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Pero participar argumentativamente no debe confundirse con «ne. - Problematizar el presente.

gociarn. Comunicarse, desde una actitud crítica, no significa sim- - Pensar históricamente (genealógicamente).
plemente el intercambio de una exposición de intereses parciales. - Educar el deseo.
La negociación no deja de ser una estrategia comunicativa donde - Aprender dialogando.
los argumentos son meros instrumentos al servicio de un fin que, - Impugnar los códigos pedagógicos y profesionales.
como parte de una acción estratégica, no se explicita. Al introdu-
cir la racionalidad comunicativa, se propone que los participantes A estos postulados iniciales yo.deseo añadir -y ampliar o ma-
en el proceso comunicativo busquen sinceramente un genuino en- tizar en el caso del postulado «Aprender dialogandon- otros nue-
tendimiento entre sí, estableciendo una comprensión empática con vos que, a mi juicio, complementan los anteriores, apoyándome e n
los intereses, cosmovisiones y perspectivas del otro pero esta com- los argumentos ya expuestos:
prensión no implica que todos los intereses expuestos sean consi-
derados legítimos, sin más, y tengan la fuerza precisa para fraguar - Desarrollar el pensamiento dialéctico y critico.
un verdadero consenso en torno a ellos. Una racionalidad comuni- - Aprender y enseñar a ejercer la crítica ideológica.
cativa implica comprender, entenderse, buscar soluciones coopera- - Construir procesos d e comunicación crítica: «aprender y
tivamente ante los problemas, y también la asunción corresponsa- enseñar dialogandon.
ble de los acuerdos adoptados pero sin perder de vista la conciencia
crítico-social respecto al origen de las situaciones problemáticas. Todos estos postulados guardan una estrecha relación interna, ya
Y para desarrollar esta racionalidad los agentes educativos que comparten los mismos principios axiológicos y por tanto en su
deben estar dispuestos no sólo a argumentar sino a comportarse aplicación a la práctica escolar se encuentran completamente inte-
también racionalmente, es decir, deben estar dispuestos a exponer- grados. Como postulados que se proponen, a la hora de trasladar-
se a la crítica de sus interlocutores y a dar razón de sus opiniones o los a la práctica escolar servirán fundamentalmente como referen-
visiones, sin coacciones sobre los otros ni engaños sobre los autén- tes teóricos y actitudinales para el profesor, aunque de todos ellos
ticos intereses que defienden. Es evidente que a participar en estos
términos se aprende -y se enseña- y que nunca se podrá lograr
un ejercicio genuino de esta práctica comunicativa, pero... si alguna sarrollo de una Didáctica Crítica. Cuesta Fernández, R., *La educación histórica del
deseo. La didácticade la crítica y el futuro delviaje a Fedicarian, en Conciencia Social,
institución social puede plantearse tamaña utopía, ésa «podría ser» no3,1999:70-97.Este autor, que forma parte de la plataforma de pensamientocritico
la escuela." Fedicaria, divulgó el uso en nuestro país del termino Didáctica Crítica. proponiendo
una serie de postulados básicos en su obra: Cuesta Fernández, R., Clío en las aulas,
Madrid. Akal, 1998, que posteriormente en Fedicaria se han venido desglosando y
perfilando. Véase su reciente publicación: Cuesta R., Los deberes de la memoria en
3.3 P O S T U L A D O S
Y SUGERENCIAS PARA la educación, Madrid, OctaedroiMEC, 2007.También puede consultarse: Cuesta, R.;
U N A DIDÁCTICA C R ~ T I C A Mainer, l.; Mateor, J.; Merchan, J. y Vicente, M.. «Didáctica Crítica. Alli donde se en-
cuentran la necesidad y el deseo», en Conciencia Social. n' 9,2005: 17-54.También:
Cuesta Fernández, R.. «Campo profesional, formación del profesorado y apuntes de
Raimundo Cuesta Fernández, usa y divulga en nuestro país el tér- didáctica crítica para tiempos de desolaciónr, en Diddctica de las Ciencias Experi-
mentales y Sociales, n' 17,2003:3-23;Mainer, l., «Innovación, conocimiento escolar
mino «Didáctica Crítica)) a partir de un artículo sobre d a educa- y didáctica criticar, en Conciencia Social, no 5 , 2001:47-77;Gimeno Larente, P., «La
ción histórica del deseos,55donde propone cinco postulados inicia- Teoría Crltica de Habermas y la educación: hacia una didáctica crítico-comunicati-
les para su desarrollo práctico: van, en Conciencia Social, no 3,1999:13-41:o Gimeno Lorente, P., runa nueva apor-
tación a la didáctica critica: Dialéctica negativa y pensamiento crlticon, en Congreso
Internacional de Historia: Fuentes orales y visuales, Instituto Jerónimo de Uztáriz.
54. Al menos, ésa es mi esperanza. Pamplona 7-9sept. 2005.En www.fedicaria.org se pueden consultar las aportaciones
55. Véase el articulo al que me refiero, que forma parte de la contribución de a estos postulados de la Didáctica Critica realizadas por diversos miembros del co-
Raimundo Cuesta a la formulación de una serie de postulados como base para el de- lectivo.
Para provocar en los alumnos el ejercicio de un pensamiento analogías y metáforas, referencia implícita a principios genera-
dialéctico-negativo, y teniendo en cuenta que los procesos de ense- les, etc.
ñanza se apoyan en interacciones comunicativas, quiero proponer 4) En la enseñanza de este proceso dialéctico hay que presentar al
algunas sugerencias prácticas para el aula: alumno la doble cara de cualquier realidad social que se estudie.
Mostrarle que la tesis y la antítesis de las situaciones sociales
1) Favorecer las máximas condiciones de simetría con nuestros forman parte de una misma realidad y que sin esta doble, o múl-
alumnos, a pesar de la asimetría institucional y madurativa en tiple, perspectiva no se puede llegar a comprender ningún fenó-
la que nos movemos. Esto significa la valoración positiva del meno social.
alumno como interlocutor y sujeto capaz de pensar y actuar ra- 5) Enseñar a los alumnos a enjuiciar moralmente los contenidos de
zonablemente, estimulando el pensamiento propio del alumno, aprendizaje -así como los procesos de comunicación sobre los
aunque sea contrario al del profesor, enseñándole a dar razón que se establecen los procesos de enseñanza y aprendizaje- re-
de lo que dice para que los demás puedan mostrar su acuerdo sulta fundamental para despertar en ellos una actitud afectiva
o desacuerdo. El alumno debe aprender que lo importante no de rechazo hacia las situaciones de injusticia, que es la base del
es quien habla sino la consistencia del argumento, y lo que se pensamiento crítico-social. Una estrategia para ello es enseñar
debe juzgar como adecuado o inadecuado es el contenido de lo a los alumnos a debatir en torno a dilemas morales, obtenidos
que se dice, no la persona que lo emite. Nunca hay que olvidar de sus propias circunstancias vitales o de situaciones sociales de
que la búsqueda de esta simetría está directamente relacionada actualidad. La mayor parte de las decisiones morales que se to-
con la crítica al dominio de los individuos y con la búsqueda de man a lo largo de la vida parten de situaciones dilemáticas, don-
libertad. de existen argumentos a favor y en contra en cada una de las
2) Resulta imprescindible traducir los mensajes de forma que és- alternativas posibles. Ensayar en clase este tipo de pensamiento
tos sean siempre inteligibles para el alumno. Un pensamiento reflexivo, es una forma de ejercitar el pensamiento dialéctico y
dialéctico exige una gran claridad en la exposición de los argu- critico. Si además se realiza en grupo, no sólo se aprende a re-
mentos y debe poder ser bien comprendido por los alumnos si flexionar argumentadamente sobre las ventajas o límites de una
queremos que éstos sean capaces después de practicarlo. Esto opción u otra, sino-también a escuchar y conocer perspectivas
no significa simplificar el lenguaje sino buscar todas las estrate- muy distintas a las que elabora un sujeto de forma individual,
gias comunicativas necesarias para que el alumno acceda al ni- ya que en un contexto deliberativo grupal se aprecian procesos
vel de abstracción que pueda alcanzar, según su nivel evolutivo. lógicos muy diferentes que, aceptados de forma serena y abierta,
Asimismo, cuando el alumno no dispone de suficientes recursos enriquecen el propio pensamiento u obligan a refinar mejor el
expresivos para participar en un discurso de carácter abstracto argumento inicial sostenido.58
deberemos ayudarle en esa expresión dándole modelos de refe- 6) Y por último, resulta ineludible enseriar a pensar por sí mismos
rencia. a los alumnos. Habitualmente los profesores estamos tan ocupa-
3) Para el aprendizaje de un pensamiento crítico apoyado en un dos en «cómo» enseñar a pensar que se nos olvida que lo esen-
procedimiento dialéctico resulta imprescindible ensefiar a los cial es enseñarles y dejarles. realmente, pensar. En muchos mo-
alumnos a argumentar y a contraargumentar, haciéndole ver las mentos de la vida del aula, en el transcurso de las interacciones
diferencias entre la expresión de una simple opinión apoyada en
el gusto o la preferencia y la emisión de un argumento apoyado
en datos empíricos o en otras razones de carácter más general. 58. Para poner en marcha este tipo de actividades en el aula existen materiales
Es necesario enseñar a los alumnos a desentrañar las estrategias did6cticos en el mercado, como los correspondientes al programa de Filosofía para
Niños. en los cursos superiores. Pero no siempre hay que recurrir a programas elabo-
del pensamiento lógico-formal, basado en deducciones o induc- rados, por otros; la propia vida de los nifios y adolescentes da suficiente juego como
ciones, sucesos probables o posibles, etc., pero también es pre- para elaborar un ejercicio práctico de las deliberaciones que se ponen en juego ante
ciso enseñarle otros recursos de lógica informal, como el uso de un dilema moral.
opiniones apoyándolas en datos o en fuentes de autoridad -que sos necesarios para ello. El área de Ciencias Sociales es un ámbito
también pueden ser sometidas a crítica- y, sobre todo, a diferen- de conocimiento privilegiado, que permite enlazar la información y
ciar. lo que es simplemente una opinión subjetiva (totalmente lícita el pensamiento crítico con el compromiso personal ante las injus-
en determinados niveles de comunicación) de una justificación ar- ticias percibidas. La opción de los alumnos por los que carecen de
gumentada. Para ello nos puede servir la separación analítica, que recursos, culturales o materiales, por los que no tienen oportuni-
no fáctica, que propone Habermas acerca de los diferentes planos dad de ser escuchados, por los excluidos... es una consecuencia que
temáticos del discurso, a los que asocia diferentes criterios para se debe derivar del ejercicio de una Didáctica Crítica.
juzgar su validez racional: A esto hay que añadir la dimensión política de la educación
y de la escuela aunque esta reflexión compete fundamentalmente
- Un plano referido al mundo objetivo (mundo físico o social ob- al profesor. Enseñar en un marco institucional como la escuela, es
jetivado). La pretensión de validez con la que juzgaremos los una actividad política que suscita la cuestión acerca de la posible1
argumentos referidos a este ámbito es la de «verdad» y los cali- imposible neutralidad en la transmisión cultural. Es evidente que
ficaremos como «verdaderos* o «falsos». ningún planteamiento educativo es neutral pero esto tampoco legi-
- Otro plano referido al mundo social. Cuando presentamos argu- tima cualquier modelo. Es decir, tener conciencia de que cualquier
mentos respecto a la vida social hacemos uso de un criterio de conocimiento conlleva una opción ética e ideológica no significa
validez que es el de la «corrección normativas. Dicho criterio se que todas las opciones tengan la misma legitimidad. Es cmcial ha-
entiende como adecuación a las normas legítimas, aunque esto cer hincapié en que un pensamiento crítico ensefia a discernir entre
no implica una adaptación acrítica y conservadora a las normas aquellos valores que sirven para mantener el orden social con todas
sociales dadas. ya que éstas pueden y «deben* ser sometidas a las injusticias existentes y aquellos otros que las cuestionan y bus-
permanente revisión y crítica, pero siempre encontraremos can alternativas.
