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ASIGNATURA

MONOGRAFÍA

PRESENTADO POR:

DANIEL ALEJANDRO ESPINAL ESCALERA

GRADO ONCE

LA MALNUTRICIÓN EN COLOMBIA

PRESENTADO A:

LAURA CRUZ MARTÍNEZ

COLEGIO GIMNASIO EL PORTILLO

OCTUBRE 23 / 2018

BOGOTA D.C
Introducción

Los seres humanos, desde su lejano comienzo, han puesto la alimentación, el acto de

ingerir/consumir alimentos, como una de las actividades más indispensables dentro del

marco de su dia a dia. Ésto se ha llevado a cabo generación tras generación, ya que es obvio,

los seres humanos no podemos auto abastecernos y es por esa sencilla razón que

necesitamos de los alimentos para subsistir. El problema radica en el momento en el que

comenzamo a darle un mal uso al acto de “alimentarnos”, ¿Cómo?, siendo excesivos con los

alimentos e inconscientes, abusando de aquellos que no nos dan un aporte nutricional a

nuestro organismo, y al contrario, lo que hacen es deteriorarlo lenta pero progresivamente.

He ahí donde surge el mal funcionamiento del cuerpo. He ahí cuando surgen repercusiones,

enfermedades cardiovasculares, la obesidad, el sobrepeso, etc….

Temática

Tema​: ​La malnutrición en Colombia..

Pregunta problema: ¿Por qué motivo/s las personas son poco conscientes de la gravedad del

abuso de los alimentos y de la sobrecarga de comidas “dañinas”?

Objetivo general: Investigar, determinar y analizar las principales causas y consecuencias,

generadas hacia el ser humano, por el uso y consumo progresivo y excesivo de alimentos

poco nutricionales, dentro del territorio Colombiano..


Objetivos específicos:

● Determinar las causas por las que la población Colombiana lleva consigo un estado

nutricional tan perjudicial.

● Analizar y exponer la realidad en que se ven envueltas las familias Colombianas con

respecto a su estado nutricional y salud.

● Proponer y estipular debidas medidas que se pueden llevar a cabo para controlar y

superar los problemas que se mencionaron con anterioridad.

Fundamentación

Para poder abordar la/s problemática/s que se encuentran actualmente dentro de la nutrición

en Latinoamérica, primero se tendrá que hacer énfasis en la historia evolutiva de la misma y

en cómo han ido cambiando los hábitos alimenticios del ser humano alrededor de algunas de

las épocas más relevantes dentro de la historia de la humanidad: Prehistoria, Edad Moderna

y la Edad Contemporánea.

El ser humano, desde sus inicios, ha ingerido alimentos.Su alimentación se ha modificado a

través de los años conforme debió adaptarse a los alimentos que le eran más fáciles de

adquirir con las herramientas que estaban a su disposición. En el caso del hombre primitivo,

el homínido, hubo una gran variedad de alimentos que hicieron parte de su menú nutricional.

Por un lado, al saberse que ésta “versión” del hombre era de las más cercana al gorila, se

concluía que su dieta se basó, en su mayoría, de frutas y vegetales. Por otra parte, el

homínido complementó su dieta con la carne proveniente de bisontes, cérvidos, conejos, e

inclusive de tortugas. Según la investigadora e historiadora Blasco (2011):


H​ay que tener en cuenta que los homínidos somos omnívoros que procedemos

de un antepasado “no muy lejano”, cuya dieta era frugívora (a base de frutas y

frutos). Esa es la razón por la cual debemos recurrir siempre a la fruta fresca

para no contraer ciertas enfermedades. Sin embargo, algunos investigadores

han sugerido que nuestro omnivorismo está determinado por el crecimiento

exagerado de nuestro cerebro en torno a esas épocas. Por tanto, los

requerimientos nutricionales de los grupos humanos debían ser parecidos a los

nuestros y debían obtenerse por una dieta principalmente vegetariana

complementada, en la medida de lo posible, con recursos de origen animal que

les proporcionarán las grasas y las proteínas necesarias.

