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él, Castillo muestra que es uno de' los

directores mexicanos que más idea tiene


teatro de lo que es el teatro, idea que se ha
visto concretada en varias obras que ha
montado y que siguen una evolución
el verano de clara. Con el Cementerio de automóviles
sorprende a los espectadores; en ,Así que
julio castillo pasen cinco años demostró imaginación
y recursos muy variados, en Los asesinos
ciegos de Mendoza, desplegó toda una
Por M argo Glantz serie de gags ya tradicionales tanto en
las tiras cómicas, como en las caricatu-
ras, o en las obras de teatro de los di-
rectores que lo habían precedido. En
Asistir a la representación de una obra Zamora, Historia del Teatro Contempo-
Los asesinos ciegos recordaba a Héctor
llamada El verano, de un autor casi ráneo, tomo 1, Barcelona, 1961, p. 324.)
Mendoza, a Juan José Gurrola; pero en
desconocido en el repertorio internacio- El verano es una obra perdida en la
retrospeciva, esta puesta demuestra una
nal, Romain Weingarten, en el teatro inmensa bibliografía de los ya mencio-
asimilación de valores culturales que
El Granero, y bajo la dirección de Julio nados precursores del hoy trasnochado
aunque ya son clisé de la sociedad con-
Castillo se vuelve una aventura, porque teatro de vanguardia. Los textos en que
temporánea, 'son ante todo parte de una
Castillo nos permite ver una representa- el lenguaje, el humor negro, las reflexio-
visión profunda, personal, que Castillo
ción en la que el texto, literariamente ne5 sobre la muerte, sobre la falta de
ha logrado expresar en sus puestas dra-
hablando, es apenas pretexto para de- sentido de la vida humana, se unen al
máticas.
mostrar la teatralidad. Y aquí nos ha- lirismo tradicional del periodo que va
cemos eco de Grotowski cuando éste de los años 20 a los 40, y los recursos Pero lo que más importa es que esa
preconiza la necesidad de que el direc- típicos que puso en circulación el surrea- visión personal recrea un mundo muy
tor utilice sólo aquellos textos que pue- lismo: la atmósfera sexual de un incesto, mexicano, anclado en lo popular y que
dan plantearle un desafío. La a~irmación los juegos entre racionales e irracionales se nos manifiesta, no intelectualizado,
es más válida aún si se advIerte que de la muerte en vida y la locura, juegos sino como saliendo de sí mismo, en per-
toda obra es teatral, siempre y cuando que aparecen de manera semejante, aun- fecta espontaneidad. Los ademanes al-
el director sepa hacerla teatral; adver- que con otro contexto, en Así que pasen bureros de Adrián Ramos se nos dan en
timos también que el texto literario puro cinco años de García Larca, otro autor el momento justo y sin que se abuse de
apenas si puede servir para un análisis que también sedujo a Julio Castillo. ellos. La aparición de los amantes en
crítico o para insertarlo dentro de los Así, Castillo rescata un material que silueta se produce en el momento opor-
límites banales de una historia del tea- aparentemente es de desecho; apoyado tuno para excitar a los jóvenes y a los
tro contemporáneo, si la obra no se tea- en una espontaneidad y en un conoci- gatos, los valses mórbidos de un salterio
traliza. Afirmaciones ambas que recalcan miento muy libre, pero a la vez muy cristalino se enmarcan en la escenografía
a su vez otra aseveración d,e Grotowski: completo, de la tradición cómica mexi- fin de siecle porfiriana, con nostalgia,
el teatro puede existir hasta sin el texto cana, sobre todo la de las carpas, logra pero a la vez con alegría y de repente,
literario. darnos una obra que nos llega, no por sin reiteración, suena un bolero o una
Quizás parezca ir demasiado lejos; lo que significa intelectualmente, sino canción de los Beatles.
pero no es así. Imaginemos a Romain por lo que la teatralidad misma nos co- No quiero insistir en lo obvio, no
Weingarten representado, allá por los munica. Hay que confesarse que al quiero repetir que la actuación de Gfe-
finales de la década del 50, entre li- principio no se entiende nada; que en lia Medina, la de Luis Torner, la de
rismos mistificados a la Cocteau y on- el segundo acto se semientiende, y que, Adrián Ramos y la de Sergio Ramos
dulaciones metafísicas a la Giraudoux, sin embargo, cuando la obra termina, son muy buenas -porque lo son-;
entre los "dengues" gesticulatorios de un hemos entrado en la consumación de quiero insistir en el significado que tie-
Barrault, o las miradas lánguidas de un incesto y lo hemos entendido poéti- ne este teatro dentro del marco del tea-
una María Cazares, y, ¿ qué nos queda? camente, aunque no hayamos percibido tro mexicano actual. Para ello me valgo
Nos queda el teatro que 'los antecesores la evolución activa de su consecución. de una comparación inmediata, y trato
del teatro del absurdo construyeron: un La obra se rompe, en apariencia, en pe- de situar al autor de la obra en su con-
teatro que intentaba encontrar un cami- queños sketches en los que Castillo, con texto y al autor de la puesta que dis-
no siguiendo los lineamientos que había sabiduría, mide la comicidad y la tra- cuto, en el suyo.
trazado Artaud, buscando con desespe- dición; la obra se sigue rompiendo en Romain Weingarten es un autor que
ración los límites de la crueldad y los carreras, en strip-teases mentales y con- vive la guerra del 39, también la Resis-
principios del absurdo para teatrificar- cretos, en sonidos porfirianos de salterio, tencia y la Liberación. Esto lo marca,
