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Escuela de Psicología
Psicopatología Clínica
Prof. Daniel Lorca Baronti
Integrantes:
Eduardo González Roposi
Daniela Villa Valdebenito
La Psicopatología es una ciencia que ha abierto diversas posibilidades en relación
a la descripción y sistematización del comportamiento humano. A través de los
estudios psicopatológicos encontramos algunas respuestas para aquellos
comportamientos que no logran ser explicados por los procesos de desarrollo que
cursa el individuo, ni por la situación madurativa en que éste se encuentre.
Hemos visto cómo el aporte de los estudios psiquiátricos permite identificar signos
y síntomas que pueden configurar algún tipo de síndrome, alguna enfermedad o
incluso un trastorno mental. De esta forma, la emergencia de un diagnostico se hace
posible en términos individuales y, asimismo el establecimiento de clasificaciones
diagnósticas. Pero, ¿Qué sucede cuando intentamos comprender la
psicopatología? Esta pregunta nos lleva al cuestionamiento del proceso mental que
se desarrolla en el individuo durante aquellos comportamientos patológicos, y
también a cuestionar la época previa a la aparición de aquellos comportamientos,
aquella época en la que se configuraba la dinámica psicopatológica que emergería
como síntomas.
Y es con la intención de dar respuesta a esta pregunta que en esta segunda entrega
se continua la indagatoria referida a la neurosis de angustia, con miras a la
continuación del contrapunto anteriormente establecido, entre la visión psiquiátrica
y la perspectiva del psicoanálisis clásico. En esta oportunidad se profundizará en la
perspectiva psicoanalítica, exponiendo más detalladamente el aporte a la etiología
de la neurosis de angustia que ésta brinda. Para contextualizar se resumirá el aporte
psiquiátrico y posteriormente se dará paso al contenido psicoanalítico. Luego, al
finalizar, se plantearán algunas conclusiones relativas a la temática.
Por lo tanto, puede producir neurosis de angustia todo lo que desvíe de lo psíquico
la tensión sexual somática, todo lo que altere el procesamiento psíquico de aquella
tensión (Freud, 1895). A raíz de esto, es posible considerar como causas
etiológicamente eficientes a una serie de situaciones y de influjos nocivos que tienen
su origen en la vida sexual (Freud, 1895). Respecto a esto se “Obtiene la
aseveración de que una abstinencia [sexual] voluntaria o involuntaria, un comercio
sexual con satisfacción insuficiente, el coitus interruptus, el desvío del interés
psíquico respecto de la sexualidad, etc., son los factores etiológicos específicos de
la por mí llamada «neurosis de angustia».” (Freud, 1895, p.124).
La causa específica es aquella que está presente en todos los casos en los que se
realiza el afecto. Se debe presentar en cantidad o intensidad adecuadas para lograr
aquella realización. Esta realización del afecto se llevará a cabo –considerando
intensidad y cantidad- sólo si es que ya están cumplidas las condiciones (Freud,
1895).
Las causas concurrentes son aquellos factores los cuales no son capaces de
generar el efecto por su cuenta y cuya presencia no es necesaria en todos los casos,
pero cooperan junto a las condiciones y las causas específicas para fundar la
aparición de neurosis (Freud, 1895)
Condición: Herencia
Causa específica: Un factor sexual, en el sentido de un desvío de la tensión sexual
respecto de lo psíquico.
Causas auxiliares: Todos los efectos nocivos banales: Emoción, terror, así como
agotamiento psíquico por enfermedad o exceso de trabajo.
Con esto se busca aclarar el recorrido que transita la tensión sexual somática y
cómo llega a manifestarse a través de la neurosis de angustia. Si bien ya hemos
expuesto la estructura de este proceso, es importante mencionar las condiciones
etiológicas bajo las cuales se produce la neurosis de angustia. Estas condiciones
son de naturaleza sexual y afectan de distinta forma a hombres y mujeres.
En el sexo femenino la neurosis de angustia puede ocurrir en los casos donde existe
angustia virginal (o angustia de las adolescentes), angustia de las recién casadas,
en esposas con maridos que padecen ejaculatio praecox o una potencia sexual muy
aminorada, también puede ocurrir en casos de mujeres cuyo esposo lleva a cabo el
coitus interruptus o reservatus. Además, también puede sobrevenir en casos de
viudez o de abstinencia voluntaria y finalmente como angustia en el climaterio
(Freud, 1895)
Por otra parte, en base al aporte psicoanalítico, el cual, si bien toma en cuenta los
síntomas, establece un seguimiento de orden psíquico que busca indagar en el
origen del malestar, en términos de contenido mental, y dar con aquel contenido
que lleva a las respuestas de neurosis, neurastenias, o psicosis.
El psicoanálisis abre caminos hasta una etiología psicopatológica que permite una
comprensión distinta del padecer psíquico humano y sus formas constitucionales,
ampliando y profundizando la concepción de ser humano y permitiendo dar con
respuestas que ayudan en la labor general de lograr comprensión y, de alguna
manera, bienestar. Con esto, se suman nuevas posibilidades a la comprensión de
aquellos fenómenos psicopatológicos que aquejan a muchos y se establecen
puentes entre las distintas disciplinas, que, si bien pueden no compartir el sustrato
epistemológico del psicoanálisis, si se pueden beneficiar de su método o sus
conclusiones.