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Proyecto
01/01/1903
ARMADA DEL ECUADOR
Luis Pacheco Manya
“El problema de la disciplina consiste en
saber conciliar dos necesidades de la
vida, diametralmente opuestas, de modo
que se mantengan en sus justos límites:
La de una obediencia puntual, para
mantener el orden y trabajo y la de
libertad e independencia, propias de la
personalidad humana.”. E. W. Stevens.
El daño del régimen del ex Presidente Correa, que en una larga década,
perpetró a las Fuerzas Armadas, limitó la necesaria capacitación del
personal en el exterior, basada en una sólida formación occidental. Ha
habido mandos (no todos) que permitieron la injerencia del discurso
populista y divisionista del déspota. Una ministra que un lunes cívico hizo
un llamado a Fuerzas Armadas a alinearse a la “Revolución Ciudadana”,
algo inaudito. Otro nefasto ministro recorrió los cuarteles dividiendo al
personal, que preconizó la igualdad en una institución disciplinada,
jerarquizada, piramidal, con grados y antigüedades y por tanto no se
pueden dar esas pretensiones “socialistas”. Eso hay que reorientar a los
jóvenes, que en algunos años serán potenciales comandantes.
2. Los deberes de los militares para con su bandera, son respetarla y hacer que la
respeten por todas partes, como á cosa sagrada, defenderla de todos, tanto en la paz
como en la guerra, procurando que no caiga en manos del enemigo, aunque sea á costa
de la vida. El que permita sea insultada, una vez izada en el buque de guerra ó en la popa
de un bote de cualquier nave, ó en otra parte, ó el que la entregue vergonzosamente al
enemigo, ó la arríe con deshonor, es un traidor, indigno de ostentar el nombre de
ecuatoriano.
Disciplina.
3. La misión del Ejército y la Armada es salvaguardar los más grandes intereses de la
República. Para que la armada desempeñe su elevada misión, es necesario que en ella
impere una severa disciplina; y como esta es el alma de las agrupaciones militares, es
preciso que esté grabada la subordinación desde el subalterno al superior. La
subordinación, que es la parte esencial de la disciplina, se funda en la obediencia, primer
deber del marinero.
5. El militar tendrá siempre presente que el único medio de hacerse acreedor al buen
concepto y estimación de sus superiores y merecer la confianza de ellos, es ceñirse al
exacto cumplimiento de sus obligaciones para dar á conocer las dotes de su valor, talento
y constancia.
7 Todo servicio, tanto en la paz como en la guerra, se hará con igual prontitud,
puntualidad y desvelo que al frente del enemigo.
9. Todo inferior debe subordinación y respeto al superior en todos los actos del
servicio, y aun fuera de ellos, como asimismo en los actos más familiares.
11. No podrán permanecer ni pasear á popa del centro del buque, siéndoles permitido
hacerlo en lo demás de la primera cubierta.
13. Las clases (maestranza y oficiales de mar) podrán pasearse en los puentes
(acorazados) bajos ó en los lugares que al efecto designe el segundo comandante en los
demás buques.
16. No estarán nunca echados sobre las cubiertas, por ser esto antihigiénico.
19. Siempre que por cualquier circunstancia deban sacar ropa de las bolsas, pedirán
autorización al ayudante del oficial de guardia; luego al cabo de vigilancia de batería,
sollado, etc. Si estuvieren en faenas, ejercicios ó clases, deberán solicitar permiso de
quien corresponda (la faena, ejercicios ó maniobra) para retirarse.
20. No podrán, al sacar ropa, dejar desarreglados los bolseros ó encajonadas, ni las
bolsas propias ó ajenas; no dejarán colgando las cadenas de las taquillas ni abiertas las
tapas de las encajonadas.
21. Siempre que con autorización ó sin ella, y por propia culpa, causaren cualquier
desperfecto en el material de a bordo, será su importe, si el superior lo considera
necesario, pagado por el causante, ó en otro caso, castigado éste disciplinariamente ó
remitido, previo sumario, á los tribunales militares.
22. En los casos del artículo anterior, se dará aviso inmediato al ayudante del
comandante de la guardia ú oficial de guardia, para que, tomando medidas necesarias, se
eviten, en lo posible, males ó desperfectos mayores.
12° Siempre que pase la guardia formada, sea para relevos ó cualquier otro
servicio, é individuos armados [con ó sin máuser].
