Вы находитесь на странице: 1из 23

Apertura Comercial y

Estrategia de Desarrollo
José Antonio Alonso, Carlos Garcimartín
PP 02/05
Resumen
El presente trabajo analiza el papel que la apertura comercial tiene en los procesos de desa-
rrollo. Se discuten los aspectos estáticos y dinámicos de la apertura comercial y se toma en
consideración las respuestas públicas a los fallos de mercado relacionados con los procesos
de industrialización. Finalmente, se estudia la relación existente entre la apertura y la cali-
dad institucional y los márgenes que los procesos de negociación en la OMC permiten a
los países en desarrollo para definir sus estrategias de industrialización

Palabras clave
Crecimiento económico, política de desarrollo, apertura comercial, instituciones, OMC.

Abstract

This paper analyses the role of trade opening on developing processes. It discusses static
and dynamic aspects of the trade opening taking into account the public response to mar-
ket failures related to industrialization processes. Finally, it studies the existing relation-
ship between the opening, the institutional quality and the negotiation processes margins
that allow developing countries to define their industrialization strategies.

Key words

Economic growth, development policy, trade openess, institutions, WTO.

José Antonio Alonso es catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Complutense y director del
Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI); y Carlos Garcimartín es profesor titular de
Economía Aplicada en la Universidad Rey Juan Carlos e investigador en el ICEI.

El ICEI no comparte necesariamente las opiniones expresadas en este trabajo, que son de exclusiva respon-
sabilidad de sus autores.

2
Índice

1. Introducción ………………………………………………………………… 7

2. Liberalización comercial y asignación productiva …………………………. 7

3. Apertura y crecimiento ………………………………….…………………... 9

4. Apertura e industrialización …………………………………………..…….. 11

5. Intervención y fallos de mercado ……………………………………………. 12

6. El papel de las instituciones …………………………………………………. 13

7. La OMC y los países en desarrollo ..…………………………………………. 16

8. Consideraciones finales ..…………………………………………………….. 19

Referencias bibliográficas …………………………………………………….. 23

3
1. Introducción depende en gran medida de la calidad de las
instituciones existentes y de las posibilidades
La opinión económica actual ha puesto espe- que brinda el entorno. El primero de los aspec-
tos señalados obliga a considerar el papel cru-
cial atención en las ventajas que proporciona
cial que las condiciones de gobernabilidad y el
el comercio como instrumento de progreso. El
marco normativo tienen en las condiciones de
comercio permite que el país se especialice en
desarrollo de un país; el segundo, a las limita-
aquello en lo que comparativamente es más
eficiente (estática comparada), mejorando el ciones que el nuevo entorno normativo inter-
bienestar agregado de la sociedad; y, aunque nacional en materia de comercio impone en el
con menor unanimidad, se supone que alienta marco de la OMC. Al análisis de todos estos
el progreso de la productividad, permitiendo aspectos se dedica el presente trabajo.
superiores ritmos de crecimiento a los países
afectados (efectos dinámicos). Aunque el res-
paldo empírico de esta última proposición está
sujeto a debate, constituye una de las posicio- 2. Liberalización comercial y
nes doctrinales que mayor eco ha obtenido en asignación productiva
el ámbito de la política económica reciente,
hasta convertirse en una de las recomendacio-
En sentido estricto, cabe entender la liberaliza-
nes básicas de toda reforma en los países en
ción comercial como aquel proceso que tiende
desarrollo. En sus versiones más extremas, la
a aminorar el efecto de discriminación que la
apertura comercial se convierte en una especie
política comercial genera entre los mercados
de exorcismo por el que necesariamente debe nacional y exterior. A partir de esta definición
pasar todo país que quiera alcanzar el desa- es fácil prever los efectos que la teoría econó-
rrollo. mica atribuye, desde una perspectiva estática, a
este proceso: se producirá una reasignación de
Ahora bien, la experiencia internacional revela factores productivos del país, provocándose un
que el desarrollo no es una consecuencia ni es-
desplazamiento desde el sector sustitutivo de
pontánea ni inmediata de la apertura interna-
la importación (en el que el país no es compa-
cional. Con frecuencia, la apertura comercial,
rativamente eficiente) hacia el sector de bienes
cuando se realiza de forma abrupta y sin políti- exportables (donde el país tiene ventaja com-
ca de acompañamiento alguno, aparece segui- parativa); al tiempo que, al poder acceder a las
da de un proceso de destrucción neta de capa- producciones internacionalmente más eficien-
cidades productivas nacionales, con conse- tes, se incrementan las posibilidades de gasto
cuencias indeseables en términos económicos de los consumidores (efecto renta) y al alte-
y sociales, al menos en el corto plazo. Al tiem-
rarse los precios relativos, cambia la estructura
po, no toda especialización, por más asentada
de los bienes consumidos (efecto sustitución).
que esté en ventajas comparadas, permite al
Ambos efectos, renta y sustitución, supondrán
país dotarse de una dinámica de expansión si-
un mayor bienestar, tanto a nivel mundial co-
milar. Basar la especialización en ventajas co- mo en cada uno de los países participantes en
merciales escasamente dinámicas o altamente el mercado global. Y unido a todo ello se pro-
vulnerables constituye un riesgo para las posi- ducirá un cambio en la retribución de los fac-
bilidades de crecimiento. Una y otra razón tores productivos, encareciéndose aquél que se
apuntan a la conveniencia de recurrir a las po- utiliza intensamente en el bien en que el país
sibilidades que brinda la política industrial y 1
tiende a especializarse .
tecnológica como vía para modelar la especia-
lización internacional del país. Dicho de otro
Acorde con lo señalado, la apertura al comer-
modo, la integración internacional puede
cio altera tanto el peso relativo de los sectores
constituir un objetivo deseable, pero no susti- de una economía como la distribución factorial
tuye la necesidad de mantener una política de- de la renta del país. Genera, por tanto poten-
liberada de promoción de las capacidades pro- ciales ganadores y eventuales perdedores, sien-
ductivas y tecnológicas nacionales. La expe- do probable que estos últimos ofrezcan resis-
riencia de ciertos países exitosos tanto en su
proyección internacional como en la rápida al-
teración de su oferta exportable apunta hacia
la eficacia de una política estratégica en estos 1
No es irrelevante señalar que para llegar a estos resultados es
ámbitos. No obstante, la eficacia de esa política preciso asumir los supuestos simplificadores propios de la com-
petencia perfecta.

4
tencias al proceso de cambio, afectando las gún caso de demanda) para el aumento de la
condiciones de gobernabilidad de la reforma. producción y del valor añadido.
Desde un punto de vista de estática comparada
la liberalización comercial comporta beneficios En resumen, la apertura conduce a beneficios
agregados, pero desde una perspectiva más agregados derivados de la reasignación pro-
amplia no es irrelevante la senda que siga el ductiva que motiva, pero también puede com-
proceso de ajuste. Si, por ejemplo, existen rigi- portar importantes costes en el proceso de
deces en los mercados de factores, que dificul- transición hacia el nuevo equilibrio, especial-
ten la reasignación, pudiera suceder que la mente cuando el proceso de apertura es abrup-
destrucción de capacidades domésticas en el to y existe importantes rigideces en los merca-
sector sustitutivo de importaciones, como con- dos de bienes y de factores en la economía.
secuencia del desmantelamiento de la protec- Acaso en el largo plazo ese problema se corrija,
ción, sea superior a las posibilidades de crea- pero en el corto y medio plazo la economía de-
ción de nuevas capacidades productivas en el be soportar elevados costes asociados al proce-
sector de bienes exportables, dando origen a so de apertura. Si estos costes suceden en un
un problema de desindustrialización y de de- entorno institucional frágil, pueden generar se-
sempleo. En ese caso, al menos durante un veras resistencias sociales frente a la apertura,
tiempo, podría suceder que el bienestar agre- afectando a las condiciones de gobernabilidad
gado no crezca, agravando los costes del ajus- de las reformas. En un análisis de estática com-
te. Esta posibilidad, lejos de ser una mera espe- parada todo ello es irrelevante, pero para una
culación teórica, está avalada por diversas ex- economía real la senda de transición puede ser
periencias nacionales de apertura abrupta, co- crucial.
mo sería el caso de Chile en la segunda mitad
de los años setenta, el de Bolivia a mediados de Ante todo ello, la pregunta que surge es si pue-
los años ochenta, tras el primer ajuste estruc- de condicionarse el proceso de liberalización,
tural, o el de algunos de los antiguos países de de modo que se reduzca al máximo los costes
economía planificada, en la pasada década. de ajuste, potenciando al tiempo las ventajas
de la liberalización comercial. Tres recomen-
En el caso de los países en desarrollo (PED) es daciones surgen al respecto. En primer lugar,
más probable que se presenten este tipo de di- la conveniencia de otorgar a los procesos de
ficultades. Al menos por dos razones: en pri- liberalización una cierta gradualidad temporal.
mer lugar, porque son mayores las rigideces De hecho, las experiencias más exitosas en este
que existen en los mercados y es menor la ca- sentido, como la española o las más recientes
pacidad de respuesta de la oferta a modifica- de China o Vietnam, parecen confirmar esta
ciones en los precios; y, en segundo lugar, por hipótesis. En segundo lugar, puede ser conve-
el carácter preferentemente interindustrial niente acompañar la apertura comercial con
(más que intraindustrial) de la especialización una política activa destinada a potenciar capa-
que caracteriza a estos países, lo que aumenta cidades productivas en los sectores de bienes
los costes del ajuste. exportables. Se trata, por tanto, de compatibili-
zar la apertura comercial con una activa po-
Pero, además, el proceso de apertura podría no lítica industrial, que fomente el despliegue de
comportar beneficio a largo plazo si existen capacidades productivas en los sectores de bie-
factores específicos o por alguna razón la ofer- nes exportables. También en este caso los
ta (o demanda) del bien exportable fuese limi- ejemplos son numerosos, como Corea, Taiwán
tada. En ese caso, la reducción de la produc- o la propia España. En tercer lugar, cabría la
ción del bien importable no estaría acompaña- posibilidad de recurrir a una política activa de
da por un aumento de la producción del bien atracción de capital extranjero para fortalecer
exportable y el bienestar total del país podría la creación de capacidades competitivas en el
disminuir. La diferencia con el caso precedente país. De hecho, con mayor o menor peso, la
es que, en este caso, es necesario acompañar la atracción de capital extranjero formó parte de
apertura con un desplazamiento de la produc- las experiencias de apertura e integración in-
ción hacia nuevas actividades, y no con un ternacional de alguno de los casos nacionales
simple aumento de las existentes, lo que es considerados más exitosos.
más complejo y requiere más tiempo. Este tipo
de problemas es más fácil que se produzca en Sin embargo, ninguna de estas opciones está li-
especializaciones basadas en materias primas, bre de objeciones. Así, una secuencia temporal
donde existen limitaciones de oferta (y en al- prolongada para la liberalización comercial
puede alimentar la formación de grupos de in-

