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La obesidad es una enfermedad de curso crónico que tiene como origen una cadena causal compleja, de etiología multifactorial, donde interactúan factores genéticos, sociales y ambientales, incluyendo estilos de vida así como determinantes sociales y económicos. Se caracteriza por un aumento en los depósitos de grasa corporal y por ende ganancia de peso, causados por un balance positivo de energía, que ocurre cuando la ingestión de energía de los alimentos excede al gasto energético .
La obesidad es una enfermedad de curso crónico que tiene como origen una cadena causal compleja, de etiología multifactorial, donde interactúan factores genéticos, sociales y ambientales, incluyendo estilos de vida así como determinantes sociales y económicos. Se caracteriza por un aumento en los depósitos de grasa corporal y por ende ganancia de peso, causados por un balance positivo de energía, que ocurre cuando la ingestión de energía de los alimentos excede al gasto energético .
La obesidad es una enfermedad de curso crónico que tiene como origen una cadena causal compleja, de etiología multifactorial, donde interactúan factores genéticos, sociales y ambientales, incluyendo estilos de vida así como determinantes sociales y económicos. Se caracteriza por un aumento en los depósitos de grasa corporal y por ende ganancia de peso, causados por un balance positivo de energía, que ocurre cuando la ingestión de energía de los alimentos excede al gasto energético .
La obesidad es una enfermedad de curso crónico que tiene como
origen una cadena causal compleja, de etiología multifactorial,
donde interactúan factores genéticos, sociales y ambientales, incluyendo estilos de vida así como determinantes sociales y económicos. Se caracteriza por un aumento en los depósitos de grasa corporal y por ende ganancia de peso, causados por un balance positivo de energía, que ocurre cuando la ingestión de energía de los alimentos excede al gasto energético y, como consecuencia, el exceso se almacena en forma de grasa en el organismo.1-5 El balance positivo de energía es la causa inmediata de la obesidad; sin embargo, la falta de correspondencia entre la ingestión y el gasto de energía tiene sus orígenes en un sistema causal de gran complejidad, donde diferentes factores biológicos, sociales, culturales, políticos y económicos (locales y globales) se interconectan, integran e interactúan modificando las características de la alimentación y la actividad física, haciendo difícil el control y prevención de esta enfermedad tanto a nivel individual como poblacional. La obesidad es una enfermedad de curso crónico que tiene como origen una cadena causal compleja, de etiología multifactorial, donde interactúan factores genéticos, sociales y ambientales, incluyendo estilos de vida así como determinantes sociales y económicos. Se caracteriza por un aumento en los depósitos de grasa corporal y por ende ganancia de peso, causados por un balance positivo de energía, que ocurre cuando la ingestión de energía de los alimentos excede al gasto energético y, como consecuencia, el exceso se almacena en forma de grasa en el organismo.1-5 El balance positivo de energía es la causa inmediata de la obesidad; sin embargo, la falta de correspondencia entre la ingestión y el gasto de energía tiene sus orígenes en un sistema causal de gran complejidad, donde diferentes factores biológicos, sociales, culturales, políticos y económicos (locales y globales) se interconectan, integran e interactúan modificando las características de la alimentación y la actividad física, haciendo difícil el control y prevención de esta enfermedad tanto a nivel individual como poblacional. La obesidad es una enfermedad de curso crónico que tiene como origen una cadena causal compleja, de etiología multifactorial, donde interactúan factores genéticos, sociales y ambientales, incluyendo estilos de vida así como determinantes sociales y económicos. Se caracteriza por un aumento en los depósitos de grasa corporal y por ende ganancia de peso, causados por un balance positivo de energía, que ocurre cuando la ingestión de energía de los alimentos excede al gasto energético y, como consecuencia, el exceso se almacena en forma de grasa en el organismo.1-5 El balance positivo de energía es la causa inmediata de la obesidad; sin embargo, la falta de correspondencia entre la ingestión y el gasto de energía tiene sus orígenes en un sistema causal de gran complejidad, donde diferentes factores biológicos, sociales, culturales, políticos y económicos (locales y globales) se interconectan, integran e interactúan modificando las características de la alimentación y la actividad física, haciendo difícil el control y prevención de esta enfermedad tanto a nivel individual como poblacional. La obesidad es una enfermedad de curso crónico que tiene como origen una cadena causal compleja, de etiología multifactorial, donde interactúan factores genéticos, sociales y ambientales, incluyendo estilos de vida así como determinantes sociales y económicos. Se caracteriza por un aumento en los depósitos de grasa corporal y por ende ganancia de peso, causados por un balance positivo de energía, que ocurre cuando la ingestión de energía de los alimentos excede al gasto energético y, como consecuencia, el exceso se almacena en forma de grasa en el organismo.1-5 El balance positivo de energía es la causa inmediata de la obesidad; sin embargo, la falta de correspondencia entre la ingestión y el gasto de energía tiene sus orígenes en un sistema causal de gran complejidad, donde diferentes factores biológicos, sociales, culturales, políticos y económicos (locales y globales) se interconectan, integran e interactúan modificando las características de la alimentación y la actividad física, haciendo difícil el control y prevención de esta enfermedad tanto a nivel individual como poblacional. La obesidad es una enfermedad de curso crónico que tiene como origen una cadena causal compleja, de etiología multifactorial, donde interactúan factores genéticos, sociales y ambientales, incluyendo estilos de vida así como determinantes sociales y económicos. Se caracteriza por un aumento en los depósitos de grasa corporal y por ende ganancia de peso, causados por un balance positivo de energía, que ocurre cuando la ingestión de energía de los alimentos excede al gasto energético y, como consecuencia, el exceso se almacena en forma de grasa en el organismo.1-5 El balance positivo de energía es la causa inmediata de la obesidad; sin embargo, la falta de correspondencia entre la ingestión y el gasto de energía tiene sus orígenes en un sistema causal de gran complejidad, donde diferentes factores biológicos, sociales, culturales, políticos y económicos (locales y globales) se interconectan, integran e interactúan modificando las características de la alimentación y la actividad física, haciendo difícil el control y prevención de esta enfermedad tanto a nivel individual como poblacional. La obesidad es una enfermedad de curso crónico que tiene como origen una cadena causal compleja, de etiología multifactorial, donde interactúan factores genéticos, sociales y ambientales, incluyendo estilos de vida así como determinantes sociales y económicos. Se caracteriza por un aumento en los depósitos de grasa corporal y por ende ganancia de peso, causados por un balance positivo de energía, que ocurre cuando la ingestión de energía de los alimentos excede al gasto energético y, como consecuencia, el exceso se almacena en forma de grasa en el organismo.1-5 El balance positivo de energía es la causa inmediata de la obesidad; sin embargo, la falta de correspondencia entre la ingestión y el gasto de energía tiene sus orígenes en un sistema causal de gran complejidad, donde diferentes factores biológicos, sociales, culturales, políticos y económicos (locales y globales) se interconectan, integran e interactúan modificando las características de la alimentación y la actividad física, haciendo difícil el control y prevención de esta enfermedad tanto a nivel individual como poblacional. La obesidad es una enfermedad de curso crónico que tiene como origen una cadena causal compleja, de etiología multifactorial, donde interactúan factores genéticos, sociales y ambientales, incluyendo estilos de vida así como determinantes sociales y económicos. Se caracteriza por un aumento en los depósitos de grasa corporal y por ende ganancia de peso, causados por un balance positivo de energía, que ocurre cuando la ingestión de energía de los alimentos excede al gasto energético y, como consecuencia, el exceso se almacena en forma de grasa en el organismo.1-5 El balance positivo de energía es la causa inmediata de la obesidad; sin embargo, la falta de correspondencia entre la ingestión y el gasto de energía tiene sus orígenes en un sistema causal de gran complejidad, donde diferentes factores biológicos, sociales, culturales, políticos y económicos (locales y globales) se interconectan, integran e interactúan modificando las características de la alimentación y la actividad física, haciendo difícil el control y prevención de esta enfermedad tanto a nivel individual como poblacional. 