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No. 464 nov 18 a 22

2014
EDITORIAL

DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN - ZULETA

Para que se pueda hablar de la existencia de una

democracia hay un mínimo de condiciones que se deben
cumplir, pero sobre todo las que se pueden abarcar en el
concepto de los “derechos humanos”. Sin embargo la
existencia de unos derechos no es más que un mínimo,
porque de nada sirven los derechos, como decía Marx, si
no tenemos posibilidades: ¿de qué sirve que una persona
tenga derecho a elegir y a ser elegido, si ni siquiera sabe
leer? La sola existencia de los derechos es una CONTENIDO
condición muy restringida de la democracia. Los derechos
son importantes, pero la democracia consiste en algo más, . DEMOCRACIA
que tiene que ver con las posibilidades efectivas de . CAZADORES
realización de esos derechos. . YO, TÚ, ELLOS
. DEMOCRACIA Y
(Ver texto interior) PARTICIPACIÓN
. CINE CLUB UMB

CINE CLUB UMB

MARTES 18 DE NOVIEMBRE
Presentación : VANESA LAGOS SALAS
Ciclo : ESTÉTICAS EN EL DOCUMENTAL Boletín del
CINE CLUB UMB
LATINOAMERICANO. CAPÍTULO COLOMBIA.
Película : YO, TÚ, ELLOS O LA INVASIÓN DE LOS Decano Facultad de Artes
JÍBAROS Director Programa de
Director: Yves de Pereti Cine y Televisión
RICARDO GUERRA
AUDITORIO DE CINE ACI – 2 :00 PM Editor
RICARDO MÉNDEZ
Diseñador
YESID ZÚÑIGA
Promoción/Comunicaciones
LINA MARÍA ARIAS