5
terés que presionen al gobierno para paralizar acceso a tecnologías productivas más eficaces y
(o revertir) las reformas. Este problema tam- del recurso más holgado a la importación de
bién puede ocurrir en la segunda de las op- bienes de equipo; y c) una mejora en la gestión
ciones, en la medida en que el estímulo de las y una reducción de la ineficiencia X, al incre-
capacidades exportadoras se conciba no como mentarse el nivel de competencia en los mer-
medidas temporales, sino como parte de un cados. No resulta fácil, sin embargo, integrar
marco estable de protección del mercado do- estas explicaciones en la modelización más tra-
méstico. Por último, apelar al capital extranje- dicional del crecimiento, derivada de Solow
ro puede presentar el riesgo de una cierta dua- (1956).
lización de la vida económica, segregando un
sector internacionalizado, altamente competiti- No obstante, la nueva teoría del crecimiento
vo, frente a otro de carácter nacional, más vol- endógeno aportó argumentos adicionales para
cado hacia el mercado doméstico. Todo ello, fundamentar la relación entre apertura y creci-
lejos de sugerir la existencia de una secuencia miento al considerar el papel que el comercio
óptima del proceso de integración internacio- tiene en los procesos de innovación tecnoló-
nal, avala dos posiciones que se van a defender gica, de aprovechamiento de las economías de
a lo largo de este trabajo: en primer lugar, la escala y de potenciación de las externalidades.
necesidad de entender el proceso de apertura En este ámbito se mueven los planteamientos
como un componente deseable de una estrate- de Grossman y Helpman (1991), Rivera-Batiz
gia de desarrollo, pero no como el sustituto de y Romer (1991), o Krugman (1990). Son va-
dicha estrategia; en segundo lugar, la conve- rias las vías de argumentación posible. Por una
niencia de entender la apertura como un pro- parte, el comercio activa el esfuerzo tecnológi-
ceso gobernado, que requiere, por tanto, de co, a través de la generación y el acceso a nue-
instituciones de calidad para gestionar el cam- vos productos de consumo o a nuevos bienes
bio y negociar socialmente sus costes intermedios y de capital, permitiendo una cre-
ciente especialización productiva. En segundo
lugar, la innovación depende en gran medida
del curso de las innovaciones pasadas, de mo-
3. Apertura y crecimiento do que la apertura al comercio permite a los
países ampliar su acceso al stock de conoci-
miento disponible, beneficiándose de las exter-
Además de los cambios en el ámbito asignati-
nalidades y de los efectos de derrame tecnoló-
vo, a la apertura comercial se le atribuye la po-
gicos. Y, en fin, la apertura, al ampliar los mer-
sibilidad de constituirse en motor del creci-
cados, amplifica las ganancias de monopolio
miento económico. El éxito alcanzado por al-
gunas economías del sudeste asiático sirvió pa- de los innovadores, fortaleciendo el proceso de
ra que una parte de la opinión económica diese avance tecnológico y de crecimiento. En prin-
por supuesta la existencia de una relación po- cipio, por tanto, se supone que existe una rela-
sitiva obligada entre apertura comercial y cre- ción directa apertura y crecimiento.
cimiento económico. En el entorno del doctri-
No faltan, sin embargo, dentro de esta misma
narismo económico propio de los años ochenta
tradición propuestas teóricas que argumentan
este supuesto fácilmente se transformó en una
una relación de signo inverso. En concreto,
recomendación universal, que pasó a integrar-
Redding (1999) presenta un modelo en el que
se en el recetario al uso de los organismos in-
ternacionales. la ventaja comparativa se hace endógena, de
modo que el esfuerzo tecnológico condiciona
Los fundamentos teóricos de semejante rela- el perfil de la ventaja comparativa y éste, a su
ción aluden a factores que son objeto de deba- vez, determina las posibilidades del progreso
te, ya que mientras las ganancias estáticas son tecnológico futuro. La apertura al comercio ga-
rantiza que la economía se especialice de a-
fáciles de fundamentar, no ocurre lo mismo
cuerdo con sus ventajas comparativas estáticas,
con las ganancias dinámicas. Entre las razones
pero no necesariamente que éstas coincidan
que se aportan para semejantes cambios figu-
ran aquellas que relacionan la liberalización con aquellos sectores de mayor potencial de
comercial con: a) un más pleno desarrollo de crecimiento de la productividad a los que la
las economías de escala, al operar la empresa economía podría acceder. Así pues, una pro-
en mercados más amplios; b) un proceso más tección selectiva podría incrementar el bienes-
activo de mejora tecnológica, en virtud de los tar y el cambio técnico, siempre que el gobier-
no supiese identificar de forma adecuada los
procesos de difusión de las innovaciones, de
sectores en cuestión. Este mismo supuesto es

6
admitido por Grossman y Helpman (1991), al jos de Dollar (1992), Sachs y Warner (1995),
estudiar la integración de dos economías con Ben-David (1993), Edwards (1998) y Frankel
dos sectores de ritmos de crecimientos dis- y Romer (1999), concluyendo que existen im-
tintos. portantes limitaciones bien sea por las medidas
de apertura a las que se recurre, bien por no
Los trabajos empíricos confirman la indetermi- establecer la adecuada especificación de la fun-
nación en que se mueve la relación estudiada. ción de crecimiento. Su conclusión es más
Es cierto que existe una amplia colección de bien escéptica acerca de la existencia de una
estudios que sugieren una asociación positiva relación probada entre apertura y crecimiento:
entre comercio exterior y crecimiento econó- es más, consideran que la afanosa búsqueda de
mico, pero semejante asociación no está libre esa relación resulta una pretensión “fútil”.
de crítica. Entre los estudios que confirman el
impacto positivo del comercio sobre el creci- El planteamiento de Rodríguez y Rodrik
miento se encuentran los de Dollar (1992), (1999) tiene un antecedente notable en el tra-
Edwards (1998), Barro y Sala-i-Martin (1995), bajo de Levine y Renelt (1992), quienes habían
Sachs y Warner (1995) o Greenaway et al señalado el reducido número de variables que
(1998), entre otros. En la mayor parte de los resultaban robustas en la explicación del creci-
casos se realizan análisis cross-country en los miento, sin que entre ellas estuviese la apertu-
que se detecta que la presencia de barreras al ra al comercio internacional. De hecho, sugie-
comercio afectan negativamente a las tasas de ren que el efecto del comercio se manifiesta a
crecimiento de los países. En los casos de Ben- través de la vía indirecta de la inversión. Sala-i-
David (1993) y Sachs y Warner (1995) las Martin (1997), haciendo una nueva prueba de
conclusiones van más allá, al sugerir que la niveles de confianza de los parámetros en una
apertura comercial alimenta un proceso de función de explicación del crecimiento, en-
convergencia no condicional entre los países. cuentra que sólo la medida de apertura sugeri-
Frankel y Romer (1999), utilizando variables da por Sachs y Warner, de entre todas las pro-
de tipo geográfico, confirman el papel del co- badas, resulta significativa. Y, en fin, en un tra-
mercio en la dinámica de crecimiento de los bajo reciente Vamvakidis (2002) trató de so-
países. Esta misma relación entre comercio y meter la relación estudiada a un escrutinio his-
crecimiento es constatada por Vamvakidis tórico, con datos de diversos subperíodos entre
(1999) y Harrison (1996) a través de un análi- 1870 y 1990. Sus resultados apuntan a que “si
sis de datos de panel. Por último, en un trabajo hay una correlación positiva entre comercio y
reciente Dollar y Kray (2001) vincula la rela- crecimiento, es sólo cierto en décadas recien-
ción temporal (más que transversal) entre vo- tes” (Vamvakidis 2002: 73).
lumen de comercio y crecimiento. Sus resulta-
dos apuntan a la existencia de una relación sig- Recientemente, Noguer y Siscart (2003) repi-
nificativa entre ambas variables, si bien cuando tieron el análisis de Frenkel y Romer (1999),
se incorporan como endógenas otras variables pero ampliando la base de datos y mejorando
de política económica, los resultados no son la construcción de instrumentos a partir de
tan definidos. variables geográficas. Sus resultados apuntan,
con cierta consistencia, a que una subida del
Y es que, en efecto, los resultados en este ám- 1% en el peso que el comercio tiene en el PIB
bito parecen estar altamente condicionados aparece asociado a un incremento del 1% de la
por el modo de medir la apertura comercial, renta per capita del país. No obstante, como
por los procedimientos de estimación seguidos los propios autores reconocen, “aunque el
y por las especificaciones adoptadas. El prime- efecto directo de cerrar las economías parece
ro de los aspectos es señalado, entre otros, por ser negativo, las restricciones comerciales no
Harrison (1996), que evidencia que no todas sólo afectan al volumen de comercio, sino tam-
las medidas de apertura comercial –y se re- bién a la composición de los flujos. Por lo que
curre a varias- resultan significativas en la ex- el efecto neto podría ser positivo. Por tanto,
plicación del crecimiento; el segundo, por Sri- nuestro estudio no puede responder a la (inte-
nivasan y Bhagwati (2001), que critican los resante e importante) cuestión de si la liberali-
análisis cross-country como forma de determi- zación comercial eleva la renta” (Noguer y Sis-
nar la relación estudiada; y al análisis del ter- cart, 2003: 16).
cero se dedica el influyente trabajo de Rodrí-
guez y Rodrik (1999). En concreto, estos auto- Por supuesto, estos resultados no animan -ni a
res someten a prueba la robustez de los traba- los más críticos- a considerar que lo contrario
sea cierto: es decir, que la protección constitu-