Con ésta información se tiene presente la razón por la que se mantuvo la costumbre del

hombre actual de consumir alimentos como frutas, verduras y hasta alimentos provenientes

de animales. La única diferencia que se encontró es del por qué el hombre homínido

presentaba una esperanza de vida muy baja a comparación del hombre contemporáneo. La

respuesta es sencilla. Hubo varios factores que se vieron involucrados; primero que todo,

estaban las condiciones de vida. Era obvio que la obtención de alimentos en ese entonces era

mucho más complicada de lo que es ahora, por lo cual el homínido podría pasar varios días

sin alimento. En otra instancia, como ya se mencionó anteriormente, uno de sus alimentos

era la carne animal, pero al no hacer uso del fuego para asar los alimentos, los consumía en

presencia de bacterias, las cuales generaban enfermedades de alto riesgo, lo que los

conllevaba, en el peor de los casos, a la muerte a temprana edad.


Dejando de lado al hombre homínido, pasamos con el hombre moderno y sus hábitos

alimenticios. Se sabe que la edad moderna comprende el periodo histórico llevado a cabo

desde 1453 hasta el año 1789. Durante esos casi 340 años de historia y progreso, hubo

varios factores que determinaron el tipo de alimentación y estado nutricional de gran parte

de la población. Dentro de esos factores se encuentra el demográfico, el cual, jugó un papel

determinante para la alimentación del hombre. A mediados del siglo XVI, la población

europea era de aproximadamente de 9 millones de habitantes pero ese número aumentó

drásticamente hasta alcanzar la cifra de 125 millones para finales del siglo XVII, y para el

siglo XX, ya había llegado a los 200 millones. Este brusco y tan repentino cambio obligó a

la población a recurrir nuevamente a las rozas . Y, así como en el pasado, las tierras que

fueron destinadas para la caza se convirtieron, única y exclusivamente para la agricultura. Y

de nuevo también, esta expansión de la agricultura tuvo como consecuencia un aumento en

la producción de granos, así como de la incorporación de los mismos en la alimentación

popular, la cual, de hecho, se volvía menos variada y cada vez más deficiente en proteínas.

Se presentó, a su vez, una degradación de las raciones alimenticias, es especial de las

poblaciones alojadas en las ciudades. Claro ejemplo de ésto es, la disminución del consumo

de carne en ciudades como Nápoles, en la cual, a mediados del siglo XVI, se mataban de a

30,000 bovinos por año para una población de casi 200,000 personas. Berlín, lugar en el

cual, en el siglo XIX, el consumo de carne por habitante era 12 veces inferior que en el siglo

XIV y, por último, Languedoc, ciudad en la que, a finales del siglo XVI, la mayoría de las

granjas no criaban ya sino un solo cerdo por año, lo que era tres veces menos que a

principios del mismo siglo.


Como principal consecuencia de éste fenómeno, fueron los vegetales y cereales quienes

pasaron a ser el pilar y base alimenticia de las comidas consumidas dia a dia de la población

de ese entonces. Pero todo lo que fácil viene, fácil debe irse; no tardaron en llegar varias

epidemias de pelagra, provocadas por la falta de vitamina PP en el maíz.

Así como el problema presentado con el maíz, cabe resaltar 3 hechos de gran importancia,

con sus debidas consecuencias de carácter positivas y negativas, que tuvieron gran impacto

en la sociedad del momento. Como primer hecho, se presentó una situación similar de riesgo

a padecer la pelagra con el consumo de maíz, pero con el uso progresivo y diario de la patata

en la dieta como pilar de la dieta alimenticia. El segundo fue la introducción progresiva del

azúcar en la alimentación de la población. En Francia, por ejemplo, el consumo anual de

azúcar por cabeza a comienzos del siglo XIX era de 800 gramos. Pero debido al

descubrimiento del proceso de extracción del azúcar de remolacha en 1812, el precio del

azúcar sufrió una baja constante y se convirtió progresivamente en alimento de gran

consumo: 8 kilos anuales por persona en 1880, 17 kilos en 1900, 30 en 1930 y cerca de 40

en 1960. Los franceses, sin embargo, siguen siendo los menores consumidores de azúcar en

el mundo occidental. Como último fenómeno, pero no menos importante, se presentó el

descubrimiento del molino cilíndrico, el cual permitió poner a disposición de la población,

verdadera harina blanca, de manera fácil y asequible.

