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ÍNDICE

CAVIDADES ABDOMINAL Y PÉLVICA 2

REGIONES DEL ABDOMEN 3

DISPOSICIÓN DEL TRACTO DIGESTIVO DENTRO DE


LAS CAVIDADES ABDOMINAL Y PÉLVICA 5

PERITONEO 9

ESTÓMAGO 13

INTESTINO 21

INTESTINO DELGADO 21

INTESTINO GRUESO 27

HÍGADO 40

PÁNCREAS 48

BAZO 50

AORTA ABDOMINAL 52

SISTEMA VENOSO PORTAL 59

BIBLIOGRAFÍA 62

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APARATO DIGESTIVO INFRADIAFRAGMÁTICO
CAVIDADES ABDOMINAL Y PÉLVICA

Estas dos cavidades se continúan en el estrecho de la pelvis verdadera. En la posición erecta, el


plano del límite pélvico forma un ángulo poco menos de la mitad de un ángulo recto, como en el
plano horizontal, pero existe una variación considerable. Las paredes de la cavidad
abdominopélvica y la mayoría de las vísceras intraabdominales están cubiertas de una membrana
serosa, el peritoneo.

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La extensión vertical de la cavidad es más grande de lo que aparenta en el examen externo,
siempre que la cúspide del diafragma en forma de cúpula esté situada a alguna distancia sobre el
borde costal y el límite inferior de la cavidad, ésta está oculta por la inserción pélvica de los
músculos de los miembros inferiores. Además la columna vertebral en la línea media posterior, el
borde costal y la parte superior de los huesos iliacos a los lados; las paredes de la cavidad
abdominal están compuestas principalmente por músculos. La capacidad de la cavidad
abdominopélvica varía de acuerdo con el tamaño de las vísceras, por ejemplo, el útero ocupado
por el embarazo, por el alargamiento de la pared abdominal anterior y por el movimiento del
diafragma.

El contorno del abdomen varía según el tipo físico del individuo, el desarrollo muscular, la
nutrición del sujeto, y también en relación al sexo y edad. En un individuo con tipo brevilíneo la
región lumbar es corta, las costillas están más horizontales, y el ángulo infraesternal (costoxifoideo)
es ancho. En el tipo longilíneo la región lumbar es larga, las costillas están oblicuas, y en ángulo
infraesternal es angosto. La cavidad abdominal es por lo tanto larga, angosta y poco profunda.

En un corte vertical a nivel del plano medio sagital la cavidad abdominal aparece aplanada de
adelante hacia atrás. En los planos derecho e izquierdo (esto es, a la mitad ente la espina íliaca
anterosuperior y la sínfisis púbica) se presenta en forma ovoide. En la sección transversal la
cavidad en su parte superior tiene la forma de riñón, debido a la línea media de proyección de la
columna vertebral. En la parte inferior de la cavidad abdominal existe una disminución en su
diámetro anteroposterior, debido a la curvatura anterior de las vértebras lumbares, y al incremento
en volumen de los músculos psoas e iliaco. La cavidad pélvica es un divertículo, dirigido abajo de
la cavidad abdominal. Su diámetro transversal es mucho menor que el de la cavidad abdominal
debido a la menor anchura de la pelvis verdadera. Puesto que la cavidad pélvica está limitada más
o menos por paredes laterales rígidas, no es posible cambiar su forma fácilmente.

Puede apreciarse que las estructuras que se alojan en la depresión profunda de la parte superior
del abdomen no son realmente accesibles a la exploración física, mientras que las estructuras
situadas a niveles inferiores (en la fosa iliaca) pueden ser más fácilmente exploradas. La próstata
puede ser palpada a través del recto; en la mujer el útero puede palparse también a través del
recto o la vagina.

Aspecto de las vísceras

En el sujeto vivo las vísceras son blandas, plásticas y elásticas, y en sus superficies envueltas por
peritoneo, son lisas y brillantes. Muchos de los bordes e impresiones presentes en las vísceras
embalsamadas desaparecen. Las vísceras alteran sus posiciones conforme a los cambios de
postura, durante los movimientos respiratorios y como resultado de sus actividades fisiológicas. En
el sujeto embalsamado las vísceras son duras, sin elasticidad y rígidas.

REGIONES DEL ABDOMEN

La descripción de la posición de las vísceras abdominales, en relación a la superficie anterior del


cuerpo, se facilita mediante la división del abdomen en un número de zonas o regiones usando
líneas o planos verticales y horizontales. El método más simple de división es usando una línea

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vertical y otra horizontal a través del ombligo, formando cuatro cuadrantes: cuadrantes derecho e
izquierdo superiores, y cuadrantes derecho e izquierdo inferiores.

Comúnmente en la práctica clínica, el abdomen se divide en nueve regiones utilizando dos líneas
verticales y dos horizontales. Las líneas verticales son conocidas como los planos laterales, plano
derecho y plano izquierdo; éstos son trazados a través de los puntos medios de las clavículas y
pasan a través de los puntos medios entre las espinas iliacas anterosuperiores y la sínfisis púbica.
También se utiliza el plano transpilórico o subcostal para definir la línea horizontal superior; la línea
inferior horizontal corresponde al plano transtubercular.

El plano transpilórico se encuentra a nivel de la parte inferior del cuerpo de la 1ª vértebra lumbar, y
se marca en la superficie del cuerpo mediante el trazo de una línea transversal en la parte media
entre la escotadura yugular y el borde superior de la sínfisis púbica. Esta línea está ligeramente
debajo de la apófisis xifoides, misma que se utiliza como referencia para la localización de este
nivel.

El plano subcostal conecta a la parte más baja de los márgenes costales con ambos lados, y varía
de 2 a 5 cm más bajo que el plano transpilórico. El plano subcostal se encuentra a nivel del 10º
cartílago costal y el cuerpo de la 3ª vértebra lumbar.

El plano transtubercular está trazado entre los tubérculos de las crestas iliacas (situadas
aproximadamente 5 cm atrás de las espinas iliacas anterosuperiores), y a nivel de la parte superior
del cuerpo de la 5ª vértebra lumbar.

Utilizando los dos planos verticales, y a cualquiera de los dos planos transpilórico o subcostal, el
abdomen queda dividido en nueve regiones. Las regiones centrales son de arriba abajo, la
epigástrica, regiones umbilical y púbica (o hipogástrica), y las tres regiones laterales en cada lado
que son la hipocondrial derecha e izquierda, región lateral (lumbar) y región inguinal (iliaca). Las
regiones inguinales son a menudo conocidas como fosas iliacas. Utilizando el plano subcostal, las

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regiones lateral y umbilical son más pequeñas respectivamente, y las regiones hipocondrial y
epigástrica son más grandes, que cuando el plano transpilórico es usado.

DISPOSICIÓN DEL TRACTO DIGESTIVO DENTRO DE LAS CAVIDADES ABDOMINAL Y PÉLVICA.

El hígado ocupa el cuadrante superior derecho de la cavidad peritoneal y se extiende a través de la


línea media dentro del cuadrante superior izquierdo. Anteriormente, el hígado está cubierto por la
pared torácica excepto en la línea media del ángulo infraesternal. La vesícula biliar, que yace en
contacto con la superficie visceral del hígado, normalmente se extiende más allá del borde agudo
inferior a nivel de la punta del 9º cartílago costal derecho. La superficie superior convexa del
hígado está amoldada a la concavidad de la superficie inferior del diafragma. Un pliegue de doble
capa de peritoneo, el ligamento falciforme, conecta la superficie anterosuperior del hígado con la
superficie inferior del diafragma y la cara posterior de la pared abdominal anterior hasta la altura
del ombligo. Dentro del borde libre del ligamento falciforme existe un cordón fibroso, el ligamento
teres (el residuo obliterado de la vena umbilical izquierda).

La mayor parte del estómago yace detrás del borde costal izquierdo y la superficie visceral del
lóbulo izquierdo del hígado. La porción pilórica más distal y tubular, se encuentra sin embargo,
debajo de este nivel y continúa con el píloro hacia el duodeno (cuando el sujeto se encuentra en
posición horizontal), aproximadamente 2.5 cm a la derecha de la línea media a nivel del a 1ª
vértebra lumbar (es decir, en el plano traspilórico mismo que pasa proyectándose sobre la pared
abdominal anterior en un punto medio entre el borde superior del manubrio esternal y el borde
superior de la sínfisis púbica).

El borde derecho o curvatura menor del estómago, está adherido al hígado por un pliegue de dos
capas llamado el omento u omentum menor. La parte superior del borde izquierdo o curvatura
mayor del estómago está unida al bazo por el ligamento gastroesplénico, mientras el resto de la
gran curvatura o curvatura mayor está unido al omento u omentum mayor (un pliegue de doble
capa de peritoneo). Este omento, que contiene una cantidad considerable de grasa, se extiende
sobre las flexuosidades del intestino delgado a una distancia variable. La cavidad menor o saco
menor está situada detrás del estómago. Esta se comunica con la cavidad mayor o saco mayor por
el foramen epiploico (de Winslow), que se encuentra detrás del borde libre derecho del omento
menor.

El duodeno es el nombre dado a los primeros 25 cm del intestino delgado; éste se encuentra con la
forma del la letra C, dando casi una vuelta completa o círculo, y continúa con el yeyuno a nivel de
la flexura duodenoyeyunal. La cabeza del páncreas reposa en la concavidad de la curva duodenal.
Desde la cabeza, la masa principal del páncreas pasa hacia la izquierda, por detrás del estómago.

El yeyuno forma aproximadamente las 2/5 partes superiores de la porción intraperitoneal del
intestino delgado, y el íleon las 3/5 partes inferiores. Por lo tanto no existe límite definido entre las
dos partes. El yeyuno e íleon están enrollados y ocupan la parte inferior de la cavidad
abdominopélvica y están suspendidos de la pared posterior del abdomen por un pliegue doble de
peritoneo, el mesenterio. El íleon se junta al intestino grueso en la unión ileocecal, en el cuadrante
inferior derecho del abdomen.

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El colon ascendente principia en el lado derecho de la cavidad abdominal y se extiende desde el
ciego hasta el lóbulo derecho del hígado, en donde se continúa con el colon transverso hacia el
ángulo cólico derecho o flexura hepática. El colon transverso pasa a través de la cavidad
abdominal hacia la flexura cólica izquierda o flexura esplénica, en donde se continua hacia abajo
con el colon descendente. El colon transverso esta unido a la pared abdominal posterior por el
mesocolon transverso. El colon descendente pasa hacia abajo por el lado izquierdo de la cavidad
abdominal viniendo a formar el colon sigmoides hasta el borde de la pelvis. En la pelvis verdadera
el colon sigmoides se continúa con el recto mismo que se estrecha para formar el canal anal
después a nivel del diafragma pélvico.

Factores que modifican la posición y forma de las vísceras

Muchas de las vísceras abdominales en el sujeto vivo se mueven libremente unas sobre otras. Los
siguientes factores son responsables de las variaciones en su forma posición y orientación.

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Tipo del Individuo. Dos contrastantes tipos de individuos antes mencionados son reconocidos: a)el
delgado (leptosomático), individuo con una larga y estrecha cavidad abdominal , en el cual las
vísceras reposan a niveles más bajos en relación con la columna vertebral que en el individuo
b)fornido (hiperesténico), en el cual la cavidad abdominal es más corta y ancha.

Posición del Cuerpo. En el individuo asumiendo la posición erecta desde la posición de decúbito
supino; la mayoría de las vísceras descienden hacia un nivel bajo.

Movimientos Respiratorios. Una profunda inspiración desplaza a las vísceras de la parte superior
de la cavidad abdominal hacia abajo. El grado de desplazamiento depende de que la respiración
se efectúe predominantemente de tipo costo diafragmático. Durante la respiración costal el
desplazamiento es ligero, pero en la respiración diafragmática puede ser considerable.

Tonicidad de la Pared abdominal. Una disminución de los tonos de la pared abdominal causa una
protrusión de su parte inferior provocando que el estómago, intestino delgado y colon transverso
caigan a un nivel más bajo una habitual retracción de la parte inferior de la pared abdominal en
posición erecta eleva las vísceras a un nivel superior en la cavidad abdominal. Por otro lado una
“posición de reposo”, con relajamiento de la pared abdominal, permite que las vísceras
desciendan a un nivel inferior o más bajo. La ansiedad puede afectar al tono de la pared abdominal
hasta el punto en que la posición de las vísceras abdominales sea en la parte superior del
abdomen.

Grado de Plenitud o Distención de las Vísceras. Las variaciones en la cantidad del contenido
tienen influencia sobre los órganos huecos.

Presión Reciproca de las Vísceras Adyacentes. La distensión de una víscera puede alterar la
posición de órganos adyacentes.

Tonicidad del Órgano en el Caso de una Víscera Vacía. De acuerdo a su grado de tonicidad un
órgano, es descrito hipertónico (arriba de lo normal), ortotónico (normal) o hipotónico (debajo de lo
normal). La condición hipertónica puede ser debida a una hiperactividad causada por una
exageración de las actividades reflejas normales del órgano, o puede ser ocasionada por una
elevada irritación directa derivada por una condición de afección normal. La condición hipotónica
quizá sea producida por estados mentales depresivos.

Movimientos Intrínsecos de la Víscera Hueca. Estos movimientos obviamente alteran la forma de


un órgano, pero temporalmente.

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PERITONEO

El peritoneo es la serosa más extensa del cuerpo, y se compone, en el hombre, de un saco


cerrado, una de cuyas caras se aplica contra las paredes abdominales, mientras que la restante se
refleja sobre las vísceras. En la mujer, el peritoneo no es un saco cerrado, ya que los extremos
libres de las Trompas de Falopio se abren directamente en la cavidad peritoneal. La porción que
tapiza la pared abdominal toma el nombre de peritoneo parietal, y la que se refleja sobre las
vísceras contenidas en la cavidad se denomina peritoneo visceral.

La superficie libre de la membrana es una lámina lisa de mesotelio aplanado, lubricado por una
pequeña cantidad de líquido seroso que permite a la víscera deslizarse libremente sobre la pared
de la cavidad o sobre las otras vísceras, evitando posibles roces. La superficie adherente une las
vísceras a la cara interna de las paredes mediante un tejido areolar llamado fascia subserosa. La
porción parietal está separada por un intersticio fascial de la fascia transversalis que tapiza el
abdomen y la pelvis, pero se halla más íntimamente adherida a la cara inferior del diafragma y
también a la línea media de la pared anterior.

El espacio comprendido entre las láminas parietal y visceral del peritoneo toma el nombre de
cavidad peritoneal, pero en condiciones normales, esta cavidad es potencial, ya que las hojas
parietal y visceral se hallan en contacto. La cavidad peritoneal se divide, por una constricción, en
una porción, saco mayor o cavidad peritoneal propiamente dicha, y otra porción, saco menor o
trascavidad de los epiplones. El saco mayor se llama simplemente cavidad peritoneal,
relacionándola con la mayoría de las formaciones abdominales. El saco menor toma el nombre de
bolsa omental o trascavidad de los epiplones, y solo se relaciona con la cara posterior del
estómago y formaciones inmediatas. La constricción entre ambos sacos se halla entre el hígado y
el duodeno, y toma el nombre de agujero epiploico o hiato de Winslow.

1. Algunas de las vísceras abdominales están rodeadas por completo por peritoneo y se
hallan suspendidas de la pared por una delgada lámina de peritoneo que intercepta tejido
conectivo conductor de vasos sanguíneos. Estas láminas se denominan mesenterios. La
palabra mesenterio, cuando se emplea específicamente, se refiere solo a la suspensión
peritoneal del intestino delgado; enteros hace referencia al intestino y meso al peritoneo.
Así, los nombres de los pliegues que suspenden a otros órganos sólo usan el término
«meso», por ejemplo mesocolo, mesoapéndice, mesovario.

2. Otras vísceras se hallan más o menos fijas a la pared abdominal y solo parcialmente
cubiertas por peritoneo más que suspendidas; estas vísceras son llamadas
retroperitoneales.

El peritoneo parietal.

El peritoneo que cubre la cara profunda de la pared abdominal anterior es liso, pero presenta
pliegues y fijaciones. Entre el pubis y el ombligo se observa un cordón fibroso en la línea media, el
ligamento umbilical medio, que es un vestigio del uraco; y al ser cubierto por peritoneo se
denomina pliegue umbilical medio; 3 o 4 cm por fuera es posible distinguir los ligamentos
umbilicales mediales, residuos fibrosos de las arterias umbilicales obliteradas que levantan los
pliegues umbilicales mediales. 3 o 4 cm por fuera de este último pliegue se halla el pliegue
umbilical lateral, que está determinado por la ligera prominencia de la arteria epigástrica inferior y
por el ligamento interfoveolar (Fig. 106.22).

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Extendiéndose hacia arriba desde el ombligo, se halla el ligamento falciforme o suspensorio del
hígado. Es una lámina fibrosa y delgada con un cordón fibroso en su borde libre, el ligamento
redondo o vestigio de la vena umbilical. Su fijación a la pared se estrecha desde el ombligo a la
superficie diafragmática del hígado, donde sus dos láminas se separan y se reflejan,
extendiéndose lateralmente hasta la hoja anterior del ligamento coronario del hígado.

La hoja anterior del ligamento coronario es el límite anterior de un área irregularmente oval de la
superficie hepática que carece de peritoneo y toma el nombre de área desnuda del hígado. El
límite posterior de esta área es la hoja posterior del ligamento coronario, donde el peritoneo se
refleja desde el hígado al diafragma. Entre las hojas anterior y posterior del ligamento coronario la
reflexión se extiende hacia afuera y forma un pliegue a cada lado, los ligamentos triangulares
derecho e izquierdo.

La trascavidad de los epiplones o bolsa omental. Se llama así porque una parte de su pared
está formada por dos epiplones. En la pared abdominal posterior, el peritoneo de la gran cavidad
se continúa con el de la trascavidad al cruzar la cara anterior de la vena cava inferior a corta
distancia, a la derecha de la línea media. Este paso de continuidad entre ambos es el hiato de
Winslow o agujero epiploico. El hiato de Winslow es un orificio recubierto de peritoneo que por lo
general permite el paso de dos dedos. Puede localizarse con facilidad mediante un dedo situado
en la cavidad abdominal, entre la vena cava inferior y el borde libre del ligamento hepatoduodenal,
en la región que se halla entre el cuello de la vesícula biliar y la 1ª porción del duodeno. Está
limitado hacia adelante por el borde libre del omento menor, con el colédoco o conducto biliar
principal, la arteria hepática y la vena porta entre sus dos hojas; hacia atrás por el peritoneo que
cubre a la vena cava inferior; hacia arriba por el peritoneo del lóbulo caudado del hígado; y hacia
abajo por el peritoneo que cubre al principio del duodeno y la arteria hepática, antes de que se
coloquen entre las dos hojas del omento menor.

Los límites de la trascavidad son: hacia adelante, por el lóbulo caudado del hígado, el omento
menor, el estómago y el omento mayor; hacia atrás, por el omento mayor, el colon transverso, la
cara anterior del páncreas, la glándula suprarrenal izquierda y extremo superior del riñón izquierdo.
A la derecha del orificio cardiaco del estómago, está formado por el diafragma que corresponde al
lóbulo caudado del hígado. Lateralmente, la trascavidad se extiende desde el agujero epiploico
hasta el hilio del bazo, donde está limitada por los ligamentos esplenorrenal (o
pancreaticoesplénico) y gastroesplénico.

La trascavidad de los epiplones por lo tanto, se compone de una serie de fondos o recesos, los
cuales toman los siguientes nombres: 1) vestíbulo, conducto estrecho continuado desde el agujero
epiploico sobre la cabeza del páncreas hasta el pliegue gastropancreático (este pliegue se
extiende desde la tuber omentale o tuberosidad mesentérica del páncreas hasta el fondo del
estómago, contiene los vasos gástricos izquierdos. 2) receso omental superior, situado entre el
lóbulo caudado del hígado y el diafragma; 3) receso lienal, situado entre el bazo y el estómago, y
4) el receso omental inferior, que comprende lo que resta de la cavidad. En el adulto, la
trascavidad de los epiplones se sitúa entre el estómago y las formaciones vecinas, desempeñando,
por lo tanto, las funciones de una bolsa serosa que facilita los movimientos gástricos.

El peritoneo visceral cubre todos o parte de los órganos abdominales y forma los distintos
mesenterios, epiplones y ligamentos relacionados con ellos.

Mesenterios, epiplones y ligamentos peritoneales.

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Numerosos pliegues peritoneales se extienden entre los distintos órganos o los unen a las
paredes, y mantienen a las vísceras en posición al mismo tiempo que rodean los vasos y los
nervios de las mismas.

Los mesenterios son: el mesenterio propiamente dicho, el mesocolon transverso y el mesocolon


sigmoide. Además de estos, algunas veces existen unos mesocolones ascendente y descendente.

1. El mesenterio propiamente dicho. Es un pliegue ancho, en forma de falda del peritoneo,


que une las asas del yeyuno-íleon a la pared posterior del abdomen. Su raíz (porción que
le une a la pared posterior del abdomen), mide 15 cm de longitud aproximadamente y se
extiende oblicuamente desde el ángulo duodenoyeyunal, en la parte izquierda de L2 hasta
la articulación sacroiliaca derecha. Su borde intestinal mide 6m de longitud
aproximadamente, y aquí las dos láminas se separan rodeando al intestino para formar su
cubierta peritoneal. Del mesenterio cuelga el intestino delgado y contiene entre sus hojas
las ramas intestinales de la arteria mesentérica superior (con sus tributarias de la vena
porta) y plexos nerviosos, vasos linfáticos y ganglios linfáticos mesentéricos.

2. El mesocolon transverso. Es un pliegue amplio que une el colon transverso a la pared


posterior del abdomen. Se continúa con el omento mayor a lo largo de la cara anterior del
colon transverso y sus dos láminas peritoneales divergen a lo largo del borde anterior del
cuerpo del páncreas; entre ambas, contiene los vasos que irrigan al colon transverso:
arterias cólicas medias, ramos ascendentes de las arterias cólicas derecha e izquierda).

