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MANUAL DE DEBERES MILITARES PARA LA TROPA

Proyecto

01/01/1903
ARMADA DEL ECUADOR
Luis Pacheco Manya
“El problema de la disciplina consiste en
saber conciliar dos necesidades de la
vida, diametralmente opuestas, de modo
que se mantengan en sus justos límites:
La de una obediencia puntual, para
mantener el orden y trabajo y la de
libertad e independencia, propias de la
personalidad humana.”. E. W. Stevens.

Luis PACHECO Manya Páá giná 2


INTRODUCCIÓN

El daño del régimen del ex Presidente Correa, que en una larga década,
perpetró a las Fuerzas Armadas, limitó la necesaria capacitación del
personal en el exterior, basada en una sólida formación occidental. Ha
habido mandos (no todos) que permitieron la injerencia del discurso
populista y divisionista del déspota. Una ministra que un lunes cívico hizo
un llamado a Fuerzas Armadas a alinearse a la “Revolución Ciudadana”,
algo inaudito. Otro nefasto ministro recorrió los cuarteles dividiendo al
personal, que preconizó la igualdad en una institución disciplinada,
jerarquizada, piramidal, con grados y antigüedades y por tanto no se
pueden dar esas pretensiones “socialistas”. Eso hay que reorientar a los
jóvenes, que en algunos años serán potenciales comandantes.

Con el solo cambio de ministro, que el gobierno de Lenin Moreno tuvo el


acierto de nombrar a un reconocido y estudioso ex alto oficial, no se
arregla todo el problema, en momentos difíciles. La institución no tiene
liderazgo. Por ello algunos experimentados ex jefes militares han planteado
la necesidad de oxigenar el mando e incluso hacer una auditoría por el
daño irrogado al permitir el fomento de la división.

Un comandante sabe que es el responsable por acción u omisión, por lo


que pasa o deja pasar en las unidades y no puede importarle solo
mantenerse en una función con respaldo político, a espaldas de la
institución y sin dignidad.

Fuerzas Armadas necesitan de manera urgente una reorientación militar,


con objetivos claros, definidos y permanentes, fortalecer la disciplina, los
Valores y Principios Morales; pero, sobre todo, un liderazgo basado en el
buen ejemplo. De nada sirve, repetir como “loros” frases de civismo, si
“llegada la hora del combate”, cada uno busca acomodarse y congraciarse
con el Poder. Sigamos el ejemplo de nuestros insignes antecesores,
sigamos enriqueciendo nuestra Historia Naval con hechos de dignidad, ese
es el mejor legado para nuestras generaciones venideras.

Luis PACHECO Manya Páá giná 3


PROYECTO DE MANUAL
Deberes Militares para la Tropa - 1903

1. El símbolo de la Patria es su bandera. Nuestra bandera representa la República


del Ecuador, sus glorias y el valor heroico de los que murieron por defender su libertad é
independencia, ejemplo que debemos imitar.

2. Los deberes de los militares para con su bandera, son respetarla y hacer que la
respeten por todas partes, como á cosa sagrada, defenderla de todos, tanto en la paz
como en la guerra, procurando que no caiga en manos del enemigo, aunque sea á costa
de la vida. El que permita sea insultada, una vez izada en el buque de guerra ó en la popa
de un bote de cualquier nave, ó en otra parte, ó el que la entregue vergonzosamente al
enemigo, ó la arríe con deshonor, es un traidor, indigno de ostentar el nombre de
ecuatoriano.
Disciplina.
3. La misión del Ejército y la Armada es salvaguardar los más grandes intereses de la
República. Para que la armada desempeñe su elevada misión, es necesario que en ella
impere una severa disciplina; y como esta es el alma de las agrupaciones militares, es
preciso que esté grabada la subordinación desde el subalterno al superior. La
subordinación, que es la parte esencial de la disciplina, se funda en la obediencia, primer
deber del marinero.