Colaboradores
MÓNICA ALARCÓN
JOHAN CUBIDES
MARÍA NÚÑEZ

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 CAZADORES DE CABEZAS
HUMANAS*
Por: VANESA LAGOS SALAS
Estudiante de Cine y televisión
Los shuar, los jíbaros, viven en la
selva ecuatoriana del Alto Amazonas en
estado primitivo. Es un pueblo receloso
con la cultura occidental, formado en la
actualidad por no más de 20.000
individuos. Practican la poligamia y los
rituales mágicos, y acceden al mundo
invisible de sus antepasados y los
espíritus de la selva amazónica a través
de la ayahuasca.
Suelen vivir en pequeños
poblados, cada vez más en el interior de
la selva, liderados por un jefe y
agrupados en una casa grande, dividida
en dos secciones: una para las mujeres
y otra para los hombres.
A pesar de asistir a la agonía de
su sociedad, los shuar mantienen su
fervor guerrero del que se enorgullecen,
capaces de luchar a muerte contra
miembros de su propio clan para
conservar su condición guerrera. De
hecho, el líder del grupo se elige en
función del número de cabezas
humanas reducidas que cuelgue del
cuello en las fiestas tradicionales. Los
trofeos exhibidos engrandecen su
espíritu y el alma del muerto encerrada
en la cabeza se desvanece para siempre
y así nunca podrá vengar su crimen.
Práctica mágica
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Para encerrar el alma en la
propia cabeza, y reducirla, los jíbaros
empleaban seis días. El proceso de
esta práctica tan insólita como
increíble era muy complejo y debía
hacerse siguiendo los rituales mágicos,
cargados de conjuros y fórmulas.
Como nada puede retener al muerto
en la tierra, como precaución se
cosían los párpados para que nunca
más pudiera ver y su piel se teñía de
negro, para hundir su conciencia en la
oscuridad. Previamente le extirpaban
los huesos del cráneo y los dientes y
los ojos se ofrecían a las anacondas de
los ríos. Después pelaban la cabeza
recién cortada, la condimentaban con
una extraña pócima —de fórmula
desconocida— y la introducían en agua
hirviendo en un caldero. Esta
operación continuaba con una incisión
vertical en la parte superior de la
cabeza por la que se extraía el
contenido. El paso final consistía en
cubrirla con un manto de tierra y
piedras calientes. Al cabo de un
tiempo, la calavera presentaba una
réplica del rostro del enemigo del
tamaño de un puño. Se amortajaba la
cabeza yacente —tsantsa— con una
tela y quedaba guardada en una vasija
de barro.
El secreto de esta práctica es un
privilegio al que sólo tienen acceso
unos pocos; los guerreros que aún
forman parte de la tribu. Nadie, hasta
ahora, ha conseguido desvelar los
ingredientes del brebaje.
 *Fuente:
http://www.peatom.info/historia/19521
/cazadores-de-cabezas-humanas/
YO, TU ELLOS O LA
INVENCIÓN DE LOS JIBAROS
(2002): LA CONSTRUCCIÓN DE LA
IMAGEN SOBRE SÍ MISMOS
Por: VANESA LAGOS SALAS
Esta película del antropólogo
francés Yves de Peretti encuentra su
interés por el mito de los reductores de
cabezas, en una de las comunidades de
los Shuar ubicados en una zona
amazónica limítrofe entre Ecuador y
Perú.
Los Shuar han tenido desde
siempre la mirada de occidente,
específicamente sobre este mito que ha
sido reconocible a partir de muchas
historias, indicios milenarios que en la
película se problematizan al identificar
que dichas historias en la actualidad,
tienen una compleja significación.
La preocupación del director de la
película plantea desde el inicio del film
descubrir un mundo sobre el cual se
hace necesario otro tipo de
acercamientos tanto al tema como a la
comunidad misma.
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Si bien el cine documental se ha
establecido desde los años 20´s como
un elemento de registro, verificación y
argumentación de todo tipo de
investigaciones antropológicas y
etnográficas, en esta película y a nivel
contemporáneo se encuentra que el
documental puede establecerse como
una estrategia discursiva donde el
encuentro con el otro, con ese ser
investigado, medie en las relaciones
con el investigador y se convierta en
otro tipo de narrador frente al relato
que se construye en el tiempo.
En base a la antropología
compartida se nutre la significación de
las relaciones sociales en donde la
idea de investigar a los bichos raros ya
no existe. El antropólogo, el etnógrafo,
entra a tal punto de relación con la
comunidad, que en cierto sentido
ofrece otro tipo de relaciones para
descubrir los conocimientos propios de
la comunidad.
El cambio en las relaciones
sociales es uno de los tantos motivos
por hacer que en lo documental
existan niveles de confidencialidad,
respeto por el otro y lugar a sus
voces, a sus problemáticas, a sus
nociones de vida, de una forma más
directa, sin ánimo de una opinión
imparcial que provenga solo del
investigador o de aquel intelectual que
solo ve en el otro un mecanismo para
hablar del mundo incivilizado.
Yves de Peretti establece
comunicación con los Shuars desde el
conocimiento de sus tradiciones, de
sus creencias, de su lugar en la
cultura indígena. Peretti no se
convierte en un abogado de las
creencias de esta comunidad ni
tampoco ejerce presión sobre el mito
