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CAPITULO SEXTO

DIMENSION POLITICA DE LA ESCATOLOGIA:


IDEOLOGIA, UTOPIA Y MESIANISMO

El punto de partida de toda reflexión en torno a esta problemá-


tica suele estar en dos cuestionamientos fundamentales: si acaso la es-
catología no es más que un mero discurso ideológico, o si, por otra
parte, no se establece como una simple utopía.

Estas preguntas deben entenderse en un contexto global, que es


el que les confiere su verdadero significado e importancia. Ellas no
constituyen formulaciones más o menos abstractas, sino más bien
cuestionamientos decisivos de cuya respuesta depende la consistencia
de la elaboración de una escatología en el día de hoy. No se trata de
preguntas de moda, surgidas recién ahora. Ellas tienen su historia, una
historia que resulta coextensiva al protagonismo creciente de un
pensar autonomizado que, paulatinamente, va descubriendo a la
realidad como historia, en un esfuerzo casi simultáneo por compren-
derla como tal. Son preguntas que se fraguan durante siglos y que hoy
recibimos como un legado cuyo significado no es uniforme.

En verdad, ideología y utopía no son conceptos unívocos sino que


se han utilizado para designar contenidos diversos. Ahora bien, en su
trayectoria y en la evolución de su significado algunos de estos
contenidos se han perfilado más que otros y han pasado a ser los
preponderantes -aunque no exclusivos- en el uso corriente. Por eso,
cuando hoy día se habla de ideología coexisten un significado peyora-
tivo y otro neutro. En el primer caso, se trata de un conjunto de ideas
erradas; en el segundo, simplemente de un conjunto de ideas. Con el
término de utopía sucede algo parecido. Suele usarse para designar
algo ilusorio o un ideal que tiene fuerza para motivar en el presente.
La respuesta que se dé, por lo tanto, a las preguntas mencionadas
dependerá del sentido que se les confiera a los conceptos de ideología
y utopía respectivamente.

De todos modos, es indudable que, en cuanto cuestionamiento de

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un pensar histórico a la elaboración de una escatología, el significado cia. Esta es la que tiene una prioridad explicativa sobre la conciencia.
de ideología encuentra su vértice en el planteo de Karl Marx. Por eso, Por eso mismo, es preciso "sospechar" de cualquier discurso explícito
al tratar este tema, nuestra atención se centrará en las ideas funda- de pensamiento, en cuanto que para descubrir sus contenidos reales
mentales de su planteo. es necesario referirlo al substrato socioeconómico que lo condiciona.
El concepto de ideología se sitúa, pues, en este horizonte de sospecha
1. Ideología, Utopía en el planteamiento de Marx sobre lo que los hombres piensan de sí mismos y del mundo.

El estudio del concepto de ideología en Marx comporta una tarea Para entender bien el concepto de ideología en Marx es preciso
de reconstitución de aquello que está expresado de modo disperso y todavía atender al significado que éste le atribuye a la praxis. Cuando
fragmentado a lo largo de su obra. En ésta no se encuentra ningún se habla de realidad histórica (Wirklichkeit), no se hace referencia a
tratamiento sistemático ni un intento por definir el concepto de algo objetivo y ya constituido, inmutable y exterior al sujeto. La
ideología. Este toma su punto de partida en el nexo que Marx realidad no es un objeto de contemplación, sino que es la praxis
establece entre la conciencia y la realidad histórica y concreta humana lo que constituye la realidad y es en este proceso de relación
(Wirklichkeit): la conciencia no es autónoma de las formas de existencia práxica con la realidad donde el hombre piensa, es decir, es allí donde
histórica concreta de los hombres, ni está sujeta al libre uso de sus él hace sus conceptos y representaciones de la misma. Toda forma de
voluntades. La realidad histórica no está absoluta e inmediatamente conciencia está ligada a una praxis y es en esa praxis donde se realiza
determinada por la voluntad humana, sino que necesariamente contiene la relación entre conciencia y realidad. La praxis del hombre, sin
elementos determinantes que se d an con independencia de la intención embargo, está a su vez condicionada históricamente. Son los límites
de los hombres. Esto también vale para lo que el hombre piensa. Lo que derivan de un determinado grado de desarrollo de la praxis en
que los hombres piensan, en una sociedad histórica concreta, está ne- cuanto al control alcanzado sobre la naturaleza y sobre las relaciones
cesariamente referido a la realidad de esa sociedad y se encuentra de- sociales. Es por esto que la realidad histórica, constituida como
terminado por ella. objetivación de la praxis, contiene un conjunto de contradicciones que
el hombre debe enfrentar y que lo determinan en su relación práctica
"No es la conciencia lo que determina la vida, sino que es la vida y en la toma de conciencia que hace de esa realidad.
la que determina la conciencia" -escribe Marx en La ideología alema-
na- y luego explica: "La conciencia no puede ser más que la existencia Pues bien, el concepto de ideología expresa las formas de con-
consciente y la existencia de los hombres es su proceso efectivo de ciencia que son manifestación y consecuencia de una realidad histórica
vida". Por eso, "son los hombres los que, al desarrollar su producción contradictoria. Por una parte, el pensamiento ideológico es el de una
material y sus relaciones materiales, modifican, junto con la existencia conciencia invertida, que constituye como sujeto lo que es objeto y
real, su pensamiento y los productos de su pensamiento' '. Esta idea viceversa. La ideología hace del hombre un producto; y a los productos
se especificará en categorías económicas: "el modo de producción de del hombre, sean éstos formas económico-sociales o ideas, los trans-
la vida material determina el carácter general de los procesos de la forma en productores. Así el hombre se convierte en un ser pasivo,
vida social, política y espiritual" 2. predeterminado por agentes que en realidad son sus productos. La
ideología es el tipo de toma de conciencia de la realidad que deshisto-
De esta manera queda establecido un nexo básico entre concien- riza al hombre, en la medida en que niega la praxis como proceso
cia y realidad histórica como condición social y económica de existen- constitutivo de la historia del ser humano. Esta ruptura con la praxis
implica que ésta se establece a espaldas de la conciencia, como praxis
1
Marx, K.; La ideología alemana. Montevideo, 1968. p.26. ciega que se orienta inevitablemente a una mera repetición de estruc-
turas contradictorias que están determinando la existencia concreta
'2 Marx, K.; Contribución a la crítica de la economia política. Medellín, 1968. p.3.
del hombre y su mismo pensar ideológico. Esta praxis ciega es