Como último aspecto a manejar, antes de pasar a la verdadera problemática, se encuentra la

nutrición del hombre en la época Contemporánea y los factores en los que ésta se vio

influenciada. Son muchos los casos que se presentaron y los hechos que afectaron la

nutrición y alimentación del hombre desde el siglo XX hasta hoy en día, pero cabe destacar
a aquellos, cuyo impacto sigue teniendo consecuencias en la sociedad de hoy; entre aquellos

acontecimientos se encuentran:

1. La Revolución Industrial; la cual, trae como consecuencia el éxodo rural y la

expansión de la urbanización.

2. La Industrialización en la alimentación se vuelve un aspecto a considerar y los

productos que, anteriormente eran de carácter tradicional (harinas, aceites,

mantequilla, quesos, etc...), se comenzaron a producir en fábricas de gran

importancia.

3. El descubrimiento de procedimientos de conservación, tales como: la esterilización

al calor en una burbuja, el ultracongelamiento. Ambos métodos permitieron

acondicionar un gran número de alimentos frescos (frutas, legumbres, carnes,

pescados, etc...) en forma de conservas.

4. La mundialización de un modo alimenticio desestructurado de tipo norteamericano

en el cual el fast food (restauración rápida) es una de las mayores realizaciones.


Capítulo I

Para podera re-definir y llegar a un amplio conocimiento de los factores detonantes de la

malnutrición en la gente, primero es esencial entender a qué se hace referencia con el

término «malnutrición» y otros conceptos de gran magnitud. Según la Organización

Mundial de la Salud (2016):

Por malnutrición se entienden las carencias, los excesos o los desequilibrios de

la ingesta de energía y/o nutrientes de una persona.

El término malnutrición abarca dos grupos amplios de afecciones. Uno es la

«desnutrición» —que comprende el retraso del crecimiento (estatura inferior a

la que corresponde a la edad), la emaciación (peso inferior al que corresponde

a la estatura), la insuficiencia ponderal (peso inferior al que corresponde a la

edad) y las carencias o insuficiencias de micronutrientes (falta de vitaminas y

minerales importantes). El otro es el del sobrepeso, la obesidad y las

enfermedades no transmisibles relacionadas con el régimen alimentario

(cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, diabetes y cánceres).

Actualmente, la malnutrición está presente en casi todos los países y regiones alrededor del

mundo, sean o no, países ricos y en desarrollo, o pobres y en proceso de crecimiento. Las

causas de la misma se ven envueltas por una variedad de factores, no solo por lo económico

o falta de recursos por parte de las personas menos enriquecidas para acceder a éstos, sino

también, en la falta de conciencia de los mismos a la hora de seleccionar las comidas a

consumir diariamente. También se hallan los “métodos defectuosos de alimentación” o las


infecciones, o la combinación de ambos factores. En el caso en el que sea un niño o joven el

que contraiga cierto tipo de enfermedades, tales como diarrea, neumonía, sarampión y/o

malaria, su sistema digestivo y metabolismo serían los más afectados en el caso, dañando de

igual manera su estado nutricional. Como se mencionó con anterioridad, uno de los factores

que más pueden llegar a perjudicar la nutrición son los métodos defectuosos de

alimentación. Se habla de un método defectuoso cuando, por ejemplo, no se le amamanta

apropiadamente a un bebé, o el padre o acudiente no rectifica que el mismo se haya

alimentado correctamente.