que le ha convocado a descubrir otros
secretos de la comunidad.
 Peretti decide acudir a los Shuars
desde el conocimiento de sus
problemáticas actuales y en las que el
mito de la reducción de cabezas, se
toma como excusa para orientar esa
mirada sobre la comunidad bajo otro
tipo de intereses.
La película inicia con una
pregunta fundamental sobre el mito,
pero establece en todo su recorrido,
una serie de pautas de cómo el hombre
occidental a estigmatizado a la
comunidad, a tal punto de significarles
todo tipo de figuras que se creen
propias de los Shuars pero que son
fabricadas y manipuladas como objetos
de arte.
En la película se discute el valor
central de los Shuars sobre sus
creencias, pero trasciende su lectura, su
mirada en la actualidad, al establecer el
problema de la representación, como
una de las instancias documentales en
donde ahora no se establece una única
verdad, un solo objeto de estudio, sino
donde subsisten cantidad de saberes
que trazan de diversa forma una visión
más clara de quienes son realmente los
Shuars.
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Peretti inicia un viaje por la
memoria de lo que se conoce de la
comunidad. Se encuentra con el ritual
que todos conocen, pero evade solo
una interpretación, decidiendo ir más
al fondo de las interpretaciones que en
Europa se establecen, al punto de
decidir ir al encuentro con la propia
comunidad.
Tras este camino por encontrar
sentido al ritual de la reducción de
cabezas surge un ánimo investigativo
que se vuelve problemático, pues en
diferentes circunstancias es el director
quien decide cambiar la ruta de los
acontecimientos. El director se
establece en un punto donde su objeto
de estudio no es la validez de un ritual
sino la trascendencia que en el tiempo
se ha debatido en base a los Shuars.
Al encuentro con la comunidad, decide
hacerle frente a esta necesidad
particular, pero poco a poco lo
documental permite que la misma
comunidad decida cómo hablar de ello,
como evadirlo, como dejarlo en el
olvido. El mito frente a la propia
comunidad en la actualidad, no
evidencia interés alguno, pero en base
a la relación con Peretti, deciden
hacerle frente a sus problemas
actuales, uno de ellos, acabar con la
idea de que la práctica se sigue
haciendo.
La carga representativa del
ritual es para los Shuars un indicio de
resistencia ante la mirada que se tiene
de ellos en occidente. Peretti trabaja
el documental en un sentido variable,
complejizando las relaciones que
presenta la comunidad consigo
mismos y la forma en que interpretan
su visión en occidente.
 La película sobrepasa el registro Peretti estudia todo este
y el extrañamiento sobre el otro, el fenómeno en compañía de sus
indígena, el bárbaro, el inculto, para colegas, en compañía de quienes han
trabajar sobre el poder de las podido establecer otra serie de
negociaciones entre ese hombre blanco miradas sobre los Shuars. Su viaje y
interesado en la comunidad y con otro encuentro con la comunidad, marca en
tipo de visiones sobre su propia principio una ruta de saberes que
naturaleza. La misión de este hombre ponen ahora al descubierto que el
blanco con la comunidad, no es ritual ya no es la prioridad. El director
responder en la medida de una mirada intensifica este lugar, el de su propia
occidentalizada, sino en el objeto del perspectiva sobre la antropología, el
establecimiento de otro tipo de del cine y la propia comunidad, para
relaciones con la comunidad, dejando establecerse en un lugar del relato que
de lado el mito que desde siempre los presenta las dos visiones (Occidente y
ha marcado como los reductores de los Shuars) actualizando el interés de
cabezas. la comunidad sobre la perdida de su
La valides del mito llena de territorio, la recuperación de sus
significaciones el pasado, presente y tradiciones y la educación.
futuro de la comunidad. La visión Uno de los logros de esta
recreada de quienes son los Shuars es película se encuentra en el lugar de
tergiversada. Muchas de las “cabezas enunciación del documental. Su
reducidas “son falsas. La práctica de director cumple en cierto sentido el
reducir las cabezas de los enemigos papel de cazador de cabezas, de
muertos en combate y la recreación de conciencias, de reflexiones, pero allí
la historia en el cine de aventura y en establece una diferencia
los comic, viene a sumarse a las circunstancial, pues existe un
representaciones que ahora se mecanismo reflexivo que intensifica la
encuentra en museos y grandes galerías búsqueda bajo otro tipo de sentidos,
de Europa. El mercado imita gran bajo una serie de estrategias
cantidad de piezas que salen del circuito discursivas donde decide compartir
del arte y se establecen en cualquier con los otros, la visión de las historias
flujo comercial como si se tratara de y como estas han podido establecerse
cualquier objeto convencional. en el tiempo, cambiando las
perspectivas dela comunidad sobre sí
mismos, siendo uno de los temas que
no quisieran volver a tocar, que no
quisieran que ningún tipo de
investigador trate siquiera de
preguntar, sin validar en primera
instancia la situación actual de la
comunidad.