7
ya un mecanismo solvente de promoción del formador sobre las capacidades productivas
crecimiento. Existen pruebas sobradas de que domésticas, estimulando el proceso de crea-
la protección, sostenida en el largo plazo, pe- ción de ventajas competitivas de la industria
naliza las posibilidades dinámicas de una eco- nacional.
nomía. Más bien lo que se sugiere es que la
apertura al comercio, por sí misma, es dudoso Pues bien, lo cierto es que hay muy pocos ca-
que acelere el proceso de crecimiento de una sos que puedan ejemplificar la eficacia de la
economía, salvo que vaya acompañada e inter- primera de las vías citadas. La política de reti-
actúe con otro tipo de políticas. Es una política rada del Estado, estabilización interna y aper-
más que debe integrarse en una estrategia de tura externa (los componentes básicos de la in-
desarrollo de mayor alcance; una estrategia terpretación más simple del Consenso de Was-
que, en algún caso, puede incorporar elemen- hington) no parece otorgar garantía alguna de
tos de signo contrario a los que caracterizan al éxito como vía de promoción del desarrollo,
esfuerzo liberalizador. En un reciente trabajo aun cuando alguno de sus componentes pue-
donde Baldwin (2003: 29) pasa revista a la re- dan ser objetivos deseables para una economía.
lación aquí considerada se incorpora similar Cuando Amsden hace un repaso de las econo-
apreciación: “la evidencia de que una política mías que se desarrollaron a partir de esa receta
generalmente favorable a la apertura es prefe- simple, apenas si encontró los ejemplos de Sui-
rible para el crecimiento a largo plazo que una za y de Hong Kong: demasiados pocos casos
política volcada sobre el mercado interior no como para fundamentar una estrategia sol-
debería ser interpretada, sin embargo, en el vente.
sentido de implicar que cierta intervención gu-
bernamental, tal como un subsidio selectivo a En la segunda de las vías citadas se trata de su-
la producción o el control sobre los movimien- plir con capital foráneo las insuficiencias del
tos de capital a corto plazo, no sea apropiada capital nacional y, para ello, se intenta atraer
para ciertas etapas de desarrollo”. inversión extranjera directa mediante la crea-
ción de un entorno adecuado en materia de in-
fraestructuras, capital humano e instituciones.
Adicionalmente, en los casos en los que más se
4. Apertura e avanzó en esta vía, el propósito de mejorar el
atractivo del país como punto de localización
industrialización del capital extranjero se estimuló a través de
políticas activas de apoyo, como ayudas direc-
Apuntar lo señalado en los párrafos preceden- tas o exenciones impositivas.
tes debiera resultar absolutamente innecesario.
La experiencia histórica revela que entre los No obstante, no siempre esta estrategia ha da-
casos de éxito en términos de desarrollo do- do los resultados esperados, bien porque la in-
minan aquellos países que supieron combinar versión no ha acudido al país en la medida en
una estrategia de apertura internacional con el que se requería o bien porque la inversión no
mantenimiento de una activa política indus- ha tenido los efectos deseados sobre el conjun-
trial, en la que no faltaban elementos selectivos to de la economía. De hecho, diversos factores
de protección. conspiran contra la eficacia de esta vía. En pri-
mer lugar, porque es limitada la inversión que
Al fin, considerado de una forma un tanto ge- fluye hacia los países en desarrollo (especial-
nérica, habría tres grandes vías (no enteramen- mente para los más pobres): los flujos son po-
te alternativas) entre las que una economía en co estables y están altamente concentrados en
desarrollo puede optar como estrategia de cre- un número reducido de países. De tal modo
cimiento e industrialización en un mundo cre- que para buena parte del mundo en desarrollo
cientemente abierto. En primer lugar, puede li- esta estrategia se convierte en poco plausible
beralizar plenamente su economía, a la espera en términos prácticos. En segundo lugar, por-
de que el mercado internacional genere los es- que mientras la transferencia de beneficios a
tímulos adecuados para alimentar el proceso los PD puede ser elevada, la conexión entre el
inversor; en segundo lugar, puede desplegar capital extranjero y el aparato productivo do-
una política de atracción de capital extranjero, méstico del país donde se instala es más bien
rentabilizando los atractivos que el mercado baja. Especialmente limitada es la capacidad
doméstico tiene como punto de destino de la que los países en desarrollo tienen para derivar
inversión internacional; y, en tercer lugar, pue- del capital extranjero externalidades en aque-
de tratar de hacer descansar el proceso trans- llos ámbitos (como la tecnología) que resultan

8
más centrales para la promoción de la indus- de los casos exitosos el haber recurrido, a tra-
tria nacional. Y, en tercer lugar, porque la vés de procedimientos diversos, a un cierto ac-
competencia por atraer inversión extranjera ha tivismo público en apoyo de las capacidades
movido a los países a una pugna en el ámbito productivas domésticas.
de los incentivos fiscales, lo que ha terminado
por generar un entorno de exenciones con per-
juicio para la capacidad recaudatoria del Es-
tado. 5. Intervención y fallos de
Pese a sus inconvenientes, se trata de una es- mercado
trategia viable, que algunos países, como Hong
Kong, Malasia, Irlanda o China han seguido En el pasado, la intervención pública en apoyo
con aceptables resultados. Especialmente en de la producción nacional encontraba su fun-
aquellos casos en que se ha desplegado una damento en el argumento de la industria na-
política selectiva, tratando de atraer determina- ciente, de larga tradición en el pensamiento
das industrias y fomentando los efectos positi- económico. A ese argumento se acogió no sólo
vos sobre la industria nacional. Pero, conviene el proteccionismo del siglo XIX, sino también
señalar que, pese a lo que en ocasiones se pro- la estrategia de sustitución de importaciones
clama, son pocos los países de éxito en los que dominante en buena parte del mundo en de-
el capital extranjero ha asumido el protagonis- sarrollo entre las décadas de los cincuenta y
mo del esfuerzo inversor. Si nos referimos al los setenta. Lo cierto, sin embargo, es que el
caso asiático, que es el que se suele adoptar co- argumento de la industria naciente, por sí mis-
mo referencia, sólo en los casos de Hong Kong, mo, no justifica intervención alguna: si los
Malasia y Singapur la inversión extranjera ha mercados de capital funcionasen correctamen-
llegado a suponer más del 15% del total de la te siempre podría encontrarse el modo de fi-
Formación Bruta de Capital del país en los úl- nanciar la inversión requerida para que la em-
timos treinta años (1971-99) (Chang, 2003). presa accediese al tamaño mínimo eficiente.
De hecho, en un estudio muy clarificador, Bal-
En la mayor parte de los casos, sin embargo, dwin (1969) desmontó buena de los argumen-
los modelos exitosos (España está entre ellos) tos y circunstancias que justificarían el recurso
han sabido combinar la apertura progresiva a a la protección apelando al argumento de la in-
los mercados internacionales con el despliegue dustria naciente. El problema es que no hay
de una política activa de apoyo a la promoción uno, sino una pluralidad de fallos de mercado,
de las capacidades productivas y comerciales que afectan al proceso de industrialización y
domésticas. Una política que incluye tanto ac- que requieren de diversas formas de interven-
ciones genéricas de carácter transversal, como ción y de regulación pública.
el apoyo al desarrollo de las infraestructuras o
a la formación de capital humano, con accio- En esencia, se cuestiona el carácter notable-
nes más específicas orientadas a la promoción mente restrictivo sobre los que descansa el
de la competitividad y al esfuerzo internacio- equilibrio competitivo. En el mundo real son
nal de las empresas. Este tipo de estrategia no numerosos los fallos que hacen que el mercado
ha tenido una buena prensa en las ultimas dé- no pueda operar con la eficiencia que la teoría
cadas por diversas razones: i) en primer lugar, presupone. En esas circunstancias, la interven-
debido a la excesiva confianza en la capacidad ción estatal encaminada a la corrección de di-
auto-regulatoria de los mercados que deriva chos fallos podría estar plenamente justificada.
del Consenso de Washington; ii) en segundo Entre los fallos de mercado más relevantes se
lugar, por las dudas que suscita la capacidad encuentran los relacionados con la existencia
de los gobiernos para acertar en la selección de de bienes públicos, las externalidades, la infor-
aquellas industrias con capacidad de éxito en mación incompleta y asimétrica, los proble-
los mercados internacionales; y, iii) por el mie- mas de coordinación y de complementarieda-
do a que la intervención reguladora alimente des. Estos problemas son generales al conjunto
estrategias improductivas de búsqueda de ren- de las economías, pero tienen más incidencia,
tas. Son todos problemas ciertos, que proba- si cabe, en el caso de los países en desarrollo.
blemente condicionen la eficacia de la inter-
vención al clima institucional y competitivo vi- La existencia de estos fallos de mercado haría,
gente en la economía, un tema sobre el que se por tanto, necesaria la presencia de una políti-
volverá más adelante. En todo caso, conviene ca industrial activa encaminada a su correc-
subrayar que es rasgo común a la mayor parte ción. Así, por ejemplo, es imprescindible una

9
política educativa y tecnológica activa por par- tervención que corrige el fallo del mercado; y
te del Estado, pues el mercado no garantiza re- c) analizar cuidadosamente no sólo los benefi-
sultados óptimos en este terreno. Algo similar cios que cabe derivar de la intervención co-
sucede en el campo de las infraestructuras, rrectora, sino también sus posibles costes. Sólo
donde es crucial el compromiso público. Las tras resolver esos tres aspectos se estará en
imperfecciones en los mercados de capital ha- condiciones de diseñar una intervención que
rían necesaria la creación de instituciones fi- mejore los niveles de eficacia y bienestar agre-
nancieras especializadas que irían más allá del gados. Para lo que es necesario disponer no só-
enfoque tradicional de proveedores de crédito, lo de información adecuada, sino también de
como señala Stiglitz. Por otro lado, esas mis- instituciones de calidad que gobiernen el pro-
mas imperfecciones pueden hacer deseable la ceso, estableciendo el marco normativo y de
creación de una cantidad moderada de benefi- estímulos adecuados. Al fin, como señalan
cios extraordinarios para los bancos existentes Hausmann y Rodrik (2002), la superioridad de
con el fin de generar incentivos para la vigilan- las políticas aplicadas en el sudeste asiático
cia sobre los prestatarios y para aumentar los frente a aquellas utilizadas en Latinoamérica se
depósitos, como señalan Hellman, Morduck, y basa en la capacidad para haber sabido combi-
Stiglitz (1997). Asimismo, la presencia conjun- nar incentivos y disciplina empresarial.
ta de economías de escala y conexiones inter-
industriales puede hacer que haya una inver-
sión subóptima en actividades no tradiciona-
les, de manera que el Estado podría actuar co- 6. El papel de las instituciones
mo coordinador para estimular la inversión en
actividades socialmente rentables, como indica
De lo dicho anteriormente se deriva el papel
Rodrik (1995). En definitiva, la presencia de
crucial que la calidad institucional tiene para
fallos de mercado justificaría una estrategia ac-
toda estrategia de desarrollo. Aunque existen
tiva de política industrial en el proceso de de- muchas formas de entender las instituciones,
sarrollo, debiendo ser, además, una estrategia cabría aludir a ellas, de una manera genérica,
dinámica y flexible. como el “conjunto de reglas de comportamien-
to emanadas de la sociedad y que gobiernan y
Este tipo de estrategia no supone necesaria- dan forma a las interacciones del ser humano,
mente la intervención pública directa ni afecta
en parte porque ayudan a formar expectativas
en todos los casos a ámbitos relacionados con
acerca de lo que los demás desean hacer” (Lin
la apertura comercial. Pero, incluso en aque-
y Nugent, 1995: 2306-07). Algunas institucio-
llos casos que no tiene directo contenido co-
nes tratan de penalizar, otras de propiciar de-
mercial, pueden afectar a la dinámica de con- terminados comportamientos: en su conjunto
quista de mercados internacionales. Es el caso, conforman un entramado de incentivos y pe-
por ejemplo, de las externalidades tecnológi- nalizaciones que condicionan la respuesta de
cas, que han motivado una estrategia orientada los agentes y propician la acción colectiva. Ya
a la colaboración empresarial como vía para la tengan una naturaleza formal (leyes o contra-
adquisición de ventajas competitivas. Parte del
tos, por ejemplo) o informal (normas y cos-
éxito internacional de las comunidades indus-
tumbres), las instituciones ayudan a limitar los
triales de Japón o Italia se explica por el desa-
grados de incertidumbre con que operan los
rrollo de relaciones empresariales encaminadas
agentes, reduciendo los costes de transacción
a expandir el conocimiento informal y a la ob- que rigen en la sociedad.
tención de una reputación local que genere
ventaja competitiva. Ahora bien, nada garantiza que las institucio-
nes efectivamente existentes en un momento
En suma, no faltan casos de desarrollo exitosos dado ofrezcan las respuestas eficientes requeri-
en los que un cierto activismo estatal ha sido
das, en el sentido de que promuevan aquellos
fundamental en el despliegue de capacidades
comportamientos que se consideran social-
productivas y competitivas del país. La presen-
mente deseables. De hecho, puede suceder que
cia de fallos de mercado podría justificar esa un país carezca de las instituciones necesarias
respuesta pública. Ahora bien, el hecho de que para promover determinados cambios o que
exista un fallo de mercado no garantiza que la las existentes se asienten sobre un diseño ina-
intervención correctora mejore la situación. decuado de los incentivos (Chang y Evans,
Para que esto suceda es necesario: a) identifi- 2000; Aoki, 2001). Para promover el desarro-
car adecuadamente el fallo de mercado y sus
llo, sin embargo, es clave disponer de aquellas
causas; b) definir adecuadamente el tipo de in-