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creadora de fetiches, en cuanto que dota de personalidad y autonomía teoría general de este mundo, su compendio enciclopédico, su lógica
a lo que no es más que un producto del hombre. en forma popular, supoint-d'honneur espiritualizado, su entusiasmo,
su sanción moral, su complemento festivo, su fundamento general de
La correlación que Marx establece entre pensamiento o concien- consuelo y justificación. La religión es la realización fantástica del ser
cia ideológica y praxis ciega o fragmentaria muestra que la ideología humano, porque el ser humano no posee ningún ser verdadero. La
no es un fenómeno arbitrario o casual, o algo que se deba a una lucha contra la religión, por lo tanto, es indirectamente la lucha contra
perversión del pensamiento por sí mismo. La ideología tiene una base el mundo del cual la religión, es su aroma espiritual".
real y ésta consiste en un tipo de estructura social y en una praxis
determinada que le corresponde. En El Capital, Marx explicita la co- "La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y
rrespondencia que se establece entre ideología y estructura capitalista. la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la crea-
tura acosada, el ánimo de un mundo sin corazón, así como también
La religión y, más en concreto, la escatología como discurso el espíritu de una situación sin espíritu. Es el opio del pueblo".
religioso sobre la historia, constituye para el pensamiento marxiano
una forma paradigmática de pensar ideológico. La "sospecha" de Marx "La superación de la religión como la felicidad ilusoria del pueblo
no concierne sólo a la verdad (como Feuerbach), sino a la eficacia de es la exigencia de su verdadera felicidad. La exigencia de desechar las
la conciencia religiosa. En la introducción a Sobre la crítica de la fi- ilusiones sobre su situación es la exigencia de desechar una situación
losofia hegeliana del derecho 3 , el mismo Marx se encarga de explicitar que requiere de ilusiones. La crítica de la religión es entonces en su
en qué consiste su denuncia de la escato-logía como una ideo-logía: núcleo la crítica del valle de lágrimas cuya apariencia sagrada es la
religión".
"Para Alemania la crítica de la religión se encuentra en lo esencial
acabada, y la crítica de la religión es el presupuesto de toda crítica". "La crítica ha deshojado las flores imaginarias en la cadena, no
para que el hombre cargue con la cadena sin fantasías y consuelo, sino
"La existencia profana del error se encuentra comprometida para que arroje la cadena y coja las flores vivas. La crítica de la religión
luego que ha sido refutada su celestial Orado pro anis et focis. El desilusiona al hombre para que éste piense su realidad, actúe y
hombre, que buscaba en la fantástica realidad del cielo un superhombre transforme su realidad como un desilusionado que ha recuperado el
y sólo ha encontrado el reflejo de sí mismo, ya no se inclinará más a entendimiento, para que el hombre se mueva en torno a sí mismo y a
buscar solamente la apariencia de sí mismo para sólo encontrar al no- su verdadero sol. La religión es sólo el sol ilusorio que se mueve en
hombre, allí donde él busca y tiene que buscar su verdadera realidad". torno al hombre en la medida que éste no se mueva en torno a sí
mismo".
"El fundamento de la crítica irreligiosa es: el hombre hace la
religión, la religión no hace al hombre. En realidad, la religión es la "Por lo tanto es la tarea de la historia, luego que ha desaparecido
autoconciencia y el autosentimiento del hombre que todavía no se ha la verdad del más allá, establecer la verdad del más acá. Es en primer
conquistado y ya se ha perdido. El hombre, empero, no es ningún ser lugar tarea de la filosofía, que está al servicio de la historia, y una vez
abstracto acuclillado fuera del mundo. El hombre, es decir, cl mundo que ha sido desenmascarada la forma sacra de la autoalienación del
del hombre -el Estado, la sociedad-, produce la religión, una conciencia hombre, desenmascarar sus formas profanas. La crítica del cielo se
de mundo invertida, porque es un mundo invertido. La religión es la transforma así en la crítica de la tierra, la crítica de la religión en la
crítica del derecho, la crítica de la teología en la crítica de la política".
3
De este escrito no encontramos traducción castellana. Intentamos una propia
del original alemán: cfr. la edición de LANDSHUT, S., de Die Frühschriften , Stuttgart . Este planteamiento de Marx no sale de la nada ni constituye un
1968, pp. 207-209.
cuerpo extraño al interior del desarrollo del pensamiento moderno.