24. El personal de tropa no podrá fumar desde la retreta á la diana, en ningún paraje.
Las clases, maestranzas y oficiales de mar pueden fumar después de la retreta, estando
francos de guardia, debiendo, si usaren pitos; llevarlos tapados. Todos tendrán especial
cuidado con el fuego de los cigarros, pitos, etc., para evitar posibles incendios.
25. Queda absolutamente prohibido prender fuego en otros parajes que no sean las
cocinas y farolería. Las luces que habrán de emplearse estarán todas tapadas ó cerradas
herméticamente.
26. No se deberán abrir o cerrar escotillas, puertas, pañoles, ojos de buey, sin la
autorización del comandante de la guardia ú oficial de la misma.
29. No podrá, al volver á bordo, embarcar artículos para negociar, ni comprar aún para
su uso personal, artículos que estén sujetos á derechos de aduana, sin antes declararlo al
segundo comandante del buque, por el conducto debido.
30. Queda prohibido introducir pólvora, fuegos de artificio, fósforos que no sean
amorfos, licores y otras bebidas de cualquier clase en general, y toda materia inflamable,
como igualmente armas de ningún género.
31. No podrán usarse navajas con punta. Las navajas de afeitar, las usarán previo
permiso del segundo comandante del buque ó repartición. Las navajas sin punta que
pueden usar son las de tipo reglamentario para faenas marineras.
32. No podrán así mismo, traer á bordo juegos que pertenezca á la clase de los de
azar. Se entiende por juegos de azar, todos aquellos que dependen dé la suerte, como así
las barajas, dados, dóminos y cualquier otro que se juegue por dinero.
33. Todos los útiles de rancho, de dormir y prendas de uniforme, tendrán el número
correspondiente de cada individuo, siendo este responsable do su conservación y
limpieza. Siempre que se extraviare, perdiere ó deteriorare cualquier prenda, se dará
aviso inmediato al maestro de armas para que la reponga, y cuyo importe, que constará
en el aviso firmado por el oficial comandante de la división y con el Visto Bueno del
segundo comandante, será descontado, al causante, de sus haberes mensuales.
35. Siempre que en la revista de ropa le faltare alguna prenda y no supiere dar justa
razón de su extravío, la repondrá firmando un vale, que será descontado, de sus haberes
mensuales. Si el superior juzgare justa la razón, podrá reponerle las prendas extraviadas
sin cargo. La falta de sinceridad será castigada severamente.
37. En todos los demás casos, menos en los talleres, hará lo que ordena el artículo
anterior, con la sola diferencia de descubrirse siempre. Entrará en el alojamiento en donde
permanece el oficial y penetrando un solo paso, comunicará lo que le hayan ordenado. Si
hubiere extraños ó fuere la comisión reservada, el inferior se acercará hasta un paso del
superior, y en voz baja le comunicará el objeto de su misión.
40. Siempre que bajaren á las baterías ó cubiertas bajas, para vestirse, ó prepararse
para la inspección, ejercicios de artillería en las baterías, de ascensores en las mismas ó
tercera cubierta, clases, etc., guardarán el silencio más perfecto, como asimismo
mantendrán el ordenan: que bajaron, hasta que el encargado ordene: ''rompan filas”.
41. En todas las estadías de las baterías, puentes, cofas, cubiertas altas y bajas,
procurarán no ensuciarlas con pintura, agua, papeles, estofas ó sobra de comidas, trapos
ú otras basuras, cuidando de no promover desórdenes ni griterías.
42. Al efectuar trabajos en cubierta ó viniendo del costado, con pinturas, aceite ó agua,
tratarán de no ensuciar aquélla. Estando en las cofas baldeando, lavando pinturas en las
chimeneas, ventiladores, palo militar, vergas del semáforo, guardacalores, botes y sus
palamentas, ó pintando esos objetos, tratarán de no verter agua ni pintura, porque,
haciéndolo, ensuciarán la cubierta, piezas de artillería, ó instrumentos del buque.
43. En las faenas, trabajos ó ejercicios, cuidarán de no ensuciar su ropa; pues, á más
de pasar por desaseados ante sus superiores, se hacen merecedores á un severo
castigo.