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Se caracteriza por un aumento en los depósitos de grasa corporal y por ende ganancia de peso, causados por un balance positivo de energía, que ocurre cuando la ingestión de energía de los alimentos excede al gasto energético y, como consecuencia, el exceso se almacena en forma de grasa en el organismo.1-5 El balance positivo de energía es la causa inmediata de la obesidad; sin embargo, la falta de correspondencia entre la ingestión y el gasto de energía tiene sus orígenes en un sistema causal de gran complejidad, donde diferentes factores biológicos, sociales, culturales, políticos y económicos (locales y globales) se interconectan, integran e interactúan modificando las características de la alimentación y la actividad física, haciendo difícil el control y prevención de esta enfermedad tanto a nivel individual como poblacional. 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Se caracteriza por un aumento en los depósitos de grasa corporal y por ende ganancia de peso, causados por un balance positivo de energía, que ocurre cuando la ingestión de energía de los alimentos excede al gasto energético y, como consecuencia, el exceso se almacena en forma de grasa en el organismo.1-5 El balance positivo de energía es la causa inmediata de la obesidad; sin embargo, la falta de correspondencia entre la ingestión y el gasto de energía tiene sus orígenes en un sistema causal de gran complejidad, donde diferentes factores biológicos, sociales, culturales, políticos y económicos (locales y globales) se interconectan, integran e interactúan modificando las características de la alimentación y la actividad física, haciendo difícil el control y prevención de esta enfermedad tanto a nivel individual como poblacional. 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Se caracteriza por un aumento en los depósitos de grasa corporal y por ende ganancia de peso, causados por un balance positivo de energía, que ocurre cuando la ingestión de energía de los alimentos excede al gasto energético y, como consecuencia, el exceso se almacena en forma de grasa en el organismo.1-5 El balance positivo de energía es la causa inmediata de la obesidad; sin embargo, la falta de correspondencia entre la ingestión y el gasto de energía tiene sus orígenes en un sistema causal de gran complejidad, donde diferentes factores biológicos, sociales, culturales, políticos y económicos (locales y globales) se interconectan, integran e interactúan modificando las características de la alimentación y la actividad física, haciendo difícil el control y prevención de esta enfermedad tanto a nivel individual como poblacional. Formule la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo: “¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo: “¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo: “¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo: “¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo: “¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo: “¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo: “¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo: “¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere preguntar. 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Pregunte: “¿Cuál ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Formule la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo: “¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere preguntar. 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Por el contrario, se trata de una gran contribución a los sistemas de salud, en especial a la mejoría de las condiciones de vida de nuestra población. Por ello habría que felicitar a nuestra corporación, a su directiva e integrantes y a los que intervinieron en la elaboración de esta obra escrita que documenta el problema y que propone respuestas en todos los campos. El viaje que para el estudio de la obesidad se hace en este libro es simplemente extraordinario. El recorrido lleva al lector de la epidemiología de la enfermedad al recuento de las políticas y programas para prevenirla; del análisis de los factores genéticos que intervienen en su etiología a las normas y regulaciones que existen para su control; de los cambios registrados en la cultura alimentaria a las opciones quirúrgicas de su tratamiento; del abordaje de la obesidad infantil al análisis de los determinantes económicos, educacionales, comerciales, psicosociales y de actividad física, elementos que forman parte de la red de su causalidad; de los costos que genera la enfermedad a la revisión del papel que tienen la educación, los instrumentos fiscales o los sistemas de salud en su prevención y tratamiento. El mapa de viaje que plantea el libro es completo y muy aleccionador. La tarea que se impuso el presidente de la Academia Nacional de Medicina no fue menor y tampoco irrelevante. Por el contrario, se trata de una gran contribución a los sistemas de salud, en especial a la mejoría de las condiciones de vida de nuestra población. Por ello habría que felicitar a nuestra corporación, a su directiva e integrantes y a los que intervinieron en la elaboración de esta obra escrita que documenta el problema y que propone respuestas en todos los campos. El viaje que para el estudio de la obesidad se hace en este libro es simplemente extraordinario. 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El recorrido lleva al lector de la epidemiología de la enfermedad al recuento de las políticas y programas para prevenirla; del análisis de los factores genéticos que intervienen en su etiología a las normas y regulaciones que existen para su control; de los cambios registrados en la cultura alimentaria a las opciones quirúrgicas de su tratamiento; del abordaje de la obesidad infantil al análisis de los determinantes económicos, educacionales, comerciales, psicosociales y de actividad física, elementos que forman parte de la red de su causalidad; de los costos que genera la enfermedad a la revisión del papel que tienen la educación, los instrumentos fiscales o los sistemas de salud en su prevención y tratamiento. El mapa de viaje que plantea el libro es completo y muy aleccionador. La tarea que se impuso el presidente de la Academia Nacional de Medicina no fue menor y tampoco irrelevante. Por el contrario, se trata de una gran contribución a los sistemas de salud, en especial a la mejoría de las condiciones de vida de nuestra población. Por ello habría que felicitar a nuestra corporación, a su directiva e integrantes y a los que intervinieron en la elaboración de esta obra escrita que documenta el problema y que propone respuestas en todos los campos. El viaje que para el estudio de la obesidad se hace en este libro es simplemente extraordinario. El recorrido lleva al lector de la epidemiología de la enfermedad al recuento de las políticas y programas para prevenirla; del análisis de los factores genéticos que intervienen en su etiología a las normas y regulaciones que existen para su control; de los cambios registrados en la cultura alimentaria a las opciones quirúrgicas de su tratamiento; del abordaje de la obesidad infantil al análisis de los determinantes económicos, educacionales, comerciales, psicosociales y de actividad física, elementos que forman parte de la red de su causalidad; de los costos que genera la enfermedad a la revisión del papel que tienen la educación, los instrumentos fiscales o los sistemas de salud en su prevención y tratamiento. El mapa de viaje que plantea el libro es completo y muy aleccionador. La tarea que se impuso el presidente de la Academia Nacional de Medicina no fue menor y tampoco irrelevante. Por el contrario, se trata de una gran contribución a los sistemas de salud, en especial a la mejoría de las condiciones de vida de nuestra población. Por ello habría que felicitar a nuestra corporación, a su