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Por el contrario, en la teoría marxiana de la ideología y en su crítica a referirse a ideales sino a la meta que él cree poder establecer en base
la religión y a la teología, se expresa un modo de pensar que es propio a un análisis científico (dialéctico-concreto) de la realidad. Científico
de la modernidad, donde el sujeto se plantea como criterio de toda y utópico se contraponen fundamentalmente como lo real a lo irreal.
verdad. Se trata de entender todo a partir del sujeto, que es el patrón La irrealidad del "socialismo utópico" consistiría en ser un mero ideal
y medio de verdad para cualquier proposición que se haga. Esto que se plantea como deber ser que permanece inmediado con lo que
implica que la razón se comporta de manera crítica y no simplemente actualmente es.
receptiva. La razón se descubre como facultad activa y práctica y no
meramente contemplativa, incluso con respecto a sí misma. Es decir, Lo notable en todo lo anterior es que la contraposición y la
se trata de tomar posición ante los propios condicionantes e intenta delimitación ante la utopía se hacen urgentes precisamente cuando se
superar los propios prejuicios. Ya en 1758 escribía Helvetius, en su trata de dar razón positiva de aquello que fundamenta la crítica al
escrito titulado De l'esprit, que "nuestras ideas son la consecuencia conocimiento ideológico, cuando se trata de fundar una instancia que
necesaria de las sociedades, en las que vivimos"; y un siglo antes, permita superar la ideología. ¿Por qué así? ¿Por qué esta necesidad de
Francis Bacon pretendía elaborar una "doctrina sobre la limpieza de tener que delimitarse ante la utopía?
la inteligencia para habilitarla a la verdad", con su Novum Organon.
La teoría del conocimiento ideológico planteado por Marx, al no
Ahora bien, la misma crítica a la ideología, llevada a cabo por esta ser mera crítica, sino también programa de superación de lo criticado,
razón que se especifica como facultad histórico-práctica y transfor- comporta una negación de negatividad (que en este caso se determina
madora de la realidad, confronta con el problema de la utopía. A esto como "conciencia invertida" o "falsa", ideología, explotación), la cual
nos referiremos a continuación. tiene que validarse doblemente como real. Este es el desafío que
encuentra todo pensamiento que no es pura sumisión ciega al objeto
La teoría del conocimiento ideológico en Marx no surge de una sino que tiene la pretensión de negar algo que de hecho es. El
posición de escepticismo ante la realidad, sino que dicha crítica es una fundamento de la negación tiene que validarse como algo más real que
negación determinada que se funda en un nuevo acceso que se abre a lo negado, que al menos tiene la apariencia de la realidad. Cuando se
la realidad. Ciertamente Marx no pretende reemplazar una ideología niega algo que se presenta con una objetividad de hecho y se pretende
por otra, sino que su crítica pretende superarla ideología, ya no quiere fundamentar tal negación como no arbitraria, se está urgido a establecer
ser más otra ideología, no representa una inversión sino a la misma una base que permita fundamentar esa negación. Marx la encuentra
realidad histórico-concreta (Wirklichkeit). Marx está convencido de en el sujeto: "La pregunta acerca de la realidad objetiva que le
que él ha encontrado el punto de partida para establecer un correcto, concierne al pensamiento humano no es una pregunta teórica sino
y ya no más invertido, acceso a la realidad (las tesis sobre Feuerbach práctica. En la praxis debe probar el hombre la verdad, i.e., la realidad
son al respecto meridianas). Ahora bien, este nuevo acceso a la y fuerza, la inmanencia de su pensamiento", dice Marx en su segunda
realidad se autodefine como "científico", en contraposición a "utópico". tesis sobre Feuerbach en La ideología alemana.
La disyuntiva entre socialismo utópico o científico, que constituye un
locus clasicus en la discusión del siglo pasado, tiene su fundamento en No se trata, sin embargo, de una especie de heroísmo subjetivo a
el mismo Marx, quien ya en La ideología alemana escribía: "El nivel epistemológico. La "sociedad sin clases" -o el "reino de la
comunismo no es para nosotros un estado que debe ser establecido, un libertad"- no se sustenta en una declaración de fe, sino que pretende
ideal según el cual se debe regir la realidad. Llamamos comunismo al referir a algo que, aunque todavía no se da objetivamente, se dará en
movimiento real (Wirkliche) que supera el estado actual'. Según lo el futuro. Ahora bien, ésta es precisamente la función del pensamiento
anterior, el "socialismo científico" es el que mira la realidad y descubre utópico. El principio de todas las utopías es la negación de algo que en
en ella sus tendencias, su movimiento real. Cuando Marx habla de el presente se denuncia como negativo, y esto en base a la postulación
"reino de la libertad, "sociedad sin clases" o "comunismo", no pretende de un estado que fue (mito del paraíso perdido) o que será presente

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y real. ¿No será por la cercanía intuida con un esquema de pensar 2. Escatología, ¿discurso ideológico del cristianismo, utopía?
utópico que Marx se ve obligado a delimitarse ante él mismo?
La referencia al recurso no confesado de Marx a una instancia
E. Bloch piensa que, de hecho, la teoría de la ideología de Marx transhistórica y utópica no ha tenido como propósito evadir de ma-
tiene su fundamento o principio utópico, ya que, a pesar de todos sus nera cómoda su crítica de la religión y de la teología como ideologías,
esfuerzos, no llega a ser convincente el que "su reino de la libertad" se sino conectar concreta e históricamente dos preguntas a las cuales
valide como real en base al mero análisis dialéctico de la situación queda confrontada la elaboración de una escatología que quiera
presente. atender a las coordenadas de inteligencia de la razón moderno-
contemporánea.
El recurso utópico de la crítica marxiana a la ideología es, a
nuestro parecer, bastante coherente con el rechazo permanente de ¿Es la escatología un mero discurso ideológico del cristianismo?
Marx a cualquier instancia trascendente, y al carácter a la vez crítico Pablo VI nos ofrece una pista inteligente de búsqueda y no se
y totalizante de su planteo. En ese horizonte y bajo esas coordena- conforma con una mera descalificación defensiva, cuando afirma: "La
das, cuando se habla de "reino de la libertad, "sociedad sin clases", fe cristiana se sitúa por encima y a veces en oposición a las ideologías,
etc., ciertamente se está pensando en una realidad inmanente e intra- en la medida en que reconoce a Dios, trascendente y creador, que
histórica que tiene que advenir. No es el postulado de un principio interpela a través de todos los niveles de lo creado al hombre como
cualitativo que sirve de fundamento a una crítica global, sino un futuro libertad responsable" (Igualdad y participación, 27). Esta respuesta es
cuantificable en el futuro. De todos modos -y esto se hace todavía más sumamente iluminadora; ella comporta una negación determinada, ya
patente si se tiene en cuenta la experiencia soviética- es evidente que, que explica el sentido de ideología, para luego decir que el cristianismo
en la práctica, se hace recurso a una instancia transhistórica. Es cierto no es eso. Además, no es una respuesta absoluta, sino relativa a la
que algunos marxistas siguen pensando que la instauración del "reino responsabilidad de los creyentes: el cristianismo no es ideología "en la
de la libertad" es sólo asunto de tiempo; sin embargo, hay otros, como medida en que" se atiene a ciertas condiciones. No se afirma, pues, el
el mismo E. Bloch, que han terminado por reconocer que la meta del carácter supra o antiideológico del cristianismo como algo automático,
" movimiento de la realidad" que cree desentrañar Marx comporta un sino como una característica que está supeditada a un reconocimiento
recurso trascendente. Para éstos, el marxismo no deja de ser por ello de Dios trascendente y creador.
algo científico. Por el contrario, ven en el carácter transhistórico de la
"sociedad sin clases" una instancia que permite volver de manera La negación condicionada del carácter ideológico del cristianismo
renovadamente crítica sobre las situaciones históricas concretas y significa, lógicamente, que, "en la medida en que" no se cumpla tal
evitar así el tecnocratismo acrítico o la simple demagogia. condición, es decir, el reconocimiento de Dios trascendente y creador,
el cristianismo asume el carácter de ideología. K. Lehmann ha
Lo no científico de Marx estaría en no haber caído en la cuenta
considerado el problema de las ideologías teniendo presentes los
de su recurso a la trascendencia como transhistoria. En esta crítica se
condicionamientos concretos en que se desarrolla la vida de la Iglesia.
han encontrado marxistas que confiesan la imposibilidad de ser
En esta perspectiva anota varios "fundamentos para malentender el
marxistas (L. Kolakowski) y cristianos que buscan en el marxismo una
cristianismo como una ideología" 5
especificidad en su quehacer y compromiso 4.
histórico que no logran
precisar como quisieran a partir de su fe Esto es bien sintomático de
a) Un fundamento de tipo histórico-cultural (geistesgeschichtlich),
la debilidad y, a la vez, de la fuerza de la intuición de Marx.
4 5
Esta coyuntura. en la que se encuentran actualmente grupos cristianos en LEHMANN, K.. Die Herausforderung del Kirche durch die Ideologien. En:
América Latina, es muy bien descrita por CASTILLO, F. Iglesia liberadora }política. Handbuch del Pastoraltheologie II/2, Friburgo, 1966. pp. 148-180. Cfr sobre este punto
Santiago, 1986. Cfr especialmente pp. 100-106. concreto, 150-155.

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a saber, el rechazo de la sociedad moderna de cualquier me- La "diferencia principal" entre cristianismo e ideología reside
tafísica y su tendencia relativizante que se ha acentuado bajo el positivamente en una afirmación doble de Dios como trascendente y
predominio de las ciencias empíricas. creador.

b) Un uso abusivo del cristianismo como instancia consolidadora Consideremos el primer respecto: el cristianismo no es ideoló-
del "ancien regime". Este uso restaurativo del cristianismo no gico, en la medida en que reconoce a Dios trascendente. AI afirmarse
sólo será un asunto del siglo pasado, sino algo que se da siempre esto se invierte la argumentación que encontrábamos en Marx, el cual
que el cristianismo se convierte en "ideología de justificación de veía en el recurso a la trascendencia la raíz de la conciencia ideológica.
la sociedad capitalista y de un orden reaccionario policial". Aquí es al revés: es precisamente la afirmación de Dios trascendente
lo que evita la ideología. ¿Cómo se explica esta inversión? La razón la
c) La utilización y el recurso que se hace en la Iglesia al "derecho encontramos en una recepción crítica de la crítica marxiana, que
natural" como categoría que sanciona y absolutiza lo que en encuentra un paradigma en el planteo de K. Rahner 6 : "El cristianismo
realidad no es más que orden de una situación histórica determi- no puede constituir una ideología por las razones siguientes: porque
nada (el lugar de la mujer, por ejemplo). la experiencia de la trascendencia -en cuanto que nos introduce en el
misterio sagrado y absoluto, que no puede ser ya abarcado, sino que
d) La tendencia a la autoglorificación de Ias estructuras eclesiales, abarca a todo lo demás- trasciende en su necesidad trascendental a
actitud que se percibe en algunas eclesiologías, que, por este oda ideología en cuanto que ésta absolutiza una región determinada
mismo hecho, constituyen más bien una suerte de "jerarcologías". le la experiencia intramundana; porque el cristianismo en su realidad
intrínseca se identifica además de modo adecuado con la experiencia
e) Las teorías sacramentarias y eclesiológicas -que lindan en una trascendental (en la medida que ésta no sea recortada) y representa en
valoración casi mágica de los sacramentos y de la intuición su doctrina la recta interpretación de la experiencia trascendental tal
eclesial- y la seudomística que hace equivalente, la voluntad de como ésta se verifica realmente en su propia esencia íntegra".
Dios con las exigencias de la autoridad concreta.
La argumentación de Rahner no sólo explicita la validez de un
f) La actitud retrógrada de la Iglesia ante los avances científicos, la recurso a la trascendencia por el hecho de que ésta responde a una
actitud ingenua y acrítica ante las propias instituciones y una falsa experiencia de la realidad, sino que además critica indirectamente la
apologética que, más que responder a Ias preguntas, se esfuerza crítica de Marx, en cuanto ella comporta un recurso global y totalizante
por invalidar a quien las hace. a la realidad histórica (Wirklichkeit), en el intento de interpretarla
adecuadamente en su integridad, pero sin reconocer su dimensión
Así, pues, a juicio de K. Lehmann es preciso reconocer :rascendental. Ahora bien, toda teoría totalizante, como sería la de
concretamente que no siempre se ha cumplido ese "en la medida que" Marx, si no reconoce dicha dimensión trascendental de la realidad, no
del que habla Pablo VI y que, de hecho, el cristianismo se ha reconoce sus propios límites y consecuentemente, absolutiza un
desfigurado en Ia vida concreta como ideología. La posibilidad de ser aspecto parcial y relativo de la realidad, transformándose así ella
ideológico se ha materializado. Sin embargo, esto no suprime una nisma en ideología.
"diferencia principal", como anota el mismo Lehmann y a la cual se
refiere de modo positivo Pablo VI. El cristianismo, "en la medida que El planteo de Rahner ciertamente toca en la llaga la crítica
reconoce a Dios trascendente y creador, que interpela a través de narxiana, y no es sino otra manera de expresar el límite que quedaba
todos los niveles de lo creado al hombre como libertad responsable", señalado cuando hablamos del fundamento utópico de dicha crítica.
en esa medida comporta una negación de la ideología y "se sitúa por 6
encima y a veces en oposición a las ideología". RAHNER. K.. Ideología y Cristianismo. Concilium I (6): 42-62, 1965.