.
acuerdos sobre aquellas que sean justas y por tanto le,'@:timas. Se podrá contraargumentar que el concepto de la justicia no
Cuando hagamos la valoración de los argumentos los describire- es unívoco, pero tal contraargumento presenta algunas debilidades,
mos como «correctos», aválidosn, adecuados)),incluso, «justos». porque, como dice Honneth, hay un concepto de justicia basado en
Estos adjetivos son de naturaleza ética. el principio de reconocimiento, del que deriva la necesidad d e re-
- Un tercer plano referido al mundo subjetivo, donde se expresan distribución material en coherencia con el reconocimiento de cada
sentimientos, opiniones, visiones personales, etc. Aquí la Única ser humano.61
forma de confrontar la validez de los argumentos es la aplica- La crítica ideológica es un instrumento que pone en marcha el
ción del criterio de «veracidad» entendido como «sinceridad>). pensamiento crítico, y resulta fundamental transmitir a los alumnos
La comprobación de este criterio es la coherencia personal del que no nos debemos dejar impresionar por ningún planteamien-
hablante entre lo que expresa de sí mismo y sus acciones (Haber- to ideológico que sostenga que su verdad es única e insustituible,
mas, 1987: 144-145). como sucede con las religiones. Todas, todas las ideologías son sus-
ceptibles de ser sometidas a crítica, pero lo importante son los cri-
Los alumnos son sujetos capaces de aprender a pensar crítica terios de valoración que se apliquen, y aquí no se puede ser neutral:
y racionalmente, si les enseñamos a hacerlo -a pesar de que a veces
experimentemos sentimientos de desesperación y nos tiente pensar
61. Personalmente prefiero la distinción entre ambos principias que plantea
lo contrario-, y la tarea de un docente crítico será la de ayudarles a Nancy Fraser, (FraserIHonneth,2006) en la que el principio de distribución es com-
desarrollar esta potencialidad al máximo. Todos pueden elaborar su plementario al de reconocimiento y por tanto sólo puede hablarse de justicia cuando
propio pensamiento «informado» si les proporcionamos los recur- las condiciones sociales que cada individuo (o grupo social) sea reconoci-
do en cuanto a su dignidad personal y en cuanto a sujeto de derechos, pero sin olvi-
dar que entre estos derechos debe estar el de poder participar en una redistribución
mienta. es decir, de todo se puede dar razón y se debe hacerlo. aunque sea a un nivel lo mas igualitaria posible de los recursos materiales, ya que esta condiciona tambien
mis emocional que cognitivo en las primeras etapas de desarrollo. el reconocimiento como persona.

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3. T E O R ~ AC R ~ T I C AY DIDÁCTICA C R ~ T ~ C A

misión de los contenidos del currículo, sino como base interactiva 3.3.3.1 Poder, autoridad y dominio
que marca las relaciones personales de todos los que forman parte
de eUa, y no hay que olvidar que la forma de estas interacciones Para interpretar adecuadamente el adjetivo «crítica» que asocia-
comunicativas va a condicionar, incluso, los contenidos de la co- mos al sustantivo «comunicación», introduciré a continuación una
municación. Por eso voy a hablar de la comunicación centrada en el breve digresión -dentro del marco narrativo de este apartado- so-
lenguaje pero, fundamentalmente de comunicación, es decir, de los bre el concepto de «poder)>,con la intención de explicitar los apo-
aspectos pragmáticos del lenguaje, de su uso para establecer cauces yos teóricos sobre los que sustento mi concepción de poder como
comunicativos. Esto transciende el postulado didáctico-crítico de dominio.
«aprenderlenseñar dialogando)). El poder es un elemento constitutivo de las relaciones huma-
Desde la perspectiva de la Didáctica Crítica lo que nos interesa nas, pero lo que marca la diferencia entre un poder como capacidad
es la relación entre los procesos interactivos de comunicación y las superior o posibilidad de acción y un poder abusivo, es cuando éste
formas de poder, es decir, nos interesa descifrar cómo a través de se convierte en un instrumento de dominio que doblega la voluntad
estos procesos comunicativos participamos, construimos o cues- de otros que deben acatar, a su pesar, las posibilidades de acción de
tionamos las relaciones de poder, fundamentalmente, de los abusos aquél o aquellos que se imponen. El concepto de poder que se re-
de poder. La reflexión crítica sobre las formas de interacción comu- chaza en la teoría crítica, está asociado con el dominio.
nicativa que empleamos en el contexto escolar nos permitirá iden- Para los miembros de la Escuela de Frankfurt -muy sensibi-
tificar los elementos de coacción que entremezclamos cuando nos lizados por el ascenso del nazismo en Europa- este concepto, que
comunicamos con los alumnos o con los restantes miembros de la ellos relacionan con el de autoridad, es una categoría central en sus
institución escolar. Por eso hablaremos de «comunicación crítica». análisis. Una de sus primeras preocupa~iones,~~ fue la influencia
Su referente, a la hora de enjuiciar y detectar los afanes de dominio, que ejercía la familia, como institución socializadora, en las estruc-
será el concepto de razón comunicativa, que ya quedó expuesto en turas de personalidad de los individuos. Entendían que el fenómeno
un capítulo previo. de la autoridad y sus consecuencias devastadoras cuando se trans-
Pero no podemos olvidar que los códigos comunicativos que formaba en dominio debía ser estudiada como fenómeno social y
rigen la vida de un centro son también un reflejo de los que se em- educativo. La autoridad no podía ser definida de forma generica
plean fuera, es decir, participan y forman parte del entramado cul- pues dependía de las condiciones sociales de un momento histórico
tural y social del que forma parte la escuela. Esto significa que com- concreto y, ademiis, debía ser contemplada de una forma dialéctica
prender, e intentar modificar, tales códigos comunicativos implica dada su complejidad. Se consideraban autoritarias aquellas formas,
tomar una postura crítica respecto a las estructuras de poder sobre internas o externas, en las que los hombres se someten de forma in-
las que se apoyan esas formas de relación y lenguaje. voluntaria a una instancia ajena a ellos; pero, por otra parte. la au-
Mi pretensión se cifra en aportar algunas pistas acerca de cuá- toridad también remite a una limitación humana que lleva al indi-
les podrían ser los cauces de comunicación dentro de un centro viduo a necesitar hacerse dependiente de aquellos que organizan la
escolar, de manera que sus miembros pudieran adquirir las corn- vida colectiva, de manera que esta dependencia le facilite la subsis-
petencias comunicativas y la actitud crítica necesarias para empe- tencia. Esta subordinación, lógica en los primeros años de la vida,
ñarse en la construcción de una sociedad sensible a las injusticias es necesaria para el posterior desarrollo de la independencia,' sin
y comprometida con formas democráticas genuinas, no apoyadas
en falsos consensos sino en la actuación consciente y responsable 65. Uno de los proyectar de investigación mas importanteidel lnstitut, cuan-
de sus miembros respecto a aquellos a los que no llega la justicia, do tadavfa estaba ubicado en Frankfurt, fueran los Estudios sobre la autoridad y la
ni en su reconocimiento ni en la distribución material de los re- familia, donde se analizaba el papel mediador de la familia entre la subestructura
cursos. material de la sociedad y la superestructura ideológica. Para una información mas
detallada, véase Gimeno Lorente, 1995: 142 y sr.
66. Entre las conclusiones obtenidas en sur investigaciones destaca la de que
las personas que han recibido en sus primeros años una educación muy represiva
3. T E o n f * c a í r i c * Y DIDÁCTICA C R ~ ~

«la diferencian, «la experiencia estética»... remiten a unos criterios Sólo un «habla» capaz de tomar conciencia de esos mecanismos
normativos que tampoco quedan explícitos, aunque reflejan el re- de dominio nos proporcionará la posibilidad de romper el hechizo
chazb de estos autores hacia las situaciones de injusticia y degrada- de ese mismo dominio (Habermas, 1989b: 162). Al establecer una
ción moral. Al igual que sucede con Nietzsche, al criticar al sujeto y distinción entre estas dos clases de pretensiones, Habermas puede
a las relaciones cosificadas que este ha establecido consigo mismo y contestar tanto a Adorno y a Horkheimer como a Nietzsche. Par-
con sus semejantes -señala Habermas-, echan también por la bor- tiendo de la clasificación de Weber sobre las esferas de valor que
da el proyecto ilustrado y emancipador de la modernidad: han dado lugar a sistemas de saber especializados como el arte y
la crítica, la ciencia y la filosofía, el derecho y la moral, podemos
l...]
la perspectiva de una praxis autoconsciente, en la que la auto- apreciar el desarrollo de discursos especializados que emplean una
determinación solidaria de todos pudiera conciliarse con la au- terminología específica y responden a criterios de validez propios
torrealización auténtica de cada uno. Se está rechazando lo que la (verdad, corrección moral. sinceridad expresiva). Esta diferencia-
modernidad l...] pretendió con los conceptos de autoconciencia, au- ción generada en cada una de estas esferas y asumida por el lengua-
todeterminación, y autorrealización. (Habermas, 1989b: 399) je nos permite, por ejemplo, juzgar por una parte la validez veritati-
va de un avance científico y por otra su validez ética. De una forma
Este rechazo a las formas de vida de la modernidad presenta sintética: cuando realicemos el análisis crítico de un conocimiento
la debilidad de permanecer insensible a su comprensión dialéctica. especializado deberemos saber diferenciar, por un lado, si sus con-
Al menos, Marx, Hegel, y Lukács, dice Habermas, distinguían entre tenidos responden acertadamente a las pretensiones de validez in-
los aspectos represivos de la vida social y los aspectos emancipado- ternas específicas de ese ámbito del conocimiento y, por otro, su
res, porque la crítica indiferenciada respecto a la identificación de adecuación ética, para cuyo análisis hay que interpretar las preten-
poder y razón no abre muchas puertas a la esperanza. Estas con- siones de poder y los intereses sectoriales que rigen en esa discipli-
cepciones, añade Habermas, pasan por alto los costes que el pueblo na. Esta comprensión dialéctica nos permitirá analizar los conte-
ha tenido que pagar para alcanzar algunos logros sociales, como nidos curriculares que transmitimos en la escuela, pues contempla
por ejemplo unas mejores condiciones laborales, las posibilidades las vertientes rechazables del conocimiento cuando éste responde a
de elección individual, la participación política y democrática, el intereses espurios. Al fin, este es el núcleo de la crítica.
derecho a la educación o a la sanidad, etc. Para comprender esta Desde la perspectiva de una Didáctica Crítica, entendemos
dialéctica de avance y regresión, necesitamos de otros elementos que la dialéctica del poder en las interacciones humanas se resuelve
teóricos que permitan mantener alerta el p e n ~ a m i e n t o . ~ ~ precisamente en su relación con el concepto de autoridad.'l Es de-
En esta crítica al poder, Habermas propone un paso que per- cir, el poder de alguien sólo es admisible cuando está basado en la
mite superar estas vías cerradas: diferenciar las pretensiones depo- autoridad de quienes poseen un conocimiento mejor, unido a una
der de las pretensiones de validez racional. Necesitamos de la razón, categoría moral que garantiza su defensa de los intereses generales
apoyada en el lenguaje y en la argumentación, para señalar las in- por encima de los suyos particulares. Este poder se convierte e n le-
justicias sociales, pero con la conciencia clara de que, aunque en la gítimo sólo cuando es aceptado litjre y conscientemente por aque-
base de nuestros razonamientos se den los supuestos implícitos de llas personas que van a someterse a dicho poder, es decir, el poder
que la única coacción válida es la del mejor argumento, estamos sólo es válido cuando supone una delegación voluntaria de los so-
siempre expuestos a que el propio lenguaje nos arrastre, genere metidos. Esto significa que el poder no es una atribución que se
nuevos mecanismos de dominio o nos atrape en los ya existentes. pueda derivar ni de la condición social ni de una imposición, sólo
de la voluntad libre de aquellos que delegan en otro su capacidad de
70. Por eso es tan importante mantener vim el pensamiento dialectico v crl- decisión.
tico, porque tan errático resulta quedarse en el fhcil e ingenuo conformismo ante los
logros
. sociales obtenidos, como .parapetarse
. en el rechazo permanente Y adialéctico
71. Me apoyo en la diferenciación que hace Weber respecto al poder, el domi-
de los errores y patologlas morales que nuestra sociedad tambien. y a la par, ha desa-
rrollado. nio y la autoridad.