4. La sumisión y obediencia absolutas al superior, son el medio más seguro de llegar


á la instrucción, á la temperancia, al espíritu militar y á las demás virtudes que constituyen
el conjunto de lo que se llama disciplina.

5. El militar tendrá siempre presente que el único medio de hacerse acreedor al buen
concepto y estimación de sus superiores y merecer la confianza de ellos, es ceñirse al
exacto cumplimiento de sus obligaciones para dar á conocer las dotes de su valor, talento
y constancia.

6. El militar se manifestará siempre conforme con su situación; si tuviere alguna


queja la producirá á quienes puedan remediarla, pero, en ningún caso dará mal ejemplo
con murmuraciones.

7 Todo servicio, tanto en la paz como en la guerra, se hará con igual prontitud,
puntualidad y desvelo que al frente del enemigo.

8. Cualquier acto ó dicho que pueda infundir tibieza en el cumplimiento de las


órdenes de los superiores, se castigará con todo rigor, siendo más grave la falta, cuando
mayor fuese la jerarquía del militar que la cometiera.

9. Todo inferior debe subordinación y respeto al superior en todos los actos del
servicio, y aun fuera de ellos, como asimismo en los actos más familiares.

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10. Debe ser puntual en todas sus obligaciones, y demostrar en el cumplimiento de
sus deberes verdadero amor por el servicio.
Deberes

11. No podrán permanecer ni pasear á popa del centro del buque, siéndoles permitido
hacerlo en lo demás de la primera cubierta.

12. No podrán permanecer en los puentes, toldilla, baterías, ó cubiertas bajas, ni en


los reductos de la primera cubierta, guardacalores, ni cofas, sin autorización superior.

13. Las clases (maestranza y oficiales de mar) podrán pasearse en los puentes
(acorazados) bajos ó en los lugares que al efecto designe el segundo comandante en los
demás buques.

14. No formarán corrillos en las proximidades de los jardines, bocas de escotillas, de


escalas, inmediaciones de cocinas ó en lugares donde impidan el paso.

15. Estando reunidos en grupos, en horas de recreo o de descanso, no podrán


promover desordenes ó griterías. En horas de trabajo ó faenas, clases teóricas ó
prácticas, está prohibido absolutamente hablar.

16. No estarán nunca echados sobre las cubiertas, por ser esto antihigiénico.

17. No se recostarán sobre los cañones, montajes, barbetas, pinturas en general, ni


sobre ninguno de los otros, aparatos ó instrumentos que existen á bordo, de cualquier
clase que sean.

18. No tocarán nunca á deshora, sin la autorización correspondiente, útiles de ropa ó


rancho, propios ó ajenos.

19. Siempre que por cualquier circunstancia deban sacar ropa de las bolsas, pedirán
autorización al ayudante del oficial de guardia; luego al cabo de vigilancia de batería,
sollado, etc. Si estuvieren en faenas, ejercicios ó clases, deberán solicitar permiso de
quien corresponda (la faena, ejercicios ó maniobra) para retirarse.

20. No podrán, al sacar ropa, dejar desarreglados los bolseros ó encajonadas, ni las
bolsas propias ó ajenas; no dejarán colgando las cadenas de las taquillas ni abiertas las
tapas de las encajonadas.

21. Siempre que con autorización ó sin ella, y por propia culpa, causaren cualquier
desperfecto en el material de a bordo, será su importe, si el superior lo considera
necesario, pagado por el causante, ó en otro caso, castigado éste disciplinariamente ó
remitido, previo sumario, á los tribunales militares.

22. En los casos del artículo anterior, se dará aviso inmediato al ayudante del
comandante de la guardia ú oficial de guardia, para que, tomando medidas necesarias, se
eviten, en lo posible, males ó desperfectos mayores.

23. No podrán fumar:

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1°. A popa de la primera cubierta.
2°. En las baterías ó segunda cubierta.
3°. En la tercera cubierta.
4°. En los botes, puentes, cofas, pañoles, máquinas, calderas y talleres.
5°. En la enfermería, botica, sollados castillo bajo, cocinas y arboladura.
6°. En las Cocinas, camarotes, cuartos de baño, barbetas, cofferdams y
compartimientos estancos.