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Sin embargo, creemos que es parcial, en la medida que no logra entre el Sujeto Absoluto y el sujeto hum ano. Como diría Von Balthasar,
diferenciar en la negación de la trascendencia de Marx lo que consti- no se puede partir del Tú como sujeto unívoco, sino que es preciso ir
tuye su motor y razón específica. Para Marx el recurso a la trascenden- del tú al Tú. Pues bien, la realidad experimentada como historia, es
cia es falso e ideológico no tanto por sí mismo, sino porque es un decir, en cuanto objeto del sujeto hombre, se hace concreta como
recurso ineficaz, porque impide que el hombre se asuma como sujeto presente. El presente es la historia al alcance de la propia libertad. De
histórico-práctico que es, impide hacer uso efectivo y eficaz de la esto deriva una permanente y renovada tarea de interpretación
libertad para superar los límites que la coartan. teológica, como discernimiento del presente histórico. Esta es la tarea
que el Concilio Vaticano II asume cuando afirma que a la Iglesia le
Pablo VI, en Igualdad y Participación, no se contenta, de hecho, concierne "escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos
con reafirmar la realidad de la dimensión trascendente, sino que a la luz del Evangelio" (Gaudium et Spes 4).
parece hacerse eco del cuestionamiento más específico marxiano, al
recordar que el cristianismo no sólo reconoce a Dios como ser La segunda tarea es de tipo constructivo más que interpretativo.
"trascendente" sino también como "creador". Con ello, a nuestro pa- Se trata de fundamentar, ubicar y mediar una praxis política coherente
recer, se establece un retorno a la inmanencia histórico-concreta, con ese reconocimiento de "Dios trascendente y creador, que interpela
como bien lo señala la frase explicativa inmediata: "interpela a través a través de todos los niveles de lo creado al hombre como libertad
de todos los niveles de lo creado al hombre como libertad responsable". responsable". Este es uno de los desafíos más urgentes y complejos de
la hora actual. El Concilio Vaticano II ha dado algunas indicaciones
Esta exégesis del texto magisterial es corroborada por la expre- (Gaudium et Spes, N°73-76). Igualdad y participación, por su parte, se
sión que se utiliza más adelante -en el número 29- cuando se habla de plantea también explícitamente el problema de la "significación cristiana
"la trascendencia concreta del cristianismo". En esta feliz fórmula de de la política". Este documento -que, en esta década, ha sido llamado
Pablo VI se resume y compendia lo que debe constituir el principio de "la carta magna del compromiso político de los cristianos"' -, junto con
una respuesta a la sospecha de ideología que la cultura moderna ha mostrar lo ineludible del desafío que representa la acción política
formulado en Marx sobre el cristianismo: el testimonio teórico- (N°48), señala que no se trata de imponer un modelo político determi-
práctico de los cristianos de un "Dios trascendente y creador" a la vez, nado o de transformar el cristianismo en una ideología de compro-
que interpela a la libertad del hombre a través de todos los niveles de miso político específico, pero que, sin embargo, éste es indispensable.
la creación.
¿De qué se trata, entonces?
En la búsqueda anterior se perfilan, a nuestro parecer, dos tareas
fundamentales a nivel teórico. Ambas son tan complejas como Lo cierto es que las orientaciones positivas del magisterio no
insoslayables. Las reseñamos breve y suscintamente. pueden ser consideradas como una respuesta acabada a esta pregunta.
Mucho menos el discurso que, en su pretensión de ser "religioso", se
La primera tarea es interpretativa y se articula de la siguiente proclama apolítico. Esto constituye, por decir lo menos, una ingenuidad.
manera: la realidad experimentada como objeto de la realidad humana, Tampoco los resultados a los que llega la teología política son convin-
tal como lo hace el hombre moderno, es lo que especifica el contenido centes. La teología de la liberación, por su parte, más que resolver la
de la historia. Libertad e historia son términos correlativos inseparables. pregunta, la hace más apremiante.
Por esto mismo, los ensayos de teología de la historia, que, sin más
trámites y de partida, refieren la historia como un sujeto diverso al Ciertamente, no se trata de una mera cuestión de lucidez teórica,
hombre -a Dios-, no sólo resultan difícilmente comprensibles, sino
que además aparecen con el peligro cierto de constituir discursos de Cfr LORENZETT I, L., Política. En: Diccionario teológico interdisciplinar!!!,
corte ideologizante, si es que no median -y de un modo convincente- Salamanca, 1982. pp. 849 ss.