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 La conciencia del realizador de
enfrentar el tema y poder evidenciar
que las historias sobre la comunidad se
multiplican, es un problema en el que la
verdad y su búsqueda logran que el
dispositivo cinematográfico cambie sus
perspectivas en la representación de los
otros para apropiarse de un lenguaje
con nuevas formas de representación.
Hacer natural la presentación del
mundo y de la realidad, hacen que el
documental en este tipo de trabajos
encuentre en el lugar de enunciación (la
forma en cómo se cuenta, en cómo el
director se establece en el relato) uno
de los objetos propios de lo documental.
En este sentido Peretti se convierte en
un misionero, etnógrafo, antropólogo,
investigador, indagador. Desde estos
lugares, se permite establecer y
reflexionar sobre lo que ha encontrado:
La formación de su visión y del otro
“indígena”, los lugares y diferencias con
su historia generacional en la
modernidad.
La mirada del documentalista es
entonces evidenciada desde la
conciencia de su lugar en el relato, de lo
que produce mientras reflexiona sobre
lo encontrado, de lo que problematiza
con el pasado, presente y futuro de la
comunidad.
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El viaje de Peretti por esta
investigación provoca la
reconstrucción de una mirada sobre el
tema, sobre la antropología y sobre lo
documental como herramienta y
objeto de investigación que supera el
ideal de “registro/documento” y
trasciende en su lenguaje, en su
puesta en escena, en sus mecanismos
de participación, persuasión, para la
transformación del pensamiento en
cuanto al mito la comunidad y su
actualidad. El antes, durante y
después del viaje, generan un impacto
en el realizador que es desarrollado y
puesto en discusión, como un indicio
del cambio de perspectiva sobre su
objeto de estudio. Es también el
indicio de un espacio de
transformación que problematiza el
oficio y sus efectos, el producto de lo
investigado y las reacciones de todos
aquellos que problematizan bajo lo
documental, el sistema de relaciones
para desarrollar este tipo de
investigaciones con el otro, el indígena
que ahora encuentra en el audiovisual,
nuevos espacios de discusión y
problematización de sus
preocupaciones. En definitiva, el
impacto y respuestas sobre lo
encontrado.
 El documental trabaja sobre otra
mirada del cine indigenista. Trabaja
sobre una visión del otro sobre su
propio mundo. Saca a la luz la visión de
la representación compartida y de la
experiencia de viaje y esos encuentros
con el otro, como estados reflexivos que
constituyen tanto los peligros como las
oportunidades para establecer los
diferentes puntos de vista sobre el tema
tratado.
Si bien mucho del cine
indigenista es hecho por el hombre
blanco, existe con este tipo de obras la
reflexión sobre los alcances e impactos
que se producen con la comunidad que
se incluye y forma parte del relato. La
mirada es ahora compartida
reconstruye en este y otros sentidos, la
necesidad por establecer otro tipo de
relaciones entre una mirada que es
construida por el director/investigador,
frente a la mirada construida por la
misma comunidad.
Retomando la experiencia de
Yves de Peretti y de su película, Yo, tu
ellos o la invención de los jibaros, fue
doblada en idioma Shuar y al kichwa y
hace parte de un gran material de
películas que problematizan el trabajo
antropológico/etnográfico en la
actualidad, persistiendo en afianzar los
lazos entre la comunidad y aquel
investigador que ha cedido su lugar
para ofrecer nuevas perspectivas en la
conformación de nuevos saberes sobre
sí mismos, sobre los otros, sobre
aquellos que dejaron de ser observados
y se han convertido en protagonistas de
múltiples manifestaciones sobre su
cultura, sus saberes y tradiciones,
dialogando de manera directa con el
público y haciendo cada vez más
estrecha las relaciones entre ellos
mismos y los otros.
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DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN
Por: ESTANISLAO ZULETA
y (Medellín, 1.935 – Cali, 1.990)
Para que se pueda hablar de la
existencia de una democracia hay un
mínimo de condiciones que se deben
cumplir, pero sobre todo las que
se pueden abarcar en el concepto de
los “derechos humanos”. Sin
embargo la existencia de unos
derechos no es más que un mínimo,
porque de nada sirven los derechos,
como decía Marx, si no tenemos
posibilidades: ¿de qué sirve que una
persona tenga derecho a elegir y a ser
elegido, si ni siquiera sabe leer? La
sola existencia de los derechos es una
condición muy restringida de la
democracia. Los derechos son
importantes, pero la democracia
consiste en algo más, que tiene que
ver con las posibilidades efectivas de
realización de esos derechos. El
derecho fundamental es el derecho a
diferir, a ser diferente. Cuando uno no
tiene más que el derecho a ser igual,
eso todavía no es un derecho.
Generalmente se dice que democracia
es libertad. Es una vieja idea, que no
es incorrecta desde luego, pero la
libertad hay que entenderla en el
orden de la posibilidad. Las libertades
no existen porque están escritas en
alguna parte. No asumamos nunca una
definición negativa de la libertad:
libertad es todo aquello que la ley no
prohíbe. Asumamos una definición
positiva. La libertad es aquello que la
vida nos permite hacer. La ley no le
prohíbe a nadie entrar a la universidad,
pero sí se lo prohíbe la vida, la
economía, los hechos, y entonces
muchas personas no tienen libertad de
educarse. ¿Qué libertad tiene el
campesino que perdió su parcela en una
mala cosecha y le toca salir a buscar
una ciudad dónde vivir de tuguriano? Ni
la policía ni el gobierno se lo prohíben,
pues él tiene la libertad de ser
tuguriano; pero no tiene otra. No es
suficiente con decretar la democracia.
Es importante definirla también en
términos de la igualdad de
posibilidades.
A los individuos no se les puede juzgar
por lo que dicen de sí mismos sino por
lo que hacen. A los pueblos no se les
puede juzgar por lo que declaran en la
carta constitucional sino por las
relaciones sociales, por la manera como
vive la gente. Una sociedad tiene valor
de acuerdo con las relaciones que
tienen los hombres unos con otros, y no
tanto por lo que diga un decreto, así
sea la Constitución. Nosotros tenemos
una democracia muy restringida en el
sentido económico y debemos decirlo
claramente. En nuestras ciudades, por
ejemplo, hay una gran cantidad de
tierra urbana acumulada por unas pocas
familias en espera de valorización,
mientras el pueblo no tiene dónde vivir
y se instala en invasiones sobre lagunas
