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CULTURA CARAL

Introducción

La civilización Caral o cultura Caral se desarrolló entre 3000 y 1800 a. C., siendo la
expresión más nítida del surgimiento de las primeras sociedades complejas en el área
norcentral peruana o Norte Chico. En toda esta área destaca claramente el valle de Supe,
ubicado en Barranca, al norte de Lima, donde en apenas 40 kilómetros desde el mar, se han
identificado 20 asentamientos de esa civilización, siendo la de mayor dimensión y
complejidad la ciudad de Caral o Caral-Supe, de la que deriva el nombre de la cultura.

La existencia de esta civilización fue desvelada a partir de 1996, gracias a los trabajos de un
equipo de arqueólogos encabezados por Ruth Shady, a través del Proyecto Especial
Arqueológico Caral-Supe. Los estudios rigurosos han demostrado que esta civilización es
contemporánea con otras civilizaciones primigenias del mundo, como la de Egipto, India,
Sumeria, China, pero a diferencia de ellas (que intercambiaron sus logros), se desarrolló en
completo aislamiento. En América, es la más antigua de las civilizaciones prehispánicas,
superando en 1500 años a la civilización Olmeca, otro importante foco civilizatorio situado
en Mesoamérica. En el Perú supera en antigüedad a la cultura Chavín (1200 a. C.), que
durante mucho tiempo había sido considerado como la cultura madre del Perú.
Actualmente, según todos los indicios, se puede afirmar que a partir de la civilización caral
se origina la civilización andina

Ubicación geográfica
El área de desarrollo e influencia de la civilización caral, llamada área norcentral peruana,
es de 400 por 300 km, y comprende los valles de la costa (Santa, Nepeña, Sechín, Culebras,
Huarmey, Fortaleza, Pativilca, Supe, Huaura, Chancay y Chillón), los callejones serranos
de Huaylas y Conchucos junto con el altiplano de Junín, y las cuencas de los ríos Marañón,
Huallaga y las cabeceras del Ucayali en la selva.

En toda esta área destaca claramente el valle de Supe, ubicado en la provincia de Barranca,
departamento de Lima, donde en apenas 40 kilómetros desde el mar, se han identificado 20
asentamientos de esta civilización, 1 cuyas extensiones van de 0,16 hectáreas hasta casi 80
hectáreas.2 Ocho de ellos son los de mayor tamaño, entre los que destaca nítidamente por su
complejidad la ciudad sagrada de Caral, de la que deriva el nombre de la cultura. Fue, sin
duda, la capital de la región. Los otros asentamientos con construcciones monumentales son
Pueblo Nuevo, Cerro Colorado, Allpacoto y Llapta (en la margen derecha del Supe); y
Lurihuasi, Miraya y Chupacigarro (en la margen izquierda).3 En el litoral cercano a la
desembocadura del Supe destaca Áspero, que fue según todos los indicios la ciudad
pesquera de Caral.4

Hasta antes del descubrimiento de esta cultura, ya se conocía la existencia de diversos


asentamientos precerámicos a lo largo de esa área norcentral peruana, a partir de los cuales
se había planteado la existencia de organizaciones sociales de nivel jefatural. Destacan los
de La Galgada, en el callejón de los Conchucos, Piruro en el Marañón, Huaricoto en el
callejón de Huaylas, Kotosh en el Huallaga, Las Haldas en Casma, Los Gavilanes en
Huarmey, Áspero en Supe, Bandurria y Río Seco en Huaura y El Paraíso en el Chillón.

Cronología
En la cronología arqueológica, la civilización Caral corresponde al denominado Arcaico
Tardío (antes Precerámico Tardío), llegando hasta el Formativo Inferior, aproximadamente
de 3000 a 1800 a.C.5

Esa antigüedad se ha confirmado a través de múltiples fechados radio carbónicos realizados


en los Estados Unidos.6

El hallazgo de Caral cambió así los esquemas que hasta entonces se tenían sobre el
surgimiento de las antiguas civilizaciones en el Perú y la América en general.
Anteriormente se consideraba a Chavín de Huántar como el foco cultural de más vieja data
en el Perú, con un máximo de 3200 años de antigüedad (1200 a. C.).7

Características generales
Aunque en lugares como Valdivia, en Ecuador, se producía cerámica desde 4000 a.C., en
Caral no se utilizó ella; de allí viene la denominación de precerámica, aunque la doctora
Ruth Shady, su descubridora, prefiere hablar de acerámica (sin cerámica), pues al disponer
los antiguos pobladores de Caral de una gran cantidad de mates (cucurbitáceas) que usaban
como recipientes, no necesitaban de la alfarería.8

El logro más impactante de esta primera civilización fue la construcción de extensas


ciudades, con edificios monumentales, construidos de una manera muy ingeniosa con
piedra, barro y materiales vegetales, en cestos tejidos y cerrados con dimensiones y pesos
muy variados (shicras) pero bastante homogéneos para facilitar las labores de acuerdo a la
fortaleza física de sus albañiles y constructores. Las formas predominantes son las
pirámides escalonadas, las plazas circulares o semicirculares hundidas en los frentes, con
escaleras que daban acceso a la cima, donde se observan habitaciones y espacios para
rituales y ceremoniales.91011

La evidencia arqueológica muestra también una significativa producción agrícola de


algodón para redes de pesca y prendas tejidas en técnica torzal,12 así como muy sofisticadas
expresiones de arte musical en la confección de flautas con figuras incisas de animales
míticos que sugieren un carácter religioso. 13

Las diferencias de tamaño entre los asentamientos y sus edificios evidencian jerarquía entre
las poblaciones que los ocuparon, e incluso la existencia de una organización política que
hizo posible su construcción.

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