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sino que es algo que repercute en la vida de las comunidades cristianas. parece que "expresan una problemática latente" 9 que un antropólogo
La experiencia de cristianos -clérigos o laicos- insertos en medios de renombre resume en la tesis siguiente: "Los pueblos sometidos,
populares ha podido captar cómo el compromiso político se constituye cuyas culturas y creencias han sido destruidas por la conquista de
no pocas veces en el umbral de la apostasía para muchos creyentes. invasores, tienen la tendencia a transformar su nostalgia en un pasado
Aquí sólo planteamos la pregunta sin siquiera explicitar toda la feliz en sueños dinámicos orientados hacia un futuro que les restituirá
complejidad que encierra. No se ve, sin embargo, que se pueda dar su primer esplendor y confundirá a sus enemigos" 10
razón de la esperanza cristiana sin abocarse y responder a dicha
pregunta. A nuestro parecer, este no es un problema intemporal de la Muchos son los trabajos que en el último tiempo se han escrito
11.
moral cristiana, sino una piedra de tope de un cristianismo que quiera sobre este fenómeno Una reciente novela de Mario Vargas Llosa,
positivamente validarse como conciencia real ante la experiencia que posiblemente la mejor, "La guerra del fin del mundo", narra precisa-
el hombre hace de la realidad como historia a través de la cual "Dios, mente uno de estos fenómenos. Se trata pues de un tema que tiene
trascendente y creador... interpela... al hombre como libertad una vigencia cultural muy amplia, que no sólo "suscita una verdadera
responsable". pregunta a la escatología cristiana" 12 sino que interesa a etnólogos,
sociólogos, politólogos y que debería concentrar más la atención de
Retomemos, por último, la segunda pregunta inicial de este los estudiosos de la religiosidad popular.
párrafo. ¿Es la escatología algo más que una utopía? De acuerdo al
uso más bien positivo que tiene actualmente este término 8 podría ¿Qué se entiende por mesianismo? ¿Qué hace que un determina-
pensarse que basta una respuesta positiva. Si así es, en todo caso debe do fenómeno se califique como mesiánico? Desde el punto de vista
dejarse constancia de que la esperanza cristiana no se apoya en la sociológico se nos da la pauta siguiente: "Tres elementos indispensa-
mera postulación de un futuro transhistórico desvinculado de esta bles forman la base de todo movimiento mesiánico y lo hacen espe-
historia, sino que tiene la pretensión de ser sentido de esta historia, el cífico: una colectividad descontenta y oprimida, la esperanza en la
cual -según las palabras de Gaudium et Spes 39 - "no debe amortiguar, venida de un emisario divino, que debe enderezar los entuertos que
sino más bien avivar, la preocupación de perfeccionar esta tierra, aquélla sufre, y la creencia en un paraíso al mismo tiempo sagrado y
donde crece el cuerpo de la nueva familia humana, el cual puede de profano" 13 . María Isaura Pereira de Queiroz aclara además que dicho
alguna manera anticipar un vislumbre del siglo nuevo". emisario divino "tendrá por función instaurar en el mundo la sociedad

3. La Esperanza Cristiana y el Mesianismo


9
LIBANIO, J.B., BINGEMER, M.C., Escatología cristiana, Ed. Paulinas,
¿Significa lo anterior que la esperanza cristiana se determina y Buenos Aires, 1985. p. 53.
especifica como una instancia mesiánica? En América Latina los
10 METRAUX, A., Les Messies de l'Amerique du Sud. Archives de sociologie des
mesianismos no son fenómenos de un pasado remoto. Aun más, religions, 1957, N° 4, p. 108.
11 "Cuya explicación diferirá según la aproximación que se haga. Así por ejemplo,
LAFAYE, J., anota en Mesías, cruzadas, u topías. El judeocristianismo en las socieda-
des ibéricas, México, 1964. p. 8: "Los componentes sintéticos de la conciencia religiosa
8 CfrLa esperanza en el presente de América Latina. Ponencias presentadas al II en la península ibérica (cristianismo, judaísmo, islamismo) han dado su talante origi-
Encuentro de Científicos Sociales y Teólogos sobre el terna "El discernimiento de las nal al catolicismo latinoamericano", yen ello ve una raíz de los movimientos mesiánicos
Utopías", Costa Rica, 11-16 de Julio de 1983, San José, 1983. Para una consideración en América del Sur".
global del problema teológico de la utopía, nos permitimos remitir al planteo de 12
TILLICH, P., que no ha perdido vigencia ni actualidad; Cfr Ia reseña que hacemos del Como anota LIBANIO, J.B., cfr nota 43.
mismo en Interpretación teológica del presente. Introducción al pensamiento de P. 13
PEREIRA DE QUEIROZ, M.I., Historia y etnología de los movimientos me-
Tillich, Santiago, 1976, pp. 115-149. siánicos, México, 1969, p. 22.

116 117
perfecta" 14 . Según esta perspectiva se trata pues, de un movimiento saber, que la esperanza mesiánica haya jugado un papel determinan-
que busca "llegar a la solución de un problema sociopolítico o te en el Antiguo Testamento. Wellhausen y sus seguidores reducen
socioeconómico". No se excluye la dimensión religiosa del fenómeno. el mesianismo veterotestamentario a un tipo de fenómeno postexílico
La creencia en un paraíso y la esperanza en la venida de un mesías, son y secundario.
necesarias para que se produzca el mesianismo. Sin embargo, al
menos en la obra referida, como bien anota Roger Bastide en el La crítica de Wellhausen será refutada por Hermann Gunkel y
prefacio a la misma: "El único punto que quizá quedaría por tratar, Hugo Gressmann. Gunkel afirma en Creación y Caos que el mesianis-
porque la autora se situó más en el terreno sociológico que en el mo es un fenómeno muy antiguo en Israel, el cual, sin embargo, no
sagrado, sería el aspecto religioso del mesianismo y su enlace con la constituye una originalidad de este pueblo, sino que es algo que de-
sociología que la obra nos da" 15 pende del influjo de otros pueblos. H. Gressmann en su obra Origen
de la escatología israelita desarrolla las ideas de Gunkel. Para Gress-
Desde el punto de vista teológico el mesianismo se especifica mann el mesianismo se debe entender en el contexto más amplio de
como un problema exegético y cristológico. Al respecto valga la pena la escatología veterotestamentaria. A su juicio ya aparece en los mitos
recordar algunos datos. El a priori fundamental de la teología está más primitivos en Israel, así como en los de los demás pueblos del
contenido en la afirmación Jesús es el Cristo. Es preciso tener Medio Oriente, y no es una invención del profetismo. Distingue varios
presente que la palabra griega chtistós es la que traduce el término tipos de mesianismos y entre un mesías político, profético y apoca-
hebreo mashiah que significa ungido, y que por lo tanto dicha líptico. Estas distinciones introducidas por Gressmann en 1905 son
afirmación es equivalente a decir Jesús es el Mesías. Por lo anterior determinantes para toda la discusión posterior.
resulta que el tema del mesianismo desde el punto de vista teológico
obliga a confrontarse con el supuesto fundamental de la misma El debate en torno al mesianismo recibe un nuevo impulso con
teología. Jesús es el Mesías es una afirmación de fe que condiciona un los aportes de la escuela escandinava, especialmente con Sigmund
i mperativo básico para el quehacer teológico. Mowinckel y, en el campo católico, con A. Gelin y J. Coppens, como
hemos visto en páginas anteriores 16.
Para la apologética teológica vigente hasta hace poco, el proble-
ma del mesianismo consistía en probar que Jesús es realmente el Las consideraciones realizadas sobre el mesianismo en el Anti-
Mesías anunciado por el Antiguo Testamento. Este enfoque tiene una guo Testamento nos permiten extraer la siguiente conclusión básica:
larga historia en la teología y hasta el siglo pasado era el único bajo el Mesianismo en el Antiguo Testamento no designa un fenómeno de
cual se trataba este asunto. El que inaugura tal consideración es el significación unívoca, sino que junto a un mesianismo en sentido
mismo autor del Evangelio de Mateo. Para éste se trata de demostrar propio, el real, monárquico o davídico, es decir, junto a la esperanza
que en Jesús se cumplen ias Escrituras. Jesús es el Mesías anunciado en un descendiente de la casa de David que restituirá el poder
en el Antiguo Testamento. Este carácter demostrativo es un rasgo preexílico de Israel, se encuentran una serie de elementos heterogé-
típico de la cristología mateana como lo han dejado muy en claro los neos, de corrientes diversas que suelen considerarse como mesiánicas.
estudios redaccionales de este evangelio. Pues bien, el procedimiento
matean tendrá amplio eco a lo largo de los siglos. Recién J. Wellhausen En los escritos neotestamentarios -con la excepción de Jn 1,41 y
y la llamada "escuela crítica" lo pondrán en tela de juicio. La crítica no
se refiere al procedimiento mismo, sino a uno de los presupuestos, a 16
Ver capítulo Segundo. Cfr RIGAUX. B., L'Etude du Messianisme Problèmes
et méthodes. En: CERFAUX. L. y otros, L'attente du Messie, Brujas. 1958. pp. 15-30.
14
Ibid., p. 21. Para una visión de la investigación más reciente ver CAZELLES. H., El Mesías de la
Biblia, Barcelona. 1981. y del mismo COPPENS. J., Règne de Dieu I. Ancicn Testament.
15 Ibid., p. 11. Supplement au Dictionnaire de la Bible (54): 1-58, 1981.

