
Aaron Belkin, Melissa Sheridan Embser-Herbert, “A Modest Proposal: Privacy as a
Flawed Rationale for the Exclusion of Gays and Lesbians from the US Military”.
International Security, Nº27 (Fall 2002).

269
Claudio Ortiz Lazo

Mady W. Segal, “Sexuality and the Military”. En James Callaghan y Franz Kernic (Eds.),
Armed Forces and International Security. Global Trends and Issues. Lit. Münster, 2003.
Charles Moskos, John A Williams y David Segal, The Postmodern Military, Oxford, 2000.
Aarón Belkin, “Don’t Ask, Don’t Tell: Is the gay ban based on Military Necesity?”
Parameters; Nº33, (Summer 2 2003).
Joshua Goldstein, Gender and the Military, Cambridge University Press, Cambrigde 2002.
James Callaghan y Franz Kernic (Eds.), Armed Forces and International Security. Global Trends
and Issues. Lit. Münster, 2003. http://www.gaymilitary.ucsb.edu/Publications/
PublicationsHome.htm.
Melina Celina D’Araujo, Pós-modernidade, sexo e gênero nas Forças Armadas. Security
and Defense Studies Review. Volume 3, Nº 1, Spring 2003.
Código de Justicia Militar Decreto 1.614 del 24 de noviembre de 1992. Editorial
Jurídica de Chile.
Reglamento de Disciplina para las Fuerzas Armadas. Decreto Supremo Nº 1.445 del 14
de noviembre de 1951.

Claudio Ortiz Lazo


cortiz@defensa.cl
Licenciado en Historia y Candidato a Magíster en Ciencia Política mención
estudios de Defensa de la Universidad Católica de Chile. Desde el año 2000 se
desempeña como asesor del gabinete ministerial del Ministerio de Defensa de
Chile. Entre sus últimas publicaciones destacan la “Historia Parlamentaria del
Servicio Militar Chileno”, Estudios de Defensa, P. Universidad Católica de Chile.
2004 y Relaciones entre las Fuerzas Armadas y el Poder Legislativo en Chile: Análisis y
Proposiciones (en conjunto con Mario Polloni y Arturo Contreras), Security and
Defense Studies Review, Vol.1, Nº1, Spring 2001.

270

Вам также может понравиться