10
instituciones requeridas para alinear los incen- vel de complejidad y riesgo de las respuestas
tivos económicos con los beneficios y costes colectivas, favoreciendo el desarrollo institu-
sociales del proceso de cambio. cional, y propicia el aprendizaje y la innova-
ción en el proceso de cambio institucional
Es difícil identificar el conjunto de institucio- (World Bank, 2002). Estas previsiones fueron
nes económicas necesarias para promover el confirmadas, entre otros, por Islam y Monte-
crecimiento económico. Rodrik (1999) alude a negro (2001) y Wei (2000), que revelan que la
cinco tipos de instituciones cruciales para el apertura al comercio es un determinante signi-
adecuado comportamiento de los mercados. Se ficativo de la calidad de las instituciones.
trata de las alusivas a: i) los derechos de pro-
piedad, que determinan la capacidad de con- Pero de forma similar cabe admitir la relación
trol sobre los rendimientos del esfuerzo inver- de sentido inverso: la mayor calidad de las ins-
sor; ii) los mecanismos de regulación, para tituciones facilita el proceso de apertura eco-
afrontar los fallos de mercados; iii) las institu- nómica. En primer lugar, porque un marco
ciones fiscales y monetarias, para promover la institucional adecuado reduce los costes de
estabilidad en el comportamiento dinámico de transacción, las actividades de corrupción y de
la economía; iv) las instituciones para el asegu- búsqueda de rentas y los niveles de riesgo e in-
ramiento social, al objeto de aminorar los nive- certidumbre con que operan los agentes eco-
les de riesgo con que operan los agentes socia- nómicos (Anderson y Marcouiller, 1999). Es-
les; y v) las instituciones para la gestión del tos mismos factores pueden incrementar el
conflicto, que traten de propiciar la coopera- atractivo del país para los agentes inversores
ción y complementariedad entre los agentes extranjeros, facilitando la apertura de la cuenta
sociales. de capital (Arteta, Eichengreen y Wyplosz,
2001). Pero, además, la existencia de un marco
Aunque no de forma conclusiva, los estudios institucional adecuado facilita la gobernabili-
empíricos tienden a demostrar la relación exis- dad del proceso de apertura, reduciendo los ni-
tente entre la calidad de las instituciones y la veles de conflicto social que todo cambio sus-
dinámica de crecimiento de los países. A esa cita, a través de la coordinación y compensa-
conclusión llegan tanto los estudios de tipo ción de los agentes sociales.
histórico, que aluden al papel de las institucio-
nes en el estilo de desarrollo económico y so- En todo caso, aun cuando exista esta doble re-
cial de los países (Sokoloff y Egerman, 2000, o lación, no cabe suponer que la apertura econó-
Acemoglu, Johnson y Robinson, 2000) como mica garantice, de forma espontánea, la cali-
los trabajos cross-country, que parten de dad de las instituciones. Existen demasiados
amplias muestras de países (Knack y Keefer, casos en los que la apertura apareció asociada
1995, Mauro, 1995, o Kaufmann, Kraay y a una secuencia de deterioro institucional co-
Zoido-Lobatón, 1999). Las limitaciones en la mo para suponer que la relación entre ambos
información empírica relevante y en la identi- procesos (apertura y calidad institucional) sea
ficación del sentido de la causalidad dificultan obligada. Pese a los esfuerzos de estabilización
la obtención de resultados más concluyentes, y apertura acometidos por los países de Amé-
si bien la impresión genérica apunta a la rele- rica Latina desde la segunda mitad de los años
vancia que los factores institucionales tienen ochenta, lo cierto es que buena parte del mapa
en las posibilidades de desarrollo de un país. de la región se encuentra enfrentado a una cri-
sis recurrente de desconfianza y falta de legiti-
Desde esta perspectiva, conviene preguntarse midad de las instituciones: Argentina, Bolivia,
por la relación existente entre apertura econó- Ecuador o Venezuela, con matices diferentes,
mica y calidad de las instituciones: ¿promueve son recientes ejemplos de cuanto se señala. Un
la apertura instituciones de mayor calidad?; y, problema que se extiende al caso de África
a la inversa, ¿la apertura económica requiere Subsahariana, donde abundan los casos de de-
de instituciones de mayor calidad para ser exi- terioro económico e institucional acompañan-
tosa? do a los esfuerzos de estabilización y apertura
alentada por los planes de ajuste estructural.
La primera de las relaciones señalada resulta En suma, más que suponer su obligada rela-
relativamente intuitiva: la apertura internacio- ción, debiera trabajarse por conseguir avanzar
nal impone una mayor disciplina al comporta- en ambos procesos de forma simultánea: ges-
miento de las instituciones, establece un marco tión de la apertura, en un caso, de desarrollo
de mayor competencia, reduciendo las activi- institucional, en el otro.
dades de búsqueda de rentas, incrementa el ni-

11
Ahora bien, ¿sobre qué tipo de instituciones se necesarias para respaldar el proceso de
debieran centrar los esfuerzos? O, dicho de apertura, avanzando hacia la liberalización
otro modo ¿cuáles son las instituciones que de la cuenta de capital. Dado que la aper-
parecen facilitar el proceso de apertura? En tura financiera presenta sus particulares
principio, cabría establecer que son tres las riesgos, no parece desaconsejable dotar al
funciones económicas encomendadas al Estado proceso de liberalización de una cierta asi-
en una economía de mercado: en primer lugar, metría temporal, acometiendo la apertura
las tareas de defensa de los derechos de propie- financiera tras haber avanzado suficiente-
dad, sobre los que se asienta la actividad de mente en la liberalización comercial (Wy-
mercado; en segundo lugar, las tareas de regu- plosz, 2001).
lación, para la defensa de la competencia y la
corrección de los fallos del mercado; y, en ter- ƒ En quinto lugar, disponer de instituciones
cer lugar, las tareas de legitimación social, pro- para la adecuada gestión macroeconómica,
moviendo las acciones distributivas necesarias. que garanticen la estabilidad, disminuyan
Pues bien, en todos estos ámbitos emergen ins- la exposición al riesgo del país y faciliten
tituciones de relevancia para la gestión del un entorno adecuado a la promoción de
proceso de apertura. Siete parecen especial- los ajustes requeridos por la apertura.
mente claves:
ƒ En sexto lugar, debiera diseñarse una polí-
ƒ En primer lugar, las instituciones para el tica de competencia que garantice que la
aseguramiento social, en la medida en que apertura va a venir acompañada de un pro-
sobre ellas descansa la acción compensa- ceso de activación del clima de competen-
dora tanto frente a la mayor exposición al cia en los mercados, como garantía de la
riesgo que incorpora el proceso de apertu- promoción de la competitividad.
ra como frente a los costes que aquella pu-
diera suscitar. ƒ Y, finalmente, como ya se señaló en otros
ámbitos, disponer de instituciones eficien-
ƒ En segundo lugar, las instituciones del tes para la gestión del conflicto. No sólo
mercado laboral, para facilitar que la rea- porque de ellas depende el respaldo social
signación que el proceso de apertura de- a las reformas, sino porque son las encar-
manda se hagan con la menor rigidez y gadas de aminorar el efecto que se deriva
con el menor coste. Aunque el mercado la- para la gobernabilidad del proceso de todo
boral es importante, en realidad este requi- shock externo (Rodrik, 1999a).
sito debiera extenderse al conjunto de los
mercados de factores, incluido la tierra, Son todas reformas que debieran acompañar el
puesto que todos ellos están implicados en proceso de apertura, pero ¿cómo alentar la
el proceso de reasignación que motiva la creación de ese marco institucional? Se entien-
apertura. de que, en general, el proceso de cambio insti-
tucional tiende a ser evolutivo, marcado por
ƒ En tercer lugar, un marco fiscal adecuado, una secuencia gradual en el tiempo, altamente
que permita al Estado la provisión de bie- dependiente de la infraestructura institucional
nes públicos a la sociedad y la gestión de previa (paths dependence) y condicionado por
las acciones compensatorias requeridas en los cambios en el entorno y por las circunstan-
el proceso de apertura. Este aspecto es tan- cias de la dinámica social (y política) vigente.
to más importante por cuanto para algunos No obstante, no parece que exista una teoría
países en desarrollo los impuestos asocia- comprensiva del cambio institucional que re-
dos al comercio constituyen una vía fácil sulte convincente. La idea de que el proceso de
de obtención de ingresos públicos, que va cambio sigue una dinámica autoselectiva, que
a quedar disminuida como consecuencia hace que sobrevivan las instituciones más efi-
de la apertura. En el medio plazo es posi- cientes, no parece corresponderse con la reali-
ble que la apertura conduzca a un incre- dad; como tampoco parece que lo haga el su-
mento de la renta y de los impuestos deri- puesto de que el cambio institucional responda
vados, pero el problema se plantea en el exclusivamente a la lucha de intereses o a la
corto y medio plazo. búsqueda de rentas de los agentes, individuales
o colectivos, en el complejo escenario del mer-
ƒ En cuarto lugar, disponer de las institucio- cado político. El proceso de cambio institucio-
nes bancarias y de supervisión financiera nal parece notablemente más complejo, incor-

12
porando no sólo factores materiales, sino tam- salir de la ortodoxia y atención a las condicio-
bién factores culturales (visiones del mundo, nes locales”. A este conjunto de requisitos ca-
en suma), altamente específicos a la realidad bría añadir otro adicional: se requiere además
social de cada caso (Chang y Evans, 2000). Es- el tiempo necesario para que los procesos de
to es lo que hace que sea difícil trasplantar mo- adaptación surtan sus efectos. Lo que subraya,
delos institucionales previamente existentes o de nuevo, la conveniencia de una cierta gra-
generar realidades institucionales exnovo en dualidad en la apertura.
un determinado país.