Otra aspecto a resaltar, dejando de lado las enfermedades, son los malos hábitos y el pésimo

estilo de vida que las personas llevan a lo largo de su vida. ¿ ​Por qué? La respuesta en

sencilla, una vez que los países, en especial Colombia, se encargaron de solucionar todos

aquellos problemas económico y de accesibilidad que tenían frente a los alimentos y la poca

accesibilidad que tenía la gente sobre éstos, fue en esos momento cuando llegó el abuso de

la necesidad de querer y tener. Las personas se ven influenciadas y atraídas por la

disponibilidad y la facilidad de adquirir todo tipo de alimentos procesados a precios

relativamente baratos, lo que están dando lugar a cambios en los patrones de alimentación

que hacen aumentar las tasas de obesidad.


Capítulo II

Antes de comenzar con la redacción correspondiente al capítulo expuesta en el segundo

objetivo, cabe mencionar algunas de las principales y más perjudiciales consecuencias que

traen consigo la malnutrición a las poblaciones de menores, jóvenes y adultos. En el capítulo

anterior se habló de los métodos defectuosos alimentarios, para éste caso voy a acudir a uno

de ellos. El exceso de comida “chatarra”. No hace falta mencionar que las comidas trampa o

chatarra, como la llaman algunos, son consideradas un “manjar” gustativo por la gran

mayoría de población , por lo que no les incomodaría consumirlas más de dos o hasta tres

veces a la semana. Cabe destacar que todos estos alimentos tienen una elevada

concentración de colesterol, proveniente de las grasas animales, así como de ácidos grasos

trans , y que al consumirlos, de forma irresponsable y poco consciente, lo que hacen es

elevar las concentraciones de colesterol LDL (lipoproteínas de Baja Densidad en inglés) en

el organismo, ocasionando así arteriosclerosis a largo plazo. Diversos son los los efectos que

se pueden resaltar como resultado de éste impulsivo estilo de vida, tales como: el sobrepeso,

obesidad, diabetes, cáncer, etc...

Pasando ahora al propósito de éste capítulo, me gustaría abarcar, no solo cifras y datos de la

realidad que vive la población en Colombia, sino también de gran parte de las potencias

mundiales, que se sabe que forman parte de las influencias que recaen sobre la gente en

Latinoamérica y nos conlleva a imitar costumbres, “caprichos”, estilos de vida, que a la

mala, nos hace afectarnos a nosotros mismos.

Para el caso de la malnutrición, la obesidad y el sobrepeso, la OMS (2018) indica:


● 1900 millones de adultos tienen sobrepeso o son obesos, mientras que

462 millones de personas tienen insuficiencia ponderal.

● 52 millones de niños menores de 5 años presentan emaciación, 17

millones padecen emaciación grave, y 155 millones sufren retraso del

crecimiento, mientras que 41 millones tienen sobrepeso o son obesos.

● Alrededor del 45% de las muertes de menores de 5 años tienen que ver

con la desnutrición. En su mayoría se registran en los países de ingresos bajos

y medianos. Al mismo tiempo, en esos países están aumentando las tasas de

sobrepeso y obesidad en la niñez.

● Las repercusiones en el desarrollo y las consecuencias de índole

económica, social y médica de la carga mundial de la malnutrición son graves

y duraderas, para las personas y sus familias, para las comunidades y para los

países.

● Desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo.

● En 2016, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían

sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos.

● En 2016, el 39% de las personas adultas de 18 o más años tenían

sobrepeso, y el 13% eran obesas.

● La mayoría de la población mundial vive en países donde el sobrepeso

y la obesidad se cobran más vidas de personas que la insuficiencia ponderal.

● En 2016, 41 millones de niños menores de cinco años tenían

sobrepeso o eran obesos.


● En 2016 había más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19

años) con sobrepeso u obesidad.

● La obesidad puede prevenirse.

A continuación se presentan algunas estimaciones recientes de la OMS a nivel

mundial.

● En 2016, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían

sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos.