7°. En las santabárbaras, ó cuando estén éstas abiertas en las proximidades


de la proa á distancia menor de 25 metros.

8°. Cuando se transborden ó acareen pólvoras y municiones en cualquier parte


del buque. En este caso, está prohibido fumar en todo el buque. Será indicada
aquella operación por medio de una bandera roja, al tope del palo mayor
(acorazados, en el trinquete).

9°. En presencia de sus superiores ó á sus inmediaciones. Siempre que éstos


pasen se dejará de fumar.

10° Durante las horas de trabajo ó fagina, ejercicios, faenas, formaciones, de


guardia, de plantón, calabozo, cofa, clase, etc.

11° En presencia del centinela, imaginaria ó individuo apostado, siempre que


esté armado con sable-bayoneta solamente, ó con éste y máuser.

12° Siempre que pase la guardia formada, sea para relevos ó cualquier otro
servicio, é individuos armados [con ó sin máuser].

13° Al tocarse: arriar ó izar el pabellón, el Himno Nacional ó la marcha de honor


[en actos oficiales].

24. El personal de tropa no podrá fumar desde la retreta á la diana, en ningún paraje.
Las clases, maestranzas y oficiales de mar pueden fumar después de la retreta, estando
francos de guardia, debiendo, si usaren pitos; llevarlos tapados. Todos tendrán especial
cuidado con el fuego de los cigarros, pitos, etc., para evitar posibles incendios.

25. Queda absolutamente prohibido prender fuego en otros parajes que no sean las
cocinas y farolería. Las luces que habrán de emplearse estarán todas tapadas ó cerradas
herméticamente.

26. No se deberán abrir o cerrar escotillas, puertas, pañoles, ojos de buey, sin la
autorización del comandante de la guardia ú oficial de la misma.

27. Siempre que el inferior dejara el buque, ya sea en uso de licencio ó


definitivamente, al irse ó volver en el primer caso; y al irse en el segundo, deberá
presentarse al Comandante de la guardia ú oficial que le mande¸ y solamente cuando el
maestro de armas de guardia lo haya inspeccionado y el Detall anotado, podrá retirarse.

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28. Si regresara á bordo, después de cumplida una especial comisión, cuidará, al
presentarse, de comunicar al comandante de la guardia ú oficial de guardia, las
novedades ocurridas.

29. No podrá, al volver á bordo, embarcar artículos para negociar, ni comprar aún para
su uso personal, artículos que estén sujetos á derechos de aduana, sin antes declararlo al
segundo comandante del buque, por el conducto debido.

30. Queda prohibido introducir pólvora, fuegos de artificio, fósforos que no sean
amorfos, licores y otras bebidas de cualquier clase en general, y toda materia inflamable,
como igualmente armas de ningún género.

31. No podrán usarse navajas con punta. Las navajas de afeitar, las usarán previo
permiso del segundo comandante del buque ó repartición. Las navajas sin punta que
pueden usar son las de tipo reglamentario para faenas marineras.

32. No podrán así mismo, traer á bordo juegos que pertenezca á la clase de los de
azar. Se entiende por juegos de azar, todos aquellos que dependen dé la suerte, como así
las barajas, dados, dóminos y cualquier otro que se juegue por dinero.

33. Todos los útiles de rancho, de dormir y prendas de uniforme, tendrán el número
correspondiente de cada individuo, siendo este responsable do su conservación y
limpieza. Siempre que se extraviare, perdiere ó deteriorare cualquier prenda, se dará
aviso inmediato al maestro de armas para que la reponga, y cuyo importe, que constará
en el aviso firmado por el oficial comandante de la división y con el Visto Bueno del
segundo comandante, será descontado, al causante, de sus haberes mensuales.

34. Siempre que por cualquier circunstancia, en alguna de las prendas de su


pertenencia se hubiere perdido su número y el inferior deberá avisar al maestro de armas,
para que lo reponga.