3. El mesocolon sigmoide. Es el pliegue de peritoneo que une el colon sigmoide a la pared


pélvica. Su línea de fijación o inserción forma una curva en forma de “U” o de “V”
invertidas, el vértice de la cual se halla aproximadamente en el punto de la división de la
arteria iliaca común izquierda. Se continúa con el mesocolon iliaco en el lado izquierdo y
termina en el plano medio, a nivel de la vértebra S3 sobre el recto. Los vasos
hemorroidales superiores y los sigmoideos se disponen entre las dos hojas del meso.

En la mayoría de los casos el peritoneo solo cubre la cara anterior y los lados del colon ascendente
y descendente. Sin embargo, a veces estas porciones del colon están rodeadas por la membrana
serosa y son fijadas a la pared posterior del abdomen por un mesocolon ascendente y
descendente, respectivamente. Un pliegue de peritoneo llamado ligamento frenocólico, se continúa
desde el ángulo cólico izquierdo hasta el diafragma a nivel de la 10ª y 11ª costilla; forma una bolsa
que sostiene al bazo que ha recibido el nombre de sustentaculum lienis.

Los apéndices epiploicos son pequeñas bolsas o divertículos de peritoneo llenos de grasa y
situados a lo largo del colon y de la parte superior del recto, Penden, principalmente, de las
porciones transversa y sigmoidea del colon.

Se distinguen 2 epiplones u omentos: el menor y el mayor.

1. El epiplón u omento menor. Se extiende desde la curvatura menor del estómago y 1ª


porción del duodeno hasta el hígado. Se continúa con las dos hojas de peritoneo que
cubren respectivamente las caras anterior y posterior del estómago y 1ª porción del
duodeno. Las dos hojas peritoneales abandonan el estómago y el duodeno, constituyendo
una membrana delgada que asciende al hilio hepático; a la izquierda de la vena porta, el
epiplón se fija en el fondo de la fosa del ligamento venoso en el hígado, a lo largo de la
cual se extiende hasta el diafragma, donde sus dos hojas se separan rodeando la
terminación del esófago. A la derecha, el omento menor termina en un borde libre que

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forma el límite anterior del hiato de Winslow. La porción del omento menor situada entre el
estómago e hígado toma el nombre de ligamento gastrohepático y la porción comprendida
entre el hígado y el duodeno se llama ligamento hepatoduodenal. Entre las dos hojas del
ligamento hepatoduodenal inmediatas al borde libre, se hallan la arteria hepática, el
conducto biliar principal (colédoco), la vena porta, linfáticos y el plexo hepático nervioso;
todas estas formaciones están recubiertas por una cápsula fibrosa (cápsula de Glisson).
Los vasos gástricos derechos e izquierdos, se disponen entre las dos hojas del omento
menor, cuando éstas se fijan al estómago.

2. El epiplón u omento mayor. Es una lámina doble de peritoneo dispuesta sobre el colon
transverso y que cubre las asas del intestino delgado. Se fija a lo largo de la curvatura
mayor del estómago y 1ª porción del duodeno, su borde izquierdo se continúa con el
ligamento gastroesplénico. Si se dirige hacia atrás y hacia arriba, sobre el estómago y el
hígado, se observa que se adhiere al colon transverso. La membrana que forma al omento
es delgada, transparente y fenestrada, excepto donde se hallan los vasos sanguíneos y las
acumulaciones de grasa. La membrana situada entre el estómago y el colon es el
ligamento gastrocólico. Los vasos sanguíneos gastroepiploicos derechos e izquierdos,
discurren entre las dos hojas peritoneales, en las proximidades de su fijación a la curvatura
mayor del estómago y pueden verse cuando se corta el ligamento para penetrar en la
trascavidad de los epiplones.

El omento mayor es una formación interesante. Es extremadamente movible en el vivo y


tiene la posibilidad de extenderse sobre regiones en las que su presencia es útil a la
economía orgánica. Por ejemplo, en un paciente con el apéndice cecal perforado, el
omento mayor puede cubrir la perforación evitando que se abra un absceso en la cavidad
peritoneal y previniendo una peritonitis generalizada. Ocasionalmente puede encontrarse
en el interior de un saco herniario, con posibles adherencias que lo fijen al mismo y
conduciendo a una cura espontanea de la hernia.

Ligamentos.

El término ligamento tiene dos significados. Cuando se aplica a estructuras relacionadas con una
articulación, es un cordón fibroso o una vaina del mismo tipo. Cuando se refiere a una membrana
serosa, es una lámina de la misma y tiene poca resistencia. Los ligamentos de peritoneo son
porciones de dicha membrana extendidas entre dos formaciones y generalmente toman el nombre
de las dos estructuras entre las que se extienden; por ejemplo, ligamento gastroesplénico. Los
ligamentos de describen en detalle con los respectivos órganos con los que se relacionan.

Fosas peritoneales.

En ciertas partes de la cavidad abdominal hay fosas de peritoneo que constituyen fondos de saco o
bolsas, las cuales tienen interés quirúrgico por la posibilidad de que en ellas se produzcan hernias
retroperitoneales. La mayor de éstas es la trascavidad de los epiplones, pero existen otras varias
de menor tamaño que también requieren mención y pueden dividirse en 3 tipos: duodenales,
cecales e intersigmoidea.

1. Fositas duodenales. Existen 3 constantes: A) la fosa duodenal inferior, que se presenta


en un 75% de los casos y está situada a nivel de L 3 en el lado izquierdo de la 4ª porción
del duodeno. B) La fosita duodenal superior se observa en un 50% de los casos y a
menudo coexiste con la inferior; se sitúa a la izquierda de la 4ª porción del duodeno a nivel
de la vértebra L2. C) La fosa duodenoyeyunal se halla, aproximadamente, en un 20% de

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los casos; se encuentra hacia arriba, por detrás del ángulo duodenoyeyunal, hacia el
páncreas, entre la aorta abdominal y el riñón.

2. Fosas cecales. Se distinguen 3 fosas principales o recesos en las proximidades del ciego:
A) la fosita ileocecal superior, está formada por un pliegue de peritoneo que se incurva
sobre la arteria ileocólica. B) la fosita ileocecal inferior se encuentra por detrás de la
unión ileocecal y está formada por el pliegue ileocecal del peritoneo (pliegue avascular de
Treves), cuyo borde superior se fija al íleon en el lado opuesto a la fijación mesentérica,
mientras que el borde inferior pasa sobre la unión ileocecal y se une al mesoapéndice. C)
La fosa cecal se halla inmediatamente por detrás del ciego, que debe rechazarse para
visualizarla. Varía mucho en extensión y tamaño.

3. La fosita intersigmoidea. Es constante en el feto y en la infancia, pero desaparece en


cierto porcentaje de individuos en edades avanzadas. Cuando el colon sigmoide se dirige
hacia arriba, la cara izquierda del mesocolon sigmoide se pone de manifiesto y se observa
una fosita infundibuliforme del peritoneo sobre los vasos iliacos externos, en el espacio
situado entre el psoas y el músculo iliaco. Se trata de la fosa intersigmoidea posterior al
mesocolon sigmoide y anterior al peritoneo parietal. La fosa varía en profundidad; en
algunos casos es muy profunda, mientras que en otros admite el paso de todo el dedo
índice.

ESTÓMAGO

El estómago es la parte más dilatada del tracto alimenticio, yace oblicuamente en el cuadrante
superior izquierdo de la cavidad abdominal, y se extiende hacia abajo, hacia adelante y a la
derecha. La apertura del esófago en el interior del estómago es conocida como orificio cardiaco,
región que tiene una función esfinteriana. El orificio se encuentra a la izquierda de la línea media a
nivel de la 11ª vértebra torácica. El estómago se continúa con la primera porción del duodeno en
una parte constreñida, el píloro, el cual está rodeado por un anillo bien desarrollado de músculo
circular, el esfínter pilórico. El píloro está generalmente situado alrededor de 2.5 cm a la derecha
de la línea media en el plano transpilórico (cuando el cuerpo se encuentra en posición horizontal).

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El estómago tiene dos superficies, anterosuperior y posteroinferior, limitado por dos bordes, la
curvatura menor a la derecha y arriba y la curvatura mayor a la izquierda y abajo.

La curvatura menor comienza a un lado del orificio cardiaco, y pasa hacia abajo y delante de la
incisura angular, en donde se incurva abruptamente hacia arriba y a la derecha para continuarse
con el píloro, con el borde superior de la primera parte del duodeno. La curvatura menor está unida
al hígado por el omento menor o gastrohepático. La curvatura mayor comienza a la izquierda del
orificio cardiaco, se dirige primeramente hacia arriba a la izquierda alrededor del fondo, sigue
hacia abajo hacia la parte inferior del estómago, y finalmente hacia arriba y a la derecha para
continuar con el borde inferior de la porción superior (primera) del duodeno. Una incisura poco
marcada se presenta frecuentemente sobre la curvatura mayor opuesta a la incisura angular. La
superficie anterior está completamente cubierta por peritoneo del saco mayor o compartimento
mayor. Esta superficie está en contacto con la pared abdominal anterior, la superficie visceral del
lóbulo izquierdo del hígado, y el diafragma, (quien la separa del pericardio y la cavidad pleural
izquierda).

La superficie posterior, que forma parte de la pared anterior del compartimento o saco menor, está
cubierta completamente por peritoneo del compartimento menor, excepto en la parte inferior del
orificio cardiaco en donde hay una pequeña área en contacto con el diafragma. Las estructuras
situadas posteroinferiormente al estómago, forman el “lecho gástrico”. Estas estructuras
comprenden una pequeña parte del diafragma, la glándula suprarrenal izquierda, las superficies
gástricas del bazo y riñón izquierdo, la superficie anterosuperior del páncreas, el mesocolon y el
colon transverso.

La forma y tamaño del estómago dependen de su grado de distensión y de las vísceras


circundantes, por ejemplo, el colon. Cuando el estómago está vacío, tiene una forma más o menos
cilíndrica, de tubo incurvado, semejándose a la letra “J” mayúscula; cuando está ligeramente
distendido, adquiere una forma piriforme.

El estómago puede ser subdividido en tres partes principales el fondo, el cuerpo, y la porción
pilórica. El fondo es la parte redondeada situada arriba del nivel del orificio cardiaco. La mayor
parte del estómago es el cuerpo, mientras que la porción contigua al duodeno es la porción
pilórica. La porción pilórica es algunas veces dividida en antro pilórico de paredes delgadas, y un
canal pilórico de paredes más gruesas rodeadas por el esfínter pilórico (figura 488). La incisura
angular, es a menudo tomada para indicar la unión entre el cuerpo y el antro, pero el sitio exacto
de la transición de una parte a otra puede variar enormemente en centímetros de un individuo a
otro y esto sólo puede ser determinado histológicamente; no existe ninguna delimitación definida
en el exterior del estómago.

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Proyección en la superficie. El cardias es el punto más fijo del estómago; se encuentra detrás del
7º cartílago costal izquierdo, a 2.5 cm a la izquierda de la línea media sobre el nivel de la 11ª
vértebra torácica. La posición de píloro es variable; en el cadáver está descrito como yacente justo
a la derecha de la línea media a nivel de la 1ª vértebra lumbar en el plano transpilórico, pero en el

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sujeto vivo, especialmente cuando está de pie, se encuentra a menudo uno o dos niveles
vertebrales más abajo. Entre los dos orificios, la típica forma gástrica puede ser visualizada.

Estructura

Como la mayor parte del tubo alimenticio, el estómago tiene cuatro capas o cubiertas.

Mucosa.

Cuando el estómago está vacío la mucosa se pliega en surcos salientes o arrugas debido a la
presencia de tejido elástico en ella. En la región de la curvatura menor las arrugas forman cuatro o
cinco pliegues longitudinales paralelos con depresiones entre ellos. El resto de la mucosa gástrica,
las arrugas están dispuestas menos regularmente y forman áreas gástricas. El revestimiento
muestra un gran número de pequeñas aberturas, las criptas gástricas, que son las bocas de las
glándulas gástricas.

La mucosa puede examinarse en el individuo vivo con el gastroscopio, instrumento flexible que
puede introducirse en el estómago y que lleva una luz con un telescopio unido, pudiendo obtenerse
biopsias de la mucosa para su examen histológico. Normalmente la mucosa es de un intenso color
rojo naranja y tiene un aspecto brillante. Poco después de la muerte la mucosa es de color rosado
grisáceo y después de la fijación, el color rosado pronto desaparece. La mucosa forma un
revestimiento liso y blando, que sólo está laxamente unido a la capa submucosa, excepto en la
región pilórica en donde la submucosa es más densa.

Microscópicamente el grueso epitelio estratificado del esófago, cambia abruptamente en el


cardias al revestimiento epitelial simple, (de una sola capa) del estómago. Las células epiteliales
son columnares altas, secretoras de moco y se encuentran en la superficie del estómago y en las
criptas gástricas. Las glándulas son de tipo tubular y están situadas muy juntas unas de otras, con
escaso tejido conjuntivo de la lámina propia entre ellas. La lámina propia contiene cierta cantidad
de linfocitos, eosinófilos, células plasmáticas y células cebadas. La muscular de la mucosa consiste
de fibras musculares lisas dispuestas
predominantemente en dirección longitudinal y
constituye el límite externo de la mucosa.

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Las glándulas gástricas pueden subdividirse en los siguientes tipos:

1. Glándulas gástricas principales. Estas glándulas se encuentran en el cuerpo y en el fondo del


estómago. Cada glándula contiene cuatro tipos de células: las mucosas del cuello de la glándula,
las principales (pépticas), las parietales (oxínticas), y las endocrinas.

A. Las células mucosas se encuentran principalmente en la región del cuello de las glándulas,
pero ellas pueden estar repartidas a niveles más profundos. Las cuales muestran menores
diferencias estructurales que las células de la superficie y el tipo de moco que ellas secretan
parece ser químicamente diferente a aquel de las células de la superficie.

B. Las células principales (pépticas) son células exocrinas típicas que secretan gránulos de
pepsinógeno, que es el precursor de la pepsina y ellas forman la mayoría de las células de la
glándula.

C. Las células parietales (oxínticas) habitualmente están repartidas aisladas entre las células
mucosas del cuello y las células principales y son más numerosas a nivel del cuello de la glándula.
Ellas se tiñen intensamente con los colorantes de anilina y en los cortes histológicos de rutina a
menudo presentan forma triangular, con un ápice muy estrecho entre las células adyacentes. Ellas
tienen como su rasgo característico (que por lo general no son visibles con el microscopio de luz)
canalículos intracelulares que son extensiones de la membrana apical de la célula dentro de las
porciones más profundas de ella. El ácido clorhídrico producido por estas células se vierte en los
canalículos y de este modo alcanza la luz de la glándula. Estas células también secretan el factor
gástrico intrínseco.

D. Las células endocrinas se describen junto con las glándulas pilóricas (ver más adelante).

Glándulas pilóricas. Estas son glándulas tubulares simples ramificadas que se encuentran en la
porción pilórica del estómago. Las criptas por encima de estas glándulas son mucho más
profundas que las que existen en el cuerpo del estómago, formando aproximadamente la mitad del
espesor total de la mucosa pilórica.

Las células glandulares son secretoras de moco, pero de nuevo existen ligeras diferencias entre
estas células, y las células superficiales y las mucosas del cuello. A menudo hay una corta zona de
transición como de un centímetro de ancho entre el cuerpo del estómago y la región pilórica, en
donde las glándulas pilóricas y gástricas están entremezcladas.

En las glándulas del cuerpo del estómago y en la región pilórica se encuentran células endocrinas
(antes llamadas células argentafines o cromafines) diseminadas aisladamente entre células de las
glándulas, especialmente cerca de la base de las glándulas. Las células endocrinas tienen forma
piriforme con un ápice estrecho que se abre en la luz de las glándulas. Ellas tienen las
características ultraestructurales de las células endocrinas, con numerosos gránulos pequeños
concentrados en las regiones infranucleares. Algunas secretan 5-hidroxitriptamina y otras
especialmente en la región pilórica son la fuente de la gastrina.

En las glándulas gástricas hay una considerable actividad mitósica en la región del cuello de la
glándula, con un tiempo de recambio para las células de la superficie y las células mucosas del
cuello de aproximadamente una semana. Parece haber una renovación insignificante de las células
principales parietales y endocrinas. En las glándulas pilóricas las mitosis son más comunes no en
la región del cuello sino más cerca de la base de la glándula. Aquí también hay un recambio rápido
de células de la cripta gástrica y de la superficie.

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Glándulas cardiacas. Estas glándulas semejan a aquellas situadas en la porción inferior del
esófago y sólo se encuentran en una pequeña área alrededor del orificio del cardias. Son glándulas
mucosas.

Submucosa.

La submucosa consiste de tejido areolar que contiene muchas fibras elásticas y grasa. También
contiene un extenso plexo de vasos sanguíneos y de nervios. Este último es el plexo submucoso
(de Meissner).

Capa muscular y serosa.

La capa muscular tiene tres estratos: uno interno oblicuo, uno medio circular, y uno externo
longitudinal.

El estrato oblicuo que se continúa con las fibras circulares del lado izquierdo de la parte inferior
del esófago, forma asas que descienden paralelas a la curvatura menor. En la gran curvatura esta
capa se fusiona con las fibras circulares, porque no forma un estrato completo sobre todo el
estómago. La contracción del estrato oblicuo, tiende a elevar la curvatura mayor. Las fibras
circulares rodean completamente el estómago y se engruesan a nivel del píloro para formar el
esfínter pilórico. La capa longitudinal también es completa y se continúa en su porción superior con
las fibras longitudinales del esófago. El plexo nervioso mientérico (de Auerbach) está situado entre
los estratos circular y longitudinal.

La capa serosa está formada por mesotelio unido a la capa muscular por un tejido conjuntivo
laxamente dispuesto.

Vasos y nervios del estómago.

Arterias y venas

Las arterias del estómago derivan del tronco celíaco. Una de las tres ramas principales del tronco,
la arteria gástrica izquierda, se arquea hacia arriba y a la izquierda frente al hiato esofágico en el
diafragma y después pasa a lo largo de la curvatura menor (entre las dos capas del omento menor)
para anastomosarse con la arteria gástrica derecha, rama de la arteria hepática común. El fondo es
vascularizado por varias arterias gástricas cortas, mismas que se elevan desde la rama esplénica
del tronco celíaco y corren entre las capas del ligamento gastroesplénico. Los vasos gástricos
cortos se anastomosan con la arteria gástrica izquierda y gastroepiploica izquierda. La curvatura
mayor recibe ramas de las arterias gastroepiploicas izquierda y derecha (desde los vasos
esplénicos y gastroduodenales respectivamente). Las dos gastroepiploicas pasan a lo largo de la
curvatura mayor entre las capas de peritoneo que forman el omento mayor, y usualmente se
anastomosan libremente una con otra.

Algunas venas acompañan a las arterias antes nombradas, las venas gástricas izquierda y
derecha, las que drenan directamente a la vena porta; la gástrica derecha usualmente recibe un
pequeño vaso tributario, la vena prepilórica, misma que es una guía quirúrgica útil para la unión
gastroduodenal puesto que yace sobre la superficie anterior de la unión. Las venas
gastroepiploicas izquierda y gástrica corta drenan en la vena esplénica; la vena gastroepiploica
derecha desemboca en la vena mesentérica superior.

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Linfáticos

Estos comienzan como capilares curvos o con terminaciones ciegas en la capa superficial de la
membrana mucosa. Estos vasos capilares drenan en el plexo submucoso desde donde se elevan
los vasos más grandes atravesando las capas musculares, pasan entonces hacia nódulos en el
grupo gástrico izquierdo (desde la curvatura menor) y a los grupos pancreático esplénicos,
gastroepiploico derecho y pilórico (desde la curvatura mayor).

Nervios

Los troncos vagos anterior y posterior (derivados del plexo esofágico) envían fibras parasimpáticas
al estómago, contienen muchas fibras eferentes, concernientes a la actividad refleja y no con la
sensación de dolor, los cuales viajan en fibras que acompañan a los nervios simpáticos (ver
adelante). Ambos troncos dan origen a las dos principales ramas o grupos de ramas. El tronco
vagal anterior pasa a lo largo de la curvatura menor entre las dos capas del omento menor con los
vasos gástricos izquierdos. Este emite numerosas ramas gástricas principalmente a la superficie
anterior del estómago incluyendo una rama grande al antro pilórico, y una rama hepática que corre
a través del omento menor hacia dentro de la porta hepática.

El tronco vagal posterior corre similarmente entre las capas del omento menor, proveyendo de
ramas gástricas principalmente a la superficie posterior del estómago, una rama celíaca que
acompaña que acompaña a la arteria gástrica izquierda y retrocede tan lejos como el origen de los
vasos del tronco celíaco, alcanzando así al plexo celíaco. Las fibras vagales que entran en la pared
estomacal entran en sinapsis con células ganglionares en dos plexos nerviosos: el plexo mientérico
(Auerbach) que se encuentra entre las capas musculares y el plexo submucoso (Meissner) que se
encuentra dentro de la capa submucosa.

Los nervios simpáticos del estómago se derivan del ganglio y el plexo celíaco. Estos acompañan a
varias arterias que entran en la pared estomacal y disocian filamentos nerviosos; éstos se juntan
en los plexos mientéricos y submucoso.

Los nervios vagos (parasimpático) estimulan la peristalsis gástrica y la secreción y relajan al


esfínter pilórico. Los nervios simpáticos son vasoconstrictores, inhiben la peristalsis y la secreción,
y controlan al esfínter pilórico. Estos también contienen fibras de dolor que alcanzan a la médula
espinal por vía del tronco simpático, ramas comunicantes blancas y raíces nerviosas dorsales. La
operación de la vagotomía (cortando los troncos vagos, usualmente en la región del esófago
abdominal) reduce la secreción gástrica y la movilidad pero no tiene efecto en el dolor gástrico.