directiva e integrantes y a los que intervinieron en la elaboración de esta obra escrita que documenta el problema y que propone respuestas en todos los campos. El viaje que para el estudio de la obesidad se hace en este libro es simplemente extraordinario. El recorrido lleva al lector de la epidemiología de la enfermedad al recuento de las políticas y programas para prevenirla; del análisis de los factores genéticos que intervienen en su etiología a las normas y regulaciones que existen para su control; de los cambios registrados en la cultura alimentaria a las opciones quirúrgicas de su tratamiento; del abordaje de la obesidad infantil al análisis de los determinantes económicos, educacionales, comerciales, psicosociales y de actividad física, elementos que forman parte de la red de su causalidad; de los costos que genera la enfermedad a la revisión del papel que tienen la educación, los instrumentos fiscales o los sistemas de salud en su prevención y tratamiento. El mapa de viaje que plantea el libro es completo y muy aleccionador. La tarea que se impuso el presidente de la Academia Nacional de Medicina no fue menor y tampoco irrelevante. Por el contrario, se trata de una gran contribución a los sistemas de salud, en especial a la mejoría de las condiciones de vida de nuestra población. Por ello habría que felicitar a nuestra corporación, a su directiva e integrantes y a los que intervinieron en la elaboración de esta obra escrita que documenta el problema y que propone respuestas en todos los campos. El viaje que para el estudio de la obesidad se hace en este libro es simplemente extraordinario. El recorrido lleva al lector de la epidemiología de la enfermedad al recuento de las políticas y programas para prevenirla; del análisis de los factores genéticos que intervienen en su etiología a las normas y regulaciones que existen para su control; de los cambios registrados en la cultura alimentaria a las opciones quirúrgicas de su tratamiento; del abordaje de la obesidad infantil al análisis de los determinantes económicos, educacionales, comerciales, psicosociales y de actividad física, elementos que forman parte de la red de su causalidad; de los costos que genera la enfermedad a la revisión del papel que tienen la educación, los instrumentos fiscales o los sistemas de salud en su prevención y tratamiento. El mapa de viaje que plantea el libro es completo y muy aleccionador. La tarea que se impuso el presidente de la Academia Nacional de Medicina no fue menor y tampoco irrelevante. Por el contrario, se trata de una gran contribución a los sistemas de salud, en especial a la mejoría de las condiciones de vida de nuestra población. Por ello habría que felicitar a nuestra corporación, a su directiva e integrantes y a los que intervinieron en la elaboración de esta obra escrita que documenta el problema y que propone respuestas en todos los campos. El viaje que para el estudio de la obesidad se hace en este libro es simplemente extraordinario. El recorrido lleva al lector de la epidemiología de la enfermedad al recuento de las políticas y programas para prevenirla; del análisis de los factores genéticos que intervienen en su etiología a las normas y regulaciones que existen para su control; de los cambios registrados en la cultura alimentaria a las opciones quirúrgicas de su tratamiento; del abordaje de la obesidad infantil al análisis de los determinantes económicos, educacionales, comerciales, psicosociales y de actividad física, elementos que forman parte de la red de su causalidad; de los costos que genera la enfermedad a la revisión del papel que tienen la educación, los instrumentos fiscales o los sistemas de salud en su prevención y tratamiento. El mapa de viaje que plantea el libro es completo y muy aleccionador. La tarea que se impuso el presidente de la Academia Nacional de Medicina no fue menor y tampoco irrelevante. Por el contrario, se trata de una gran contribución a los sistemas de salud, en especial a la mejoría de las condiciones de vida de nuestra población. Por ello habría que felicitar a nuestra corporación, a su directiva e integrantes y a los que intervinieron en la elaboración de esta obra escrita que documenta el problema y que propone respuestas en todos los campos. El viaje que para el estudio de la obesidad se hace en este libro es simplemente extraordinario. 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Por el contrario, se trata de una gran contribución a los sistemas de salud, en especial a la mejoría de las condiciones de vida de nuestra población. Por ello habría que felicitar a nuestra corporación, a su directiva e integrantes y a los que intervinieron en la elaboración de esta obra escrita que documenta el problema y que propone respuestas en todos los campos. El viaje que para el estudio de la obesidad se hace en este libro es simplemente extraordinario. 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Por el contrario, se trata de una gran contribución a los sistemas de salud, en especial a la mejoría de las condiciones de vida de nuestra población. Por ello habría que felicitar a nuestra corporación, a su directiva e integrantes y a los que intervinieron en la elaboración de esta obra escrita que documenta el problema y que propone respuestas en todos los campos. El viaje que para el estudio de la obesidad se hace en este libro es simplemente extraordinario. 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Por el contrario, se trata de una gran contribución a los sistemas de salud, en especial a la mejoría de las condiciones de vida de nuestra población. Por ello habría que felicitar a nuestra corporación, a su directiva e integrantes y a los que intervinieron en la elaboración de esta obra escrita que documenta el problema y que propone respuestas en todos los campos. El viaje que para el estudio de la obesidad se hace en este libro es simplemente extraordinario. El recorrido lleva al lector de la epidemiología de la enfermedad al recuento de las políticas y programas para prevenirla; del análisis de los factores genéticos que intervienen en su etiología a las normas y regulaciones que existen para su control; de los cambios registrados en la cultura alimentaria a las opciones quirúrgicas de su tratamiento; del abordaje de la obesidad infantil al análisis de los determinantes económicos, educacionales, comerciales, psicosociales y de actividad física, elementos que forman parte de la red de su causalidad; de los costos que genera la enfermedad a la revisión del papel que tienen la educación, los instrumentos fiscales o los sistemas de salud en su prevención y tratamiento. El mapa de viaje que plantea el libro es completo y muy aleccionador. La tarea que se impuso el presidente de la Academia Nacional de Medicina no fue menor y tampoco irrelevante. Por el contrario, se trata de una gran contribución a los sistemas de salud, en especial a la mejoría de las condiciones de vida de nuestra población. Por ello habría que felicitar a nuestra corporación, a su directiva e integrantes y a los que intervinieron en la elaboración de esta obra escrita que documenta el problema y que propone respuestas en todos los campos. El viaje que para el estudio de la obesidad se hace en este libro es simplemente extraordinario. El recorrido lleva al lector de la epidemiología de la enfermedad al recuento de las políticas y programas para prevenirla; del análisis de los factores genéticos que intervienen en su etiología a las normas y regulaciones que existen para su control; de los cambios registrados en la cultura alimentaria a las opciones quirúrgicas de su tratamiento; del abordaje de la obesidad infantil al análisis de los determinantes económicos, educacionales, comerciales, psicosociales y de actividad física, elementos que forman parte de la red de su causalidad; de los costos que genera la enfermedad a la revisión del papel que tienen la educación, los instrumentos fiscales o los sistemas de salud en su prevención y tratamiento. El mapa de viaje que plantea el libro es completo y muy aleccionador. Al ser humano se le puede definir por muchas características que le distinguen. Su racionalidad, su conciencia o su capacidad de hacer herramientas. Aunque fácilmente se puede describir también por su capacidad de hacer preguntas, algo que se encuentra en la base de su condición como humano. Formulamos esas preguntas por asombro. Cuando la curiosidad es despertada, nos genera inquietudes. El primer paso para ello es el percatarse de del carácter problemático de la realidad.
