Вы находитесь на странице: 1из 16

I.

INTRODUCCION

La concentración atmosférica global de gases de efecto invernadero se


ha incrementado en gran medida, debido a las influencias antropogénicas,
afectando a la agricultura y los ecosistemas naturales. La creciente
concentración de CO2 que interactúa con elementos del clima como la
temperatura y las lluvias, está influyendo el crecimiento vegetal y la
productividad en un clima cambiante.
Si bien es evidente que el cambio climático está modificando la distribución
de las plagas y las enfermedades de los animales y las plantas, es difícil prever
todos los efectos de este cambio. La modificación de las temperaturas, la
humedad y los gases de la atmósfera puede propiciar el crecimiento y la
capacidad con que se generan las plantas, los hongos y los insectos, alterando
la interacción entre las plagas, sus enemigos naturales y sus huéspedes. Las
transformaciones que experimenta la cubierta vegetal de la Tierra, como la
deforestación y la desertificación, pueden incrementar la vulnerabilidad de las
plantas y los animales que quedan ante las plagas y las enfermedades. Es bien
sabido cómo los efectos de las infestaciones de plagas y enfermedades de las
plantas en los cultivos puede dificultar la calidad y cantidad de los productos
agrícolas; por lo tanto, amenazan la seguridad alimentaria. A pesar de su
importancia, hay pocos estudios sobre el impacto del cambio climático sobre
las plagas y enfermedades.

De acuerdo con Ghini et al. (2011a), la capacidad de adaptación de algunos


sistemas agrícolas, puede ayudar a minimizar el impacto negativo del cambio
climático, con la adopción de nuevos cultivares y otras prácticas; los países en
vías de desarrollo probablemente tendrán más dificultades para adaptarse al
cambio climático. Los enfoques interdisciplinarios, se deben adoptar para
evaluar los efectos del cambio climático sobre las plagas y enfermedades, debido
a la complejidad de los procesos bióticos y abióticos involucrados y la falta de
conocimiento de cada proceso, agregando incertidumbre a las futuras
proyecciones climáticas.

Objetivos
II. REVISION DE LITERATURA

2.1. El cambio climático


El cambio climático constituye uno de los ejes centrales en torno al cual gira
la preocupación medioambiental, tanto en el ámbito más puramente científico
como en el de la sociedad en general (IPCC, 2007). Conviene diferenciar entre
variabilidad climática y cambio climático. El clima se define como el patrón de las
condiciones meteorológicas observadas durante un período de tiempo
prolongado. Así el clima de una región viene dado por la media y las oscilaciones
de las variables climáticas (temperatura, precipitación, viento, etc.). El término
Cambio climático se refiere a una alteración de las condiciones medias, mientras
que la variabilidad climática se refiere a las fluctuaciones respecto a la media de
las diferentes variables climáticas (Iglesias, 2008). El Cuarto Informe de
Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático
(IPCC) publicado en 2007 (IPCC, 2007), y último disponible, confirma la
evidencia proporcionada por las observaciones de los sistemas físicos y
biológicos que mostraba que los cambios regionales en el clima, estaban
afectando a los diferentes sistemas y en distintas partes del globo terráqueo.

2.2. Cambio climático y enfermedades de cultivos


Las enfermedades de los cultivos resultan de la interacción de una planta
huésped susceptible, un patógeno virulento y un ambiente favorable para el
desarrollo de la enfermedad. Las interacciones entre estos tres componentes se
conceptualizan en el denominado ‘triángulo etiológico’ en que se representa
como cambios en uno de sus componentes pueden modificar la expresión de
enfermedad en un patosistema (scholthof, 2007). Por otro lado, es bien conocido
que las condiciones ambientales ejercen un marcado efecto sobre los
patosistemas agrícolas, por lo que de acuerdo a la información disponible en la
literatura científica especializada, los efectos que los cambios ambientales
asociados al cambio climático indicados en el apartado anterior pueden tener en
los patosistemas agrícolas incluirían esencialmente: i) modificaciones en la
resistencia del huésped; ii) cambios en el ciclo de vida y tasa de reproducción de
los patógenos, y iii) cambios en la fisiología de las interacciones huésped
patógeno. Estos cambios se prevé pueden resultar en: i) modificaciones en la
distribución geográfica de las plantas huésped y las poblaciones de los
patógenos; ii) modificaciones de las pérdidas de Transferencia Tecnológica pos
cosecha, y iii) cambios en la eficacia de las medidas de control utilizadas para el
manejo de las enfermedades, ya sean de naturaleza química, física, biológica o
integrada (IPM) (Chakraborty 2005; Chakraborty et al., 2000; Coakley et al. 1999;
Jiménez Díaz, 2008; Juroszek y von tieDemann 2011; lan Da y navas-Cortés,
2010). En consecuencia las estrategias que se practican en la actualidad para
manejo de las enfermedades deberán ser revisadas y podrán requerir de
modificaciones y ajustes bajo los diferentes escenarios.

