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COMO SER BENDECIDOS EN MEDIO DE LA CRISIS

Dios honra la fidelidad trayendo bendiciones a nuestras vidas Bendiciones de Dios. ¿Le suena
el asunto? Sin duda que sí. Es uno de los aspectos que llaman poderosamente la atención de
todas las personas. El problema es que, en muchos casos, se enfocan sólo en
las bendiciones y dejan de lado la fidelidad que deben mantener para con el Señor.
Ligado a este asunto, surge otra pregunta: ¿Cómo ser bendecidos cuando todo alrededor es
un caso y los problemas surgen cada día? Le invitamos a considerar a Isaac, uno de los
patriarcas de Israel.
A partir de una experiencia en su vida, aprendemos cinco fundamentos para que las
bendiciones se hagan realidad aun cuando vengan dificultades y obstáculos que parecen
insalvables.

1.- DIOS NOS BENDICE AÚN EN MEDIO DE LAS CRISIS


Todas las personas enfrentan crisis. Constituyen etapas inherentes a los seres humanos.
Algunas crisis obedecen a nuestros errores y otras están fuera de nuestro alcance, totalmente
ajenas a nuestra voluntad.
¿Cómo enfrentar las crisis para que se conviertan en bendiciones? Prendidos de la mano de
Dios, con fe.
Isaac es un ejemplo de este principio. Relata la Escritura que: “Un hambre terrible azotó la
tierra, como había ocurrido antes en tiempos de Abraham. Así que Isaac se trasladó a Gerar,
donde vivía Abimelec, rey de los filisteos.” (Génesis 26:1. NTV)
Si bien es cierto Isaac estaba en los planes de Dios, no fue ajeno a los problemas. Tocaron a
su puerta. Igual con nosotros. ¿Qué hacer, entonces? Desarrollar confianza plena en que, aún
en medio de las crisis, Dios nos bendecirá. No hay problema que esté por encima del poder
de Dios. Salmos 37:25

2.- NUESTROS PLANES NO SON LOS MEJORES


Cuando Isaac vio que el panorama se tornaba ensombrecido, quiso resolver los problemas a
su manera. No obstante, Dios debió llamarle la atención: “El Señor se le apareció a Isaac y le
dijo: «No desciendas a Egipto, sino haz lo que yo te digo.” (Génesis 26:2. NTV)
Al igual que Isaac quizá usted ha procurado soluciones, en sus propias fuerzas, cuando llegan
las dificultades. No obstante, aunque nos parezca que las alternativas que hemos diseñado
son buenas, lo esencial es depositar toda nuestra confianza en Dios (Cp. Salmos 37:5). Isaías
55:8-9
Tenga presente que no siempre los planes que elaboramos son la vía más rápida y segura
para salir del laberinto de los problemas y las crisis.
3.- DIOS NOS ACOMPAÑA EN MEDIO DE LAS CRISIS
La primera idea que nos asalta cuando enfrentamos crisis, es que estamos solos. Tremendo
equívoco. Dios está con nosotros en todas las circunstancias, buenas o malas.
Dios llamó la atención de Isaac y le dijo: “Vive aquí como extranjero en esta tierra, y yo estaré
contigo y te bendeciré. Yo, con estas palabras, confirmo que te daré todas estas tierras a ti y
a tu descendencia, tal como le prometí solemnemente a Abraham, tu padre.” (Génesis 26:3.
NTV)
Si nos sujetamos a la voluntad de Dios, Él nos ofrece salidas a la encrucijada. No nos
abandona a nuestra suerte. Está y estará siempre a nuestro lado, para
ofrecernos dirección y fortaleza. Proverbios 10:3
4.- DIOS NO SOLO NOS BENDICE SINO A NUESTRA DESCENDENCIA
Cuando buscamos a Dios en medio de las crisis, Él nos da la salida a los problemas y, además,
alcanza con enormes bendiciones a nuestra descendencia.
Le invitamos a considerar lo que dijo a Isaac, cuando atravesaba un laberinto muy complejo,
lleno de dificultades: “Haré que tus descendientes sean tan numerosos como las estrellas de
los cielos, y les daré todas estas tierras. Y mediante tu descendencia, todas las naciones de la
tierra serán bendecidas. ” (Génesis 26: 4. NTV)
Si quiere que sus hijos, sus nietos y biznietos reciban bendiciones, comiencen usted a ser fiel
a Dios. Salmos 112:2 Hechos 2:39
5.- DEBEMOS ESPERAR Y FORTALECERNOS EN LAS PROMESAS DE DIOS
Si creemos en las promesas de Dios, nos afirmamos en ellas y, no nos apartamos a derecha
ni a izquierda, experimentaremos una vida de victoria. El Señor nos lleva a buen puerto, nos
saca de los desiertos y de las crisis, y nos permite gozar de las bendiciones.
Fue Dios quien dijo a Isaac: “Yo haré esto porque Abraham me escuchó y obedeció todos mis
requisitos, mandatos, decretos e instrucciones». Entonces Isaac se quedó en Gerar.” (Génesis
26:5, 6. NTV)
Puede que a veces las promesas luzcan lejanas, pero es esencial que permanezcamos firmes,
que perseveremos.
Recuerde que el Dios de poder en el que hemos creído, jamás improvisa. Él tiene todo
cuidadosamente planeado. Proverbios 13:22
Conclusión
Las bendiciones de Dios son para todos nosotros. Alcanzan también a nuestra descendencia.
Basta que creamos en las promesas de Dios, nos afirmemos en ellas y nos dispongamos a
caminar en una dimensión de bendiciones permanentes. ¡Están a su disposición y de todos
aquellos que se atrevan a creer!

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