44. Concurrirán con prontitud y buena voluntad á todas las faenas ordinarias y
extraordinarias, procurando sobresalir en el cumplimiento de sus deberes ante y en
ausencia de sus superiores.
45. Guardarán el más absoluto silencio en las formaciones todas, subidas y bajadas
de escaleras y escalas, en puestos de faena, zafarranchos, botes, clases, ante cualquier
superior, en la toldilla, corredores, pasadizos de popa, en toda época y hora.
47. Todo inferior tiene obligación de conocer por nombre, apellido, jerarquía ó grado, al
superior de su repartición ó buque á la semana de prestar en ellos sus servicios, y
reconocerlos igualmente en traje civil.
48. El respeto no debe existir solamente de inferior á Superior, sino también entre
individuos de la misma graduación, sea cual fuere la categoría; pues él respeto mutuo es
lo que forma la armonía, el bienestar de toda reunión de personas. Ese respeto mutuo,
envuelve los deseos de ser útil, bondadoso, compatible; es lo que se llama
compañerismo. Este se debe cultivar en sumo grado, y sólo fuera de los actos del
servicio.
Cultura
51. Deberán ser afectuosos para con sus compañeros, y estando de servicio
respetarlos, no siendo permitido entonces ningún acto de familiaridad.
53. No está permitido despojar á los compañeros de ropa ó útiles de rancho; pues el
hacer este acto vergonzoso, es indigno de quien viste el uniforme de la patria.
56. Se abstendrán entré sí, de todo juego de manos, debiendo unir á la instrucción que
sé les dá á bordo, la que aprenden de los modales de los Superiores, para así poder ser
dignos del uniforme que ostentan.
57. En sus conversaciones, trataran de corregir sus defectos y hacer que reflejen en
ellas lo que se les há enseñado. Atentos con todo el mundo, deben ser siempre los
primeros en saludar, así como en ofrecerse para toda ayuda que sea menester.
60. Harán el aseó personal en la hora al efecto señalada, debiendo todo el día
permanecer aseados, de tal modo, que llamados en cualquier momento por un superior,
éste no tenga qué reprocharles la más pequeña falta al respecto.
Rancho
61. Cada serie tendrá su rancho. Es jefe de rancho el cabo de la serie. Por turno, los
individuos de la serié desempeñaran el puesto de rancheros, ó sea: irán á la voz de arma
mesas, dada 10 minutos antes del rancho por el oficial de guardia, á preparar la mesa,
colocando por orden numérico los útiles de rancho. Luego, irán á formar frente á la cocina
con la gaveta, esperando su turno para recibir la comida.
63. Los rancheros tendrán su retén para que los reemplacen en caso de ausencia ó
enfermedad, y para que los ayuden en la limpieza y buen servicio del rancho. Su
obligación principal es la de concurrir con la panera 10 minutos antes del mate y rancho, á
la despensa para recibir galleta ó pan, lo que corresponda. Al presentarse á recibir las
raciones de su rancho, dirán en voz alta el número del rancho, cuántos están ausentes y
cuántos presentes.
64. En los días de limpieza de mesas y útiles de rancho, que serán los sábados, en las
horas de baldeo extraordinario, concurrirán á esa faena los rancheros y retenes.
65. Todo rancho, tiene asimismo un contraretén, que ayuda al ranchero, y un retén
para colocar y quitar mesas y bancos.
66. Todos estos cargos se renuevan los sábados de cada semana, á la hora que
señala el de tal. Los rancheros entregarán su servicio al retén, en presencia del cabo de la
serie, previa comprobación de los útiles que el uno entrega y el otro recibe. Los cabos de
series darán cuenta de las novedades al comandante de la sección.
67. Los rancheros que no supieran dar razón de la falta de algún útil, serán
directamente responsables.
68. Las comidas que sobran en los ranchos serán llevadas al cenicero y allí echadas.
Los residuos de pan ó galleta serán recogidos y llevados á los ceniceros de servicio.
69. Nadie podrá sentarse en rancho ajeno; si por cualquier circunstancia debiera
hacerlo, recabará la autorización del oficial de guardia.
70. Deberán sentarse por orden de numeración; el cabo serie en el banco de popa y
en la extremidad de crujía, debiendo alternar en una y otra banda de la mesa los
individuos de la serie.
71. En las batayólas y bolseros, los coys y las bolsas deben estar por numeración de
serie, y estas por secciones. Los cabos de series son los responsables del cumplimiento
de esta orden, ante el detal de la sección.