Radiología

El examen radiológico del estómago después de administrar un medio radiopaco, por ejemplo una
suspensión de sulfato de bario disuelta en agua, muestra que el estómago en el sujeto vivo difiere
enormemente de aquél del cadáver. Existen variaciones en el mismo individuo debido a la
actividad fisiológica de las vísceras o de otras estructuras relacionadas con éste; por ejemplo,
movimientos del diafragma durante la respiración, las contracciones de los músculos de la pared
abdominal y la distensión de los órganos adyacentes.

Tipos de estómago en diferentes individuos

En el promedio de los individuos la incisura angular se encuentra a nivel del plano supracrestal,
que es el nivel del punto más alto de las crestas iliacas. En el sujeto leptosomático la incisura

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angular puede estar considerablemente debajo de este nivel. En el sujeto hiperesténico la incisura
angular puede estar arriba del nivel de este plano y el estómago el frecuentemente del tipo de la
letra J corta. El estómago puede ser del tipo de “cuerno de buey” e hipertónico: esta condición se
asocia con una alta posición del órgano.

Cambios durante actividades fisiológicas

Llenado y vaciado. Cuando el medio de bario es deglutido con el sujeto en posición erecta, los
primeros escasos bocados que pasan dentro del estómago forman una sombra triangular de
vértice hacia abajo, la burbuja de gas (cámara de aire) transparente empieza arriba de la base.
Después de un intervalo corto la punta de la sombra de vario pasa dentro de la porción pilórica del
estómago.

Tono de la pared estomacal. En el estómago ortotónico las paredes tienden a ser paralelas. En el
estómago hipertónico el fondo se vuelve circular, el cuerpo es de una forma más tubular y la
curvatura menor se encuentra a nivel más alto que en el ortotónico. En la condición hipotónica el
antro pilórico es más ancho que el normal y las curvaturas mayor y menor se encuentran abajo del
nivel del plano supracrestal. La hipotonía puede desarrollarse repentinamente como resultado de
disturbios psicológicos, por ejemplo angustia. Un repentino hundimiento de la parte inferior del
estómago ha sido observado inmediatamente antes de un desmayo. Muchos factores que
incrementan o disminuyen el tono gástrico acortan o alargan respectivamente el tiempo de vaciado
del estómago.

Movimientos de respiración. La porción cardiaca del estómago sigue el curso del diafragma, pero la
porción pilórica se mueve una extensión menor provocando un movimiento “como acordeón” del
estómago.

Capacidad del estómago. La capacidad en un niño recién nacido es de aproximadamente de 30 a


35 ml; para la 2ª semana, ésta se incrementa alrededor de 75 ml; en el 3º mes es de 200 ml; para
el 2º año ésta alcanza la cantidad de 500 ml; en la pubertad es arriba de los 1 000 ml y en el
adulto, la capacidad es de 1 200 a 1600 ml.

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INTESTINO

Los intestinos grueso y delgado tienen cada uno sus rasgos característicos. A todo lo largo del
intestino delgado el músculo longitudinal externo es de un grosor uniforme, en contraste con aquél
del intestino grueso. Éste último, con la excepción del apéndice y el recto, tiene tres bandas
angostas, llamadas tenias en su pared exterior, formadas por capas gruesas de músculo
longitudinal. Las tenias son más cortas que la superficie general externa del intestino, que en
consecuencia tiene una típica apariencia de sacos. El intestino se alarga y asume una forma
cilíndrica cuando la tenia es seccionada o extirpada. Las formas de saco incrementan el área de
superficie de la pared intestinal, y por lo tanto pueden ayudar en la absorción de fluido. Estas
posiblemente pueden impedir el paso demasiado rápido del contenido fecal. Inmediatamente
precediendo a la defecación, los abolsamientos desaparecen dejando así que las heces pasen
rápidamente a través del intestino.

El intestino grueso muestra un rasgo adicional no visto en el intestino delgado. Unido a éste hay
pequeños fragmentos de grasa de función desconocida llamados apéndices epiploicos. Estos
varían enormemente en tamaño en diferentes partes del intestino grueso, y están a menudo
ausentes en el ciego, recto y apéndice. El diámetro del intestino grueso es el general más grande
que el del intestino delgado, pero éste varía según el grado de distensión.

INTESTINO DELGADO

El intestino delgado se divide en tres regiones, el duodeno, yeyuno e íleon. Si bien existe una
similitud en su estructura general, cada región tiene sus rasgos característicos.

La longitud del intestino delgado varía de acuerdo con las circunstancias bajo las cuales es
medido. Recién muerto, pero antes de embalsamarse, la longitud del intestino delgado es de
alrededor de 7 m, después de embalsamado, cuando es visto en el cuarto de disección, éste es
considerablemente menor; esto se debe al encogimiento después de endurecerse. La diferencia
en la longitud del intestino delgado no embalsamado después de la muerte, comparado con la
longitud en el sujeto vivo es probablemente debido a pérdida de elasticidad y tono.

La longitud del intestino delgado en el sujeto vivo varía en diferentes individuos, y en el mismo
individuo de tiempo en tiempo. Cuando el diámetro del lumen es pequeño, debido al tono del
músculo circular, el intestino al mismo tiempo se hace más corto. Viene a ser por lo tanto, una
asociación de tono del músculo longitudinal. Cuando el tono del músculo circular está disminuido el
intestino decrece en longitud.

El diámetro del intestino delgado varía desde aproximadamente 3 cm en el duodeno a 1.25 cm


en la terminación del íleon. Un objeto de diámetro mayor a 2.5 cm puede sobrepasar la longitud del
tracto alimenticio sin causar obstrucción. Objetos de diámetro mayor que éste son más
comúnmente sostenidos a un punto en el íleon aproximadamente 1 m de la válvula ileocecal, es
decir en el ápice de la curvatura del intestino medio embrionario.

Duodeno

Este es llamado así debido a su longitud (aproximadamente 25 cm), que es debido a que su
longitud es aproximadamente igual a la anchura de doce dedos. Se extiende desde el píloro a la
flexura duodenoyeyunal. Se encuentra bajo la forma parecida a la letra C y la mayoría de la
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concavidad de la curvatura está moldeada alrededor de la cabeza del páncreas. En su frente
anterior el duodeno está parcialmente cubierto por peritoneo mientras que posteriormente está
fijado a la pared abdominal posterior por tejido areolar laxo. El duodeno es usualmente descrito
como constituido por cuatro porciones, comúnmente conocidas por sus números (primera,
segunda, tercera y cuarta), pero oficialmente se les llama, superior, descendente, horizontal y
ascendente.

La porción superior (primera) pasa hacia arriba, hacia atrás y lateralmente del lado derecho de la
columna vertebral a nivel de la 1ª vértebra lumbar arriba de la cabeza del páncreas; posterior a
éste se encuentra la arteria gastroduodenal, el conducto biliar y la vena cava inferior.

La porción descendente (segunda) se vuelve hacia abajo en el lado derecho de la 2ª vértebra


lumbar hasta el nivel de la 3ª vértebra lumbar; posterior a esta porción, se encuentran los vasos
renales derechos, la parte superior del uréter y una porción variable del riñón derecho.

La parte horizontal (tercera) cruza de derecha a izquierda para venir a continuarse con la cuarta
parte en el lado izquierdo de la 3ª vértebra lumbar. La vena cava inferior, aorta, vasos testiculares u
ováricos y el origen de la arteria mesentérica inferior están situados en la posterior de ésta.

La parte ascendente (cuarta) da vuelta hacia arriba en la aorta y músculo psoas izquierdo y termina
en la flexura duodenoyeyunal a nivel de la 2ª vértebra lumbar.

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Las partes desde la primera hasta la cuarta miden 5, 7.5 10 y 2.5 cm de longitud respectivamente.
Los vasos pancreaticoduodenales superior e inferior forman una curva arterial entre el duodeno y
la cabeza del páncreas.

La superficie anterior del duodeno arriba de la unión del mesocolon transverso está relacionada
con la superficie visceral del hígado y de la vesícula biliar; debajo de la unión está relacionado con
el mesocolon, colon transverso y las asas superiores del yeyuno. Los vasos mesentéricos
superiores cruzan la superficie anterior de la tercera parte del duodeno para entrar en la raíz del
mesenterio. La posición de la flexura duodenoyeyunal está parcialmente mantenida por una banda
fibromuscular, el músculo suspensor del duodeno (músculo de Treitz). Este pasa desde el pilar
derecho del diafragma hacia el lado derecho del esófago, detrás del páncreas, y está unido a la
flexura posteriormente.

El ámpula hepatopancreática (formada por la unión de las terminaciones de los conductos biliar y
pancreático) se abre en la cúspide de la papila duodenal en la superficie interna de la cara
posteromedial de la parte descendente del duodeno en la unión de las 2/3 partes superiores con el
1/3 inferior. Puede haber una segunda apertura más pequeña unos 2 cm arriba de la papila
duodenal; ésta es la apertura del conducto pancreático accesorio.

Proyección en la superficie. En el cadáver las cuatro partes que comprenden a la curva duodenal
en forma de C pueden ser observadas alrededor del cuerpo de la 2ª vértebra lumbar que se
encuentra justo abajo del plano transpilórico, no obstante en el sujeto vivo, por ejemplo, en un
examen radiográfico, el duodeno está a menudo más abajo de este nivel.

Yeyuno e íleon

Distante a la flexura duodenoyeyunal el yeyuno forma parte aproximadamente de las 2/5 partes
superiores, y el íleon las 3/5 partes, del intestino delgado. No obstante cada una tiene sus rasgos
característicos, existiendo cambio gradual de una a la otra. En general las asas del yeyuno están
situadas arriba y a la izquierda, y las del íleon se encuentran abajo y a la derecha.

Además las asas del íleon se encuentran en la pelvis entre la vejiga y el recto o el útero y el
recto. Ambos yeyuno e íleon están unidos a la pared abdominal posterior por un mesenterio que
permite que las asas se muevan libremente y se acomoden ellas mismas cambiando según su
contenido. La parte del mesenterio unida a la pared abdominal posterior es conocida como la raíz
de mesenterio. La parte del mesenterio que contiene a los intestinos en su interior es conocida
como borde libre. La raíz pasa oblicuamente desde el lado izquierdo de la 2ª vértebra lumbar a la
fosa ilíaca derecha y mide alrededor de 15 cm.

Cruza sucesivamente la 3ª porción del duodeno,


la aorta, la vena cava inferior y el músculo
psoas derecho, uréter y vasos gonadales. El
borde libre está plegado hacia afuera más o
menos 1.5 m. La longitud del mesenterio desde
la raíz a la unión del intestino es
aproximadamente de 15 cm en el principio del
yeyuno y en la terminación del íleon, alrededor
de 20 cm en donde está unido a las asas del
íleon yacentes en la pelvis. Entre las dos capas
del mesenterio pasan al intestino ramas de los
vasos mesentéricos superiores, vasos linfáticos
y nervios. Una cantidad variable de tejido areolar grasoso existe entre las dos capas del

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mesenterio y en ellas se encuentran varios nódulos linfoides mesentéricos. La distribución de los
vasos sanguíneos que pasan hacia las vísceras varía en diferentes partes del mesenterio. En el
mesenterio del yeyuno existe solo una o dos arcadas arteriales. Y los vasos terminales son largos y
paralelos pero en el mesenterio del íleon existen usualmente tres o más arcadas y la arcada
terminal se encuentra cerca de la pared terminal.

La distribución de la grasa entre las capas del mesenterio es también característica. En el


mesenterio ileal, la grasa existe hasta la pared intestinal, pero en le mesenterio yeyunal existen
áreas libres de grasa, dejando áreas transparentes, las llamadas “ventanas”. Estas diferencias se
suman en el reconocimiento de las diferentes partes del intestino. Nódulos linfáticos solitarios
están presentes en la membrana mucosa del propio intestino delgado. En el íleon están
frecuentemente agrupadas para formar nódulos linfáticos agregados o glándulas de Peyer (figura
504). Estos nódulos, como la mayoría del tejido linfoide están bien desarrollados en los niños.

Proyección en la superficie. La flexura duodenoyeyunal está aproximadamente 2.5 cm a la


izquierda de la línea media y 2.5 cm abajo del plano transpilórico. La posición de esta flexura indica
el extremo superior de la raíz del mesenterio, mismo que pasa hacia abajo y a la derecha formando
un ángulo de 45º en un espacio de 15 cm.

Estructura del intestino delgado.

La estructura general es en esencia semejante en todo el intestino, pero hay ciertas diferencias
regionales.

Mucosa

La mucosa de la primera porción del duodeno es


lisa, pero la del resto del intestino delgado tiene
pliegues circulares que se hacen progresivamente
más prominentes en las porciones más distales. La
mucosa del duodeno y del yeyuno es más gruesa
que la del íleon. Los pliegues de la mucosa pliegues
circulares, dan vuelta a dos tercios de la superficie
interna de la circunferencia del intestino. Sin
embargo, los pliegues son más numerosos y mejor
desarrollados en el yeyuno que en el íleon. En la
porción inferior del íleon los pliegues casi han
desaparecido por completo. Pequeñas salientes de
la mucosa las vellosidades, hacen saliente hacia la
luz del intestino y existen sobre los pliegues
circulares y áreas intermedias. Frecuentemente las

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vellosidades son digitiformes pero pueden ser más anchas y más semejantes a hojas o sinuosas.
Cada vellosidad tiene un centro de tejido conjuntivo laxo cubierto por un epitelio columnar. En el
tejido conjuntivo de la porción central hay asas vasculares con un vaso lactífero central. La
presencia de pliegues y vellosidades en la mucosa aumenta enormemente las superficies de
absorción y secreción. Las glándulas intestinales (glándulas o criptas de Lieberkuh) se abren en
las bases de las vellosidades. Las células epiteliales que revisten la mucosa son de dos tipos
principales: las células columnares con bordes estriados formados por microvellosidades y las
células secretoras de moco o células caliciformes. Que se distienden periódicamente con el moco
que secretan subsecuentemente. Las glándulas intestinales son simples tubos que a veces se
ramifican y su revestimiento epitelial se continúa con el de las vellosidades. Las células columnares
son menos diferenciadas que las de las vellosidades en el fondo de las glándulas hay células que
contienen grandes gránulos de secreción, son las células de Paneth. Ellas tienen las
características estructurales de células exocrinas típicas, pero aún no se ha identificado el material
que ellas secretan. A veces se encuentran células endocrinas semejantes a las glándulas del
estómago.

Las células de las vellosidades tienen un periodo de vida de sólo uno o dos días pues ellas se
van desplazando a lo largo de los lados de las vellosidades hasta la punta de éstas, de donde se
desprenden constantemente. Al mismo tiempo se forman nuevas células por la incesante actividad
mitósica de las células de las glándulas (criptas) que pasan de las glándulas a las vellosidades
para diferenciarse en células columnares o caliciformes, de modo de mantener un estado de
equilibrio. La pérdida continua de células en la luz del intestino puede llegar a ser hasta de 250 g
en peso cada día. Como resultado de esto se expulsa una pequeña cantidad de heces aún en
individuos en ayunas. Repartidos en la mucosa hay muchos folículos linfáticos pequeños. En el
íleon ellos forman a menudo grandes acúmulos (placas de Peyer). Estos acúmulos están situados
en la porción antimesentérica de la pared intestinal. No existen vellosidades en las áreas ocupadas
por las placas de Peyer. Las células caliciformes del intestino delgado producen moco y las
células columnares secretan enzimas digestivas hacia la luz del intestino.

Además de la producción de enzimas digestivas, la mucosa intestinal secreta hormonas formadas


por las células endocrinas. Una variedad de célula endocrina duodenal secreta gastrina, como el
estómago, mientras que otra célula produce secretina, que estimula la secreción exocrina del
páncreas, una tercera hormona de las células endocrinas intestinales, estimula la secreción
pancreática y la secreción de la vesícula biliar, habitualmente se le llama CCK-PC después del
descubrimiento de que las sustancias que antes se denominaban colecistocinina y pancreocinina
son idénticas. Varias otras hormonas están siendo identificadas.

La absorción de sustancias de la luz del intestino es la otra función vital del intestino delgado. En
esta función tiene un importante papel el borde de microvellosidades de las células epiteliales.
Muchos de los productos de desintegración de los carbohidratos, grasas y proteínas de la dieta son
absorbidos en una gran extensión del intestino, mientras que otros como la glucosa, el hierro y el
ácido fólico son captados por el duodeno y el yeyuno proximal, mientras que la vitamina B12 y las
sales biliares son absorbidas sólo por el íleon. Hasta ahora no se han detectado rasgos
estructurales en las células epiteliales de las diferentes partes del intestino para explicar esta
localización de la función. Los diversos movimientos –peristaltismo y segmentación- que imparte al
intestino su pared muscular asistida por la actividad de la muscular de la mucosa, ayudan a los
procesos digestivos mezclando el contenido de la luz e impeliéndolo a diferentes sitios.

Submucosa, capa muscular y cubierta serosa.

La submucosa está formada por tejido conjuntivo de disposición laxa con vasos sanguíneos,
linfáticos y el plexo nervioso submucoso. Se piensa que este plexo influye sobre las actividades de
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la muscular de la mucosa y del epitelio. La submucosa del duodeno se diferencia del resto del
intestino delgado en que contiene grupos de glándulas que secretan moco (glándulas de Brunner).
Los conductos de estas glándulas pasan a través de la muscular de la mucosa para vaciar su
contenido en la base de las glándulas intestinales subyacentes.

Existen dos capas bien definidas de músculo liso; una circular interna y una longitudinal externa.
Las células nerviosas y las fibras del plexo mientérico están situadas entre las capas de músculo y
controlan su actividad directamente.

La cubierta serosa está formada por tejido conjuntivo laxo cubierto por la capa mesotelial.

Vasos y nervios del intestino delgado

Arterias y venas

La porción suprampular del duodeno recibe su irrigación de la rama pancreaticoduodenal superior


de la arteria gastroduodenal y también de las ramas de las arterias gástrica derecha y hepática. La
porción duodenal infraampular recibe su irrigación de las ramas de la arteria mesentérica superior.
La curva formada por los vasos pancreáticoduodenales superiores e inferiores se encuentran entre
la concavidad del duodeno y la cabeza del páncreas. El área de anastomosis en el duodeno entre
las arterias pancreaticoduodenales está en la unión entre el intestino anterior y el intestino medio.

El yeyuno y la mayor parte del íleon reciben su irrigación de las ramas yeyunal e ileal de la arteria
mesentérica superior. La parte terminal del íleon es irrigada por vasos de la división ileocólica de
esa arteria. Las ramas yeyunal e ileal forman arcadas arteriales anastomosadas en el mesenterio.
De las arcadas terminales surgen vasos que rodean al intestino y se anastomosan en su borde
antimesentérico. De estos vasos circundantes pequeñas arterias perforan la pared muscular y la
irrigan. Las arterias perforantes terminan en un extenso plexo submucoso donde los vasos pasan a
las glándulas y a las vellosidades.

Las venas del intestino delgado están colocadas a los lados de las arterias recibiendo los
correspondientes nombres; drenan dentro del sistema portal.

Linfáticos

En el intestino delgado los vasos linfáticos


empiezan en los vasos centrales lácteos de las
vellosidades, una para cada vellosidad. La pared
de un vaso lácteo está constituida por una capa
única de células endoteliales rodeadas
incompletamente por una delicada capa
longitudinal de músculo liso. Las terminaciones
ciegas de los vasos lácteos están situadas cerca
de los vértices de las vellosidades, y los lácteos
terminan anastomosándose con vasos entre las
bases glandulares, formando un plexo linfático en
la mucosa. Del plexo mucoso surgen canales
eferentes y parten a la mucosae muscularis en
donde se unen al plexo de vasos más largos en
grandes vasos en la submucosa. Desde este plexo los vasos pasan a través de la capa muscular.
Aquellos del duodeno alcanzan a los nódulos pilórico y pre-aórtico, mientras que la linfa del resto
del intestino delgado pasa a través de los nódulos en el mesenterio hacia el grupo preaórtico y
después a la cisterna del quilo.
26
Nervios

Rama de los nervios vagos y simpáticos está distribuida en los plexos submucoso y mientérico.
Las actividades peristálticas dependen más de los plexos nerviosos intrínsecos que de la
inervación extrínseca del vago, aunque la estimulación vagal puede aumentar la peristalsis. Los
nervios simpáticos son vasoconstrictores y pueden inhibir a la peristalsis, también contienen fibras
de dolor que alcanzan a la médula espinal por vía del tronco simpático, ramos comunicantes
blancos y raíces nerviosas dorsales.

Examen radiológico del intestino delgado después de un medio de bario.

La primera porción del duodeno tiene una apariencia característica relacionada con sus funciones
especiales. Los estímulos inhibitorios, que proceden a la onda peristáltica gástrica, causan el
relajamiento del esfínter pilórico tan pronto como la presión se incrementa y excede a la resistencia
del esfínter. El medio de bario pasa dentro de la primera porción del duodeno y forma una sombra
triangular homogénea, el gorro (bulbo) duodenal, con la base hacia el píloro. En el estómago en
forma de J el vértice del gorro duodenal apunta hacia arriba y afuera, pero en el tipo alto de
estómago (cuerno de buey) el vértice del triángulo duodenal está comúnmente dirigido hacia atrás
y hacia abajo. El gorro o bulbo duodenal puede permanecer lleno por bastantes segundos;
usualmente se vacía con relativa rapidez. El bulbo se mueve con el píloro y su posición, por lo
tanto, es influido por los mismos factores; el medio de bario una vez que ha dejado el bulbo
duodenal, pasa rápidamente a través del resto del duodeno, por las contracciones peristálticas.
Debido a la ausencia de pliegues en la pared de la primera porción del duodeno, la línea exterior
de la sombra es lisa, mientras esté más distante el medio de bario es fragmentado en pequeñas
porciones dando sombra flocular (plumiforme.)