y laderas. Esto es lo menos democrático
del mundo. La igualdad debe ser una
búsqueda tanto económica como
cultural.
Es casi una burla para una población
decir que todos los ciudadanos son
iguales ante la ley, si no lo son ante la
vida. Anatole France decía en el siglo
XIX que estaba “prohibido a ricos y
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pobres dormir bajo los puentes”;
desde luego, la prohibición sólo
cobijaba a los pobres porque los ricos
no tenían necesidad de llegar a esa
situación extrema. Si no hay igualdad
la ley se convierte en una burla. La
igualdad ante la vida es algo que es
necesario conquistar; es una tarea y
una búsqueda que no se puede
resolver por un decreto. La
democracia no se decreta, se logra. Si
un pueblo no la conquista por su
propia lucha y por su propia actividad,
no le va a llegar desde arriba. No hay
reformas agrarias que no provengan
de una búsqueda de los campesinos,
de una organización campesina, de
una lucha campesina. La apertura
democrática es la búsqueda de una
democracia que no sea una burla para
la población. Para ello se necesita una
actividad a la que podemos llamar
participación. Se habla mucho de la
necesidad de ofrecer más educación a
través, por ejemplo, de implementar
programas de educación a distancia;
pero no se trata solamente de eso.
Hay que impulsar la lucha por la
reconquista de algo que se perdió
hace mucho tiempo, probablemente
desde la Edad Media: el pueblo dejó
de crear cultura. Nosotros ya no
tenemos un folclor como lo hubo en la
Edad Media.
En aquella época el pueblo creaba
verdaderas maravillas culturales,
como el cancionero español, los
cuentos de hadas, las catedrales
góticas. El pueblo era un verdadero
creador de cultura. Para que el pueblo
pueda ser creador de la cultura es
necesario que tenga una vida en
común. Cuando se dispersa, se
atomiza, cuando cada uno vive su
miseria en su propio rincón, sin
colaboración, sin una empresa y un
trabajo comunes, entonces pierde la
posibilidad de crear cultura. Ahora la
recibe por medio del transistor; de la
televisión o de cualquier otro medio,
pero como consumidor; no como
creador. Para la creación de una
definición moderna de la democracia es
necesario que el pueblo vuelva a crear
cultura, porque no es suficiente con que
la reciba. Tenemos que plantearnos
metas altas y una meta muy importante
es la de un pueblo creador. La
capacidad de creación de un pueblo no
se mide por las estadísticas. Las
estadísticas nos informan de los
porcentajes de la población que sabe
leer y escribir o que ha terminado la
escuela primaria o el bachillerato. Pero
eso no es todavía una cultura. La
cultura hay que hacerla. Las
estadísticas nos engañan.
Es mucho más culto un campesino
analfabeto que sabe narrar, contar una
cacería, hacer una canoa o una casa de
habitación con un estilo propio, que uno
de esos bachilleres que estamos
fabricando, pero que aparecen en las
estadísticas como bachilleres. De la
misma manera es más culto un pueblo
que produce algo, que tiene un estilo y
una manera de vivir propia; pero para
lograrlo tiene que organizarse. Un
pueblo disperso, cada cual - como he
dicho- refugiado en el rincón de su
pequeña miseria, sin más relaciones
que las que se desprenden de los
linderos o de los celos, es un pueblo
que no produce nada. Es necesario que
el pueblo se organice en comunidades
de vecinos de barrios, de campesinos,
en comunidades de cualquier tipo,
porque mientras está disperso está
perdido; no so- lamente porque hay
mucha miseria —eso también es muy
grave- — sino porque no tiene cultura y
creatividad propias. Y esta organización
es esencial porque es la manera que
tiene el pueblo de producir su propia
cultura, no sólo de recibirla.
Que la gente pueda opinar no es
suficiente, es necesario que pueda
actuar en aquello que le interesa en su
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comunidad, en su barrio, en su
municipio. Pero para poder actuar
tiene que tener bases, instrumentos
culturales y materiales. La apertura
democrática implica la creación de un
mundo de instrumentos colectivos. A
esto se le puede llamar participación.
Cuando un pueblo actúa, alcanza
mayores éxitos que cualquier
programador o racionalizador. El
pueblo puede hallar soluciones a sus
propias necesidades en los niveles
más elementales de la vida cotidiana.
El pueblo va encontrando sus propias
necesidades y la forma de resolverlas.
No debe esperar que todo le llegue
desde arriba; pero sí se requiere de un
gobierno que por lo menos permita
que el pueblo se organice y promueva
instrumentos colectivos.
Todo eso es lo que ahora nosotros
podemos definir como una
democracia. Una democracia debe
buscar la participación del pueblo, no
sólo en el gobierno, sino sobre todo en
la transformación de su propia vida.
Marx decía que en el proceso de
desarrollo capitalista el trabajador
había perdido la inteligencia del
proceso productivo; el hombre que
trabaja, que vende una fuerza de
trabajo durante ocho horas diarias por
un salario, ni siquiera sabe lo que está
haciendo, para qué se hace ni por qué
se hace. En otros términos, no sólo no
dirige el proceso sino que ni siquiera lo
entiende. Hubo una época en que el
artesano estaba muy cerca del arte
hasta el punto de que no había
posibilidad de diferenciarlos bien.
A ese período artesanal ya no
podemos volver. El pueblo ya no
puede apropiarse de la inteligencia del
proceso productivo de manera
individual sino por medio de la
colaboración de la comunidad. Una
apertura democrática es una búsqueda
de una nueva comunidad, de un
pueblo que exija, que piense, que
reclame, que produzca. Nosotros no CICLO: POÉTICAS DEL CINE
podemos evitar reconocer y asumir los DOCUMENTAL LATINOAMERICANO
conflictos. Sólo se puede ser demócrata
si estamos del lado de los que tienen Presentación:
más necesidades y menos posibilidades VANESA LAGOS SALAS
concretas. La lucha por una apertura
democrática no puede existir sin MARTES NOVIEMBRE 4:
participación popular. En los barrios la Cortometraje 15 años del Programa de
gente tiene que aprender a hacer sus Cine y Televisión:
casas y sus cooperativas, a construir su CHINGAZA. LEGADO MUISCA
organización para dirigirse por sí Realizador: JUAN RODRÍGUEZ
misma. Es allí donde se amplía la Duración: 10 minutos
democracia; si no lo hacemos allí, no lo Documental, 2.013
hacemos en ninguna parte.
Fuente: http://catedraestanislao.univall CINE JUNTO AL PUEBLO
e.edu.co/ Película:
Ver: UKAMAU (Bolivia, 1.966)
http://estanislaozuleta.com/lectura- Duración: 72 minutos
interesante/32-democracia-y- País: Bolivia
participacion Director: JORGE SANJINÉS

