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La Ética en la Psicología

La psicología en una disciplina que nos pone directamente en relación con las personas,

por ello es necesario que este acto se realice con un marco ético, que se encargará de

proteger al paciente y la imagen de la psicología.

Es importante tener en cuenta que la ética es una rama de la filosofía; “es una palabra

tomada del griego Ethos cuyo significado es costumbre y que tiene como objeto el

estudio de la moral y la acción humana, intentando describir qué es lo bueno y que es

lo malo, y de esta manera, llegar a un acuerdo sobre cómo se debe actuar”. (Escobar,

1984, p. 27 - 28)

En medio de la búsqueda de un bien común para todos aquellos involucrados en el

desarrollo de la psicología, se plantean normas éticas. Nosotros como psicólogos,

somos personas comunes que bajo una vocación tomamos la decisión de ejercer esta

carrera, bajo nuestro propio beneficio, pero debemos ser objetivos si deseamos ser

buenos profesionales, para que no influya nada dentro de nuestra conducta o sobre las

conclusiones acerca de nuestros pacientes. Así, el código ético, es aquello que ha sido

creado para limitarnos y darnos guía por el camino conveniente sobre el cual debemos

cimentar nuestras metas profesionales. Entonces podemos decir que en la psicología, la

ética busca conceptualizar en una misma escala las conductas, en las que se pone

bajo juicio diferentes posiciones relativas o que involucran un mayor compromiso por

parte de los profesionales que ejercen esta labor como son la confidencialidad, el

respeto entre los pacientes y el psicólogo, el respeto a los animales y hombres que

participan en proyectos de investigación, dejar de lado intereses personales, así como

casos especiales en donde se tome una decisión que conlleva a un juicio de valor.

Entonces, sabiendo toda la responsabilidad que conlleva ser un psicólogo, a modo

personal, me pregunto ¿Cómo voy a garantizar la calidad de mis intervenciones en la

intimidad de mi consultorio?
Al tratar de responderme, pasaron muchas cosas por mi mente, por la preocupación de

quizá no saber dimensionar la gran responsabilidad que tengo como futura psicóloga en

el área de la salud. De esta manera recordé la pregunta que siempre nos hacen los

docentes en la universidad ¿Por qué quieres estudiar psicología? Creo que es una

pregunta casi rutinaria en el inicio de la carrera y quizás la respuesta más común que

todo estudiante da es “Porque deseo ayudar a las personas”, pero claramente, en ese

instante nadie es consciente de todas las implicaciones éticas y legales que trae consigo

ese deseo.

Es por lo anterior, que en la malla curricular de nuestra carrera existe el curso de “Ética

en la Psicología”, el cual busca dar a sus estudiantes las pautas necesarias para ejercer

como futuros profesionales, pautas que han sido reglamentadas por el Colegio de

Psicólogos.

A partir de este planteamiento, puedo decir que las personas de todas las instituciones

universitarias que se gradúan en psicología, tienen la capacidad de ejercer la carrera y

atender a personas, pues cumplen con los 10 semestres de formación académica, el

proceso terapéutico, internado, título, y todo lo necesario para desenvolverse como

psicólogo clínico. Sin embargo, lo anterior mencionado no implica tener una ética del

ser, puesto que la profesión no nos va garantizar ser persona éticas, sino la construcción

subjetiva que cada uno tubo a lo largo de sus años de vida, es decir desde sus niñez

con su familia, su cultura, y obviamente el conocimiento teórico adquirido en los años de

estudio universitario.

De esta manera, es importante, en este punto, recordar la definición de psicología, la

cual es una ciencia que sustenta sus teorías en la investigación, siendo una profesión

que estudia los procesos del desarrollo cognitivo, emocional y social del ser humano,

con la finalidad de dar pie al desarrollo potencial del talentos y el desarrollo de las

competencias humanas en los diferentes contextos, tales como educación, salud,

trabajo, bienestar, calidad de la vida, protección ambiental. Fundamenta sus


conocimientos en la investigación científica y lo aplica a la vida cotidiana de forma válida

y coherente, con ética y responsabilidad a único favor de los individuos, los grupos y las

organizaciones, en los diferentes ámbitos de la vida individual y social, aportando

conocimientos, técnicas y diferentes procedimientos para crear condiciones que sumen

al bienestar de los individuos y el desarrollo de la comunidad para una mejor calidad de

vida.

La definición es necesaria para dimensionar la responsabilidad individual y social que

tiene el psicólogo en cualquier tipo de intervención, además de ahí partimos para decir

acerca del vínculo que establecen terapeuta y paciente, por ello es importante

establecer un contacto, es decir un vínculo terapéutico para que pueda darse un cambio

en el proceso de transformación y que se mejore la calidad de vida de la persona,

guiándolo para que pueda superar sus limitaciones y potenciar sus habilidades.

Por lo anterior, el psicólogo clínico, que interviene en la vida anímica de una persona,

debe tener claramente parametrado los principios éticos que dirigen una intervención,

como lo son, no dañar, la beneficencia, autonomía, justicia, la maledicencia. La

importancia de estos principios, es que nosotros tenemos trato directo con las personas

y es su existencia como humanos la que está en nuestras manos, por ello, es de suma

importancia, proteger la integridad de la persona, ya que este está confiando en

nosotros y deposita lo más íntimo de su ser y sus secretos; ante esto, existe un secreto

profesional amparado por la ley que nos rige.