3. T ~ o ncnirica
í~ Y DIDÁCTICA CR~TICA

consciente de su doble papel de dominador y dominado (Dubet,


2006: 402-409). Pero 10 que aquí nos ocupa no es sólo cómo enseñar a 10s alum-
nos a hablar de forma coherente y comunicarse de manera que se
Esta investigación ejemplifica algunos de los rasgos del po:
der entendido como dominio en la escuela, y éstos se manifiestan entiendan con su interlocutor, sino a algo más profundo: cómo ha-
cerlo de forma crítica, es decir, sin interferencias de dominio o con
en los procesos de comunicación que se establecen en los centros.
la capacidad suficiente para desvelarlo cuando éste se intente filtrar
Para identificarlos nos posicionaremos no como observadores ex-
ternos sino como participantes implicados en estos procesos de en la comunicación. Con esto no se agota el planteamiento de una
comunicación, procurando la comprensión empática de motivos e Didáctica Crítica, pues una educación crítica tiene como objetivo
el desarrollo del pensamiento crítico y autónomo de los alumnos,
intenciones, concepciones y signiñcados de los participantes, pero
sin perder de vista el referente de justicia social que será el criterio pero sí es una vía importante, ya que tiene fuertes implicaciones en
válido para la crítica ideológica de nuestras interacciones comuni- los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Como referente para el análisis crítico sobre las interferencias
cativas en el ámbito escolar.
del poderldominio en los procesos comunicativos escolares me
serviré de losprincipiosproced~entalesque caracterizan el mode-
lo de acción comunicativa:
3.3.3.2 Aprender y enseñar a través del diálogo
- Simetría en la interacción comunicativa de los participantes en
El diálogo no es garantía para la enseñanza o el aprendizaje crítico.
una acción comunicativa: Cuando hablamos de simetría n o me
Se puede participar, mediante el diálogo, en procesos comunicativos
refiero a que 18s participantes en una interacción comunicativa
distorsionados contaminados por afanes de dominio y sus conse-
posean los mismos recursos o se encuentren en las mismas situa-
cuencias de sumisión. Dialogar sólo significa hablar entre dos o más
ciones institucionales o sociales. Considerar así la «igualdad» seria
personas que se contestan unas a otras acerca de lo que se habla.
incurrir en una falacia pues implicaría olvidar las redes de poder
Que un profesor hable mucho con sus alumnos no significa que no
que configuran nuestra estructura social. Cuando se habla de sirne-
esté ejerciendo un dominio sobre ellos, es decir, que no sea autori-
tría en la comunicación se alude al acceso al poder dentro del pro-
tario. Hablar, dialogar, sin más... no es sinónimo de entendimiento.
La mayor parte de los conflictos vividos en las aulas y en los centros ceso comunicativo, es decir, que todas las personas que participen
en una situación de comunicación puedan intervenir con libertad
escolares en general, son debidos a errores comunicativos o a las in-
y con los mismos derechos a la réplica y contraargumentación de
terferencia~del afán de poder de alguno de los participantes en la
comunicación En una Didáctica Crítica lo primero que tendremos aquellas ideas que se exponen, que cualquiera de ellas pueda pedir
una mejor explicación o razón de las mismas y que reciban igual
que enseñar a los alumnos es que el principal objetivo de la comuni-
reconocimiento cuando expongan sus puntos de vista respecto a
cación es entenderse con otro sobre algo, para lo cual el mensaje que
la cuestión de la que se habla. Esta. es la condición primera para
emitimos debe ser concordante con lo que sinceramente queremos
construir una acci6n comunicativa libre de dominio, pues afecta
comunicar en el acto de habla, es decir, debemos hacer al hablar lo
a sus fundamentos criticos: evitai que las coacciones simbólicas (O
mismo que queremos decir. Por ejemplo, si lo que queremos es ha-
cer una descripción de lo que ha pasado, tendremos que utilizar el de cualquier naturaleza) contaminen la posibilidad de llegar a un
lenguaje ilocucionario adecuado para ello: «el profesor de Matemá- entendimiento genuino con otras personas.
ticas nos ha echado la bronca», pero si lo que queremos es advertu En los procesos comunicativos que se establecen en el aula,
de algo a alguien también debe quedar expiícito: asi no me ayudas esta simetría no es sencilla de lograr. En su forma de enseñar los
en este ejercicio yo tampoco te echaré una mano en inglés~.'~ profesores reflejan sus concepciones sobre su tarea y sobre el mis-
mo conocimiento y éstas condicionan su posterior comunicación
con los alumnos. Las concepciones e~istémicasde los docentes,
72. Esta aadvertenciao re entiende como una amenaza pero, al 'menos,al que- respecto al conocimiento y a su acceso, tienen un gran peso espe-
dar explícita el interlocutor puede identificarla ficilmente y .defenderse» de ella.
cífico en la forma en que éstos orientan su práctica. De entrada, el
Así pues, para establecer unas condiciones de simetria en las surja la comunicación o hemos permitido que otros alumnos hagan
interacciones comunicativas de una sesión de clase, precisaremos - o expresiones devaluadoras de determinados compañeros...
gestos
como requisito inicial que el profesor entienda que el currículo es Todas las personas merecen igual respeto y reconocimien-
una construcción social y que en su reproducción intervienen tam. to, solamente son las ideas las que se deben poner en cuestión y
bién los alumnos, por tanto, y como señalábamos con anterioridad, a las que se replica. A esto hay que unir otro principio básico del
el currículo se debe entender como un proceso comunicativo don- aprendizaje: las ideas construidas intersubjetivamente, entre todos,
de se aprende, se reproduce y se produce el conocimiento. Para que son más ricas que las pensadas individualmente, por tanto, nadie es
la simetría en esta comunicación se haga posible, el profesor debe propietario individual de una idea (aunque parezca que se le haya
enseñar a los alumnos a presentar con orden y rigor las ideas, una ocurrido a él sol^),'^ pero juntos podemos ser sus autores.
información, una opinión, un hecho... mediante una exposición Cierto, mantener este clima no es sencillo. Para ello el profesor
argumentada ante la que se opondrán argumentos contrarios, que habrá tenido que aprender antes a participar, él mismo, en debates
tambien deben mantener entre si una coherencia lógica. La forma y en conversaciones donde nadie quede devaluado como persona,
de aprender a argumentar es participando activamente en la propia donde se separen claramente los sujetos de los argumentos. Para
argumentación, es decir, participando en la interacción comunica- crear situaciones de simetria con los alumnos, respecto a la comu-
tiva. Y aquí es donde se debe poner el acento para lograr la simetría nicación, deberemos haber vivido previamente esa experiencia.
a la que nos referimos: cualquier alumno debe sentirse cómodo y
libre para participar en la argumentación, con la confianza de que - Una actitud de búsqueda de entendimiento en la interacción co-
aunque la idea que él exponga pueda ser refutada por otro com- municativa: La actitud iloc~cionaria'~en un acto de habla constitu-
pañero o por el profesor, esto no implica ninguna devaluación de ye la base y finalidad de cualquier proceso de comunicación. Esto
su persona. Para ello el clima comunicativo debe ser de confian- significa que cualquier acción comunicativa busca, de por sí, enten-
za entre los miembros del grupo y el enfasis no se debe poner en
quién dice un argumento, es decir, en la persona que lo expone (sea 75. Es muy importante transmitir a los alumnos el valor del pensamiento, de
el profesor o sea un alumno cualquiera) sino en el contenido del los argumentos, por delante de quien los expone o los crea, así como la posibilidad en-
mismo. Desplazar la importancia del debate al plano exclusivo de riquecedora de aprender y generar pensamiento de forma intersubjetiva. Dadas nues-
las ideas, sin que queden afectados los sentimientos de aprecio o tras condiciones sociales, caracterizadas por el individualismo y la competición con el
otra. resulta dificil que los alumnos entiendan esto..., mas bien son dados a los prota-
devaluación de los miembros del grupo por lo que hayan dicho, es gonismos individua¡istas y a los rechazos o adhesiones segin el esito que tengan sus
fundamental. Claro que hay alumnos que participan con acierto y -
ideas. pero esto no significa que debamos ceder en una cuestión que resulta relevante,
aportan ideas sugerentes, mientras que otros se limitan a reprodu- desde el punto de vista tanto ontológico como epistemoiógico, y psicalógico.
cirlas o sugieren cuestiones de pequeño calado (y hasta tonterías), 76. El termino ailocucionarion remite a la clasificación realizada por Austln
sobre los efectos ilocucionarios y perlocucionarios de un acta de habla. Habermas
pero si queremos que los alumnos aprendan el valor de la sime- senala que las acciones comunicativas precisan de actos ilocucionarios, es decir, el
tría y rechacen los elementos coactivos de cualquier comunicación, hablante realiza una acción diciendo algo- (afirma, manda, promete...) y su intención
esta valoración -subjetiva por otro lado- no debe afectar al clima sera queel oyente entiendacon claridad y íin equivocas loque él estd haciendo cuan-
relacional que se genere en el debate colectivo. Como profesores do habla Sus fines también deberan ser ~locucionarios.es decir, lo que se pretende es
jnos paramos a reflexionar acerca de la forma en que iniciamos las el entendimiento con el otro. Por el contrario, en los actos de habla perlocucionarios.
lo que busca el hablante es causar algo, distinto a lo que aparentemente dice. Sur
interacciones con el grupo de alumnos y si emitimos señales de de- fines son estrategicos y sus propósitos s61o pueden ser conocidos por el oyente si este
valuación de los alumnos que emiten determinadas preguntas, o de averigua cual es la intención del hablante. Para que una acción sea comunicativa,
rechazo si proceden de alguno en particular, o de incomodidad si es necesario que ambos, hablante y oyente, empleen proposiciones con efectos ilo-
nos pregunta algo de lo que no nos sentimos seguros...? A veces la cucionarios, de manera que ambos comprendan claramente la intencionaiidad del
otro, sin que quede margen para la duda. La acción comunicativa se distingue de la
inseguridad que atribuimos al alumno silencioso, que no participa, estratégica. precisamente. en que todos los participantes persiguen la finalidad de
es fruto del propio contexto comunicativo que hemos creado en llegar a unentendimiento que sirva de base para un futuro acuerdo (Habermas, 1987,
el aula, donde no hemos favorecido la simetría necesaria para que vol. 1: 370 y SS).