Al ser humano se le puede definir por muchas características que le
distinguen. Su racionalidad, su conciencia o su capacidad de hacer herramientas. Aunque fácilmente se puede describir también por su capacidad de hacer preguntas, algo que se encuentra en la base de su condición como humano. Formulamos esas preguntas por asombro. Cuando la curiosidad es despertada, nos genera inquietudes. El primer paso para ello es el percatarse de del carácter problemático de la realidad.
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distinguen. Su racionalidad, su conciencia o su capacidad de hacer herramientas. Aunque fácilmente se puede describir también por su capacidad de hacer preguntas, algo que se encuentra en la base de su condición como humano. Formulamos esas preguntas por asombro. Cuando la curiosidad es despertada, nos genera inquietudes. El primer paso para ello es el percatarse de del carácter problemático de la realidad.
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Al ser humano se le puede definir por muchas características que le
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Al ser humano se le puede definir por muchas características que le
distinguen. Su racionalidad, su conciencia o su capacidad de hacer herramientas. Aunque fácilmente se puede describir también por su capacidad de hacer preguntas, algo que se encuentra en la base de su condición como humano. Formulamos esas preguntas por asombro. Cuando la curiosidad es despertada, nos genera inquietudes. El primer paso para ello es el percatarse de del carácter problemático de la realidad.
Al ser humano se le puede definir por muchas características que le
distinguen. Su racionalidad, su conciencia o su capacidad de hacer herramientas. Aunque fácilmente se puede describir también por su capacidad de hacer preguntas, algo que se encuentra en la base de su condición como humano. Formulamos esas preguntas por asombro. Cuando la curiosidad es despertada, nos genera inquietudes. El primer paso para ello es el percatarse de del carácter problemático de la realidad. Los seres humanos no hacemos preguntas por capricho: las hacemos porque la realidad nos produce asombro, porque la existencia no nos deja indiferentes. “La filosofía nace del asombro”, decía Aristóteles; con ello quería decir que todo el conocimiento de que es capaz el ser humano sólo puede desarrollarse porque la realidad, al suscitar nuestra admiración, al despertar nuestra curiosidad, nos genera inquietudes y preguntas. ¿Por qué las manzanas no caen para arriba? ¿Cómo se vería el universo si viajáramos en un rayo de luz? ¿Por qué sólo existen dos sexos y no cinco? ¿Por qué los aztecas no conquistaron Europa? Preguntas como éstas revelan que la realidad no está simplemente dada: está llena de problemas fascinantes, de rompecabezas que desafían el intelecto. Por eso el primer paso en el planteamiento de preguntas consiste en abrir los ojos ante el carácter esencialmente problemático de la realidad. Abrir los ojos a la realidad no es sencillo. El asombro es una flor que se marchita con facilidad. Y se marchita porque, a fuerza de costumbre, la realidad se vuelve plana y aburrida, o porque se piensa que sólo lo sobrenatural es motivo de admiración. Pero el asombro genuino nace de captar la realidad tal como es, plena de riqueza y variedad, y al mismo tiempo descubrir que las cosas no son sólo lo que aparentan ser. Como decía Chesterton, “lo admirable no es que el sol no salga un día, sino que salga todos los días”. El asombro nos acecha en todas partes; no hay esquina de la realidad, por humilde que sea, que no pueda suscitarlo. Los seres humanos no hacemos preguntas por capricho: las hacemos porque la realidad nos produce asombro, porque la existencia no nos deja indiferentes. “La filosofía nace del asombro”, decía Aristóteles; con ello quería decir que todo el conocimiento de que es capaz el ser humano sólo puede desarrollarse porque la realidad, al suscitar nuestra admiración, al despertar nuestra curiosidad, nos genera inquietudes y preguntas. ¿Por qué las manzanas no caen para arriba? ¿Cómo se vería el universo si viajáramos en un rayo de luz? ¿Por qué sólo existen dos sexos y no cinco? ¿Por qué los aztecas no conquistaron Europa? Preguntas como éstas revelan que la realidad no está simplemente dada: está llena de problemas fascinantes, de rompecabezas que desafían el intelecto. Por eso el primer paso en el planteamiento de preguntas consiste en abrir los ojos ante el carácter esencialmente problemático de la realidad. Abrir los ojos a la realidad no es sencillo. El asombro es una flor que se marchita con facilidad. Y se marchita porque, a fuerza de costumbre, la realidad se vuelve plana y aburrida, o porque se piensa que sólo lo sobrenatural es motivo de admiración. Pero el asombro genuino nace de captar la realidad tal como es, plena de riqueza y variedad, y al mismo tiempo descubrir que las cosas no son sólo lo que aparentan ser. Como decía Chesterton, “lo admirable no es que el sol no salga un día, sino que salga todos los días”. El asombro nos acecha en todas partes; no hay esquina de la realidad, por humilde que sea, que no pueda suscitarlo. Los seres humanos no hacemos preguntas por capricho: las hacemos porque la realidad nos produce asombro, porque la existencia no nos deja indiferentes. “La filosofía nace del asombro”, decía Aristóteles; con ello quería decir que todo el conocimiento de que es capaz el ser humano sólo puede desarrollarse porque la realidad, al suscitar nuestra admiración, al despertar nuestra curiosidad, nos genera inquietudes y preguntas. ¿Por qué las manzanas no caen para arriba? ¿Cómo se vería el universo si viajáramos en un rayo de luz? ¿Por qué sólo existen dos sexos y no cinco? ¿Por qué los aztecas no conquistaron Europa? Preguntas como éstas revelan que la realidad no está simplemente dada: está llena de problemas fascinantes, de rompecabezas que desafían el intelecto. Por eso el primer paso en el planteamiento de preguntas consiste en abrir los ojos ante el carácter esencialmente problemático de la realidad. Abrir los ojos a la realidad no es sencillo. El asombro es una flor que se marchita con facilidad. Y se marchita porque, a fuerza de costumbre, la realidad se vuelve plana y aburrida, o porque se piensa que sólo lo sobrenatural es motivo de admiración. Pero el asombro genuino nace de captar la realidad tal como es, plena de riqueza y variedad, y al mismo tiempo descubrir que las cosas no son sólo lo que aparentan ser. Como decía Chesterton, “lo admirable no es que el sol no salga un día, sino que salga todos los días”. El asombro nos acecha en todas partes; no hay esquina de la realidad, por humilde que sea, que no pueda suscitarlo. Los seres humanos no hacemos preguntas por capricho: las hacemos porque la realidad nos produce asombro, porque la existencia no nos deja indiferentes. “La filosofía nace del asombro”, decía Aristóteles; con ello quería decir que todo el conocimiento de que es capaz el ser humano sólo puede desarrollarse porque la realidad, al suscitar nuestra admiración, al despertar nuestra curiosidad, nos genera inquietudes y preguntas. ¿Por qué las manzanas no caen para arriba? ¿Cómo se vería el universo si viajáramos en un rayo de luz? ¿Por qué sólo existen dos sexos y no cinco? ¿Por qué los aztecas no conquistaron Europa? Preguntas como éstas revelan que la realidad no está simplemente dada: está llena de problemas fascinantes, de rompecabezas que desafían el intelecto. Por eso el primer paso en el planteamiento de preguntas consiste en abrir los ojos ante el carácter esencialmente problemático de la realidad. Abrir los ojos a la realidad no es sencillo. El asombro es una flor que se marchita con facilidad. Y se marchita porque, a fuerza de costumbre, la realidad se vuelve plana y aburrida, o porque se piensa que sólo lo sobrenatural es motivo de admiración. Pero el asombro genuino nace de captar la realidad tal como es, plena de riqueza y variedad, y al mismo tiempo descubrir que las cosas no son sólo lo que aparentan ser. Como decía Chesterton, “lo admirable no es que el sol no salga un día, sino que salga todos los días”. El asombro nos acecha en todas partes; no hay esquina de la realidad, por humilde que sea, que no pueda suscitarlo. Los seres humanos no hacemos preguntas por capricho: las hacemos porque la realidad nos produce asombro, porque la existencia no nos deja indiferentes. “La filosofía nace del asombro”, decía Aristóteles; con ello quería decir que todo el conocimiento de que es capaz el ser humano sólo puede desarrollarse porque la realidad, al suscitar nuestra admiración, al despertar nuestra curiosidad, nos genera inquietudes y preguntas. ¿Por qué las manzanas no caen para arriba? ¿Cómo se vería el universo si viajáramos en un rayo de luz? ¿Por qué sólo existen dos sexos y no cinco? ¿Por qué los aztecas no conquistaron Europa? Preguntas como éstas revelan que la realidad no está simplemente dada: está llena de problemas fascinantes, de rompecabezas que desafían el intelecto. Por eso el primer paso en el planteamiento de preguntas consiste en abrir los ojos ante el carácter esencialmente problemático de la realidad. Abrir los ojos a la realidad no es sencillo. El asombro es una flor que se marchita con facilidad. Y se marchita porque, a fuerza de costumbre, la realidad se vuelve plana y aburrida, o porque se piensa que sólo lo sobrenatural es motivo de admiración. Pero el asombro genuino nace de captar la realidad tal como es, plena de riqueza y