los; un teatro lírico instalado en una en gesticulaciones de los actores, para pero contrastantemente es un autor que
palabra poética despojada de su conte- lograr, en fin de cuentas, una teatrali- vive aún dentro del surrealismo y preten-
nido teatral, e intentado con la mejor dad en la que de repente hemos adver- de sumergirse en el sueño y en la ima-
buena fe del mundo. ¿Qué otra cosa es tido, de modo muy inconsciente, el sen- ginación sexual; digo pretende porque
Romain Weingarten? ¿Qué otra cosa tido fundamental de la obra. no creo que logre comunicarnos una
puede ser un autor teatral que es más Quizá se trate de un juego, pero con atmósfera surrealista, aunque la puesta
bien un crítico que un dramaturgo?
Como Vauthier, Schéhadé y Pichette,
aunque un poco anterior a ellos, Wein-
garten incursiona en la poesía y la pone
al servicio del teatro, pretendiendo con
ella "la concreción física que Artaud
predicara, objetivo que, sin embargo, no
logra, quedándose a medio camino, en
traslaciones medio simbólicas, medio gra-
tuitas, signos oníricos de la libido, obsce-
nidad grotesca, autodramatismos verba-
les y, con todo ello, una desnortada,
delirante arbitrariedad". (Juan 'Guerrero
de Castillo sí lo consigue. Este surrealis-
IDO, de Weingarten, un poco falso, está
habitado fundamentalmente por gatos,
simbolos característicos de por lo menos viento quemado
2obras de este autor: El verano y Akara.
Además de las preocupaciones políticas
y de la. intención surrealista, está la ac- el tiempo no es carne a mansalva
titud crítica y la adopción de una moral es carne hecha de palabras
dramática basada esencialmente en Ar-
laudo Con este bagaje, el autor francés Tiempo-TíoVivo
construye una obra que en sí parece no
significar gran cosa; sin embargo, en la de palabras y silencios huelga de pausas nupciales
puesta de El verano adquiere un relieve
IDUY particular. Este brillo, esta realiza- distancias separadas que se encuentran sin querer amarradas
ción de valores surrealistas se deben
fuego abierto en va y ven
-<amo ya he dicho reiteradamente-
a la sensibilidad y a la imaginación de donde se inventan codo con codo las caras
Castillo. -Estos logros bastarían para que
el experimento fuese valioso, pero si a tropel de manos que se persiguen de espaldas
eso se agrega la capacidad que Castillo
tiene para conseguir un matiz profun- trompo sin jaula actos temblones con pies de nostalgia
damente mexicano, la obra se realza
casa que gira en la mirada que pisa los talones de la mirada
aún más. Pero decir esto no es más que
añadir un elogio; quiero precisar: Wein- casa cántaro en que se encandila la voz impronunciada
garten se apoya en Artaud y pretende
planteamos una filosofía dramática de cinturón de agua sed a zancadas
la vida, dramática en el sentido literal
del término; recordem03 que Artaud sol que perdió el color transparencia que busca su alrededor
preconiza un teatro de la crueldad,
y crueldad sugiere de inmediato algo viento quemado por las repeticiones del viento
torturado. Sin embargo, la puesta de viento quemado en instantes enredados
Castillo dista mucho de ser una puesta
torturada; al contrario: su puesta es viento despeñado en ser el mismo perpetuo idéntico
fundamentalmente vital y este es su ma-
yor mérito. Estamos cansados de asistir viento presente desterrado y ausente
al juego interminable de malabarismos
verbales en los que la incomunicación y viento tendido al viento
la nada son el juego eterno, aunque el sólo la palabra puede sostenerte
humor negro parezca liberarnos. Aquí,
nada de eso: hay humor pero no negro, cuando pende de su silencio
hay discusiones sobre la vida pero en
tono ligero y aunque la obra termina viento quemado
en la glorificación de un incesto, esta
glorificación es tan dinámica que el in- que apagas tu fuego
cesto carece del sentido moral negativo
en el viento
que suele dársele y se convierte escueta-
mente en una manifestación de gran vi- vien to quemado
talidad.
Quizás pueda achacarse a Castillo la moja tu agua
carencia de una problemática esencial, la
falta de interés frente a los problemas en
que aquejan al mundo contemporáneo y
la
la incursión en juegos que son aparente-
mente baladíes. Con todo, su imagina- voz
ción teatral, su capacidad para darnos
un mundo absolutamente surrealista a la viento quemado nudo de fuego yagua voz sm voz
vez que profundamente mexicano son
testimonios de que, en última instancia, vicnto quemado que te mareas en el TíoVivo del tiempo
Castillo ha empezado a poner en prác-
tiempo quemado viento vivo en su muerte
tica varios de los postulados de Artaud:
"... Empleo la palabra crueldad en su tiempo muerto de vida Tiempo-TíoVivo Tiempo-TíoMuerto
sentido de apetito de vida ... " "Es un
monstruo que se ha desarrollado hasta el muérete en tu vida
absurdo, esta facultad que tenemos -los
civilizados cuItos- de extraer pensa- y vive nuestra muerte
mientos de nuestros actos, en lugar de
identificar estos actos a nuestros pensa- viento quemado arco de humo humo que es palabra
mientos. Si nuestra vida carece de azu-
fre, es 5!ecir, de una constante magia, es para Octavio Paz y Ramón Xirau
que nos complacemos en mirar nuestros CARLOS ISLA
actos y nos perdemos en consideraciones 1970
sobre las formas soñadas de nuestros ac-
tos, en lugar de dejarnos dirigir por
ellos."

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