118 119
4,25 donde aparece transcrito el término arameo- se utiliza la palabra sobre el pudor de Jesús con respecto a la proclamación y divulgación
christós para referirse a mesías. Esto no constituye una originalidad de de su mesianidad. W. Bousset explicará este hecho, constatable en los
los escritos neotestamentarios. Lo que sí lo es, es el uso que la Sinópticos y sobre todo en Marcos, simplemente por el hecho de que
comunidad cristiana hace del término christós que se transforma en un Jesús no se consideró mesías y que el supuesto secreto no sería más
nombre propio de Jesús. La equivalencia entre Jesús y Cristo se que una invención de la primera comunidad cristiana para entender la
establece como objeto central de la confesión misma de fe, y desde incredulidad de los contemporáneos de Jesús. Esta opinión que será
entonces el adjetivo cristiano se hace el calificativo del seguidor de compartida por otros exegetas protestantes causará obviamente un
Jesús. gran revuelo. En el campo católico se terminará por aceptar el
cuestionamiento planteado por Wrede y Bousset. Se aceptará la
Con respecto al tema del mesianismo en el Nuevo Testamento constatación de una parsimonia mesiánica por parte de Jesús, pero se
nos limitamos a recordar dos tópicos clásicos que sirven para ilustrar propone una nueva interpretación que sirve para corroborar la apoli-
el enfoque específico bajo el cual se debate este problema. La primera ticidad del mesianismo de Jesús. Este habría sido parco en autodeno-
cuestión es la de la conciencia mesiánica de Jesús. La pregunta que se minarse a aceptar el título de mesías para evitar el mal entendido de
debate bajo esta formulación es la siguiente: ¿Se consideró Jesús el un mesianismo político que era el común de las aspiraciones de los
Mesías? La respuesta más antigua es una afirmación taxativa. En ella contemporáneos de Jesús.
se supone un sentido unívoco del título de mesías, el cual sería además
probativo de la divinidad de Jesús. Más recientemente las respuestas Tenemos pues que tanto en la consideración del problema de la
se tornan más matizadas en la medida que se atiene a los nuevos datos conciencia mesiánica de Jesús como en la discusión suscitada por el
aportados por la investigación exegética que invalidan una respuesta llamado "secreto mesiánico" se manifiesta una constante interpretativa:
tan expeditiva como la de la apologética. Se tiene presente que en el la propensión a espiritualizar el testimonio mesiánico en cuanto se
Antiguo Testamento se dan diversos tipos de mesianismos y que se niega su politicidad y así se asegura el carácter trascendente y divino
puede hablar de mesianismo en sentido propio sólo cuando se trata del mismo. De esta manera se establece una correlación entre la
del mesianismo davídico o real. Además se tiene en cuenta la expec- negación del carácter político del mesianismo de Jesús y un interés
tación mesiánica que prevalecía en el tiempo de Jesús, según la cual el apologético y dogmático determinado. La negación del carácter
mesías es una figura que cumple su misión en un plan puramente político sirve para poner de manifiesto el carácter divino del mesia-
terrestre y como inaugurador del fin de los tiempos (opinión más nismo de Jesús.
antigua) o como iniciador de un período intermedio (tradición más
reciente). La obra del mesías, pues, para los contemporáneos de Jesús La vigencia de la última tendencia, que ha imposibilitado una
es la de un rey de Israel que, ya sea violenta o pacíficamente, consideración positiva de la dimensión política del mesianismo de
restaurará su poder político. Teniendo presentes todos los datos Jesús, parece haberse sellado con la institucionalización del cristianis-
anteriores, la respuesta queda condicionada. Jesús se habría conside- mo. En realidad, desde el momento que la confesión de fe cristiana,
rado mesías no en el sentido político sino en cuanto este título es de que el ser cristiano comporta insertarse en una cristiandad, la que
carácter trascendente y divino. El motivo de esta distinción es claro: se instaura Constantino y racionaliza Agustín por primera vez, la apoliticidad
trata de mostrar el carácter divino de Jesús. También es claro que de cumple una función de consolidación de un sistema político estable-
este modo se espiritualiza el significado de mesías, se cae en una cido. De esta manera se separa definitivamente el ser cristiano del ser
especie de monofisismo mesiánico. mesiánico. El mesianismo se transforma en una instancia heterodoxa
porque cuestiona la solidez de un sistema que se autodefine como
Un segundo problema clásico de la discusión en torno al mesia- cristiano. Mesiánico adquiere un sentido peyorativo de fanático porque
nismo en el Nuevo Testamento lo constituye el llamado "secreto representa un cuestionamiento indebido del orden establecido. Se
mesiánico''. Con este nombre se designa lo constatado por W. Wrede recurre a una separación del principio entre lo religioso y lo político

120 121
para invalidar todo cuestionamiento religioso del orden político Cuando la Iglesia se funde con la sociedad, la esperanza mesiánica se
establecido, pero al mismo tiempo se establece una relación implícita pone de cimiento de la sociedad para absolutizarla. Efecto idéntico
de consolidación de lo religioso con respecto a lo político que niega y tiene lugar en las sociedades revolucionarias cuando el `partido'
es contradictoria con la separación postulada entre ambos órdenes. revolucionario se afirma en el poder como cumplimiento y manantial
único de la realización perfecta de `la revolución'. Esta es la razón de
Los límites del enfoque teológico que ha predominado con la semejanza, que se ha puesto de relieve a menudo, entre los
respecto al fenómeno del mesianismo se han hecho evidentes. Se ha constantinianos católicos y marxistas. Por otra parte, cuando la Iglesia
hecho evidente el interés político conservador de su pretendida declara que su esperanza futura es puramente de `otro mundo' -por
apoliticidad: "La afirmación de principio de que `la Iglesia no tiene la tanto sin trascendencia para la sociedad-, abdica de su función crítica
función de hacer política, sino la de predicar el Evangelio', de donde frente a la sociedad. Con esto refuerza el statu quo o exorciza la
querría deducir la obligada apoliticidad o neutralidad de la Iglesia, no sociedad... La Iglesia no mantiene su función específica frente a la
encuentra motivación teórica. Sea de ello lo que fuere, el `no hacer sociedad definiéndose como un `pueblo separado', con una esperanza
política' de la Iglesia asume ya un relieve concretamente político, ajena a la exigencia que le imponen la sociedad y la creación, ni
porque fatalmente y por encima de todas las intenciones se traduce en deshaciéndose en bendiciones... del statu quo político. Hay que decir
un apoyo acrítico a la ordenación existente y esto significa hacer que la Iglesia mantiene el horizonte mesiánico en su verdadera
política" 17 . Se trata además, de asumir positivamente la dimensión relación con la sociedad, colocándose a una distancia crítica de toda
política que conlleva el mesianismo cristiano. En esta perspectiva los sociedad para actuar como filo profético, constantemente agudi-
fenómenos mesiánicos que se han dado a lo largo de la historia no se zado, de la sociedad misma, que mantiene la tensión entre las obras
consideran como meras herejías de una auténtica escatología cristiana, humanas y la exigencia de Dios" 19
sino como cuestionamientos del orden político implicitamente apoyado
por la institucionalidad religiosa vigente. Se parte del hecho de que Tenemos pues que el tema del mesianismo le plantea hoy a la
"los mesianismos judío y cristiano no cortaron esta relación entre teología la necesidad de elaborar una escatología que reflexione y
religión y política" 1sinoquela8trp ógicmen.Dst asuma críticamente su insoslayable dimensión política. Un reciente
modo, el problema del mesianismo se replantea bajo un nuevo estudio, que intenta una "reinterpretación" del mesianismo cristiano,
requerimiento de criticidad. muestra muy bien lo imprescindible que resulta abandonar el cómodo,
pero sospechoso, estrechamiento de una interpretación meramente
Valga la pena citar un ejemplo de tal replanteamiento: "Yo diría espiritualista y a la vez la complejidad de integrar adecuadamente la
que el horizonte mesiánico se entiende adecuadamente en relación auténtica dimensión política del mesianismo cristiano 20.
con la sociedad cuando ni se funde con ésta ni se le opone sencillamente,
sino que se mantiene en una tensión constante entre el horizonte La escatología se presenta como el terreno propio donde se debe
próximo de las posibilidades del hombre y el horizonte último de la llevar a cabo una reflexión teológica que asuma el tema político "como
posibilidad de Dios. Este es también el sentido de la distinción entre dimensión interna de su misma constitución" 21 . En el contexto de una
Iglesia y sociedad, que no deben fundirse en cristiandad ni tampoco reflexión moderna y contemporánea, para la cual la política implica
distanciarse como Iglesia `de otro mundo' que exorciza al `mundo'.
19
Ibid., pp. 133-134.
17 20
Cfr DUQUOC, C., Mesianismo de Jesús y discreción de Dios. Ensayo sobre los
LORENZE TT I, L., Política. En: Diccionario Teológico Interdisciplinar III,
Salamanca, 1982. p. 849. límites de la cristología, Madrid, 1985. pp. 117-164.
18 21
PERONE, U., Política y Teología. En: Diccionario Teológico Interdisciplinar
RUETHER, R.R., Horizonte mesiánico de la Iglesia y de la sociedad. Conci-
lium IX (81): 131, 1973. III, Salamanca, 1982, p. 866.

122 123
una dimensión englobante de las relaciones sociales, no sólo resulta
intolerable el postular una escatología como negación indistinta de lo
político, sino también una mediación meramente externa entre teología
y política, es decir, aquella que se contenta con un mero juicio moral
de compatibilidad o no entre el evangelio y una determinada ideología
política. El problema es mucho más radical y complejo.

No se ve cómo una escatología podría dar "razón de su esperanza"


al hombre contemporáneo y miembro de una sociedad post-ilustrada
sin confrontarse con la inevitable inmanencia política no sólo pasiva
sino activa que implica confesar a Jesucristo como "nuestra esperanza"
(1 Tim 1,1).

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