35. Siempre que en la revista de ropa le faltare alguna prenda y no supiere dar justa
razón de su extravío, la repondrá firmando un vale, que será descontado, de sus haberes
mensuales. Si el superior juzgare justa la razón, podrá reponerle las prendas extraviadas
sin cargo. La falta de sinceridad será castigada severamente.

36. No entrará nunca en ningún taller, camarote, cámara, ni oficina cualquiera,


cualquiera, sin ser á ello, obligado por necesidades del servicio. Si entrare en oficinas
militares, así como en los detalls del buque ó repartición, se cuadrará en la puerta, y con
voz fuerte dirá: "con su permiso”, y una vez que le contesten "entren", si hubiera oficiales
en el interior, hará la venia y se descubrirá entrando acto continuo. Si el superior no
estuviere descubierto, exceptuando en las cámaras, no se descubrirá.

37. En todos los demás casos, menos en los talleres, hará lo que ordena el artículo
anterior, con la sola diferencia de descubrirse siempre. Entrará en el alojamiento en donde
permanece el oficial y penetrando un solo paso, comunicará lo que le hayan ordenado. Si
hubiere extraños ó fuere la comisión reservada, el inferior se acercará hasta un paso del
superior, y en voz baja le comunicará el objeto de su misión.

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38. Al penetrar en los talleres, enfermerías, reposterías, compartimientos de máquinas
y torpedos, pañoles, etc., deberá hacerlo en el mayor silencio.

39. No permanecerá en las horas de inspección parcial ó general, en las baterías,


corredores, pasadizos, ó compartimientos de cualquier género que sean. En esos lugares,
no podrá tampoco permanecer después de la diana, rancho ó café, en horas de trabajo,
siempre que el superior no haya ordenado lo contrario.

40. Siempre que bajaren á las baterías ó cubiertas bajas, para vestirse, ó prepararse
para la inspección, ejercicios de artillería en las baterías, de ascensores en las mismas ó
tercera cubierta, clases, etc., guardarán el silencio más perfecto, como asimismo
mantendrán el ordenan: que bajaron, hasta que el encargado ordene: ''rompan filas”.

41. En todas las estadías de las baterías, puentes, cofas, cubiertas altas y bajas,
procurarán no ensuciarlas con pintura, agua, papeles, estofas ó sobra de comidas, trapos
ú otras basuras, cuidando de no promover desórdenes ni griterías.

42. Al efectuar trabajos en cubierta ó viniendo del costado, con pinturas, aceite ó agua,
tratarán de no ensuciar aquélla. Estando en las cofas baldeando, lavando pinturas en las
chimeneas, ventiladores, palo militar, vergas del semáforo, guardacalores, botes y sus
palamentas, ó pintando esos objetos, tratarán de no verter agua ni pintura, porque,
haciéndolo, ensuciarán la cubierta, piezas de artillería, ó instrumentos del buque.

43. En las faenas, trabajos ó ejercicios, cuidarán de no ensuciar su ropa; pues, á más
de pasar por desaseados ante sus superiores, se hacen merecedores á un severo
castigo.

44. Concurrirán con prontitud y buena voluntad á todas las faenas ordinarias y
extraordinarias, procurando sobresalir en el cumplimiento de sus deberes ante y en
ausencia de sus superiores.

45. Guardarán el más absoluto silencio en las formaciones todas, subidas y bajadas
de escaleras y escalas, en puestos de faena, zafarranchos, botes, clases, ante cualquier
superior, en la toldilla, corredores, pasadizos de popa, en toda época y hora.

46. No podrán distraerse en horas de faena ó fagina, con entretenimientos extraños, ni


lecturas ni libros, diarios, folletos, etc.

47. Todo inferior tiene obligación de conocer por nombre, apellido, jerarquía ó grado, al
superior de su repartición ó buque á la semana de prestar en ellos sus servicios, y
reconocerlos igualmente en traje civil.