variedad, y al mismo tiempo descubrir que las cosas no son sólo lo que aparentan ser. Como decía Chesterton, “lo admirable no es que el sol no salga un día, sino que salga todos los días”. El asombro nos acecha en todas partes; no hay esquina de la realidad, por humilde que sea, que no pueda suscitarlo. Los seres humanos no hacemos preguntas por capricho: las hacemos porque la realidad nos produce asombro, porque la existencia no nos deja indiferentes. “La filosofía nace del asombro”, decía Aristóteles; con ello quería decir que todo el conocimiento de que es capaz el ser humano sólo puede desarrollarse porque la realidad, al suscitar nuestra admiración, al despertar nuestra curiosidad, nos genera inquietudes y preguntas. ¿Por qué las manzanas no caen para arriba? ¿Cómo se vería el universo si viajáramos en un rayo de luz? ¿Por qué sólo existen dos sexos y no cinco? ¿Por qué los aztecas no conquistaron Europa? Preguntas como éstas revelan que la realidad no está simplemente dada: está llena de problemas fascinantes, de rompecabezas que desafían el intelecto. Por eso el primer paso en el planteamiento de preguntas consiste en abrir los ojos ante el carácter esencialmente problemático de la realidad. Abrir los ojos a la realidad no es sencillo. El asombro es una flor que se marchita con facilidad. Y se marchita porque, a fuerza de costumbre, la realidad se vuelve plana y aburrida, o porque se piensa que sólo lo sobrenatural es motivo de admiración. Pero el asombro genuino nace de captar la realidad tal como es, plena de riqueza y variedad, y al mismo tiempo descubrir que las cosas no son sólo lo que aparentan ser. Como decía Chesterton, “lo admirable no es que el sol no salga un día, sino que salga todos los días”. El asombro nos acecha en todas partes; no hay esquina de la realidad, por humilde que sea, que no pueda suscitarlo. Los seres humanos no hacemos preguntas por capricho: las hacemos porque la realidad nos produce asombro, porque la existencia no nos deja indiferentes. “La filosofía nace del asombro”, decía Aristóteles; con ello quería decir que todo el conocimiento de que es capaz el ser humano sólo puede desarrollarse porque la realidad, al suscitar nuestra admiración, al despertar nuestra curiosidad, nos genera inquietudes y preguntas. ¿Por qué las manzanas no caen para arriba? ¿Cómo se vería el universo si viajáramos en un rayo de luz? ¿Por qué sólo existen dos sexos y no cinco? ¿Por qué los aztecas no conquistaron Europa? Preguntas como éstas revelan que la realidad no está simplemente dada: está llena de problemas fascinantes, de rompecabezas que desafían el intelecto. Por eso el primer paso en el planteamiento de preguntas consiste en abrir los ojos ante el carácter esencialmente problemático de la realidad. Abrir los ojos a la realidad no es sencillo. El asombro es una flor que se marchita con facilidad. Y se marchita porque, a fuerza de costumbre, la realidad se vuelve plana y aburrida, o porque se piensa que sólo lo sobrenatural es motivo de admiración. Pero el asombro genuino nace de captar la realidad tal como es, plena de riqueza y variedad, y al mismo tiempo descubrir que las cosas no son sólo lo que aparentan ser. Como decía Chesterton, “lo admirable no es que el sol no salga un día, sino que salga todos los días”. El asombro nos acecha en todas partes; no hay esquina de la realidad, por humilde que sea, que no pueda suscitarlo. Los seres humanos no hacemos preguntas por capricho: las hacemos porque la realidad nos produce asombro, porque la existencia no nos deja indiferentes. “La filosofía nace del asombro”, decía Aristóteles; con ello quería decir que todo el conocimiento de que es capaz el ser humano sólo puede desarrollarse porque la realidad, al suscitar nuestra admiración, al despertar nuestra curiosidad, nos genera inquietudes y preguntas. ¿Por qué las manzanas no caen para arriba? ¿Cómo se vería el universo si viajáramos en un rayo de luz? ¿Por qué sólo existen dos sexos y no cinco? ¿Por qué los aztecas no conquistaron Europa? Preguntas como éstas revelan que la realidad no está simplemente dada: está llena de problemas fascinantes, de rompecabezas que desafían el intelecto. Por eso el primer paso en el planteamiento de preguntas consiste en abrir los ojos ante el carácter esencialmente problemático de la realidad. Abrir los ojos a la realidad no es sencillo. El asombro es una flor que se marchita con facilidad. Y se marchita porque, a fuerza de costumbre, la realidad se vuelve plana y aburrida, o porque se piensa que sólo lo sobrenatural es motivo de admiración. Pero el asombro genuino nace de captar la realidad tal como es, plena de riqueza y variedad, y al mismo tiempo descubrir que las cosas no son sólo lo que aparentan ser. Como decía Chesterton, “lo admirable no es que el sol no salga un día, sino que salga todos los días”. El asombro nos acecha en todas partes; no hay esquina de la realidad, por humilde que sea, que no pueda suscitarlo. Los seres humanos no hacemos preguntas por capricho: las hacemos porque la realidad nos produce asombro, porque la existencia no nos deja indiferentes. “La filosofía nace del asombro”, decía Aristóteles; con ello quería decir que todo el conocimiento de que es capaz el ser humano sólo puede desarrollarse porque la realidad, al suscitar nuestra admiración, al despertar nuestra curiosidad, nos genera inquietudes y preguntas. ¿Por qué las manzanas no caen para arriba? ¿Cómo se vería el universo si viajáramos en un rayo de luz? ¿Por qué sólo existen dos sexos y no cinco? ¿Por qué los aztecas no conquistaron Europa? Preguntas como éstas revelan que la realidad no está simplemente dada: está llena de problemas fascinantes, de rompecabezas que desafían el intelecto. Por eso el primer paso en el planteamiento de preguntas consiste en abrir los ojos ante el carácter esencialmente problemático de la realidad. Abrir los ojos a la realidad no es sencillo. El asombro es una flor que se marchita con facilidad. Y se marchita porque, a fuerza de costumbre, la realidad se vuelve plana y aburrida, o porque se piensa que sólo lo sobrenatural es motivo de admiración. Pero el asombro genuino nace de captar la realidad tal como es, plena de riqueza y variedad, y al mismo tiempo descubrir que las cosas no son sólo lo que aparentan ser. Como decía Chesterton, “lo admirable no es que el sol no salga un día, sino que salga todos los días”. El asombro nos acecha en todas partes; no hay esquina de la realidad, por humilde que sea, que no pueda suscitarlo. Las universidades del país y del extranjero comparten la preocupación de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente interés en diseñar e implementar programas de formación profesional cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis, estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003; Valle, 2003). Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga y cols., 2004; Valle, 2003). Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales; esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo y el progreso económico y social (Peiró, 2003). En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 15, NUM. 2: 257-271 JULIO-DICIEMBRE, 2010 259 de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz- Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003). Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que, por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente en la última década del siglo pasado; este interés por analizar de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social, política y económica de reformular las directrices generales de las carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de la investigación que financian y de la relación docencia-investigación. Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir una posición participativa y responsable como coordinadora de las necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006). Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003). Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados (Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y Delgado, 2006; Roe, 2003). Las universidades del país y del extranjero comparten la preocupación de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente interés en diseñar e implementar programas de formación profesional cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis, estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003; Valle, 2003). Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga y cols., 2004; Valle, 2003). Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales; esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo y el progreso económico y social (Peiró, 2003). En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 15, NUM. 2: 257-271 JULIO-DICIEMBRE, 2010 259 de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz- Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003). Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que, por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente en la última década del siglo pasado; este interés por analizar de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social, política y económica de reformular las directrices generales de las carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de la investigación que financian y de la relación docencia-investigación. Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir una posición participativa y responsable como coordinadora de las necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006). Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003). Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados (Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y Delgado, 2006; Roe, 2003). Las universidades del país y del extranjero comparten la preocupación de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente interés en diseñar e implementar programas de formación profesional cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis, estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003; Valle, 2003). Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga y cols., 2004; Valle, 2003). Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales; esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo y el progreso económico y social (Peiró, 2003). En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 15, NUM. 2: 257-271 JULIO-DICIEMBRE, 2010 259 de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz- Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003). Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que, por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente en la última década del siglo pasado; este interés por analizar de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social, política y económica de reformular las directrices generales de las carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de la investigación que financian y de la relación docencia-investigación. Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir una posición participativa y responsable como coordinadora de las necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006). Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003). Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados (Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y Delgado, 2006; Roe, 2003). Las universidades del país y del extranjero comparten la preocupación de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente interés en diseñar e implementar programas de formación profesional cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis, estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003; Valle, 2003). Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga y cols., 2004; Valle, 2003). Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales; esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo y el progreso económico y social (Peiró, 2003). En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 15, NUM. 2: 257-271 JULIO-DICIEMBRE, 2010 259 de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz- Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003). Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que, por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente en la última década del siglo pasado; este interés por analizar de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social, política y económica de reformular las directrices generales de las carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de la investigación que financian y de la relación docencia-investigación. Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir una posición participativa y responsable como coordinadora de las necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006). Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003). Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados (Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y Delgado, 2006; Roe, 2003). Las universidades del país y del extranjero comparten la preocupación de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente interés en diseñar e implementar programas de formación profesional cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis, estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003; Valle, 2003). Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga y cols., 2004; Valle, 2003). Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales; esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo y el progreso económico y social (Peiró, 2003). En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 15, NUM. 2: 257-271 JULIO-DICIEMBRE, 2010 259 de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz- Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003). Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que, por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente en la última década del siglo pasado; este interés por analizar de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social, política y económica de reformular las directrices generales de las carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de la investigación que financian y de la relación docencia-investigación. Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir una posición participativa y responsable como coordinadora de las necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006). Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003). Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados (Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y Delgado, 2006; Roe, 2003). Las universidades del país y del extranjero comparten la preocupación de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente interés en diseñar e implementar programas de formación profesional cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis, estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003; Valle, 2003). Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga y cols., 2004; Valle, 2003). Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales; esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo y el progreso económico y social (Peiró, 2003). En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 15, NUM. 2: 257-271 JULIO-DICIEMBRE, 2010 259 de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz- Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003). Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que, por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente en la última década del siglo pasado; este interés por analizar de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social, política y económica de reformular las directrices generales de las carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de la investigación que financian y de la relación docencia-investigación. Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir una posición participativa y responsable como coordinadora de las necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006). Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003). Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados (Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y Delgado, 2006; Roe, 2003). Las universidades del país y del extranjero comparten la preocupación de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente interés en diseñar e implementar programas de formación profesional cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis, estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003; Valle, 2003). Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga y cols., 2004; Valle, 2003). Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales; esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo y el progreso económico y social (Peiró, 2003). En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 15, NUM. 2: 257-271 JULIO-DICIEMBRE, 2010 259 de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz- Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003). Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que, por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente en la última década del siglo pasado; este interés por analizar de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social, política y económica de reformular las directrices generales de las carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de la investigación que financian y de la relación docencia-investigación. Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir una posición participativa y responsable como coordinadora de las necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006). Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003). Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados (Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y Delgado, 2006; Roe, 2003). Las universidades del país y del extranjero comparten la preocupación de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente interés en diseñar e implementar programas de formación profesional cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis, estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003; Valle, 2003). Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga y cols., 2004; Valle, 2003). Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales; esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo y el progreso económico y social (Peiró, 2003). En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 15, NUM. 2: 257-271 JULIO-DICIEMBRE, 2010 259 de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz- Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003). Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que, por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente en la última década del siglo pasado; este interés por analizar de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social, política y económica de reformular las directrices generales de las carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de la investigación que financian y de la relación docencia-investigación. Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir una posición participativa y responsable como coordinadora de las necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006). Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003). Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados (Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y Delgado, 2006; Roe, 2003). Las universidades del país y del extranjero comparten la preocupación de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente interés en diseñar e implementar programas de formación profesional cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis, estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003; Valle, 2003). Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga y cols., 2004; Valle, 2003). Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales; esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo y el progreso económico y social (Peiró, 2003). En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 15, NUM. 2: 257-271 JULIO-DICIEMBRE, 2010 259 de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz- Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003). Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que, por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente en la última década del siglo pasado; este interés por analizar de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social, política y económica de reformular las directrices generales de las carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de la investigación que financian y de la relación docencia-investigación. Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir una posición participativa y responsable como coordinadora de las necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006). Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003). Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados (Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y Delgado, 2006; Roe, 2003).Las universidades del país y del extranjero comparten la preocupación de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente interés en diseñar e implementar programas de formación profesional cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis, estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003; Valle, 2003). Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga y cols., 2004; Valle, 2003). Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales; esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo y el progreso económico y social (Peiró, 2003). En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 15, NUM. 2: 257-271 JULIO-DICIEMBRE, 2010 259 de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz- Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003). Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que, por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente en la última década del siglo pasado; este interés por analizar de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social, política y económica de reformular las directrices generales de las carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de la investigación que financian y de la relación docencia-investigación. Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir una posición participativa y responsable como coordinadora de las necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006). Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003). Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados (Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y Delgado, 2006; Roe, 2003).Las universidades del país y del extranjero comparten la preocupación de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente interés en diseñar e implementar programas de formación profesional cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis, estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003; Valle, 2003). Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga y cols., 2004; Valle, 2003). Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales; esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo y el progreso económico y social (Peiró, 2003). En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 15, NUM. 2: 257-271 JULIO-DICIEMBRE, 2010 259 de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz- Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003). Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que, por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente en la última década del siglo pasado; este interés por analizar de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social, política y económica de reformular las directrices generales de las carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de la investigación que financian y de la relación docencia-investigación. Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir una posición participativa y responsable como coordinadora de las necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006). Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003). Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados (Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y Delgado, 2006; Roe, 2003).Este estudio identificó diferentes características del perfil profesional que solicitan los empleadores de psicólogos en entidades federativas con diferentes niveles de bienestar socioeconómico. Los datos se obtuvieron consultando periódicamente bolsas de trabajo publicadas en la red y analizando sus características de acuerdo a los siguientes indicadores: profesiones requeridas por los empleadores, áreas de inserción profesional y actividades a realizar. Una gran proporción de los empleos solicitaron psicólogos y otros profesionistas de manera simultánea; el área de inserción profesional predominante fueron diversas organizaciones, y las actividades a desempeñar con mayor frecuencia, las relacionadas a reclutamiento y selección de personal. Los datos se discuten en términos del nivel de similitud o diferencia entre las diversas profesiones consideradas por los empleadores como afines, así como del entrenamiento profesional que deben recibir los estudiantes para desempeñar las actividades por las cuales serán contratados. Este estudio identificó diferentes características del perfil profesional que solicitan los empleadores de psicólogos en entidades federativas con diferentes niveles de bienestar socioeconómico. Los datos se obtuvieron consultando periódicamente bolsas de trabajo publicadas en la red y analizando sus características de acuerdo a los siguientes indicadores: profesiones requeridas por los empleadores, áreas de inserción profesional y actividades a realizar. Una gran proporción de los empleos solicitaron psicólogos y otros profesionistas de manera simultánea; el área de inserción profesional predominante fueron diversas organizaciones, y las actividades a desempeñar con mayor frecuencia, las relacionadas a reclutamiento y selección de personal. Los datos se discuten en términos del nivel de similitud o diferencia entre las diversas profesiones consideradas por los empleadores como afines, así como del entrenamiento profesional que deben recibir los estudiantes para desempeñar las actividades por las cuales serán contratados. Este estudio identificó diferentes características del perfil profesional que solicitan los empleadores de psicólogos en entidades federativas con diferentes niveles de bienestar socioeconómico. Los datos se obtuvieron consultando periódicamente bolsas de trabajo publicadas en la red y analizando sus características de acuerdo a los siguientes indicadores: profesiones requeridas por los empleadores, áreas de inserción profesional y actividades a realizar. Una gran proporción de los empleos solicitaron psicólogos y otros profesionistas de manera simultánea; el área de inserción profesional predominante fueron diversas organizaciones, y las actividades a desempeñar con mayor frecuencia, las relacionadas a reclutamiento y selección de personal. Los datos se discuten en términos del nivel de similitud o diferencia entre las diversas profesiones consideradas por los empleadores como afines, así como del entrenamiento profesional que deben recibir los estudiantes para desempeñar las actividades por las cuales serán contratados. Este estudio identificó diferentes características del perfil profesional que solicitan los empleadores de psicólogos en entidades federativas con diferentes niveles de bienestar socioeconómico. Los datos se obtuvieron consultando periódicamente bolsas de trabajo publicadas en la red y analizando sus características de acuerdo a los siguientes indicadores: profesiones requeridas por los empleadores, áreas de inserción profesional y actividades a realizar. Una gran proporción de los empleos solicitaron psicólogos y otros profesionistas de manera simultánea; el área de inserción profesional predominante fueron diversas organizaciones, y las actividades a desempeñar con mayor frecuencia, las relacionadas a reclutamiento y selección de personal. Los datos se discuten en términos del nivel de similitud o diferencia entre las diversas profesiones consideradas por los empleadores como afines, así como del entrenamiento profesional que deben recibir los estudiantes para desempeñar las actividades por las cuales serán contratados.El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de ánimo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer.