2.3. Influencia del cambio climático en el desarrollo de plagas y


enfermedades de cultivos en sonora
El calentamiento del sistema climático es claro, así lo demuestran los
aumentos del promedio mundial de la temperatura tanto del aire como del
océano. Particularmente, los cultivos pueden verse favorecidos por los aumentos
de bióxido de carbono atmosférico; que ayudan a optimizar el proceso
fotosintético. Sin embargo, un aumento de la temperatura podría generar
también las condiciones propicias para el desarrollo de diversas plagas y
enfermedades. Esto podría afectar entre el 12 y el 13% del rendimiento en los
ocho cultivos de mayor importancia para la alimentación y la industria, los cuales
ocupan más de la mitad de la superficie cultivada en el mundo. En este estudio
se caracterizó y cuantificó el impacto del cambio climático sobre las condiciones
favorables para la infección de enfermedades como roya de la hoja (Puccinia
triticina) y roya lineal (P. striiformis f. sp. tritici) en trigo y sobre las poblaciones
de la plaga llamada gusano barrenador de la nuez Acrobasis nuxvorella en nogal
pecanero. Los datos utilizados fueron los publicados por el grupo
interdisciplinario que conforman el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, el
Programa de Aplicaciones California Nevada, la Central Climática y la
Universidad de Santa Clara en Estados Unidos de América). Los resultados
evidencian un incremento de 100% en los días con condiciones favorables para
roya de la hoja (pasando de 60 a 120 días con condiciones favorables). Para la
roya lineal, el incremento de la temperatura plantea un escenario no favorable
para su desarrollo. En el caso del gusano barrenador de la nuez, se observa un
incremento en el número de generaciones (promedio de 5.4 a 6) como una
consecuencia clara de un mayor número de unidades calor.
La concentración atmosférica global de gases de efecto invernadero se ha
incrementado en gran medida, debido a las influencias antropogénicas,
afectando a la agricultura y los ecosistemas naturales. La creciente
concentración de CO2 que interactúa con elementos del clima como la
temperatura y las lluvias, está influyendo el crecimiento vegetal y la productividad
en un clima cambiante. Es bien sabido cómo los efectos de las infestaciones de
plagas y enfermedades de las plantas en los cultivos puede dificultar la calidad
y cantidad de los productos agrícolas; por lo tanto, amenazan la seguridad
alimentaria. A pesar de su importancia, hay pocos estudios sobre el impacto del
cambio climático sobre las plagas y enfermedades (Hamada y Ghini, 2011). Hay
pruebas claras de que el cambio climático está alterando la distribución, la
incidencia y la intensidad de animales y vegetales plagas y enfermedades como
la lengua azul, una enfermedad de las ovejas que se movía hacia el norte a más
zonas templadas de Europa. Cannon (2008) ha encontrado ejemplos de plagas
de plantas cuya distribución ha cambiado en el Reino Unido y en otras partes de
Europa, muy probablemente debido a los factores climáticos, tal es el caso del
gusano de la cápsula (Helicoverpa armigera) la cual tuvo un fenomenal aumento
en el Reino Unido entre 1969-2004 y ha habido brotes en el extremo norte de su
área de distribución en Europa; también la escama algodonosa (Icerya purchasi)
cuyas poblaciones parecen estar extendiéndose hacia el norte, tal vez como
consecuencia del calentamiento global, así como la escama camelia
Algodonosa pulvinaria (Chloropulvinaria floccifera) que se ha convertido en
un problema más común en el Reino Unido, que se ha extendido hacia el norte
del área de distribución en Inglaterra y aumentando su rango de hospederos en
la última década, lo que es casi sin duda en respuesta al cambio climático. En
Suecia, esta especie se conocía sólo como un problema de cultivos bajo
invernadero, pero ya se ha establecido como una especie al aire libre (FAO,
2008). En las regiones templadas, la mayoría de los insectos tiene su período de
crecimiento durante la parte más caliente del año. Debido a esto, las especies
cuyo nicho se define por el régimen climático responderán más predeciblemente
ante el cambio (Bale et al., 2002), mientras que aquellos en los que el nicho está
limitado por otros factores bióticos o abióticos serán menos predecible
(Jenkinson et al., 1996).
2.4. Casos de los cambios en la incidencia de problemas de enfermedades
causadas por el cambio climático
Hay todavía un pequeño número de casos comprobados de cambio en la
incidencia de enfermedades debido al cambio climático. Este hecho se debe a la
necesidad de registrar los cambios en la presencia de enfermedades por un
período relativamente largo, con una correlación significativa con los cambios en
alguna variable climática (Jeger & Pautasso, 2008). La ausencia de series
históricas de los problemas fitosanitarios es otra de las razones para el pequeño
número de casos confirmados. Por otra parte, se sabe que muchos factores
además del clima, causan fluctuaciones en las poblaciones de patógenos y
plagas, tales como el cultivo, la nutrición de las plantas, los cultivares, entre otros,
por lo que la correlación entre los problemas del cambio climático y las
enfermedades. Según Garrett et al. (2009), los requisitos para que una
enfermedad fue alterada por el cambio climático son: el patógeno siempre ha
estado presente en la zona; no hubo ningún cambio en la composición genética
de las poblaciones de la planta y el patógeno; el manejo de los cultivos no se ha
modificado; los requisitos climáticas del patógeno y el vector son bien conocidos
y adecuados para el clima durante el período de presión más alta de la
enfermedad; se observó el cambio en la enfermedad durante un tiempo
suficientemente largo para establecer la correlación.
Una de las evidencias es el caso de Dothistroma septosporum, causando
la quema de Pinus contorta var. latifolia, en los bosques de la Columbia Británica
en Canadá (Woods et al., 2011). Utilizando datos de 69 años de incidencia de
Phytophthora infestan en patata en Finlandia, Hannukkala et al. (2007)
concluirán que la severidad de esta enfermedad se asocia con el cambio
climático y la falta de rotación de cultivos.
Se ha reportado que las altas temperaturas (27°C) y alta humedad (80%)
al momento de la maduración de los frutos favorecen la infección y propagación
del hongo antracnosis en papaya.
La monilía del cacao es una enfermedad causada por el hongo
Moniliophthora roreri, aunque actualmente algunos Científicos la han identificado
como Crynipelis roreri, sin embargo aún no se ha oficializado. Es un hongo que
ataca únicamente las mazorcas o frutos de cacao en cualquier edad, causando
Pudrición de los granos. A esta enfermedad también se le conoce como:
Moniliasis del cacao, Pudrición acuosa, Mano de Piedra, Helada, Mancha ceniza
o enfermedad de Quevedo. La severidad del ataque de la Monilia varía según la
zona y época del año, de acuerdo con las condiciones del clima. Aparentemente
las temperaturas altas son más favorables para la diseminación de la Monilia.
Investigaciones actuales sobre la aparición e incidencia de plagas y
enfermedades En los últimos 17 años en Corea, se han presentado un aumento
en la abundancia y distribución en nueve especies de insectos plagas, tales
como (Chilo suppressalis), (Lissorhoptrus oryzophilusk), (Nephotettix cincticeps),
(Cnaphalocrocis medinalis), (Pseudaletia separata), (Sogatella furcifera),
(Scotinophara lurida), (Laodelphax striatellus) y (Nilaparvata lugens) asociadas
a cambios en los parametros climáticos, como efecto del cambio climático (Kwon
et al., 2012).
Investigadores del IRRI (International Rice Research Institute), CIMMYT
(The International Maize and Wheat Improvement Center) y CIP (International
Potato Center) indican que enfermedades tales como mancha café del arroz
(Helminthosporium oryzae), Tungo del arroz (virus RTBV), Tizon tardío de la
papa (Phytophthora infestans), Mancha del trigo (Cochliobolus sativus),
presentaran un aumento en la categoría de enfermedad (de crónica a
emergencia) debido a alteraciones en patrones climáticos.
Luis Viñas (Fórum, 2017) afirmó que el cambio climático comienza a tener
sus efectos en la fenología de las plantas cultivadas en Piura como son el Mango,
Limón, Banano, Vid, Arroz, Algodón, Maíz, Ají etc. Aparte de estos efectos
directos el cambio Climático tiene sus efectos indirectos como en el
comportamiento de plagas de insectos, y en enfermedades que atacan a las
plantas cultivadas. En los últimos años en Piura, se han visto cambios
sustanciales en el comportamiento de Plagas que atacan a las plantas
cultivadas. Recientemente, la “Mosca del Mediterráneo” ha desplazado a la
“Mosca suramericana” a segundo lugar en abundancia en los valles de Piura y
esto se debe a su gran adaptación a los cambios climáticos, así como a su gran
agresividad de ataque a los diferentes frutos hospederos (silvestres y cultivadas)
que encuentra en los valles de Piura, así como su corto periodo de su ciclo de
desarrollo. Para los próximos años la nueva generación de Entomólogos, tienen
que estudiar e investigar profundamente estos fenómenos del cambio climático,
que son básicos para poder trazar estrategias en la aplicación de un Manejo
Integrado de Plagas. No es una tarea fácil en medio de tanta incertidumbre, pero
las entidades responsables de la investigación en agricultura deben cumplir
dentro de su ámbito de actividades un rol protagónico, como catalizador del
desarrollo del Agro Piurano. El exceso de humedad causa el incremento de
incidencia de las enfermedades en mango como Antracnosis, Alternariosis,
Pudricion Peduncular, y Muerte Regresiva. En vid la ocurrencia de Pie Negro,
Mildiu, Muerte Regresiva, informó E. Rodríguez (Fórum, 2017). M. Laberry
(Fórum, 2017) documentó que la presencia del Niño Costero ha reducido la
productividad de uva y ésta ha bajado en un 65%, manifestándose su efecto en
mayor o menor escala según la variedad; igualmente se indica la necesidad de
investigación en este cultivo.
Fig.1. Casos del efecto del cambio climático sobre plagas y enfermedades
agrícolas
2.5. El cambio climático aumenta la población de insectos vectores y
contribuye a la expansión de plagas agrícolas
El aumento de la temperatura en aproximadamente 2ºC de media, el rápido
aumento en la concentración de CO2 y el aumento de la sequía y episodios de
clima extremo puede tener consecuencias impredecibles sobre las plagas y
enfermedades de los cultivos.
Los hemípteros, vectores de aproximadamente el 70% de los patógenos de
plantas transmitidos por insectos, son muy susceptibles a cambios de
temperatura ya que generalmente tienen un ciclo biológico muy corto y requieren
de una gran capacidad para dispersarse, reproducirse y adaptarse a nuevos
hábitats. Desde 1960 se ha producido un desplazamiento de más de seiscientas
plagas y enfermedades hacia los polos a una media de 2,7 km/año; en el caso
de los hemípteros, ese desplazamiento ha resultado ser mucho mayor (13,7
km/año).
Los principales grupos de insectos vectores de virus tales como los
pulgones, moscas blancas y trips son muy susceptibles a cambios de
temperatura, viento y precipitación. Por ejemplo, un incremento en la
temperatura media invernal incrementa la tasa de crecimiento poblacional de
muchos de estos insectos vectores, expandiendo sus poblaciones a nuevas
áreas y adelantando sus vuelos migratorios en primavera. “Las previsiones
indican que ante el nuevo escenario de cambio climático los vuelos primaverales
de pulgones se adelantaran una media de ocho días en los próximos cincuenta
años. Todo ello irá previsiblemente acompañado de una mayor incidencia de
virus transmitidos por pulgones, como es el caso de los potyvirus y los luteovirus,
muchos de ellos causantes de enfermedades graves en varios cultivos. El
aumento de 2ºC de temperatura también desplazaría la mosca blanca Bemisia
tabaci hacia mayores latitudes, afectando especialmente a países de clima
mediterráneo”, advierte el entomólogo Alberto Fereres, profesor de investigación
del Instituto de Investigación de Ciencias Agrarias ICA-CSIC y uno de los
directores científicos de este encuentro, además de ponente.( referencia
Encuentro Internacional Desafíos de la Sanidad Vegetal ante el Futuro: Marco
Legal Europeo y Cambio Climático,)
El brote de langostas del desierto que se produjo en África en 2003-2004
repercutió en más de 12 millones de hectáreas, en 20 países, y costó 400
millones de USD combatirlo. ≥ Los océanos del mundo actualmente absorben un
millón de toneladas de bióxido de carbono por hora y se crea un ambiente cada
vez más ácido, inadecuado para la vida marina.

Fig. 1. Efectos-Cambio-Climatico-en-Agricultura

2.5.1. Los efectos de las inundaciones en la resistencia a las


enfermedades
Se ha visto que en el caso de varios patógenos el incremento/
reducción de su actividad depende de factores abióticos. Los efectos de las
condiciones ambientales sobre las interacciones entre plantas-patógenos-
humanos pueden ser complejos e importantes. Por ejemplo, el químico tóxico
producido por el hongo Fusarium aumenta en concentración y acción a
temperaturas y humedad más altas (Rosenzweig et al. 2001), lo cual resulta en
daño de cultivos, como el trigo y la cebada, y mayores riesgos de salud para los
seres humanos y el ganado que los consumen. En otro ejemplo, Tronsmo et al.
(1984) encontraron que luego de una exposición al frío, los cereales de invierno
son más resistentes a las enfermedades fungales.
Puesto que las plantas son incapaces de trasladarse para escapar
del estrés hídrico, ellas han desarrollado ciertos mecanismos para disminuir el
efecto del estrés. Los mecanismos de resistencia a la sequía, por ejemplo,
pueden alterar los procesos físicos y fisiológicos de la misma planta (Icrisat,
1988). Uno de tales métodos es el cierre de las estomas (aberturas minúsculas
en la capa externa del tejido de la hoja), para prevenir que el agua sea liberada
a través de la evapotranspiración. Otro es el control osmótico, para incrementar
la retención de agua e incluso un cambio en las características del tejido, a fin
de reducir, de manera efectiva, la pérdida de líquido. Las respuestas hormonales
a la sequía en las plantas tienen que ver con el ácido abcísico (aba), que está
ampliamente involucrado con el desarrollo de la planta, en particular en su
equilibrio hídrico (Saab, 1999). Cuando las plantas se encuentran bajo el ataque
de un patógeno, también liberan aba. Se ha observado una correlación entre el
nivel de concentración del aba y la resistencia a la enfermedad de plantas, lo
que, según lo descubierto, puede ser tanto positivo como negativo. Esto último
ocurre cuando, por ejemplo, las concentraciones incrementadas de aba
propician una mayor susceptibilidad de la Arabidopsis a una bacteria virulenta
(Mohr y Cahill, 2003). Parece que el aba puede ocasionar que las plantas tengan
menor resistencia a la enfermedad, porque interfiere las señales que implican a
otras hormonas, como los ácidos jasmónico, salicílico y etilénico (Mauch-Mani y
Mauch, 2005). El ácido salicílico es importante para que se produzca una
resistencia localizada a la invasión patógena (Lamb y Dixon, 1997). En cuanto a
lo positivo, un estudio de 2004, realizado por Ton y Mauch-Mani, mostró que,
como efecto del aba, la planta produce un callo que se constituye en defensa
frente a los patógenos. Asimismo, Melotto et al. (2006) encontraron que una
aumento en los niveles de aba deriva en el cierre de estomas, lo que puede
ayudar a prevenir la infección bacteriana.
2.5.2. Mecanismos de daños de las altas temperaturas
 Las altas temperaturas inactivan algunos procesos metabólicos
como la síntesis energética y aceleran otros como la respiración y transpiración,
las cuales no son adecuadamente compensados por la fotosíntesis y la
absorción de agua. Las células se deshidratan bruscamente y comienzan a
morir.
 Causa coagulación y desnaturalización de proteínas, por lo tanto,
muchos procesos metabólicos se inhiben por la inactivación de las enzimas.
 Rompimiento de las membranas citoplasmáticas, asfixia por falta
de oxígeno y probable liberación de sustancias toxicas en las células.
2.6. Prácticas de manejo agronómico para el control de plagas y
enfermedades bajo condiciones de cambio climático:
Monitoreo de presencia de plagas e incidencia de enfermedades. Identificar
los ciclos de vida de plagas y enfermedades, para así mismo realizar
aplicaciones fitosanitarias, con el objetivo de romper estos ciclos de vida.
Realizar un manejo integrado que permita conservar o mantener las poblaciones
de los insectos benéficos como hongos fitopatógenos. Como prácticas de
manejo frente a lluvias intensas, realizar canales de drenaje y control de malezas
para evitar incremento en la humedad relativa del cultivo. El policultivo o
agrobiodiversidad dentro de un lote permite que se presenten insecto u hongos
benéficos que reducen la población de plagas. Manejar una adecuada densidad
de siembra, lo cual favorece condiciones de microclima en el cultivo. Manejo de
arvenses, para reducir plantas hospederas de insectos y patógenos. Sin
embargo se debe considerar mantener un cobertura vegetal sobre el suelo, para
evitar altas temperaturas sobre este bajo condición de sequía lo que favorece la
aceleración de ciclos biológicos de plagas.

La implementación de barreras vivas o cercas vivas, limita la entrada o dispersión


de nuevas plagas al cultivo.

2.7. Métodos para el estudio de los efectos del cambio climático sobre las
enfermedades de las plantas

Muchos métodos se describen para evaluar los efectos del ambiente en


enfermedades de las plantas, sin embargo, el estudio del cambio climático
impone algunas peculiaridades en el uso de estos métodos. Garrett et al. (2006)
presentó una revisión de los diferentes enfoques para el estudio de la materia,
teniendo en cuenta las diferentes escalas de interacción planta-patógeno, desde
microclima a clima global. Posteriormente, Garrett et al. (2011) desarrollaron un
esquema para el análisis de la complejidad de los impactos del cambio climático,
con base en un conjunto de preguntas para una determinada planta, patógeno,
combinación planta-patógeno y región geográfica. Según los autores, en la
práctica, puede ser necesario ampliar los modelos con la inclusión de nuevos
componentes, identificar los principales componentes o sintetizar dichos
modelos al nivel óptimo de complejidad a la planificación y priorización de la
investigación. Los registros de la ocurrencia de enfermedades de las plantas en
una determinada localidad o región, durante largos periodos de tiempo, se
pueden correlacionar con el cambio climático y se utilizan para la evaluación de
los impactos. Una ventaja es el uso de los datos observados y sin aparato
experimental, obtenido en grandes áreas cultivadas. Sin embargo, este enfoque
tiene varias limitaciones: hay pocos registros de datos históricos disponibles de
enfermedades; es difícil establecer la duración necesaria del plazo de tiempo
suficiente para garantizar un resultado de buena calidad; la fiabilidad de la
correlación se ve afectada por los efectos de otros factores en enfermedades,
como la variedad de planta, Libro de Resúmenes del 32 Congreso Argentino de
Fitopatología. 2014 fecha de siembra, fertilización, manejo de cultivos y otros.
Además, los efectos del ambiente sobre las interacciones planta-patógeno son
demasiado complejos para ser sintetizada en una ecuación de regresión simple
que implica un menor número de variables (Pritchard & Amthor, 2005). Los
resultados son difíciles de interpretar en términos de relación causa-efecto. Por
estas razones, hay pocos casos comprobados de plantas que han sido alteradas
por enfermedades del cambio climático. Métodos para el estudio de los efectos
del aumento o reducción de temperatura y precipitación fueron muy explorados
por la investigación en fitopatología, debido a la importancia de estas variables
para las enfermedades. Sin embargo, otras variables del ambiente han recibido
menos atención. Además de actuar como un gas de efecto invernadero,
provocando cambios en el clima global, el dióxido de carbono de la atmósfera
también puede causar impactos directos sobre agroecositemas. Experimentos
en OTC ("Open Top Chambers") y FACE ("Free Air Carbon Dioxide Enrichment")
se desarrollaron para crear las condiciones futuras de la atmósfera y permitir el
estudio de las interacciones del aumento de la concentración de CO2 y otras
variables ambientales (Ghini et al., 2011a). Además de la experimentación, el
modelaje ofrece grandes oportunidades para el estudio de los impactos del
cambio climático. Los modelos de desarrollo de enfermedades utilizados para
los sistemas de predicción pueden ser utilizados en estudios de simulación de la
distribución espacial y temporal de los escenarios climáticos futuros. Cada
técnica tiene sus ventajas y limitaciones, pero todos agregan información al
avance del conocimiento en el tema. Una combinación de enfoques es la forma
más efectiva para determinar las repercusiones del cambio climático. Estudios
interdisciplinarios y de largo plazo son de gran importancia para la obtención de
resultados fiables.
III. BIBLIOGRAFIA