48. El respeto no debe existir solamente de inferior á Superior, sino también entre
individuos de la misma graduación, sea cual fuere la categoría; pues él respeto mutuo es
lo que forma la armonía, el bienestar de toda reunión de personas. Ese respeto mutuo,
envuelve los deseos de ser útil, bondadoso, compatible; es lo que se llama
compañerismo. Este se debe cultivar en sumo grado, y sólo fuera de los actos del
servicio.

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49. Pondrá siempre el inferior especial cuidado en el cumplimiento de las
demostraciones de respeto que debe á sus superiores, practicando con la mayor exactitud
lo que sobre este punto determinan los artículos de este manual.

50. El cuidado de su persona, el aprecio de sí mismo, los buenos modales, la


adversión á los vicios, la exactitud en la obediencia, el escrupuloso respeto á las leyes y
reglamentos, la dignidad en la subordinación, el silencio y la serenidad en los momentos
de peligro, la honradez, educación, amor á su honor y al de su patria, son otras tantas
virtudes que acreditan la disciplina del marinero, el espíritu de la Armada y la competencia
de sus superiores.

Cultura

51. Deberán ser afectuosos para con sus compañeros, y estando de servicio
respetarlos, no siendo permitido entonces ningún acto de familiaridad.

52. Será correcto en su persona, moderado en sus modales y manera de hablar.


Siempre que un inferior hablare con un superior, deberá usar términos correctos: no
accionar ni moverse, debiendo ser bajo el tono de su voz.

53. No está permitido despojar á los compañeros de ropa ó útiles de rancho; pues el
hacer este acto vergonzoso, es indigno de quien viste el uniforme de la patria.

54. En las revistas se esmerará en su aseo personal y en el de su ropa; pues de esto,


muy especialmente, depende que el marinero se granjee el aprecio de sus superiores; y
para lograrlo, le lavará y peinará, cepillará su vestuario diariamente, teniendo los
borceguíes bien limpios; el uniforme sin manchas ni roturas ni malos remiendos; el pelo
corto, dando así con su porte á conocer su buena educación y su cuidado.
Preferentemente dedicará su atención á la higiene de su cuerpo; limpieza de su ropa
interior y arreglo dé su bolsa. La ropa que allí conservan, deberán tenerla muy
cuidadosamente doblada y ordenada, con el distintivo que se les asigna al ingresar en el
buque ó repartición.

55. Nunca entablarán discusiones sobre política ó religión.

56. Se abstendrán entré sí, de todo juego de manos, debiendo unir á la instrucción que
sé les dá á bordo, la que aprenden de los modales de los Superiores, para así poder ser
dignos del uniforme que ostentan.

57. En sus conversaciones, trataran de corregir sus defectos y hacer que reflejen en
ellas lo que se les há enseñado. Atentos con todo el mundo, deben ser siempre los
primeros en saludar, así como en ofrecerse para toda ayuda que sea menester.

58. Procurarán en las horas de ocio aumentar sus conocimientos, preguntando al


superior lo que no supieren y considerasen útil, el cual resolverá las dudas muy gustoso.
Serán modelos de buena conducta y aprovechamiento, y tratarán de ver y aprender lo
más que puedan y aprovechar cuántas explicaciones les dieran sus superiores sobre
conocimientos en general.

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59. Todos sus actos deben reflejar cultura y urbanidad, tanto á bordo como en tierra, y
siempre que vistan el uniforme. Su ropa deberá estar bien cepillada y las prendas, que
serán sólo las reglamentarias, colocadas en orden, uniendo á la limpieza exterior la
interior.

60. Harán el aseó personal en la hora al efecto señalada, debiendo todo el día
permanecer aseados, de tal modo, que llamados en cualquier momento por un superior,
éste no tenga qué reprocharles la más pequeña falta al respecto.

Rancho

61. Cada serie tendrá su rancho. Es jefe de rancho el cabo de la serie. Por turno, los
individuos de la serié desempeñaran el puesto de rancheros, ó sea: irán á la voz de arma
mesas, dada 10 minutos antes del rancho por el oficial de guardia, á preparar la mesa,
colocando por orden numérico los útiles de rancho. Luego, irán á formar frente á la cocina
con la gaveta, esperando su turno para recibir la comida.

62. Al llegarles el turno, entregarán su gaveta al ayudante de cocina, diciendo en voz


alta el número del rancho, cuántos cuántos hombres hay presentes y cuántos ausentes.

63. Los rancheros tendrán su retén para que los reemplacen en caso de ausencia ó
enfermedad, y para que los ayuden en la limpieza y buen servicio del rancho. Su
obligación principal es la de concurrir con la panera 10 minutos antes del mate y rancho, á
la despensa para recibir galleta ó pan, lo que corresponda. Al presentarse á recibir las
raciones de su rancho, dirán en voz alta el número del rancho, cuántos están ausentes y
cuántos presentes.

64. En los días de limpieza de mesas y útiles de rancho, que serán los sábados, en las
horas de baldeo extraordinario, concurrirán á esa faena los rancheros y retenes.

65. Todo rancho, tiene asimismo un contraretén, que ayuda al ranchero, y un retén
para colocar y quitar mesas y bancos.

66. Todos estos cargos se renuevan los sábados de cada semana, á la hora que
señala el de tal. Los rancheros entregarán su servicio al retén, en presencia del cabo de la
serie, previa comprobación de los útiles que el uno entrega y el otro recibe. Los cabos de
series darán cuenta de las novedades al comandante de la sección.

67. Los rancheros que no supieran dar razón de la falta de algún útil, serán
directamente responsables.

68. Las comidas que sobran en los ranchos serán llevadas al cenicero y allí echadas.
Los residuos de pan ó galleta serán recogidos y llevados á los ceniceros de servicio.

69. Nadie podrá sentarse en rancho ajeno; si por cualquier circunstancia debiera
hacerlo, recabará la autorización del oficial de guardia.

70. Deberán sentarse por orden de numeración; el cabo serie en el banco de popa y
en la extremidad de crujía, debiendo alternar en una y otra banda de la mesa los
individuos de la serie.

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Camas ó Coys

71. En las batayólas y bolseros, los coys y las bolsas deben estar por numeración de
serie, y estas por secciones. Los cabos de series son los responsables del cumplimiento
de esta orden, ante el detal de la sección.

72. Deben colgar su coy en el lugar designado de antemano por su número, no


siéndolos permitido lo hagan en otro paraje, como asimismo que duerman en coy ajeno.

73. Si al entregar los cabos de serie los coys á la gente de una serie, algunos de éstos
se hallaren sin coy, darán parte inmediatamente á su jefe inmediato, para que tomen las
medidas que juzgue convenientes.

74. A la diana, aferrarán perfectamente su coy, como está ordenado, dándole dos
vueltas con el rebenque. Los cabos de series al colocarlos en las batayolas, harán que los
coys queden, los de la fila, del lado de adentro, los de segunda, del lado de afuera; de
manera que el orden en las batayolas de popa ó proa sea el mismo que el de la serie
formada, dando frente á crujía. Los números deberán quedar del lado de adentro.

75. Siempre que un marinero entrara de guardia en horas de silencio, deberá dejar el
coy aferrado en el gancho respectivo. Se entiende aferrado en este caso, que los anillos
de las bolinas estén en el gancho de popa, y el coy arrollado por el rebenque.

76. Si durante la noche se tocare zafarrancho de incendio deberán descolgarse los


coy, colocándolos á la banda, de manera que no intercepten los movimientos del personal
y de las bombas.

77. En los zafarranchos de combate, de casco, durante la noche, los coys irán
colocados como se determina en el art. 75.

Lavado

78. El lavado general de ropa se hace dos veces por semana, martes y sábado. Si el
comandante de buque ó repartición lo ordenare, podrá haber lavados especiales en
cualquier otro día de la semana. El martes es dedicado exclusivamente para el lavado de
ropa interior y de la de faena; el sábado lo es para la ropa interior y exterior de diario. Los
foguistas podrán lavar la ropa de faena.