En suma, el cambio institucional suele ser len-


to, complejo y políticamente costoso. Esto es 7. La OMC y los países en
lo que explica la emergencia, en algunos casos,
de lo que Qian (2001) ha denominado transi- desarrollo
tional institutions: fórmulas destinadas a adap-
tar el marco institucional vigente a cambios en No obstante, para poner en marcha una estra-
el entorno, que no responden en absoluto a las tegia de desarrollo, compatible con la progre-
fórmulas canónicas de las instituciones ópti- siva apertura de sus economías, los países en
mas, pero que permiten, a través de un ejer- desarrollo se enfrentan hoy a un entorno nor-
cicio de prueba y error, corregir ineficiencias a mativo más hostil que en el pasado. La crea-
través de un proceso altamente específico. Las ción de la OMC supuso un paso adelante nota-
fórmulas de liberalización económica en Chi- ble respecto a su precedente el GATT: es ma-
na, a través de un procedimiento de doble vía, yor el número de países implicados, es más
pueden ser un ejemplo de estas transitional amplia la agenda de negociación que se pro-
institution (Lau, Qian y Roland, 2000), como pone y es más exigente su capacidad decisoria
también lo pueden ser, en ese mismo país, las y su sistema de resolución de disputas. No
Empresas de Aldea como fórmula de compro- obstante, frente a la OMC los países en desa-
miso entre mercado y propiedad colectiva rrollo tienen una posición ambigua. Por una
(Qian, 2001). También constituye una fórmula parte, les beneficia que exista un mecanismo
transitoria, muy alejada de los cánones del di- de acción multilateral, ya que compensa la li-
seño institucional óptimo de una sociedad de mitada capacidad negociadora que tendrían en
mercado, las exitosas fórmulas de participa- un sistema de relaciones bilaterales; por otra,
ción social y de control de los buscadores de sin embargo, les supone un ámbito notable-
rentas derivadas de la cultura tribal en Bost- mente hostil para hacer valer sus intereses y
wana (Acemoglu, Jonson y Robinson, 2003) o necesidades.
las combinaciones entre apertura comercial y
protección del mercado doméstico que se de- Hasta la Ronda Uruguay del GATT, buena par-
riva de la experiencia de la Zona Franca de te de los esfuerzos de los países en desarrollo
Exportación en Mauricio (Rodrik, 1999). Se se enfocaron hacia obtener un “tratamiento
trata en todos los casos de fórmulas altamente especial y diferenciado” en el sistema interna-
específicas a las condiciones de cada país y no- cional de comercio, preferentemente a través
tablemente alejadas de las respuestas conven- de la conquista de concesiones unilaterales. El
cionalmente óptimas, pero que señalan un ca- apoyo de la UNCTAD a esta idea dio lugar al
mino gradual de corrección de ineficiencias nacimiento de los diversos Sistemas de Prefe-
que se ha demostrado que funciona. rencias Generalizadas. El balance que cabe rea-
lizar de semejante estrategia es notablemente
Los ejemplos citados no definen fórmulas de pobre (Wang y Winters, 1997). En primer lu-
respuesta obligada, pero llaman la atención gar, porque las concesiones eludían aquellos
acerca de las cautelas con que se ha de obser- ámbitos que resultaban más sensibles para los
var el supuesto de que existen respuestas ins- países industriales, que no por casualidad
titucionales óptimas de carácter universal, co- coincidían con los de potencial consolidación
mo virtualmente se deriva del recetario emana- de la industria en los países en desarrollo (tex-
do del Consenso de Washington. El cambio til y confección o calzado, por ejemplo); en se-
institucional puede inspirarse en experiencias gundo lugar, porque en la mayor parte de los
ajenas, pero finalmente es un proceso altamen- casos las concesiones estaban limitadas por
te específico y muy asentado en una dinámica cuotas relativamente estrictas; y, en fin, porque
local. Como señala Rodrik (2003: 12), “Se el propio proceso de reducción arancelaria hi-
pueden conseguir buenas instituciones, pero zo que las ventajas derivadas de la concesión
hacerlo requiere experimentación, voluntad de fueran menguando en el tiempo.

13
La conciencia del limitado beneficio de la vía só del 17% a cerca del 40% entre medidos de
concesional tal vez sea una de las razones que los sesenta y finales de los noventa.
motivaron una implicación más activa y direc-
ta de los países en los foros de negociación pa- Todos estos cambios –en el marco regulador
ra obtener acuerdos consolidados que les favo- del comercio, en la composición y en la orien-
reciesen, tal como se demostró, por primera tación del comercio-, junto a la convicción de
vez, en la Ronda Uruguay del GATT. Pero, sin la limitada eficacia de las concesiones unilate-
duda en esta nueva actitud jugaron otros fac- rales animaron a los países en desarrollo a te-
tores adicionales, que aluden a los cambios ha- ner una presencia más activa en los escenarios
bidos tanto en la regulación del comercio co- multilaterales de negociación. La actual diná-
mo en la composición de las corrientes comer- mica de negociaciones en el seno de la OMC es
ciales de los países en desarrollo. En efecto, en muy expresiva de esta nueva actitud de los paí-
la mayor disposición a integrarse activamente ses en desarrollo, planteando iniciativas y for-
en la negociación multilateral influyó el esfuer- jando alianzas en defensa de sus intereses. El
zo de liberalización y de apertura económica problema es que ese mayor activismo opera en
emprendido por los países en desarrollo a par- un entorno más exigente en materia de regula-
tir de mediados de la década de los ochenta. ción multilateral del comercio, derivado de la
Las estimaciones nos hablan de que, como Ronda Uruguay del GATT.
promedio, las tarifas de los países en desarrollo
pasaron de cerca del 30%, al comienzo de los Un entorno normativo que avanzó, sin duda,
años ochenta, a cerca del 5% a finales de los en las llamadas medidas negativas de integra-
noventa –y un proceso de reducción similar se ción, referidas a la eliminación de las discrimi-
percibe en la tasa de premio del mercado negro naciones entre proveedores (sean barreras a-
del tipo de cambio-. Según el Trade Restric- rancelarias o no arancelarias), cuya aplicación
tiveness Index elaborado por el Fondo Mone- requiere de limitadas capacidades instituciona-
tario Internacional, dieciséis países del Africa les domésticas. Pero, acaso, lo más relevante
subsahariana presentan una cifra más baja de de la dinámica actual de la OMC tiene que ver
protección que la UE y diecisiete de Latinoa- con la inclusión de medidas de carácter positi-
mérica están igual o más abiertos que EE.UU. vo, para potenciar la integración, en ocasiones
Así pues, los países en desarrollo se encuen- con implicaciones institucionales severas para
tran en la actualidad en mejores condiciones el país (Finger y Schuler, 2001). En este ámbi-
para participar en un esfuerzo multilateral de to se acogen los aspectos relacionadas con la
liberalización comercial. propiedad intelectual (TRIPS), con los códigos
voluntarios (tales como valoración en aduana,
Por lo demás, alentaba a ello, y es el segundo acceso a la contratación pública, normaliza-
factor que se quiere mencionar, el progresivo ción de productos, entre otros), medidas rela-
cambio en la composición y orientación de sus tivas a las inversiones (TRIMS) o la prohibi-
corrientes comerciales. En concreto, en las úl- ción de esquemas de retención de divisas.
timas dos décadas se ha atenuado notablemen-
te el peso de los productos básicos en las El resultado de este conjunto de normas pre-
exportaciones de los países en desarrollo, al senta un sesgo manifiestamente desfavorable
tiempo que ha adquirido mayor relevancia el para los países en desarrollo. Posibilidades que
de las manufacturas de carácter industrial. No en el pasado tuvieron los países desarrollados
se trata de un rasgo que quepa generalizar a to- para activar en el seno del GATT políticas de
dos los casos, pero que se percibe de forma ní- promoción de la actividad productiva domésti-
tida en los datos globales del comercio. Así, si ca se encuentran hoy cegadas por el tono de la
en 1965 las exportaciones sin elaborar proce- normativa de la OMC, especialmente en lo que
dentes de la agricultura suponían cerca del se refiere al acceso a la propiedad intelectual, a
50% y las manufacturas apenas el 15% de lo las normas de comportamiento de las inversio-
exportado por los países en desarrollo, en la nes extranjeras o a los mecanismos de apoyo
actualidad esas cuotas se sitúan en torno al fiscal a la exportación. Se proponen medidas
10% y 60%, respectivamente. Y, junto a ese (en el marco de los TRIPS y de los TRIMS)
cambio, se produjo otro relativo a la orienta- que son manifiestamente favorables para los
ción de los flujos comerciales, adquiriendo intereses de las economías industrializadas
creciente relevancia el intercambio mutuo en- (que son las economías innovadoras e inverso-
tre los países en desarrollo. En concreto, la ras) y cuyo fundamento económico es alta-
cuota correspondiente al comercio Sur-Sur pa- mente discutible. Y, en fin, se arrinconan aque-
llos ámbitos (como el del proteccionismo agra-