● En 2016, el 39% de los adultos de 18 o más años (un 39% de los

hombres y un 40% de las mujeres) tenían sobrepeso.

● En general, en 2016 alrededor del 13% de la población adulta mundial

(un 11% de los hombres y un 15% de las mujeres) eran obesos.

● Entre 1975 y 2016, la prevalencia mundial de la obesidad se ha casi

triplicado.

En 2016, según las estimaciones unos 41 millones de niños menores de cinco

años tenían sobrepeso o eran obesos. Si bien el sobrepeso y la obesidad se

consideraban antes un problema propio de los países de ingresos altos,

actualmente ambos trastornos aumentan en los países de ingresos bajos y

medianos, en particular en los entornos urbanos. En África, el número de

menores de 5 años con sobrepeso ha aumentado cerca de un 50% desde el año

2000. En 2016, cerca de la mitad de los niños menores de cinco años con

sobrepeso u obesidad vivían en Asia.


En 2016 había más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años)

con sobrepeso u obesidad.

La prevalencia del sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes (de 5 a 19

años) ha aumentado de forma espectacular, del 4% en 1975 a más del 18% en

2016. Este aumento ha sido similar en ambos sexos: un 18% de niñas y un

19% de niños con sobrepeso en 2016.

Mientras que en 1975 había menos de un 1% de niños y adolescentes de 5 a

19 años con obesidad, en 2016 eran 124 millones (un 6% de las niñas y un

8% de los niños).

A nivel mundial, el sobrepeso y la obesidad están vinculados con un mayor

número de muertes que la insuficiencia ponderal. En general, hay más

personas obesas que con peso inferior al normal. Ello ocurre en todas las

regiones, excepto en partes de África subsahariana y Asia.

Y por último, el Ministerio de Salud y Protección Social presentó los siguientes datos en la

encuesta ENSIN realizada en el 2015 con respecto a la situación nutricional de familias y

personas seleccionadas al azar, éstos fueron los datos que obtuvieron:

Primera infancia: 0 a 4 años

La situación nutricional de un niño o niña y su sobrevivencia hasta los 5 años

dependen directamente de sus prácticas de alimentación.


· La desnutrición crónica, que mide el retraso en la talla para la edad,

disminuyó de 13,2% en 2010 a 10,8% en 2015. En 1990, uno de cada cuatro

niños tenían desnutrición crónica, mientras que hoy solo es uno de cada diez.

· Colombia continúa dentro de la meta de 5% establecida por la

Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre desnutrición aguda o

indicador de peso para la talla. En 2015 alcanzó 2,3%, superior al 0,9%

presentado en 2010.

· La desnutrición global, que marca el peso para la edad, afecta a 3,7% de

los menores del país, menos de la mitad del registro de 1990, cuando impacta

a 8,6% de los menores de 5 años.

· Similar a la tendencia mundial, el exceso de peso –que incluye tanto

sobrepeso como obesidad– subió de 4,9% en 2010 a 6,3% en 2015; sin

embargo, en el país es más baja la situación con respecto a Centroamérica

(7,4%) y a Suramérica (7,0%).

· El 72 por ciento de los menores de 2 años de edad recibió lactancia

materna en su primera hora de vida, con lo que Colombia superó la meta

establecida por la OMS y el UNICEF de mejorar el inicio temprano de la

lactancia materna en al menos 70 por ciento.

· En cuanto a la lactancia materna exclusiva, se observó que

aproximadamente 1 de cada 3 niños menores de 6 meses (36,1%) fue


alimentado solo con leche materna, por lo cual se requiere reforzar esta

práctica para llegar a la meta internacional del 50% fijada por la OMS.

· El 41% de niños de seis a 23 meses de edad amamantados y no

amamantados tienen una dieta mínima aceptable, que contempla frecuencia y

variedad de alimentos mínimos.

· Tres de cada diez niños y dos de cada diez niñas de tres a cinco años de

edad practican actividades de juego que generan sudoración y aumento de la

respiración (juego activo).