3. T E O R ~ AC R ~ T I C AY DLDÁCTICA C R ~ T I C A

retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se a poder (Y querer) participar en este juego de lenguaje. Solamente
dice y viene acompañado de un tono burlón, finamente disimu. cuando se da una situación simétrica puede justificarse este juego
lado. Desde su consideración perlocucionaria esta interacción co- humorístico de lenguaje, siempre con la seguridad de no ofender
municativa conlleva la devaluación más o menos seria del inter- al otro.
locutor al exponer, el hablante, una proposición satírica que e ú - Existe otro error comunicativo apreciable en algunos profeso-
ge la inteligente y acertada comprensión de la intencionalidad del res, que pone también en cuestión la genuina búsqueda de enten-
emisor para que el oyente pueda entender el auténtico «sentido» O dimiento del profesor respecto a los alumnos. Me refiero a aque-
significado de la proposición. Si entre hablante y oyente no existe llas formas de relación, y expresión verbal, que algunos profesores
una simetría cognitiva, cultural o contextual, que permita al oyen- entablan con los alumnos que aparentan la forma de una relación
te comprender la doble intención del mensaje ni la posibilidad de de igualdad, de compañeros. Tal camaradería no es real, pues las
que éste pueda responder al primero en los mismos términos -si- interacciones de ambos, profesor y alumno, están marcadas por el
metría respecto al poder en la interacción comunicativa-" el uso contexto institucional de la escuela, y este contexto establece roles
de la ironía se convierte en un ejercicio de dominio; es una forma diferenciados donde, de entrada, no existe simetría respecto al po-
de dejar al interlocutor fuera de juego, cuando este tipo de acción der de acción ni de expresión. Con un tipo de trato aparentemente
comunicativa la lleva a cabo el profesor en su interacción con el igual se crea una falsa realidad pues las relaciones personales den-
alumno o alumnos, al tratarse de una situación institucional y evo- tro de la institución escolar no son elegidas espontáneamente, sino
lutivamente asimétrica. No existe posibilidad de réplica por parte que vienen condicionadas por las reglas de la propia institución.
del alumno ni de participar en el mismo juego de lenguaje, lo que Esta forma de relación se convierte en una falacia ideológica, pues
da lugar a una situación de dominio por parte del profesor. El acto el profesor no es un camarada en igualdad de condiciones respecto
perlocucionario de la ironía suele provocar sentimientos de humi- al alumno -excepción hecha de aquellas relaciones que trascienden
Ilación en el alumno, que se siente en condiciones de inferioridad el ámbito escolar y pasan a formar parte de la vida privada de am-
y que, si su edad es temprana, ni siquiera tiene capacidad evoluti- bos. El alumno ante una relación comunicativa planteada en estos
va para comprender correctamente el sentido de la comunicación términos queda inerme para la crítica ante el poder.
pero percibe, sentimentalmente, que aquello es una burla y lo in- Buscar el entendimiento con otro implica que se valora al otro
terpreta como una agresión. Por otra parte sus condiciones con- como ser humano, con los mismos derechos que uno mismo pue-
textuales y evolutivas no le capacitan para plantear una respuesta da tener, y que se le reconoce en su individualidad y con sus dife-
en pie de igualdad y mantener de esa forma el juego humorístico. rencias. Este reconocimiento remite al concepto de justicia, como
Estas consideraciones nos llevan a la reflexión de que este tipo de señalaban Honneth y Fraser, al que ya aludimos con anterioridad.
actitud perlocucionaria no favorece precisamente ni la simetría ni Es aquí, en la consideración de un trato justo para el otro y en el
el entendimiento, excepto en aquellos casos en los que se tenga reconocimiento de la igual dignidad de los seres humanos, s61o por
la seguridad de que sí existen unas condiciones comunicativas y el hecho de serlo, donde se produce la diferencia entre un concepto
contextuales que permiten participar a ambas partes, en igualdad decomunicaciónbasadaenaspectosinstrumentales,cognitivos,yuna
de condiciones, y que ambos van a tomar esta interacción como comunicación crítica, que es lo que propone la Didáctica Crítica.
un juego de humor donde no queda espacio para la devaluación de
nadie, es decir, cuando existe la seguridad por parte del profesor - La inteligibilidad necesaria en las interacciones comunicativas
-que es el adulto- de que el alumno no va a sentirse herido y va para lograr la comunicación: Esta cuestión va unida a la necesidad
de traducción del mensaje cuando existe una diversidad entre los
hablantes, sea de carácter cultural, idiomático, evolutivo o de dife-
77. Como puede comprobarse en las interacciones comunicativas reales, las rencia ideológica. La traducción es una forma de facilitar el acceso,
condiciones previas de una genuina acci6n comunicativa, no pueden ser desglosadas
por parte del emisor al oyente, al estilo de lenguaje que emplea. En
en la practica, solamente como recurso lógico cabe citarlas de forma separada pero
nunca en la practica comunicativa real. el ámbito escolar, estas diferencias formales se suelen apreciar en
F.
. *,
DIDÁCTICA CaITlCA Y COMUNICACI~N 3 . T E O R ~ ACRiTlCA Y DIDÁCTICA C R ~ T I C A

ción/incorrección normativa? ¿O simplemente buscan comprobar van a ser valoradas, independientemente de que puedan ser encau-
su capacidad para reproducir una información previa que debía zadas por el profesor o por otros compañeros o que le sean devuel-
l
ser memorizada? Young señala que el hecho de que una pregunta tas para que piense nuevamente sobre las mismas o busque nueva
tenga una forma interrogativa no significa que sea funcionalmente información para justificarlas.
una pregunta; tampoco el que ésta sea cerrada, abierta o retórica Aun contando con la mezcla espontánea de los distintos nive-
(Young, 1993: 113). Si queremos que nuestros alumnos aprendan les en las interacciones comunicativas en que participamos, es muy
a discernir el criterio de validez con el que se debe contestar a una
pregunta, tendremos que plantearles preguntas claras que puedan
1 interesante enseñar a los alumnos a deslindar en qué nivel de dis-
curso nos estamos moviendo cuando hablamos sobre algo e identi-
1
ser contestadas argumentalmente y de cuyos argumentos se pue- I ficar a qué tipo de criterio de validez estamos haciendo alusión im-
!
da emitir un juicio posterior, del estilo de «es verdad o falso», «es plícita o explícitamente. Young resume una investigación realizada
adecuado», «es justo o injusto», «es sincero o engañoso»... El hecho sobre los diferentes géneros discursivos e interrogativo^'^ en el aula
de que la pregunta tenga una forma abierta no garantiza que la res- 1 a partir de las interacciones de un profesor y sus alumnos en una
puesta pueda ser expuesta de forma argumentada. Así, por ejemplo sesión de clase. Algunas de sus conclusiones nos pueden ser útiles
una pregunta tan usual como pudiera ser ésta: «¿Cuáles fueron las para enfocar nuestra práctica en el auia si queremos ensetiar a los
causas de la guerra civil española?», podría permitir respuestas ar- alumnos a analizar la validez racional de un mensaje e identificar el
gumentadas acordes con distintos criterios de validez, si el profesor criterio que empleamos en ello. Senala como una de las prácticas
permitiera una gran variedad de respuestas en los alumnos, pero si escolares más frecuentes entre los profesores, al iniciar una sesión
lo que está preguntando realmente es: «¿Cuáles son las causas que de clase, la de comprobar lo que saben los alumnos previamente de
se señalan en el libro de texto que dieron lugar a la guerra civil, o las aquella temática. Pero este objetivo de comprobación suele derivar
que os di por apuntes la semana pasada o las que os dije cuando...?»
entonces no hay respuesta abierta a diversas argumentaciones sino 1 en el juego: na ver si adivinas lo que piensa el profesorn. es decir.
éste da por sentado que los alumnos deben conocer determina-
una pregunta encubiertamente cerrada. Como señala Young la pa- das cuestiones ya tratadas anteriormente y ahora intenta que éstas
reja conceptual «abierta/cerrada» aplicada a las preguntas no es i afloren en el diálogo con los alumnos. En realidad él busca que los
una categorización que pueda entenderse de forma rígida. Todo alumnos den la respuesta que él tiene en su cabeza y que considera
depende de las relaciones que se establecen entre el profesor y los la más correcta. Asi, va preguntando a los alumnos ilevándolos de
alumnos, así como de las expectativas que ambos tienen sobre este una forma inductiva hasta el punto en que el alumno pueda emitir
!
tipo de diálogos. Si el profesor tiene la expectativa de que el alumno I la respuesta que él espera. Si el alumno no acierta en absoluto, el
puede dar una respuesta reflexiva sobre las causas de la guerra civil, i profesor desoye la respuesta y pasa la pregunta a otro alumno. Si
aunque sólo responda de forma parcial, y le pide al alumno que dé
las razones en las que se apoya para señalar aquella circunstancia
1 éste se aproxima a la respuesta esperada, le ofrece pistas, la mayoría
de carácter fonético («empieza por co...»). Si la respuesta es incom-
!
que él considera causal, nos encontraremos con la situación didác- pleta él mismo la redondea pero sin explicar el añadido, ya que esta
tica precisa para poder clarificar a qué tipo de criterios de validez explicación interrumpiría el desarrollo sustancial del tema, de for-
estamos a l u d i e n d ~A
. ~su
~ vez el alumno ha debido aprender, en su 1 ma que para evitar interrumpir la conversación y distraer al audito-
experiencia de la vida de la clase, que su pregunta o su respuesta

78. Lo más frecuente es que el profesor tenga unas ideas prefijadas sobre lo que
son unas buenas respuestas. cual es la informaci6n valiosa que debe .<saber.el alum-
lI
1
79. Este autor emplea un metodo estructurado, encuadrado en la Lingülstica
sistémica, para el analisis de las interacciones comunicativas en el auia. No es nece-
sario recurrir a un metodo analitico tan exhaustivo para poder hacer un analisis crl-
tic0 de nuestras interacciones con los alumnos, aunque siempre puede ser útil tener
no y c6mo debe ser una buena clase. No es lo mis frecuente encontrar profesores Lo que yo planteo en este texto no tiene la pretensión de una
-aunque, por supuesto, los hay- que dejen que la sesión de clase discurra por cauces sobre lo que sucede. Solamente son referencias actitudina-
abiertos, donde prime la confianza en que el alumno pueda plantear cuestiones de les y cónceptuales para que el profesor las tenga presentes a la hora de analizar su
interés y proporcionar respuestas creativas y adecuadas. práctica docente y reorientarla en una línea mas crltica.
I en el ámbito escolar, pocas veces nos referimos a problemas relacio-
sobre otro. Este aprendizaje forma parte de nuestra socialización,
desarrollada sobre medios lingüísticos. A través del lenguaje recibi- nados con diferentes usos idiomáticos o a problemas de falta de in-
mos u.na forma de organización de nuestras necesidades suscepti- teligibilidad del lenguaje. Generalmente nuestros conflictos comu-
bles de interpretación; la familia y la escuela son nuestras primeras nicativo~se centran en el incumplimiento de alguna de las premisas
fuentes de información. Posteriormente nuestra evolución moral y básicas imprescindibles para una auténtica comunicación. Los tres
cognitiva irá señalando nuestros aciertos y errores en esa evolución planos sobre los que se apoyan nuestros actos de habla son: el con-
interactiva. Las perturbaciones que se producen en nuestras rela- tenido proposicional de los mismos, la intención del hablante y el
ciones interpersonales quedan reflejados en nuestras manifestacio- significado de la relación interpersonal. Estos planos nos servirán
nes lingüisticas. El rechazo de los conflictos que no se solucionan, como material de análisis a la hora de determinar la mayor o menor
por no ser verbalizados o bien por no encontrar una vía consensual calidad «crítica» de nuestros procesos comunicativos escolares.
sobre la que apoyarse, deja huellas en forma de alteraciones de la Para entender con mayor profundidad nuestros posibles ((erro-
comunicación. res» comunicativos como profesores vamos a referirnos a algunos
El problema se suscita cuando tomamos conciencia de que ta- aspectos constitutivos de la comunicación:
les perturbaciones se encuentran enraizadas en nuestros esqiiemas
culturales de normalización comunicativa, es decir, que las rela- a) Las expresiones ligadas al cuerpo son una señal o expresión
ciones de dominio son habituales en nuestras formas cotidianas de icónica de aquello que significan. Los gestos que acompañan a un
comunicación. Pero tener en cuenta el contexto situacional no sig- mensaje verbal están incorporados de una forma muy concreta a la
nifica que no exista posibilidad de llegar a relacionarnos, prufeso- situación contextual en la que se producen, de manera que llegan a
res y alumnos, como seres que buscan una auténtica comunicación tener significado en si mismos. El problema surge cuando entre la
donde no existan indicios de dominio. comunicación verbal, es decir, entre el mensaje que se emite y los
La institución escolar ejerce por sí misma una coacción en los gestos que los acompañan no se da una correspondencia en cuanto
procesos comunicativos al colocar a los diferentes miembros de la a los significados expresados.
institución en posición asimétrica respecto al poder institucional. Esta incoherencia es frecuente en del contexto escolar. Cuando
En los centros escolares existe una clara jerarquía respecto al poder. un profesor se dirige a un alumno para aclararle algo o responder a
Este poder no sólo se refiere a la capacidad de tomar decisiones una petición del mismo sobre alguna información que no ha sido
sino también a la comunicación. Cuando el director habla, los pro- comprendida, el profesor puede emitir un mensaje verbal coheren-
fesores reunidos en claustro «deben» escuchar. Cuando los padres te con la petición recibida pero sus gestos pueden ser indicadores
acuden a una entrevista con el profesor, éstos «deben escuchar y de fastidio, cansancio, (pensando: «ya está el listillo de turno cues-
respetar» las opiniones del profesor. Los alumnos «deben escuchar» tionando mis palabras para darse importancia», o bien: «no atien-
al profesor y sólo podrán hablar si se les da permiso para ello..., las de cuando hablo y ahora pretende justificarse preguntando sobre lo
circunstancias son numerosas. Cuando alguien contraviene estas que no entienden) lo que origina una desconexión enve lo que dice
normas impiícitas que forman parte del código escolar se produce oralmente y lo que «comunica» c6n sus gestos de impaciencia. A q d
el conflicto. No se trata de una falta de respeto a un proceso de co- la comunicación sufre un bloqueo, que se salva porque el alumno
municación entre personas que tienen una misma capacidad para interpreta con más facilidad el mensaje no verbal que el verbal y se
entablar un diálogo, no. Se trata de un conflicto con el poder, se ha queda con el significado de que al profesor le ha molestado hacer
roto la aceptación de la jerarquía. esa aclaración. Será difícil que este alumno vuelva a preguntar cuan-
Y a q d es donde precisamos de una propuesta crítica que nos do no se entere de algo, excepto que lo haga con la intención de in-
haga revisar y replantear las distorsiones comunicativas tan frecuen- termmpir al profesor. Casos semejantes son indicadores de las rela-
tes en nuestros centros, y en nuestros esquemas de vida cotidianos. ciones de poderldominio que configuran la gramática de la escuela
El concepto de comunicación lleva implícito un contenido nor- en la relación profesor-alumno. Esto no significa que el alumno no
mativo, es decir, cuando hablamos de comunicación distorsionada participe también de los mismos rasgos de incoherencia comunica-
D I D Á C T ~ C Acnil-ICAY C O M U N I C A C I ~ N

Tanto profesores como alumnos conocen la posibilidad de no En el contexto escolar esta estrechez de posibilidades en cuan-
ser sinceros o transgredir una norma al hablar. A causa de la asime- to al ejercicio del poder es evidente respecto al a l ~ m n o . ~
Aunque
'
tría institucional que rige la vida de la escuela, es el profesor quien en ocasiones esta condición sea fruto biográfico del profesor, el ha-
la mayor parte de las veces expresa la actitud de sospecha respecto bitus profesional se ha forjado en torno a esta limitación del poder
al alumno. Cuando el profesor cree tener clara la actitud de no vera- del alumno. La escuela no suele enseñar a resolver conflictos comu-
cidad en el alumno puede experimentar sentimientos de irritación nicativo~.Tiende bien a soterrarlos bien a desviarlos hacia formas
y su rol institucional le permite verbalizar su rechazo. El alumno no institucionales (aplicación inmediata del Reglamento de Régimen
tiene el mismo poder dentro de la escuela y si es él quien sospecha Interno, sanciones establecidas, presencia ante el director, expul-
de la falta de sinceridad del profesor, no cuenta con el respaldo de sión...). Otras veces se trivializan a través del humor, la ironía, el
la institución para verbalizar la irritación que pueda experimentar. chiste... como formas evasivas de neutralización del conflicto. En
De ahí las dificultades derivadas en situaciones anómalas en que el lugar de la búsqueda equilibrada de roles que puedan asumir una
profesor no admite lo inadecuado de su comportamiento y el alum- función complementaria y que permitan al alumno aprender a dis-
no necesita demostrarlo con pruebas. Esta asimetría en el uso del cernir donde acaba el poder arbitrario y donde comienza una ge-
lenguaje que viene determinada por el contexto institucionai debe nuina comunicación se suele recurrir a mantener un deslinde de
suscitar la autorreflexión del profesor acerca del uso prepotente o aspectos que configuran la interacción comunicativa.
no que puede hacerse del lenguaje en el marco del aula y del centro.
Tal asimetría, evidente entre profesor y alumno, también se - Proximidad versus distancia. Ante un conflicto comunicativo el
produce entre los diferentes miembros de la comunidad escolar: profesor acentúa la distancia relacional con el alumno, priori-
profesores con familias y profesores entre sí. Esta viene marcada zando los roles institucionales por encima de los personales.
por la jerarquía formal o informal existente en el centro escolar. Si - Actividad versus pasividad. El espacio del alumno se reduce ante
en una interacción entre un profesor-tutor y el jefe de estudios el la toma de iniciativas del profesor y aquél se ve controlado y
primero siente la sospecha de falta de rectitud o de veracidad en su coartado por las advertencias, amenazas o decisiones del docen-
interlocutor, será dificil que aquél la exprese. Para ello habría que te. La solidaridad constituyente de un proceso comunicativo cri-
recurrir a otra de las posibilidades que ofrece el lenguaje cuando se tico se obvia y los sentimientos, deseos o necesidades del alumno
adopta una perspectiva crítica ante el mismo: la de separarse, vir- quedan postergados."
tualmente, del contexto institucional y plantear el proceso comu- - La inseguridad o déficits en el equilibrio emocional en algunos
nicativo desde la postura simétrica en la que los dos participantes profesores, acrecientan los conflictos comunicativos. Si el pro-
pueden expresar su acuerdo o su rechazo frente al mensaje. Esta es fesor, ante una situación contlictiva con el alumno, reacciona de
la base crítica de la acción comunicativa. forma visceral y brusca sin autocontrol emocional o verbal (se
encoleriza, grita, recurre al insulto) o mantiene posturas contra-
d) En la escuela se generan identidades. Este hecho es una vía dictorias respecto a ocasiones anteriores ante el mismo conflicto
abierta para la revisión de determinadas identidades culturales con (unas veces el conflicto se trivializa y otras se convierte en una
las que acuden los alumnos a la institución escolar, pero también es situación dramática), el alumno interpretará, en ambos casos,
un obstáculo cuando tales identidades están forjadas sobre bases que no hay criterios firmes ni justos para enjuiciar un problema
de socialización donde el poder/dominio es un valor. Ejemplos de
esto último tenemos muchos y variados a nuestro alcance: desde la
socialización en estereotipos de género (machistas o de dependen- 81. Tampoco debemos olvidar que a veces el alumno, sobre todo en la etapa de
cia/sumisión femenina) hasta culturales donde una cosmovisión Secundaria, si ha forjado su personalidad con tales caracteres puede mostrar com-
excluyente hace que se rechacen a aquellos que son diferentes a no- portamientos sociales agresivos y autoritarios.
82. A veces el alumno reclama una justificaci6n de las iniciativas del profesor
sotros. En estos casos son fruto de una inadecuada distribución del ante el conflicto que argumente la justicia de las mismas, pero en la mayor parte de
poder. las ocasiones no existe ni la posibilidad de que el alumno plantee esta petición.
DIDACTICA C R ~ T I C AY COMUNICACIÓN

larlo. Un profesor crítico no puede dejarse influenciar por senti- construimos -cuando se trata de fenómenos sociales como los edu-
mientos negativos hacia los alumnos. No se le puede pedir que no cativos-, y que nos proporcione también referentes normativos, si,
los experimente pero sf que los controle racionalmente, de manera normativos, pues estamos hablando de teoría critica, para orientar
que pueda adoptar la distancia emocional necesaria para poder es- nuestras prácticas en el aula, en el centro escolar y en nuestra vida
tablecer una relación comunicativa con el alumno con la intención profesional.
genuina de búsqueda de entendimiento, aunque esto le cueste un A la hora de plantear esta cuestión, tratada con profundidad y
esfuerzo personal. Es evidente que en las interacciones comunica- acierto ~ o J.rM. Rozada (2007),cuyas reflexiones me han servido
tivas que los alumnos vayan a establecer en su vida futura no van de inspiración sobre este tema, me he enfrentado al primer motivo
a tener la suerte de encontrarse siempre con otros seres humanos que ha dado lugar a las siguientes páginas: los prejuicios que conta-
que despierten sus simpatias pero, con todo, nuestro objetivo es en- minan el imaginario profesional de los docentes respecto a la rela-
señarles a participar en acciones comunicativas libres de dominio, ción entre teoría y práctica.
y por tanto hay que contar con que esa circunstancia no bloquee En las reuniones de profesores se escucha con cierta frecuen-
los procesos comunicativos. La mejor forma de enseñar esto es la cia la expresión de que determinada cuestión, alternativa u opción
actuación del profesor en sus interacciones con los alumnos como práctica es demasiado «teórica». Con ella se pretende devaluar el
modelo a seguir. argumento o la experiencia presentada. Los profesores, en general,
Podríamos continuar en la ejemplificación de situaciones en asientan su seguridad personal y profesional en aquellas prácticas
las que los procesos comunicativos entre alumnos y profesores que- docentes ya experimentadas por ellos y que, en su opinión, han sido
dan distorsionados o interrumpidos, pero no es el objetivo único de eficaces. Se trata de acciones instrumentales orientadas al éxito, le-
este texto. Solo quiero dejar constancia de la necesidad de que un gitimadas por una racionalidad instrumental. Por ejemplo: cuando
profesor que quiera enseñar a los alumnos unas formas racionales se debate acerca de la adecuación de un determinado método para
de comunicación, es decir, libres de dominio, debe estar alerta so- la enseñanza de la lectura, el criterio de éxito reside en que el niño
bre su propia conducta para llevarlas a su práctica en la mayor me- haya aprendido a leer y tal criterio es el único que se emplea para
dida posible. valorar como eficaz el método. No resulta habitual que, además,
se analicen los valores que transmite un determinado material de
aprendizaje, ni tampoco si al niño se le capacita sólo para descifrar
el mensaje del texto o también para dar una interpretación que le
permita «opinar» sobre el mismo (a su nivel); tampoco si el proceso
de aprendizaje ha sido placentero y estimulante para el alumno O
ha supuesto un áspero ejercicio. No se cuestiona si los materiales,
las formas de organizar la enseñanza o la teoria del aprendizaje que
hay detrás, introducen valores que puedan «contaminar» la fina-
No quiero dejar esta introducción a la Didactica Crítica y sus pos- lidad instrumental que se pretende La dicotomia entre teoria y
tulados sin hacer mención a una cuestión que nos ocupa y preocu- praxis es un tema recurrente en los debates y conversaciones esco-
pa a los profesionales del ámbito escolar; me refiero a las relaciones lares y la toma de postura frente a <<loteórico», como expresión de-
entre la teoría y la práctica escolar. Al hablar de Didáctica Crítica .he
..
mantenido la intención de que se entendiera la teoría crítica como
84. En algunos cursos de formación para profesores en ejercicio -a los que he
trasfondo de la práctica escolar cotidiana, es decir, que la teoria nos tenido accero- sobre la aplicación de las teorías constructivistas al aprendizaje de la
sirviera como referente argumentativo para fundamentar las suge- lectura, se analizaban las actitudes psicológicas del niíio frente a los textos, pero no
rencias y actuaciones educativas que se han ido proponiendo. A mi había ningún anilisis crLrico acerca del contenido de los textos de lectura presen-
juicio, el valor de la teoria estriba en que nos sea útil y esclarecedo- tados a los niños, que habitualmente eran publicidad sobre productor de consumo
habituales. Toda acci6n educativa tiene un rrasfondo axiol6gico...del que hay que ser
ra para entender la realidad con la que nos topamos y que a la vez consciente.
valuadora, o ante «lo práctico», como lo que sirve, lo útil en el aula,
resulta familiar para quienes formamos parte del contexto escolar. culturalmente. La teoria platónica afirmaba que no hay nada más
Algunas veces, aunque no muchas, la balanza se inclina a favor de práctico que la propia teoría. A la par consideraba la unidad entre
la teoría como si se tratara de una tabla salvadora a la que recurrir el conocimiento entendido como virtud y el concepto de salvación.
ante los problemas cotidianos en el aula. La justificación estriba en Estas ideas impregnan el cristianismo y de ellas heredamos las co-
la atribución de superioridad, de estatus social e intelectual, ha- nexiones salvificas entre el saber y el actuar. Al sabio, al teórico se
cia quienes desde la universidad divulgan o elaboran teorías («los le pide que aporte luz para lograr la salvación de las almas. En la
expertos*). En ambos casos la antítesis teoría-praxis mantiene su antigüedad helenistica el sabio se refugia en la filosofía como co-
nocimiento de naturaleza superior, mientras que la reli,mión asume
arraigo en el pensamiento del profesor.
el consuelo moral ante el dolor, la pobreza o la muerte, y ofrece las
Mi deseo es intentar romper esta absurda dicotomía e intro-
ducir el aguijón de la crítica ideológica, mostrando cómo aquélla inst~ccionespara una vida que conduce a la salvación eterna. Aquí
responde a un imaginario social, con un contexto de origen y de se inicia la dicotomía entre teoria y praxis. Para que el sabio (el filó-
desarrollo, y que este enfrentamiento responde más a los intereses sofo, el teórico) pueda concentrar sus esfuerzos en el estudio debe
corporativos de quienes «viven» de una u otra alternativa, esto es, permanecer alejado de las penurias materiales, por lo que se legiti-
de cómo esta dicotomía lo único que refleja es el enfrentamiento ma el que pertenezca a una clase social jerárquicamente superior.
entre grupos profesionales a quienes interesa mantener esta disyun- La füosofía, por su aridez cognitiva, justifica el elitismo de sus estu-
ción, para intentar legitimar su propia actividad laboral en función diosos... Esta legitimación social también sirve para blindar cogni-
de una opción u otra. Así. a los profesores de universidad, como tivamente este tipo de conocimiento. La filosofía se convierte en la
corporación, les interesa demostrar la superioridad intelectual y guardiana de cualquier saber y legitima el estatus social de quienes
«social» de la teoría, mientras que a los profesores de enseñanzas se dedican a estas cuestiones.
Aristóteles aporta un giro a estas concepciones platónicas:
no universitarias les preocupa mostrar que su conocimiento de la
práctica docente es superior, por su utilidad, a las abstracciones ela- la teoría adquiere relevancia en la forma de una fiiosofía práctica
boradas por la Academia, y responde con mayor precisión a las ne- especiaülada en cuestiones relativas a ala vida buena». Pero esta
cesidades reales de los alumnos que pasan por las aulas. En el tras- orientación necesita presuponer en aquellos a quienes se dirige un
fondo de esta pugna sólo hay un conflicto de intereses solapados carácter predispuesto al bien, por lo que debe renunciar a la certeza
que reclaman más espacios de poder simbólico y social, encubierto cognitiva de otros saberes.
por huecas argumentaciones en favor o en contra de la teoría o de Posteriormente el pensamiento postmetafísico renunciará a
la práctica. Como señalaba Foucault, los regímenes de verdad pre- proponer modelos de una «vida buena» y la ética, en una sociedad
tenden que su visión social se legitime frente a aquellas que puedan plural, se reducirá a señalar los aspectos simplemente formales. Las
restarles prestigio para seguir manteniendo un control social. &ticasmodernas -desde Kant y Kierkegaard- se limitan a aconse-
jar la introducción de la autorreflexión en la vida de los sujetos y al
Todo esto me lleva a intentar aportar alguna luz a esta cues-
tión tan debatida, planteando una breve genealogía de tal disputa introducirse en el ámbito del conocimiento como teoria, deberán
para clarificar el origen de tales desavenencias en el pensamiento renunciar a contenidos «esencialistasa sobre el bien, limitándose a
filosófico Y educativo, y fundamentar mis argumentos acerca de la respetar unos criterios proced'imentales de argumentación, enten-
necesaria conexión que es preciso establecer entre ambos niveles diendo la validez moral de forma análoga a la comprensión que te-
de pensamiento y acción si queremos llevar a la práctica una Didác- nemos de «verdad» en los discursos teóricos relativos al mundo de
los objetos. La ética se encuentra con los mismos escollos cognitivos
tica Crítica.
que salen a nuestro encuentro cuando buscamos argumentos para
justificar una teoria que avale la justicia, es decir, una teoria crítica?=
1) Las relaciones establecidas en la tradición filosófica clásica pue-
den aportar luces sobre los valores sociales que impregnan (y con-
taminan) las relaciones entre teoría y praxis, que hemos heredado 85. Desde Kant, las kticas modernas ya no proponen modelos para una vida
ejemplar aceptada por todos, sino que se dirigen al estimulo de la reiiexiiin indivi-
Pero de las concepciones filosóficas primigenias (idealismo mayor justicia. Pero la teoria no dice cómo debe realizarse esto en
y füosofía práctica aristotélica) hemos heredado la atribución sal- la práctica. Hegel hablaba de la «impotencia del deber» y planteaba
vífica a la teoría, que la tradición judeocristiana convirtió en «me- rastrear en la historia las tendencias espontáneas que habían dado
siánicas. Por eso, cuando hablamos de pensamiento crítico, debe- lugar a la puesta en práctica de ideas normativas. Con su filosofía
ríamos tener la precaución intelectual de evitar el «mesianismo», de la historia dialéctica tapaba el hueco entre norma racional y rea-
entendido en el sentido arriba citado, y al que nuestra tradición tul- lidad irracional. Los jóvenes hegelianos rompen con esa lógica fata-
tural nos hace proclives. La mejor salvaguarda ante esto es el propio lista de la historia e introducen una praxis que puede ser atribuida
ejercicio de la crítica, es decir, la autocrítica permanente y la duda a los mismos sujetos que actúan históricamente. Marx y Feuerbach
razonable y razonada frente a nuestras propuestas o análisis, que criticaban la forma idealista de la filosofia hegeliana pero conservan
consideramos como «críticos». su contenido de racion dad: la reflexión filosófica entendida como
reconciliación hegeliana sólo sirve para glorificar una realidad so-
2) La teoría deontológico-kantiana introdujo la cuestión é t i ~ o - ~ o - cial injusta, y esto implica que hay que superar con la acción a la
sitiva acerca de las normas para una vida en común que sea justa y propia teoria para poder realizarla. De esta forma la relación entre
buena para todos por igual. Las normas justas deben representar teoria y praxis se invierte y la teoria se presenta como critica a la
los intereses de todos y deben contar con la aceptación racional de falsa conciencia. La crítica se homologa con la teoría introduciendo
todos los implicados. Kant y Rousseau entendían la autonomía del la reflexión sobre las condiciones alienadas de la praxis, motivando
individuo como la capacidad de ligar la propia voluntad a leyes que a los sujetos hacia una praxis liberadora. En estos planteamientos
pudieran ser adoptadas a partir de la comprensión de lo que es bue- marxistas tiene'su origen la teoría crítica.
no para todos. Este universalismo igualitario, apoyado por la razón,
creó ideas de gran potencial explosivo como las que respaldaron a 3) Las expectativas políticas que se habían derivado de la concep-
la Revolución francesa. Una de estas ideas es la de que la sociedad ción de la teoría como crítica, se desvanecen al asumir ésta el rol de
justa, anticipada por la füosofía, podría lograrse a través de la vía una mera disciplina académica. Adorno criticaba que el esfuerzo
política entendida como praxis revolucionaria. En estos momentos $
posthegeliano por hacer práctica la teoría se apoyara en una razón
la teoría se identificaba con el pensamiento filosófico y la praxis con exclusivamente instrumental, que al obviar sus componentes éti-
la actividad política. ali
!.
cos justuicara posteriormente políticas totalitarias (como sucedió
Pero esta relación entre teoría y praxis se vuelve problemáti- con el nazismo). Esto suscita la duda acerca de si es posible que
ca. La filosofía de la historia, que deriva del pensamiento del siglo la teoria, en general, pueda llegar a ser Las barbaries
xvrrr, señalaba la función critica de las ideas basadas en la razón de ocurridas en el siglo xx provocan la sensación de que la fiiosofía ha
una sociedad justa. A la luz de este pensamiento se podían denun- P
quedado reducida al estrecho marco de una disciplina universitaria
ciar las injusticias existentes y reclamar condiciones políticas de E
::
lh.
y tiene muy poco que ofrecer a la hora de proporcionar sentido y
11 orientación a la vida cotidiana y a la acción politica.
La respuesta a esta cuestión"'no debe ser precipitada. Lo que
dual. de manera que los propios argumentos proporcionen una orientación a la vida
de los individuos. La evolución posterior de la 6tica filosófica la convierte en un saber
especializado, de manera que sus argumentos deben respetar los cntenos de validez
1 se cuestiona en la teoría cuando ésta queda reducida a una mera
disciplina académica es que se agota en la justificación de sí misma,
(aceptados por la comunidad científica) de un saber teórico. La dificultad cognitiva perdiendo la finalidad de que sus enunciados sirvan para extraer
surge porque este tipo de saber no responde a los mismos criterios de validez que los fuerzas orientadoras de la vida cotidiana. Actualmente la filosofía
saberes empíricos relativos al mundo de los objetos, es decir, no podemos aplicar el
criterio de *verdad» a un principio 6tico. como el principio de justicia social, de la
se ve abocada a asumir un papel más humilde, introduciéndose en
misma forma que lo hacemos cuando nos referimos a «un objeto de experiencia». el sistema de la ciencia, compartiendo su conciencia falibilista, y
Habermas argumenta que la validez etica de un enunciado debe ser validada de for-

!
ma analógica, que no igual, a como lo haríamos con un enunciado referido al mundo
86. En el sentido de que se puedan encontrar siempre aplicaciones politicas
objetivo (Habermas, 2002: 301). reales a los planteamientos teórico-6ticOs.
t
i 175
renunciando a ser la clave de todo, limitándose a proporcionar re-
flexiones acerca del sentido y sobre los principios éticos en los que críticamente el puzzle de los diversos conocimientos disciplinares
se deberían apoyan los diferentes ámbitos de conocimiento, apor- que son necesarios para la comprensión de la escuela y para la acti-
vidad docente. Por tanto no vale cualquier «teoría».
tando reflexiones profundas sobre sus fines, consecuencias o apli-
La teoria a la que me refiero tiene que estar teñida de un com-
caciones (Habermas, 2002: 309). Pero cuando los sujetos buscan
ponente crítico que introduzca el aguijón de la ética en sus plantea-
solución a sus problemas necesitan recurrir al entendimiento, es
mientos, que sea capaz de traspasar las fronteras de los discursos y
decir, precisan hablar y compartir significados, algo que pertenece
que sea crítica frente a los contextos sociales donde se ha generado.
al ámbito de lo simbólico, es decir, al mundo de la vida. La filosofía
El conocimiento genera poder y ese poder hay que revisarlo conti-
debe asumir una perspectiva más profunda, pues se interesa por
nuamente para evitar que contamine con una ideologia de dominio
el csentidonde la vida y no puede identificarse con ningún campo
lo que pretendemos que sea un pensamiento de liberación. Si algo
cientifico, pues perdería su mejor característica: su potencial para
puede aportar la escuela -la educación institucional- a la construc-
ejercer la crítica (op.cit.: 314).
ción de una sociedad más justa es la de proporcionar a los nuevos
De esta breve genealogía sobre la evolución de la teoria po- ciudadanos unas herramientas de interpretación del mundo y de
demos inferir algunos planteamientos para una teoría educativa
las relaciones sociales que se apoyen en criterios de solidaridad y
crítica:
de justicia, que enseñe a ver la «eficacia» en el rendimiento ético de
una convivencia basada en los principios de unos derechos huma-
- Una de las consecuencias de estos planteamientos es la necesi- nos universales.
dad de profundizar sobre el concepto de teoría con el que se intenta La teoría áítica como referente para la educación no.puede .
fundamentar una perspectiva crítica de la educación y de la escuela.
suplir a aquellos conocimientos que aportan información sobre los
Cuando los docentes hablamos de teoria en la escuela solemos re- aspectos técnicos, instrumentales, de la enseñanza (cómo provocar
ferirnos a la simple conceptualización de la práctica desde la pers-
un proceso cognitivo, cómo organizar el currículo para que se pro-
pectiva de un campo disciplinar, como la psicología, que nos pro-
duzca un aprendizaje con significado para el alumno, como agrupar
porciona explicación sobre la forma de aprender de los alumnos o
epistémicamente los contenidos para que construyan unidades de
de sus rasgos de comportamiento grupales, etc., o la sociología, que
significado coherentes, etc.), pero si se trata de ahondar en las con-
nos aporta información acerca de los rasgos sociales que inciden en
secuencias que tales técnicas pueden desencadenar en la socializa-
la escuela, etc.. por ejemplo. Estas disciplinas se limitan a propor-
ción de los alumnos, en el tipo de valores sociales y ~ersonalesque
cionar una información de carácter instrumental, pero -según el
transmite el currículo y su forma de organizado, en el para qué se
enfoque o paradigma que adopten- no siempre se caracterizan por
incorpora un determinado saber al currículo o a quiénes y por qué
aportar una visión crítica de los fundamentos de lo que estamos
les puede interesar esta incorporación ..., entonces precisamos de
haciendo, es decir, suelen teorizar sobre cuestiones técnicas. Pero
una teona de mayor calado que, aportando unos referentes críticos,
la teoría de la que aquí se habla alude a los rasgos más profundos
valide o cuestione aquellos saberes instrumentales. La teoria crítica
de la tarea docente, es decir a los porqué y para qué de la institu-
será el vigilante que añada el sentido crítico a cualquier información
ción escolar, de sus funciones y de su actividad. De poco nos sirve
teórica que uace el ~rofesor.Este es el tipo de teoría que se debería
una información -que, por supuesto, es útil e interesante- acerca
integrar con la práctica en el desarrollo de una Didáctica Crítica.
de los procesos cognitivos que se ponen en juego al aprender, o de
la historia de la escuela, o de cómo se puede organizar un centro
- Los profesores, cuando se enfrentan a su práctica cotidiana,
construyen intuitivamente unas teorías de segundo orden, como ex-
escolar. o de cómo se pueden estudiar los procesos interactivos o
plica y desmenuza acertadamente Jos6 María Rozada, quien las de-
comunicativos que se producen en el aula ...,si no añadimos a todo
esto una perspectiva más profunda que analice qué se pretende con fine como un conjunto de saberes «dispuestos para ser sintetizados
todo ello y a cuyo análisis se incorpore el aguijón de la crítica ideo- en una serie de principios e ideas fuerza que puedan ser tenidos en
cuenta. más como telón de fondo de la acción que como prescrip-
lógica. Para esto precisamos de una teoria social crítica que rehaga
ciones operativas concretasr (Rozada, 2007: 50). No se trata úni-
camente -matiza este autor- de conocimientos disciplinares sino
de una serie de principios generales, hasta cierto punto dispersos, crítico, el cual contiene en sí mismo la duda y el riesgo de la acción.
que son útiles para, una vez integrados en el pensamiento del pro- Al igual que sucede en el ámbito del pensamiento, una práctica do-
fesor, sugerir, provocar reflexiones y orientar de forma tentativa la cente reflexiva y crítica siempre conllevará un desarrollo desigual,
práctica posterior. Estas teorías de segundo orden no son el sim- lleno de gratas sorpresas y satisfacciones y, a la par, de insegurida-
ple resultado del «sentido común» o de la intuición del profesor, des y ambivalencias. Esta es la grandeza y, a la vez, lo más duro de
que surge espontáneamente en la vida del aula, sino el resultado de la conciencia crítica.
una reflexión pausada donde se entrecruzan el conocimiento teóri-
co especializado y el compromiso ético con una forma emancipa- - Un profesor, que haya optado por una perspectiva Adáctico-crítica
dora de entender la educación. A estos saberes hay que añadir los en su acción docente, debe desempeñar un rol de mediador critico en
condicionantes originados por el contexto escolar y por la propia los procesos de autoentendimiento social. En la descrita como <<so-
experiencia de los profesores, y todo ello integrado por la lógica ciedad del conocimiento»las fuentes de información son abundantes
racional que impregna las teorías de las que se nutre el profesor. y plurales. Esto no significa que por tener mayores recursos informa-
Esta racionalidad configurará las concepciones del profesor acerca tivos nuestro conocimiento de la realidad sea mayor y mejor. Saber
de las funciones de la escuela y sobre sus práctica^.^' utilizar las fuentes informativas que nos ofrecen las nuevas tecnoio-
De todo ello se infiere que, si queremos construir un pensa- gías implica saber discernir entre la información relevante y la super-
miento crítico en la escuela, no vale cualquier teoría a la hora de flua, idenfl~carla validez de las fuentes de las que procede la infor-
planificar o reflexionar sobre el desarrollo de las prácticas docen- mación, y saber filtrar críticamentela información que recibimos. En
tes. No es lo mismo describir unos acontecimientos acontecidos en esta tarea de filtro crítico el docente puede cumplir una inestimable
la evolución de un sistema educativo -como ha sido frecuente en la función. La opinión pública, la formación ilustrada de la sociedad ci-
historiografía educativa al uso- que aplicarles un criterio crítico e vil es una tarea que debe iniciarse en los primeros momentos de so-
interpretar lo sucedido bajo los parámetros de unas categorías crí- cialización de los ciudadanos, de una forma gradual y progresiva en
ticas wmo, por ejemplo, las categorías de «gubernamentalidad» o función de las características evolutivas de los niíios y jóvenes. La es-
la consideración del conocimiento como fuente de poder, propues- cuela debe ser un lugar de aprendizaje en estas cuestiones, debe e=-
tas por F o ~ c a u l t . ~ ~ ñar a opinar, a tamizar el conocimiento desde la perspectiva crítica de
Pero ni siquiera esto es garantía de un pensamiento y una un pensamiento autónomo. Esto se aprende de forma sencilla al prin-
praxis critica. Apoyarse en una teoría educativa crítica no sirve cipio como cuando el profesor les dice a sus alumnos de Primaria que
para proporcionar una seguridad cognitiva o emocional al profe- todo lo que pone enloslibros no es unaverdad inmutable pues puede
sor, ni tampoco sirve para tener la certeza de estar desarrollando haber intereses en determinados grupos sociales para que determi-
una práctica docente crítica. Una teoría educativo-crítica sólo pue- nado saber se divulgue o se ignore; cuando el profesor acepta como
de proporcionar las pautas para una reorientación consciente de la un derecho de los alumnos que estos le cuestionen y él asume como
acción docente y esto incluye la duda y la crítica permanente; la algo legítimo el disenso enseñándoles que cualquier disentimiento
incertidumbre forma parte consustancial de esa conciencia. Esta debe estar apoyado en argumentos razonables, todas estas circuns-
condición debe aceptarse como parte constitutiva del pensamiento tancias reflejan una forma de entender y transmitir el conocimien-
to de manera crítica, aunque parezcan por su simplicidad hechos
Ni las funciones de la escuela ni su practica docente seran las si los
:11< intrascendentes.
L~ difusa red que forma una opinión pública anclada en la so-
profesores se mueven dentro de los parametros de una racionalidadinstrumental o I' ciedad c i d es el lugar donde las sociedades pueden formar una
de una racionalidad comunicativa, como ya se ha con anterioridad, ,.
Como muestra de 10 que decimos, veanse estos interesantes trabajos: cueS-
ciencia de sí mismas y tratar los problemas de una forma política.
,!
ta, R., C1ioen las aulas. Madrid, 1998, Akal O Rozada, J. M., reformas y lo que Si para ello necesitamos ciudadanos, con libertad de pensamiento, que
está Pasando; de cómo en la educacián la democracia encontró su pareja: el merca- ; puedan expresar opiniones fundadas sobre 10s problemas generales
do», en Conciencia Socia[, no6,2002: 15-57. . y que apoyen estas opiniones en criterios críticos que rijan los in-
tereses de todos en igual medida. Esto plantea la necesidad de un Reflexiones finales
profesor que asuma el rol de «intelectual crítico» (Giroux, 1990) en
su praxis docente, para actuar como mediador entre el conocimien-
- El núcleo del problema en la relación teoría-praxis reside en el
to recogido en el currículo escolar y las necesidades reales de la vida componente ético atribuido históricamente a la praxis. Este queda
cotidiana, señalando las situaciones de injusticia y los fenómenos de explícito en la génesis de esta contraposición, en sus orígenes so-
alienación ide01Ógica.~~ Nuestros jóvenes necesitan aprender a vivir ciales, donde también se refleja la apropiación elitista de la teoría, a
en la responsabilidad de compartir los problemas de los otros, a su- la que inicialmente se presenta en un estadio neutral, superior, sin
perar un individualismo ideológico cifrado en el consumo y en la contaminar por las exigencias morales de la práctica, por encima
mera satisfacción de sus apetencias. No se nace demócrata, ni so- de las cuestiones terrenales, que coloca a sus seguidores en un es-
lidario, N responsable, ni critico. A todo ello se aprende, si los pro- tatus social de privilegio y superioridad. La existencia de intereses
cesos de sociaiización iniciales están impregnados de esos valores. sociales en mantener una relación jerárquica entre teoría y praxis
Esto no implica la asunción por parte de la escuela de toda la res- acrecienta el nivel de complejidad del problema.
ponsabilidad en el tema. La sociedad en su conjunto, los medios de Si esta dicotomía sólo fuera una cuestión de coherencia lógica
comunicación, las instituciones públicas y privadas, el mundo em- entre la teoría y la acción concreta, el problema quedaría reducido
presarial... deben participar en este proceso de socialización. a una cuestión técnica, de mera aplicación y, por tanto, el criterio
Pero cuando me refiero a este rol de profesor como ~intelec- de validez sería únicamente de coherencia entre las abstracciones
tual crítico)) no tengo la intención de encuadrarlo en un esquema
conceptuales que recoge la teoría y la acción en las condiciones
social en el que los intelectuales ocupan un espacio corporativo
contextualizadas en las que se puede aplicar la primera. La relación
desde una posición de expertos, y a quienes pueden atribuirseles las
no es tan simple. Si la realidad escolar y educativa fuera tan sencilla
acertadas críticas de Foucault (1991), o Bourdieu (1999), es decir,
como para articular el nivel de la reflexión y la acción práctica en
no le atribuyo un estatus social sino un rol funcional, cambiante,
torno a criterios técnicos, de «cómo hacer», no nos planteanamos
en el que el profesor debe actuar como filtro interpretativo de los reiteradamente esta confrontación entre teoría y praxis.
contenidos curriculares, que previamente habrá seleccionado y re-
El cogollo del problema es que tanto la teoría9' como la praxis
organizado, añadiendo una visión crítica a la tradición cultural que
tienen un carácter étic0.9~Las teorías educativas y la praxis docente
t r a n ~ m i t e El
. ~ rol funcional de un profesor crítico será el de ense-
resultan paradigmáticas, ya que en ellas se aprecia con facilidad su
ñar a los alumnos a cuestionar el conocimiento, a poner en duda la
doble naturaleza no sólo técnica sino moral, y aquí es donde CO-
información, a buscar contraargumentos..., pero fundamentalmen-
mienzan los conflictos. J O S ~María Rozada (2007: 50) esboza -en
te a contrastar los conocimientos con criterios éticos de justicia.
un texto muy interesante donde señala sus reflexiones sobre las re-
Las preguntas esenciales serán del tipo: ¿qué valores sociales e indi-
laciones entre la teoría y la práctica de los profesores- este tras-
viduales estamos manteniendo al considerar válido un determina-
do saber?, jresulta útil este conocimiento para construir un mundo
mas justo?91 producen esos conocimientos?; 3. ¿Cbmos e transmiten esos conocimientos en el
aula?; 4. ¿Qué tipo de relaciones sociales del aula sirven para establecer un parangón
y reproducir Los valores y normas incorporados en las relaciones sociales aceptadas
de otros ámbitos sociales dominantes?; 5. ¿Quién tiene acceso a formas legitimas de
89. Un profesor critico, tendri que mostrar, entre otras muchas cosas, la co- conocimiento?; 6. ¿A que intereses sirve este conocimiento?; 7. ¿Cuáles son las con-
nexión existente entre las formas de diversión juvenil en los países occidentales y los
tradicciones y tensiones sociales y políticas mediatizadas a través de formas acep-
mecanismos de mercado. La alienación consiste en la falta de conciencia sobre los
tables de conocimiento y relaciones sociales dentro del aula?; 8. iC6mo intervienen
Intereses económicos o de otro tipo, por ejemplo en este tipo de actividades, y sobre d e hecho los métodos corrientes de evaluación para legitimar formas existentes de
10s protagonistas de estos intereses... 1 -- ..- .. -
90. Este rol funcional rompe el esquema corporativo y de enfrentamiento en- l conocimiento?^ (Giroux,
92. Me refiero 1990: 59).
a aquellos ambitos de conocimiento que afectan a la escuela y a
tre el academico, «que piensa»,y el practico, el profesor, *que actúan. l
I la educacibn.
91. A estas preguntas cabria añadir las que se planteaba Giroux en la obra 93. ~ ~ t ~ ~ dlaietica
~ n como
d o fruto de una reflexión racional, ajena por com-
citada: «l.¿Qué conocimientos entran a formar parte del currículo?; 2. ¿Cómo se
pleto a dogmatismos religiosos.
fondo ético que dificulta la clarificación de esta cuestión. Como él que concuerde con unos criterios teórico-críticos. Ci una teoría
seiíala, la práctica docente exige un «compromiso» a la hora de ac- educativa nos propone que debemos plantear nuestra acción do-
tuar donde la teoría queda en el nivel de los principios generales cente en torno a «competencias)>,tendremos que detenernos a
-dispersos e incluso contradictorios-, que se convierten en orien- reflexionar acerca del para qué de este planteamiento, sobre sus
taciones para la acción, y en criterios para observar y reflexionar consecuencias sociales e ideológicas. Esto no significa que haya
sobre esa práctica. Pero la teoría no sólo se queda en el plano de que mantener posturas -de oposición a nuevos referentes te6ricos,
la abstracción reflexiva donde encontramos referencias técnicas en absoluto, pero sí someterlos tras el ejercicio del pensamiento
para la acción docente sino que afecta fundamentalmente al carác- dialkctico-negativo a un debate intersubjetivo, con otros profeso-
ter moral de la enseñanza, tal como conceptualiza la racionalidad res, para arascar en su meollo ideológico», someterlos a crítica y
comunicativa. En otras palabras, cuando enseíiamos, cuando desa- tomar postura.
rrollamos el currículo escolar, estamos haciendo una permanente
imbricación de la información cdtural y los valores sociales que la - La naturaleza ética de la teoría y la práctica nos deriva hacia la
convierten en relevante por lo que ninguna acción docente puede necesidad de plantear una reflexión intersubjetiva, compartida, a
ser considerada neutraL La conciencia de esta imbricación es la que la hora de actuar. Las decisiones éticas son corresponsabilidad de
nos obliga moralmente a estar vigilantes para saber que tipo de va- todos aqueiios que comparten una situación donde, como sucede
lores estamos transmitiendo cuando actuamos de una forma u otra en la escuela, hay que adoptar posturas morales y actuar coheren-
como docentes, cuando seleccionamos los contenidos del currícu- temente con ellas. Por difícil que resulte a veces el desarrollo de
lo, cuando decidimos que información resulta importante y cuál no procesos comunicativos entre los agentes educativos (profesores
(esto se hace patente al evaluar), con la forma en que organizamos y familias, profesores entre si), dada la diversidad de concepcio-
al grupo, con la manera de relacionarnos con los alumnos, con el nes axiológicas sobre el mundo, la educación y la función social
estilo de lenguaje que empleamos... todo esto es un complejo de ac- de la escuela, hay que mantener un esfuerzo permanente de abrir
ciones donde los valores acerca de cómo debe ser la sociedad o los puertas al diálogo intersubjetiv~,~ de manera que se puedan ha-
individuos permanecen en el trasfondo de las mismas. Y si la teoría cer explícitos los valores de la escuela y del currículo en su conte-
nos sirve como base de principios para actuar, tendremos también nido y desarrollo, y tomar acuerdos sobre ellos?5 Los profesores,
que depurar bien la selección teórica que nos va a servir de referen- como intelectuales, deben considerar las actividades destinadas a
te. La incoherencia a evitar no es de naturaleza exclusivamente Ió- la reflexión compartida como función especifica de su profesión.
gico-formal, sino de carácter etico. No podemos apoyarnos en unas Es evidente que las temáticas que aglutinen estos debates tendrhn
reflexiones sobre el conocimiento o sobre la forma de aprender de un carácter diverso, desde la preparación de actividades comple-
los alumnos que tengan en su base la pretensión de convertir a los mentarias al curriculo, la adopción de normas de convivencia en el
individuos en meros sujetos adaptados al sistema social, sin ningu- centro, el uso de nuevos materiales ...,o los criterios de evaluación,
na consideración crítica acerca de los contextos sociales ni de sus pero en todos estos debates deben quedar claros los criterios eticos
condiciones de justicia o injusticia. Es decir, no se pueden aceptar que permiten valorar las actuaciones o adoptar decisiones sobre la
las propuestas instmmentales de una teoría sin tener conciencia de acción posterior. El «qukn y el «para qué»son las cuestiones básicas
cuáles son los principios epistérnicos de la misma. aTodo no valea, 1 a las que debemos saber responder, con honradez, tras estos deba-
si queremos formar críticamente a los alumnos. tes, y el «para qué» debe argumentarse por referencia a principios
Toda teoria tiene tras de sí un «para qué», y por muchos cir- de justicia e inclusión.
cunloquios y rodeos discursivos que se adopten en la respuesta,
en su trasfondo, explícito o no, hay una interpretación de la «vida
buena» y la «vida justa». Es en la reflexión sobre el «para qué»,
I 94. L~ adminjstración educativa tambihn tiene la responsabilidad material de
donde un profesor critico deberá ejercer la criba de la crítica ideo- facilitar tiempos y espacios.
95. Sacar a la luz el curriculo oculto. permite tomar postura crítica frente a
lógica para seleccionar aquella teoria sobre la practica docente determinados valores solapados...
1
Como señalaba acertadamente Rozada (2007),cuando los pro-
fesores se sientan a reflexionar sobre SU práctica, reconstruyen las
teorías sobre la enseñanza, sobre la sociedad, sobre el aprendizaje...,
y las reajustan, adaptándolas a sus condiciones prácticas. Estas «nue-
vas teorías)) pasadas por la criba de los criterios teórico-críticos,
cuando se traducen en acciones prácticas escolares, constihiyen el
enlace entre teoria y praxis. Y... nuevamente, ei constructo de razón
comunicativa nos remite a los debates intersubjetivosg6donde pue-
den aflorar los componentes éticos de estas teorías reconstruidas.
En esta conexión, este autor sitúa también las «prácticas de segundo
orden», refiriéndose con esta denominación a la reflexión sobre el
pensamiento ordinario del profesor que rige las prácticas cotidianas
de la enseñanza en la inmediatez del día a día y que viene configu-
rado dialécticamente por el marco institucional de la escuela. Esta Adorno, T. W., La ideología como lenguaje, Madrid, Taurus, 1982.
reflexión distanciada e intersubjetiva con los colegas permite supe- Adorno, T. W., Dialectica Negativa, Madrid, Taurus, 1984.
rar la vivencia puramente emocional de lo que se hace en el aula, y Adorno, T. W., Educaciónpara la emancipación. Madrid, Morata, 1998.
centrarse en el análisis de los problemas que suceden dentro de la Apel, K.O., Estudios éticos, Barcelona. Alfa,1986.
clase y sobre los que se piensa dentro y Euera de ella. Las respuestas Apple, M. W., Educar como Dios manda, Barcelona, Paidós, 2002.
a estos problemas no siempre se materializan en términos de acción A.D- D M.
~ , W. y Beane, J. A. (comps.),Escuelas democrática, Madrid, Mo-
sino de búsqueda de ilustración sobre el conocimiento que ya existe rata, 1997.
sobre tales cuestiones, de manera que el profesor pueda reorientar Bauman, Z., La sociedad individualizada, Madrid, Cátedra. 2001.
su profesionalidad hacia las teorías de segundo orden, anteriormen- Bauman, Z., Comunidad. En busca de seguridaden un mundo hostil, Ma-
te apuntadas, o hacia las teorías en general (Rozada, 2007: 5). drid, S. XXI,2006.
Bauman, Z.. Vida de consumo, Madrid, Fondo de Cultura Ecodmica,
En estas idas y venidas, entre teoria y práctica, integradas en el
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espacio reflexivo/intersubjetivo de los profesores se encuentra Be&, U., «Teoría de la modernización reflexiva», en Beriain. J. (comp3,
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96. Cuando las dificultades de relación interpersonal impiden estos debates 10, 1983.
dentro del propio centro, habrá que establecerlos con profesores de otros centros. u
otras personas cualificadaspara ello, pues la intersubjetividad de los argumentos fa- Bolívar, A,, Educaciónpora la ciudadania. Algo más que Una asignatura,
voreceri la clarificación de conceptos, de actuaciones, etc. Aprendemos -y construi- Barcelona, Graó, 2007.
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