Las sombras aparecen en la parte superior del yeyuno unos pocos minutos después de tomado el
medio de bario. Las sombras alcanzan la fusión ileocecal en unos 20 minutos a 2 horas, y después
de 6 horas, la mayor parte del medio de bario normalmente ha pasado fuera del intestino delgado.
En la parte superior del intestino las sombras están fragmentadas y esparcidas pero, en los últimos
pocos centímetros del íleon, éstas tienden a formar continuas masas homogéneas. El calibre del
yeyuno e íleon es uniforme en toda su longitud excepto en la porción terminal del íleon el cual es
más angosto. Una constricción señala algunas veces la posición de la válvula ileocecal.

En el yeyuno e íleon dos tipos de movimientos de la pared intestinal pueden ser reconocidos:
contracciones rítmicas segmentarias y contracciones peristálticas. Estas son frecuentemente vistas
en la pantalla fluorescente y se deben aparentemente a las contracciones simultáneas de las
capas longitudinal y circular. Los movimientos pueden ser tan ligeros que los contenidos
intestinales no alcanzan a desplazarse; en otras ocasiones éstas constriñen el lumen tanto que los
contenidos son desplazados hacia atrás y los obligan a entrar en contacto con las superficies
mucosas. Las contracciones peristálticas normalmente envuelven a un segmento corto del
intestino. La contracción del músculo circular produce un estrechamiento del lumen en un
segmento, con un relajamiento del segmento que le sigue, mismo que se distiende. Ha sido
observado experimentalmente que el músculo longitudinal también se contrae en el sitio de
contracción del músculo circular y es inhibido en el sitio de distención.

INTESTINO GRUESO.

El intestino grueso incluye al ciego con el apéndice, el colon (dividido en porciones ascendente,
transversa, descendente y sigmoidea), el recto y el canal anal. El ciego es aquella parte del
intestino grueso situada abajo del nivel de la fusión del íleon con el intestino grueso. El íleon se une
al ciego oblicuamente en su cara medial, en el orificio ileocecal y asciende paralelamente al lado

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medial del ciego en los últimos centímetros de su curso. Por lo tanto, en un examen externo de la
víscera la unión de los intestinos delgado y grueso no es siempre reconocible.

Ciego.

El ciego varía enormemente en tamaño entre los mamíferos. En general es más largo en los
herbívoros y más pequeño en los animales carnívoros. Termina en una porción constreñida, el
apéndice. En el hombre y en los antropoides el ciego y el apéndice son comparativamente más

28
pequeños y muestran diferencias en su desarrollo desde el divertículo cecal embrionario. La parte
más amplia proximal define al ciego y la más tubular, parte distal, se transforma en el apéndice.

El ciego de un humano adulto es una bolsa asimétrica de pared delgada situada en la fosa ilíaca
derecha arriba de la mitad lateral del ligamento inguinal. La parte inferior del ciego está dirigida
medialmente hacia el borde pélvico. En una etapa temprana del desarrollo el ciego se encuentra a
un nivel superior en la cavidad abdominal sucediéndose variaciones en la extensión de su
“descenso” en el recorrido de su posible posición postnatal. Puede encontrarse en la cavidad
pélvica o, algunas veces, cerca del hígado.

La forma final del ciego es el resultado de la diferenciación en su crecimiento. En el feto ésta es


cónica con el apéndice unido a la cúspide del cono. Este tipo fetal puede persistir en el adulto. Sin
embargo a menudo la parte anterolateral del ciego crece más rápidamente que la parte
posteromedial. De este modo, lo que era originalmente la cúspide del ciego viene a situarse en la
superficie posterior izquierda cerca de la parte terminal del íleon.

El ciego está en la mayoría de los casos completamente cubierto por peritoneo y es por
consiguiente libre en su movimiento, pero la superficie posterior puede estar desprovista de
peritoneo por lo que se fija con la pared abdominal posterior. Frecuentemente un divertículo
peritoneal, el receso retrocecal, se extiende hacia arriba alguna distancia quedando posterior al
colon ascendente, y pequeños recesos ileocecales inferior y superior se pueden presentar. Las
relaciones del ciego varían por supuesto, con su posición y extensión cuando está lleno.

Posteriormente el ciego está relacionado con los músculos psoas e ilíaco, con el nervio femoral
entre éste y el músculo ilíaco, pero, en la cavidad pélvica, está relacionado con las vísceras
pélvicas, por ejemplo la vejiga y el útero.

Cuando el ciego está distendido la superficie anterior entra en contacto con la pared abdominal
anterior y puede ser palpado en el sujeto vivo. Dado que la distensión se debe normalmente a gas,
el ciego produce una nota resonante de percusión. Cuando está vacío, su superficie anterior está
cubierta por asas del intestino delgado. La superficie medial está también relacionada con asas
intestinales. El orificio ileocecal es una hendidura transversal en la pared posteromedial del ciego.
El orificio está provisto por una válvula compuesta por pliegues superior e inferior mismos que se
proyectan dentro del lumen cecal y se unen en sus terminaciones para formar pliegues llamados
frenillos anterior y posterior. Cada pliegue de la válvula ileocecal está compuesto de dos capas de
membrana mucosa, la cual cubre la submucosa y la capa muscular circular del íleon. Las fibras del
músculo longitudinal no intervienen en esta formación pero pasan directamente del intestino
delgado al intestino grueso. La membrana mucosa de las superficies opuestas de los pliegues se
asemeja a la del íleon, y en la superficie libre es lisa como la del intestino grueso. El íleon por lo
tanto aparece parcialmente invaginado dentro del intestino grueso. La invaginación es más notable
en el recién nacido que en el adulto. La válvula ileocecal actúa como esfínter y se relaja en
intervalos frecuentes para permitir que una pequeña cantidad de los contenidos ileales pasen por
el ciego. Los alimentos entrando al estómago producen un relajamiento reflejo del esfínter ileocecal
permitiendo así el pasaje de los contenidos ileales hacia dentro. El esfínter también previene la
regurgitación de los contenidos cecales dentro del íleon, pero no muy efectivamente, como está
demostrado de hecho que la resistencia de la válvula puede realmente ceder cuando el ciego está
distendido por la administración de una enema. El orificio del apéndice, situado alrededor de 2 cm
abajo del orificio ileocecal, está rodeado y cubierto por un pliegue de membrana mucosa el cual,
sin embargo, no tiene la función de válvula para prevenir el paso de los contenidos cecales dentro
del apéndice.

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Proyección en la superficie. El ciego se encuentra en la fosa ilíaca derecha arriba de la mitad
lateral del ligamento inguinal.

Apéndice.

En el hombre y en los monos antropoides el apéndice está bien diferenciado y aparece como un
divertículo delgado, tubular del ciego. Es significativo que permanezca indeterminado, pero no hay
razón para considerarla como una estructura atrofiada. Realmente existe alguna evidencia
morfológica que sugiere que existe una alta especialización en contra de una degeneración
estructural, no obstante que está ausente en la mayoría de los animales mamíferos primitivos.
Siendo que el apéndice contiene una enorme cantidad de tejido linfoide es probable que
funcionalmente sea análogo a otros órganos linfoides similares a las tonsilas. La base del apéndice
está unida al ciego en el punto en donde la tenia converge para formar la capa longitudinal del
apéndice; el ápice del apéndice es libre.

El apéndice varía en longitud desde 2-23 cm con una extensión normal de 7-12 cm. Es
relativamente largo en los niños y tiende a disminuir en su tamaño en la edad avanzada. El
apéndice tiene aproximadamente 0.5 cm de diámetro y usualmente tiene una luz definida. Esta
última puede sin embargo estar parcialmente obliterada en el adulto. El proceso de obliteración
comienza en la punta y gradualmente se extiende hacia la base. Normalmente el apéndice tiene
una envoltura completa de peritoneo; la parte media proximal está unida por mesenterio, el
mesoapéndice, a la parte inferior del íleon y a la parte adyacente de la pared abdominal posterior;
la parte media distal se encuentra libre en la cavidad peritoneal.

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La posición del apéndice varía considerablemente en diferentes individuos o en el mismo individuo
de tiempo en tiempo. Puede encontrarse I) en la fosa retrocecal (la posición más común); II)
enteramente dentro de la pelvis entre las asas del intestino delgado; III) cerca del ligamento
inguinal; IV) enfrente o posterior a la parte terminal del íleon; o V) hacia la parte lateral del ciego.
En la posición pélvica el apéndice está relacionado con los vasos ilíacos externos y las vísceras
pélvicas. Cuando se halla en la fosa ilíaca está relacionado con los músculos ilíaco y psoas, y el
nervio femoral.

En la apendicitis, mientras que el dolor del apéndice mismo es referido a la región del ombligo el
dolor producido por la irritación de las paredes varía con la ubicación del apéndice; por ejemplo, en
la mayoría de las posiciones del dolor del apéndice y sensibilidad es localizada en la pared
abdominal anterior sobre la fosa ilíaca derecha, pero si el apéndice es retrocecal o pélvico en su
posición, este signo característico está a menudo ausente. Un apéndice inflamado puede irritar al
músculo psoas y causar espasmos en él.

Proyección en la superficie. Cualquiera que sea la posición de la punta del apéndice, la posición
del orificio o base del órgano normalmente se encuentra profunda en el punto de McBurney, misma
que se localiza en la unión de los tercios medio e inferior de la línea que une a la espina ilíaca
anterior superior y el ombligo.

Colon.

El colon ascendente se extiende desde el ciego a la flexura cólica derecha. Se encuentra sobre los
músculos ilíaco y cuadrado lumbar. El origen aponeurótico del músculo transverso del abdomen,
junto con las ramas del plexo lumbar, lo separan del músculo cuadrado lumbar.

El colon ascendente normalmente no tiene mesenterio y por lo tanto está relativamente fijo. La
parte superior del colon ascendente está cubierta en el frente por asas del intestino delgado, pero
en la parte inferior puede estar en contacto directo con la pared abdominal anterior. Entre el colon
ascendente y la pared abdominal lateral existe un espacio potencial en la cavidad peritoneal
llamado el “canal” paracólico derecho. En la posición recostada este canal puede conducir sangre
o exudado inflamatorio de la fosa ilíaca derecha al espacio subfrénico derecho.

La flexura cólica derecha se encuentra enfrente de la parte inferior del riñón derecho y por debajo
de la cubierta del lóbulo derecho del hígado en donde usualmente forma la impresión cólica. Un
pequeño pliegue de peritoneo que pasa entre la flexura y la pared abdominal posterior puede ser
identificado por el ligamento frenocólico derecho.

Desde la flexura cólica derecha el colon transverso forma una curva que se dirige hacia la
izquierda abajo y adelante y finalmente termina en la flexura cólica izquierda en contacto con el
bazo. Se encuentra sucesivamente en frente del hilio del riñón derecho, la parte descendente
(segunda) del duodeno y de la cabeza del páncreas. El colon transverso está separado de la pared
abdominal anterior por las capas anteriores del omento mayor. Los primeros escasos centímetros
del colon transverso no tienen mesenterio y se mueven menos libremente que los restantes, los
cuales están suspendidos de la cara anterior del cuello y cuerpo del páncreas por el mesocolon
transverso, el que les permite los movimientos.

El nivel inferior de la curva del colon transverso varía en su longitud en diferentes individuos, y en
el mismo individuo en diferentes posiciones. Generalmente la parte más fija del colon transverso
está a nivel del ombligo, pero podría estar completamente dentro de lo normal al situarse en la
pelvis. Cuando el colon transverso es corto puede estar arriba del nivel del ombligo; este último tipo

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puede estar relacionado con una posición alta del estómago. El colon transverso se encuentra en
un nivel en la posición reclinada más abajo en la posición erecta que en la posición recostada.

La flexura izquierda del colon es más alta que la derecha y está en contacto con el bazo, la
curvatura mayor del estómago, la cola del páncreas y la superficie anterior del riñón izquierdo. Está
suspendida del diafragma por el ligamento frenocólico izquierdo. Posteriormente sus relaciones
corresponden a aquellas del colon ascendente. La parte superior está situada profundamente y
está separada de la pared abdominal anterior por la terminación del colon transverso y asas del
intestino delgado. La parte inferior cuando está distendida frecuentemente entra en contacto con la
pared abdominal anterior arriba del ligamento inguinal, y especialmente cuando está lleno de heces
puede ser palpado en esta posición.

El colon sigmoideo (pélvico) pasa por debajo del borde pélvico a la tercera vértebra del sacro en
donde se continúa con el recto. El sitio de unión está indicado por una ligera constricción causada
por el esfínter rectosigmoideo, el cual controla el paso de los contenidos del colon hacia dentro del
recto. El colon sigmoideo forma una curva de longitud variable, suspendido por un mesenterio que
tiene la forma de una V invertida fijo a la pared pélvica. El ápice de la inserción de la V está cerca
de la bifurcación de la arteria ilíaca común izquierda, y se encuentra sobre el uréter izquierdo. El
colon sigmoideo se localiza profundamente en la pelvis con asas del intestino delgado que lo
separan de la vejiga en el hombre y del útero en la mujer. Por detrás se encuentra el recto, y en
cada lado se localizan las estructuras de la pared lateral de la pelvis.

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Su posición en el adulto depende en la medida en que el colon mismo o la vejiga o el útero estén
vacíos o llenos. Cuando las vísceras pélvicas están distendidas el colon sigmoideo es desplazado
a un nivel más alto. En los niños, debido al pequeño tamaño de la pelvis verdadera, el colon
sigmoideo ocupa una posición más alta en la cavidad abdominal que en la del adulto.

Proyección en la superficie. El colon ascendente se encuentra detrás de la pared abdominal


anterior en la región lateral (lumbar) derecha, con la flexura cólica derecha justo debajo de la cara
inferior de hígado y borde costal a nivel del 10° cartílago costal. La curva transversa cóncava del
colon transverso es muy variable en su posición; comúnmente se encuentra abajo del nivel del
ombligo. La flexura cólica izquierda es más alta que la derecha, y está normalmente en el
hipocondrio izquierdo detrás del 8° cartílago costal. El colon descendente pasa hacia abajo en la
región lateral izquierda (lumbar) a la fosa ilíaca izquierda, en donde se continúa con el colon
sigmoideo. El ápice del mesocolon sigmoideo está aproximadamente en la bifurcación de la arteria
ilíaca común izquierda; este punto está a 3 cm a la izquierda de la línea media en el plano
transtubercular.

33
Recto.

El recto se extiende desde el frente de la tercera vértebra del sacro en la terminación del
mesocolon sigmoideo a un punto, a nivel de la cúspide de la glándula prostática de 2.5 a 3.5 cm
enfrente del cóccix, en donde se dobla bruscamente hacia atrás para continuarse con el canal anal.
El recto está moldeado a la concavidad del sacro y el cóccix. Cuando está vacío y contraído es
normalmente erguido y tubular, excepto arriba de su unión con el canal anal en donde está dilatado
para formar el ámpula. Cuando está distendido el recto se vuelve sacular y tiene tres curvas
laterales. Las curvas superior e inferior son usualmente convexas a la derecha y la curva media es
convexa a la izquierda. Normalmente la distensión del recto aumenta el deseo de defecar.

El peritoneo cubre la parte anterior y a los lados del tercio superior del recto y el frente del tercio
medio. El tercio inferior está desprovisto de peritoneo pero está rodeado por una envoltura facial
densa, la cual está raramente fijada a la pared del recto para permitir a éste último expandirse. La
reflexión de peritoneo de la parte anterior del recto a la vejiga en el hombre forma la bolsa
rectovesical. En la mujer el peritoneo se refleja en el fórnix posterior de la vagina y útero, formando
así la bolsa rectouterina.

Las condiciones del recto son importantes dado que muchas de las estructuras adyacentes pueden
ser palpadas desde su (luz) lumen por un examen digital. Posteriormente el recto se relaciona con
las tres vértebras sacras inferiores, el cóccix y el rafe anococcígeo. El recto está conectado al
sacro por tejido fibroareolar el cual forma el sistema de ligamentos laterales conteniendo a la
arteria rectal media y a los nervios autónomos de la pelvis en su salida (plexo pélvico). Los
músculos (piramidales) con los nervios sacros y coccígeos 3°, 4° y 5° , músculos coccígeos y con
los elevadores, está relacionado posterolateralmente; ramas de los vasos rectales superiores
corren hacia abajo de cada lado de la parte superior del recto antes de atravesar la pared
muscular. Los músculos elevadores del ano separan la parte inferior del recto de la fosa
isquiorrectal. Las relaciones anteriores del recto difieren en los dos sexos, y sólo varían en el
mismo sexo de acuerdo con la distensión o vacío de la víscera.

En el hombre. Cuando el recto está vacío, asas del intestino delgado se encuentran anteriormente
a la cavidad o bolsa rectovesical entre éste y la vejiga. Abajo del nivel de la bolsa rectovesical se
encuentran las vesículas seminales, las terminaciones de los conductos deferentes, una pequeña
área de la vejiga y la glándula prostática. De estas estructuras la próstata puede realmente ser
palpada por un examen digital en el ser humano, y su tamaño y consistencia son definidos.
Cuando el recto se distiende la bolsa rectovesical se reduce formando una pequeña hendidura,
tanto así que la parte superior del recto entra en contacto con la superficie posterior de la vejiga.

En la mujer. Los ovarios se encuentran anterolateralmente al recto y se pueden sentir muchas


veces a través de un examen digital.

El recto cuando se encuentra vacío está separado del cuello del útero por asas del intestino
delgado y colon sigmoideo en la bolsa rectouterina, pero cuando está distendido entra en contacto
con el útero. Abajo del nivel de la bolsa rectouterina la superficie anterior del recto está frente a la
pared vaginal posterior. El cuello del útero es realmente palpable como una protuberancia redonda
proyectándose hacia atrás.

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Canal anal.

El canal anal comienza a nivel del vértice de la próstata, pasando hacia abajo y atrás alrededor de
4 cm, y termina en el ano. Es un canal en forma de ranura cuando está vacío, pero durante el paso
de las heces fecales puede distenderse enormemente. Lateralmente el canal está separado de la
grasa de la fosa isquiorrectal por los músculos elevador del ano y los músculos del esfínter externo.
La presencia de grasa en la fosa permite al canal dilatarse durante el paso de las heces.
Anteriormente, en el hombre, el canal está separado de la uretra membranosa por el cuerpo
perineal, mientras que en la mujer, está relacionado con el cuerpo perineal y con la parte inferior de
la vagina; posteriormente se encuentra en conexión en ambos sexos con el rafe anococcígeo.

En la mayor parte de su longitud el canal anal está rodeado de músculos esfinterianos, los cuales
controlan el mecanismo de la defecación. Los músculos consisten en un esfínter anal interno
(involuntario) y un esfínter anal externo (voluntario). El esfínter interno es un engrosamiento del
músculo circular de la pared intestinal que encierra al canal anal alrededor de las dos terceras
partes superiores de su longitud, justo arriba de la unión anorrectal e inmediatamente arriba de la
inserción del septum de la fosa isquiorrectal. El borde inferior de éste esfínter puede ser palpado
en el sujeto vivo exactamente en la línea interesfinteriana (véase más adelante).

El esfínter externo es descrito como formado por tres partes, pero no existen diferencias o
distinciones claras entre las tres. La parte más superficial (esfínter subcutáneo externo) está
separado de las partes más profundas de los músculos por medio de ligamentos del septum
intermuscular de la fosa isquiorrectal. Parte de los músculos tienden a cubrir el borde inferior del
esfínter interno en este punto, formando así la línea esfinteriana una marca que es palpable en un
examen digital del canal. (Esta línea corresponde a la llamada “línea blanca” de textos antiguos
pero en realidad no es visible como tal). Si el epitelio escamoso estratificado sobre el músculo es
roto, por ejemplo por el paso de heces duras, las fibras musculares son expuestas resultando una
condición conocida como fisura-in-ano. Esta se caracteriza por las contracciones dolorosas de este
músculo que puede tratarse con la sección de las fibras. El esfínter subcutáneo externo puede ser
dividido sin afectar a la continencia anal. El resto del esfínter externo es subdividido en porciones
superficial y profunda. La parte superficial está unida posteriormente al cóccix; envuelve
circularmente al canal anal para insertarse en el tendón central del periné. La porción profunda
adyacente del músculo no tiene uniones óseas y envuelve circularmente la parte superior del
esfínter interno.

Además del esfínter, la parte inferior del recto y la parte superior del canal anal están sostenidas
por el músculo puborrectal, mismo que pasa alrededor de sus lados y posteriormente como un
cabestrillo circular. La contracción del músculo puborrectal produce un ángulo entre el recto y el
canal anal haciéndose más agudo. De ésta manera su contracción es un factor importante para
evitar el paso de heces del recto al canal anal. Las contracciones tónicas de los esfínteres externo
e interno mantienen al ano y al canal anal cerrado, y se inhiben durante la defecación. Sin
embargo, las contracciones pueden ser vencidas por fuertes contracciones del recto.

El esfínter externo es mucho más fuerte que el interno, el que parece ser de menor importancia
para la continencia fecal normal puesto que la división quirúrgica completa del esfínter interno no
produce incontinencia. Si el esfínter externo se paraliza, el control esfinteriano se pierde.

Las fibras del músculo longitudinal del recto pasan hacia la superficie de esfínter interno y están
rodeadas por el esfínter externo. Algunas de las fibras longitudinales están unidas al revestimiento
del canal anal, mientras que otras pasan lateralmente profundas al esfínter subcutáneo para venir

35
a continuarse con el septum de la fosa isquiorrectal, separando así al espacio perianal de la fosa.
La unión de las fibras longitudinales con el canal anal separa los plexos venosos rectal interno del
rectal externo.

Interior del intestino grueso.

La membrana mucosa del intestino grueso se extiende en pliegues transversales irregulares.


Cuando el intestino se distiende, se forman dilataciones saculares; la pared del intestino se vuelve
lisa excepto por algunos escasos pliegues que persisten. En el recto los pliegues transversales
están bien desarrollados. El pliegue más constante del recto es el que está situado anteriormente y
a la derecha justamente debajo del nivel de la reflexión del peritoneo desde el recto hasta la vejiga
o vagina. Un segundo pliegue menos constante se proyecta dentro del recto desde la derecha, y
un tercero se puede proyectar dentro de la parte posterior izquierda. Estos pliegues son
características que pueden ser reconocidas durante el examen del recto en el sujeto vivo con un
proctoscopio, y el pliegue principal puede sentirse en un examen digital. Un instrumento más largo,
el sigmoidoscopio permite que la membrana mucosa del colon sigmoide sea inspeccionada, y el
“colonoscopio largo” (180 cm de longitud) ha hecho posible la visualización directa del
revestimiento del colon completo.