Menores en edad escolar: 5 a 12 años

La edad escolar es una fase crucial durante la cual los menores experimentan

un crecimiento continuo, consolidan sus gustos y hábitos alimenticios y se

empiezan a adaptar a la alimentación de adulto.

· Siete de cada 100 menores en edad escolar presentan desnutrición crónica.

En los indígenas, 30 de cada 100 menores presentan este problema, mientras

que esta situación se extiende a 11 de cada 100 niños de los hogares más

pobres del país.

· El exceso de peso en los menores en edad escolar se incrementó de 18,8%

en 2010 a 24,4% en 2015.

· El tiempo excesivo frente a pantallas, aquel dedicado a actividades

sedentarias como ver TV o jugar con videojuegos, afecta a siete de cada diez
escolares de áreas urbanas, frente a cinco de cada diez de zonas rurales. El

problema es más marcado entre la población de mayores ingresos, afectando

a ocho de cada diez menores.

Adolescentes: de 13 a 17 años

La adolescencia demanda mayor consumo de alimentos ricos en energía,

proteínas y micronutrientes.

· La desnutrición crónica afecta a uno de cada diez de los adolescentes del

país, concentrándose en indígenas (36,5%), los más pobres de la población

(14,9%) y aquellos que viven en zonas rurales (15,7%).

· Uno de cada cinco adolescentes (17,9%) presenta exceso de peso.

· Ocho de cada diez adolescentes permanecen más de dos horas frente a una

pantalla, en especial entre quienes viven en áreas urbanas y aquellos con

ingresos medios y altos.

Jóvenes y adultos: de 18 a 64 años

Las responsabilidades de la adultez afectan en muchos casos la alimentación,

dedicándole poco tiempo, consumiendo más alimentos procesados y menos

comidas preparadas en casa. La oferta de alimentos procesados, frituras y

dulces, así como una vida sedentaria, propician el desarrollo de obesidad

muchas veces asociada a deficiencias nutricionales.


· Uno de cada tres jóvenes y adultos tiene sobrepeso (37,7%), mientras que

uno de cada cinco es obeso (18,7%). En este sentido, el 56,4% de la

población presenta exceso de peso, lo que significa un incremento de 5,2

puntos porcentuales con respecto al 2010.

· La obesidad es más frecuente en las mujeres (22,4%) que en los hombres

(14,4%).

· Aproximadamente la mitad de los adultos colombianos realizan 150

minutos semanales de actividad física moderada o 75 minutos semanales de

actividad vigorosa o fuerte, como lo recomienda la OMS. Cuatro de cada diez

mujeres y seis de cada diez hombres atienden esta medida de prevención.

​Inseguridad alimentaria en el hogar

La seguridad alimentaria es entendida como el acceso seguro y permanente de

los hogares a alimentos suficientes en cantidad y calidad, para una vida sana y

activa.

· La inseguridad alimentaria redujo a 54,2% de los hogares con respecto a

2010, cuando se situó en 57,7%. No obstante, más de la mitad de los hogares

colombianos continúa con dificultades para conseguir alimentos.

· Ocho de cada diez hogares liderados por indígenas y cinco de cada diez

cuyo jefe no tiene pertenencia étnica se encuentran en inseguridad

alimentaria.
· Entre tanto, seis de cada diez hogares liderados por mujeres y cuatro de

cada diez liderados por hombres tienen este mismo problema.

De los datos presentados por ambas organizaciones se puede llegar a concluir una cosa en

concreto: tanto la alimentación de la gente en Colombia, como de su estado nutricional y las

consecuencias y problemas en las que éstos se ven envueltos han sido factores en constante

cambio; a veces mejoran de manera que cumplen las expectativas del Gobierno por cumplir,

u otras veces decrecen de manera rápida e inexplicable. Pero es trabajo del Gobierno y de

todas aquellas organizaciones que trabajan en conjunto con el mismo de siempre mirar más

allá del problema, de siempre buscar erradicar al 100% éstas problemáticas. Y son éstas

medidas preventivas de las que se hablará en el siguiente capítulo.