 IPCC, 2007: Climate Change 2007: The Physical Science Basis.


Contribution of Working Group I to the Fourth Assessment Report of the
Intergovernmental Panel on Climate Change. S. Solomon, D. Qin, M. Manning,
Z. Chen, M. Marquis, K.B. Averyt, M. Tignor and H.L. Miller (eds.). Cambridge
University Press, Cambridge, United Kingdom and New York, NY, USA, 996 pp.

 Ghini R., Bettiol W. and Hamada E. 2011a. Diseases in tropical and


plantation crops as affected by climate changes: current knowledge and
perspectives. Plant Pathology 60:122-132.

 Garrett K. A., Nita M., Wolf E. D. D., Gomez 1. and Sparks A. H. 2009.
Plant pathogens as indicators of climate change. In: Letcher T (Ed.) Climate
change: observed impacts on planet Earth. Elsevier, p. 425-437.

 Garrett K. A., Forbes G. A., Savary S., Skelsey P., Sparks A. H., Valdivia
C., van Bruggen A. H. C., Willocquet L., Djurle A., Duveiller E., Eckersten H.,
Pande S., Vera Cruz C. and Yuen J. 2011. Complexity in climate-change impacts:
an analytical framework for effects mediated by plant disease. Plant Pathology
60:15-30.

 Pritchard 5. G. and Amthor J. 5. 2005. Crops and environmental change.


Binghamton: Food Products Press. 421p.

 Woods A. 2011. Is the health of British Columbia's forests being influenced


by climate change? If so, was this predictable? Canadian Journal of Plant
Pathology 33:117-126. Libro.
 Rosenweig, C., Inglesias, A., Yang, X.B., Epstein, P.R.. y Chivian, E. 2001
Climate change and extreme weather events: Implications for food
production, plant diseases, and pests. Global Change and Human Health
2:90-104.
 . Tronsmo, A.M. 1984 Predisposing effects of low temperature on
resistance to winter stress factors in grasses Phalaris arundinacea,
Fusarium nivale, Thyphula ishikariensis. Acta Agriculturæ Scandinavica
34:210-220.
 Saab, I.N. 1999 Involvement of the Cell Wall Responses to Water Deficit and Flooding.
Plant Responses to Environmental Stresses: From Phytohormones to Genome
Reorganization 413-430p.

 Mauch-Mani, B. y Mauch, F. 2005 The role of abscisic acid in plant-pathogen


interactions. Current Opinion in Plant Biol 8:409-414.

 Melotto, M., Underwood, W., Koczan, J., Nomura, K. y He, S.Y. 2006 Plant stomata
function in innate immunity against bacterial invasion. Cell 126:969–980.

 Mohr, P.G. y Cahill, D.M. 2003 Abscisic acid influences the susceptibility of Arabidopsis
thaliana to Pseudomonas syringae pv. Tomato and Peronospora parasitica. Functional
Plant Biology 30:461-469.

Вам также может понравиться