Interior del canal anal.

La membrana que reviste al canal anal tiene de 6 a 10 pliegues verticales conocidos como
columnas anales. Estas son prominentes en los niños, pero menos conspicuas en la edad
avanzada. Varían en longitud y son aplanadas cuando el canal se distiende durante la defecación.
Las terminaciones inferiores o bases de las columnas están unidas por pliegues superficiales en
forma de bolsas de membrana mucosa formando las “válvulas anales”. El intervalo entre una
válvula y la pared anal se llama seno anal. La función de las columnas anales y válvulas no es
conocida. El sitio de la unión de las válvulas forma una línea pectinada. La pared del canal está
dividida en zonas superiores e inferiores separadas una de otra por una zona intermedia. Cada
zona tiene su epitelio característico y reacciona en forma diferente en las diversas enfermedades
que afectan esta región. La zona superior está limitada inferiormente por la línea pectínea o
pectinada. Las columnas anales se extienden hacia arriba a una distancia variable dentro de esta
zona, misma que está cubierta por un epitelio columnar desarrollado en el endodermo. La zona
intermedia se encuentra entre la línea pectínea y la línea interesfinteriana misma que marca el
límite superior del epitelio escamoso estratificado. La zona intermedia es lisa, pálida y lustrosa y
está revestida con el epitelio estratificado que está desprovisto de glándulas. La zona inferior es
lisa y está revestida de epitelio estratificado de origen ectodérmico. Está desprovisto de pelo, pero
contiene unas pocas glándulas sudoríparas y sebáceas modificadas. El epitelio de esta región
tiene una importante inervación con nervios sensoriales y es muy sensible al estímulo doloroso.

36
Estructura del intestino grueso.

La estructura del intestino grueso es en una esencia semejante a la del intestino delgado, la mayor
diferencia estriba en que no presenta vellosidades en la mucosa. El interior de su pared es
comparativamente liso debido a la ausencia de pliegues circulares. Las glándulas, que son más
profundas que las del intestino delgado, forman túbulos rectos revestidos por un epitelio columnar
que también cubre la superficie que queda entre las bocas de las glándulas. La muscular de la
mucosa está bien desarrollada pero es delgada y está formada por fibras musculares de
disposición circular y longitudinal. Existen plexos nerviosos semejantes a los que hay en el
intestino delgado.

El apéndice es semejante en su estructura general al resto del intestino grueso, pero tiene una
pared relativamente gruesa y una pequeña luz. El rasgo más característico del apéndice es la gran
cantidad de tejido linfoide que se encuentra en la submucosa. La cantidad de tejido linfoide que
existe varía a diferentes edades. Al nacimiento es una pequeña cantidad, pero aumenta desde la
edad de dos años hasta alrededor de los veinte. Después de los cuarenta hay una disminución al
mismo paso que la atrofia general de todo el tejido linfoide. La mucosa tiene glándulas y muchas
células mucosas. Las capas musculares que por lo general son completas, pueden ser deficientes
en partes, lo que hace que el peritoneo y la mucosa estén sólo separados por tejido conjuntivo a
través del cual puede propagarse una infección fácilmente de la mucosa al peritoneo. Las células
nerviosas son escasas.

Vasos y nervios del intestino grueso.

Arterias y venas.

El intestino grueso está provisto casi completamente de ramas de las arterias mesentéricas
superior e inferior, excepto en la parte inferior del recto y del canal anal en donde recibe ramas
adicionales de la arteria ilíaca interna.

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El ciego con el apéndice, el colon ascendente y los dos tercios proximales o derechos del colon
transverso, reciben su irrigación de ramas de la arteria mesentérica superior. La arteria ileocólica
de la mesentérica superior da ramas que proveen a la parte terminal del íleon, el ciego, el apéndice
y la parte proximal del colon ascendente. La arteria apendicular desciende detrás del íleon para
entrar en el mesenterio apendicular en cuyo borde libre pasa a la punta del apéndice. Las ramas
cólicas derecha y media de la arteria mesentérica superior están distribuidas en el colon
ascendente y en las dos terceras partes proximales del colon transverso. La arteria mesentérica
inferior provee a las partes derivadas del intestino posterior: el tercio distal del colon transverso, el
colon descendente y sigmoide, el recto y parte del canal anal. Las ramas cólicas izquierdas se
distribuyen hasta dónde se encuentra la unión rectosigmoide. La arteria rectal superior,
continuación de la mesentérica inferior, se divide en ramas izquierda y derecha que se encuentran
en la cara lateral del recto. Las subdivisiones más distantes de estas ramas penetran en la pared
muscular del recto hasta alcanzar la submucosa. En la submucosa las ramas pasan hacia abajo
del canal anal y terminan en un denso plexo capilar a nivel de las válvulas anales. La arteria rectal
media es de menor importancia y sólo irriga las capas superficiales del recto. La arteria rectal
inferior (una rama de la pudenda interna) irriga el canal anal debajo del nivel de las válvulas anales.
Entre los diversos vasos rectales se forman anastomosis pero son variables en su extensión.

El retorno venosos del intestino grueso es a través de venas que, en su curso intramural, siguen
las arterias correspondientes. La distribución de las venas en el canal anal es de especial
importancia y son susceptibles a dilatarse dando origen a las hemorroides.

Las venas rectales superiores (alrededor de seis) comienzan en el plexo venoso rectal interno y
pasan hacia arriba en la submucosa; atraviesan la pared rectal en la parte superior del recto. En la
superficie del recto se unen para formar la vena rectal superior que se continúa con la vena
mesentérica inferior.

La vena rectal inferior de cada lado se eleva del plexo venoso rectal externo mismo que se
encuentra inmediatamente debajo de la piel del canal anal. La vena drena dentro de la vena
pudenda interna. Venas comunicantes conectan los plexos externo e interno, formando así una
conexión importante entre las circulaciones sistémica y portal. Enorme cantidad de sangre del
plexo externo normalmente pasa a través de estas venas comunicantes hacia el plexo interno, y, a
consecuencia de una congestión o trombosis en el plexo interno, puede originar condiciones
similares en el plexo externo.

Linfáticos.

La distribución de los vasos linfáticos en los intestinos delgado y grueso es similar, excepto que en
el intestino grueso no existen vellosidades y por lo tanto tampoco quilíferos. Un plexo de vasos
mucosos une canales más grandes en la submucosa, el que a su vez pasa a través de las capas
musculares.

Nervios.

Las diversas partes del intestino grueso reciben nervios del parasimpático y del simpático. El vago
provee con fibras parasimpáticas al ciego y al apéndice, al colon ascendente y a las dos terceras
partes proximales del colon transverso, es decir, corresponde a la parte del intestino provisto por
vasos mesentéricos superiores. El resto del intestino grueso, tan distante como las válvulas anales
en el canal anal, recibe fibras parasimpáticas de los nervios esplácnicos pélvicos. Los nervios
simpáticos del intestino grueso lo alcanzan a través de arterias que proveen las partes respectivas.
Debajo del nivel de las válvulas anales existe una inervación somática (para la membrana mucosa

38
y el esfínter anal externo) de la rama rectal inferior del nervio pudendo y la rama perineal del cuarto
nervio sacro.

Las fibras parasimpáticas son motoras de la pared del intestino grueso y relajan el esfínter anal
interno. Los nervios simpáticos son vasoconstrictores, inhiben la actividad muscular de la pared del
intestino grueso y constriñen el esfínter interno. Impulsos dolorosos originados en el intestino
grueso y que se dirigen al colon descendente viajan con nervios simpáticos, y alcanzan a la
médula espinal por vía del tronco simpático, comunicantes ramos blancos y raíces nerviosas
dorsales. Desde el colon sigmoide y recto las fibras de dolor corren con los nervios esplácnicos
pélvicos. Desde el canal anal debajo de las válvulas la ruta de dolor es a lo largo de los nervios
somáticos.

Radiología del intestino grueso.

El intestino grueso puede ser examinado después de la administración de un enema de bario o con
ingestión de medio de bario.

Enema de bario.

El colon es delineado por el paso de


dos o tres pintas de emulsión de
bario lentamente a través del ano. El
progreso del enema puede ser
observado en la pantalla
fluorescente. Cuando el colon está
lleno la resistencia de la válvula
ileocecal puede ceder y el bario pasa
a la parte terminal del íleon. Existe
una considerable variación en el
tamaño del intestino en diferentes
sujetos, y en el mismo sujeto de
tiempo en tiempo. El ciego y el recto
normalmente aparecen más anchos
que el colon. La flexura izquierda del
colon está situada a un nivel más alto que la flexura derecha y es ocasionalmente tan alta como la
cúpula izquierda del diafragma, encontrándose a la izquierda de la burbuja de gas (cámara de aire)
en el fondo del estómago. La posición del colon transverso varía de acuerdo con su longitud. La
parte inferior de un colon transverso largo alcanza un nivel más abajo que un colon transverso
corto. En la radiografía se ven saculaciones o haustras en el ciego, colon ascendente, transverso, y
en una menor extensión en el descendente y sigmoide, pero una distensión del colon sigmoide
normalmente no muestra saculaciones.

El apéndice en cualquier posición en la que se encuentre es frecuentemente visible después de la


administración del enema de bario. El lumen lleno de bario puede tener un diámetro uniforme, pero
a consecuencia de una contracción prolongada localizada éste puede ser irregular y la punta
puede ser más ancha que la base.

Movimientos del intestino grueso.

Raramente son vistos movimientos intrínsecos en la pantalla fluorescente. Mientras el ciego se


llena después de la administración de medio de bario, lentamente éste pasa dentro del colon
39
ascendente. El movimiento más importante del colon es la peristalsis en masa o “movimiento en
masa”. Lo anterior ocurre a intervalos irregulares, y consiste en un avance rápido del bario a través
del colon; el individuo no está consciente de este movimiento. El movimiento en masa en el colon
es frecuentemente precedido por un tipo similar de movimiento en el intestino delgado y a menudo
ocurre 15 a 30 minutos después del alimento. Esta respuesta del colon a la ingestión de alimentos
es conocida como reflejo gastrocólico. Durante el movimiento en masa del colon las marcas
haustrales desaparecen y la sombra de bario aparece como una columna sólida no segmentada.
Los movimientos en masa impulsan los contenidos de las porciones ascendente y transversa del
colon al colon descendente y sigmoide.

Mientras el colon sigmoide se llena y distiende el esfínter recto-sigmoide se relaja y las heces
pasan hacia el recto. El reflejo de defecación es excitado mediante la presión en las paredes del
recto distendido, presentándose una contracción del músculo longitudinal del colon y recto con una
inhibición simultánea de los esfínteres anales. El acto de la defecación es asistido por la
contracción voluntaria de los músculos abdominales, diafragma y músculos del piso pélvico.

HÍGADO

El hígado es la glándula mayor del cuerpo y se halla en las porciones superior y derecha de la
cavidad abdominal, ocupando casi todo el hipocondrio derecho, la mayor parte del epigastrio y no
pocas veces se extiende por el hipocondrio izquierdo, hasta la línea medioclavicular.

El hígado adulto pesa en el hombre de 1.4 a 1.6 kg vida en la mujer de 1.2 a 1.4 kg. Es
relativamente mayor en el feto que en el adulto, constituyendo en el primero aproximadamente
1/18 del peso total del cuerpo y en el último el aproximadamente 1/36. Su mayor diámetro
transversal es de 20 a 22.5 cm. Verticalmente y se cerca de su cara externa o derecha mide
alrededor de 15 a 17.5 cm; su diámetro mayor, anteroposterior, mide de diez al 12.5 centímetros y
se halla a la altura de el extremo superior del riñón derecho. A nivel de la columna vertebral, esta
cifra se reduce a unos 7.5 centímetros. Su consistencia es la de un sólido blando, friable,
fácilmente dislacerable y muy vascular; su color es rojizo oscuro y su peso específico 1,05.

Su forma de decir regularmente hemisférica, con una cara existencia relativamente lisa, convexa, y
otra cara visceral cóncava e irregular. En la cara diafragmática se distinguen cuatro porciones:
anterior, superior una posterior y derecha. El hígado humano consta de cuatro lóbulos: un gran
lóbulo derecho, el lóbulo izquierdo menor y el lóbulo cuadrado y el lóbulo caudado mucho menores.

En la cara diafragmática se distinguen las siguientes porciones: anterior hubo una superior,
inferior y derecha.

La porción anterior está separada por el diafragma de las costillas 6ª a la 10ª y sus derivados
correspondientes en el lado derecho, y que los cartílagos 7° y 8° en el lado izquierdo. En la región
media se sitúa en un detrás del apéndice xifoides y de la parte de la pared muscular abdominal
anterior situada entre los rebordes distales divergentes. Está completamente recubierta por
peritoneo, con excepción de la línea de fijación de ligamento falciforme.

La porción superior se haya separado por la cúpula diafragmática de la pleura y del pulmón a la
derecha, y del pericardio y el corazón a la izquierda. El área proximal al corazón presenta una
ligera concavidad llamada fosa cardiaca. La superficie se halla en su mayor parte cubierta por
peritoneo, pero a lo largo de su parte posterior se fija el diafragma por la hoja superior del
ligamento coronario que separa la parte cubierta de peritoneo de la región llamada desnuda.

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La porción dorsal o posterior es ancha y redondeada en el lado derecho, pero estrecha a la
izquierda. La porción central presenta una profunda concavidad que se aplica a la columna
vertebral y a los pilares del diafragma. Inmediatamente a la derecha se halla en una concavidad la
vena cava inferior con más hundida en su fosa. A dos o tres centímetros a la izquierda de la vena
cava inferior se halla la estrecha fosa para el conducto venoso. El lóbulo caudado se halla entre las
dos fosas. A la derecha la vena cava y en parte a la cara visceral, hay una zona pequeña y
triangular llamada impresión suprarrenal para la glándula suprarrenal derecha. A la izquierda de la
fosa para el conducto venoso se puede observar el surco esofágico, para el antro cardíaco del
esófago.

Una gran parte de la porción dorsal de la cara diafragmática no está cubierta por el peritoneo,
sino que se haya unida al diafragma por tejido conectivo laxo. El área sin recubrir, llamada
frecuentemente área desnuda, está limitada por las hojas superior e inferior del ligamento
coronario.

La porción derecha se junta con las otras tres porciones de la cara diafragmática y continúa hacia
abajo hasta el borde derecho que la separa de la cara visceral.

La cara visceral es cóncava, mira hacia atrás, abajo y a la izquierda y contiene varias fosas e
impresiones de las vísceras vecinas. Un detalle importante de la porción central izquierda es el hilio
hepático o porta hepatis, cisura para el paso de los vasos sanguíneos y conductos biliares. La cara
visceral está cubierta por peritoneo, con excepción de la zona en que se aplica la vesícula biliar y
el hilio. El lóbulo derecho, situado a la derecha de la vesícula biliar, tiene 3 impresiones. La situada
más a la derecha es la impresión cólica, zona aplanada para el ángulo cólico derecho; más hacia
atrás existe una depresión mayor y más profunda con la impresión renal para el riñón derecho; la
impresión duodenal es una zona estrecha poco ostensible situada a lo largo del cuello de la
vesícula biliar. Entre la vesícula biliar y la fosa para la vena umbilical se halla el lóbulo cuadrado,
que entra en relación con el extremo pilórico del estómago, la porción superior del duodeno y el
colón transverso. El lóbulo izquierdo se halla a la izquierda de la fosa de la vena umbilical y tienes
dos detalles notables. Uno es una gran depresión que se extiende hasta el borde con la impresión
gástrica para la cara anterior del estómago. Hacia la derecha emerge una eminencia redondeada,
el tuber omentale, que se adapta a la curvatura menor del estómago y se sitúa sobre la cara
anterior del epiplón menor. Inmediatamente por delante de la vena cava inferior existe una
estrecha porción de tejido hepático, el proceso caudado, que une el ángulo inferior derecho del
lóbulo caudado al lóbulo derecho. Su peritoneo forma el límite anterior del hiato de Winslow.

El borde inferior es delgado e irregular; a nivel de la fijación de ligamento falciforme presenta una
escotadura profunda llamada escotadura umbilical, y a nivel del cartílago de la 9ª costilla se
observa una segunda escotadura para el fondo de la vesícula biliar. En el hombre adulto, desde el
borde corresponde por lo general al interior el tórax en la línea medioclavicular derecha; en la
mujer y en los niños habitualmente se proyecta por debajo de las costillas. En la posición erecta
suele extenderse por debajo de la línea interiliaca.

La extremidad izquierda del hígado es delgada y aplanada en la de arriba abajo.

Cisuras o surcos y fosas.

La fosa sagital izquierda es un profundo surco situado en la cara visceral; se extiende desde la
escotadura del borde inferior del hígado hasta el borde superior del órgano. No tiene nombre en la
nómina anatómica, pero se hace mención de tal detalle porque separa los lóbulos derecho e
izquierdo. El hilio se le une ángulo recto y lo divide en dos partes. La porción anterior es la cisura
para el ligamento redondo en la que aloja la vena umbilical en el feto y sus vestigios en el adulto;

41
se halla entre el lóbulo cuadrado y el lóbulo izquierdo del hígado, y a menudo está parcialmente
cubierta por un puente de sustancia de hepática, el pons hepatis. La porción dorsal o fosa para el
conducto venoso se haya entre el lóbulo izquierdo y el lóbulo caudado; en el feto aloja el conducto
venoso, y en el adulto un delgado cordón fibroso el llamado ligamento venoso, vestigio obliterado
de aquel vaso.

La cisura transversa o hilio hepático es una cisura corta pero profunda, de unos centímetros de
longitud, que se extiende transversalmente ; cruza la cara visceral de la porción izquierda del
lóbulo derecho en las proximidades de su cara posterior más que en la de su borde anterior. Se
une en ángulo recto fosa sagital izquierda, y separa el lóbulo cuadrado, por delante, el lóbulo y
proceso caudado por detrás. Aloja a la vena porta, la arteria hepática y los nervios, así como el
conducto hepático y los linfáticos. El conducto hepático se sitúa por delante y a la derecha, la
arteria hepática a la izquierda y la vena porta por detrás y entre el conducto y la arteria.

La fosa para la vesícula biliar (fosa cística) es una fosa oblonga, poco profunda, situada en la
cara visceral del lóbulo derecho y paralela a la bolsa sagital izquierda. Se extiende desde el borde
libre inferior del hígado, que le ofrece una escotadura, hasta el extremo derecho de hilio.

La fosa para la vena cava inferior es una depresión de profunda, a veces un conducto completo,
debido a que en las sustancia del hígado rodea la vena cava. Se halla en la cara posterior, entre el
lóbulo caudado y el área desnuda del hígado, y está separada del hilio por el proceso caudado.
Los orificios de las venas suprahepáticas perforan el suelo de esta fosa para el para penetrar en la
vena cava inferior.

Lóbulos. El lóbulo derecho es seis veces mayor que el izquierdo. Ocupa el hipocondrio derecho y
está separado del lóbulo izquierdo, en su cara diafragmática, por el ligamento falciforme, y por la
fosa sagital izquierda en su cara visceral. Es de forma ligeramente cuadrilátera; sus caras visceral
y posterior presentan tres fosas: el hilio y las fosas para la vesícula biliar y la vena cava inferior,
que dividen su parte izquierda en dos lóbulos menores: el lóbulo cuadrado y caudado. Las
impresiones del lóbulo derecho ya han sido descritas.

El lóbulo cuadrado se halla en la cara visceral del lóbulo derecho y está limitado hacia delante por
el borde inferior del hígado, hacia atrás por el hilio, a la derecha por la fosa para la vesícula biliar, y
a la izquierda por la fosa para la vena umbilical. Es de forma oblonga y su diámetro anteroposterior
es mayor que el transversal.

El lóbulo caudado o de Spiegel se halla sobre la cara posterior del lóbulo derecho del hígado, a
nivel de las vértebras dorsales. Está limitado por debajo por el hilio, a la derecha la fosa para la
vena cava inferior, y a la izquierda por la agencia para el conducto venoso. Su posición casi es
vertical ligeramente cóncava en dirección transversa. El proceso caudado es una pequeña
elevación de la sustancia hepática que se extiende oblicuamente hacia fuera, desde el extremo
inferior del lóbulo caudado hasta la cara visceral del lóbulo derecho. Se halla por detrás del hilio y
separa la fosa de la vesícula biliar del principio de la fosa para la vena cava inferior.

El lóbulo izquierdo es más pequeño y más aplanado que el derecho. Se halla en las regiones
epigástrica y del hipocondrio izquierdo. Su cara superior es ligeramente convexa y se moldeada el
diafragma; su cara inferior presenta en la impresión gástrica y la tuberosidad epiploica ya indicada.

Lóbulos y segmentos internos.

La sustancia hepática interna puede dividirse, basándose en su función e importancia quirúrgica,


en lóbulos y segmentos que no coincide por entero con las divisiones que establecen los surcos de
exteriores. Tales subdivisiones deben tener en cuenta las dos grandes funciones del hígado: 1) la
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de una glándula con conductos biliares que le sirven de canales y 2) la de un órgano vascular y de
depósito. Como tal órgano vascular, hay que establecer unidades o segmentos que incluyen tanto
el aporte como la salida de la sangre, como por ejemplo, las ramificaciones tanto de la vena porta
como de las hepáticas. Esto resulta complicado: 1) por el hecho de que las venas portales ocupan
posiciones periféricas y, las venas hepáticas, posiciones centrales tanto en los lóbulos como en las
demás subdivisiones, y 2) porque la vena porta tiene una distribución de tipo bilateral, mientras que
en las venas hepáticas cuenta con tres troncos principales. Siempre se han descrito, no obstante,
los lóbulos y sedimentos internos sobre la base de las ramificaciones portales venosas a lo largo
de los conductos biliares, superponiendo a ello otra descripción basada en las ramificaciones
venosas hepáticas.