Capítulo III

La intención de éste capítulo, a pesar de no llegar a ser tan extenso, es dar a conocer las

actuales medidas que se están llevando a cabo por parte del Gobierno Colombiano y las

organizaciones que trabajan para el mismo, para intentar darle un cierre a casi todas las

problemáticas, enfermedades y consecuencias de la malnutrición tratadas alrededor de los

dos anteriores capítulos. Para el caso de la malnutrición, La Organización Mundial de la

Salud(2016) afirma:

En abril de 2016, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una

resolución en la que se proclamaba el Decenio de Acción de las Naciones

Unidas sobre la Nutrición de 2016 a 2025. El Decenio tiene el objetivo de


catalizar los compromisos políticos que desembocan en actuaciones

mensurables contra todas las formas de malnutrición. La finalidad es que

todas las poblaciones tengan acceso a dietas más sanas y sostenibles para

erradicar todas las formas de malnutrición en el mundo entero.

Así mismo, con respecto a la obesidad y sobrepeso, La OMS (2016) resalta:

El sobrepeso y la obesidad, así como las enfermedades no transmisibles

vinculadas, pueden prevenirse en su mayoría. Son fundamentales unos

entornos y comunidades favorables que permitan influir en las elecciones de

las personas, de modo que la opción más sencilla (la más accesible,

disponible y asequible) sea la más saludable en materia de alimentos y

actividad física periódica, y en consecuencia prevenir el sobrepeso y la

obesidad.

En el plano individual, las personas pueden optar por:

● Limitar la ingesta energética procedente de la cantidad de grasa total y

de azúcares;

● Aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres,

cereales integrales y frutos secos; y

● Realizar una actividad física periódica (60 minutos diarios para los

jóvenes y 150 minutos semanales para los adultos).

La responsabilidad individual solo puede tener pleno efecto si las personas

tienen acceso a un modo de vida sano. Por consiguiente, en el plano social, es


importante ayudar a las personas a seguir las recomendaciones mencionadas,

mediante la ejecución sostenida de políticas demográficas y basadas en

pruebas científicas que permitan que la actividad física periódica y las

opciones alimentarias más saludables estén disponibles y sean asequibles y

fácilmente accesibles para todos, en particular para las personas más pobres.

Un ejemplo de una política de ese tipo es un impuesto sobre las bebidas

azucaradas.

La industria alimentaria puede desempeñar un papel importante en la

promoción de dietas sanas del siguiente modo:

● Reduciendo el contenido de grasa, azúcar y sal de los alimentos

procesados;

● Asegurando que las opciones saludables y nutritivas estén disponibles

y sean asequibles para todos los consumidores;

● Limitando la comercialización de alimentos ricos en azúcar, sal y

grasas, sobre todo los alimentos destinados a los niños y los adolescentes; y

● Garantizando la disponibilidad de opciones alimentarias saludables y

apoyando la práctica de actividades físicas periódicas en el lugar de trabajo.


Conclusión
Como se evidenció a lo largo de esta monografía, los daños ocasionados por los malos

hábitos alimenticios que adoptan las personas y, en algunos casos, familias completas

provenientes de agentes externos, ya sea por influencia de otros países y/o por la facilidad de

adquirir alimentos procesados y poco saludables, han sido los principales detonantes de las

mayores enfermedades conocidas, desde hace ya varios años, como la obesidad, el

sobrepeso, enfermedades cardiovasculares, la diabetes, etc.... Éste problema de salud y

malos hábitos debe trabajarse en conjunto con el Gobierno, implementando normas que

eviten a las personas, la facilidad de conseguir éste tipo de alimentos y de igual manera,

optar por medidas preventivas que despierte la conciencia, tanto de menores como en

adultos, de la importancia de llevar una vida sana, con buena alimentación acompañada de

deporte.
Referencias
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