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Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Aves
Orden: Anseriformes
Familia: Anatidae
Subfamilia: Anatinae
Género: Anas
Especie: A. platyrhynchos
Subespecie: A. p. domesticus
A diferencia de otros animales de granja, los patos de granja conservan muchas de las
características de la especie salvaje y son capaces de vivir y reproducirse de forma natural sin la
intervención del hombre.
Los patos domésticos fueron importados de China a Europa y Norteamérica en los años 1800, y
fueron inicialmente vistos en exposiciones en 1878.
Reproducción
En el otoño, comienzan los ritos de cortejo. El pato macho hará gala de sus plumas y tratará de
atraer a la hembra. La hembra por su lado, escogerá al macho más competitivo tratando así, de
garantizar una buena mezcla genética para las crías.
Una vez formada la pareja, la hembra seguirá al macho el cual escogerá un lugar para el nido.
El suelo de crianza generalmente será donde el pato macho nació. La hembra construye el nido
con pasto seco. Mientras tanto el pato macho tratará de mantener otros patos alejados del lugar
escogido. Los patos salvajes permanecerán toda la temporada con la pareja elegida en este
proceso.
Apareamiento
Los patos tiene una sistema reproductivo muy peculiar, que los diferencia del resto de las aves.
Los genitales del pato ganan en tamaño cuando están en la época de reproducción. La pareja
de patos se acoplarán entre 5 y 10 veces al día. Debido a lo que se conoce como 'sexo forzado',
la mayoría de los intentos no culminarán en una correcta fertilización.
Para anidar elige sitios secos un poco alejados del agua, escondiendo el nido entre el pasto,
cardos o en un lugar cerrado y oscuro donde la pata no sea molestada y se sienta segura, el
nido suele estar forrados con plumillas para conservar el calor. Pone de cuatro a doce huevos.
La incubación tarda veintiocho días y es efectuada solo por la hembra. Una vez nacidas las crías
la madre se encarga sus cuidados y protección. Los patos nacen con los ojos abiertos y
cubiertos por un plumón amarillo por lo que es capaz de conservar su temperatura corporal, a
las pocas horas son capaces de abandonar el nido siguiendo a la madre que los guiará para que
se alimenten por sí mismos.
Tamaño: El doméstico es más pequeño que el salvaje y tiene el cuello más corto.
Colores: mientras que el pato doméstico suele ser de un color blanco impoluto, en el
salvaje predominan el negro con la cabeza verde.
Temperamento: como es de esperar, el doméstico es un animal apacible y tranquilo,
al contrario que el salvaje.
El pato doméstico se caracteriza por sus patas palmeadas, que le hacen tener una
gran destreza y elegancia al nadar, al contrario que en tierra que se mueven con
torpeza. Tienen unas alas cortas que no le permiten realizar largos vuelos y un pico
aplanado y ancho por donde emiten su peculiar graznido, el ‘cuac cuac’, un sonido
seco que le sale de las fosas nasales. A parte del graznido, pueden emitir una
especie de silbido que sirve para ahuyentar a sus posibles atacantes.
Plumaje
Generalmente el color predominante en el pato doméstico es el
blanco. Igualmente existen especies de diversas coloraciones, las
cuales van de tonalidades marrón, negro, gris con brillos verdosos
y azulados en varias partes de su cuerpo, y los que especialmente
son totalmente blancos como en la mayoría de los casos, de los
patos domésticos. En los macho se observa una abundante gama de
colores, mucho más que en las hembras.
En cuanto a los patitos estos desde que nacen son de color amarillo
con el color naranja en el pico, aun cuando el color del pico puede
variar de amarillo a naranja o rojo, hasta puede llegar a ser negro.
Generalmente los patos mudan su plumaje dos veces al año. Algunos
no muestran ningún tipo de diferencias entre ambos sexos, pero
en el caso particular de los patos domésticos, se pueden
diferenciar rápidamente por la punta de su cola. En el macho la
cola va hacia arriba, en la hembra le cuelga hacia abajo
Alimentación