La triada hepática. Las tres estructuras de esta triada; conducto biliar, vena porta y arteria
hepática, se reúne en el ligamento hepatoduodenal, por delante del agujero epiploico a nivel de
hilio hepático, situándose el conducto hepático por delante y a la derecha, la arteria hepática a la
izquierda y la vena porta por detrás, entre la arteria y el conducto. Después de su primera
ramificación, derecha e izquierda, en el hilio del hígado prosigue con una relación similar a través
del órgano. Estas estructuras están contenidas en una vaina fibrosa, con prolongaciones que
recubren sus ramificaciones más pequeñas, y que recibe el nombre capsula fibrosa perivascular o
capsula de Glisson.

La primera ramificación a nivel hiliar de la vena porta y la arteria hepática determina un lóbulo
interno derecho y otro izquierdo. El primero comprende la mayor parte del lóbulo derecho descrito
más arriba según los surcos externos. Se subdivide en un segmento posterior, más superior y algo
mayor que el otro segmento, llamado anterior. Ambos segmentos se divide en porciones superior e
inferior.

El lóbulo interno izquierdo comprende los lóbulos izquierdo, caudado y cuadrado según los surcos
de exteriores. Su división en un segmento interno y otro externo está señalada en la superficie por
la inserción del ligamento falciforme, ligamento redondo y ligamento venoso. Ambos segmentos
poseen porciones superior e inferior.

Segmentos vasculares. Las tres venas hepáticas principales, la derecha, la media y la izquierda,
proporcionan la base para seleccionar aquellas partes de los segmentos internos, descritos más
atrás como segmentos vasculares verdaderos: uno derecho, otro izquierdo y dos medios. Estos
segmentos vasculares tienen un drenaje al que colabora un número variable de venas hepáticas
menores.

El segmento vascular dorsal derecho o posteroinferior se corresponde con el segmento dorsal del
lóbulo derecho interno y su drenaje se efectúa por la vena hepática derecha.

El segmento vascular exterior izquierdo se corresponde con el segmento externo del lóbulo interno
izquierdo y es drenado por la vena hepática izquierda.

El segmento vascular medio anterior contiene a la vez el segmento anterior del lóbulo derecho y el
segmento interno del lóbulo interno izquierdo. Es drenado por la vena hepática media.

El segmento vascular medio posterior contiene el lóbulo caudado y él apéndice caudado, partes del
lóbulo interno izquierdo. Suele drenar por dos venas hepáticas menores, la hepática caudado
superior y la causada inferior.

Ligamentos. El hígado se halla unido a la cara inferior del diafragma y a la pared anterior del
abdomen por cinco ligamentos; cuatro de estos, el falciforme, el coronario, y los dos laterales, son
repliegues peritoneales; el quinto o ligamento redondo es un cordón fibroso constituido por la vena
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umbilical obliterada. El hígado también se haya unido a la curvatura menor del estómago por el
ligamento hepatogástrico, y al duodeno por el ligamento hepatoduodenal.

El ligamento falciforme se halla en un plano parasagital, pero se disponen oblicuamente; de este


modo una cara mira hacia adelante, y se pone en contacto con el peritoneo posterior al músculo
recto derecho y el diafragma, mientras que la otra mira directamente hacia atrás, y entra en
contacto con el lóbulo izquierdo del hígado. Se fija por su borde izquierdo a la cara abdominal de
diafragma, y por abajo lo hace a la cara posterior de la vaina del recto de derecha hasta el ombligo;
por su borde derecho se extiende desde la escotadura del borde inferior del hígado y hacia atrás
hasta el área desnuda. Está constituido por dos láminas de peritoneo íntimamente unidas. Su base
en el borde libre contiene entre sus hojas el ligamento redondo y las venas paraumbilicales.

El ligamento coronario se compone de una hoja anterior y otra posterior. La hoja anterior está
constituida por la reflexión del peritoneo, desde el borde superior del área desnuda del hígado
hasta la cara inferior del diafragma, y se continúa con una lámina derecha del ligamento falciforme.
La lámina posterior se refleja desde el borde posterior del área desnuda al riñón derecho y
glándula suprarrenal, y toma el nombre del ligamento hepatorrenal.

Los ligamentos triangulares son 2, derecho e izquierdo. El ligamento triangular derecho se halla
en el extremo derecho del área desnuda, y es un pequeño pliegue que se dirige hacia el diafragma,
formado por la yuxtaposición de las hojas anterior y posterior de ligamento coronario.

El ligamento triangular izquierdo es un pliegue de considerable tamaño que une en la parte


posterior de la cara superior del lóbulo izquierdo del diafragma; su lámina anterior se continúa con
la hoja izquierda del ligamento falciforme. Termina a la izquierda en una banda fibrosa resistente o
apéndice fibroso de hígado.

El ligamento redondo es un cordón fibroso que resulta de la obliteración de la vena umbilical.


Ascienden desde el ombligo, en el borde libre del ligamento falciforme, hasta la escotadura
umbilical del hígado, sigue en su propia fosa en la cara inferior del hígado, hasta el hilio, y se
continúa con el ligamento venoso.

Fijación del hígado. Son varios los factores que contribuyen a mantener el hígado en posición.
Las fijaciones del hígado al diafragma por medio de los ligamentos coronario y triangulares y el
tejido conectivo intermedio del área desnuda, la intima conexión de la vena cava inferior con el
tejido conectivo y venas suprahepáticas, todo ello sostiene la parte posterior del hígado.

El ligamento falciforme es laxo y no desempeña un evidente papel como medio de fijación, sino
únicamente como posible limitador del desplazamiento lateral. Durante el descenso del diafragma
con la inspiración profunda, el hígado desciende y se aproxima a la cara anterior impulsando el
borde inferior hacia abajo hasta hacerlo palpable.

Vasos y nervios. Los vasos relacionados con el hígado son: la arteria hepática, la vena porta y las
venas hepáticas.

La arteria hepática y la vena Porta, acompañadas por numerosos nervios, asciende hasta el hilio
entre las hojas del epiplón menor. El conducto biliar principal y los vasos linfáticos, desciende
desde el hilio entre las hojas del mismo epiplón. Las relaciones entre las tres formaciones son las
siguientes: el conducto biliar se halla a la derecha, la arteria hepática a la izquierda y la vena porta
por detrás y entre las dos formaciones. Están envueltas por un tejido areolar laxo, la capsula
fibrosa de Glisson, que acompaña a los vasos de su órgano.

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Las venas hepáticas conducen la sangre desde el hígado y se describen en otra página. Tienen
muy poca cubierta conjuntiva y sus paredes se halla íntimamente unida a las paredes de los
conducto entre los que circulan, de modo que en un corte del órgano permanecen abiertas y son
solitarias, por lo que pueden distinguirse con facilidad de las ramas de la vena porta, que aparecen
más o menos colapsadas y siempre acompañadas por una arteria y un conducto.

Los vasos linfáticos del hígado se describen en el sistema linfático.

Los nervios del hígado proceden de los vagos derecho e izquierdo y del plexo celíaco del
simpático. Las fibras forman plexos a lo largo de la arteria hepática y vena Porta, penetran en el
hilio y acompañan a los vasos y conductos hasta los espacios interlobulillares. Se dice que los
vasos hepáticos sólo reciben fibras simpáticas, mientras que las fibras simpáticas y parasimpáticas
se distribuyen por las paredes de los conductos biliares y vesícula biliar, dónde forman plexos
similares a los entéricos de la pared intestinal.

Estructura del hígado. La sustancia propia del hígado o parénquima se compone de lobulillos con
un tejido areolar fino en el que se ramifican la vena Porta, la arteria, las venas suprahepáticas, los
linfáticos y los nervios, todo ello rodeado por una serosa y una cubierta fibrosa.

La cubierta cerosa procede del peritoneo y recubre la mayor parte de la superficie del órgano. Se
halla íntimamente adherida a la capa fibrosa.

La capa fibrosa se halla por debajo del revestimiento seroso y cubre toda la superficie del órgano.
Es difícil de demostrar, excepto donde la capa serosa no existe. En el indio se continúa con la capa
fibrosa de Glisson y en la superficie del órgano con el tejido areolar que separa los lobulillos.

Los lobulillos forman una masa principal del parénquima. Sus contornos corresponden a unos 2
milímetros de diámetro y confieren un aspecto moteado a la superficie del órgano. Son de forma
irregular mente hexagonal, con columnas celulares que rodean una vena interlobulillar. Las caras
adyacentes de estos lobulillos hexagonales, presentan un mínimo de tejido conectivo delicado. En
el cerdo, los lobulillos presentan un tejido conectivo completo dispuesto en cápsulas; La forma
hexagonal es más evidente que en el hígado humano.

El conducto porta es el nombre dado al conducto constituido en el parénquima por las raicillas de la
vena Porta, arteria hepática y conducto biliar. Estos tres elementos están rodeados por un tejido
colectivo delicado, la cápsula fibrosa perivascular o cápsula de Glisson. Los porta están situados
entre los lobulillos, y en una sección microscópica perpendicular a una vena intralobulillar se
observan tres conductos portales en la periferia del lobulillo, Aproximadamente a igual distancia
unos de otros, en los tres ángulos del hexágono. Los de forma poligonal son muy frecuentes.

Aspecto microscópico. Cada lobulillo se compone de una masa de células hepáticas dispuestas
en columnas irregulares, radiadas, y láminas que se disponen entre los vasos sanguíneos. Entre
las células se hallan también los diminutos capilares biliares. Por lo tanto, en el lobulillo existen
todos los elementos esenciales de una glándula secretora, es decir: 1) células, en las que se forma
la secreción; 2) vasos sanguíneos en íntima relación con las células y Qué contiene la sangre de la
que deriva la secreción; 3) conductos por los cuales es transportada la secreción.

1. Las células hepáticas son de forma poliédrica. Varían en tamaño; tienen de 12 a 25 micrómetros
de diámetro. Presentan 1 o a veces dos núcleos distintos. El núcleo presenta una red intranuclear y
uno o dos nucléolos refringentes. Las células por lo general presentan gránulos, algunos de ellos
protoplasmáticos, y otro se componen de glucógeno, grasa o compuestos de hierro. En los
vertebrados inferiores, como la rana, las células se disponen en tubos, con el conducto biliar
formando la luz y los vasos sanguíneos dispuestos por fuera.
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2. Vasos sanguíneos. La sangre contenida en los plexos capilares que rodean a las células
hepáticas es conducida al hígado principalmente por la vena Porta, pero también, en cierta
proporción por la arteria hepática.

La arteria hepática penetra en el hilio del hígado con la vena Porta y el conducto pancreático,
ramificándose con estos elementos en los conductos Porta. Proporciona ramas vaginales que se
ramifican en la cápsula fibrosa de Glisson y aparecen destinadas principalmente a la nutrición de
las paredes de los vasos y de los conductos. También proporciona ramas capsulares que alcanzan
la superficie del órgano, terminando en su cara fibrosa en plexos estrellados. Finalmente
proporciona ramas interlobulillares que forman un plexo externo a cada lobulillo, irrigando las
paredes de las venas interlobulillares y de los conductos biliares que les acompañan. Desde estos
plexos capilares se unen directamente con los sinusoides de lobulillo hepático en su periferia.

La vena Porta también penetra por el hilio; pasa por los conductos Porta incluida en la cápsula de
glisson, dividiéndose en su trayecto en ramas que, finalmente, terminan en los espacios
interlobulillares, el plexos interlobulillares; en estos se originan venillas portales que se dividen y
ramifican al pasar por la superficie de los lobulillos, uniéndose a los sinusoides hepáticos.

Los sinusoides hepáticos son de gran calibre, están ricamente anastomosados y constituyen
capilares modificados situados entre las columnas de células hepáticas. Atraviesan el lobulillo
hepático desde su periferia a su vena central o interlobulillar. En la periferia de lobulillos se unen
con ramas interlobulillares de la vena Porta y de la arteria hepática. Así, toda la sangre que penetra
en el hígado pasa por los sinusoides hasta las venas centrales. Los sinusoides están tapizados de
endotelio modificado y contienen muchos macrófagos (células de Kupffer) fijados a sus paredes.

Venas hepáticas. En el centro del lobulillo, los sinusoides Se vacían en una vena de considerable
volumen que se dirige por el centro de lobulillo, del vértice a la base, y que toma el nombre de vena
central o interlobulillar. En la base del lobulillo, esta vena se abre directamente en la supralobulillar
que está unida a lobulillo. Las venas supralobulillares se unen formando troncos cada vez más
gruesos y finalmente terminan en las venas suprahepáticas, las cuales convergen y forman tres
troncos gruesos que se abren en la vena cava inferior, cuando éste vaso se haya situado en una
fosa en la cara posterior del hígado.

3. Los conductos biliares se originan por pequeños espacios entre las células hepáticas y se
anastomosan con conductillos llamados capilares biliares intercalares. Estos espacios son muy
estrechos y se disponen entre las caras contiguas de dos células, o bien en el ángulo en que se
reúnen tres o más células hepáticas; siempre están separados de los capilares sanguíneos por la
mitad del grosor de una célula hepática. Los conductos así formados irradian a la circunferencia del
lobulillo y se abren en los conductos biliares interlobulillares, los cuales discurren por la cápsula de
Glisson acompañando a la vena porta y a la arteria hepática se une con otros conductos formando
dos troncos principales, los cuales abandonan el hígado en el hilio y por su unión constituyen el
conducto hepático.

Estructura de los conductos.

Las paredes de los conductos biliares la componen de una capa de tejido conectivo, en la que hay
células musculares dispuestas circular y longitudinal mente, y de una capa epitelial, que está
constituida por células cilíndricas cortas que descansan en una membrana basal bien diferenciada.

Aparato excretor del hígado.

El aparato excretor del hígado se compone de: 1) el conducto hepático, formado por la unión de
los dos conductos principales que salen del hígado por su hilio; 2) la vesícula biliar, que
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constituye un reservorio de bilis; 3) el conducto cístico o conducto de la vesícula biliar, y 4) el
conducto colédoco, formado por la unión de los conductos hepático y cístico.

1. Conducto hepático. 2 troncos principales de volumen semejante, 1 procedente del lóbulo


derecho y otro del lóbulo izquierdo, se unen y forman el conducto hepático, que se dirige a la
derecha, en una longitud de unos 4 cm, entre las hojas del epiplón menor; aquí se une en agudo
con el conducto cístico, formando el conducto colédoco. Los conductos hepático y parte del
colédoco van acompañados por la arteria hepática y la vena Porta.

2. La vesícula biliar es una bolsa musculomembranosa, cónica o en forma de pera, que se aloja
en una fosa situada en la cara visceral del lóbulo derecho del hígado; se extiende desde las
proximidades del extremo derecho del hilio al borde inferior del órgano. Mide de 7 a 10 centímetros
de longitud y 2.5 centímetros de anchura en su parte más ancha, y tiene una capacidad de 30 a 35
centímetros. Para su descripción se divide en fondo, cuerpo y cuello. El fondo o extremo ancho
está dirigido hacia abajo y se proyecta Más allá del borde inferior del hígado; el cuerpo y el cuello
se dirigen hacia arriba, atrás y a la izquierda. La superficie de la vesícula biliar se halla fijada al
hígado por tejido conectivo y vasos. La cara inferior está cubierta por peritoneo, que refleja sobre la
vesícula desde la superficie del hígado. Ocasionalmente, el conjunto del órgano se halla recubierto
por la serosa y está Unido al hígado por medio de una especie de mesenterio.

Relaciones. El cuerpo se halla en relación con el inicio del colon transverso y más hacia atrás con
la porción descendente del duodeno y, a veces, con la porción superior del duodeno o extremo
pilórico del estómago. El fondo está en relación por delante con las paredes abdominales,
inmediatamente por debajo del 9° cartílago costal, y por atrás del colon transverso. El cuello es
estrecho y sin curvas sobre sí mismo como una letra S; en su punto de unión con el conducto
cístico presenta una construcción muy ostensible.

Estructura.

La vesícula biliar se compone de tres capas: serosa, fibromuscular y mucosa. La capa externa o
serosa deriva del peritoneo; recubre completamente el fondo, pero cubre el cuerpo y el cuello sólo
por su cara inferior.

La capa fibromuscular es una lámina delgada pero resistente que constituye el esqueleto de la
bolsa; se compone de tejido fibroso y denso que se entrelazan en todas direcciones y se mezclan
con fibras musculares lisas, dispuestas sobre todo en dirección longitudinal y algunas
transversalmente.

La capa interna o mucosa está ligeramente unida a la capa fibrosa. Por lo general tiene un color
amarillo oscuro y presenta diminutas rugosidades. A nivel del cuello de la vesícula biliar, la mucosa
se proyecta hacia dentro en forma de rebordes obligues oblicuos que constituyen una especie de
válvula espiral.

La mucosa se continúa por el conducto hepático con la mucosa que tapiza los conductos del
hígado y por el conducto colédoco con la mucosa del duodeno. Se halla cubierta por un epitelio
cilíndrico muy alto y secretan mucina; en algunos animales secreta una nucleoproteína en lugar de
mucina.

Vasos y nervios. Las arterias de la vesícula biliar derivan de la arteria cística; las venas
desembocan en los capilares hepáticos y en la vena Porta.

3. Conducto cístico. El conducto cístico mide unos 4 cm de longitud; se dirige hacia atrás, abajo y
a la izquierda desde el cuello de la vesícula biliar, y se une al conducto hepático formando el
47
conducto colédoco. La mucosa que tapiza su interior Presenta una serie de pliegues similares a los
que se encuentran en el cuello de la vesícula biliar; se proyectan en el conducto de forma regular y
lo rodean oblicuamente, ofreciendo el aspecto de una válvula espiral continua. Dichos pliegues
constituyen la llamada válvula espiral de Heister, que sólo se encuentra en los primates y
representa un dispositivo para evitar la distensión o colapso del conducto cístico cuando los
cambios de presión en la vesícula biliar o en el colédoco se asocian con la adopción de la posición
erecta. Cuando el conducto se halla distendido, los espacios entre los pliegues aparecen dilatados,
de modo que confieren a la parte externa un aspecto torsionado.

4. Conducto colédoco. El conducto colédoco está formado por la unión del cístico y del hepático;
aproximadamente mide 7.5 centímetros de longitud y su diámetro es el de una pluma de ganso.

Desciende a lo largo del borde derecho del epiplón menor, por detrás de la porción superior del
duodeno y por delante de la vena Porta, a la derecha de la arteria hepática; después se sitúa en un
surco de la proximidad del borde derecho de la cara posterior de la cabeza del páncreas; aquí se
halla por delante de la vena cava inferior y, ocasionalmente, eso incluido en la masa pancreática.
En su terminación se halla en una íntima relación con la porción terminal del conducto pancreático
cuando pasa oblicuamente a través de las capas muscular y mucosa del duodeno. Las paredes de
las porciones terminales de ambos conductos aparecen en engrosadas por la presencia de un
esfínter muscular, el esfínter de Oddi, que habitualmente determina una prominencia en el
duodeno, la papila duodenal o de váter. Aproximadamente en un 60% de casos, Se observa un
orificio común para los dos conductos; aparecen separados en un 40%. Los conductos aparecen
más estrechos cuando atraviesan la papila, y la longitud del conducto común para la bilis y el jugo
pancreático resulta menor que la mitad de la papila en un 75% de casos. El término ampolla de
váter debería ser sustituidos por el de papila de Váter.

Estructura.

Las capas de los grandes conductos biliares son: una capa externa o fibrosa y una interna o
mucosa. La capa fibrosa se compone de tejido fibroareolar resistente con una cierta cantidad de
tejido muscular, dispuesto en su mayor parte circularmente alrededor del conducto. La capa
mucosa se continúa con la que tapiza los conductos hepáticos y la vesícula biliar y también con la
del duodeno; la mucosa de estos conductos presenta un epitelio de tipo cilíndrico y está provista de
numerosas glándulas lobulilladas que se abren por diminutos orificios esparcidos de forma irregular
en los grandes conductos.

PÁNCREAS
El páncreas se halla situado transversalmente, cruzando la pared posterior del abdomen, en la
región epigástrica y del hipocondrio izquierdo. Su longitud varía de 12.5 a 15 cm.

El páncreas adulto es una glándula racimosa compuesta análoga es su estructura a las glándulas
salivales, menos compacta y más blanda que estos órganos. Es larga y de forma irregularmente
prismática; su extremo derecho, ancho, toma el nombre de cabeza, y está unido a la porción
principal del órgano o cuerpo por una ligera constricción llamada cuello, mientras que su extremo
izquierdo se alarga gradualmente formando la cola.

Relaciones.

La cabeza se aloja en la concavidad de la curva duodenal. Su borde superior está cubierto por la
1ª porción del duodeno y su borde inferior rebasa a la 3ª porción; los bordes derecho e izquierdo
48
rebasan y se insinúan alrededor de las porciones 2ª y 4ª, respectivamente. El ángulo de unión de
los bordes inferior y lateral izquierdo forma una prolongación llamada proceso uncinado. En el
surco entre el duodeno y los bordes lateral derecho e inferior se hallan las arterias
pancreaticoduodenales superior e inferior anastomosadas; el conducto colédoco desciende hasta
su terminación por la porción descendente o 2ª del duodeno, inmediato al borde derecho.

1. Cara anterior. La mayor parte de la mitad derecha de esta superficie se halla en contacto
con el mesocolon transverso, con la sola interposición de tejido areolar. En su porción
superior, el cuello está limitado a la derecha por un surco para la arteria gastroduodenal.
La porción inferior de la mitad derecha, por debajo del colon transverso, se halla cubierta
por peritoneo, el cual se continúa con la hoja inferior del mesocolon transverso y está en
contacto con las asas del intestino delgado. La arteria mesentérica superior se dirige hacia
abajo, por delante de la mitad izquierda y cruza al proceso uncinado; la vena mesentérica
superior se dirige hacia arriba en el lado derecho de la arteria, y por detrás del cuello se
une con la vena esplénica, formando la vena porta.

2. Cara posterior. Se relaciona con la vena cava inferior, el conducto colédoco, las venas
renales, el pilar derecho del diafragma y la aorta abdominal.

El cuello mide unos 2.5 cm de longitud y se dirige, al principio, hacia adelante y después hacia la
izquierda, uniéndose al cuerpo. Su cara anterior sostiene al píloro, y su cara posterior se halla en
relación con el inicio de la vena porta; a la derecha está surcado por la arteria gastroduodenal.

El cuerpo es prismático y se distinguen en él 3 caras; anterior, posterior e inferior, y 3 bordes:


superior, anterior e inferior.

1. La cara anterior es ligeramente cóncava y se halla cubierta por la cara posterior del
estómago, que descansa sobre ella, estando ambos órganos separados por la trascavidad
de los epiplones. Cuando se une al cuello, puede observarse una prominencia muy
ostensible: el túber omentale, que se aplica a la cara posterior del omento menor.

2. La cara posterior se halla desprovista de peritoneo y es contacto con la aorta abdominal,


la vena esplénica, el riñón izquierdo y sus vasos (pedículo), la glándula suprarrenal
izquierda, el origen de la arteria mesentérica superior y los pilares del diafragma.

3. La cara inferior es estrecha a la derecha pero más ancha a la izquierda, y está cubierta
por peritoneo; se halla en contacto con el ángulo duodenoyeyunal y con algunas asas de
yeyuno; su extremo izquierdo descansa en el ángulo cólico izquierdo.

4. El borde superior es romo y aplanado hacia la derecha y estrecho e irregular a la


izquierda, próximo a la cola. Empieza, por la derecha, en la tuberosidad epiploica y se halla
en relación con el tronco celiaco, del que se desprende la arteria hepática inmediatamente
por encima de la glándula, mientras que la arteria esplénica se dirige hacia la izquierda
siguiendo un surco situado a lo largo de este borde.

5. El borde anterior separa la cara anterior de la inferior; a lo largo de este borde, las dos
láminas del mesocolon transverso divergen una de la otra, aplicándose una sobre la cara
anterior y la otra sobre la cara inferior.

6. El borde inferior separa la cara posterior de la inferior; los vasos mesentéricos superiores
emergen por debajo de su extremo derecho.

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La cola es la porción estrecha extendida a la izquierda, hasta la porción inferior de la cara gástrica
del bazo. Se sitúa en el ligamento esplenorrenal o pancreáticoesplénico y entra en contacto con el
ángulo cólico izquierdo.

El conducto pancreático principal o de Wirsung se extiende transversalmente de izquierda a


derecha, a través del páncreas. Empieza por la unión de pequeños conductos de los lobulillos
situados en la cola del páncreas y, se dirigiéndose de izquierda a derecha a través del cuerpo,
recibe los conductos de los distintos lobulillos que componen a la glándula. Considerablemente
aumentado de volumen, alcanza el cuello y se dirige hacia abajo y hacia atrás, a la derecha,
poniéndose en relación con el conducto colédoco, que se halla en su lado derecho; abandona la
cabeza de la glándula, pasa oblicuamente a través de las capas muscular y mucosa del duodeno, y
termina en un orificio común con el conducto colédoco, en el vértice de la papila duodenal situada
en la cara medial de la 2ª porción del duodeno, a unos 7.5 a 10 cm por debajo del píloro. En el 40%
de los casos el conducto pancreático y el conducto colédoco se abren independientemente en el
duodeno.

Frecuentemente existe un conducto adicional que nace en el conducto pancrático, a nivel del cuello
del páncreas, y se abre en el duodeno a unos 2.5 cm por arriba de la papila duodenal. Recibe los
conductos de la cabeza y toma el nombre de conducto pancreático accesorio de Santorini.

Función.

El páncreas es a la vez una glándula de secreción externa e interna. En su mayor parte predomina
la glándula exocrina y su secreción o jugo pancreático es transportado por el conducto pancreático
al duodeno, donde varias enzimas que contiene colaboran en la digestión de las proteínas, hidratos
de carbono y las grasas. La glándula endocrina está constituida por pequeñas agrupaciones de
células conocidas con el nombre de islotes de Langerhans, dispersos por el páncreas. La
secreción de estas células, llamada insulina, es abocada a la corriente sanguínea y constituye un
factor de importancia en el metabolismo de los azúcares por el organismo.

Vasos.

Las arterias del páncreas proceden principalmente de la esplénica y constituyen varios arcos con
las ramas pancreáticas de la gastroduodenal y la mesentérica superior. Las venas son tributarias
de la porción esplénica y mesentérica superior de la vena porta. Los linfáticos desaguan en los
ganglios regionales, junto con las arterias principales de la glándula.

Nervios.

La innervación autónoma es simpática y parasimpática y corre a cargo de la porción esplénica del


plexo celiaco. Los nervios sensitivos del páncreas son conducidos por los nervios esplácnicos.

BAZO
El bazo está situado en la región del hipocondrio izquierdo, pero su extremo superior alcanza la
región epigástrica. Localizable entre el fondo del estómago y el diafragma, es blando, muy friable,
vascular y de un color morado oscuro. Durante la vida fetal y poco después del nacimiento produce
glóbulos rojos, pero no existe la seguridad de que esta función se dé también en la vida adulta.

El tamaño y peso del bazo se hallan sujetos a variaciones extremas en los diferentes períodos de
la vida humana y en el mismo individuo, según las condiciones. En el adulto mide

50
aproximadamente unos 12 cm de longitud, 7 de anchura y 3 o 4 de grosor. La variación del peso
del bazo adulto oscila entre los 100 y 250 g, y en casos extremos entre 50 y 400 g. El tamaño del
bazo aumenta durante y después de la digestión y varía de acuerdo al estado de nutrición del
cuerpo, siendo mayor en los bien nutridos y más pequeño en los desnutridos. En la fiebre palúdica,
aumenta mucho de volumen, llegando a pesar en ocasiones hasta 9 kg.

Relaciones en el adulto.

La superficie diafragmática es convexa, lisa y mira hacia atrás, arriba y a la izquierda, excepto en
su extremo superior donde está dirigida ligeramente hacia adentro. Se halla en relación con la
superficie inferior del diafragma, que la separa de la 9ª, 10ª y 11ª costilla del lado izquierdo y del
correspondiente borde inferior del pulmón izquierdo y de la pleura.

La superficie visceral se halla dividida por un reborde en las porciones gástrica, renal y cólica.

La porción gástrica, dirigida hacia adelante, arriba y adentro, es ancha y cóncava y se halla en
contacto con la pared posterior del estómago; por debajo de ella se halla la cola del páncreas.
Presenta en las proximidades de su borde interno una cisura larga o, más frecuentemente, una
serie de depresiones que constituyen el hilio que es perforado por varios orificios irregulares para
la entrada y salida de vasos y nervios.

La porción renal está dirigida hacia dentro y abajo. Es algo aplanada y considerablemente más
estrecha que la superficie gástrica; se halla en relación con la parte superior de la cara anterior del
riñón izquierdo y en ocasiones con la glándula suprarrenal izquierda.

La porción cólica es plana, triangular y descansa sobre la flexura cólica izquierda y en el


ligamento frenocólico; generalmente se halla en contacto con la cola del páncreas.

El borde anterior es libre, irregular, delgado y a menudo escotado, especialmente en su parte


inferior, escotadura que separa la cara diafragmática de la gástrica. El borde posterior es más
redondeado que el anterior y separa la superficie renal de la diafragmática; corresponde al borde
inferior de la 11ª costilla, entre el diafragma y el riñón izquierdo. El borde inferior separa la
superficie diafragmática de la cólica.

La extremidad posterior se halla dirigida hacia la columna vertebral y corresponde a nivel de la


vértebra T11. El extremo anterior corresponde a la superficie cólica.

El peritoneo visceral está inmediatamente adherido a la cápsula fibrosa del bazo excepto en el
hilio, en donde se reflejan sobre ambas caras los ligamentos gastroesplénico y esplenorrenal; se
engrosa hacha atrás y hacia adelante sobre el ligamento gastroesplénico, hasta la curvatura mayor
del estómago. Estos ligamentos están constituidos por una delgada lámina de tejido conjuntivo que
acompaña a la arteria esplénica y a sus ramas, a las arterias gástricas cortas y a la gastroepiploica
izquierda. Estos ligamentos forman el límite izquierdo de la trascavidad de los epiplones; sus caras
externas están recubiertas por el peritoneo de la gran cavidad y las internas por el peritoneo de la
trascavidad. El bazo se halla cubierto por el peritoneo de la gran cavidad solamente, ya que los
ligamentos gastroesplénico y esplenorrenal no alcanzan el hilio, por lo cual una pequeña región del
mismo es recubierta por peritoneo de la trascavidad.

Frecuentemente, en las proximidades del bazo, sobre todo en el ligamento gastroesplénico y


omento mayor, se encuentran pequeños nódulos de tejido esplénico aislados o unidos al bazo por
delgadas porciones de tejido esplénico; se conocen con el nombre de bazos accesorios o
supernumerarios y varían mucho de volumen.

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Estructura.

El bazo está recubierto por dos capas: una serosa, externa, y otra fibroeslástica, interna.

La capa serosa o externa deriva del peritoneo, es delgada y lisa y en el hombre está unida
íntimamente a la cubierta fibroelástica. Recubre la totalidad del órgano, excepto a nivel del hilio y a
lo largo de la línea de reflexión de los ligamentos gastrosplénico y frenosplénico.

La capa fibroelástica (túnica albugínea) recubre el órgano y a nivel del hilio se prolonga, profundiza
y forma vainas a los vasos. Desde estas vainas, así como desde la cara interna de la capa
fibroelástica, numerosas bandas fibrosas llamadas trabéculas, se desprenden en todas direcciones
constituyendo el estroma del bazo. El bazo se compone por lo tanto de cierto número de pequeñas
subdivisiones formadas por las trabéculas y el contenido o pulpa esplénica.

Vasos sanguíneos.

La arteria esplénica es característica por su gran volumen, en proporción con el órgano, así como
por su trayecto sinuoso. Se divide en 6 o más ramas que penetran por el hilio y se ramifican en el
espesor de la víscera, recibiendo vainas de tejido fibroso provenientes de las trabéculas. Vainas
similares también recubren a los nervios y a las venas. Cada una de las gruesas ramas de la
arteria irriga principalmente aquella región del órgano en la que se ramifica, no presentando
anastomosis con la mayoría de las otras ramas.

Cada rama sigue el eje transversal del órgano de dentro hacia afuera, disminuyendo su calibre
durante el trayecto y proporcionando pequeñas ramas, algunas de las cuales se dirigen hacia
adelante y otras hacia atrás. Finalmente abandonan las vainas trabeculares y terminan en la
sustancia propia del bazo en pequeños pinceles de diminutas arteriolas.

Las venas más pequeñas se unen formando otras mayores; estas no acompañan a las arterias,
pero penetran en las vainas trabeculares de la cápsula y por su unión forman 6 o más ramas que
emergen del hilio y se unen constituyendo la vena esplénica, que es la raíz de mayor calibre de la
vena porta.

Los nervios proceden del plexo celiaco y son, principalmente, amielínicos. Se distribuyen por los
vasos sanguíneos y por el músculo liso de la cápsula y trabéculas.

AORTA ABDOMINAL.

La aorta abdominal se origina en el orificio aórtico del diafragma, por delante del borde inferior del
cuerpo de la última vértebra dorsal; desciende por delante de la columna vertebral y termina
dividiéndose a nivel del cuerpo de la IV vértebra lumbar generalmente algo a la izquierda de la
línea media en las dos arterias iliacas primitivas. Disminuye rápidamente de calibre a consecuencia
de las importantes ramas que proporciona. Situada delante de los cuerpos de las vértebras cómo
describe una curva convexa hacia delante, correspondiendo la parte más alta de la convexidad a la
tercera vértebra lumbar.

Relaciones. La aorta abdominal se halla cubierta por delante por el epiplón menor y el estómago,
por detrás del cual se hallan las ramas de la arteria celíaca y el plexo celíaco; por debajo de estos
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está la vena esplénica como el páncreas, la vena renal izquierda, la parte inferior del duodeno, el
mesenterio y el plexo aórtico. Por detrás se haya separada de las vértebras lumbares y discos
intervertebrales por el ligamento longitudinal anterior y venas lumbares izquierdas. En su lado
derecho se halla en la vena ácigos y la cisterna de Pecquet, el conducto torácico y el pilar derecho
del diafragma; el último separa la arteria de la parte proximal de la vena cava inferior y del ganglio
celiaco derecho; la vena cava inferior se halla en contacto con la aorta más hacia abajo. En el lado
izquierdo se halla el pilar izquierdo del diafragma, el ganglio celiaco izquierdo, la porción
ascendente del duodeno y algunas asas del intestino delgado.

Circulación colateral. La circulación colateral puede restablecerse por la anastomosis entre la


mamaria interna y la epigástrica inferior; por anastomosis entre las mesentérica superior e inferior,
si la ligadura estaba situada entre estos vasos; o por las anastomosis entre la mesentérica inferior
y la pudenda interna, cuando (más habitual) el punto de ligadura es inferior al origen de la arteria
mesentérica inferior; y posiblemente por las anastomosis de las arterias lumbares con las ramas de
la ilíaca interna.

Ramas. Las ramas de la aorta abdominal pueden dividirse en tres grupos: viscerales, parietales y
terminal. Las ramas viscerales son dos puntos a) la celíaca, b) la mesentérica superior, c) la
mesentérica inferior, d) las suprarrenales medias o capsulares, e) las renales, f) la espermática y g)
la ovárica. Las ramas parietales son h) las diafragmáticas inferiores, i) las lumbares y j) las sacras
medias. Y las ramas terminales son: k) las iliacas primitivas o comunes. De las ramas viscerales, la
celíaca y la mesentérica inferior y superior son impares, mientras que las suprarrenales, renales,
espermática y ovárica son pares. De las ramas parietales, las diafragmáticas inferiores y lumbares
son pares, mientras que la sacra media es impar. Las ramas terminales son pares.

A. La arteria celiaca es un tronco grueso de 7 a 20 mm de diámetro que se origina en la aorta


inmediatamente por debajo del orificio aórtico del diafragma. Esta cubierta por el peritoneo
de la pared posterior de la trascavidad de los epiplones. En su lado derecho se halla el
ganglio celiaco derecho y el extremo cardial del estomago. A corta distancia, por debajo del
bazo, general mente a, 1,25cm de la aorta, da origen a la arteria mesentérica superior.
Después de un corto trayecto puede dividirse en 3 gruesas ramas: 1. La gástrica izquierda,
2. La hepática común y 3. La esplénica.

Variaciones. El hecho más constante de esta arteria es la variabilidad de sus ramas y los
trayectos por los que la sangre alcanza los órganos que irriga. De acuerdo a Michels (1953),
cuya descripción y estadísticas seguimos, el estómago, el hígado, el páncreas, el duodeno y el
bazo son los nombres de los órganos que emplearemos para describir las más importantes
variaciones.

Un tronco gastrohepatosplénico desprende las ramas clásicas: una gástrica izquierda, una
hepática común y una arteria esplénica. Esta es la variedad habitual (89%). Es completa, es
decir, origina todas sus ramas, en el 64,5% en los casos restantes existen ramas
supernumerarias o accesorias.

Un tronco hepatosplénico (3,5%) desprende las arterias hepática y esplénica; la gástrica


izquierda se origina independientemente en la aorta o en las arterias hepática y esplénica.

Un tronco gastrosplénico (5,5%) desprende la gástrica izquierda y la arteria esplénica; la


hepática se origina en la aorta o en la arteria mesentérica superior.

Un tronco hepatogástrico (1,5%) desprende la gástrica izquierda y la arteria hepática; la


esplénica se origina en la aorta o en la arteria mesentérica superior.

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En raros casos el tronco celiaco y la mesentérica superior están unidos.

1. La arteria gástrica izquierda es por lo general la primera rama del tronco celiaco y se
origina en las proximidades de su parte media. Es de calibre mucho mayor (4 a 5 mm de
diámetro) que la arteria gástrica derecha. Frecuentemente (25%) se origina en la
terminación del tronco celiaco, junto con la hepática y la esplénica, formando a modo de un
trípode. Está cubierta por la porción del peritoneo parietal de la pared abdominal posterior
que forma la lámina posterior de la trascavidad de los epiplones. Se dirige hacia delante,
arriba y a la izquierda dibujando una curva; determina un pliegue del peritoneo (pliegue
gastrohepático izquierdo) para alcanzar la pared anterior de la trascavidad de los epiplones
en las proximidades del cardias, acompañada por la vena coronaria. Allí cambia de
dirección y, situándose entre las dos hojas del epiplón menor, termina en dos ramas
principales.
a) La rama ventral o anterior se distribuye por la cara anterior del estómago en dos o tres
subdivisiones.
b) La rama posterior o dorsal sigue a lo largo de la curvatura menor del estómago y
proporciona ramas a la cara posterior de este órgano, anastomosándose por lo general con
la gástrica derecha.
c) Una rama cardioesofágica se origina antes de la bifurcación y se distribuye por el cardias y
el esófago en una o tres subdivisiones.

Las frénicas inferiores o diafragmáticas inferiores pueden originarse en la gástrica izquierda.

2. La arteria hepática común se origina en el tronco celiaco y es algo menos (7 a 8mm) que
la arteria esplénica. Su primera porción es horizontal; se dirige de izquierda a derecha, a lo
largo del borde superior de la cabeza del páncreas, hasta el píloro o primera porción del
duodeno. Detrás de este, proporciona la gastroduodenal y sigue hacia arriba como porción
vertical. Esta cubierta por el peritoneo de la pared posterior de la trascavidad de los
epiplones, determinando el pliegue hepatopancreatico derecho. Pasa por el ligamento
hepatoduodenal (epiplón u omento menor) al hilio hepático. Cuando se halla entre las dos
hojas del epiplón menor, es anterior al hiato de Winslow, teniendo el conducto
hepatocolédoco a su derecha y la vena porta por atrás. A distancia variable del hígado,
proporciona sus tres ramas terminales: derecha, izquierda y media.

Ramas. Son (a) la gastroduodenal, (b) la gástrica derecha, (c) la hepática derecha, (d) la
hepática izquierda y (e) la hepática media.

(a) La arteria gastroduodenal se origina en la hepática común generalmente hacia la mitad,


entre su origen en el tronco celiaco y su división en las ramas hepáticas. Al principio
está a la izquierda del conducto hepatocolédoco; después lo cruza por detrás o por
delante y desciende por detrás de la primera porción del duodeno hasta el borde
inferior del píloro, donde se divide en gastroepiploica derecha y pancreaticoduodenal
superior.

Ramas. Son I) la retroduodenal, II) la gastroepiploica derecha y III) la pancreaticoduodenal


superior.

I) La arteria retroduodenal es la primera rama de la gastroduodenal. Se origina por encima y


detrás del duodeno, se dirige a lo largo del borde izquierdo del conducto
hepatocolédoco, cruza por delante la porción supraduodenal del mismo y forma la

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arcada, en forma de U, pancreaticoduodenal posterior. El arco proporciona ramas a las
cuatro porciones del duodeno y a la cabeza del páncreas, y se anastomosa con un
ramo dorsal de la pancreaticoduodenal inferior, rama de la arteria mesentérica
superior. La retroduodenal proporciona ramas al conducto hepatocolédoco, primera
porción del duodeno y cabeza del páncreas.

La arteria supraduodenal, en un 6% de los casos emite una rama a la parte superior de la


primera porción del duodeno; se origina en la retroduodenal en un 50%, en la gastroduodenal
en un 25% y en los restantes casos en ramas de la propia hepática.

II) La arteria gastroepiploica derecha es la de mayor calibre de las dos ramas terminales de
la gastroduodenal y es mucho más gruesa que la arteria gastroepiploica izquierda. Se
dirige de derecha a izquierda, a una distancia variable de la curvatura mayor del
estómago. Se sitúa entre las dos láminas del ligamento gastrocólico o entre las dos
laminas anteriores del epiplón mayor, cuando este ya no se adhiere al colon.
Proporciona una rama ascendente de gran calibre, la rama pilórica, en la proximidad
de su origen, y en su terminación por lo general se anastomosa con la arteria
gastroepiploica izquierda. Proporciona numerosas ramas ascendentes para el
estómago y descendentes para el epiplón mayor. Las ramas epiploicas anteriores
largas se extienden rodeando el borde libre del epiplón y en la hoja dorsal del mismo
pueden anastomosarse con otras arterias gástricas o pancreáticas.
III) La arteria pancreaticoduodenal superior se origina en la arteria gastroduodenal al pasar
ésta por detrás de la primera porción del duodeno. Dibuja un asa en la cara anterior del
páncreas y la porción descendente del duodeno; penetra en el espesor del páncreas y
por detrás de la cabeza de este se anastomosa con la pancreaticoduodenal inferior,
rama de la mesentérica superior. El asa proporciona ramas para la cara anterior de las
tres porciones del duodeno. El arco pancreaticoduodenal anterior, formado por las
anastomosis de las arterias superior e inferior, proporciona numerosas ramas al
páncreas y al duodeno.
(b) La arteria gástrica derecha es mucho menor y menos constante que la gástrica izquierda.
Se origina en la hepática común, entre la gastroduodenal y la hepática propia, y se
dirige entre las dos hojas del epiplón menor al píloro, al cual irriga con sus ramas. Se
dirige a la izquierda, a lo largo de la curvatura menor del estómago, irrigando una
extensa área con ramas anteriores y posteriores; por último se anastomosa con la
rama posterior de la arteria gástrica izquierda.
(c) La arteria hepática derecha suele hallarse por delante de la vena porta y cruza por
detrás al conducto hepático, penetrando en el triangulo cístico. Proporciona la arteria
cística y se divide en dos ramas principales antes de penetrar en el lóbulo derecho del
hígado.

La arteria cística se origina en la hepática derecha, a la derecha del conducto hepático en el


triangulo limitado por el conducto cístico, conducto hepático e hígado (triangulo cístico de Calot).
En la vesícula biliar se divide en una rama profunda, que irriga la cara oculta de la vesícula. Sus
ramas se anastomosan y proporcionan ramificaciones a la sustancia hepática adyacente.

Variaciones. La arteria cística es la única en el 75% de los casos y doble en un 25%. En un 18%
se origina a la izquierda del conducto hepático (no en el triangulo cístico) y cruza dicho conducto
alcanzando la vesícula. En un 5%, su origen corresponde a una arteria distinta de la hepática
derecha. En la mayoría de las arterias císticas dobles, la superficial y la profunda se originan en el
triangulo cístico; la superficial y la profunda se originan en el triangulo cístico; la superficial es más
variable que la profunda, originándose en la hepática derecha, a la izquierda del conducto, o en
otra arteria.
55
(d) La arteria hepática izquierda por lo general se divide en dos ramas, una superior y otra
inferior, irrigando con sus ramificaciones la capsula hepática y el lóbulo caudado antes
de penetrar en el espesor del lóbulo izquierdo.

Variaciones. Entre 200 individuos, 54 tienen arterias hepáticas izquierdas aberrantes, 31


reemplazando a la arteria habitual y 23 accesorias. La mayoría de estas proceden de la
gástrica izquierda.

(e) La arteria hepática media penetra en la fosa del ligamento redondo y acompaña al
conducto hepático medio al lóbulo cuadrado. Proporciona la principal irrigación de este
lóbulo y emite ramificaciones al ligamento redondo, y a veces al lóbulo izquierdo. Se
origina de la hepática derecha en un 45% de los casos, en la izquierda en otro 45% y
en otros orígenes un 10%.
3. La arteria esplénica o lienal es la rama de mayor calibre del tronco celiaco; se dirige
horizontalmente hacia la izquierda, a lo largo del páncreas, hasta alcanzar el bazo. Varía
entre 8 y 32 cm de longitud y por lo generales sinuosa. La primera porción, antes de
alcanzar el páncreas es un arco corto dirigido hacia la derecha y abajo que cruza la aorta
en el borde superior del páncreas. La segunda porción se sitúa en un surco de la cara
posterior, por encima del cuerpo del páncreas. Es la porción más tortuosa y ondulada y
describe una o más asas; rara vez se halla adherida al páncreas. La tercera porción
abandona el borde superior, cruzando la cara anterior del páncreas oblicuamente; en la
mayoría de los sujetos, se divide en arterias terminales superior e inferior. La cuarta
porción se halla comprendida entre la cola del páncreas y el hilio del bazo, y en la mayoría
de individuos está representada por arterias terminales (Michels, 1942)

La arteria esplénica está cubierta por el peritoneo de la pared dorsal de la trascavidad y, por lo
tanto, posterior al estómago. Su cuarta porción es anterior al polo superior del riñón izquierdo y
penetra en el hilio, pasando por los ligamentos frenicolineal o lienorrenal.

Ramas. Sus ramas son a) la pancreática, b) la gastroepiploica izquierda, c) los vasos cortos y
d) la esplénica.

a) Ramas pancreáticas. Además de numerosas ramificaciones para el páncreas, la arteria


esplénica da origen a tres grandes ramas: I) la pancreática posterior o dorsal, II) la
pancreática magna y III) la pancreática caudal.

La arteria pancreática posterior o dorsal se suele originar en la primera porción de la esplénica,


pero a veces tiene otros orígenes. Proporciona cierto número de ramificaciones al cuello y al
cuerpo del páncreas. Emite dos pequeñas ramas derechas, una de las cuales se dirige hacia
delante a lo largo de la cabeza del páncreas, irrigándola y anastomosándose con la
gastroduodenal o con sus ramas; la otra irriga el proceso uncinado o gancho del páncreas
mediante ramas plexiformes y se anastomosa con la arteria pancreaticoduodenal inferior. Una
rama con frecuencia se dirige por debajo del páncreas y se anastomosa con ramas de la
mesentérica superior. La rama izquierda principal es de gran calibre e inicia la arteria pancreática
transversa.

La arteria pancreática transversa inicia su trayecto hacia la izquierda de los dos tercios de la
longitud de la cara posteroinferior del páncreas: penetra en el espesor de la glándula y se
anastomosa con otras ramas pancreáticas de la arteria esplénica. Sigue paralela al conducto
pancreático, a cierta distancia, irrigándole, así como a la glándula de China. Emite ramas largas y
cortas que descienden por la hoja dorsal del epiplón mayor como arterias epiploicas posteriores,
las cuales se anastomosan con las epiploicas anteriores del arco gastroepiploico.

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II) la arteria pancreática magna se origina en la segunda porción de la arteria esplénica. Es la rama
pancreática de mayor calibre (2 a 4 milímetros de diámetro); se ramifica a derecha e izquierda y se
anastomosa con otras arterias pancreáticas.

III) la arteria pancreática caudal se origina en la tercera porción de la arteria esplénica o en una de
sus ramas terminales. Proporciona ramas a la cola del páncreas, se anastomosa con la
pancreática Magna y las pancreáticas dorsales y a veces proporciona una esplénica accesoria.

B) la arteria gastroepiploica izquierda es la rama de mayor calibre; se inicia en la tercera porción


de la arteria esplénica o en su arteria terminal inferior. Alcanza al estómago a través de los
ligamentos pancreáticoesplénico y gastroesplénico, y sigue a lo largo de su curvatura mayor de
izquierda a derecha, en la parte anterior del epiplón mayor. Sus ramas se distribuyen por las dos
caras del estómago y por el epiplón mayor.

C) los vasos gástricos cortos son cinco o siete pequeñas ramas que se originan en el extremo de
la arteria lineal o esplénica y en sus ramas terminales. Se dirigen de izquierda a derecha, entre las
hojas de ligamento gastroesplénico, y se distribuyen por la curvatura mayor del estómago,
anastomosándose con ramas de la gástrica izquierda y gastroepiploica izquierda.

D) ramas esplénicas. La arteria esplénica se divide a unos 3.5 centímetros del bazo en una rama
terminal superior y otra inferior. Estas ramas terminales pueden dividirse en otras pocas o bien
Muchas ramas antes de penetrar en el bazo. La ramificación de la terminal inferior es más
complicada que la superior y puede dar origen a la gastroepiploica izquierda y a la polar inferior.
Las arterias polares del bazo son frecuentes. La polar superior puede tener su origen en la arteria
esplénica principal y en el tronco celíaco. Las arterias polares interiores son más frecuentes que la
superior y por lo general se originan en la gastroepiploica izquierda, aunque también pueden
hacerlo en la esplénica o terminal inferior. Son frecuentes en el hilio anastomosis transversas entre
las ramas de mayor calibre.

B. La arteria mesentérica superior es un vaso grande que irriga el intestino delgado en toda su
longitud, con excepción de la parte superior del duodeno; también irriga el ciego la parte
ascendente el del Colón y casi la mitad del Colón transverso. Se origina en la cara anterior de la
aorta, aproximadamente a 1.25 centímetros por debajo del tronco celíaco (a nivel de la primera
vértebra lumbar); es Cruzada en su origen por la vena esplénica y el cuello del páncreas. Se
dispone por delante del proceso uncinado o gancho de la cabeza del páncreas y parte inferior del
duodeno para descender entre las hojas del mesenterio hasta la fosa ilíaca derecha, dónde,
considerablemente disminuida de calibre, pasa por delante de la vena cava inferior, el uréter
derecho y el psoas mayor formando un arco, cuya convexidad está dirigida hacia el lado izquierdo.
Va acompañada por la vena mesentérica superior, que se sitúa en su lado derecho, y Está rodeada
por el plexo nervioso mesentérico superior. A veces se origina en la aorta mediante un tronco
común con el tronco celíaco.

Ramas. Sus ramas son: 1) la pancreaticoduodenal inferior, 2) las intestinales, 3) la ileocólica, 4) la


cólica derecha y 5) La cólica media.

1) la arteria pancreaticoduodenal inferior se origina en la mesentérica superior o en su primera


rama intestinal, a nivel del borde Superior de la porción inferior del duodeno. Se dirige hacia la
derecha, entre la cabeza del páncreas y el duodeno, y asciende para anastomosarse con la arteria

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pancreaticoduodenal superior. Proporciona ramas a la cabeza del páncreas y a las porciones
descendente e inferior del duodeno.

2. Las arterias intestinales se origina en el borde convexo de la mesentérica superior; pueden ser
de 12 a 15 y se distribuyen por el yeyuno e íleon. Casi paralelas, se dirigen una hacia la otra entre
las hojas del mesenterio; cada vaso se divide en dos ramas que se reúnen con las adyacentes,
formando una serie de arcos cuyas convexidades están dirigidas hacia el intestino. En este primer
arco se originan ramas que se unen con otras ramas similares superiores e inferiores, formándose
así una segunda serie de arcos; de las ramas inferiores de la arteria pueden formarse una tercera,
una cuarta o incluso una quinta serie de arcos, disminuyendo de calibre a medida que se
aproximan al intestino. En la parte corta y superior del mesenterio sólo existe un arco, Pero a
medida que aumenta la anchura del mesenterio se desarrollan 2, 3, 4 o incluso 5 arcos. En los
arcos terminales se originan numerosos vasos rectos pequeños que rodean al intestino, por el cual
se distribuyen ramifican entre sus capas. De las arterias intestinales se desprenden pequeñas
ramas para los ganglios linfáticos y demás estructuras situadas entre las hojas del mesenterio.

3. La arteria ileocólica es la rama más inferior originada en la concavidad de la arteria


mesentérica superior. Se dirige hacia abajo y a la derecha, hacia la fosa ilíaca de este lado, donde
se divide en una rama superior y otra inferior; la inferior se anastomosa con la terminación de la
arteria mesentérica superior y la superior con la arteria cólica derecha.

La rama inferior de la ileocólica se dirige hacia el borde superior de la unión ileocólica, proporciona
las siguientes ramas: a) la cólica, que se dirige hacia arriba, en dirección al colon ascendente; b)
las cecales anterior y posterior, que se distribuyen por el ciego; c) una arteria apendicular, que
desciende por detrás de la terminación del íleon, penetra en el mesoapéndice y termina en ramas
que irrigan el apéndice; d) La ileal, que se dirige hacia arriba y a la izquierda, en la parte caudal del
íleon, y se anastomosa con la terminación de la arteria mesentérica superior.

4. La arteria cólica derecha se origina aproximadamente en la parte media de la concavidad de la


arteria mesentérica superior, o en un tronco común con la ileocólica. Se dirige hacia la derecha
cubierta por el peritoneo, y por delante de los vasos espermáticos ováricos derechos, el uréter
derecho y el psoas mayor alcanza la mitad del colon ascendente; a veces el vaso se halla a un
nivel superior y cruza la porción descendente del duodeno y el extremo inferior del riñón derecho.
En el colon se divide en una rama descendente, que se anastomosa con la ileocólica, y otra rama
ascendente, la cual se anastomosa con la cólica media. Estas ramas forman arcos de cuya
convexidad se desprenden vasos para el colon ascendente.

5. La arteria cólica media se origina en la mesentérica superior, inmediatamente por debajo del
páncreas; se dirige hacia adelante entre las hojas del mesocolon transverso y se divide en dos
ramas, derecha e izquierda; la primera se anastomosa con la cólica derecha y la segunda lo hace
con la cólica izquierda, ramas de la mesentérica inferior. El arco así formado se halla a unos dos
traveses de dedo del colon transverso, por el que se distribuyen sus ramas.

C. La arteria mesentérica inferior irriga la mitad izquierda del colon transverso, el colon
descendente e ilíaco, el colon sigmoide y la mayor parte del recto. Es de menor calibre que la
mesentérica superior; se origina en la aorta a unos 3 ó 4 centímetros por encima de la división en
iliacas comunes e inmediata al borde inferior de la 3ª porción del duodeno, a nivel de la parte
media de la tercera vértebra lumbar. Se dirige hacia abajo cubierta por el peritoneo, situándose
primero por delante y después en el lado izquierdo de la aorta. Cruza la ilíaca primitiva izquierda y
se continúa en la excavación pelviana con el nombre de la arteria rectal o hemorroidal Superior,
que desciende entre ambas hojas del mesocolon sigmoide y termina en la parte superior del recto.

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Ramas. Sus ramas son: 1) la cólica izquierda, 2) las sigmoideas y 3) la hemorroidal o rectal
superior.

1. La arteria cólica izquierda se dirige hacia la izquierda cubierta por el peritoneo y por delante
del psoas mayor; después de un trayecto corto pero variable, se divide en una rama ascendente y
otra descendente; el tronco de la arteria o sus ramas cruzan el uréter izquierdo y los vasos
espermáticos Del mismo lado. La rama ascendente es anterior al riñón izquierdo y termina entre las
dos hojas del mesocolon transverso, anastomosándose con la arteria cólica media; la rama
descendente se anastomosa con la arteria sigmoidea más Superior. De los arcos formados por
estas anastomosis, se desprenden ramas que se distribuyen por el colón descendente y parte
izquierda del Colón transverso.

2. Las arterias sigmoideas son dos o tres y se dirigen oblicuamente hacia abajo y a la izquierda,
por detrás del peritoneo y por delante del psoas mayor, uréter iba a sus genitales. Sus ramas
irrigan la parte inferior del Colón descendente, el colon ilíaco y el colon pélvico; cenas tomó San
por arriba de la colita izquierda y por abajo con la arteria rectal Superior.

3. La rectal superior es continuación de la mesentérica inferior; desciende a la pelvis entre las


hojas del mesocolon sigmoide, cruza en su trayecto de los vasos iliacos primitivos izquierdos y se
divide a nivel de la vértebra S3 en dos ramas. Dichas ramas descienden una a cada lado del recto
y, aproximadamente a 10 o 12 cm del ano, se dividen en varias ramas pequeñas; estas perforan la
capa muscular y se dirigen hacia abajo como vasos rectos, situados a intervalos regulares en la
pared del tubo digestivo, entre sus capas muscular y mucosa, forman una serie de asas alrededor
del extremo inferior del recto y se anastomosan con las ramas rectales medias de la ilíaca interna y
con las ramas inferiores rectales de la pudenda interna.

SISTEMA VENOSO PORTAL

El sistema venoso portal incluye todas las venas que drenan la sangre procedente de la porción
abdominal del tubo digestivo, del bazo, del páncreas y de la vesícula biliar. Desde estas vísceras,
la sangre es llevada hasta el hígado por la vena porta. En el hígado, esta vena se ramifica como
una arteria y termina en vasos semejantes a los capilares llamados sinusoides, desde los cuales, la
sangre es conducida a la vena cava inferior por las venas suprahepáticas. La sangre del sistema
venoso portal pasa por dos clases de vasos diminutos: a) los capilares del tubo digestivo, bazo,
páncreas y vesícula biliar, y b) los sinusoides hepáticos. En el adulto, la vena porta y sus tributarias
no tienen válvulas; en el feto y durante un corto período después del nacimiento, se pueden
observar válvulas en las tributarias de la vena porta; habitualmente se atrofian y desaparecen, pero
en algunos sujetos pueden persistir de forma rudimentaria.

La vena porta tiene unos 8 cm de longitud y se inicia a nivel de la vértebra L 2 por la unión de las
venas mesentérica superior y esplénica; la unión de estas venas se efectúa por delante de la vena
cava inferior y por detrás del cuello del páncreas. Se halla por detrás de la 1ª porción del duodeno
y asciende por el borde derecho, libre del omento menor, hasta la parte derecha del hilio hepático,
donde se divide en 2 ramas: una derecha y otra izquierda, que acompañan a las correspondientes
ramas de la arteria hepática en el espesor del hígado. En el epiplón menor, la porta es posterior y
queda entre el conducto biliar principal (colédoco) y la arteria hepática, el primero a la derecha de
la segunda. Está rodeada por el plexo nervioso hepático y la acompañan numerosos vasos
linfáticos y algunos ganglios linfáticos.

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La rama derecha de la vena porta penetra en el lóbulo derecho del hígado, pero antes suele
recibir la vena cística. La rama izquierda, más larga pero de menor calibre que la derecha, cruza
la fosa sagital izquierda, emite ramas al lóbulo caudado y penetra en el lóbulo izquierdo del hígado.
Cuando cruza la fosa sagital izquierda se junta por delante con un cordón fibroso llamado
ligamento redondo o teres, y es unida a la vena cava inferior por un segundo cordón fibroso o
ligamento venoso.

Tributarias o afluentes.

Las afluentes de la vena porta son: la esplénica, la mesentérica superior, la gástrica izquierda, la
pilórica, la cística y la paraumbilical.

1. La vena esplénica. Se origina por 5 o 6 gruesas afluentes que retornan la sangre


procedente del bazo. Estas se unen formando un vaso único que se dirige de izquierda a
derecha, y siguiendo la zona posterosuperior del cuerpo del páncreas por debajo de la
arteria esplénica, termina por detrás del cuello del páncreas al unirse en ángulo recto con
la mesentérica superior para formar la vena porta. La vena esplénica tiene gran calibre,
pero no es sinuosa como la arteria.

Afluentes o tributarias. La vena esplénica recibe a los vasos gástricos cortos del estómago,
a la vena gastroepiploica izquierda, las venas pancreáticas y la vena mesentérica inferior.

a) Las venas gástricas cortas son 4 o 5 y drenan el fondo y la parte izquierda de la


curvatura mayor del estómago; se deslizan entre las dos hojas del ligamento
gastroesplénico hasta terminar en la vena esplénica o en una de sus grandes
afluentes.

b) La vena gastroepiploica izquierda recibe afluentes de las caras posterior y anterior


del estómago y del omento mayor; se dirige de derecha a izquierda, a lo largo de la
curvatura mayor del estómago y termina en la vena esplénica.

c) Las venas pancreáticas se componen de pequeños vasos que retornan la sangre del
cuerpo y cola del páncreas; desembocan en el tronco de la vena esplénica.

d) La vena mesentérica inferior retorna la sangre del recto y de las porciones sigmoidea
y descendente del colon. Se origina en el recto como vena hemorroidal superior o
rectal, que tiene su origen en el plexo hemorroidal y mediante éste comunica con las
venas hemorroidales media e inferior. La vena hemorroidal superior abandona la pelvis
menor y cruza los vasos iliacos comunes izquierdos con la arteria hemorroidal
superior, para continuar hacia arriba como vena mesentérica inferior. Esta vena se
halla a la izquierda de la arteria y asciende cubierta por el peritoneo y por delante del
psoas iliaco izquierdo; después, pasa por detrás del cuerpo del páncreas y desemboca
en la vena esplénica; a veces (10%) termina en el ángulo de unión de las venas
esplénica y mesentérica superior, o bien en ésta última.

Afluentes. La vena mesentérica inferior recibe las venas sigmoideas procedentes del
colon iliaco y sigmoide, y la vena cólica izquierda procedente del colon descendente y
de la flexura cólica izquierda-

2. La vena mesentérica superior retorna la sangre del intestino delgado, del ciego y de las
porciones ascendente y transversa del colon. Se origina en la fosa iliaca derecha por la
unión de las venas que drenan la porción terminal del íleon, el ciego y el apéndice cecal;
asciende entre las dos hojas del mesenterio, por el borde derecho de la arteria mesentérica
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superior. En su trayecto hacia arriba se halla por delante del uréter derecho, de la vena
cava inferior, 3ª porción del duodeno y porción inferior de la cabeza del páncreas. Por
detrás del cuello del páncreas se une con la vena esplénica y forma la vena porta.

Afluentes o tributarias. Recibe a ambos lados afluentes que se corresponden con las
ramas de la arteria mesentérica superior, o sea las intestinales, ileocólica, cólica derecha y
cólica media; la vena mesentérica superior se anastomosa con la vena gastroepiploica
derecha y también con la pancreáticoduodenal.

a) La vena gastroepiploica derecha recibe afluentes del omento mayor y de porciones


de las dos caras del estómago; se anastomosa con la gastroepiploica izquierda a lo
largo de la curvatura mayor del estómago, entre las dos hojas del omento mayor.

b) Las venas pancreáticoduodenales acompañan a las correspondientes arterias;


generalmente la más inferior se une a la vena gastroepiploica derecha.

3. La vena gástrica izquierda (vena coronaria estomáquica) recibe afluentes de ambas


caras del estómago; se dirige de derecha a izquierda a lo largo de la curvatura menor del
estómago, entre las dos hojas del omento menor, hasta el orificio cardiaco del estómago,
donde recibe algunas venas esofágicas. Después sigue hacia abajo y pasa, de izquierda a
derecha, por detrás del peritoneo de la trascavidad de los epiplones para terminar en la
vena porta.

4. La vena pilórica es de pequeño calibre y se dirige de izquierda a derecha a lo largo de la


porción pilórica de la curvatura menor del estómago, entre las dos hojas del omento menor,
termina en la vena porta.

5. Las venas císticas son varios pequeños vasos que retornan la sangre procedente de la
vesícula biliar, acompañan al conducto cístico y terminan por lo general en la rama derecha
de la vena porta.

6. Venas paraumbilicales. En el trayecto del ligamento redondo del hígado y del ligamento
umbilical medio se encuentran pequeñas venas que establecen una anastomosis entre las
venas iliacas internas y comunes. La más definida de estas pequeñas venas es una que
empieza en el ombligo y se dirige hacia atrás y hacia arriba, en el interior o en la superficie
del ligamento redondo, entre las hojas del ligamento falciforme o suspensorio del hígado,
hasta terminar en la rama izquierda de la vena porta.

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FUENTES BIBLIOGRÁFICAS:

1. HAMILTON, W. J. Anatomía Humana. Publicaciones Cultural. Primera Edición. México, 1983.

2. GARCÍA-PORRERO, HURLÉ Anatomía Humana. Mc. Graw-Hill-Interamericana, España. 2005.

3. GARDNER, GRAY, O’RAHILLY. Anatomía de Gardner. Interamericana, Quinta Edición, 1989.

4. GRAY-GOSS. Gray Anatomía. Salvat Editores, Vigésima novena Edición, 1976.

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