El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es
seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer.En el presente existe un número importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología. Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia, ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda. El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y lo que estos signfican. El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología. Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia, ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda. El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y lo que estos signfican. El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología. Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia, ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda. El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y lo que estos signfican. El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología. Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia, ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda. El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y lo que estos signfican. El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología. Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia, ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda. El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y lo que estos signfican. El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología. Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia, ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda. El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y lo que estos signfican. El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología. Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia, ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda. El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y lo que estos signfican. El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología. Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia, ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda. El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y lo que estos signfican. El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología. Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia, ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda. El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y lo que estos signfican. El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología. Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia, ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda. El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y lo que estos signfican. El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología. Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia, ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda. El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y lo que estos signfican. El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología. Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia, ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda. El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y lo que estos signfican. El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología. 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Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología. Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia, ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda. El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y lo que estos signfican. El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología. Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia, ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda. El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y lo que estos signfican. El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo Se trata de un instrumento que ha pasado las pruebas: a) del tiempo y, por tanto, de los avances del conocimiento sobre la p s i cología humana y su evaluación, fue elaborado en 1939 y se sigue usando; b) de las revisiones, en 1982 l a primera versión deL MMPI fue revisada en forma sustancial, se buscaba modernizar los reactivos e incluir nuevas escalas para evaluar problemas no incor¬ porados en la primera versión, se modificaron alrededor de una quinta parte de los reactivos originales pero la prueba c o n s e r v ó su estructura básica convirtiéndose en el M M P I - 2 ; c) de la cultura, se ha empleado en muchos países del mundo, en culturas tan dife¬ rentes a la estadounidense —de donde surge—, como la China en donde se u s ó una t r a d u c c i ó n del instrumentoSe trata de un instrumento que ha pasado las pruebas: a) del tiempo y, por tanto, de los avances del conocimiento sobre la p s i cología humana y su evaluación, fue elaborado en 1939 y se sigue usando; b) de las revisiones, en 1982 l a primera versión deL MMPI fue revisada en forma sustancial, se buscaba modernizar los reactivos e incluir nuevas escalas para evaluar problemas no incor¬ porados en la primera versión, se modificaron alrededor de una quinta parte de los reactivos originales pero la prueba c o n s e r v ó su estructura básica convirtiéndose en el M M P I - 2 ; c) de la cultura, se ha empleado en muchos países del mundo, en culturas tan dife¬ rentes a la estadounidense —de donde surge—, como la China en donde se u s ó una t r a d u c c i ó n del instrumentoSe trata de un instrumento que ha pasado las pruebas: a) del tiempo y, por tanto, de los avances del conocimiento sobre la p s i cología humana y su evaluación, fue elaborado en 1939 y se sigue usando; b) de las revisiones, en 1982 l a primera versión deL MMPI fue revisada en forma sustancial, se buscaba modernizar los reactivos e incluir nuevas escalas para evaluar problemas no incor¬ porados en la primera versión, se modificaron alrededor de una quinta parte de los reactivos originales pero la prueba c o n s e r v ó su estructura básica convirtiéndose en el M M P I - 2 ; c) de la cultura, se ha empleado en muchos países del mundo, en culturas tan dife¬ rentes a la estadounidense —de donde surge—, como la China en donde se u s ó una t r a d u c c i ó n del instrumentoSe trata de un instrumento que ha pasado las pruebas: a) del tiempo y, por tanto, de los avances del conocimiento sobre la p s i cología humana y su evaluación, fue elaborado en 1939 y se sigue usando; b) de las revisiones, en 1982 l a primera versión deL MMPI fue revisada en forma sustancial, se buscaba modernizar los reactivos e incluir nuevas escalas para evaluar problemas no incor¬ porados en la primera versión, se modificaron alrededor de una quinta parte de los reactivos originales pero la prueba c o n s e r v ó su estructura básica convirtiéndose en el M M P I - 2 ; c) de la cultura, se ha empleado en muchos países del mundo, en culturas tan dife¬ rentes a la estadounidense —de donde surge—, como la China en donde se u s ó una t r a d u c c i ó n del instrumentoSe trata de un instrumento que ha pasado las pruebas: a) del tiempo y, por tanto, de los avances del conocimiento sobre la p s i cología humana y su evaluación, fue elaborado en 1939 y se sigue usando; b) de las revisiones, en 1982 l a primera versión deL MMPI fue revisada en forma sustancial, se buscaba modernizar los reactivos e incluir nuevas escalas para evaluar problemas no incor¬ porados en la primera versión, se modificaron alrededor de una quinta parte de los reactivos originales pero la prueba c o n s e r v ó su estructura básica convirtiéndose en el M M P I - 2 ; c) de la cultura, se ha empleado en muchos países del mundo, en culturas tan dife¬ rentes a la estadounidense —de donde surge—, como la China en donde se u s ó una t r a d u c c i ó n del instrumentoSe trata de un instrumento que ha pasado las pruebas: a) del tiempo y, por tanto, de los avances del conocimiento sobre la p s i cología humana y su evaluación, fue elaborado en 1939 y se sigue usando; b) de las revisiones, en 1982 l a primera versión deL MMPI fue revisada en forma sustancial, se buscaba modernizar los reactivos e incluir nuevas escalas para evaluar problemas no incor¬ porados en la primera versión, se modificaron alrededor de una quinta parte de los reactivos originales pero la prueba c o n s e r v ó su estructura básica convirtiéndose en el M M P I - 2 ; c) de la cultura, se ha empleado en muchos países del mundo, en culturas tan dife¬ rentes a la estadounidense —de donde surge—, como la China en donde se u s ó una t r a d u c c i ó n del instrumentoSe trata de un instrumento que ha pasado las pruebas: a) del tiempo y, por tanto, de los avances del conocimiento sobre la p s i cología humana y su evaluación, fue elaborado en 1939 y se sigue usando; b) de las revisiones, en 1982 l a primera versión deL MMPI fue revisada en forma sustancial, se buscaba modernizar los reactivos e incluir nuevas escalas para evaluar problemas no incor¬ porados en la primera versión, se modificaron alrededor de una quinta parte de los reactivos originales pero la prueba c o n s e r v ó su estructura básica convirtiéndose en el M M P I - 2 ; c) de la cultura, se ha empleado en muchos países del mundo, en culturas tan dife¬ rentes a la estadounidense —de donde surge—, como la China en donde se u s ó una t r a d u c c i ó n del instrumentoEl trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. 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De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer.