Вы находитесь на странице: 1из 1

Antelo, Estanislao (1999), Instrucciones para ser profesor. Pedagogía para aspirantes, Buenos Aires, Santillana .

La teoría es una relación sin la cual no se puede enseñar: Usted debe familiarizarse y apropiarse
de las teorías que habitan y conforman los saberes que usted enseña, además de las teorías
pedagógicas que considere útiles para el oficio de enseñar.

Como veremos, ni la teoría ni la práctica son identidades plenas, y además sus


bordes, límites y significados están lejos de ser unívocos. Como también veremos, la
acción y la reflexión mantienen una peculiar amistad. ¿Dónde empieza una cosa y dónde
termina? Es difícil establecerlo claramente. De esta oposición, además, se deriva otra
más común: aquella que divide el campo entre los teóricos y los prácticos. ¿Cómo salir de
ahí? La manera corriente es plantear que entre ambos términos hay una relación
dialéctica. Estimo -y no porque la relación no sea efectivamente dialéctica- que ésta es
una manera de sacarse de encima un problema. Decir que la dialéctica consiste en ir de
un término a otro es una simplificación falaz y cómoda. Lo que sabemos hasta aquí es
que los dos términos mantienen una relación. Veamos entonces con detenimiento los
términos de la relación.

“En primer lugar, hay un viejo proverbio francés que señala con una especie de descrédito a la
pedagogía de forma general. Ésta aparece como una modalidad de especulación muy inferior. […]
Hay verdades sobre las que no se puede estar volviendo indefinidamente. La pedagogía no es
más que la reflexión aplicada tan metódicamente como se pueda a los temas de la educación.
¿Cómo es posible que exista una forma cualquiera de actividad humana que pueda prescindir de
la reflexión? Hoy no existe ninguna esfera de acción donde la ciencia, la teoría, es decir la
reflexión, no vayan penetrando cada vez más la práctica y esclareciéndola. ¿Por qué iba a ser una
excepción la actividad educativa? Indudablemente, se puede criticar el uso temerario que más de
un pedagogo ha hecho de su razón; se puede decir que los sistemas educativos son con
frecuencia bastante abstractos y bastante pobres con respecto a la realidad; se puede pensar que
en las condiciones en que se encuentra la ciencia del hombre, la especulación pedagógica nunca
podría ser demasiado prudente. Pero de que haya sido falseada, por la forma que ha habido de
entenderlo, no se sigue que sea imposible. De que deba ser modesta y circunspecta, no resulta
que no tenga razón de ser. Además, ¿hay algo que sea más vano que aconsejar a los hombres
conducirse como si no estuviesen dotados de razón y reflexión? La reflexión se ha despertado; no
puede dejar de aplicarse a estos problemas educativos que se plantean ante ella. El problema no
está en saber si hay que servirse de ella, sino en saber si hay que servirse de ella al azar o con
método; ahora bien, servirse de ella metódicamente es hacer pedagogía”.
Émile Durkheim (1904). Historia de la educación y de las doctrinas pedagógicos, 1990.

2. Para enseñar, usted tiene que conocer el significado y la utilidad de las teorías.
¿Qué es la teoría? Como pusimos de relieve en nuestras primeras instrucciones,
para nosotros no hay nada fuera de las relaciones. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir
que todos los objetos de este mundo -la teoría entre ellos- son relacionales. Como lo hace
notar Antonio Godino Cabos, quizás haya sido Einstein quien enseñó esto con mayor
claridad. Veamos el ejemplo de la "energía". "Para la física del siglo XVIII (e inicios del
XIX) la energía es un dato primo. En otras palabras, la energía existe, es una fuerza
evidente de la cual nadie duda. Se trata en esta formulación de una pueril ingenui-

Вам также может понравиться