El ejercicio profesional del psicólogo está parametrado por la ley, por ello, estamos en la

obligación de guardar el secreto profesional, pero debemos tener en cuenta que no todo

lo constitucional es ético, ni todo lo ético está amparando por la ley. A partir de ello, debe

existir límites que limiten la delgada línea entre el poder y el deber, de esta manera la

experiencia, valores, principios, seriedad, honestidad, y en conjunto, la capacidad

profesional será lo que encuadre todas las acciones del psicólogo, su guía permanente.

Es aquí donde recuerdo el curso de Introducción a la Psicología, cuando la profesora


mencionaba los aportes de diferentes filósofos, tales como Aristóteles y Heidegger; de

los cuales aprendimos la definición que le asignaban a la ética. Veamos.

Para Aristóteles, la ética refiere al temperamento, el carácter, así como el modo de ser

de la persona; por tanto, la ética, para él, es una teoría de los hábitos y las buenas

costumbres, mientras que, por otro lado, para Heidegger, la ética está asociada al

porqué y la forma como las personas realizan sus cosas. Una de las últimas definiciones

acerca de la ética, la efectuó un pensador español, de nombre Fernando Savater, quien

la consideraba como el arte del buen vivir, es decir que cada quien hace de su vida, por

su propio bien.

Por lo anterior mencionado, podemos ver que desde la época de los griegos hasta

nuestros días, existe una preocupación por analizar y comprende el comportamiento

humano, más cuando el arte del buen vivir como menciona Savater está relacionado con

ser capaces de ponernos en el lugar del otro, y de armonizar nuestros intereses con el

de ellos, sensibilizarnos con sus dolores, es decir ser empáticos. Todas esas

aproximaciones, permiten la construcción de un discurso Ético sólido, convirtiéndolo en

una disciplina que apoya a otras.

Como resultado, queda claro que como seres humanos y futuros profesionales, el

camino que nos falta recorrer para crear éticas universales, es largo, pues están

estrechamente relacionados con la moral, libre albedrio, costumbres, pero mientras se

van alineando las demás ciencias con todo este tema, nosotros como futuros

psicólogos, estamos en la obligación de aportar nuestro granito de arena,

demostrándolo con nuestros pacientes, siendo respetuosos, auténticos, sinceros. Car

Rogers, humanista, a partir de su experiencia clínica, descubrió que toda persona, por

naturaleza, posee una tendencia actualizada, que lo impulsa al crecimiento constante y

el querer superarse; es por ello que su terapia es conocida como “Terapia Centrada en

al Cliente” , que pretende crear un clima calmado, que favorece el crecimiento interior, y

ello va depender en gran medida de la actitud del terapeuta, por eso, da a conocer tres
cualidades que deben ser tomadas en cuenta en todo proceso terapéutico, sin tener en

cuenta la corriente teórica que se tenga.

Primero, la autenticidad, es decir que el terapeuta en su relación con el paciente debe

ser genuino, honesto, sincero ser lo que uno es. Segundo, la Aceptación incondicional o

respeto, que implica el aceptar a la persona, tal cual es, con sus sentimientos y

experiencias; mostrar un real interés por lo que el paciente siente, ya que esto va

generar un clima de seguridad. Por último, la Empatía, que se refiere a la habilidad de

sentir lo que siente el paciente, percibir sus significados personales como si fueran

propios, y acompañarlo en sus sentimientos, de modo que este pueda explorar con

mayor precisión sus experiencias y clarificar sus sentimientos más profundos

Para concluir, hemos visto que dentro del ejercer de la psicología, es importante tener

una formación universitaria, teórica, pero aún más, una vivencia ética que nos permita

tener coherencia entre nuestro pensar y actuar, para armonizar el desarrollo integral

como personas, aportando desde nuestra formación como psicólogos a través de las

intervenciones y buscar el bien, con base en las leyes de la ética, es decir todo aquello

que perfeccione al ser humano y le genere bienestar. El código ético no solo sirve para

regir la manera de trabajar de un profesionista, sino como una guía con la que se

obtendrán resultados satisfactorios, pues nos obliga a respetar los derechos y

necesidades de las personas a quienes brindaremos servicios. No está en las manos

del psicólogo dar una vida nueva a su paciente, está en sus manos acompañarlo en la

búsqueda de su esencia, de su ser. El psicólogo no está para rescatar, solo para dar la

mano.
Referencias

Recuperado de http://bscw.rediris.es/pub/bscw.cgi/d5001391/Alvarez-

Psicologia_cientifica_pseudopsicologias.pdf

Recuperado de https://blogs.herdereditorial.com/filco/etica-psicologia-frente-a-frente/

Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/184/18400203.pdf

Recuperado de http://www.papelesdelpsicologo.es/pdf/1747.pdf

Recuperado de http://pepsic.bvsalud.org/pdf/pp/v5/v5a04.pdf

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