79. Los sábados y cada quince días, lavará la gente el coy, cuidando de que no se
borren los números del parche.

80. La víspera del lavado de los coys, se cambiarán estos después de largar el
trabajo, guardando los sucios; en las bolsas para lavarlos al día siguiente y, una vez
secos, se volverán á guardar.

81. Únicamente el coy de servicio se guardará sucio en la bolsa, si el sábado que


toque lavarlo lloviera; en los demás casos, con la cama, irá en batayolas. Los sábados de
lavado de coys, se colgarán las camas en los nervios de los puentes, para ventilarlas,
teniéndose también diariamente levantadas las empavesadas de las batayolas. Los

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sábados en que haya lavado de coys, se ventilarán éstos lo mismo que las camas,
guardando los dos servicio en las batayolas ó colgándolos, juntos con las camas.

82. Las bolsas se lavarán el sábado siguiente del lavado de coys, á cuyo efecto, el día
anterior pondrán todas las prendas que éstas contengan en el coy de respeto, amarrado
de manera que la numeración quede hacia arriba [afuera]; sirve este cambio, además,
para revistar el coy de reserva.

83. Para las bolsas se observarán las mismas prescripciones que para los coys. Una
vez secas, se colocarán nuevamente en ellas todas las prendas puestas en los coys.
84. Los miércoles, según horario, se hará costura de ropa; después de lo cual, pasará-
una inspección de vestuario el comandante de la sección. Esta revista deberá, en lo
posible, ser muy minuciosa, tanto en lo que concierne al aseo, como al completó del
equipo.

85. En general, la ropa, coys y bolsas se lavarán con agua dulce y jabón; á falta de
ésta, se lavarán solamente las bolsas y los coys con agua salada. Para la colocación de la
ropa en los nervios se seguirán las indicaciones del contramaestre y en perfecto orden,
tratando, en lo posible, de que las prendas estén en orden sucesivo de numeración

86. El personal do máquinas colgará la ropa desde la proa del buque y á continuación
la marinería.

87. Después de arriado el lavado, formará la gente para ser revistada por los señores
Comandantes de División. Si se notara que algunas prendas quedaban aún mojadas, el
oficial de guardia dispondrá se cuelguen nuevamente en un paraje apropiado.

88. La gente amarrará todas las prendas en los nervios y largueros bajo
apercibimiento de no admitir pérdida alguna de las mismas, por caídas al agua. En estos
casos se repondrán las que falten á cargo del individuo que diere lugar á ello.

89. El imaginaria será el encargado de vigilar que nadie toque las prendas mientras
están colgadas.
Si alguien pretendiera contravenir á esta disposición, dará aviso inmediato al cabo de
cuarto.

90. El maestro de armas es el responsable de estas disposiciones.

91. No lavarán ropa alguna en días que no sean los sábados ó martes. Si por razones
justificadas no hubieran podido lavar en esos días, deberán solicitar, para hacerlo, el
permiso del oficial de guardia. Pudiendo hacer, lo harán en horas de descanso y á proa de
la primera cubierta, en el castillete; debiendo, al terminar, limpiarla parte de cubierta que
han utilizado, escurriendo y lampaceando el agua sobrante.

92. La ropa lavada en la forma anterior, se pondrá á secar á proa, en las cadenas de
las barandas. De día se colocará donde lo ordene el oficial de guardia.

Baldeo

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93. Durante el baldeo, salvo los apostados de la guardia militar, todos estarán
descalzos y con los pantalones arremangados hasta la rodilla.

94. En todos los baldeos, además de lo ya ordenado, llevarán siempre envueltos en el


pañuelo negro de diario y colgando del cinturón y costado derecho, los borceguíes.

Emilio J. BELTRAME
Alférez de Fragata

Se mantiene la ortografía original

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