73. Si al entregar los cabos de serie los coys á la gente de una serie, algunos de éstos
se hallaren sin coy, darán parte inmediatamente á su jefe inmediato, para que tomen las
medidas que juzgue convenientes.
74. A la diana, aferrarán perfectamente su coy, como está ordenado, dándole dos
vueltas con el rebenque. Los cabos de series al colocarlos en las batayolas, harán que los
coys queden, los de la fila, del lado de adentro, los de segunda, del lado de afuera; de
manera que el orden en las batayolas de popa ó proa sea el mismo que el de la serie
formada, dando frente á crujía. Los números deberán quedar del lado de adentro.
75. Siempre que un marinero entrara de guardia en horas de silencio, deberá dejar el
coy aferrado en el gancho respectivo. Se entiende aferrado en este caso, que los anillos
de las bolinas estén en el gancho de popa, y el coy arrollado por el rebenque.
77. En los zafarranchos de combate, de casco, durante la noche, los coys irán
colocados como se determina en el art. 75.
Lavado
78. El lavado general de ropa se hace dos veces por semana, martes y sábado. Si el
comandante de buque ó repartición lo ordenare, podrá haber lavados especiales en
cualquier otro día de la semana. El martes es dedicado exclusivamente para el lavado de
ropa interior y de la de faena; el sábado lo es para la ropa interior y exterior de diario. Los
foguistas podrán lavar la ropa de faena.
79. Los sábados y cada quince días, lavará la gente el coy, cuidando de que no se
borren los números del parche.
80. La víspera del lavado de los coys, se cambiarán estos después de largar el
trabajo, guardando los sucios; en las bolsas para lavarlos al día siguiente y, una vez
secos, se volverán á guardar.
82. Las bolsas se lavarán el sábado siguiente del lavado de coys, á cuyo efecto, el día
anterior pondrán todas las prendas que éstas contengan en el coy de respeto, amarrado
de manera que la numeración quede hacia arriba [afuera]; sirve este cambio, además,
para revistar el coy de reserva.
83. Para las bolsas se observarán las mismas prescripciones que para los coys. Una
vez secas, se colocarán nuevamente en ellas todas las prendas puestas en los coys.
84. Los miércoles, según horario, se hará costura de ropa; después de lo cual, pasará-
una inspección de vestuario el comandante de la sección. Esta revista deberá, en lo
posible, ser muy minuciosa, tanto en lo que concierne al aseo, como al completó del
equipo.
85. En general, la ropa, coys y bolsas se lavarán con agua dulce y jabón; á falta de
ésta, se lavarán solamente las bolsas y los coys con agua salada. Para la colocación de la
ropa en los nervios se seguirán las indicaciones del contramaestre y en perfecto orden,
tratando, en lo posible, de que las prendas estén en orden sucesivo de numeración
86. El personal do máquinas colgará la ropa desde la proa del buque y á continuación
la marinería.
87. Después de arriado el lavado, formará la gente para ser revistada por los señores
Comandantes de División. Si se notara que algunas prendas quedaban aún mojadas, el
oficial de guardia dispondrá se cuelguen nuevamente en un paraje apropiado.
88. La gente amarrará todas las prendas en los nervios y largueros bajo
apercibimiento de no admitir pérdida alguna de las mismas, por caídas al agua. En estos
casos se repondrán las que falten á cargo del individuo que diere lugar á ello.
89. El imaginaria será el encargado de vigilar que nadie toque las prendas mientras
están colgadas.
Si alguien pretendiera contravenir á esta disposición, dará aviso inmediato al cabo de
cuarto.
91. No lavarán ropa alguna en días que no sean los sábados ó martes. Si por razones
justificadas no hubieran podido lavar en esos días, deberán solicitar, para hacerlo, el
permiso del oficial de guardia. Pudiendo hacer, lo harán en horas de descanso y á proa de
la primera cubierta, en el castillete; debiendo, al terminar, limpiarla parte de cubierta que
han utilizado, escurriendo y lampaceando el agua sobrante.
92. La ropa lavada en la forma anterior, se pondrá á secar á proa, en las cadenas de
las barandas. De día se colocará donde lo ordene el oficial de guardia.
Baldeo
Emilio J. BELTRAME
Alférez de Fragata