14
rio, el escalonamiento arancelario, las medidas rige por un criterio de un país, un voto, garan-
antidumping, la liberalización del mercado tizando la democracia en sus procesos de deci-
textil o la estabilización de ingresos de expor- sión. La organización opera a través de consen-
tación) en donde se concentran los intereses so en la mayor parte de sus decisiones y todos
de los países del Sur. los países están representados en el Consejo
General. Pero la realidad dista bastante de lo
Uno de los aspectos más polémicos de las re- que sugiere semejante planteamiento. En pri-
glas actuales del comercio internacional se re- mer lugar, no todos los países están en condi-
fiere al Acuerdo sobre Aspectos de la Propie- ciones de mantener delegaciones en Ginebra y
dad Intelectual Relacionados con el Comercio. participar activamente en unas negociaciones
Este acuerdo fue una de las innovaciones de la que tienen elevada complejidad técnica. En se-
Ronda Uruguay, donde se introducía por pri- gundo lugar, los países desarrollados suelen
mera vez un sistema mundial de estándares realizar procesos de construcción de consensos
mínimos para proteger y aplicar los derechos previos, de los que quedan excluidos los países
de propiedad intelectual. Aunque la entrada en en desarrollo y que condicionan la agenda del
vigor de la normativa se escalonó de acuerdo debate posterior. Y, finalmente, en algunos ca-
con el nivel de desarrollo del país, a todos sos, el tamaño del país importa para hacer uso
afectará al final similar tratamiento. Se trata de de los recursos sancionadores que permite la
una restricción que los países desarrollados no normativa acordado, lo que afecta a la resolu-
tuvieron en sus primeras etapas de desarrollo: ción de disputas o a la aplicación de medidas
incluso algunos rehusaron conceder patentes a compensatorias.
extranjeros, al tiempo que copiaban y adapta-
ban tecnologías importadas. Todo ello no significa que sea imposible poner
en marcha políticas de promoción de capacida-
Asimismo, desde distintos foros se ha denun- des productivas y tecnológicas. Sin duda, es
ciado la orientación antidesarrollo del Acuerdo cierto que las posibilidades se han acortado
General sobre el Comercio de Servicios respecto al pasado, pero en absoluto cabe decir
(GATS). Este acuerdo contiene tres principios que son inexistentes. Como demuestra la resis-
básicos: el de nación mas favorecida, el de no tencia de los países desarrollados a reducir sus
discriminación de las empresas extranjeras res- barreras agrarias, la OMC no comporta la re-
pecto a las nacionales y el de prohibición de nuncia plena y total al recurso a barreras pro-
políticas que restrinjan el acceso a los merca- tectoras. Por tanto, existen márgenes, si bien
dos. Pero mientras los países desarrollados más estrechos que antaño, para recurrir a me-
quieren compromisos sobre libertad de presen- didas de protección. Por lo demás, sería enga-
cia comercial (indispensable en finanzas, tele- ñoso pintar el mundo pasado como totalmente
comunicaciones o energía), los países en desa- permisivo frente a las prácticas proteccionistas
rrollo buscan compromisos en el movimiento y el actual como totalmente penalizador de di-
de trabajadores, necesarios para actividades co- chas prácticas. Todavía existen intersticios que
mo construcción o servicios marítimos. Las los países en desarrollo deben saber aprove-
conversaciones en el seno de la OMC sobre li- char, en el ámbito del apoyo a la política regio-
beralización de servicios comenzaron en 2000, nal, de respaldo al esfuerzo tecnológico, de re-
y aunque los resultados son aún inciertos, todo curso a la protección o al control de los movi-
parece apuntar a que los compromisos alcan- mientos de capital. Lo cierto es que los países
zados serán más favorables a los intereses de que recurrieron en el pasado a medidas protec-
los países desarrollados. En realidad, según toras, en gran medida lo hicieron en el borde
McCulloch, Winters y Cirera (2001) el sumi- de la permisividad de la normativa multilate-
nistro a través de empresas multinacionales es- ral: de igual modo tendrán que operar en la ac-
tablecidas en otros países supone el 33% del tualidad los países en desarrollo.
comercio global de servicios, mientras que el
que implica desplazamientos de mano de obra En todo caso, para evitar que el marco regula-
sólo alcanza el 1%. dor ahogue posibilidades de desarrollo de los
países económicamente más vulnerables, sería
Además del sesgo señalado en las normas, los conveniente tomar en consideración dos ob-
países en desarrollo se enfrentan también a las servaciones:
dificultades que plantean los procesos de go-
bierno existentes en el seno de la OMC, que ƒ En primer lugar, de proceder a una cierta
dificultan su integración y representatividad en auto-contención de la agenda de comercio.
las decisiones. En principio, la organización se

15
El proceso de expansión de la agenda ne- forma parte, como un componente más, la in-
gociada, incluyendo medidas relativas a la serción internacional. Una estrategia que debe
inversión, a la protección de derechos de ser diseñada de acuerdo con las condiciones,
propiedad intelectual, a la regulación de la capacidades y restricciones específicas de cada
competencia o, incluso, a los derechos so- país. No existe nada parecido a una pragmática
ciales y ambientales, puede ser excesivo, universal del desarrollo a la que necesariamen-
revelando los intereses de sólo una parte te deba plegarse el conjunto de los países. En
de los implicados en el proceso negociador un entorno de elevadas distorsiones, opciones
(los países desarrollados). Por ello, podría inicialmente consideradas como second best,
ser conveniente una cierta contención de alejadas de un supuesto óptimo universal, pue-
las materias negociadas en torno a los as- den ser promotoras de mejoras efectivas en los
pectos centrales que influyen sobre la li- niveles de bienestar agregado, facilitando la
bertad y la multilateralidad del comercio y creación de aquellas condiciones requeridas
sobre la capacidad efectiva de gobierno de- para hacer gobernable el proceso de reformas.
mocrático de la OMC.
Cabe compartir la conveniencia de caminar ha-
ƒ En segundo lugar, la filosofía que subyace cia un mundo más abierto e integrado, pero
a la agenda de la OMC descansa en el prin- importa señalar, con igual énfasis, la necesidad
cipio de nivelación del campo de juego, re- de dotar a los países de los márgenes de holgu-
servando un espacio cada vez menor a los ra requeridos para buscar su propio camino
tratamientos diferenciados de acuerdo con hacia ese objetivo. Márgenes que se manifies-
los niveles de desarrollo de los países. Pese tan en aspectos tan diversos como la secuencia
a su apariencia de tratamiento homogenei- temporal y el alcance de cambios que se aco-
zador, se trata de un principio altamente meten, las reformas institucionales que se pro-
discutible, que puede generar altos costes mueven y las políticas domésticas de acompa-
en un mundo, como el actual, altamente ñamiento que se ponen en marcha.
integrado en el que rigen notables desi-
gualdades internacionales. Proceder de ese En suma, la experiencia revela que no basta
modo puede, bajo la apariencia de igual con reducir aranceles y liberalizar la cuenta de
trato, acentuar la distancia entre desi- capital para que los beneficios de la integra-
guales. ción económica se manifiesten: es necesaria
una política de acompañamiento, un cierto ac-
tivismo público en ámbitos muy diversos. Co-
mo sugiere Rodrik (1997), la globalización se-
8. Consideraciones finales rá sostenible solamente si es acompañada por
políticas que equipen a las personas para acce-
der a los beneficios de la globalización. Erigir
Tanto el análisis teórico como la evidencia his-
esas políticas es responsabilidad de los poderes
tórica parecen sugerir que la apertura econó-
públicos, correspondiéndole al sistema inter-
mica es, en general, buena en términos de efi-
nacional generar las condiciones para que esas
ciencia y, probablemente, de crecimiento. La
políticas se hagan posibles.
existencia de regímenes abiertos puede, ade-
más, contribuir a la calidad de las instituciones
El análisis realizado en la presente ponencia se
y al buen gobierno, reduciendo los fenómenos
podría articular en torno a diez proposiciones
de discrecionalidad, arbitrariedad y corrup-
que, a su vez, pueden constituirse en recorda-
ción. Adicionalmente, posibilita un más fácil
torio de las principales ideas defendidas a lo
acceso al flujo de conocimientos existente a es-
largo de las páginas anteriores:
cala internacional y activa estímulos que favo-
recen los procesos de innovación y aprendi-
1. Tan importante como el propósito de la
zaje. Son todos factores positivos de notable
apertura es el ritmo al que ésta debe reali-
trascendencia que deben ser considerados.
zarse. Los costes del ajuste son tanto más
notables cuanto abrupto es el proceso de
Ahora bien, con ser importantes, no son resul-
reforma. La adopción de una estrategia
tados ni espontáneos ni únicos del proceso de
gradual permite una más fácil adaptación
apertura. Más bien, a juzgar por los casos éxi-
de los agentes a las nuevas condiciones
tosos, el pleno aprovechamiento de estas posi-
competitivas que se imponen en el merca-
bilidades parece ser resultado de una estrategia
do, disminuyendo de este modo los costes
más amplia e integrada de desarrollo, de la que
del ajuste. Esta gradualidad se manifiesta

16
en muy diversos ámbitos, pero es especial- contribuyendo a legitimar las instituciones
mente relevante en lo que se refiere a la y a facilitar la gobernabilidad del proceso
disímil secuencia que deben seguir los de reformas.
componentes comercial y financiero de la
apertura. Es importante que, lejos de rígi- 3. La historia demuestra que son más bien
dos doctrinarismos, cada país defina el rit- excepción que regla los procesos de indus-
mo temporal de las reformas, de acuerdo trialización que se realizan directamente
con sus capacidades institucionales y sus basados en los mercados internacionales
específicas restricciones. La gradualidad (Suiza o Hong Kong podrían ser los ejem-
propuesta puede tener, sin embargo, una plos). En el resto de los casos la conquista
consecuencia indeseable en el sentido de de posiciones en los mercados exteriores
que amplifique los riesgos de reversión de se produjo a partir del despliegue de las ca-
la reforma. De ahí la importancia de que la pacidades competitivas de una industria
apertura se asiente sobre un amplio con- previamente orientada hacia el mercado
senso social. Los casos más exitosos de in- doméstico. Así pues, el problema radica
serción internacional (entre los que se en- (como muy bien se encarga de señalar
cuentra España, pero también buena parte Amsden, 2003) en identificar cómo con-
de los países del sudeste asiático) demues- vertir capacidades productivas domésticas
tran las virtudes tanto de adoptar una es- en capacidades exportadoras. Aquellos paí-
trategia gradual en el proceso de apertura ses que han podido acometer ese proceso
como de respaldar socialmente ese objeti- de cambio son los que han logrado expe-
vo. La disciplina motivada por los acuer- riencias exitosas de apertura internacional.
dos internacionales puede constituir un En este sentido puede estar justificado
mecanismo adicional para respaldar el pro- ciertos elementos de intervención tempo-
ceso, venciendo posibles resistencias inter- rales que favorezcan tanto la creación de
nas, pero esa disciplina sólo opera si pre- capacidades productivas en el mercado in-
viamente la apertura ha sido asumida e in- terior como el posterior desarrollo de capa-
ternalizada como un objetivo socialmente cidades exportadoras. Incluso ambos tipos
deseable. de estímulos pueden coexistir temporal-
mente en el marco de una estrategia inte-
2. La apertura internacional genera ganado- gral de apertura internacional, combinan-
res y perdedores: para promover el consen- do elementos selectivos de protección con
so social es necesario disponer de mecanis- los estímulos a la promoción exportadora:
mos que, de algún modo, compensen a los los casos de Taiwán, Corea o España ejem-
sectores sociales que resulten perjudicados plifican este proceder. Ahora bien, no con-
por la apertura. La gradualidad del proceso duce a nada esforzarse en apoyar la crea-
de reforma puede ayudar a ese objetivo, en ción de un sector industrial nacional sin
la medida en que aminora los costes del posterior capacidad de competir en los
ajuste, pero puede ser necesario establecer mercados internacionales. El objetivo de-
mecanismos compensadores en los ámbi- biera ser, por tanto, desarrollar capacidad
tos tanto de la política social como de la productiva que sea capaz de competir en
política económica. La existencia de una un entorno crecientemente abierto.
activa política social, manteniendo redes
eficaces de protección social, puede evitar 4. En el pasado la intervención del Estado se
los efectos más dañinos en términos de co- ha tratado de fundamentar, muy central-
bertura de necesidades básicas de la pobla- mente, en torno al argumento de la indus-
ción potencialmente afectada por la refor- tria naciente. No obstante, como muy bien
ma, pero puede ser igualmente necesario demostró Baldwin (1969), la capacidad de
activar mecanismos de apoyo a la inver- ese argumento para respaldar una política
sión, a la formación de recursos humanos activa de promoción industrial es notable-
o a la creación de capacidades exportado- mente limitada; salvo que se acepte la pre-
ras como medio para evitar que la apertura sencia de otros fallos de mercado, como la
económica conduzca, al menos en el corto información asimétrica en los mercados de
y medio plazo, a una destrucción neta de capital, por ejemplo, que imposibiliten el
capacidades productivas. Si se aminoran recurso a anticipar el proceso de consecu-
los costes del ajuste resultará más fácil la ción del tamaño mínimo eficiente. Y es, en
preservación del consenso social en torno efecto, sobre la presencia de estos fallos de
al proyecto de inserción internacional, mercado, en su sentido más pleno e inte-

17
gral, sobre los que cabe fundamentar la prueba y error, que es, en gran medida, es-
conveniencia de un cierto activismo del pecífico de cada caso.
Estado. Estos fallos pueden afectar, entre
otros, a la existencia de externalidades (pe- 6. Dado el carácter parcialmente incierto de
cuniarias y tecnológicas), a la presencia de toda intervención, es fundamental dispo-
bienes públicos, a la vigencia de informa- ner de instituciones adecuadas, legítimas y
ción incompleta y asimétrica en los merca- eficaces, para gobernar el proceso de aper-
dos, a problemas de coordinación o a la tura y de desarrollo, instituciones que pro-
presencia de complementariedades. La picien una acción colectiva de calidad.
existencia de estos fallos de mercado jus- Pues bien, el recurso a la intervención pue-
tifica el potencial despliegue de una polí- de tener efectos ambiguos en términos de
tica industrial encaminada a su corrección. la calidad de las instituciones y de la go-
Por supuesto, buena parte de las acciones bernabilidad del proceso. Por una parte, si
correctoras de los fallos de mercado no la intervención va encaminada a aminorar
tienen su traducción en el ámbito comer- los costes del ajuste y a potenciar las capa-
cial, pero otras sí pueden tenerlo, siquiera cidades del país para amplificar sus posibi-
de forma indirecta (a través de mecanis- lidades de éxito internacional, puede reali-
mos indirectos de promoción). Por lo de- zar una contribución positiva a la sosteni-
más, no se trata de un problema que afecte bilidad del proceso. De hecho, puede con-
en exclusiva a los países en desarrollo, pe- tribuir a preservar el clima social y el mar-
ro es en estos países donde adquiere mayor co de instituciones requeridos para hacer
relevancia, habida cuenta de que son ma- gobernable el proceso de reforma. Ahora
yores las imperfecciones de mercado que bien, también la intervención puede mo-
les afectan. tivar un proceso inverso, en la medida en
que genere incentivos a la formación de
5. Detectar la existencia de un fallo de mer- grupos de presión y a prácticas de búsque-
cado no implica la necesidad de proceder a da de rentas, alimentando un proceso de
una intervención correctora. Para que se- intervención continuado que aleje a la eco-
mejante respuesta sea la adecuada es nece- nomía de las condiciones de eficiencia. No
sario, primero, identificar las razones del existen antídotos seguros frente a semejan-
fallo de mercado, conocer sus causas; en te posibilidad: de ahí el riesgo de las inter-
segundo lugar, diseñar la respuesta más venciones. Lo único que cabe es promover
adecuada frente a ello, dado que son di- el máximo consenso y firmeza respecto al
versas las posibles modalidades de inter- objetivo último de apertura e integración
vención; y, en tercer lugar, evaluar no sólo internacional que debe regir la política
los beneficios que de la intervención se es- económica. En este sentido, la apertura
pera derivar, sino también los costes que puede funcionar como recurso para disci-
semejante intervención comporta. Es con- plinar comportamientos colectivos.
veniente señalar que cada uno de estos pa-
sos está rodeado de dificultades: aunque se 7. Las posibilidades de éxito de una estrate-
detecte un fallo de mercado, no siempre se gia de integración internacional dependen
conocen los auténticos factores que lo pro- muy crucialmente de cuáles sean las condi-
mueven; aunque se identifiquen las causas, ciones normativas del entorno. A este res-
no siempre se acierta en la respuesta nor- pecto, la estrategia seguida en el pasado
mativa adecuada, en gran medida porque por los países en desarrollo de vincular su
se desconoce el efecto que una determina- integración internacional a la obtención de
da intervención puede tener sobre el com- preferencias unilaterales (tales como las
portamiento de los agentes; y, en fin, tam- que se contienen en los esquemas de prefe-
poco se suelen conocer con precisión y por rencias generalizadas) se demostraron, al
anticipado el conjunto de costes, directos e cabo, poco fecundas. La historia demuestra
indirectos, que se derivan de una interven- que las concesiones unilaterales están afec-
ción, al estar condicionados por paráme- tadas por numerosas limitaciones, bien sea
tros que no están sujetos a observación por excluir del ámbito de las concesiones
empírica. Nada de lo dicho imposibilita la buena parte de los productos más dinámi-
intervención, si bien aconseja ser pruden- cos del comercio de los países en desarro-
te, acopiar información de calidad previo llo, bien por someter las concesiones a
al diseño de cualquier intervención y estar cuotas sujetas a restricciones discreciona-
abierto a un proceso de corrección, de les, bien, por fin, por sufrir el componente

18
preferencial un deterioro progresivo como integrándolos en una estrategia de desarro-
consecuencia de la tendencia a la reduc- llo coherente y eficaz.
ción de los aranceles en el comercio
internacional. Con todas estas considera- 9. Ahora bien, no basta con aprovechar las
ciones no es extraño que el impacto sobre posibilidades que brinda la OMC tal como
el desarrollo de estos esquemas preferen- está constituida. Tal vez merezca la pena
ciales sea mínimo (Wang y Winters 1997). impulsar cambios tanto en el contenido de
Tampoco parece una opción que haya de- sus acuerdos como en las formas de go-
mostrado resultados confiables las fórmu- bierno de la institución, para corregir su
las de integración subregional puestas en actual sesgo desfavorable para los países en
marcha por parte de los países en desa- desarrollo. En definitiva, el propósito de la
rrollo. Pese a su atractivo teórico y a la am- OMC debiera ser gestionar la apertura para
pliación reciente del número de iniciativas promover el desarrollo (y no tanto promo-
puestas en marcha, lo cierto es que el ba- ver la apertura a costa del desarrollo): al
lance que cabe realizar de los esquemas de fin, en el desarrollo de todos está la mejor
integración subregional en el mundo en garantía de una continua ampliación de
desarrollo es más bien pobre. Puede cons- mercados. Ello comportaría no sólo una
tituir un mecanismo adicional de inserción revisión de alguna de las reglas ya estable-
internacional, favoreciendo la coordina- cidas en el ámbito del comercio, sino tam-
ción y el aprendizaje de los países implica- bién una cierta reversión del mandato de la
dos, pero no sustituye la necesidad que OMC hacia los espacios propios de ese ám-
estos tienen de operar en un entorno más bito comercial, abandonando su actual di-
abierto y multilateral. Así pues, lo países námica reguladora en aspectos como la in-
en desarrollo están obligados a operar en versión, la propiedad intelectual, la compe-
un entorno de preferencias consolidadas tencia o las licitaciones públicas. Al tiem-
en un marco multilateral. po, sería necesario revisar las normas de
gobierno de la OMC para convertirla en
8. No obstante, el marco multilateral creado una institución más transparente, más in-
a partir de la constitución de la OMC re- tegradora y abierta a la plena participación
sulta notablemente más hostil y restrictivo de los países en desarrollo. El estatuto for-
frente a las posibilidades de los países en mal en que se basan los procesos de deci-
desarrollo para desplegar una política acti- sión de la OMC –un país, un voto- están
va en los ámbitos industrial y comercial. muy alejados de la dinámica real en los
Recursos y posibilidades que los países de- procesos de toma de decisiones, como se
sarrollados disfrutaron en el pasado, en el revela en las recientes Conferencias Minis-
seno del GATT, son ahora negados por la teriales.
OMC. Lo que afecta no sólo a los ámbitos
comerciales, donde se amplían las exigen- 10. Finalmente, y es el apartado central so-
cias de liberalización y se anulan las conce- bre el que quiere insistir este trabajo, es
siones unilaterales, sino también en aque- necesario dejar márgenes de holgura para
llos otros ámbitos que exceden al comercio que los países decidan no sólo los ritmos,
y que se relacionan con el tratamiento de sino también las sendas a través de las que
las inversiones, de la propiedad intelectual se aproximan a la integración internacio-
o con las normas de resolución de conflic- nal. El proceso de reformas debe ser espe-
tos. Cabría decir que, a lo largo de su corta cífico a los países, dado que debe conside-
vida, la OMC parece haber tomado un ses- rar sus peculiares capacidades y restriccio-
go poco favorable para los países en desa- nes. No existe senda óptima de apertura
rrollo. Aun así, no todas las posibilidades económica ni en el tiempo, ni en el espa-
de intervención para promover las capaci- cio. El objetivo debe estar definido e in-
dades productivas y tecnológicas de un teriorizado en las decisiones y propósitos
país están anuladas: quedan márgenes tan- sociales, pero el camino para alcanzar ese
to en el ámbito comercial, donde nada objetivo debe ser flexible, abierto a la ex-
obliga a suprimir todo arancel, como en el periencia, adaptado a las condiciones de
de la política regional, de utilización del cada caso. Al fin, como señala Martín Khor
crédito o de apoyo a la I+D. Los países en (2003) el objetivo no debe ser tanto la má-
desarrollo están obligados a aprovechar las xima liberalización cuanto la apropiada
oportunidades que en estos ámbitos les liberalización.
brinda la actual configuración de la OMC,

19
Referencias bibliográficas
Acemoglu, D., S. Johnson, J.A. Robinson (2003), “An African success story: Botswana”, en D. Rodrik (ed.),
In search of prosperity. Analytic narratives on economic growth, Princeton University Press, Princeton.