MARTES NOVIEMBRE 11:

Presentación del Cortometraje :
EL CUARTICO AZUL, dirigido por
LUIS CRUMP
(Colombia, 1.982)
Presentación y charla :
Por el actor y guionista de Cine y
Televisión :
SEBASTIÁN OSPINA

INDICIOS DEL CINEMA VERITÉ EN

PROPUESTA SEMESTRAL
CINE CLUB UMB 2014 – 02
Título del ciclo general semestral:
COLOMBIA
Películas:
CHIRCALES (Colombia, 1973)
Dirección: Martha Rodríguez/ Jorge
Silva
OIGA VEA (Colombia, 1972)
Dirección: Luis Ospina

CONSTRUYENDO EL CINE MARTES NOVIEMBRE 18:

DEL SIGLO XXI DE LA REPRESENTACIÓN A LA
AUTOREPRESENTACIÓN:
AUDITORIO ACI – 2:00 PM - MARTES Película:

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YO, TÚ, ELLOS O LA INVASIÓN DE
LOS JÍBAROS
Dirección: IVES DE PERETI

MARTES NOVIEMBRE 25:

TERRENOS CONTEMPORÁNEOS:
NUEVOS LÍMITES DE LA
ANTROPOLOGÍA Y LO DOCUMENTAL
EL ETNÓGRAFO (Argentina, 2011)
Dirección: Ulises Russel

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