Amsden, A. (2000), “Industrialization under new WTO Law”, paper prepared for High-level Round Table on
Trade and Development: Directions for the Tweenty-first Century, UNCTAD X.

Anderson, J. E., D. Marcouiller (1999), “Trade, insecurity, and home bias: An empirical investigation”, NBER
Working Paper nº 7000.

Aoki, M. (2001), Toward a comparative institutional analysis, MIT Press, Cambridge Mass.

Arteta, C., B. Eichengreen, C. Wyplosz (2001), “When does capital account liberalization help more than it
hurts?”, NBER Working Paper, nº 8414.

Baldwin, R. (1969), “The case against infant-industry tariff protection”, Journal of Political Economy, 77, p.
295-305.

Baldwin, R. (2003), “Openness and growth: What´s the empirical relationship?”, NBER Working Paper nº
9578.

Barro, R.J., X. Sala i Martín (1995), Economic Growth, McGraw-Hill, Nueva York.

Ben-David, D. (1993), “Equalizing exchange: Trade liberalization and income convergence”, The Quarterly
Journal of Economics, 108 (3), p. 653-679.

Chang, H.J. (2003), “The market, the State and Intitutions in Economic Development”, en H.J. Chang, Re-
thinking development economics, Anthem Press, London.

Chang, H.J. (2003), “The East Asian Developmen Experience”, en H.J. Chang, Rethinking development eco-
nomics, Anthem Press, London.

Chang, H.J., P. Evans (2000), “The role of institutions in economic change”, paper prepared for the meeting
“Other Canon”.

Dollar, D. (1992), “Outward-oriented developing economies really do grow more rapidly: Evidence from 95
LDCs, 1976-1985”, Economic Development and Cultural Change, 40 (3), p. 523-44.

Dollar, D., A. Kraay (2000), “Trade, growth, and poverty”, Development Research Group, Working Paper,
World Bank.

Edwards, S. (1998), “Openness, trade liberalization, and growth in developing countries”, C. Milner (ed.),
Developing and newly industrializing countries, vol I, Elgar, Cheltenham.

Finger, J.M., P. Schuler (2001), “Implementation of Uruguay Round commitments: The development chal-
lenge”, en B. Hoekman, W, Martin (ed.), Developing countries and the WTO: A proactive agenda, Blackwell,
Oxford.

Frankel, J., D. Romer (1999), “Does trade cause growth?”, American Economic Review, 89 (3), p. 379-99.

Greenaway, D. W. M., P. Wright (1998), “Trade reform, adjustment and growth: What does the evidence tell
us?”, The Economic Journal, 108, p. 1547-1561.

Grossman, G., E. Helpman (1991), Innovation and growth in the global economy, MIT Press, Cambridge
Mass.

Harrison, A. (1996), “Openness and growth: Time-series, cross-country analysis for developing countries”,
Journal of Development Economics, 48, p. 419-47.

Hausmann, R., D. Rodrik (2002), “Economic Development as Self-Discovery,” NBER Discussion Paper No.
w8952, May.

20
Hausmann, R., D. Rodrik (2002), “Economic development as self-discovery”, draft, Harvard University.

Hellmann, Th., K. Murdock, J. Stiglitz, (1997), “Financial Restraint: Toward a New Paradigm,” in M. Aoki et
al (eds.), The Role of Government in East Asian Economic Development: Comparative Institutional Analysis,
Clarendon Press, Oxford.

Islam, R., C.E. Montenegro (2001), “GATT determines the quality of institutions”, Background Paper for the
World Development Report 2002, World Bank.

Kaufmann, D., A. Kraay, P. Zoido-Lobatón (1999), “Governance matters”, World Bank Working Paper, nº
2196.

Knack, S., P. Keefer (1995), “Institutions and economic performance: Cross-country tests using alternative
institutional measures”, Economics & Politics, 7 (3), p. 207-228.

Krugman, P. (1990), Rethinking International Trade, MIT Press, Cambridge Mass.

Lau, L., Y. Qian, G. Roland (2000), “Reform without losers: An interpretation of China´s dual-track ap-
proach to transition”, Journal of Political Economy, 108 (1), p. 120-43.

Levine R., D. Renelt (1992), “A sensitivity analysis of cross-country growth regressions”, American Econo-
mic Review, 82 (4), p. 942-63.

Mauro, P. (1995), “Corruption and growth”, Quarterly Journal of Eonomics, 110 (3), p. 681-712.

McCulloch, N., L.A. Winters, X. Cirera (2001), Trade Liberalisation and Poverty: A Handbook, Centre for
Economic Policy Research, London.

Meier, G.M., J.E. Stiglitz (eds,), Frontiers of development economics. The future in perspective, World Bank
and Oxford University Press, Oxford.

Noguer, M., M. Siscart (2003), “Trade raises income: A precise and robust result”, mimeo.

Qian, Y. (2003), “How reform worked in China”, en D. Rodrik (ed.), In search of Prosperity, Analytic narra-
tives on economic growth, Princeton University Press, Princeton.

Redding, S. (1999), “Dynamic comparative advantage and the welfare effects of trade”, Oxford Economic Pa-
pers, 51, p. 15-39.

Rivera-Batiz, L.A., P. Romer (1991), “International trade with endogenous technological change”, European
Economic Review, 35 (4), p. 971-1001.

Rodríguez, F., D. Rodrik (1999), “Trade policy and economic growth: A skeptic´s guide to the cross-national
evidence”, NBER Working Paper nº 7081.

Rodrik, D. (1995), “Getting Interventions Right: How South Korea and Taiwan Grew Rich,” Economic Poli-
cy 20, 1995.

Rodrik, D. (1997), Has globalisation gone too far?, Institute for International Economics, Washington DC.

Rodrik, D. (1999), “Institution for high-quality growth: What they are and how to acquire them”, NBER
Working Paper, nº 7540.

Rodrik, D. (1999), “Where did all the growth go? External shocks, social conflict, an growth collapses”,
NBER Working Paper, nº 6350.

Rodrik, D. (ed.) (2003), In search of Prosperity. Analytic narratives on economic growth, Princeton Univer-
sity Press, Princeton.

Romer, P. (1993), “Openness and inflation: Theory and evidence”, Quarterly Journal of Economics, 108 (4),
p. 870-903.

21
Sachs, J., A.M. Warner (1995), “Economic growth and the process of global integration”, Brookings Papers
on Economic Activity, 1-95.

Sala-I-Marin, X. (1997), “I just run two million regressions”, American Economic Review, 82, p. 178-183.

Sokoloff, K.L., S.L. Engerman (2000), “Institutions, factor endowments, and paths of development in the
new world”, Journal of Economic Perspectives, 14 (3), p. 217-32.

Solow, R. (1956), “A contribution to the theory of economic growth”, Quarterly Journal of Economics, 70
(1), p. 65-94.

Srinivasan, T.N., J. Bhagwati (1999), “Outward-orientation and development: Are revisionist right?”, Econo-
mic Growth Center, Discussion Paper nº 806, Yale University.

Hoff, K., J. Stiglitz (2000), “Modern economic theory and development”, en G.M. Meier, J.E. Stiglitz (eds.),
Frontiers of development economics. The future in perspective, World Bank and Oxford University Press,
Oxford.

Vamvakidis, A. (1999), “Regional trade arrangements of broad liberalization: Which path leads to faster
growth?”, IMF Staff Papers, 46 (1), p. 42-68.

Vamvakidis, A. (2002), “How robust is the growth-openness connection? Historical evidence”, Journal of
Economic Growth, 7, p. 57-80.

Wei, S. (2000), “Natural openness and good government”, NBER Working Paper, nº 7765.

Wyplosz, C. (2001), “How risk is financial liberalization in the developing countries”, G-24 Discussion Pa-
per Series, nº 14, UNCTAD.

22
Títulos publicados

NUEVA ÉPOCA

Working Papers

WP 02/05 Sastre, Luis: An alternative model for the trade balance of countries with open eco-
nomies: The Spanish case.

WP 01/05 Díaz de la Guardia, Carlos; Molero, José; Valadez, Patricia: International competi-
tiveness in services in some European countries: Basic facts and a preliminary
attempt of interpretation.

WP 03/04 Angulo, Gloria: La opinión pública española y la ayuda al desarrollo.

WP 02/04 Freres, Christian; Mold, Andrew: European Union trade policy and the poor. To-
wards improving the poverty impact of the GSP in Latin America.

WP 01/04 Álvarez, Isabel; Molero, José: Technology and the generation of international
knowledge spillovers. An application to Spanish manufacturing firms.

Policy Papers

PP 01/05 Lorente, Maite: Diálogos entre culturas: una reflexión sobre feminismo, género,
desarrollo y mujeres indígenas kichwuas.

PP 02/04 Álvarez, Isabel: La política europea de I+D: Situación actual y perspectivas.

PP 01/04 Alonso, José Antonio; Lozano, Liliana; Prialé, María Ángela: La cooperación cul-
tural española: Más allá de la promoción exterior.

DOCUMENTOS DE TRABAJO PREVIOS PUBLICADOS EN 2004

DT8/2004 Legrain, Milli: La crisis argentina de diciembre de 2001. Debilidad institucional y


falta de legitimidad del Estado.

DT7/2004 González, Mariano; Larrú, José María: ¿A quién benefician los créditos FAD? Los
efectos de la ayuda ligada sobre la economía española.

DT6/2004 Díaz de la Guardia, Carlos; Molero, José; Valádez, Patricia: International Competi-
tiveness in Services in Some European Countries: Basic Facts and a Preliminary
Attempt of Interpretation.

DT5/2004 Donoso, Vicente; Martín, Víctor: Exportaciones y crecimiento económico: el caso


de España.

DT4/2004 Vilariño, Ángel: Sobre las dificultades de medición del contagio financiero.

DT3/2004 Palazuelos, Enrique: La incidencia de las transferencias del Gobierno en la distri-


bución de la renta en Estados Unidos: 1981-2000.

DT2/2004 Álvarez, Isabel; Molero, José: Technology and the generation of international
knowledge spillovers. An application to Spanish Manufacturing Firms.

DT1/2004 Alonso, José Antonio: Emigración y desarrollo. Implicaciones económicas.

23

Вам также может понравиться